G3 - Puerta Sur (Noah y Tyrande)

El cielo se puso oscuro y comenzó a llover copiosamente. Era el día en que Bernkastel y sus hordas aparecerían para aplastar el último puñado de alumnos y profesores que quedaban en la Academia. Los jóvenes se miraban entre sí con temor, blandiendo sus armas y sacando sus poderes. Sabían que éste podría ser el último día de sus vidas.

Sin embargo, bien era sabido que si no detenían a la Bruja, llegaría hasta la Sala Central y tomaría posesión de Gilgamesh otra vez. Luego de eso... lo peor esperaba en todos los universos.


Tyrande ya había luchado por Legacy. Ahora, al parecer, había llegado un nuevo profesor. Algo extraño hay en el ambiente, cuando cientos de tropas de Svartgard se acercan.

OBJETIVOS:
1) Armar una barricada en la puerta (en tres posts).
2) Aguantar el ataque de las tropas de la Academia Svartgard.

Tyrande se hallaba sentada tranquilamente, bueno tranquila no era la palabra, más bien esperaba a que la cosa empezase pronto. Se sentía un poco nerviosa ya que había estado en la otra academia y sabía muy bien como las gastaban ellos, fue en ese momento cuando el sol desapareció, así que miró hacia el cielo y pudo ver como negras nubes lo cubrían como si odiasen que alimentase la tierra con su brillo y su calor.

La joven elfa frunció el ceño cuando sintió sobre su nariz el frío proveniente de una pequeña gota de agua, la cual poco tardó en ser seguida por un enorme torrencial de ellas. Pronto la joven estuvo empapada, sentía su pelo pegado al rostro y la ropa a su cuerpo, así que corrió hasta la puerta que debía vigilar, entró en el interior y sintió el calor de las llamas de una hoguera casi extinta.

Suspiró y miró hacia afuera antes de cerrar, ya que había llegado la hora de que la batalla comenzase y los de la otra academia no se amedrentarían ante nada.

-Bueno…ya es hora de formar las defensas.-murmuró mientras buscaba materiales para formar la barricadas.

Un destello púrpura empezó a iluminar las  paredes de la academia. De pronto, unos chillidos metálicos empezaron a sonar cerca, y mucho más cerca de las puertas. Entonces, una violenta explosión ocurre dejando un enorme forado en la barricada. Luego, de que se dispara una neblina, un gran robot aparece, tira un rayo de hielo y el piso comienza a congelarse.


Los zombis comenzaron a apelotonarse en las barricadas para tratar de empujarlas y avanzar. Mientras que el gran robot que ya estaba en el interior. Tira un misil hacia Tyrande. Los zombis comenzaron a desarmar la barricada.

Noah tendría que actuar pronto.

La tormenta no era lo que debía preocuparnos, no era el agua calandonos hasta los guesos ni el frío, sino las interminables hordas de enemigos que se acercaban contra nosotros ¿Sería aquel el final a tan poco tiempo de llegar yo? A mi alrededor solo había rostros jovenes y asustados que seguramente no conocían el terror de una primera batalla como la que les esperaba y solo dos adultos, al parecer ya expertos en aquellas lides los comandábamos. No tenía mucha esperanza, si dependiese de ellos seguramente aquella sería una derrota, ahora, esperaba que las clases que había impartido con verdadera devoción diese sus frutos. Sin embargo, la teoría y la verdadera ejecución estaban lejos de ser tan parecidas. Sin embargo el peligro a la vida hacía que incluso los más inútiles se aferrasen a la lucha.

Primero llegaron los muertos, tropas inútiles, tropas abatibles incluso por los alumnos más inútiles pero que, aun así, conformaban una pesada masa de la que tendríamos que librarnos para que no se acumulen. Tropas de distracción, un escudo de carne muerta que haría de primera oleada para cansarnos y hacernos agotar nuestros recursos o defensas. Era lo bueno de las tropas que no sentían dolor ni cansancio y, para nuestra desgracia, Svatgard tenía muchas de esas tropas. Sin embargo, entre toda aquella basura inservible, nuestros enemigos ocultaron una verdadera bestia. La explosión provocada por el enorme animal metálico me hizo girar completamente el cuerpo hacia el robot que comenzaba a congelar el lugar.

-¡Proteged las barricadas y acabad con los zombies!-Ordenaría a los alumnos mientras desenvainaba la espada y comenzaba a avanzar contra la nueva amenaza. La profesora y yo seríamos capaces de encargarnos de aquel monstruo. Esperé mientras mis pies se acostumbraban al deslizamiento del hielo y, en el momento en el que el monstruo se enfocó en Tyrande para lanzar un misil, cuando yo avancé a la carga contra el monstruo. Rápidamente me situaría tratando de alcanzar sus cuartos traseros, dejándome llevar por la inercia de la carrera y por el deslizante hielo para ejecutar un ataque al mismo tiempo que me alejaba sobre el hielo. La espada golpeó a la altura de una de sus patas, en las juntas donde se flexionaban para poder correr y moverse, buscando encontrar un punto débil en la defensa de mi enemigo y alcanzar algún punto que impidiese el movimiento de aquel monstruo.

Tyrande se encontraba ayudando a varios alumnos a levantar las barricadas que intentarían detener a los Svatgard, se podía ver el terror en los ojos de aquellos alumnos que eran jóvenes y no tenían experiencia en el campo de batalla. Para suerte o desgracia Tyrande llevaba tras de sí tantos años que había vivido varias guerras, suspiró mientras posicionaba un barril sobre la enorme muralla, y fue en ese momento cuando una explosión hizo que se pusiese recta de un salto y girase la vista hacia el lugar del que acababa de provenir.

Fue ahí cuando lo vio, ese enorme ser metálico que apuntaba hacia ella. Sintió un dejavû, ya había luchado con un ser parecido y la lucha no había sido nada fácil. Observó cómo le lanzaba un misil y por instinto saltó hacia un lado alejándose de la barricada y de los alumnos. Alzó su arco y preparó la flecha que comenzó a iluminarse.

-No dejéis que caiga la barricada.-gritó.-Ataque Centrado.-soltó para después expulsar la flecha en dirección al ser.

Pudo ver como el otro hombre se lanzaba también hacia la criatura.

La barricada fue rota por los zombis, los cuales entraban contra los alumnos arremetiéndose contra estos. Luego de haberle lanzado el misil a Tyrande, el Oso le da un fuerte puñetazo al cuerpo a Noah, el cual lo empuja varios metros hacia atrás. La lluvia se oía cada vez con más intensidad, y una luz púrpura estaba tiñiendo el firmamento ¿Qué será? ¿Que estará pasando? Empezó a temblar...

Fue corto. Entonces, y de la nada otro robot aparece frente a la elfa. Éste lanzaba rayos contra los estudiantes. Ambos tendrían que dar lo mejor de sí, ahora mismo. Más zombis aparecieron e intentaron romper las ventanas por las cuales colarse. Un gran estruendo se escuchó entre toda la lluvia que caía: la sonrisa de la malvada Bernkastel.

OSO ROBÓTICO SVARTGARD Nº1

· Robot extremadamente duro y veloz.
· Lanza ataques de hielo que alcanzan los -200ºC.
· NPC enemigo activo.
· Se necesitan 3 posts para derrotarlo.

HORDA DE ZOMBIS

· 4 zombis.
· Se pueden derrotar con los NPC aliados.
· Se necesita un post para derrotarlos o llegarán más.

OSO ROBÓTICO SVARTGARD Nº2

· Robot extremadamente duro y veloz.
· Lanza ataques de rayo con un alcance de 20 metros.
· NPC enemigo activo.
· Se necesitan 5 posts para derrotarlo.

OBJETIVOS
1) Derrotar a todos.
2) Tyrande puede controlar a otra NPC: Zalaynes.
3) Si logran matar al robot, a Noah le llegará un NPC de refuerzo.

ZALAYNES: Alumna de Legacy de la clase de Noah. Elfa experta en magia de curación. Si es atacada seis veces, morirá. Controlada por Tyrande.

El rechazo por parte de la criatura me alejó varios metros de él, deslizándome sobre la superficie helada en la que a duras penas logré mantener el equilibrio y que requirió de que clavase una de las espadas en el hielo para frenar el impulso que la bestia me había dado con aquel poderoso golpe. La situación cada vez pintaba peor para todos los que luchábamos a favor de Legacy, un nuevo oso de aquellos hizo acto de presencia, arrojándose contra mi compañera de picudas orejas mientras a mi me tocaba seguir haciendo frente al oso que presentaba poderes gélidos. Al menos mi enemigo ya había sido herido en un par de ocasiones, si me daba prisa podría terminar rápido en aquel lugar y diririgirme a apoyar a mi compañera.

-¡Alejad a los muertos de las ventanas y manteneos juntos, no dejeis que os rodeen!-Ordenaría mientras cargaba de nuevo contra el oso, impulsándome con ambas piernas para saltar sobre la mole metálica mientras alzaba el arma por encima de mi cabeza.

Rugí con rabia imprimiendo en aquel golpe toda la fuerza de la que mis brazos fueron capaces de reunir mientras dejaba caer la espada sobre el cuerpo metálico de la bestia aprovechando la potencia del impulso. Un giro al caer, un cambio en la posición y un rápido movimiento de brazos y muñecas y el arma ejecutaría un nuevo corte ascendente contra el torso del animal, buscando derribarlo de una vez por todas. Aquello sería más largo de lo esperable.

Tyrande observó como la barricada era destrozada por los zombies y como su compañero era golpeado por la criatura a la que estaban enfrentándose, fue en ese momento cuando una chica se acercó donde ella estaba y le indicó que ella sabía curar y que se encargaría de los heridos, pero Tyrande negó con la cabeza.

-No, tu ataca a los zombies, usa la magia curativa que puedas contra ellos, los muertos no se curan si son curados.-le acababa de dar las órdenes pertinentes a la joven y pudo ver como otro ser aparecía, frunció el ceño y preparó su arco de nuevo.

Miró a los jóvenes que intentaban escapar de los ataques de las criaturas, así que apuntó con el arco y volvió a enviar el ataque centrado.

-Ataquemos uno a cada uno.-soltó hacia Noah.

Aún podía hacer todo lo posible, y la chica posiblemente podría hacer daño con la curación. Supiró y esperaba que pudiesen derrotarlos pronto.