La reaparición de un enemigo (Keller + libre)

Una nueva noche de patrulla en la Isla Rokkenjima. Está vez al profesor Jellal no le tocaba un sitio agradable: roca de los suicidios. Era una hilera de acantilados en un sector de la isla en donde algunos alumnos solían arrojarse para acabar con su dolor. El peliazul vio de reojo cómo sería una caída a esas puntiagudas rocas y le recorrió cierto escalofrío.

Puso su vista al frente y vio las luces de la Academia. Sonrió de forma ladina al pensar que una sopa o un estofado le traería de algo de confort. No sólo estaba oscuro sino que un viento gélido soplaba por sus lugares y sus estaban empezando a perder el tacto. La humedad le hacía doler su cuerpo, su piel y huesos.

No obstante, algo saca a Jellal de ese estado de extravío mental. Sabía que alguien estaba tras de él. Podía reconocer su esencia, la magia maldita de esa asquerosa raza llamado los "Hanfenmann", un híbrido de demonio y humano..Estos seres no tenían compasión alguna así que Jellal se preparó para lo peor.

— Dime por qué has venido y qué es lo que buscas, — preguntó el peliazul. Tenía resentimiento con Keller porque era el hombre que había matado a Erik, y ese muchacho no era malo, sino estaba empujado a un mal camino debido a sus amistades.

Keller se impulsó con fuerza y, en un salto imponente, se acercó peligrosamente a Jellal. Sus ojos inyectados de ira reflejaban una determinación sombría y despiadada. El híbrido de demonio se plantó frente a su enemigo, emanando una presencia intimidante que parecía envolverlos en una oscuridad sofocante. El aire se volvió tenso, cargado de electricidad, mientras Keller fijaba su mirada fría en Jellal, revelando su profundo resentimiento.

— Hace cuántas lunas no nos vemos, Jellal, — una tenebrosa risa dejó escapar de sus pulmones.

Sin embargo, en ese instante, algo cambió en Keller. Cerró los ojos y su expresión se transformó en una mueca de furia desenfrenada. La información de que sus amigos, los seres más cercanos a él, estaban siendo desplazados por la Academis Legacy 2se aferró a su mente, alimentando su ira y desencadenando una tormenta de emociones. El dolor se mezclaba con la rabia en lo más profundo de su ser, creando una oscuridad interior aún más intensa que su apariencia física. Sus orbes brillaron de un rojo intenso como dos hogueras.

— ¿Qué pasó con Rin? ¿Todavía sigues diciéndole mentiras a Aimée? Algún día serás desenmascarado.

La furia ardía en cada fibra del cuerpo de Keller, y en un instante de explosión desenfrenada, desató todo su poder sobre Jellal. Una patada precisa y brutal se lanzó directamente hacia su pecho, arrojándolo sin piedad hacia atrás, a una caída libre, su figura recortándose en el horizonte mientras el abismo del acantilado lo engullía. Keller no mostró ni un ápice de remordimiento en su rostro. Su acto de violencia era un reflejo de su tormento interno y su deseo de venganza. Jellal tenía que pagar por sus crímenes.

|•Un estruendo se escucharía a los alrededores de la zona esto preocupaba con grandeza aquella peli-roja, al no haber visto durante un buen rato a Jellal la preocupo aún más sin embargo está rompio el silencio que tenía en si misma y salió de sus pensamientos para ponerse en marcha para ir en busca de aquel hombre sin embargo los minutos pasaban con rapidez y está no recibía respuesta alguna o almenos encontrar una pista de dónde se encontraría el, sin embargo un recuerdo invadió su cabeza, había recordado que este hombre salió a patrullar a las afueras de la academia rápidamente salió de allí dando un inmenso golpe en ambas puertas caminando por aquel largo y extenso pasillo de la academia para poder adentrarse rápidamente en los senderos llendo directamente a la roca de los suicidios está tenía conocimiento completo de los sucesos tan desagradables en ese lugar, nuevamente escucho un estruendo como si alguien estuviese siendo golpeado esto causo más que alerta en si misma y a su alrededor... Al momento de llegar al lugar donde provenian aquellos sonidos está pudo ver la figura familiar de aquel hombre de cabellos azules caer al abismo, está sin pensarlo más de dos veces se tiró directamente tenido una rapida transformación de atuendo, poseia un armamento negro con alas están eran similares a las de un dragón lo cual le permitía moverse con más facilidad en el aire, este tipo de habilidad la hacia única a ella el reaquipamiento era lo suyo, finalmente logro atraparlo sobre el aire como si fuese una princesa de manera segura y cuiadosa se elevó poco a poco mirándole a Jellal con angustia, mi mirada se poso de frente ante aquel individuo desconocido estaba más que enojada por aquellas acciones tan poco prudentes aún así intento mantener el tono de voz firme al momento de hablarle


-Jellal dime por qué está este individuo aquí? Me tenías preocupada tenías buen rato sin llegar a la academia pero ahora puedo percatarme de cuál fue la razon-

Keller observó con satisfacción retorcida cómo Erza, la pelirroja, lograba atrapar a su despreciable novio Jellal, a quien él mismo había lanzado al abismo con una patada despiadada. Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro mientras disfrutaba del sufrimiento ajeno. Sentía un intenso resentimiento hacia Jellal, y la imagen de verlo sometido le llenaba de placer. Pero en lo profundo de su mente, también se albergaban pensamientos oscuros de deseos aún más siniestros: acabar con Jellal y, si su novia se interponía, también eliminarla sin piedad.

— ¿Vas a dejar que te rescate tu novia?

Sin poder contenerse, Keller dejó escapar un aplauso sarcástico que resonó en el aire cargado de tensión. El poderío de Erza le sorprendía, pero no tanto como su propio odio hacia Jellal. Era una mezcla tóxica de resentimiento y envidia lo que impulsaba sus acciones. La idea de ver a Jellal y Erza postrados ante él, sometidos y vencidos, era un deleite que alimentaba su oscura sed de venganza. ¿Por qué no podía estar así con Juvia? Con nadie...

— Muy bien. Si te quieres entrometer, te mandaré al infierno también.

Los pensamientos turbios que inundaban la mente de Keller pronto encontraron su canal de expresión. Con un gesto desafiante, desató todo su poder en una descarga destructiva que provocó una explosión atronadora.

La energía arremetió contra Jellal y Erza, desatando el caos a su alrededor. Keller se lanzó hacia ellos, con ojos inyectados en furia y determinación. Sin vacilar, agarró a Erza del cuello con una fuerza amenazante, dejando claro que no tenía intención de mostrarse compasivo ni dar tregua. Su objetivo era claro: eliminar a aquellos que osaran interponerse en su camino, sin importar las consecuencias que ello acarreara.

— Maldición, — Jellal caía en picada por el precipicio, su mirada se fijaba en el fondo rocoso y las feroces olas que lo esperaban con ansias. Intentó desesperadamente activar sus poderes, pero algo parecía bloquear el flujo de magia dentro de él. La impotencia lo invadía, mientras luchaba por encontrar una solución en medio de la caída libre.

Para su sorpresa y alivio, alguien lo rescató justo cuando parecía que todo estaba perdido. El peliazul sintió unos fuertes brazos envolviéndolo, y cuando llegaron a tierra firme, finalmente se dio cuenta de que quien lo había salvado era Erza Scarlet, una de sus más grandes amigas y su amor secreto. El sonrojo se extendió por las mejillas del profesor mientras intentaba ocultar la alegría y gratitud que lo embargaban.

Sin embargo, la tranquilidad se desvaneció rápidamente cuando Keller, su archienemigo, lanzó un proyectil mágico en su dirección. Tuvo apenas un instante para reaccionar y esquivar el ataque, pero lo que presenció a continuación le heló la sangre. Keller, con una sola mano, ahorcaba a la pelirroja sin piedad.

— Eres un desgraciado sin corazón, — la ira y la determinación se encendieron en los ojos verdes de Jellal mientras concentraba toda su fuerza en un rápido y furioso contraataque. Golpeó repetidamente el estómago de Keller, sin darle tregua, y finalmente lo arrojó hacia arriba con todas sus fuerzas. Entonces, Erza podría rematar al demonio estando en el aire.

|°Sus ojos mostraron miedo ante el bienestar del mismo Jellal, me aferre al cuerpo del mayor durante unos segundos. Fue error mio o descuido pero no pude reaccionar ante el agarre del otro individuo sobre mi cuello causandome falta de aire mi rostro se palidecio y pidió ayuda internamente a jellal cosa que para su sorpresa si lo hizo, un golpe resono por toda el area del lugar, mi reaccion fue rapido retomar aire cambiar mi armadura con mi reaquipamiento y dejarme ver diferente aquella lanza que sostenia en brazos irradiaba energia a lo cual apunte en direccion a aquel individuo que la amenazaba



-maldito desgraciado como intentas hacerme esa jugada tan sucia y repugnante


|°el orgullo de esta estaba herido. Pues no se contuvo varias nubes de los cielos se tornaron oscuras, causaban grandes estruendo ante su molesta simplemente alzo su lanza, un gran campo de energia nos rodeo y varios rayos fueron en dirección a el, una carga demasiado alta como para que pueda tolerar un humano o animal tenia que ser impactado si o si con el ataque, jellal estaba dando de mas