¿Amor? ¡Explosiones, fuego y mucho más! [Ayana] [EVENTO]

— Maldición, ¿Por qué acepte esto?... —

Susurró al aire con enojo hacia sí mismo, ni siquiera había entendido cómo se involucró de tal forma en una cosa si, es decir, Bakugou es el menos carismático y quizá hasta amargado para esta clase de eventos. El probar esto parecía darle una experiencia que quizá no se vuelva a repetir hasta después de cierto tiempo; aprender a socializar con el resto de personas ya que como héroe debe ser agradable y él no tenía una pizca de ello debido a los ataques que llega a tener cuando lo hacen enfadar bastante.

— ¡Todos y su estúpida costumbre de tenerme aquí parado como idiota! —

Exclamó tras golpear con fuerza el tronco de un pino que se estaba frente suyo, según muchos Katsuki suele ser puntual a la hora y lugar de llegada, además de ser muy impaciente si se llegasen a retrasar un par de minutos. Pues en esto no había pasado siquiera los 7 minutos, ¿Un clásico? Totalmente, el día era cálido y no había ninguna nube en el cielo, así que no tendría que preocuparse por una lluvia inesperada.

Estaba parado en la entrada del bosque con una mochila cargando en su hombro, su espalda estaba apoyada sobre un pino y pareciera que fuese la posición más cómoda pero es lo que hay, pero sostenía algo detrás de esta, más bien lo está ocultando.
¿Un bosque para una cita? Si, a veces hay que romper con la rutina de una cena aburrida, caminatas por parque o al cine, bla, bla... Parecía un acto sencillo el suyo, pero al menos vería que fuese todo agradable para quién le siguiera el juego.

— Tsk... —

Echo su cabeza para atrás y obviamente se pasó pegando con el tronco, no le tomó importancia pero a pesar de ello seguiría con su cara malhumorada, boca torcida y maldiciendo internamente.

─ ¡Oh por el amor a todo! ¡llego tarde!

Dijo aquella pelirrosada que estaba corriendo a todo lo que podía, estaba llegando levemente tarde hacia el punto de encuentro donde vería a su cita. Si, una cita, aquella chica intrépida lo hizo de nuevo, atreviéndose a ir a lo desconocido solo por la curiosidad y por el gusto de conocer nuevas cosas.
Su cita era con un joven de nombre Katsuki Bakugou, había escuchado ese nombre antes en algún lugar, aunque no sabía en dónde ubicarlo.
Corrió y corrió hasta llegar finalmente a la entrada del bosque, donde pudo notar a un chico rubio golpeando un tronco.
Supuso que estaba molesto por el hecho de llegar tarde, pero eso era cosa de todos los días.

─Cielos, se ve enfadado… no debí parar a tomar fotografías… aunque era una linda vista…

Susurro para sí misma mientras aún estaba algo agitada.
Respiro profundamente en un intento de calmar los nervios y dio unos pasos en dirección al rubio que parecía estar a punto de explotar de enojo en cualquier momento.

─D-Disculpe… ¿usted es Katsuki Bakugou?

Su voz temblaba un poco debido a la agitada respiración de la chica tras correr demasiado.

─Lamento hacerte esperar, siempre me pierdo o me distraigo de camino… l-lo compensare después.

Se inclinó levemente en señal de disculpa, solo esperaba no dar una muy mala impresión en él.
Levantó la mirada para luego presentarse.

─Mi nombre es Ayana Shade, S-Soy tu cita…

Aquella chica vestía un conjunto casual, una blusa holgada en capas color menta con detalles blancos, un short verde y un par de botas marrones, además de tener el cabello recogido de forma elegante. Tenía de accesorios un collar dorado y su cámara fotográfica.

— ¿Ayana? — La repentina llegada de la chica lo sacó de lugar, haciendo que se quitara donde anteriormente estaba apoyado, más no lo demostraba en sus expresiones. La diferencia de estaturas era bastante clara, el comportamiento de ello le recordaba a uno de sus antiguos compañeros. Lo que debería quedar aquí en claro es que él ni siquiera había memorizado el nombre de su acompañante cuando se lo dijeron...
¿Suerte? Quizá, el que lo mencionara lo salvó de ese pequeño apuro.

— Si, puedes decirme Bakugou. —
Musitó gélido a la pregunta ajena, lo que escondía detrás suyo era un ramo de rosas envuelto en un papel blanco atado de la parte inferior de un lazo rojo, este mismo lo extendió frente suyo hacia ella pasando a pegarle un poco con las puntas del mismo.
Era algo por así decirlo como un "detalle" que su madre le obligó entregar, ya que había recibido una llamada de su progenitora esa misma mañana y aparentemente se terminó enterando de los planes del rubio mucho antes de que él se lo dijera; Katsuki le desagrado en su totalidad que ella se metiera en ese tema...Pero no le quedó de otra que hacer lo que ella le ordenaba, tenía que hacerlo ya que es su madre a fin de cuentas y a pesar de los kilómetros que los separaban.

Su madre le envío un esmoquin negro, traje que está compuesto de una chaqueta con solapas largas, estrechas y de seda debajo de la misma tiene una camisa manga larga blanca con los botones desabrochados del cuello, sujeto a esto una corbata negra. Un pantalón negro y finalmente unos zapatos del mismo color. Esto lo vestía para la ocasión, algo no muy de acuerdo a su gusto pero no le quedaba mal.

— Bien...¡Empecemos con esta cosa! —
Exclamó impaciente, tras entregar su presente. Daría los primeros pasos hacia adentrarse al bosque, aunque claro dejando una distancia corta y considerable para que ella le siguiera.

Por un momento se puso nerviosa al ver que este escondía algo detrás de su espalda, pero al notar que en realidad era un ramo de rosas, sus ojos brillaron de la emoción.

─¡Qué lindo detalle! ¡Gracias!

Comentó tras sujetar las flores con cierta emoción, era la primera vez que un chico le regalara flores, olfateó las rosas mientras cerraba los ojos, olían bastante bien, por lo que dedujo que eran residen cortadas. ¿Serán de su jardín? ¿o lo compro en una florería? Sea lo que sea, no le importaba, el hecho que se lo diera la alegro mucho.

Al notar que el chico se encaminaba hacia la entrada al bosque, esta simplemente lo siguió, tratando de ir a su paso.

─Es bueno saber que la cita seria en un bosque… Me gusta mucho este lugar...

Suspiró levemente mientras miraba de reojo al rubio.

─Por cierto… ¿Tus ojos son rojos?

Su curiosidad ante los ojos del contrario era notable, no dejaba de mirarlo, aunque estuviera disimulando.
Era claro que aquella pelirrosada le gustaba a la gente con ese rasgo en particular, especialmente porque le recordaba en cierta forma la mirada de su padre o quizás de alguien del pasado a quien apreciaba mucho, solo se quedó en silencio esperando la explicación del rubio.

— Ah, no agradezcas. —

No, no era modesto. Simplemente no entendía el porque la importancia a un simple ramo, o bueno ¿Cosas de chicas, quizá? No era de su interés, tan solo su objetivo era terminar esto cuanto antes...« ¡Que maldita vergüenza el que lo vieran con este estúpido traje! » Tan solo cubrió parte de su rostro con su antebrazo por tal pensamiento para que no lo reconocieran ¿Pero quién lo haría? ¡No había nadie en ese lugar! Más que ellos dos.
Dejo tan solo su vista al descubierto, sus pasados cada vez se hacían más pesados o algo así, simplemente eso le bajaba las ganas de seguir con los principales motivos, pero aún así ¿Esto era un nuevo reto, no? ¡como un joven héroe tenía que enfrentarse a la nueva barrera: Una cita con una enana desconocida!

— Este tipo de lugares es más tranquilo que los malditos ruidos de la ciudad, es molesto. — Esa era una de las razones por las cuales la cita no era en una zona tan ruidosa, ya que bien dijo "es molesto", bastante para alguien amargado como él.

— Si, son rojos. ¿Por qué o qué? — Pues bueno, hasta ahora es la única contestación en que no contenía groserías u de mala manera, intentaría ser al menos no ser tan explosivo, apenas estaba conociendo a la chica.

“Aunque me hubiera gustado que fueran chocolates…” Confesó la pelirrosada en sus pensamientos mientras tomaba las flores y las volvía poco a poco en una corona de flores.

“Deberías de dejar de consumir tantos dulces” Comentó su familiar vía telepatía solo para fastidiar el momento.

─Silencio…

Dijo en voz alta con tal de callar al familiar, entonces se percata de ello y trata de corregir, aprovechando la charla que tenían ambos.

─Si, la ciudad llega a ser molesta, yo a pesar de vivir 5 años aquí, aun no logro adaptarme…

Suspiro levemente, al menos evitaría que aquel chico le tocara conocer a su familiar de mala manera, tras escuchar la afirmación respecto a los ojos del rubio, aquella chica sonríe levemente con tal de emitir tranquilidad.

─Me gusta mucho los ojos rojos…

Fue sincera y directa, un leve rubor invadió sus mejillas tras confesar esa atracción por los ojos rojos.

─Debe ser raro… ¿no? Que me guste ese color en particular, pero…

Tras terminar la corona de flores, esta se lo coloca en la cabeza.

─El rojo es uno de los pocos colores que puedo ver con claridad… y dado que los ojos son “las ventanas del alma” me resulta ciertamente romántico…Ver el alma de la persona cuyos ojos puedo apreciar…

Su latir se aceleraba con decir algo tan cursi, pero era lo que sentía y opinaba al respecto, solo esperaba que su cita no se sintiera incomoda por ello.
Suspiró levemente en un intento de calmar su ritmo cardiaco, fallando en el intento.

“Awww el amor está floreciendo aquí~” dijo el familiar en tono de burla ante la situación de la pelirrosada, causando que esta se sonrojara demasiado y bajara la mirada para evitar que el rubio se diera cuenta.

Al rededor de dos horas después de haber interrumpido la diversión de una joven pareja en el parque de diversiones, robando de ellos los pases platinos que les daría acceso a los juegos, el vampiro acabara en el bosque, una vez que era un territorio cercano al parque.
Posara encima de un alto pino, sentándose en una gruesa rama a gran altura, recostando su espalda en el tronco del árbol para relajarse, afinal, incluso una criatura desalmada y maligna como él tenía algún aprecio innato por la naturaleza, principalmente un ambiente donde no había mucha luz.
El ambiente tranquilo de aquel bosque, mismo que lo aburriera, tenía un agradable frescor, el cual apreciaria por pocos minutos hasta regresar a la ciudad a perturbar más humanos, eso era, si su idea de que estaba solo en aquel bosque fuera correcta, lo que estaba a punto de ser desmentido.
Observó los pases en su mano por un instante antes de aplastarlos con la mano, y para su sorpresa, al mismo momento escuchó las voces de lo que parecían ser dos personas, a muchos metros de allá. El silencio del bosque y su audición sobrenatural le permitían escuchar muy bien aún desde aquella distancia.
El inmortal dirigió una mirada de curiosidad hacia la dirección desde donde venían las voces. A lo lejos veía una persona de cabellos escandalosamente rosados y llenos de flores, y un sujeto vestido de negro. Claramente, otra pareja.

—Ora, ora...—

No tardó en estar sonriendo de nuevo, como quien quiere hacer una buena travesura.

—A esos los llamo buenos corderos. No necesito ir hacia ellos porque ellos vienen hacia mi...—

Se burlaba consigo mismo.

—Lástima que sea de día, la noche sería perfecta para asustarlos en un lugar como este, haha, imaginalo...Las viejas leyendas, los falsos consuelos para niños, ''vampiros no existen'', hasta que se encuentren solos en la oscu...bah, ¿A quien engaño? Todos esos humanos tontos ya saben que existimos~
—

Fantaseaba mientras la pareja se acercaba con lentitud. Parecían no haberlo visto hasta el momento, a causa de las enorme cantidad de ramas y hojas de que estaba rodeado. Mas aún así, no esperaría nada para marcar su presencia en el romance de aquellos dos jóvenes.


—Awww, el amor está floreciendo aquí~

Comentó con una falsa amabilidad trás posar justo atrás de aquel duo, que recién pasara por bajo el pino de donde él los acechara. Fue pura casualidad hacerles la misma burla que el suposto familiar mental de la chica, pero en su caso, era con verdadera intención de ridiculizarlos.

—Ustedes no deberían interrumpir mi descanso con sus molestas presencias. ¿Por qué será que humanos vendrían a tener una cita donde probablemente nadie los vería? Hmm, ya sé... par de cochinos indecentes.—

Insinuó semejante perversidad, sonriendo y manteniendo la neutralidad natural de su voz como si hablara de un asunto formal.

— Permíteme decir que el ruido no llega a ser molesto... Literalmente es una estúpida irritación para los oídos. — Refunfuñó del solo pensar el claxon de muchos carros en cola por el tráfico, golpes y demás ruidos de construcción, pero el más molesto de todos... Gritos de niños haciendo un berrinche enorme a sus padres y estos no sepan controlarlos durante largos minutos, supuestamente el para arreglar tales situaciones les metería un buen puñetazo para educarlos, bueno... Si tuviera propios lo haría.
De un momento a otro, sus oídos pudieron percibir como la chica susurraba y le hablaba, Katsuki apenas giraba la cabeza para asegurarse que ella le siguiera el paso; porque para ser sincero le molestaba el que no lo siguiera y no, esto no suena "protector" más bien de impaciencia por parte de él.

— ¿Ah? ¿De qué estás hablando, enana? — Se vió en la necesidad de voltear a 180° el rostro a dirección a ella, no entendía el porque hablaba sobre su gusto por los ojos rojos.

« ¿Las chicas bobas siempre son así de raras? No me sorprende el porque mi estúpido padre eligió a la vieja de mi mamá... » Pensó, mientras metía ambas manos en cada bolsillo delantero de su pantalón, solo fijaba su mirada perdidamente entre lo que había a su alrededor.

Después de una larga caminata, logró escuchar otra voz que no era la de su acompañante y obviamente él, más bien ni la reconocía. Por lo cual hizo que Bakugou fuese a girarse contra la presencia contraria de forma repentina y agresiva.

« ¿Un maldito metiche en la cita? Bien, ¡Lo mandaré a volar por los aires! » Estando frente a frente no le sorprendió mucho, más bien ni miedo.

— Cabeza de berenjena — Si, fue directamente a llamarlo así a ese ¿Chico, señor o anciano? ¡Lo que fuera! Y solo por el color de su cabello... Quizá hasta la forma de su cabeza le hizo pensar eso al colocarle ese apodo.
Simplemente robaba el tiempo de ambos, y la burla le era de mal gusto al chico de cabello ceniza.
Por lo cual sacó su mano diestra de dónde estaba oculta y la extendió para dar una fuerte explosión de nitroglicerina contra un tronco de árbol cercano que hacía una división entre los tres.
Haciendo que cayera bruscamente ante ellos, Bakugou solo jaló a la chica a uno de sus costados para evitar que le cayera encima.

— ¡Ahora si, me has cabreado! ¿¡A quién mierda le dices cochino!? ¡Ven acá para cerrarte la boca de un buen golpe! —

Había percatado el aroma de alguien diferente, ¿será alguien que estaba de paseo en el bosque? Era una posibilidad, hasta que llego a escuchar la voz ajena.
Un joven varón, de eso estaba segura, por el aroma que desprendía daba a entender que no era un humano. Aquel desconocido empezó a dar comentarios un poco extraños respecto el por qué estaban ellos 2 solos en el bosque y que harían algo “cochino”

Cuando intento decir algo, el rubio rápidamente insulto al extraño llamándolo “cabeza de berenjena” y de paso hacer explotar un tronco cercano.
Tras ese acto, el cenizo jaló a la pelirrosada a un espacio seguro, evitando que le golpeara el tronco.

La chica se había asustado por el estruendo ¿Acaso empezarían a pelear? No quería ser testigo de un enfrentamiento en su primera cita.

─¡¡Esperen!!

La chica se interpuso frente a Katsuki y esperaba que el vampiro la notase.

─No es necesario pelear por algo tan simple…

Dejo escapar un suspiro para luego seguir.

─¡¡No vamos a tirar basura en el bosque!! No está bien y se debe mantener la naturaleza intacta. Así que no se preocupe Sr. Desconocido.

Era lo que había entendido aquella inocente chica respecto al comentario del vampiro, se inclinó levemente en modo de disculpa para luego ir a tocar al árbol.
Al momento del tacto, el árbol se cubrió de un denso brillo verdoso y sorprendentemente se levantó y volvió a su punto inicial, como si nada hubiera pasado.

Había usado la técnica de “rebobinar el tiempo” aplicándolo únicamente al objetivo: el árbol. Aunque usar dicha técnica gastaba mucha energía, no quería dejar sin hogar a algún animalito.

─Cielos… ya estas a salvo…

Toco al árbol con cierto cariño mientras sonreía levemente.

─La naturaleza es valiosa…y se debe respetar…

Voltea nuevamente a ver al extraño.

─No vayamos a alterar el orden de este bosque. No tiraremos basura, se lo prometo.

Inclinó su cabeza hacia la derecha mientras mostraba la misma sonrisa de antes.

Ayana Shade escribió:Debido que el evento se acabo, oficialmente el tema queda cerrado.