Felicidad en tiempos de cambio. (Star Légion)

A medida del tiempo en pleno medio día, sin pena ni gloría aquel varón de cabellera oscura se movilizaba bajo la hilera radiante de rayos de sol que, cubrían por completo su anatomía a la hora de encontrarse en la playa Rokkenjima con el objetivo de reunirse con su nuevo equipo para realizar una expedición en una fiesta de bienvenida, era totalmente nuevo por lo que desconocía incluso que debían hacer, ciertamente se encontraba hasta confundido hacia donde se debería de dirigir creyendo constantemente que era una perdida de tiempo sí no había mínimo una botella de agua fría. Se estaba quemando por completo la piel en pleno caminar acto que conllevaría al cubrir de su piel expuesta con una crema para evitar daños, ciertamente era muy cuidadoso con tales detalles más considerando que se encontraba rodeado de gente totalmente desconocida.

    — Hah, me tiene agotado caminar por toda está playa... Imaginó pronto encontraré a mi nuevo grupo. deben ser amigables, ¿no? — En realidad, aquel varón no llevaba más de cinco minutos caminando en busca de su equipo, de hecho, había divisado a otros ya divirtiéndose; por lo que ya suponía que era una mera junta para conocerse. — Bien, mejor les espero acá.

     Exclamó para sí mismo al ver que ya cubrió toda la zona en la que se suponía que se juntaban, por lo que dejando su chaleco en el suelo, se tiro sobre el mismo... Dejando que se queme toda su espalda, esperaría la llegada del resto, sería una forma de conocerse muy incomoda a su parecer, pero haría su esfuerzo a la hora de finalmente encontrarse con ellos.

╔══════ ≪ •❈• ≫ ══════╗
ᨖ S ᴍ ᴏ ᴋ ᴇ ʀ   (スモーカー) ᨖ
╚══════ ≪ •❈• ≫ ══════╝

Con la llegada del atardecer, la luna en su fase creciente hacia su acto de presencia a un costado del hermoso cielo, aun dominado por los rayos ultravioletas qué se inyectaban a través de la atmósfera a causa del sol. En la playa Rokkenjima, podía escucharse el relajante sonido del impacto de las olas, las unas contra las otras, causando su ruptura y dispersándose a lo largo y ancho del agua, acompañadas del calmado viento que arribaba y acicalaba la hermosa y albina cabellera del hombre que rondaba en la orilla. Como si fuera un caminante errante qué cientos de tierras recorrió, se asomaba por la orilla buscando confort y motivación. Dejando la firma de sus botas al transitar sobre aquel lienzo que era la arena. La dirección que le fue dada era acertada, su altura considerablemente alta y su gran porte era lo que más destacaba en su persona. Poseía un atuendo bastante inadecuado para aquella tarde en la playa, unos Jeans ajustados junto a una chaqueta de cuero, condecorada con dos hombreras doradas y un símbolo de justicia en su espalda, abierta en el abdomen de par en par, dejando como la atracción principal a sus tonificados músculos y abdomen. La llegada del albino con sus ropajes blancos no era lo único a destacar, consigo llevaba una nube de toxicidad qué desprendía a lo largo de la playa a medida qué su paso arduo se incrementaba. Eran sus enormes puros que fumaba los cuales dañaban aquel bello ecosistema con su humo blanco, aun así esto no le importo a aquel bribón de pelo albino. Con un gesto serio y un rostro no muy amigable, se fijó en su delantera, observando y detallando con sus ojos vino tintos a un joven señor, qué yacía acostado en la comodidad de la amarillenta arena.

————— Je...hacer amigos, que ridículo qué tenga que hacer esto, se supone que soy un Marine, no un payaso en un parque de diversiones.

Murmuraba para si mismo mientras que su paso se atenuaba. Luchando contra su orgullo y altanería, aunque dispuesto a sacrificarlos con tal de cumplir lo pautado. Su caminata por la playa abría culminado con el avistamiento del ajeno, se acercó al párvulo acostado en la arena, hasta situarse a su costado. Mirándolo por encima del hombro con majestuosidad y un poco de curiosidad, pero principalmente con cautela a sus movimientos. No le dijo nada en primera instancia para no asemejar una mala conducta, totalmente callado mientras lo miraba, alzo su mano derecha hasta su boca, para con su mano revestida con la comodidad de sus guantes de cuero, despojarse de los dos puros que se hallaba fumando al mismo tiempo. Luego expulsando por su boca el humo contenido en sus pulmones de forma impoluta, poco a poco este disolviéndose en el aire. Una vez así, aquel hombre de cabellera albina se dispuso a sentarse al costado derecho de su...¿Amigo? ¿Compañero? no sabia como llamarlo aun. Silencioso y tranquilo, miro hacia el mar abierto contemplando la bella puesta de sol, mientras que sacaba con su mano derecha, unos lentes de sol de uno de los bolsillos de su chaqueta. Acomodándolos en su semblante sutilmente malhumorado, entrando a un estado de quietud y armonía.


————— Me encanta apreciar estos momentos...mi nombre es Smoker, aunque para ti seria Almirante Smoker.

Expresó en un tono de voz apacible, sin quitar la mirada del hermoso mar azul que se extendía a lo largo de la playa. Anunciándose así mismo como el Almirante Smoker ante su prójimo, esperando la llegada del séquito faltante, mientras que socializaba con el no muy conocido párvulo a su lado, en la susodicha playa prevista como el punto de encuentro. La alta temperatura correspondiente a la zona horaria, no infligía alguna consecuencia en la piel del peli albino debido a su intangibilidad, pero a pesar de eso, Smoker seguía percibiendo al sol como una masa de calor imprescindible, tanto para él como para la vida.

La joven femenina de cabellos oscuros con una camisa blanca remangada y pantalón/short pesquero y asi caminaba por la arena, descalza y con sus zapatillas en sus manos, en aquel lugar mientras caminaba tal vez sin ningún rumbo pero observaba por un bello atardecer...

Era algo estremecedor ya que tras años de estar encerrada parte de su vida tras de las murallas estar o sentirse libre era algo nuevo. Pero se sentía bien, por lo que decidió seguir caminando y mirando a sus alrededores con una pequeña sonrisa de satisfacción y tranquila. Su silencio además de mantenerla calmada le era muy eficiente.

(—Y... ¿Ahora...?) (Se supone que tengo que reunirme con mis ¿compañeros?)

Penso para si misma observando mientras volteaba hacia detrás de ella mientras daba lentos pasos. En eso regresando su cabeza hacia adelante logro ver a la lejanía dos figuras, y al verlos decidió acercarse para unirse con ellos.

Al llegar y verlos platicar entre ellos, no quiso ser grosera pero los interrumpió y asi no pasar desapercibida por lo callada que puede ser.

—Hola...—

Dijo con aquella singular serenidad y frialdad a la vez con un poco e amabilidad que la definía. De ahí solamente se limito a observar previamente hacia el mar que estaba frente a ellos y a poder sentir las brazadas de aire frescas y frías que movían las hebras de su corto cabello.

La joven de cabello amarillo, amarrado en cuatro coletas, tenía la costumbre de estar en sitios calurosos, no llevo ropa adecuada para la ocasión, llevo su típico vestido abierto de lado color negro su abanico lo dejo al no querer peso extra aún así no era gran problema cargarlo incluso en una playa.

Llegó mucho antes que todos lo demás, hasta el atardecer llegaron los demás y ella espero casi desde el medio día la llegada de todos en el punto acordado sentada hasta ver qué llegaron los demás se levanto, era propio decir algo al menos ahora.

—Estoy aquí, soy Temari.

Se paró mostrando una sonrisa hacia los demás a pesar de el gran rato que llevo esperando, ya no era tan aventada, al menos eso mostró en el momento de hablar por primera vez, no le importaba tener compañeros o no.