Mucho más que una captura. (Gilgamesh y Semiramis).

Hace no mucho que buscó "mezclarse" entre la humanidad actual, por muy nefasta que fuera, necesitaba aislarse de Legacy y su Master de vez en cuando; ya había desarrollado la confianza para ello, después de todo, era él quien tenía la oportunidad de exigir. Adquirió un pequeño departamento en el centro de Tokio, con las habitaciones necesarias para una persona, comedor, cocina, recámara, cuarto de lavado y una sala de estar, aunque siempre terminaba en la sala de estar echado y pasando el rato con su adorado vino, rara vez empleaba la cocina o el comedor y ni hablar del cuarto de lavado, no era necesario.

Luego del éxito que tuvo al fingir la ejecución de la Assassin, la llevó consigo hasta el dichoso apartamento lujoso en lo alto de un edificio, y la dejó descansar en su sofá. Como un espíritu al que ya no sé le provee maná, sabía perfectamente que la única forma de sanar esas heridas era con el descanso y alimento, por lo que ya habían pasado un par de días y por primera vez utilizó la cocina, así como el comedor para tomar asiento y probar una bebida común en la época, el café.

Sentado en una de las sillas, sostenía en su diestra la blanquecina taza con café que el mismo rey preparó con anterioridad, mientras que en su mano izquierda sostenía un teléfono celular. Gracias a los conocimientos que se le bruna a los espíritus heroicos sobre la época donde son invocado, sabía sobre su función y el uso qué comúnmente se les daba; sin embargo, Gilgamesh lo empleaba por ahora únicamente para actualizarse con las noticias. Vestía el atuendo de motociclista que tanto le gustaba, camisa blanca, chaqueta y pantalones negros, cómodo para pasar el rato.