Se bienvenid@ Invitado a ~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~. Fue creado el Jue Mar 13, 2014 4:55 pm, es decir que tenemos exactamente 3906 días de vida. Hasta ahora sus 160 usuarios han escrito 12128 temas en los 120 foros que existen. Tú, Invitado, haz escrito 0 posts desde que te registraste el .
El último de nuestros usuarios registrado fue Asuna Yuuki
El último de nuestros usuarios registrado fue Asuna Yuuki
Conectarse
Notificaciones
Online
¿Quién está en línea?
En total hay 260 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 260 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 426 durante el Sáb Nov 02, 2024 6:16 am
Últimos temas
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.0
Academia Seeds of Legacy por Beatrice y Gilgamesh se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en https://academialegacy.activoforo.com/.
El crédito por el diseño del foro se da a Jack, quien ha trabajado en la estructura visual de éste y en otros aspectos metafuncionales. Los planificadores de la trama del foro son los administradores Beatrice y Gilgamesh. El crédito por el sistema interno del foro se da a los miembros fundadores: Jannei MC.Clov., Jyu Viole Grace, Mavis Blanc y Suigintou, en conjunto con los otros administradores. Asimismo, a Darren Criss por el modelo de fichas, a las obras de varios autores -cuyo uso está exento de ánimos de lucro- y a los administradores que operan desde la página oficial de Facebook, la cual es propiedad del foro. Ante cualquier semejanza con el diseño y trama de este foro, los administradores llevarán a cabo el proceso pertinente estipulado por la normativa de Creative Commons para iniciar acciones relacionadas a propiedad intelectual.
Academia Seeds of Legacy. 2014-2021.
Rosas y sangre {Dae}
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Castillo Rokkenjima :: Interior del Castillo :: Sala de Estar
Página 1 de 1.
Rosas y sangre {Dae}
Guerra, solamente eso, entre ambos bandos donde el sonido de los disparos y de los gritos suenan constante mente fuera de esta escuela de seres extraños, pero para el cabellos lilas era solo un día mas, un día mas donde podría estar en su hogar descansando, con su familia y ayudándolos a sobresalir de la crisis, pero por ahora, debía concentrarse en ganar esta guerra entre Merak y Legacy. Por ahora, debía de prepararse mentalmente para las cosas que venían en camino, como vampiro, su raza debía de ser de las mas altas, y sus metas las mejores, todas las demás razas eran relleno para el atractivo joven, es mas, le causaba mucha gracia.
Solamente sentado en el sillón leyendo tranquilamente otro libro de Oscar Wilde, una de sus mejores obras, “el ruiseñor y su rosa”, ‘Une autre fin malheureuse,’ como el diría vanidosamente (Otro final infeliz). Cerro el libro mientras se estiraba y se quitaba las gafas levantándose del sillón para tener el movimiento mas libre. Alzo la vista a la ventana acercándose lentamente, la brisa cubierta de capas de smog por los misiles y la contaminación que usaban los bandos opuestos en sus enfrentamientos, junto con la magia, la escuela caería en pedazos, extrañaba esos bellos momentos en su ciudad con sus padres y sus hermanas. ¡ Oh! La bella Londres, con sus vistas hermosas, sus grandes parques y la amabilidad de la gente todas las mañanas, ¡era un verdadero asco levantarse todos los días a ver solo sombras y a estar encerrado todos los días por los peligros de las calles, como desearía solamente matar a todo el mundo y regresar a casa con su familia.
Se apartó de la ventana con un suspiro y a la ves chasqueo su lengua tirando el libro a la mesilla que estaba a su alcance, estaba molesto de su monótona vida, que compartía con gente estúpida que, a su ves, tenia que tolerar todos los días, y que nadie se fiaba de nadie, ¡incluso los maestros tenían bandos! En el nombre del creador, que estupidez, que coraje.
En uno de sus pensamientos filosóficos sobre la vida y el porque seguía en Legacy, miro pasar por la puerta a un conocido de sus clases, de su misma raza y de su mismo bando, solo lo vio de los pies a la cabeza, analizándolo, casi igual de atractivo que el mismo, y con una manera peculiar de caminar, con rasgos diferentes a los de el, orientales, oh demonios, los orientales eran tan atractivos entre las chicas. Lo miraba solo caminando por la habitación, al parecer con el mismo rostro que conservaba el ojos berenjena hace unos momentos, quizás pasaban por lo mismo, y ni en cuenta, pero, eran hombres, ¿Por qué iban a hablar de sus sentimientos?, ante ese pensamiento, solo había soltado una risilla. Fue con el joven de su misma edad aproximadamente, y decidió sacarle un tema de conservación. –Tu debes ser Dae- dijo aun no muy seguro de la pronunciación. –Es un placer, en la clase se comenta mucho tu nombre… a decir verdad, que celos- dijo soltando una risilla colocando ambas manos en su nuca. –Admito que es difícil ser el centro de conversación de las chicas-.
Sus ojos se cerraron lentamente mientras quitaba ambas manos de su nuca y las llevaba al bolsillo, después abrió sus ojos para notar su reacción. –Dorian, Dorian Wilde, no se si me ubiques, soy un atrevido por acercarme a ti de esta forma.- dijo fingiendo pena, claro, solo quería llamar su atención.
Solamente sentado en el sillón leyendo tranquilamente otro libro de Oscar Wilde, una de sus mejores obras, “el ruiseñor y su rosa”, ‘Une autre fin malheureuse,’ como el diría vanidosamente (Otro final infeliz). Cerro el libro mientras se estiraba y se quitaba las gafas levantándose del sillón para tener el movimiento mas libre. Alzo la vista a la ventana acercándose lentamente, la brisa cubierta de capas de smog por los misiles y la contaminación que usaban los bandos opuestos en sus enfrentamientos, junto con la magia, la escuela caería en pedazos, extrañaba esos bellos momentos en su ciudad con sus padres y sus hermanas. ¡ Oh! La bella Londres, con sus vistas hermosas, sus grandes parques y la amabilidad de la gente todas las mañanas, ¡era un verdadero asco levantarse todos los días a ver solo sombras y a estar encerrado todos los días por los peligros de las calles, como desearía solamente matar a todo el mundo y regresar a casa con su familia.
Se apartó de la ventana con un suspiro y a la ves chasqueo su lengua tirando el libro a la mesilla que estaba a su alcance, estaba molesto de su monótona vida, que compartía con gente estúpida que, a su ves, tenia que tolerar todos los días, y que nadie se fiaba de nadie, ¡incluso los maestros tenían bandos! En el nombre del creador, que estupidez, que coraje.
En uno de sus pensamientos filosóficos sobre la vida y el porque seguía en Legacy, miro pasar por la puerta a un conocido de sus clases, de su misma raza y de su mismo bando, solo lo vio de los pies a la cabeza, analizándolo, casi igual de atractivo que el mismo, y con una manera peculiar de caminar, con rasgos diferentes a los de el, orientales, oh demonios, los orientales eran tan atractivos entre las chicas. Lo miraba solo caminando por la habitación, al parecer con el mismo rostro que conservaba el ojos berenjena hace unos momentos, quizás pasaban por lo mismo, y ni en cuenta, pero, eran hombres, ¿Por qué iban a hablar de sus sentimientos?, ante ese pensamiento, solo había soltado una risilla. Fue con el joven de su misma edad aproximadamente, y decidió sacarle un tema de conservación. –Tu debes ser Dae- dijo aun no muy seguro de la pronunciación. –Es un placer, en la clase se comenta mucho tu nombre… a decir verdad, que celos- dijo soltando una risilla colocando ambas manos en su nuca. –Admito que es difícil ser el centro de conversación de las chicas-.
Sus ojos se cerraron lentamente mientras quitaba ambas manos de su nuca y las llevaba al bolsillo, después abrió sus ojos para notar su reacción. –Dorian, Dorian Wilde, no se si me ubiques, soy un atrevido por acercarme a ti de esta forma.- dijo fingiendo pena, claro, solo quería llamar su atención.
Invitado- Invitado
Re: Rosas y sangre {Dae}
Sus pasos le habían llevado hasta ese lugar, sinceramente no les estaba prestando atención a los demás. Minutos atrás había alejado bruscamente a una chica humana, ¿la razón? era que se suponía que él estaba "de acuerdo" con ser parte de Legacy y por lo tanto apoyar a los humanos cuando, en realidad, no los soportaba. Para Min eran solamente comida y punto, no tenían otra función a parte de esa, pues incluso charlando eran aburridos.
Aún con su supuesta inteligencia superior, para Min DaeSung resultaban tediosos, carentes de algo que fuera interesante a su ver.
Simplemente vagaba pensando en qué demonios había pensado cuando decidió aceptar en entrar a un sitio como ese. Ah, cierto, venganza. Aquel sentimiento que albergaba dentro suyo, de querer deshacerse de toda la gente ilusa que parecían no saber que la vida no era color de rosa ni mucho menos que todo iría bien como se los pintaban.
Él ya había sido testigo de múltiples batallas en el tiempo de los guerreros Hwarang, más a parte, venía de Corea del Sur, ¿qué más podían esperar de él? Había sido testigo de la guerra que había tenido lugar en su país hasta convertirse en la sede del grupo Merak, de estar bajo el mandatorio de Gasai Yuno. ¿De verdad había idiotas creyendo que él estaba ahí con planes de paz? Bah, por eso los humanos le parecían estúpidos.
Y entonces, todo pensamiento fue interrumpido por una voz.
Un atrevimiento bastante inusual, si no fuera porque era evidente que eran de una misma raza. DaeSung habría ignorado a aquel tipo sin más, sin embargo, ciertamente era curiosidad lo que le mantuvo mirándolo y escuchando sus palabras.
Una sonrisa apareció en su rostro ante aquel comentario sobre "los celos", ciertamente DaeSung no ignoraba el hecho de que era muy comentado su nombre, sobre todo entre las chicas. Sin embargo, su interés momentáneo no estaba en buscar una relación, así que rechazar a más de una de las que intentaran coquetear con él iba a ser una costumbre suya definitivamente.
— Puedo darte algunos consejos para que estén detrás tuyo sin problemas. —Comentó con cierto tono divertido. Uno, porque quería ver la reacción ajena y, dos, porque realmente podía hacerlo y darle alguno de sus "tips" de lo que atraía a las chicas, a pesar de que era consiente de que el ser asiático ya era ventaja en él.
— Sí, te ubico, Wilde o debería decir Dorian. Lamento si de pronto te llamó por tu apellido, costumbre de mi país. —Se disculpó. Otra cosa más de su país era el hecho de ser cortés y educado por más que odiara a alguien, por más deseos que tuviese de simplemente mandarlos a la mierda. Enseñanzas de su madre. Estaban totalmente guardadas en su sub consiente, así que no podía simplemente cambiarlo.
Aún con su supuesta inteligencia superior, para Min DaeSung resultaban tediosos, carentes de algo que fuera interesante a su ver.
Simplemente vagaba pensando en qué demonios había pensado cuando decidió aceptar en entrar a un sitio como ese. Ah, cierto, venganza. Aquel sentimiento que albergaba dentro suyo, de querer deshacerse de toda la gente ilusa que parecían no saber que la vida no era color de rosa ni mucho menos que todo iría bien como se los pintaban.
Él ya había sido testigo de múltiples batallas en el tiempo de los guerreros Hwarang, más a parte, venía de Corea del Sur, ¿qué más podían esperar de él? Había sido testigo de la guerra que había tenido lugar en su país hasta convertirse en la sede del grupo Merak, de estar bajo el mandatorio de Gasai Yuno. ¿De verdad había idiotas creyendo que él estaba ahí con planes de paz? Bah, por eso los humanos le parecían estúpidos.
Y entonces, todo pensamiento fue interrumpido por una voz.
Un atrevimiento bastante inusual, si no fuera porque era evidente que eran de una misma raza. DaeSung habría ignorado a aquel tipo sin más, sin embargo, ciertamente era curiosidad lo que le mantuvo mirándolo y escuchando sus palabras.
Una sonrisa apareció en su rostro ante aquel comentario sobre "los celos", ciertamente DaeSung no ignoraba el hecho de que era muy comentado su nombre, sobre todo entre las chicas. Sin embargo, su interés momentáneo no estaba en buscar una relación, así que rechazar a más de una de las que intentaran coquetear con él iba a ser una costumbre suya definitivamente.
— Puedo darte algunos consejos para que estén detrás tuyo sin problemas. —Comentó con cierto tono divertido. Uno, porque quería ver la reacción ajena y, dos, porque realmente podía hacerlo y darle alguno de sus "tips" de lo que atraía a las chicas, a pesar de que era consiente de que el ser asiático ya era ventaja en él.
— Sí, te ubico, Wilde o debería decir Dorian. Lamento si de pronto te llamó por tu apellido, costumbre de mi país. —Se disculpó. Otra cosa más de su país era el hecho de ser cortés y educado por más que odiara a alguien, por más deseos que tuviese de simplemente mandarlos a la mierda. Enseñanzas de su madre. Estaban totalmente guardadas en su sub consiente, así que no podía simplemente cambiarlo.
Última edición por Min DaeSung el Lun Jul 10, 2017 1:03 am, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Rosas y sangre {Dae}
Este chico le recordaba tanto al aire de Londres, incluso el mismo humor y la misma risa cuidadosa y simple, se sentía como en su mismo hogar, cosa que hace mucho tiempo ya no sentía. Londres estaba lleno de galanes, jóvenes caballerosos y educados, y damas sencillas y hermosas, una gran variedad de casi lo mismo, pero en Londres, lo mismo no aburría, entretenía. Lo único notable que definía que no era de Londres, era su acento y por su puesto, sus ojos.
Dorian tenia el típico perfil de Londres, atractivo, educado, mujeriego, caballeroso y una forma de hablar bastante peculiar y amable, aunque muy metrosexual y vanidoso, un poco mas de lo normal en el país. Claro que, el amor no llegaría jamás a el, por mas mujeres que consiguiera, jamás se casaría, ni mucho menos tendría hijos, ¿para luego descuidarlos?, ¿perder su libertad? Para nada, están descartados automáticamente.
Los chistes del chico le causaban gracia, aunque sea para su propia desventaja, eran chistes que solo los galanes podían entender, porque cuando uno nace con ese don, es imposible deshacerse de estos mismos. Sus ojos no dejaban de notar la similitud leve entre estos dos por el color de cabello, los ojos, incluso en el color de piel, podrían ser hermanos, o al menos la gente lo notaria. –Pues soy todo oídos, aunque no se si tengas algo que yo no sepa…- dijo alzando su ceja cruzando los hombros, y al escuchar su comentario, una pequena risa salio de sus labios negando con la mano. –En confianza compañero, en Londres se dice por el apellido por educación, yo no te llamo por tu apellido solo por que se me complica un poco- admitió alzando sus hombros.
No paso mucho tiempo cuando entro una chica a la sala, y al verla solamente le dedico una sonrisa, dejándola pasar. La joven paso con un gran sonrojo en sus mejillas al ver ambos jóvenes en la misma sala, no pudo evitar la risa. -¿La viste?- dijo colocando ambas manos en los bolsillos. –No entiendo porque se comportan así, nada parecido a las damas de Londres- dijo suspirando, vaya que echaba de menos su bello país, las damas tan clásicas y bellas, que al momento de sonreir, te contestaban con otra sonrisa aun mas coqueta, y era un juego entre personalidades, como en los 50’s, amor en las palabras y pasión con la mirada, por eso no le llamaba la atención conquistar a mujeres centroamericanas quizás, todas tan tercas, ni damas parecían, lo atormentaban, con sus actos feminazis y posesivos, asi no debían de ser las mujeres.
Dorian tenia el típico perfil de Londres, atractivo, educado, mujeriego, caballeroso y una forma de hablar bastante peculiar y amable, aunque muy metrosexual y vanidoso, un poco mas de lo normal en el país. Claro que, el amor no llegaría jamás a el, por mas mujeres que consiguiera, jamás se casaría, ni mucho menos tendría hijos, ¿para luego descuidarlos?, ¿perder su libertad? Para nada, están descartados automáticamente.
Los chistes del chico le causaban gracia, aunque sea para su propia desventaja, eran chistes que solo los galanes podían entender, porque cuando uno nace con ese don, es imposible deshacerse de estos mismos. Sus ojos no dejaban de notar la similitud leve entre estos dos por el color de cabello, los ojos, incluso en el color de piel, podrían ser hermanos, o al menos la gente lo notaria. –Pues soy todo oídos, aunque no se si tengas algo que yo no sepa…- dijo alzando su ceja cruzando los hombros, y al escuchar su comentario, una pequena risa salio de sus labios negando con la mano. –En confianza compañero, en Londres se dice por el apellido por educación, yo no te llamo por tu apellido solo por que se me complica un poco- admitió alzando sus hombros.
No paso mucho tiempo cuando entro una chica a la sala, y al verla solamente le dedico una sonrisa, dejándola pasar. La joven paso con un gran sonrojo en sus mejillas al ver ambos jóvenes en la misma sala, no pudo evitar la risa. -¿La viste?- dijo colocando ambas manos en los bolsillos. –No entiendo porque se comportan así, nada parecido a las damas de Londres- dijo suspirando, vaya que echaba de menos su bello país, las damas tan clásicas y bellas, que al momento de sonreir, te contestaban con otra sonrisa aun mas coqueta, y era un juego entre personalidades, como en los 50’s, amor en las palabras y pasión con la mirada, por eso no le llamaba la atención conquistar a mujeres centroamericanas quizás, todas tan tercas, ni damas parecían, lo atormentaban, con sus actos feminazis y posesivos, asi no debían de ser las mujeres.
Invitado- Invitado
Re: Rosas y sangre {Dae}
Su mirada hacia el chino era más analítica que otra cosa.
Sus físicos eran similares y no era difícil notar que sus razas eran la misma así que había mayor comodidad que con cualquier otro. Nada personal pero los humanos le parecían un estorbo, mientras que las otras razas no eran precisamente de su interés, a excepción quizás de los demonios, ya que eran algo similares a ellos.
Sin duda alguna, el chico que tenía enfrente podía ser alguien de confianza para él, era una especie de instinto. Saber reconocer a las personas que son exactamente iguales a ti, aquellos que podrían llegar a compartir ideas de alguna forma similares a las que se tenía para cualquier situación. Y sin duda el chico frente a él podía entrar en dicha categoría, no solo por la esencia y personalidad, vamos, eran tan parecidos en aspecto físico que no sería raro que los emparentaran aún siendo de nacionalidades distintas.
— Es posible que más de lo que esperas. —Sí, era algo arrogante de su parte responder de dicha manera, pero la sonrisa en su rostro demostraba que estaba entendiendo el "chiste" detrás de su trivial conversación. — Aunque posiblemente, sea mayormente la nacionalidad, es de esperarse que muchas veces eso tenga mucho que ver. Ser asiático es mi punto a favor. —Continuó como si realmente ese fuese el tema interesante de todo, pero lo sabía, sabía que esa era una trivialidad que los llevaría a un tema más interesante más tarde.
— En Corea del Sur es algo similar, aunque se hace usó de los honorarios. Sin embargo, estoy fuera de Corea y ciertamente es una pereza utilizar estos dichosos honorarios con gente que no los merece, no lo digo por ti, pero es perfecto no tener que usar los apellidos tampoco. —Arrogancia definitivamente, era algo que no podía esconder cuando estaba actuando tan naturalmente. Si alguien los hubiese visto, negaría y habría dicho que los honorarios eran importantes porque en su cultura era de esa forma, pero siendo sincero le alegraba no tener que mantener una personalidad falsa y tediosa con ese chico.
En silencio, observó el trayecto que había hecho una estudiante que entró a la sala. Él, por su parte, no dedicó una sonrisa, su mirada
era seria, pero bastante intensa hacia la pobre mujer que iba pasando con todos los colores en su rostro, lo cual hacía más notorio el ruido de la sangre en sus oídos. Suspiró antes de reírse, en efecto todas las chicas, sin excepción de raza, solían mínimo mostrar un sonrojo en algún momento.
— No espero entender qué demonios les pasó a las mujeres de antes. Hoy día creen que uno coquetea con todas solo por sonreír y mirarles. —Y vamos, DaeSung no tenía intención alguna de buscar una pareja actualmente, porque sus objetivos eran otros y, encontrarse enfrascado en una relación, definitivamente sería malo. — Ahora mismo agradezco haber pasado hace siglos esa etapa de hormonas e idioteces. —Sin duda alguna, ventajas de ser vampiros, habían vivido sin duda más de lo que aparentaban.
— Así que, ¿Londres, no? Sin duda, gran historia. Es entendible porque tantas damas murieron de formas extrañas ahora que se sabe que había clanes vampiros por ahí. —Sonrió ligeramente, su sonrisa se curvó hacia el lado derecho de su rostro mientras se paseaba por la sala, terminando en uno de los sofás, tirándose sin mucho cuidado sobre uno de los sofás, estando relativamente solos en ese sitio era más sencillo lanzar por la borda su falsa personalidad de chico "perfecto".
Sus físicos eran similares y no era difícil notar que sus razas eran la misma así que había mayor comodidad que con cualquier otro. Nada personal pero los humanos le parecían un estorbo, mientras que las otras razas no eran precisamente de su interés, a excepción quizás de los demonios, ya que eran algo similares a ellos.
Sin duda alguna, el chico que tenía enfrente podía ser alguien de confianza para él, era una especie de instinto. Saber reconocer a las personas que son exactamente iguales a ti, aquellos que podrían llegar a compartir ideas de alguna forma similares a las que se tenía para cualquier situación. Y sin duda el chico frente a él podía entrar en dicha categoría, no solo por la esencia y personalidad, vamos, eran tan parecidos en aspecto físico que no sería raro que los emparentaran aún siendo de nacionalidades distintas.
— Es posible que más de lo que esperas. —Sí, era algo arrogante de su parte responder de dicha manera, pero la sonrisa en su rostro demostraba que estaba entendiendo el "chiste" detrás de su trivial conversación. — Aunque posiblemente, sea mayormente la nacionalidad, es de esperarse que muchas veces eso tenga mucho que ver. Ser asiático es mi punto a favor. —Continuó como si realmente ese fuese el tema interesante de todo, pero lo sabía, sabía que esa era una trivialidad que los llevaría a un tema más interesante más tarde.
— En Corea del Sur es algo similar, aunque se hace usó de los honorarios. Sin embargo, estoy fuera de Corea y ciertamente es una pereza utilizar estos dichosos honorarios con gente que no los merece, no lo digo por ti, pero es perfecto no tener que usar los apellidos tampoco. —Arrogancia definitivamente, era algo que no podía esconder cuando estaba actuando tan naturalmente. Si alguien los hubiese visto, negaría y habría dicho que los honorarios eran importantes porque en su cultura era de esa forma, pero siendo sincero le alegraba no tener que mantener una personalidad falsa y tediosa con ese chico.
En silencio, observó el trayecto que había hecho una estudiante que entró a la sala. Él, por su parte, no dedicó una sonrisa, su mirada
era seria, pero bastante intensa hacia la pobre mujer que iba pasando con todos los colores en su rostro, lo cual hacía más notorio el ruido de la sangre en sus oídos. Suspiró antes de reírse, en efecto todas las chicas, sin excepción de raza, solían mínimo mostrar un sonrojo en algún momento.
— No espero entender qué demonios les pasó a las mujeres de antes. Hoy día creen que uno coquetea con todas solo por sonreír y mirarles. —Y vamos, DaeSung no tenía intención alguna de buscar una pareja actualmente, porque sus objetivos eran otros y, encontrarse enfrascado en una relación, definitivamente sería malo. — Ahora mismo agradezco haber pasado hace siglos esa etapa de hormonas e idioteces. —Sin duda alguna, ventajas de ser vampiros, habían vivido sin duda más de lo que aparentaban.
— Así que, ¿Londres, no? Sin duda, gran historia. Es entendible porque tantas damas murieron de formas extrañas ahora que se sabe que había clanes vampiros por ahí. —Sonrió ligeramente, su sonrisa se curvó hacia el lado derecho de su rostro mientras se paseaba por la sala, terminando en uno de los sofás, tirándose sin mucho cuidado sobre uno de los sofás, estando relativamente solos en ese sitio era más sencillo lanzar por la borda su falsa personalidad de chico "perfecto".
Invitado- Invitado
Temas similares
» La sangre de mi sangre (Morgan - Daki)
» La luna de sangre [Himiko]
» En busca de sangre (Libre)
» Una amistad hecha por sangre (Lacus)
» Sangre marcada (Priv. Elizabeth)
» La luna de sangre [Himiko]
» En busca de sangre (Libre)
» Una amistad hecha por sangre (Lacus)
» Sangre marcada (Priv. Elizabeth)
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Castillo Rokkenjima :: Interior del Castillo :: Sala de Estar
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 3:38 pm por Add
» Cruzando a territorio enemigo (Byprox, Giyu, Mitsuri)
Sáb Nov 09, 2024 11:09 pm por Shinobu Kocho
» Una acción inesperada (Artemisa, Lancer, Jeanne, Sung)
Sáb Nov 09, 2024 9:22 pm por Jeanne Alter
» Oculto (Lisa Minci)
Lun Nov 04, 2024 8:26 pm por Lisa Minci
» En la cancha de básquetbol (Clase B: Teyvat Guild)
Jue Oct 31, 2024 9:33 pm por Anton
» Academia Legacy: La Guerra del Medallón
Vie Oct 25, 2024 9:36 pm por Jellal Fernandes
» Historia de Legacy (Parte VI)
Vie Oct 25, 2024 6:53 pm por Jellal Fernandes
» The First Folio [ Libre! ]
Mar Oct 22, 2024 1:19 am por Sung Jin-woo
» Alto al fuego (Shinobu, Douma)
Vie Oct 18, 2024 9:25 pm por Douma
» El portal hacia Japón (Natsu, Erza, Selene, Ignia)
Jue Oct 17, 2024 5:30 pm por Cuentacuentos
» La propuesta de Diluc
Mar Oct 15, 2024 8:43 pm por Kanao Tsuyuri
» Un encuentro inesperado... (Rena, Luciela)
Miér Oct 09, 2024 1:35 am por Add