Descifrando el cielo. [Priv. Liam]

A veces tu estado de animo, el tiempo o una simple equivocación  pueden llevarte a sitios a los que nunca creías que irías ese día o en ningun otro de tu vida.

Decidio tomar las escaleras para subir al siguiente piso. Pero por la excusa de una mala señalización, o simplemente las ganas de seguir subiendo, y romper las reglas de lo que creía que era lo correcto lo dirigieron a pasar por esas otras escaleras que no parecían tener fin.

¿Qué iba a encontrarse?

Tal vez nada. Se imaginaba una puerta cerrada con llave o una pared.

La cuestión era hacer algo diferente para romper aquella rutina.  Y poder pensar que al no hacer lo que haría otra persona común y corriente estaría un poco más cerca de ciertas personas que echaba de menos.

Sin embargo a medida que iba subiendo aquellas interminables escaleras iban descubriendo lo que se encontraba al final de ellas. Como era de esperar. una puerta.

Subió hasta el final y aburridamente intento girar el pomo.

Su sorpresa fue grande cuando este se movió y una brillante luz empezó a colarse por el espacio que estaba creando entre la puerta y el marco.
No dudo en terminar de abrirla y descubrir que daba al exterior.

Su corazon se acelero levemente al pensar en aquello. Nunca antes había subido en una azotea ni mucho menos sin permiso.

"Que chico tan malo..." Se burlo de si mismo mientras salia, pensado que era patético emocionarse por estar en un lugar como aquel.

No había nada. Nada excepto aquel sol que lo iluminaba todo. Alzo sus ojos para ver el cielo a la vez que se tapaba un poco la vista con la mano para hacerse una sombra y no lastimarse.

El cielo era de un intenso azul celeste. Solo alguna que otra esponjosa y blanca nube rompía aquel hermoso color.
Le daba un toque muy relajante y adormecedor. Tanto que no podía apartar los ojos de aquellos cuerpos o vapores flotantes que le invitaban a sentarse y disfrutar de aquella soleada y silenciosa tarde que  le estaba brindando aquel lugar.

Cerró la puerta tras de él y se fue dando paso hacia la verja que impedía cualquier tipo de accidente.
Miro a través de ella. Podía ver casi todo Yokohama por esos finos hierros.
Una palpitación le hizo buscar, una vez mas, la cámara que casi siempre estaba colgada de su pecho, pero esa vez, no.

De alguna manera aquella visión le representaba.
Se sentia como alguien que tenia todo un mundo delante de él pero por culpa de uno bloqueo se quedaba parado, sin hacer nada. Sin pensar en que tal vez aquel impedimento tenia un final o incluso una forma de ser escalado. Suspiro débilmente y se aparto para volver a alzar sus ojos y despejar su mente de aquellos pensamientos que cada dos por tres pinchaban su cerebro.

Busco algo de sombra y se sentó, terminando por dejar caer completamente su cuerpo en el suelo tibio por el calor del sol y a la vez el  frío de la sombra.

Estaba seguro que si no decía ni hacia nada nadie se iba a enterar nunca de lo que estaba haciendo y de donde estaba.
Sonrió con suavidad y cerró unos segundos sus ojos, disfrutando de aquellos momentos de anónima soledad.

El silencio roto por los armoniosos cantos de los pájaros, la suave y tibia brisa y el relajante azul del cielo lo estaban transportando a otro lugar que no podía ser la Tierra.

Sentía demasiada paz y bienestar como para que así fuera. Aquello tenia que ser el cielo.

Le costo un poco acostumbrar sus ojos a aquel azul tan profundo. Pero al conseguirlo se perdió en ese color.

No podía evitar imaginarse o simplemente desear empezar a flotar y desaparecer entre aquellas nueves. Como Peter Pan quien podía jugar dentro de ellas.

Estaba tan relajado que no escucho el sonido de la puerta al volver a abrirse, a parte de que estaba un poco alejado de ella.

Suspiro relajadamente y estiro su cuerpo dejando ver por unos segundos su vientre. No le importaba para nada estar sobre el suelo, hacia que aquello, de alguna manera, fuera mas real a la vez que rompía el encanto de aquel sueño en el que se estaba adentrando. No le molestaba, al contrario,pues sabia perfectamente que por muy bonito que fuera y que por muchas ganas que deseara mantenerse así por siempre, no se podía vivir de los sueños.

Se formó una leve sonrisa en su rostro cuando una de aquellas nueves empezó tener forma de dragón. Recuerdos muy gratos pasaban por su mente con esas nubes.
Había tenido la oportunidad de ver a bestias buenas pero tambien de malas.

Suspiro nuevamente al pensar en alguien por unos segundos. Sin evitarlo cerro los ojos con aquel pensamiento.

Sin embargo una intensa voz le hizo abrir los ojos de golpe y a la vez levantarse para quedar sentado. No podía ser...

Se giro para comprobarlo y así era. Sus ojos se abrieron como platos y luego no pudo evitar en esbozar una débil sonrisa, aunque esta estuviera un poco cansada. Parecía ser que la tranquilidad se había acabado.

-Hola Liam..¿qué haces tu por aquí?- Se preguntó si le pasó lo mismo que a él, aunque fuera una cosa bastante improbable.

Nuevos recuerdos y preguntas se pusieron en alerta al verlo. La ultima vez que se vieron las cosas quedaron muy abierta y de algun modo se alegraba de verlo tan bien.

-¿Todo bien?- Quiso cerciorarse antes de nada. Por muy escandaloso que fuera era buen chico y de alguna manera le preocupaba saber como estaba. Al fin y al cabo no conocía a mucha gente y la que ya formaba parte de su vida, le importaba.

Se sorprendió al ver a Liam sonreír de esa manera. Para nada le pareció intimidarte, sino al contrario. Le pareció sincera y cálida. Humana.

-Tal vez sea un bloque de pisos pero en el primero hay una tienda y bueno.. -Desvió levemente la mirada.- me metí por un lugar, creyendo que había un segundo piso y termine aquí...-Le contó, escusandose un poco.

- Eres libre de hacer lo que quieras...Siempre y cuando no provoques el vomito al otro...- Rió amargamente para luego desviar su mirada hacia el cielo.

Nunca lo habían echado de ningun lugar. Siempre estaban bien las primeras veces. Aunque tampoco le entusiasmaba, pues odiaba los ambientes tensos.

Al ver que se tumbaba a su lado no dudo en volverse a apoyar completamente en aquel suelo. Parecía mentira lo cómodo que era a pesar de su dureza.

-¿Yo?- Hizo una leve pausa.- Ahora estoy bien.-

Esa era la verdad. En esos momentos se sentia bien y no había nada mas que hablar sobre el tema. Mas que nada porque no tenia ningun tipo de importancia.

Las nueves, las cuales cambiaban de tanto en tanto, pues estas estaban siendo empujadas por el viento le llamaban cada vez mas la atencion. La verdad era que nunca se había parado a mirarlas y se arrepentía de ello, aunque tampoco tubo el momento ni las ganas de pararse a pensar en medio de la nada sin miedo a ser reñido o causar algun tipo de molestia a alguien.

Tenia en mente aquel momento en que la serpiente se chivo de la verdad de Liam. Quería hablar sobre el tema, tenia mucha curiosidad, pero no se atrevía, con lo que al menos por el momento, lo dejaría pasar.

El dragón que momentos antes había visto ya no estaba. Se transformó en un par de nubes que parecían querer juntarse.

-Y por cierto...¿Qué haces tu aquí?- Termino por preguntar sin dejar de mirar al cielo.

Se sorprendió ante aquella respuesta. ¿Para que necesitaba tanto dinero? ¿O era que le pagaban una miseria?

Tal vez mantener su cuerpo era mas costoso que el de un humano.
No tenia coche pero sabia que el mecánico podía llegar a ser muy caro.

-Tienes suerte de poder sacar tiempo libre para hacer este tipo de cosas teniendo tantos trabajabas...-

En el día que estaban, Shizuke no fue a trabajar porque estaban haciendo limpieza y revisión de plagas donde trabajaba. Les dieron día libre libre a todos sus compañeros y a él mismo, por supuesto.
No era que el restaurante estuviera plagado de cucarachas o ratones. Sinó una simple revisión obligatoria por asuntos de salubridad etc. Tampoco le interesaban mucho esas cosas. Hacia lo que le mandaban y ya estaba. No iba a quejarse por tener un día libre, al contrario.

-Aunque haces bien... ojala yo subiera hacer lo mismo y poder estar tranquilo como en estos momentos mas a menudo..- Suspiro con suavidad. -Si que es una nueva experiencia..-

Tal vez para muchos aquello era una perdida de tiempo o un acto de locos pero para el castaño era recuperar media vida. La tranquilidad era algo muy preciado para el ojiverde. Probablemente volvería a ese lugar y no dudaría dos veces volver a lanzarse a hacer cosas como esa o simplemente dejar de lado sus enseñanzas y adentrarse un poco mas en un mundo donde nada estaba prohibido si tu no quisieras.

Siguieron callados hasta que el pelilila volvió a hablar. Se preguntaba si diciendo aquello se refería a aquel especie de monstruo parlante.

¿A caso era él quien quería hablar del tema? ¿O estaba siendo una mera coincidencia?

Al fin y al cabo el dragón que antes había visto ahora parecía una serpiente a la cual se refería él.

-Si, antes parecía un dragón..- Le contó. -¿Tu crees que seguía allí dentro?- Siguió al cabo de unos segundos, refiriéndose al monstruo. Tal vez no lo entendiera pero en el fondo necesitaba hablar de lo sucedido. Había sido todo muy extraño.

Se sorprendió al escuchar que tambien ejercía de camarero.

No se lo esperaba y menos después de como lo trato esa noche. No tuvo ni un punto de consideración hacia su trabajo ni hacia él, siguiendo la corriente de esos borrachos. Pero como había dicho antes, era de un restaurante de lujo. Probablemente las cosas eran distintas en un lugar como aquel.


-El dolor forma parte de la vida. Todos lo tenemos que sentir en un momento u otro. Creo que es bueno encariñarse de algo o alguien, aunque después duela por cualquier motivo. Siempre quedaran los buenos recuerdos. -Hizo una leve pausa.

Para Shizuke, los recuerdos que conservaba tanto buenos como malos, le eran útiles. Unos para seguir adelante y otros para no caer en el mismo error o pensárselo dos veces antes de hacer algo. -Cualquier cosa que te haga sentir vivo, es buena, aunque duela o...eso pienso yo.-

No aparto su mirada del cielo. Se había atontado viendo moverse con una lentitud extrema unas nubes que le parecían pura nata montada.

-No soy nadie para decirte nada pero creo que haces bien de querer vivir siempre nuevas experiencias.- Suspiro.-Ojala yo pudiera hacer lo mismo pero estoy ligado...- Torció con levedad el labio.

Pero en realidad lo estaba porque quería. Nadie le obligaba tener una vivienda fija y comida en la nevera. Si quería podía dejarlo todo atrás y vivir el día a día como si fuera el ultimo. Desgraciadamente no se atrevía, o tal vez tampoco era el momento.

Y una vez mas no quiso entrar en mas detalles sobre eso. Era un asunto que le provocaba dolor de cabeza, porque era algo que pensaba constantemente.

¿Aquella vida era la que quería? Estaba casi seguro de que no.

Por otro lado al hablar de aquella experiencia no pudo evitar el suspirar. Pensar en ciertas personas le provocaban una nostalgia y un sentimiento de añoro bastante importantes.

-Tienes razon, a veces no se de donde me llega tan buena suerte...Si es que se le puede llamar así...- Muchas veces se habla librado de peligros realmente grandes por pura suerte o por circunstancias totalmente fuera de lugar.

Como fue en el caso de aquella cueva,donde fueron teletransportados.

-Las nubes que parecían una serpiente..ahora.. me recuerdan a algo pero no se al que..¿tu que ves¿-Le pregunto sin dejar de mirar esas esponjosas masas de agua y vapores que se mantenían de forma alargada.

-Y...a pesar de que podía ver algo diferente en ti.. me pensé que fueras un androide..eres el primero que conozco, que sepa. - Le miro unos segundos. Quería preguntarle que se sentia al ser uno pero. ¿Qué le iba a contestar? Tampoco había sido persona antes, con lo que tampoco podía notar la diferencia.

Suspiro levemente al escucharle. Suponía que tenia razón. Aunque a pesar de que los humanos superaran los malos momentos tambien quedaban archivados dentro de sus cerebros y corazones, la única diferencia era que ya no lo sentían de la misma manera. Aquellos mal recuerdo se volvían un callo indoloro, simplemente permanencia allí. Y si pensabas en él o te lo mirabas, recordabas como lo habías obtenido y ya estaba.

Se quedo callado, sin despegar sus ojos del cielo, algo pensativo. Tampoco quería desanimarse ni desanimarle, aunque le pareciera una cosa casi imposible. Y a pesar de que fuera un nuevo y duro conocimiento, se alegraba de saber un poco mas sobre Liam y tambien sobre los androides.

El castaño no pudo evitar reír ante la opinión del pelilia. -Mas claro imposible y es verdad.-

Escucho atentamente sus palabras. Tenia razon. cuando a la gente le venía a la cabeza la palabra androide, no podía pensar en otra cosa que no fuera algun ser muy poderoso y casi invencible. Si miraba a Liam solo podía ver un chico, un tanto peculiar, pero solamente un chico.

-Si te sirve de consuelo, cuando te vi por primera vez, no vi ninguna maquina. -Dijo mientras giraba su rostro para verle. -Y cuando supe que eras un androide, no pensé que pudieras disparar tus puños hacia nadie.- Sonrió levemente, recordando a Mazinger Z, aunque ese fuera un robot.

Cualquier persona que hubiera conocido a Liam en la piel de Shizuke no se habría acercado mas a él. O simplemente lo habría mantenido lejos.

Aunque Shizuke ya había olvidado o dejado de lado lo sucedido.
Probablemente porque para el castaño el dolor simbolizaba algo diferente a lo que pensaban los demás o la mayoría. Su anterior vida le había hecho aprender aquello. Todo se tenia que guardar y utilizar. Toda experiencia era buena si esta te hacia sentir vivo.

Suspiro levemente mientras de nuevo volvía a mirar hacia el cielo. El aire había traído nuevas nubes.

-No se tu pero estas nuevas nubes me parecen dos personas cogidas de la mano.- Sonrió ladinamente mientras las observaba flotar por el cielo.
Tal vez en verdad lo fueran y habían salido a explorar aquel cielo tan azul. Suspiro nuevamente.

Nunca se había plateado tener pareja, pero a medida que iba pasando el tiempo la soledad se hacia mas presente en él, tal vez porque estaba conociendo gente y la quería más cerca.