Rag Doll (Grupo 1 Evento de Halloween)

La Enfermera le rellenó y le cosió el brazo. Por suerte para todas, se apartó a tiempo para que no hubiera consecuencias y ninguna de las otras dos cometió la insensatez de tocar a la Muñeca cuando no debía. Ésta recuperó la aguja enhebrada y la devolvió a su cabeza, como si fuera lo más natural del mundo.

Se levantó una vez más con la gracia de un títere al que tiran de su hilo. Clavó sus ojos en la Enfermera para pasarle algunas imágenes. Quería hacerse entender, pero esas imágenes eran lo único que podía emplear. Ni siquiera sabía de dónde le llegaban, simplemente estaban ahí y eran su única herramienta.

Luego clavó los ojos en la Bruja pero, como evitaba su mirada por activa y por pasiva, no conseguía el contacto visual deseado. Se arrancó un alfiler del cuero cabelludo y, sin apartar los ojos de ella, se la clavó dónde debería estar su trasero. Aprovechó el respingo de la muchacha para establecer contacto visual y pasarle también a ella algunas imágenes.

Para la Muñeca las pistas eran evidentes, cualquiera con dos dedos de frente debería poder adivinar lo que intentaba decirles. Más claro no podía decírselo, pero parecían demasiado obtusas como para sacar el mensaje común de lo último que les estaba mostrando.

Si pudiera hablar, gritaría con frustración. Retomó el camino, repitiendo el gesto de que la siguieran pero con el mismo disimulo, sólo si se estaban fijando en ella podrían darse cuenta.

Imágenes para Sena:

Imágenes para Akame:

-Bueno era una especie de pirata cantando, motivando a los niños a cantar una canción sobre un personaje que vivía en el mar... que era un buen amigo... cosas así, la verdad no entendí bien aquello, pero por lo menos era diferente a... lo anterior...- le respondió a la enfermera con un leve tic en el ojo.

Observó con algo de rechazo como la enfermera, con mucho cuidado y dedicación se esforzaba en cocer la extremidad dañada de la muñeca, realizando un prolijo trabajo mientras la bruja la acompañaba, finalizando con una perfecta costura. No era que Rei quisiera o le gustara observar eso, pero la valentía de sus compañeras y la aparente calma de la muñeca habían logrado bajar el nivel de sus alarmas mentales,brindándole algo de confianza de que nada pasaría, dejándola pensar con mayor claridad.

- Comencemos con el hecho de que una muñeca no debería moverse, cualquier de esas causas me suenan demasiado extrañas como para explicar la presencia de una muñeca de colosal tamaño, que además se mueve...- mencionó en respuesta a lo que decía la bruja, todas aquellas posibilidades eran bastante extrañas y hacían que una nueva pregunta surgiera en su cabeza ¿que tal si, la muñeca era una persona, que al igual que ella se había transformado en su disfraz? sonaba más lógico que pensar que alguien pudiese tener muñecos con vida. Llevó su mano a su mentón mientras observaba pensativa a la muñeca, la cual se había puesto nuevamente de pie, y dirigía su mirada a la enfermera, probablemente, transmitiéndole nuevas imágenes, lo cual si era el caso, definitivamente significaría que aquello era su medio de comunicación y debían descifrarlo.

Esperó a que terminase, notó que la bruja esquivaba esta vez la visión de la muñeca, cosa que al parecer esta notó y no fue de su agrado, causando que se pinche con una aguja en el trasero - cosa que en realidad no tenía mucho sentido como reacción- lo cual, increíblemente logró hacer que la bruja fijase su mirada en la muñeca ¿lo había hecho apropósito?.

La muñeca se volvió a desplazar, retomando el camino que había querido seguir anteriormente, Rei se apartó unos pasos de ella para dejarle el camino libre, percibiendo un ligero gesto con la cabeza realizado por la muñeca, no entendía bien que significaba, pero luego de ello la muñeca había seguido caminando.

De pronto, toda la cueva comenzó a temblar, dejando caer pequeñas piedrecillas del techo, las cosas habían llegado a su tiempo límite, y la cueva sin explicación alguna comenzaba a amenzarlas con aplastarlas si no salían rápido de allí.

-Debemos salir de aquí, el sitio quiere colapsar- refirió caminando hacia la muñeca -Tal vez deberíamos seguirla- era una idea algo suicida dada las circunstancias, pero era la única opción que les quedaba. Rei espero que sus compañeras la alcancen para preguntarles sobre lo anteriormente sucedido - ¿la muñeca volvió a mostrarles alguna imagen? ¿qué les mostró? ya está claro que esa es la manera en la que se comunica, los contactos visuales que forma no son accidentales, son a su voluntad, lo se porque la he seguido bastante con la mirada, tal vez si entendemos lo que nos quiere decir saldremos de aquí- dijo dando una idea tal vez muy esperanzadora.

Cuando la cueva empezó a desmoronarse, la Bruja cometió la insensatez de convocar alguna especie de escudo. Eso no gustó a quién estaba por encima de la muñeca, que hizo que una roca penetrase el escudo y no se conformó con romper el bastón, también la dejó tullida de una mano y un pie. Ahora la Muñeca ya no parecía en tan mal estado.

Si pudiera reír, lo haría a mandíbula batiente. Era gracioso cuando un humano cometía el pecado de Hybris y recibía su justo castigo. Nunca te creas superior a un dios, siempre llevas las de perder.

Las muchachas parecían irse quedando con la copla de las imágenes que les mostraba... pero ahora la Bruja era un lastre. La Muñeca siguió su camino, que la dejaran tirada o le hicieran un remiendo no era de su incumbencia. Ella las iba a guiar hasta su objetivo, pero nadie dijo que se lo fuera a poner fácil.

Su meta ya no quedaba muy lejos, de todos modos. 500 metros, quizá un quilómetro, más y llegarían. Si ella, con su renqueante paso, podía cubrir esa distancia en menos de media hora, las muchachas deberían poder hacerlo sin demasiadas complicaciones... a pesar del lastre.

La Muñeca tenía fuerza suficiente como para cargar con la Bruja, pero tocar a un humano estando completa es un gran "NOP". Sabía las consecuencias, aunque ellas no las supieran, y no estaba dispuesta a asumirlas.

No se giró a mirar si la seguían o si estaban cerca, teniendo en cuenta lo lento que avanzaba, mucho tenían que tardar para perderla de vista más de unos segundos.

Escuchó atenta a cada palabra de sus compañeras, teniendo las tres elementos en común,podían decir que lo que la bruja quería era guiarlas a la salida de aquella caverna. Rei siguió caminando con Sebastian en los brazos, tratando de esquivar las rocas que caían desde el techo de la caverna, de pronto, sintió un fuerte sonido a su lado, girándo su cabeza para ver a la bruja abatida por una roca que la colisionó.

Rápidamente Rei se dirigió donde ella -¿Estás bien?- preguntó con preocupación observándola con detenimiento en búsqueda de alguna lesión. Sabía que esto sería un percance, las condiciones no eran óptimas para tener un retraso, aún así no podía dejar a la joven sola. Apretó su puño, si hubiese podido utilizar sus verdaderas habilidades, la joven estaría curada en poco tiempo, sin embargo aquel traje que llevaba la condenaba a no poder usar sus habilidades.

Observó a la enfermera en búsqueda de ayuda, quizás ella podría hacer algo por la joven bruja -¿Tienes algún medicamento o vendaje que se pueda utilizar en sus lesiones?- dijo confiando en las habilidades que la joven rubia podría tener, tal ves si algo de conocimiento le faltaba, ella podría ayudarle con los conocimientos que poseía sobre medicina.

Sebastian comenzó a jalar de pronto de su manga, solicitando su atención -Bocchan, la muñeca se está adelantando- refirió. Inmediatamente Rei movió su cabeza en dirección al lugar donde estaba la muñeca anteriormente, claramente seguía avanzando, sin importarle lo que le había sucedido a la joven bruja. Rei sabía que no podían dejar ir a la muñeca, era la única esperanza que les quedaba para poder huir de tal horrible lugar.

-Sebastian-san, por favor, pídale a la muñeca que se detenga por un momento...- le solicitó a su mayordomo, aún así, sentía que eso podía no ser eficaz, la muñeca podría aburrirse y simplemente irse o ignorarlas, al fin y al cabo ya lo estaba haciendo. Una idea se le vino a la cabeza, tal vez no podrían hacer que ella las espere el tiempo necesario que tome asistir las lesiones de la bruja, pero podrían seguir su rastro -Sebastian, si la muñeca no se detiene, ¿podrías por favor seguirla e ir indicándonos el camino mediante cubiertos que vayas dejando en el camino?- tampoco creía que con el paso de la muñeca esta se alejara mucho, aún así debían ser precavidas.

-Yes my Lord, me haré cargo de aquello- dijo el mayordomo con una pequeña reverencia para luego correr con sus cortos pasos en dirección a la muñeca, situándose frente a ella -Madam, ¿podría por favor esperar unos minutos a las jovenes presentes? una de ellas ha sufrido una lesión y necesitan sanarla antes de poder avanzar- dijo con la esperanza de que la muñeca aceptase, de no ser así el caso, simplemente la seguiría y comenzaría a dejar los cubiertos de sus bolsillos cada un metro para formar un camino.

-No se preocupen por la muñeca, Sebastian nos ayudará con eso, ¿te ayudo con algo?- consultó a la rubia, debían de asistir a la bruja lo más rápido posible antes de que más rocas les caigan encima.

Dejó su brazo caído sujeto a su cinturón para que no caiga y esperó que la joven enfermera hiciera algo para ayudar a la bruja, tras lo cual tomó uno de los brazos de esta dejándolo alrededor de su cuello, sosteniéndola con su única mano para que la bruja no se caiga -¿puedes caminar?- no esperaba que le fuese algo fácil a la bruja, pero estaba dispuesta a ayudarla siendo su soporte, todas debían salir de allí.

La Muñeca se quedó mirando al chibi que con tanto descaro se plantó delante de ella para frenarla. Lo apartó del camino con un pie y prosiguió ¿acaso le había pasado por alto que todo a su alrededor se venía abajo? La Muñeca sabía dónde ir, que no supiera cómo alcanzar su objetivo ya era harina de otro costal.

Se detuvo y se sentó unos pasos más adelante para esperarlas, nada ni nadie le decía a la Muñeca cuándo esperar a alguien... y menos un chibi al que de una patada podía estampar en la pared como a una piel de tomate.

Las muchachas se tomaron su tiempo para remendar a la Bruja mientras las cavernas se desmoronaban a su alrededor. Si tuviera ceño, la Muñeca lo frunciría.

Clavó sus ojos en la dueña del chibi hasta que ésta le devolvió la mirada y le transmitió nuevas imágenes. Luego se levantó de nuevo con el efecto títere y siguió avanzando. Un par de recodos y verían su objetivo. A pesar de su paso renqueante, la Muñeca ya no era la más lenta, lo cuál era agradable.

Imágenes para Rei:

Jujuju escribió:Chicas, no voy a poner yo lo que veréis al doblar la última esquina. Hablad entre vosotras y que la que lo estime oportuno diga lo que os encontráis. Obviamente, si ponéis que encontráis el Coloso en Llamas o El Arca Perdida de Indiana Jones os voy a pedir que editéis, pero creo que tenéis ya bastante pistas como para saber qué habrá.
Confío en vuestro razonamiento e inteligencia.

Estaban cerca de su objetivo, un recodo más y llegarían al lago bajo el que había la piedra que las llevaría a la salida. Como estaba rellena de paja, la Muñeca no podía hundirse en el agua por más que lo intentara y no había podido alcanzar la roca. Ellas eran humanas, ellas podrían alcanzarla e incluso llevarla también a ella fuera.

Un viento huracanado las rodeó a todas, la Muñeca ladeó la cabeza sin comprender de qué iba la copla.

Maya abrió los ojos cuando el viento remitió. Estaba sentada sobre algo blandito y ligeramente por encima del nivel del suelo. Apartó las tiras de cuerda que cubrían su cara con el disfraz de muñeca de trapo. Consultó el reloj de bolsillo guardado en su desastrado vestido de muñeca terrorífica.

Se puso en pie de un brinco y echó a correr hacia el lugar de la fiesta como alma que lleva el diablo, el pie renqueante de la Muñeca era completamente funcional para Maya.

Se había hecho muy tarde y había quedado con Yer. Él le había dicho que se había currado un disfraz espectacular y ella era muy crítica con los disfraces de Halloween que no daban miedo alguno. Temía que fuera a acudir a la fiesta vestido de Pikachu o, aún peor, con un simple smoking, sombrero de copa, monóculo y bastón.

[Maya sale por piernas y abandona el post]

Le resultaba más difícil de lo que esperaba llevar a cuestas a la joven bruja, el hecho que le faltara un brazo dificultaba su agarre junto con la disminución de su fuerza, la cual de haber estado como era usual le habría permitido llevar a la bruja a cuestas como si fuera una simple mochila.

No sabía si fue la persuasión de su mayordomo o la voluntad de la muñeca, pera esta se había detenido a esperarlas, chocando nuevamente miradas con Rei. Una nueva visión, esta vez, diferente a las anteriores -por lo menos sin el resultado extraño o de terror que estas tuvieron- se le pasaba por la mente. Estaban bajo el agua, avanzando con lentitud hacia una corroída embarcación, al parecer, en el fondo del mar. En la visión incluso ingresaba a esta obra desintegrada, inspeccionando cada uno de sus recovecos, sin mostrar más allá del deterioro evidente del barco sumergido.

Rei parpadeó unas cuantas veces tratando de procesar lo visto esta vez, se volvía a repetir el agua que mencionaban sus compañeras ¿tendría aquel lugar una salida submarina? no le parecía una idea muy de su gusto, pero debía intentar tomarla como válida.

Sin mencionar una palabra a sus compañeras, se limitó a avanzar en seguimiento de la muñeca que retomaba el paso, sin poder alcanzarla de todos modos ya que caminaban de forma precavida para no dañar a la ya lesionada bruja. Luego de unas vueltas, llegaron a una gran abertura de la cueva. Rei se adelantó un poco observando con asombro, realmente la muñeca le había querido comunicar la salida -o al menos eso esperaba que fuese-. Una especie de estanque se hallaba en el centro del lugar, sobresaliendo en su superficie un deteriorado mástil el cual al sumergirse se complementaba con la oscura sombra de algo parecido a un barco.

-Es allí, debe ser la salida, la muñeca me la acaba de mostrar en una visión, creo que deberíamos...- sus palabras fueron cortadas, una fuerte ventisca se había apoderado del lugar, empujando a las presentes a una dirección desconocida.

Cuando Rei volvió a abrir los ojos, podía sentir un peso sobre ella. Se giró con cuidado tomando a la joven rubia que había terminado sobre ella en sus brazos, viendo de reojo como una muchacha que iba vestida al igual que la muñeca emprendía carrera lejos de ella, no quiso darle importancia y se limitó a dejar a la rubia con cuidado en el suelo - ¿se encuentra bien?- pronunció con preocupación.

Recordó que había sentido algo blando bajo de ella, dándose vuelta y viendo a la joven bruja. Podía reconocer esos ojos y esa cabellera donde fuese, había luchado anteriormente contra ella. Sus pelos se erizaron en respuesta de alarma, pero controló sus impulsos de iniciar una pelea, sabía que no era el momento y tampoco poseía armas para aquello. Suspiró y se inclinó hacia la joven, probablemente ahora ella también la reconocería -no te muevas- pronunció con su fría voz a la vez que a su alrededor un aura blanquecina se formaba, liberando energía hacia la joven la cual poco a poco comenzaba a regenerarse de sus lesiones.

-Tómalo como un favor- dijo Rei tras haber finalizado y colocándose de pie. Miró a la rubia, dirigiéndole una reverencia con cortesía -Fue un gusto conocerla, pero he de retirarme en este momento del lugar antes de que algo suceda- cogió al pequeño muñeco que fue su mayordomo y había dejado de moverse, para alejarse del lugar en dirección a su hogar.