Como en los viejos tiempos (Anton + Libre)

Música del tema:

Tantos kilómetros de Alemania y por fin había llegado al otro lado del mundo. Todo me parecía increíblemente cercano. He realizado tantos viajes por el mundo que ya ni recordaba donde me asentaba. Simplemente sabía que el mundo era mi hogar nada más. Ese mismo día había llegado a la ciudad de Yokohama. Me encontraba en Japón, en la tierra del sol naciente.

Todo era por la aparición de esa nueva academia que se veía tan pacífica. Quien proteja a los humanos y a los estudiantes es mi aliado y por eso me fui de ese otro lugar. No podía quedarme en un campo a disfrutar el resto de mi vida. Me tenía que quedar con un pedacito de honor al defender a los más débiles y justamente eso fue lo que me dijo la bruja: si quería salvar a los humanos, Legacy era la respuesta. No tenía mucho que opinar, por lo que obedecí su primera búsqueda. Tenía que traer esa hierba. Me sentía algo solo ni tampoco había desayunado, así que me encerré en mi habitación todo el trayecto del barco.

Cuando éste se detuvo abrí mis ojos y me puse la mochila en la espalda. Siempre llevaba una en casos de emergencia, incluso tenía varias armas. Me levanté de la cama y salí de la pequeña embarcación. Sabía que dejé esperando a mi otro colega. Hace mucho tiempo no había entablado relación con nadie, es como si me hubieran borrado del mapa. Di unos dos pasos para ver un delantal azul, esa misma estatura y esa arma. No podía ser. Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Tantos meses sin vernos y por fin nos volvíamos a encontrar.

- ¿No haber tenido un buen desayuno es una excusa, querida Alice? - y me acerqué otros dos pasos a ella. Hace aproximadamente dos años mis aventuras habían comenzado con ella, con mi mejor amiga. Pensar que antes era una estudiante y ahora tiene más poder que yo. Tantas cosas habían pasado y al fin nos reencontramos. Tal parece que el destino nos dio otra oportunidad de vivir otra aventura, sólo que ahora en una isla tropical en medio de una megaciudad. Era increíble. - También te viniste a Legacy. Así que seremos compañeros de nuevo.   - y me acerqué lo suficiente para ponerle la mano en su hombro. Tantos meses en la sombra y el destino había organizado esto para nosotros. Ya había decidido que me olvidaría de lo sucedido en Alemania y protegería a los humanos y estudiantes de esta otra academia, pero fue gratificante saber que no estaría solo. Por fin, un rostro conocido.

De un abrazo cubrí a mi antigua alumna y ahora otra vez colega. Me agradaba sentir su grata compañía de nuevo y es que ya necesitaba de una voz amiga con la cual estar y luchar al infinito. Me parecía que definitivamente era la hora de tener este cambio y nada más que Alice sería mi nueva partner de aventuras. Me sentí feliz de verla. Sonreí como siempre y me comentó sobre Beatrice: la directora de la academia.

- Esa señora es de temer. Probablemente ni nosotros dos podríamos en una batalla contra ella. Es mejor tenerla de amiga, por ahora -entonces saqué de mi mochila una pequeña espada que se alargó hasta llegar el metro con una sacudida. Era una hermosa katana que reflejaba la luz de la luna. Estaba todo muy oscuro y también estaba saliendo un poco de neblina. Era muy húmedo y cálido, muy diferente a lo que nosotros experimentábamos en Alemania. No importaba, ya nos acostumbraríamos.

- ¿Te mandó a buscar el veneno, no? Entonces seremos compañeros, toma esto. Así es la criatura -comenté y de mi mochila saqué una pequeña fotografía con la imagen del monstruo. Era un gusano que medía aproximadamente 10 metros de largo y tenía espinas muy filudas y venenosas. Vivía en cavernas húmedas, así que me quité la chaqueta y la bufanda para colocarlas en la mochila. Hacía bastante calor, pese a haber neblina.


- Qué calor hace acá... bueno, he estado pocas veces en climas tropicales. Deberíamos usar linternas, después de todo, entraremos a una cueva con un bicho bien peligroso - saqué de mi mochila una y la encendí. La neblina ahora ya cubría más a la jungla. Sentí de pronto que algo iba a pasar con respecto al lugar. Menos mal que llevaba otras armas en caso de que se presentara otra dificultad. Lo mejor sería hacer esto lo más pronto posible. Así que seguí el camino. Me volteé y esperé a Alice. Era momento de dirigirse a la caverna.

-  ¡Woah!  - y mis ojos vieron lo que era fácilmente una caída de 40 metros, que debía ser bastante dolorosa. Menos mal que mi ex-alumna me ayudó a sacar de este problema. Me paré y la vi directo a sus ojos verdes, suspiré y me llevé la mano a la cara - ¿Por qué no me lo dijiste, Alice? Bien, andando  - le pregunté en un tono paternal mientras llevé mi mano palmeando su cabeza. Sabía que le molestaba un poco, pero no podía evitarlo. No era que yo hiciera eso para hacerla sentir mal. Es sólo mi extraña manera de demostrarle admiración y respeto.

Ella se teletransportó hacia abajo y me dijo que bajara. No tenía inconvenientes así que de un salto llegué ahí mismo donde Alice estaba. Llegué a la caverna haciendo que retumbara un poco, me reincorporé y vi que tenía una desagradable sorpresa en mi zapato -  Puaj, aplasté un murciélago  - lo tomé de su cabeza y lo arrojé lejos. Era un lugar muy oscuro, no se veía mucho y además una extraña humedad corría por las paredes. Esto no era nada bueno.


- Alice, cuidado el gusano pued -  - y de las mismas estalactitas sale un gran gusano como de diez metros y con un hocico filudo, similar al de un pulpo con muchos dientes. Era algo horrible. Se abalanzó hacia nosotros, pero mis reflejos de vampiro hicieron que me defendiera primero asestándole un puñetazo y derribándolo. El gusano cayó pero se paró inmediatamente lanzándose contra Alice - ¡Cuidado! ¡atrás de ti! - así, la gran cola del gusano impacta con la linterna que ella tenía dejándonos a oscuras. Ahora sí que estábamos en problemas. Saqué de mi bolso un pequeño frasco para echar el veneno.