Cerezos y explosiones [Uraraka]

[Los delicados pétalos rosas abundaban en montones por su camino hacia el lugar indicado por la tarea encomendada de la Academia, observó que primero flotaban en el aire hasta caer en el suelo decorando cada rincón de aquél parque, además de darle cierto símbolo de belleza por parte de la naturaleza. Se dirigió a un árbol cercano suyo, donde apoyó su espalda y tiró su "pesada" mochila hacia uno de los costados, provocando que un montón pétalos fuesen volando a todas direcciones. Ignoró ese pequeño suceso, se le hacía ridículo el simple hecho de tener que trabajar en cosas escolares durante sus tardes libres, además de con quién tenía que hacerlo.]

— Que estupidez... —

[Comentó ante la situación ¿A quién mierda le importaba la propiedad mágica de unos tontos árboles? Bueno, al menos a él le parecía tonto esa clase de tarea, teniendo más oportunidades de elegir otros temas que estudiar e investigar tuvo que escoger necesariamente ese su compañera y sobretodo elegirlo a él para tal absurdo objetivo, él realmente hubiera preferido ir a visitar la Base Naval o inclusive una azotea de cualquier edificio, pero lastimosamente a él no le tocó la elección.]

— ¡Me la vas a pagar, cabeza redonda! —

[Exclamó molesto elevando su mirada hacia arriba, tras un suspiro pesado. Para colmo vestía supuestamente el uniforme escolar: llevando solamente la camisa blanca con la corbata roja, pantalones sujetos a un cinturón marrón, además de unos zapatos negros. No llevó consigo su suéter/chaqueta correspondiente ya que le parecía un estorbo, además de que no la necesitaría en un día tan caluroso como este. Siguió en la espera de la chica, y claro, con cierta impaciencia además de molestia en su mirada.]

Atravesó trotando el camino del parque. Se había retrasado en la biblioteca, buscando los libros adecuados para llevar a cabo la investigación que realizaría junto a su pareja de estudio. Iba con la chaqueta que era parte del uniforme atada a la cintura y el cabello recogido en una pequeña coleta, aunque con esos particulares dos mechones todavía cayendo a ambos lados de su rostro. Hacía bastante calor, pero debía admitir que era un buen día para hacer esa tarea que se les había encomendado.

Ahora… ¿dónde estaba Bakugou? ¡Ah, sí, ya lo veía! Estaba ahí, apoyado contra un árbol de cerezos, con esa cara de malhumorado que siempre traía. Uraraka sonrió ligeramente, mientras se acercaba al rubio. Ese chico había sido así siempre… aunque, a pesar de que tuviera ese aire rebelde, siempre llegaba puntual a todos lados, ¿no?

—Bakugou —saludó, ahora que estaba frente a él. Una de sus manos estaba aferrada a la correa de su mochila. Con su dedo índice, rascó su propia mejilla en un gesto nervioso. —Lamento haberte hecho esperar, estaba... Ehh… Bueno, supongo que de todos modos da igual ya —añadió eso último con una risita, como para evitar una reprimenda por parte del muchacho.

— ¡Oh!, por cierto, encontré mucho material que nos podría ser de ayuda… —dicho esto, con el entusiasmo asomando en casa sílaba, tomó asiento justo en el banco donde estaba el bolso de Bakugou. Comenzó a sacar los libros, junto con otras cosas que iban a necesitar, los colocó sobre su falda y dejó su mochila a un lado. Esperaba que el rubio tomara asiento a su lado, mientras le tendía el anotador y el bolígrafo rosa.

—En clase siempre dicen que eres el mejor con los apuntes, creo que sería estupendo si pudieras encargarte de eso, Bakugou.

— Ya tendrás la tarde libre para ver al estúpido nerd que te robó tiempo, solamente terminemos este jodido trabajo. —

[Comentó con el clásico tono enfadado, no fue tan larga la espera en que lo dejó allí botado bajo la sombra del cerezo durante 17 minutos, pero a pesar de ello mostró una impaciencia realmente escasa. Se movió de dónde estaba, separando su espalda de aquel duro tronco de madera. Se vió obligado a sentarse a lado de la castaña, subió y apoyó su pierna derecha sobre su "muslo" izquierdo, una posición posiblemente cómoda para escribir o eso estaba por intentar. Mantuvo el silencio tras el último comentario de la chica, no comprendió con exactitud el por qué lo consideran excelente en los apuntes, si realmente los tiene revueltos pero eso sí, no le faltaba ninguno. Además de que lo toman como el más explosivo en la aula de ambos.]

— ¿Debe ser un ridículo reporte o investigación? No entiendo por qué mierda elegiste este lugar... —

[Tomó la libreta y el bolígrafo que se le estaba entregando, a los cuales miró con cierto desagrado, no combina para nada con su estilo de chico rudo, ¿Y si alguien lo viera? ¡Menuda ridiculez!
Pasó a escribir en la hoja:
“ Cabeza redonda me dejó esperando bajo un estúpido pino o esa cosa, me cayeron encima esas mierdas conocidos como pétalos y para el colmo hace un jodido calor... "

¿Un buen inicio de reporte, no? O eso le parecía justo.]

— ¿Qué te parece, cabeza redonda? —

[Comentó cínico, acercando el cuaderno y dejándolo en las piernas de su contraria; quién aparentemente estaba perdida entre las páginas de los libros, fijó su mirada en aquella piel blanca y pasó por su mente que sería suave al tacto o al menos eso aparentó para él ¿Y si lo compraba? ... ¡Maldición! ¿Qué está pasando?
Normalmente no tenía este tipo de pensamientos sobre la apariencia de otras personas, a todos los veía cómo una bola de nerds.
Más sin embargo, en esta ocasión la pinta que hay en este lugar provocaba que su mente se llenara de cosas absurdas, se quería tragar eso como "excusa" del por qué pensó eso sobre Uraraka y sobretodo la intención que tenía. Para hacer de lado aquello, Katsuki sacó de su mochila una lata de refresco la cuál acercó a la mejilla ajena, obviamente tal bebida se sentiría fría al contacto y eso era su intención, que sintiera tal cosa, además de ver su reacción.]

— Tómala, es necesaria para este tipo de clima.—

Se había propuesto, incluso antes de verle, como si fuera una nota mental, dejar pasar las inevitables quejas de Bakugou; porque, bueno, en parte le conocía y sabía que estaban en la naturaleza del rubio los comentarios ácidos y casi burlones. Mas incluso con eso en mente, cuando leyó el papel que el chico de cabellos en punta dejó sobre sus piernas, no pudo evitar hacer una especie de mohín con sus labios, claramente actuado.  

— ¿Are, are? Eso no es gracioso, Bakugou…~ —dijo, aunque no enfadada, sino al contrario; pues en realidad sí le había resultado una tontería divertida, tal como lo demostraba ese tono cantarín de voz con el que habló. Uraraka dobló aquel papel y lo guardó dentro de su mochila, sin prestarle atención a lo que su acompañante hacía. Cuando sintió la lata fría en su mejilla, pegó un saltito sobre el asiento, volteando inmediatamente a verle.

Eso no se lo esperaba. Realmente no. Tal vez por esa razón sus mejillas se calentaron un poco más, justo antes de regalarle una entusiasta sonrisa al contrario junto a un “¡Muchas gracias!”.

—Bueno… Supongo que podemos empezar con esto —dijo, ahora más seriamente, mientras alzaba el pequeño libro que tenía en una mano.

» “Enfermedad de Hanahaki” —dijo en voz alta—. Sabemos que hana significa "flor", y hakimasu significa “vomitar”... Supongo que no debes haber escuchado sobre eso, Bakugou, aunque es realmente conocida entre las chicas, ¿sabes? —contó, mientras sonreía. Luego se dispuso a leer lo que había resaltado anteriormente:

— «La enfermedad de Hanahaki es un mal nacido de un amor unilateral, por el cual el paciente vomita y tose pétalos de flores de cerezo con sangre. Las flores crecen desde el corazón, por los pulmones hacia la boca, lastimando a su paso la tráquea. Esta infección puede ser removida a través de cirugía, pero los sentimientos desaparecen junto a los pétalos… Otra forma de salvar al paciente es cuando la persona que ama finalmente corresponde aquellos sentimientos».

— ¿Qué piensas sobre eso? —Preguntó, esperando su opinión al respecto—. No sé si sea lo suficientemente bueno para agregarlo al trabajo, ¿o sí? Aunque es interesante… —agregó en un susurró, mientras se llevaba un dedo al mentón. Obviamente, a ella le interesaba lo que el rubio pensar sobre ello.

— . . . —


[Se quedó inundado en un breve silencio, siguiendo con una mirada perdida nuevamente a lo que caía de los árboles que pasaban frente suyo y al ver unos cuantos encima de él, se sacudió con bastante fuerza los pétalos que ya se habían almacenado sobre sus hombros.
¡Le era realmente molesto un lugar así! Quizá su vista ya estaba en otro lugar, pero su mente seguía dentro de la situación; por lo cual mantenerse sentado así sin más y permitir esto le era un momento realmente irritante. Pero de alguna u otra manera tenía que seguir así o al menos un largo y caluroso rato en lo que terminaba dicho trabajo.

¡Solo un poco más y ya, maldición!
Esas palabras resonaron dentro de su mente unos momentos, hasta que se vio interrumpido por la pregunta ajena. Si prestó atención a la lectura que ella dió, más no tenía en claro que podría decir, para ser sincero no era bueno para esto y aún así tenía que dar su punto de vista. Ante tal circunstancia tiene conocimiento de que debe manejar un poco más sus palabras y quizá moderar algo su comportamiento ya que eran temas por así decirlo "delicados" y quizá de suma importancia, más no le interesaba ni en lo más mínimo , ¿O eso era todo lo contrario? Ni puta idea. ]

— ¿Ah? ¿Por qué tengo que dar mi jodida opinión a eso? —

[Su respuesta no justificó nada, tan solo lo hizo aparentar como un desinteresado por tal actividad y que posiblemente lo dejaría en manos de la castaña, pero no sería así. Pasó su mano sobre su cabello, como si se estuviese rascando el mismo con algo de desesperación, posteriormente esta bajaría para tallarse uno de sus párpados y ya para finalizar la deslizaría hacia abajo. Giró su cabeza en dirección de la chica, su boca se torció y listo, ya tenía la palabras "correctas". ]

— Primero, me parece bien agregarlo al maldito trabajo. Segundo, no sé nada con relación a eso y lo sabes... Es como si yo de la nada, llegue y te pregunte " ¿Tú sufres de esa enfermedad por algún amor o parecido? " —

[Sus palabras fueron algo sarcásticas. En ese momento le dieron ganas de explotar, no se caracterizaba por ser alguien sumamente sincero debido a lo lejano que llega a ser con la mayoría de personas, ¿Por qué? No había respuestas en esto, solo que su actitud tan explosiva lo hacía desesperarse con suma facilidad y las preguntas de ella no pasaron su límite, pero la temperatura del ambiente y el pensar no eran buenas combinaciones. ]

— Yo he escuchado que bajo estos árboles es normal una confesión, y que es habitual ser correspondido, ¿Quién creería tal farsa? —

—Jum… —Uraraka, inflando sus mejillas, no pudo evitar mirar con desilusión al rubio. Claro, sabía que no podía esperar más que una respuesta algo esquiva… pero, de alguna forma, no había podido evitar desear una respuesta más… ¿encantadora? De todas formas, soltó el aire que había guardado en un suspiro, y retomó su aura jovial.

—Bueno… si te pregunto es porque tu opinión me interesa, Bakugou. Te elegí como mi compañero porque tú siempre intentas ser el mejor, ¿no? Quería ver si podías incluso hacer algo así con este trabajo, pero parece que los subestimas… —dijo, apartando la mirada. Estaba actuando, quizá. Pero realmente estaba queriendo ver si aquella provocación servía de algo.

—De todas formas, una confesión bajo un sakura… J-Jamás me pasó, así que no podría asegurarlo. De todas formas, si la persona es romántica… creo que la atmósfera sí funcionaría bastante —comentó, aunque era un simple pensamiento suyo. Sus mejillas se habían sonrosado un poco, lo cual prefirió atribuírselo al calor, por lo cual abrió la lata y dio un sorbo, dejando que la bebida fría aliviara más su calor. Luego se la ofreció a su compañero.

—También deberías tomar un poco, ¿no? —dijo, dándole también una sonrisa amigable—. Realmente prefiero el clima frío… —añadió como un simple comentario.

— ¡¿Intento!? ¿¡Con quién demonios crees que hablas!? ¡Yo seré el número uno y voy a arrastrar el trasero de todos los perdedores de este lugar! ¡No me vengas con eso! — Pegó el grito con bastante volumen, la simple palabra "intento" era un insulto para el chico, quien se levantaría de golpe en ese instante. Y no, no iba a atacar, simplemente quería reafirmar su imagen como alguien amenazante, cortante y... ¿Demasiado gruñón? Si, era eso como se le consideraba, más no le daba importancia a la opinión de los demás.

— ¿Y por qué cojones debería pensar en lo qué se debe meter en estas cosas? ¿A caso yo soy el de la gran cabeza redonda? — Comento burlón, regresando el comentario de provocación hacia la castaña, en sus labios se formó una risa confiada debido a su propia respuesta. Tomó nuevamente la libreta de ella más sin su permiso, escribiría de forma rápida y un tanto brusca en la misma, unas ideas se le habían metido de forma repentina algo por así decirlo "se le prendió el foco". Tras terminar de hacer unos cuantos rayones y tachones, letras un tanto deformes pero entendibles dentro de una lista con lo siguiente:

[ 1- Composición mágica
2- Densidad de un estúpido tronco
3- Diferencias y semejanzas entre algunos de esos árboles
4- Ventajas y DESVENTAJAS QUE SON MUCHAS DE TENERLOS
5- Historias relacionadas a su creación, objetivos de ellos al estar aquí y demás cosas con esas tonterías
6- Lugares de origen
7- Historias populares entorno a ellos
8- Pequeña historia narrando cómo sería la primera confesión de la tonta cara redonda bajo de uno ]

Guardaría silencio después de eso, haría una especie de intercambio entre lata de refresco y la libreta entre ambos. Tomaría de un sorbo el líquido, y talló con su antebrazo derecho su frente la cual se encontraba cubierta de unas pequeñas gotas de sudor, realmente el calor lo tenía fastidiado. Solo espero a la opinión de ella, fuese mala o no, simplemente para que se callara y se siguiera con el trabajo.

A pesar de todo aquel barullo por parte de su acompañante de cabello rubio, su plan funcionó y Bakugou terminó ayudándola más de lo necesario. ¡Probablemente había descubierto uno de sus puntos débiles! ¿No? De todas formas, en el fondo sabía que debía ser cuidadosa porque ese chico... no tenía consideración con nadie, ni siquiera por el hecho de ser mujer. Eso, en cierta forma, le hizo sonreir.

Posteriormente, tomó el papel que el muchacho había estado escribiendo -casi furiosamente- y lo leyó con el gusto de la victoria en sus labios... al menos, hasta la última línea, donde su rostro pareció ponerse rojo. Rápidamente tomó la pluma y lo tachó.

—¡Creo que ahora sí está perfecto! ¡Vamos a ser los mejores en este trabajo! —con el ánimo burbujeando en su cuerpo, alzó el puño en dirección al rubio, para chocarlo como lo hacían los equipos.

Sin embargo, inesperadamente, el celular de Uraraka comenzó a sonar con una melodía ruidosa así que tuvo que interrumpirse a si misma y atender la llamada.

> "¿Mamá? Hola... Sí, estoy haciendo un trabajo con un amigo... Uhm, sí... ¡Claro! No hay problema, lo hago de camino a casa... En un rato... ¡Nos vemos!" <

Y después de colgar, mostró una torpe sonrisa al chico. —Disculpa, mi madre me pidió que comprara algo para la cena... Por cierto, ¿te parece bien que nos dividamos los temas? Pienso que podríamos hacerlo por separado, ya que probablemente no terminemos todo hoy... ¿Está bien? —Hizo una pausa, como si acabara de darse cuenta de algo—. Aunque... creo que no tengo tu correo.