Macabro hallazgo, macabro vampiro (Mitsuri, Shinobu, Ferid + libre)

La luz del sol naciente tiñó el horizonte de tonos rojizos, bañando la playa en una cálida luminosidad. Aún reinaba la oscuridad en el cielo, pero Venus brillaba con intensidad, como un faro celestial. Jellal caminaba de la mano junto a Mitsuri y Shinobu, disfrutando de aquel tranquilo amanecer.

— Miren bien. Este es de los mejores lugares para ver las estrellas, — comentó el profesor mientras señalaba el firmamento. Las olas rompían suavemente en la orilla, y el suave canto de las primeras gaviotas se mezclaba con el susurro del mar. Era un escenario perfecto para apreciar la belleza del cosmos. Eso junto con el calor de sus flamantes alumnas, le daban una sensación de ternura inigualable.

De repente, un escalofrío recorrió el cuerpo de Jellal. Algo no iba bien. Su mirada se desvió de las estrellas y se posó en la playa. Un cuerpo yacía inconsciente a pocos metros de distancia. Con agilidad, el joven mago se aproximó al alumno herido, poniendo su mano sobre su pecho en un intento por reanimarlo.

— Cuidado, chicas. Atrás de ustedes, — sin embargo, justo detrás de Mitsuri y Shinobu, el profesor pudo vislumbrar una figura macabra. Un hombre de aspecto siniestro, con dientes largos y amenazantes, observaba la escena con una mirada malévola. La tensión se apoderó del ambiente, y Jellal se preparó para enfrentar a aquella oscura presencia que acechaba en las sombras.

A lo lejos ya podía apreciarse la bella luz del amanecer, el clima era cálido, pero con un toque frío, una suave brisa movía el cabello de los tres presentes en ese momento, Mitsuri, Shinobu y Jellal; se encontraban paseando por la playa, muy linda, por cierto.

Mitsuri escuchaba las palabras del hombre de cabellos azules mirándolo con atención, desvió su mirada al mar, gracias a la iluminación del amanecer podía reflejarse todo perfectamente, así como un espejo, la vista era maravillosa.

──── ¡Todo se ve tan hermoso! Quisiera visitar este lugar otra vez junto a usted, sensei. ──── Dijo algo emocionada dirigiendo sus palabras al hombre, en su rostro estaba pintada una pequeña sonrisa.

Esa sonrisa se borró al momento de divisar una figura, para ser más exactos, un joven estudiante de la Academia, estaba tirado en el suelo, inconsciente. La joven Kanroji llevó sus manos a su boca horrorizada, no sabía que hacer en ese momento, su katana se había quedado en su habitación y no tenía con qué defenderse si aparecía algún enemigo.

Se volteó de inmediato cuando escuchó a Jellal hablar, la mirada de Mitsuri solo representaba horror, ¿qué era esa cosa que se encontraba detrás de ella? ¿un demonio? No, no parecía uno, ¿qué era entonces? ¿por qué no le habían mencionado nada sobre este tipo de enemigos? Rápidamente intentó alejarse lo más posible de aquel mounstro, no sin antes agarrar a la de broche mariposa por el brazo, no iba a dejar que le sucediera algo.

──── ¡Shinobu-chan, corre! ────

La situación era de color de hormiga para los legacianos. Ferid Bathory, también conocido como el vampiro o el séptimo progenitor, se movía con una elegancia sobrenatural por la playa. Su presencia en la Academia Legacy eclipsaba toda belleza natural que pudiera existir en ese lugar. Era imponente, seductor y peligroso. En ese momento, el vampiro noqueó de una patada a Shinobu Kocho, sosteniéndola en sus dos brazos como si fuera una presa fácil. La tranquilidad que antes reinaba en la playa se desvaneció, reemplazada por la inquietante aura del vampiro mientras se alimentaba de algunos alumnos, absorbiendo su energía vital.

— Tú. La de trenzas. Tienes mi más sincero agradecimiento al traerme a tu amiga hasta acá. Solo mira su cara, su cuello. Es una de mis presas más hermosas. No me quedaré con las ganas de morderla ¿Saben?

Aprovechó que Jellal sostenía al alumno. No importa si la otra alumna lo iba a golpear o cortar. El vampiro se acercó lentamente al cuello de Shinobu, sus dientes afilados  estabanbrillando con una peligrosa intención. Eran como dos dagas dispuestas a clavarse en la suave piel de su víctima. Ferid ansiaba la sangre, su deseo incontrolable por aquel líquido vital le dominaba por completo. La necesidad de alimentarse y nutrirse de la esencia vital de otros seres era parte fundamental de su naturaleza oscura. En ese momento, se encontraba a punto de saciar su sed voraz con la sangre de Shinobu, la cual prometía ser exquisita y satisfacer sus más profundos instintos.

un joven alto, musculoso y con la tez pálida, su expresión es seria e impasible ante las emociones. Tiene unos ojos grandes de un color zafiro profundo que se desvanece a un azul más claro y sus pupilas son de un negro azulado estaría caminando tranquilamente por la playa no había dormido toda la noche por haber entrenado, de vez en cuando descansaba sentado viendo la noche disfrutando del aquel cielo estrellado y la hermosa luna creciente, pasarían algunas horas mientras este entrenaba sin cesar toda la noche mientras sudaba y no paraba hasta que sus brazos pedían basta, empezaría a trotar toda en la arena alrededor de la playa trabajaría las articulaciones y ligamentos. Fortalece en mayor medida sus músculos. Quema más calorías que corriendo por la ciudad. Gracias a la humedad del mar se produce una mejora en la respiración y mayor control. Vería como empezaria a amanecer aún así se vería aún que reinaba la oscuridad, tomaría su katana tranquilamente se estaría secando el sudor disfrutando la brisa de la mañana del mar, después de entrenar algún buen rato escucharía algunos gritos que provenían de cierto lugar*

-Que fueron esos gritos?.... Sus voces sonaban familiar....

*Llegaría a tal lugar donde escucho los gritos viendo a un ser una figura macabra. Un hombre de aspecto siniestro, con dientes largos y amenazantes, observaba como el vampiro noqueó de una patada a Shinobu Kocho, sosteniéndola en sus dos brazos como si fuera una presa fácil.  Este de un movimiento rápidamente hacia el vampiro sacándole a shinobu de sus brazos, mientras la cargaba tranquilamente vería a Kanroji-san junto Jellal, le entregaría a shinobu tranquilamente a Jellal para que así se aleje de ahi con ellas  tranquilamente y no ponerlas en peligro sostendría su katana poniéndose en guardia tranquilamente viendo a aquel aterrador vampiro ambos se veían fijamente solamente suspiraria ligero.

-No crees que es un poco cobarde atacar a una chica cuando no se puede defender?....

La tensión se sentía en el aire. La atmósfera se volvió eléctrica mientras el mago de cuerpos celestes, Jellal Fernandes, observaba la escena con creciente preocupación. Ese poderoso vampiro había derribado a Shinobu sin contemplaciones, dejándolo inconsciente en el suelo. Sin embargo, vio que un valiente joven hizo una maniobra para hacer que Shinobu fuera soltada.

— No podré continuar con esto. Me dirijo a enfermería con Shinobu y el otro chico. — Ahora le correspondía su parte. Con una determinación férrea, levantó a Shinobu y a ese otro alumno en sus brazos. Su cuerpo brilló de un blanco resplandeciente y voló como una bengala hasta el recinto de asistencia médica.

La pregunta era la siguiente: si Mitsuri y Tomioka se quedarían para enfrentar al vampiro. Jellal, por otra parte debía permanecer con Shinobu y el otro alumno. Para monitorear sus signos vitales. Ahora todo quedaba en manos de los dos Hashira.

Jellal sale del rol.