G4 - Puerta Este (Jellal y Nuru)

El cielo se puso oscuro y comenzó a llover copiosamente. Era el día en que Bernkastel y sus hordas aparecerían para aplastar el último puñado de alumnos y profesores que quedaban en la Academia. Los jóvenes se miraban entre sí con temor, blandiendo sus armas y sacando sus poderes. Sabían que éste podría ser el último día de sus vidas.

Sin embargo, bien era sabido que si no detenían a la Bruja, llegaría hasta la Sala Central y tomaría posesión de Gilgamesh otra vez. Luego de eso... lo peor esperaba en todos los universos.


Jellal y Nuru nunca antes se habían visto las caras, y en el momento en que fueron a hacerlo, jamás pensaron que iban a tener que detener una invasión a gran escala. Tendrán que demostrar su temple.

OBJETIVOS:
1) Armar una barricada en la puerta (en dos posts).
2) Aguantar el ataque de las tropas de la Academia Svartgard.

ALIADOS (NPC):

DALILA: Experta en ataques a distancia con flechas. Le gusta el rock y el pastel de chocolate. Comandada por Jellal.


NAOKI: Guerrero de rayo. Considera a Nuru como su sempai. Comandado por Nuru.


MILPOWDEN: Guerrero de magia negra. Comandado por Nuru.

La lluvia comenzó a caer y un rayo hizo que el pulso de su corazón se acelerase al triple. Eran pocos alumnos contra un ejército entero y totalmente preparado de robots y otras clases de guerreros mágicos. El peliazul simplemente cerró los ojos y largó un suspiro, pues tenía plena conciencia de que ésta podría ser su última batalla. Solo pensó en Lía y en su querida pelirroja que estaría en algún lugar.

Volteó su mirada hacia los otros cuatro chicos. Un muchacho de cabellos albinos, una colorina y dos muchachos más. Mordió sus labios, pero al fin pudo dejar escapar unas escuetas palabras — Pueden contar conmigo. Soy Jellal Fernandes, líder de Sorcière Crime, y ahora... — su voz resonó más apagada y descolorida de lo normal. Observaba cómo las oscuras nubes se aglomeraban en el firmamento — Ahora soy un alumno más en la Academia — pasó el minuto de la presentación. Era la hora de actuar.

Dalila: ¡Es hora de apilar la barricada en las puertas y el portón!

— Sí — respondió parcamente. El joven Fernandes tomó un gran escritorio, que al parecer era de la sala de dirección o algo así, y lo empezó a juntar con las sillas que había traído la muchacha de cabellos rojos. Caminó hacia otro mueble, que parecía ser un velador y lo colocó con toda la otra pila para ofrecer un bloqueo eficiente. Supongo que con eso iba a bastar — Um, ¿Estás bien? — le preguntó al albo chico de ojos curiosos. Fregó sus manos para quitar el polvo de ellas, y de nuevo vio cómo los demás apilaban objetos y cosas así. Ésta sería la última defensa.

¿Nervioso? ¡Claro que lo estaba! Aún con la lluvia cayendo sobre su cabeza, deslizándose por cada mechón de su cabello, no podía creer lo que estaba pasando, y es que ya se lo habían dicho dos veces, pero su memoria se sentía frágil por los nervios, o tal vez no quería aceptar que su frase tan repetida de “querer proteger a quienes les importaban” tendría que ponerse en marcha tan pronto. Y es que ¿cuanto llevaba allí? Un mes tal vez y no era lo suficiente para asimilar la situación. Se sentía inseguro como nunca antes, enfrentar un desafío era muy diferente a combatir contra otra persona, y probablemente… no, estaba seguro, tendría que luchar contra alguien si es que la barricada era destruida, aún si no quería… ¿No había forma de convencerlos de detener el ataque? Lo intentaría, hablar con ellos, intentar convencerlos con palabras, realmente no quería ocupar sus poderes para herir a alguien.

Frente a él un de cabello azul y con una marca en el rostro hablaba sobre poner una barricada, y lo entendía, pero no pudo moverse hasta que Naoki lo observó de frente con mirada preocupada. Lo había conocido hace poco, luego de estar practicando su invocación con un par de cuervos y el chico se había acercado con curiosidad a ver de que se trataba todo eso. No era tan nuevo como Nuru, pero si más joven y por alguna razón que no lograba entender bien, lo había tomado como ejemplo a seguir, eso a pesar de que el mayor le había asegurado que no era una buena idea. Y allí estaba, probándole que realmente no era bueno para actuar en situaciones de caos, que era un inútil realmente, y que si alguna vez le funcionó uno de sus poderes fue porqué estaba en calma, y no en un campo de batalla.

–Nuru, hay que apilar las cosas, vamos -le empujó un poco, bastando el leve movimiento para despertarlo del trance que experimentaba.

–¡Ah! ¡claro! -corrió hacia el montón de cosas que había cerca de la puerta y comenzó a mover una por una a la puerta. Llevaba dos cuando el rubio volvió a acercarse, seguía preocupado por las acciones descuidadas del que consideraba su maestro, por lo que le susurró ocupar sus poderes para mover las cosas más rápido, y tenía razón ¿por qué no lo había hecho antes?
Él sabía de sus capacidades, no tenía mucha fuerza y sus poderes eran escasos en comparación a los de otros, tenía que usarlos sabiamente, evitando desperdiciarlos todos antes de que comenzase la batalla (si es que había una).

Caminó hasta posicionarse en medio de todo, escuchó las palabras del de pelo azul y sonrió. –Estoy bien. -asintió con seguridad antes de sentarse en el suelo, y en la misma posición con la que meditaba, cerrar los ojos. Milpowden quizo reclamar la acción de semi ángel pero el rubio lo detuvo. Nuru necesitaba concentrarse; escuchaba la lluvia caer, el sonido que provocaba al chocar con la tierra, los truenos resonar en el ambiente, todo mientras en su mente se dibujaba la imagen de dos águilas de gigantesco tamaño.

Pasó un minuto completo. El chico de cabello largo extendió sus manos hacia adelante, creándose una circunferencia oscura de la que saldrían dos aves, una tras otra rápidamente. Las criaturas surcaron el cielo y bajaron en picada, tomando con sus garras lo objetos que quedaban y transportando la mayoría a la pila frente a la puerta este.

–Funcionó. -suspiro alegré. Enseguida sacudió su ropa y corrió a ayudar a mover los objetos más grandes que quedaban junto a los demás.

Un destello púrpura empezó a iluminar las  paredes de la academia. De pronto, unos chillidos metálicos empezaron a sonar cerca, y mucho más cerca de las puertas. Entonces, una violenta explosión ocurre dejando un enorme forado en la barricada. Luego, de que se dispara una neblina, un gran robot aparece, tira un rayo de hielo y el piso comienza a congelarse.


Los zombis comenzaron a apelotonarse en las barricadas para tratar de empujarlas y avanzar. Mientras que el gran robot que ya estaba en el interior. De inmediato tira una red a Naoki y lo deja inmóvil en una trampa eléctrica, y el niño rubio comenzó a llorar de dolor por las descargas que recibía una y otra vez. Al parecer ya habían estudiado a algunos de sus alumnos. Así entonces, dirige un puñetazo a Jellal.

Advertencia: Si Naoki en tres posts hasta el sábado, morirá por electrocución.

La epifanía del terror se pudo apreciar en el rostro de Jellal, al tiempo que veía al albino y a esos dos otros chicos con evidentes quemaduras en la piel y tumbados en el piso. Empuñó su mano con fuerza, y dio un grito salvaje de rabia al ver cómo ese gran robot había exterminado con esas tres personas de a golpe — Dark mass! Explode! — vociferó y de su palma abierta apareció una gran esfera negra que se dirigía contra el robot. Cuando estalló, logró botarlo de lado, pero al mismo tiempo estaban entrando los zombis.

— Meteor! — y sus piernas refulgieron como el sol y despegó hacia a ellos con una velocidad impresionante — Heavenly arrows! ¡Malditos! ¿Cómo se atreven? — disparó sus flechas en contra de los zombis, logrando acabar con unos cinco, todavía quedaban muchos. Estaba enojado, muy enojado. Ya estaba harto de ese oscuro bando que mancillaba cualquier cosa. Ciertamente, esa gente perdía su cordura ante cualquier mínima cosa que no le parecía. Los del bando de Svartgard eran así, y ahora no podría defender a los que estaban tendidos en el piso. Entonces, se escucha un pitido.

¡Explosión! Jellal cae boca abajo y siendo impulsado unos tres metros hacia adelante. Estaba solo — ¡Dalila! ¡A los ojos! ¡Apúrate! — así la muchacha cabellos de fuego hizo llegar unas cuantas flechas a los artificiales ojos de ese robot del demonio. Esto pintaba muy difícil. No podrían. No lo iban a lograr. La esperanza se estaba terminando. Acabando poco a poco. ¿Era el momento tan aciago y esperado?

Iba corriendo a gran velocidad por el acontecimiento que estaba pasando, no creía que la academia enemiga, Svartgard estuviera atacando, nunca había participado en algo así. Era cierto que tenia experiencia en batallas anteriores y en técnicas de combate pero todas mis batallas anteriores fueron batallas solas en donde solo estaba yo, ¿Que iba a ser?, ¿Que pasaría si me equivoco? Estaba muy nerviosa mientras corría aunque no quería mostrarlo pues en el frente de la batalla, literalmente, no habría tiempo para llegarte sentirte así, ahora mismo solo podía mantener la cabeza levantada y pensar o confiar en mis habilidades que ya tenia apezar de nunca haber combatido junto a alguien, no tenia con claridad que pasaría al involucrarme en la batalla, además... Lo cierto es que también todas mis batallas han sido con "criaturas" por lo que son seres que no piensan del todo y actúan mas por su instinto, aunque si la batalla era contra zombies y mechas según me informaron no tendría que preocuparme mucho por los primeros.

-Si no mal recuerdo ya deben de haber personas ahí... me dijeron sus nombre, Jellal, Nuru... ¡Y ya no me acuerdo!- Dije gritando un poco decepcionada y nerviosa de mi misma, supongo que era algo normal por ser tu primera vez en una batalla a esta escala ¿no?.
~De todas formas ya debo de estar cerca, ¿Listo Kyui?~
~¡Claro!, ¡A la batalla!~

Acelere el paso solo un poco cuando enseguida si un gran salto y en el aire invoque a Glaive, con esto había entrado al campo de batalla, en ese pequeño instante sentí como si todo fuera a cámara lenta, me ayudo a mentalizarme y... -¡Arte Secreta! Noche Paraíso de las Cien Almas- Grite mientras golpeaba al robot justo en el sitio donde la chica de cabellos rojos había dado con sus flechas ya que era un punto mas débil, continué con mi secuencia de ataque golpeando primero en el casco, teletransportandome hacia el piso golpe con gran fuerza el punto intermedio donde el robot se sujeta, lo que parecía ser la unión del muslo a la pierna, cree una garra Feerica que logro moverlo un poco y hacer algún daño en las piernas, despues por el grueso y largo de mi lanza al lanzarla con la energía lunar logre que callera al suelo por su propio peso y arrastrandolo un poco por el mismo, hice un movimiento instantáneo rasguñadolo con una garra Feerica a lo largo y despues volví a teletransportarme y al caer contra el suelo clave a Glaive liberando y probocando la erupción de almas que no pudieron levantar al robot por lo pesado, pero si que hicieron su daño constante.

Di un salto para salir del rango del robot por si hacia un ataque sorpresa -Serena Cadenzavna Eve, ¡sus refuerzos han llegado!- Dije con cierto tono de alegría y una sonrisa en mi boca.

El robot no se podía parar, sin embargo tenía ases bajo la manga. En milésima de segundos, desapareció y luego se teletransportó a las espaldas de Serena y Jellal, los tomó a ambos de la cintura como si fueran un par de juguetes y los hizo estrellar entre sí. Acto seguido, disparó una seguidilla de cohetes de hielo liberando estalactitas puntiagudas por doquier.

Para inri de aquel momento, otro robot aparece lanzando un rayo hacia Serena. La barricada había sido perforada y tendrían que taparla para que no causara más daños. Era el momento de que ellos actuaran valientemente.

OSO ROBÓTICO SVARTGARD Nº1

· Robot extremadamente duro y veloz.
· Lanza ataques de hielo que alcanzan los -200ºC.
· NPC enemigo activo.
· Se necesitan 3 posts para derrotarlo.

HORDA DE ZOMBIS

· 6 zombis.
· Se pueden derrotar con los NPC aliados.
· Se necesita un post para derrotarlos o llegarán más.

OSO ROBÓTICO SVARTGARD Nº2

· Robot extremadamente duro y veloz.
· Lanza ataques de rayo con un alcance de 20 metros.
· NPC enemigo activo.
· Se necesitan 5 posts para derrotarlo.

OBJETIVOS
1) Derrotar a todos.
2) Dalila es la única NPC conciente.

De pronto, una muchacha de cabellos albinos y ropa de lolita entró a la batalla. Ésta logró demostrar un estilo soberbio de pelea con la cual pudo dominar plenamente al robot. Jellal levantó sus cejas de la impresión, pero sabía que tenía a otro tipejo con el cual enrollarse a golpes. Sabía que ésta no era una batalla cualquiera, por lo tanto, iba a lanzarse a la batalla, por Erza y Natsu, por lo que hicieron sus amigos de Fairy Tail. El mundo pendía de este hilo tan delgado, y Fernandes tenía responsabilidad en ello. Así, flexiona sus rodillas, alza el puño y vocifera a lo alto — Meteor! — y de sus piernas un blanco refulgente aparece, sale disparado como un cohete y le da un golpe gigantesco en el rostro al Oso de Rayo.

Se escuchó cómo el metal se trituraba, y acto seguido — Fire magic! — le arroja una bola de fuego en la cara para quemar los circuitos de los ojos, dejando ciego a la enorme maquinaria. Sin embargo, pese a que sus sensores oculares estaban estropeados, lanzaba uno y otro golpe al peliazul, el cual esquivaba, y al último, con ambas manos intercepta el golpe, y le da otra patada en el rostro, el cual lo tumba al piso. Jellal escupe algo de sangre, y pone los puños al frente para prepararse bien ante cualquier otro ataque.

La tierra comenzó a temblar. Repentinamente, el cielo se puso oscuro con un tono purpúreo. No cabía duda de que Bernkastel estaba llegando a la Academia, y lo haría usando todo su poder. Sin embargo, para poder contener a las tropas menores.

NUEVAS REGLAS:

1) En dos posts más derrotar a los enemigos.
2) Poner los sellos y retirarse a la sala principal.

Al parecer su nueva compañera de batalla se demoraba un poco al lidiar con dichos atacantes, por lo que no dejó opción a Jellal de seguir con su ofensiva. Presto, su cuerpo se iluminó como si fuera una estrella fugaz — Meteor! — exclamó y salió disparado como un misil, extendiendo su puño contra esa bestia de metal. ¡Pero ya! ¡Ya la tenía! Faltaba poco para tumbar a uno de esos osos, cuando de un golpe bien fuerte le arranca un componente interno, similar a lo que era una especie de motor, pues el aceite y otros fluidos de colores macilentos salían a borbotones.

— ¡Puertas estelares! — vociferó una vez más y la sala entera se iluminó cual sol de mediodía. De lo más alto, unos gruesos pilares hechos de luz aparecieron y bajaron con violencia hacia ambos Osos de Svartgard, y lo único que se escuchó fue un gran estruendo. Luego del fogonazo creado por aquella explosión, solo se veía la mitad del robot -por la cintura- yendo directamente a atacar a Serena. Sin embargo, ella podría combatir a dicho ente con facilidad. De hecho, sus habilidades lo habían dejado boquiabierto. Realmente, el universo era un lugar demasiado grande.

Entonces, y obviando la refriega entre ellos dos, se dispuso a colocar los sellos por todas las ventanas junto a los otros alumnos que ayudaban. Debían sellar esta sala lo más pronto posible porque lo peor todavía estaba por venir. Jellal solo pudo pensar en esa querida pelirroja y qué estaría haciendo ahora, en este momento tan oscuro para el mago del tatuaje en el rostro.

~¡Cuidado!~
-Kya!- Grite por el golpe repentino del robot, el cual sin yo esperarlo se había teletransportado y atrapandome por la cintura haciendo que me chocara con mi compañero, del cual impacto logramos salir casi intactos ya que Kyui me ayudo a generar un campo de fuerza que absorbió el impacto de golpe, de todas formas se podía sentir algo del impacto, poco despues de caer al piso por el impacto me sobe rápidamente la espalda.

-Eso pude sentirlo... y se sintió algo bien- Dije en voz baja mientras me paraba apoyandome en Glaive mediamente sonrojada mientras Kyui me hablaba por mi cabeza ya que estaba dentro de mi para utilizar las artes feericas ~¿Estas bien?, No podemos aflojar ahora~ Me decía lindamente preocupado por mi seguridad, lo cierto es que Kyui era muy lindo conmigo en situaciones como estas. En eso con una combinación de saltos ágiles y la ayuda de mi teletransportacion esquivamos las estalactitas del robot que intentaba derrotarnos, sin darnos apenas tiempo de respirar llego otro Oso de Svartgard esta vez del elemento eléctrico el cual no seria mucho problema para mi apesar de su velocidad, veía venir el rayo a mi mas no decidí esquivarlo y opte por utilizar el taoísmo cargando energía en las palmas de mi mano desviando el ataque que venia hacia mi.

No quería demorarme mucho en atacar, parecer débil frente a mi compañero o esperar a que llegaran mas enemigos, por lo que estaba dispuesta a eliminar a los últimos zombies corriendo de frente hacia ellos generando 3 garras feericas cortando de izquierda a derecha y por ultimo hacia arriba como un golpe final acabando con ellos. Impresionantemente Jellal, mi compañero había acabado con un robot y la mitad del otro el cual seguía en función y corriendo para embestir me

~Demos el golpe final~
-¡Claro!-

De igual manera corrí hacia el y estando cerca salte apoyandome en la misma cintura del medio robot para impulsarme, simplemente di media vuelta y corte lo que quedaba del mismo a la mitad haciendo completamente inútil mas que piezas de robot estorbando. Una vez acabados los enemigos me gire para agradecer -Gracias Jellal, ¿verdad?- Dije confirmando su nombre, también me dispuse ayudar a colocar los últimos sellos, lo peor estaba por acercarse y el mismo cielo demostraba su temor con su color.

Asintió con la cabeza. De verdad era una prolífica maestra del combate que había acabado con ese robot como si no estuviera allí. Sonrió evidenciando una gran confianza en su compañera — Así es. Jellal. — Asintió, pero... ¿se había sonrojado? ¡No era tiempo para pensar en esas cosas! — ¿Serena? Pues mucho gusto... aunque no es buen momento para charlar — gruñía al tiempo que corría a toda velocidad poniendo sellos en las ventanas y otras puertas menores. Finalmente, el peliazul había puesto todos los del ala norte de dicha habitación.

Apoyó su brazo sobre la pared y miró el panorama: metales retorcidos por doquier, la arquitectura hecha pedazos, fuego y un olor a cenizas que quemaba la nariz. Nunca no debían subestimar los poderes de los vasallos de la Bruja de los Milagros. Jellal soltó un suspiro y esperó a que Serena colocara el resto de los otros. Luego de eso, saldrían de la habitación.

OFF: Disculpa, los roles cortos, pero ando haciendo varias vaaaarias cosas. xD