Tiempos juntos.

—"Una alma nunca esta mal en guardar."

Dulce, maravilloso momento de soledad. ¿Su pareja? se había ido unos momentos a quien sabe qué, mas la soledad fue interrumpida de la mejor manera; iba a quedarse callada todo el rato hasta que la deidad llegara y terminaran su caminata por aquel precioso lugar. No solamente pensar la razón del por qué la siguieron hasta el lugar era extraño o inimaginable. Casi media noche, soledad entre tres individuos, cementerio, fuera de la ciudad. ¡Todo apuntaba a una caminata nocturna! pero no, solamente escuchar las quejas de quien era su acompañante o mejor dicho, la seguidora del Dios le fueron un insulto total. ¿CUIDARLA? ¿PROTEGERLA? Un insecto debería reconocer su lugar, su vestimenta era la habitual. Su traje de Maid qué en minutos fue teñido de un rojo tan fuerte y claro como la pintura misma.

Pero, ¿Qué sucedió con la chica de voluptuoso cuerpo y rostro de modelo? La respuesta era tan simple como divertida, primeramente dos cículos mágicos rodearon la palma de la Maid; aquellos giraban contra las agujas del reloj en una velocidad tan elevada que apenas lograba verse, más con una luz nula en su palma sencillamente la llevó a extender su palma diestra contra la ajena, abriendola de manera inmediata.

—¿Cómo una miserable humana puede venir a estas tierras sagradas? aunque sean cadaveres de seres sin valor, sus almas son muy útiles.
Recobrando la compostura una larga sonrisa había aparecido en el inexpresivo rostro, del círculo aparecieron tres cadenas con puas en cantidades exageradas, las cuales inmediatamente atacaron a aquella preciosura. ¿Qué podía decir? las cadenas atravesaron los hombros de aquella mujer hasta empezar a separar sus extremidades, primeramente retiró por completo sus brazos, luego sus piernas unicamente hasta las rodillas; de forma seguida en aquel brutal acto empezó a caminar hacia la misma; habían aparecido alrededor de quince círculos mágicos en el suelo teniendo como eje el cuerpo de la chica, los cuales ni bien aparecieron empezarón a girar de forma contraria a la de cada uno como si de relojes se tratasen, unos avanzando y otros retrocediendo, las cadenas de su palma se retiraron de su palma y sin previo aviso empezaron a moverse en el suelo, posicionandose entre las piernas de aquella chica.

¿Cual sería el efecto de ello? la respuesta era muy simple. Regeneración a las heridas de la moribunda chica, los gritos desgarradores eran excitantes de cierta forma, solamente escucharla gritar del unico dolor de unas ya inexistentes heridas le fue satisfactorio. Su caminata o su vida llegó a su fin tras sentir el liviano peso de la Maid sobre su abdomen, sus manos fueron a la cabeza de esta, acariciando sus mejillas hasta extender sus dedos pulgares a los llorosos ojos.

—Fue lindo ver a Yato hablar con alguien fluidamente, aunque yo no pueda lo hiciste por mi un par de horas, te agradezco tu útilidad, mas ya es tiempo de que seas útil.

Fue lo unico que dijo antes de dejar a las cadenas penetrar la intimidad de la chica, sus dedos se hundieron en sus ojos y sin mas empezó a sacarlos de forma poco profesional, sabía que la chica había muerto, ya sus signos vitales habían dejado de funcionar tras la exploración a fondo de las cadenas en su interior cual Teemo en la jg enemiga. Cuando ni bien escuchó al ajeno, guardando sus ojos en aquel frasquito al igual que unos cuantos litros de sangre; miró de reojo su traje para así dejar escapar un largo suspiro.

—Sus ojos seran un recuerdo, no te diré la razón y la sangre... Bueno, me gustaria ver si con ella logro curar tus heridas.

Pocimas, medicinas e incluso venenos podrían hacerse, realmente antes de pensar en si piensa en el debíl de su Novio.

—Deberías pensar que hacer con el cuerpo, no tengo problemas en desintegrarlo.

Sí, solo ver aquel cuerpo sin vida le causaba no un asco. Sí no una especie de intriga de no poder llevarselo, era obvio que llevarlo haría una intriga extraña al caminar a casa o a un lugar cualquiera lejos del cementerio, era extraño. Primera vez que admiraba a Yato sin una larga sonrisa en su pareja tras hacer algo que implique con el, pero poco importaba de lo que sucediese en ese momento, su mirada se quedaba fija en aquel cadaver sin una previa herida parte de la marcada en su vientre y feminidad; guardó sus cosas de forma algo celosa al borde de tecnicamente esconderlo.

De un momento a otro una capa o un manto de un color marron rodeo a la Maid, hasta que sencillamente se dejó ver de totalidad su formal traje; fue obvio. Su ropa fue cambiada de un momento a otro dejando su traje de Aventurera como tal en uso, ¿Cómo se cambio? magía, no había otra explicación logica.



—Podriamos comerla, aunque su carne sepa de una forma realmente patetica. No obstante, puedo llevarla a una de mis hermanas.

Sí, la Doppelganger tiene familia, mayormente otras No-muertas diseñadas de distintas razas y distintas habilidades, pero de igal forma eran familia. No era facil imaginar lo que haría, mas no tuvo de otra que desintegrar el cuerpo, dió tres pasos hacia el cadaver, elevando ambas palmas un constante voltaje empezó a recorrer entre sus manos para luego ir aumentando la intensidad, se veía ya toda la zona en un rango de quince metros cuadrados teniendo de Eje a la Maid, cual bombilla de estadio de Beisbol iluminando todo.



—Decidido.

Sin mas, dejó caer un pequeño relampago desde sus palmas contra el suelo; cual desintegrador de moleculas aquel cuerpo ya sin vida fue desintegrado, al igual que un largo monticulo de tierra, dejando un cracter pequeño de alrededor de 15 metros de profundidad.