Un encuentro imprevisto... (Uraraka)

Ichigo Kurosaki, un joven de tan solo 17 años que fue enviado a la Academia Legacy para darle seguimiento a sus misiones como Shinigami Sustituto; esta orden fue emitida y aprobada por la Cámara de los 46, un órgano centrado para los poderes legislativo, ejecutivo y judicial de la Sociedad de Almas de su “mundo”. Solicito el cambio sin problema alguno y al pasar de unos días finalmente fue admitido; tendría que asistir y quedarse allí sin compañía de sus antiguos colegas del Instituo Karakura.
 
Últimamente, muchos Hollows han hecho su aparición por varias habitaciones, corredores y aulas donde suelen circular los estudiantes, vidas que corren peligro si en algún momento se presentan delante de uno ya que sus almas serian devoradas de forma inmediata, pues son espíritus que se han corrompido dentro o fuera del mundo humano sin haber ascendido a la Sociedad e Almas y buscan tanto seres vivos como muertos para hacer el robo del espíritu de sus víctimas.
 
Fue alertado de que en algún momento uno haría acto de presencia en la ciudad, por lo que estar era una opción obligatoria con tal de proteger a los ciudadanos de, pues no se sabe nunca si sería un Demi-Hollow o quizá un Menos… Optaria por las primeras dos, ya que un Menos Grande sería un problema para el al intentar combatirlo y proteger a los seres de allí.  
 
Y allí estaba nuestro héroe protagonista dando vueltas sin rumbo alguno en el parque de cerezos. un sentimiento profundo de tristeza le invadía, pues no tenía conocidos allí ni muchas oportunidades de formalizar siquiera una conexión con alguien de esa zona; ya que su carácter distante y frío no le sirve de mucho para socializar con extraños.
 
( ¿Debería cambiar ello?  )
 
Pensó en el momento que posó su mirada ante el movimiento de las nubes y el sol ocultándose, estaba por atardecer y eso es mejor para él, ya que sería perfecto tener la batalla en plenas horas de oscuridad para que los peatones decidirían retirarse de los acogedores jardines y dejarle despejado el campo donde pronto habría una pelea entre él y una criatura totalmente horrible.
 
Una sonrisa confiada se formó en el chico, estaba contento por al menos hacer algo de lo que tanto quería y dominaba: Pelear. Pero, toda alegría desapareció en cuanto su rostro aterrizó de forma brusca en el césped.  
 
 — ¿Pero qué carajos?  — Cuestiono con molestia, pues algo ocasiono su caída inmediata… O más bien, alguien. Elevó el rostro y pudo notar a una chica sentada bajo uno de los tantos arboles del sitio, ocultando su rostro entre sus brazos mientras emitía sollozos, probablemente tropezó con sus piernas al estar tan perdido en sus pensamientos. ¿No se supone que el parque es para relajarse? O divertirse, no importa; no era de su incumbencia.
 
— Oye, ¿Estás bien? — ¡Mierda! Incluso al intentar dar la imagen de alguien desinteresado o asimilar, siempre suele buscar que todos estén bien incluso si se trata de una plena desconocida, su sentido por querer ayudar jamás se iría de él

La castaña se encontraba triste, ni siquiera tenía los ánimos para estar en todas sus clases. Jellal estaba en la misma Academia que ella,toparse con era algo que no podía evitar. ¿Con que cara lo vería después de aquella confesión?, no quería hablarle, no quería saber nada de el, se encontraba muy dolida.

Las primeras horas de clase fueron eternas, pensaba en saltarse algunas, pero era una heroína, eso no hablaría bien de ella. Trato de dar la mejor impresión a sus compañeros, demostrar que todo estaba bien, intentaba no pensar tanto en lo que había sucedido.

Su cabeza parecía un disco rayado, repitiendo una y otra vez aquella escena, ¿ cuanto tiempo le tomaría olvidar?, siempre escuchaba cuando la gente decía "Solo es cuestión de tiempo", " El tiempo lo cura todo", parecían palabras sencillas, pero realmente ahora entendía que no era tan sencillo como aparentaba ser.

Cuando todas sus clases terminaron se dirigió al parque de cerezos, quería despejar su mente, se sentó debajo de uno de los árboles. El lugar estaba tranquilo, un poco silencioso, justo lo que la castaña necesitaba. Tomo un respiro profundo, en cuanto lo hizo, las lagrimas comenzaron a caer.

Oculto su rostro entre sus brazos rápidamente, no quería que alguien la viera en ese estado, el llanto no desaparecía, al contrario solo se incrementaba cada vez más. Su pecho le dolía, prefería ser herida por alguna batalla que por algo así, era el peor sufrimiento.

━━En que demonios estaba pensando.━━Susurraba, sabía perfectamente que Jellal la rechazaría, aun así quiso intentarlo, si tan solo se hubiera quedado callada, evitaría sufrir de esa manera. Era muy tarde para lamentarse, no podía regresar al pasado y cambiar sus acciones.

Una voz llamo su atención, alzo la vista, tenía los ojos rojos de tanto llorar, no podía articular palabra alguna, pues los sollozos seguían.El chico tenía una mirad seria, ¿Acaso lo había incomodado con su llanto exagerado?, se paro inmediatamente limpiándose la cara.━━Si, me encuentro bien, disculpa si te incomode.━━Mencionaba desviando la mirada, se sentía apenada. Una disculpa no era suficiente, pero era todo lo que tenía para ofrecerle al chico, después de haberle causado una incomodidad.

━━Una ves más te ofrezco una disculpa, arruine el ambiente, ¿no es así?.━━ Agregaba tratando de fingir una sonrisa, trataría de ya no llorar, debía de ser fuerte, tarde o temprano tenía que superar lo que le estaba pasando, no podía estar todo el tiempo triste y con ganas de llorar, lamentarse no le hacía bien, haría lo que muchos decían "al mal tiempo buena cara".

¿Incomodar? No lo había hecho en ningún aspecto, claramente el pelinaranja no comprendía el porqué actuaba así la contraria y mucho menos las razones por las cuales determinó tan rápido algo incierto.

Así que tan solo optó por analizar con cautela a la chica sin ser tan obvio, claro.
Lo primero que percibió sus oídos fue su voz quebrada, posteriormente por medio de la vista notó el recorrido de las lágrimas a través de sus mejillas y claramente el origen de estas: ojos llorosos.
Si bien podría ser desinteresado en ocasiones, no podía permitirse el lujo de ignorar o pasar en este caso ni mucho menos sabiendo que a quien tenía frente suyo no estaba bien del todo.
Y no solo basta de sus sentidos, algo en su interior también se lo decía.

— Ah, estás hablando muy rápido. — Mencionó burlón; pues como se mencionó antes: la chica asumió una situación a manera de que ella le provocó molestias a él, lo cual es totalmente erróneo.
Ladeó su cabeza hacia los lados en forma de negación ante las palabras ajenas, buscaría la forma de subir su ánimo a pesar de no conocerle.

— ¿Cuál ambiente? ¿Te refieres a este? — Aún seguía en el pasto y aprovecharía ello ya que con su mirada buscó una flor y así fue, la encontró frente suyo intacta, agradable aroma y con hermosa apariencia, eso fue suficiente para darse un diálogo motivador.
Se levantó de dónde estaba, tomando una posición en cuclillas y tomó a la chica con suavidad del antebrazo sin previa autorización, buscaba llamar su atención a la ya mencionada flor.

— No lo arruinaste, ella está bien. ¿Lo notas? — Replicó con serenidad, realmente le estaba costando un poco el que las palabras salieran de su boca pero aún así lo intentaría pese a cometer algún error en ese discurso.
Si bien se sentía hundido en su interior; no le importaba mientras el resto estuviera bien.

— Te sentaste a un lado de ella y pudiste haberla pisado, más no fue así.
Imagina esto: ¿Cuántas personas no pudieron haberla cortado antes y llevarla a casa? ¿Cuántas personas no pudieron haberla pisado también, eh? Tantas cosas que pudo y puede pasarle, y aún así la veo aquí entre nosotros.
¿Me entiendes? No arruinarte nada, al contrario, al parecer tuviste cuidado. —

La castaña continuaba limpiándose los ojos, una vez que se calmo, encontró aquello embarazoso, aunque le alegraba que el chico enfrente de ella continuará con la platica normal. Soltó una risa cuando escucho al chico decir lo rápido que ella hablaba, en efecto ochako tenía la mala costumbre de conversar rápidamente cuando se encontraba nerviosa, o cuando algo la emocionaba.

━Perdón, suelo hablar rápido en algunas ocasiones, aunque te garantizo que después de escuchar mi dulce voz todos los días te acostumbrarás a ello.━Mencionaba sonriendo, hablar con aquel chico la había tranquilizado, la conversación era tan agradable, que no tenía que esforzarse por sacar la platica adelante.

La castaña se arrodillo, pues el chico la había agarrado del antebrazo, algo que no le asombro, su mirada ahora estaba fija en aquella hermosa flor. Las palabras que el pelinaranja decía se quedaban muy grabadas en su memoria, en efecto la flor estaba intacta, pese a que ella se sentó en el pasto, ¿acaso aquello era algún tipo de señal,señal de que las cosas estarían bien de ahora en adelante?.

Era una pregunta difícil de responder, pero se alegraba, gracias al chico a lado suyo ahora se encontraba más tranquila, en su mente ya no tenía aquella horrible experiencia; intrigada era como se encontraba ¿quien era esta persona?, lo observaba de reojo, era alguien serio, pero al parecer siempre tenía buenas cosas que decir cuando la ocasión se tornaba incomoda.

━A todo esto, ¿cual es tu nombre?, pensaba en llamarte cabeza de zanahoria, o algo más tierno, cabecita de zanahoria, o el chico zanahoria.━ Decía bromeando, haciendo referencia a su cabello, aunque admitía que cualquiera sería un buen apodo. Lo decidió, no importaba cual fuera su nombre, elegiría un buen apodo de los que había mencionado y le diría así de ahora en adelante.

━Ah y también, espero que a partir de ahora, podamos volvernos a ver, por cierto antes de que respondas, mi nombre es Uraraka Ochako, un gusto conocerte━Mencionaba mirándolo con una gran sonrisa. La castaña tenía curiosidad, dijo todo aquello para verlo sonreír, se preguntaba como sería aquella sonrisa.