Rag Doll (Grupo 1 Evento de Halloween)

La reacción de la muchacha que recibió sus imágenes fue digna de ver. Al haberlas visto sólo ella, por mucho que intentara explicarle a las demás lo que la Muñeca había hecho, sólo quedaría como una demente. La Muñeca casi no cabía en si de gozo.

Una de las otras muchachas dio al traste con todo eso al disparar algo a menos de medio metro de la Muñeca que dejó un humeante cráter. Los muñecos no sienten dolor, por lo que ella ni se inmutó por eso... lo que la molestó fue que estropeara su momento de cruel diversión.

Los movimientos de la Muñeca al levantarse recordaban a los de un títere cuando le tiran de la cuerda. A pesar de que se intuía su elevada estatura, la Muñeca no podía mantenerse recta y además un pie le fallaba. Miró a las tres muchachas de pies a cabeza. No le gustaban, parecían el tipo de niño que se dedica a hacer trizas todos sus juguetes.

Ella sólo quería divertirse, la cueva era absolutamente tediosa, nunca pasaba en ella algo digno de mención... y cuando al fin estaba pasando, echaban su entretenimiento por la borda. ¡No había derecho a que hicieran eso! Sólo pedía un poco de entretenimiento, ¡la Muñeca no creía estar pidiendo la luna!

Se arrancó una aguja de la cabeza, fijó su mirada en la bruja y clavó con saña el alfiler en su propia mano derecha. A ella no le dolía, pero esa zagala iba a ver las estrellas. Se giró hacia la muchacha del vestido rosa y la miró hasta que sus ojos se encontraron; esta vez le tocaba a ella ver imágenes.

Quizá no fueron tan escabrosas como las anteriores, pero absurdas lo fueron un rato largo... ¿qué pretendía con ello? Ni siquiera la misma Muñeca lo sabía, ella sólo quería divertirse.

Lo transmitido a Sena:

Su espalda estaba fuertemente apoyada contra la pared en un inútil y fallido intento de alejarse más de la muñeca. ¿Cómo podían estar las muchachas junto a ellas tan tranquilas? ¿acaso no habían visto lo que había hecho la muñeca? La chica rubia trataba de tranquilizarla dándole esperanzas de que recuperaría su brazo, aunque en realidad, aquello no era lo que más le perturbaba.

Su mirada seguía fija en la muñeca, la cual estaba completamente inmóvil, haciéndola dudar de lo que ella misma había visto ¿Acaso el disfraz también la estaba volviendo loca?. Trato de tranquilizarse tomando profundas bocanadas de aire las cuales eran lentamente expulsadas de sus pulmones.

Sebastian había ido a buscar el brazo volador mientras Rei se encontraba con la rubia, volviendo poco a poco a sus cabales. -L-Lo siento... pero es que... podría asegurar que vi a esa muñeca moverse y mostrarme cosas espeluznantes- decía a la pelirrubia mientras su cuerpo seguía temblando dado el susto pasado. Su mayordomo se quedó de pie junto a ellas mientras sostenía el brazo, preocupado de la salud mental de quien era actualmente su amo -Madmoselle, lo único que se, es que puedo sentir cierta energía proveniente de esa muñeca, pero no es algo que pueda confirmar vida en ella, al fin y al cabo, las muñecas son simples objetos innertes- respondió el mayordomo con cordialidad.

Rei podría haber continuado insistiendo sobre lo que había visto, pero dado al uso de la lógica ya ni ella creía que la visión que tuvo hubiese sido real, por lo que simplemente prefirió omitir comentario y recuperar la calma que la identificaba.

Frente a ellas, la bruja no quiso esperar más y de una acertada forma dió uso a sus poderes para crear un foco de fuego cerca de la muñeca. Si esta realmente estuviese viva, era clara cual sería la respuesta.

-Esa muñeca perturba más que un poco...- dijo como respuesta a la bruja.

Rei se puso de pie con cuidado mientras observaba expectante a la muñeca. Estaba preparada para darse vuelta con la confirmación de la innercia de su foco de terror, cuando esta comenzó de forma tambaleante a ponerse de pie. Sus ojos no creían -o más bien no querían creer- lo que veía ¡¿Realmente estaba viva!? Se congeló en su lugar mirando a la muñeca, la cual había sacado una de las agujas de su cabeza y se había auto apuñalado una de sus manos, para luego fijar su vista en la rubia a su lado.

Miró a la bruja y a la enfermera preocupada, no sabía realmente que hacer.

-Se-sebastian-san! por favor haga algo!- le dijo a su mayordomo, después de todo ella no tenía el suficiente valor aún de acercarse a la tenebrosa muñeca, mientras que su mayordomo parecía completamente indiferente a la situación frente a ellas.

El mayordomo, haciendo entrega de el brazo plástico a su maestro, dió unos cuantos pasos hacia la muñeca, dando una pequeña reverencia al llegar frente a ella- Un gusto conocerla Madmoselle, discúlpenos por haber perturbado sus preciadas horas de descanso- dijo besando cuidadosamente la mano de la muñeca -mientras se paraba de puntitas para alcanzar- a la vez que vertía té en una de sus tazas, vertiendo el contenido restante en el foco de fuego para apagarlo -Nos encontramos desorientados dentro del lugar y estamos en búsqueda de una salida. Agradeceríamos profundamente si usted pudiese compartir sus profundos conocimientos con nosotros y ayudarnos a abandonar el lugar- le decía mientras de su baja altura le ofrecía una taza de té.

[OFF: Chicas, sé que estoy utilizando mucho el embrujo de las imágenes "perturbadoras" sin respetar los lapsos de post. Me falta algo para poder avanzar la "trama", así que estoy expandiendo los preliminares. Os iré mandando los vídeos como hasta ahora y como hechizo realmente "malvado" utilizaré lo del Voodoo. Disculpad las molestias]

La bruja pareció realmente sentir el pinchazo. La Muñeca estaba complacida. Retiró el alfiler disimuladamente y sin mirar a nadie lo devolvió a su cabeza.

Su primera víctima había solicitado ayuda casi a gritos a una criatura humanoide y ésta había respondido de forma curiosa: se adelantó al grupo, tomó la mano de la Muñeca y depositó en ella un beso. La Muñeca ladeó la cabeza hasta un ángulo imposible para un humano. La criatura sirvió té en una taza y se lo tendió también. La Muñeca ladeó la cabeza hacia el otro lado pero de nuevo hasta un ángulo imposible. Tomó la taza entre sus manos pero resbaló en la cuerda que conformaba su cuerpo y acabó en el suelo. Se quedó mirando la taza hecha trizas en el suelo.

Levantó de nuevo la cabeza, recuperando al mismo tiempo la dirección de su mirada y la posición natural que debería tener toda cabeza... en realidad fue un movimiento bastante repulsivo para cualquiera que lo viera, recordaba a cuando los médicos devuelven un articulación dislocada a su sitio. Clavó sus ojos en la bruja una vez más. Lo siguió haciendo hasta que sus ojos y los de la zagala conectaron y entonces le transmitió algunas imágenes.

Ni la misma Muñeca hubiera sabido si clasificarlas como hilarantes o perturbantes. Quizá un poco de cada una. Siguió mirando a la muchacha fijamente para observar su reacción.

La Muñeca aprendía rápido lo que le interesaba. Por ejemplo: había aprendido que era más divertido atacar a sus mentes que hacerles voodoo. Todas habían recibido imágenes por su parte, pero eran imágenes inconexas entre si. Quizá estuviera intentando comunicarse de alguna forma, que no tuviera boca complicaba bastante las cosas.

La criatura humanoide que le había ofrecido té mencionó que se habían perdido... bueno, pues no eran los únicos. La Muñeca llevaba perdida en esa soporífera caverna desde que tenía memoria y llevaba intentando salir de ella el mismo tiempo... salvo cuando encontraba un grupo de juguetes nuevos como esas zagalas, entonces se entretenía un rato.

Los miró a todos ladeando la cabeza en un ángulo imposible, preguntándose cuánto aguantaría este grupito antes de perder absolutamente el juicio. Miró sus ropajes y miró los de las muchachas. Salvando al humanoide del té y su dueña, las otras dos no tenían buen gusto para la ropa. Sí, la vestimenta de la Muñeca era vieja y estaba hecha trizas pero en su día fue elegante y de calidad... al menos hasta que fue abandonada en la cueva lo era.

Imágenes para Akame:

A la vez que el pequeño Sebastian trataba de forma extremadamente cordial a una muñeca de mal aspecto, a su lado, la rubia comenzó a reírse de la nada, causando en Rei una sensación de extrañeza ¿como podía causarle gracia tal situación en la que estaban involucradas? -Sena-san, ¿se encuentra bien?- le dijo con un tono de preocupación para luego dirigir su visión a la bruja que se encontraba con el brazo en alto, sin comprender que le sucedía - ¿Bruja-san...le sucede algo?-

Le estaba comenzando a preocupar el bienestar mental de las presentes -incluso el suyo, porque hay que admitirlo, no está en la mejor situación emocional tras perder un brazo- dudando de que las cosas siguieran un buen rumbo de ahora en adelante. Volvió su mirada a su mayordomo, quien intentaba de entablar una conversación con la muñeca, quien respondía con... - Ugh...- Rei se dio vuelta dándole la espalda a la muñeca, sintiendo como unas gotas de pánico comenzaban a correr de su frente, ¿realmente era la única que estaba aterrorizada de aquella muñeca? no podía ser más humillante la situación.

-Sebastian-san, creo que la muñeca no sabe hablar, sería mejor que se alejara de ella- dijo escondiéndose detrás de la rubia, mirando por sobre su hombro en dirección a su mayordomo, quien había comenzado a recoger los pedazos de taza del suelo. mientras ella evitaba dirigir su mirada a los ojos de la muñeca para no recibir imágenes extrañas nuevamente.

-Alguna... ¿tiene una idea? tal ves deberíamos simplemente dejar la muñeca e irnos antes que nos muestre más cosas raras...- desúés de todo, si la muñeca no sabía hablar, lo mejor era dejarla antes que las vuelva locas a las 3, aunque una buena idea se le vino a la cabeza al recordar las imágenes que esta le había enseñado.

-S-Sebastian-san!- lo llamó desde su escondite, causando que el mayordomo se moviese a rápidos y cortos pasos hacia ella.

-¿En que lo puedo ayudar Bocchan?- decía mirándolo con curiosidad

-¿Podrías distraer a la muñeca un momento?- le dijo entre susurros, a lo que el mayordomo accedió dirigiéndose donde la muñeca, dando otra pequeña reverencia ante ella.

-Señorita, ¿le gustaría ver algo interesante?- dijo mientras sacaba una colección de servicios de sus bolsillos y empezaba a hacer malabares con ellos, lanzando cuchillos hacia el techo mientras daba un giro para luego saltar y atraparlos todos con una mano en el aire, para luego variar su rutina equilibrando la tetera de te de forma perfecta en su cabeza mientras lanzaba los cuchillos al aire y los volvía a atrapar.

Rei aprovechó aquella distracción y empujó con cuidado con su brazo de plástico a la enfermera , llevándola cerca de la bruja para luego agitar su brazo plástico -moviendo así la mano de este- haciendo un gesto de que las siga y distanciarse unos 5 mt de la muñeca.  -Disculpen pero... ¿me podrían decir si les ha mostrado cosas raras esa muñeca, que cosa les mostró?- dijo susurrando para que la muñeca no les oiga - Tal vez sea su forma de hablar y podamos sacar algo de allí...-

La bruja intentó embrujar a la Muñeca y ésta se limitó a mirarla con la cabeza ladeada. En su primitivo cerebro de muñeca no podía penetrar nada demasiado elaborado. Convertir un muñeco en humano... ¿qué sería lo siguiente? ¿un humano en muñeco? La Muñeca negó con la cabeza, como una profesora ante un alumno especialmente terco.

El humanoide del té se ofreció a entretenerla con un simple truco de malabares. También ante eso negó la Muñeca con la cabeza. Cuatro humanoides y ninguno lo bastante gracioso como para entretenerla. Que se peleasen, que se tirasen de los pelos, que se dieran cabezazos en las paredes, eso sí que serían buenos shows. ¿Malabares con cuchillos? Si quisiera ver malabares, buscaría la salida con más ahínco e iría al circo.

Las muchachas se reunieron en corrillo y empezaron a cuchichear. Eso molestó a la Muñeca, pues le parecía de pésimo gusto. Ese grupito estaba pasando de gracioso a molesto a una velocidad alarmante. Apartó al malabarista del camino con un empujón y empezó a adentrarse de nuevo en las cavernas.

La única reacción que de veras le complació fue la de su primera víctima. Con la rubia debió liarla con las imágenes porque se echó a reír... y la tercera no sólo no se inmutó, sino que además intentó maldecirla a ELLA. A una muñeca MALDITA. Era como intentar salpicar a un pez que nada en el mar. Se sentía decepcionada.

Avanzaba renqueante, una vez más, tuvo que detenerse a recoserse el pie tullido antes de proseguir el camino. Malabares y maldiciones... habrase visto...

¿Morir de la risa? Definitivamente Rei no había visto a nadie en esa situación, pero pensar en base a eso que le gustaban los chistes... ¿no significaría que tendría que pensar que también le gustara sacarle los ojos a las personas?... Sacudió su cabeza, aquello era muy horrible.

-Pues lo que yo vi... definitivamente no fue eso... era una chica rara, mirando fijamente a un sujeto el cual terminaba sacandole los ojos... nada bonito, realmente espero que aquello no sea lo que quiere-

Volvió su mirada en dirección a la muñeca, quien no se encontraba observando al mayordomo, si no que más en dirección a ellas, causando que un escalofrío recorriera la espalda de Rei. -No me gusta... no se ve complacida...- comentó hacia las jóvenes a su lado. La bruja de pronto levantó su bastón, apuntando a la muñeca. Rei seguía sin entender que haría, después de todo a pesar de haber estado al lado de ellas, no dijo ninguna palabra a las preguntas que ella planteo, simplemente había estado allí, escuchándola -tal ves- .

Unas palabras no muy comprensibles salieron de la boca de la bruja, causando que Rei ladee la cabeza algo confundida. Espero unos segundos, sin embargo nada había pasado, hasta que la muñeca empujó al mayordomo y se dio media vuelta, caminando en la otra dirección.

Una sensación de pánico entró en Rei ¿eso era bueno? ¿las iba a dejar tranquilas? ¿estaba huyendo? ¿la bruja asustó a la muñeca? o ¿estaba caminando en dirección a una salida? ¿la bruja se comunicó de algún modo con la muñeca?. Su mente se debatía entre un dejar ir a la muñeca o seguirla porque podía ser conveniente. Le dirigió una mirada algo aterrada a la rubia para luego emprender carrera hacia la muñeca y colocarse en frente.

-¡P-por favor no se vaya! N-necesitamos su ayuda- se dirigió a la muñeca mientras miraba hacia el piso tratando de no hacer contacto visual, tratando de convencer a la muñeca de que no las abandone en el lugar, cubriendo su boca inmediatamente para controlar sus nauseas cuando notó como se había descocido uno de sus pies, revelando el relleno de la muñeca.

Había visto muchas heridas sangrientas de seres y quedado inmune, inexpresiva, con una paz total, pero en cambio veía eso en la muñeca enfrente, y su estómago se revolvía de forma inmediata. Sabía que no tenía lógica nada de aquello, pero realmente estaba jugando con sus nervios aquella muñeca.

Levantó con precaución su vista mientras cubría su boca para dirigir una mirada pidiendo auxilio a la rubia y a la bruja. Las cosas no podían seguir así y esperaba que ellas tuviesen alguna idea para sacar información de la muñeca... claro, si realmente tenía.

Las muchachas parecieron percatarse de su marcha y dos de ellas la siguieron. La Muñeca se detuvo porque su primera víctima le barró el paso. La miró fijamente mientras llegaba su compañera. Ambas le hablaron, intentaban congraciarse con ella, se ofrecían a entretenerla. La Muñeca las miró alternativamente.

Quería hablarles, decirles qué esperaba de ellas para que la divirtieran, decirles dónde estaba lo que les llevaría a la salida. Ella no había podido alcanzarlo por mucho que lo intentó pero seguramente ese grupito podría lograrlo... quizá incluso la llevaran con ellas y la ayudaran a abandonar esas tediosas cavernas. Pero la Muñeca no tenía boca para hacer nada de eso, no podía siquiera componer ninguna expresión con el rostro porque los muñecos no pueden hacerlo.

Fijó la mirada en su primera víctima y le transmitió unas imágenes. Sabía que la muchacha la había visto recoserse su propio pie renqueante, que había visto la paja con la que estaba rellenada... y que no le había resultado agradable. Siguió avanzando, pasando a su lado pero procurando no tocarla... eso podría acabar muy mal.

Un observador avispado hubiera podido captar un pequeño movimiento de cabeza indicando que la siguieran, uno normal lo hubiera pasado por alto. Quizá incluso pasara por alto que el ya de por si renqueante y lento paso de la Muñeca se volvió más lento todavía.

Pero no todo iba a ser tan bonito para las muchachas, la Muñeca era algo peculiar en cuanto a su entretenimiento. Se cercioró de que su primera víctima la viera cuando casualmente se le quedó una de las costuras del brazo enganchada en un saliente rocoso, rajando el hilo de arriba a abajo y dejando que la paja que lo llenaba se desparramase por el suelo.

La Muñeca miró su brazo, a la paja y a las chicas mientras se sentaba en el suelo y arrancaba de su cabeza un alfiler enhebrado. Para la Muñeca, el mensaje estaba claro: No seguiremos hasta que mi brazo vuelva a estar en perfecto estado... y yo, pobre de mí, soy una muñeca tullida.

Le tendió el alfiler enhebrado a la primera de ellas que se acercó. Miró a su primera víctima fijamente y luego a la muchacha rubia. Quería ver cuánto tardaban en captar lo que quería transmitirles y quién tenía agallas suficientes como para aceptar el hilo y recoserle el brazo que ahora colgaba inerte y vacío de paja... desencadenando la siguiente consecuencia de tocar a la Muñeca.

Imágenes para Rei:

Agradeció internamente el apoyo de la rubia, aunque no le gustaba mucho la parte de "podríamos hacer algo para usted" ¿que podría querer la muñeca? ¿que se saquen los ojos para que se ría? no...no...no... si ese pensamiento era cierto, prefería seguir sola por la cueva, seguir perdida y morir mientras los gusanos le comen las entrañas...aunque no, en realidad aquello solo es una exageración que tampoco deseaba.

Elevo la vista de forma refleja al sentir sobre ella los ojos de la muñeca, cayendo en un accidental contacto visual con el ser. Unas nuevas imágenes, con un sentido diferente pero no menos aterrador dado su extrañeza para Rei, habían invadido su mente.

"Mejor amigo" y "bob esponja" -aunque dudaba que la última fuese importante- eran las que se repetían en su mente. Distraida por aquello, la muñeca había aprovechado de desplazarse por el costado de Rei con una peligrosa cercanía, ante la cual Rei se alejó de forma innata escondiéndose detrás de la pelirubia dejándola entre la muñeca y ella.

-N-no se que quiere! ahora vi algo diferente...- mencionaba entre sus temblores. Sus ojos seguían a la muñeca sin despegarse de ella, notando como esta al pasar de forma descuidada cerca de un saliente, procedía a rajarse un brazo. Nuevamente, relleno por doquier. Se cubrió la boca mientras tosía y contenía las nauseas que sentía, a ella le daba asco, mientras que la muñeca ni se inmutaba, haciendo como máximo esfuerzo el sentarse y coger la aguja de su cabeza, mirando en su dirección.

Tragó saliva y tiró de la rubia un poco hacia ella, la muñeca estaba apuntando con el alfiler hacia ella, como si quisiera pasárselo. -Y-Yo no puedo hacer eso, no se coser, pero ella si puede- dijo empujando a la rubia en frente -E-Es enfermera, debe ser muy buena suturando heridas y esas cosas ¿n-no?- se alejó unos pasos y tomó a su mayordomo en sus brazos, dándole un fuerte apretón de forma involuntaria S-Si no tambien lo puede hacer él, es un mayordomo, debe saber coser... ¿cierto?-

El mayordomo suspiró en sus brazos, respondiendo con la suma cordialidad que lo destacaba -Lo siento Bocchan, se coser, pero dado mi tamaño actual me sería muy dificultoso coser aquello dado su tamaño-

-E-Entonces...- miró a la bruja -¿Tú puedes?- tenía esperanzas de que alguna de las dos jóvenes dijese que sí o supiera que hacer, lo último que quería era ser sometida a tener contacto con aquella muñeca.