Una foto para el recuerdo. (William)

-Me parece bien, es un buen lugar- Le contestó el rubio a la pelirrosada con una sonrisa, luego de secarse el cabello este se acerco a la deseada mesa de su acompañante y se sentó mirando por un momento el exterior a través de la ventana que estaba a un lado del lugar, la expresión de su rostro cambio repentinamente, sus labios dibujaban una expresión seria y sus ojos rojos brillaban como el rojo vivo, luego King dirigió su mirada hacia Ayana como si ya era tiempo de parar el tierno y amigable momento entre aquellos dos, después de todo el rubio tenía algo muy serio que hablar con ella.

-Iré al grano Ayana, se que vas en la Academia Legacy al igual que yo, te he visto varias veces y pensé que serias la adecuada para ayudarme con lo que necesito... Necesito que me hagas un favor y prometo que saldrás recompensada- Le confesó de golpe, con una voz persuasiva y relajada como si se lo tomara como un juego, aquellos ojos rojos estaban clavados en la chica y una sonrisa sospechosa se dibujo en el rostro del rubio.

Los segundos parecían avanzar lentos y el ambiente comenzaba a sentirse una tensión asfixiante, la lluvia parecía caer lentamente y la la poca gente que estaba sentada en aquella cafetería parecían como si sus movimientos estuviesen en cámara lenta, los automóviles, todo alrededor parecía fusionarse en una escena de tensión absoluta, de malas vibras y un mal presentimiento se podía sentir en el aire. El rubio parecía no importarle mucho lo que sucediera o lo que pudiera estar provocando alrededor, este simplemente cerró sus ojos con aquella sonrisa que con anterioridad le había mostrado a la pelirrosada con cierta maldad, esperando su respuesta.

-Te explicare para que entiendas mejor... Cuando llegue a este país encontré un artefacto muy peligroso en unas ruinas en las islas aledañas a Yokohama, este artefacto contiene magia abundante y se puede usar como una fuente de energía muy poderosa pero me di cuenta de algo, estaba infectada con magia corrupta y estaba peligrosamente inestable pero gracias a mis habilidades logre estabilizarla de momento, pero la corrupción parece seguir en su interior así que necesitaba a alguien con conocimientos sobre purificación y por lo que se tu eres una hechicera ¿cierto?- le explicó, abriendo sus ojos para volver a clavar aquel color rojo en la pelirrosada. -Si me ayudas te daré un regalo que podría serte de mucha ayuda, este artefacto contiene esta gran cantidad de magia en una gema incrustada en una base de madera mágica- en ese momento el rubio cruzo los brazos y un brillo comenzó a verse en los ojos rojos del joven como un circulo de luz que rodeaba sus pupilas, luego de sentirse un enorme poder en el ambiente apareció un objeto extraño en la mesa frente a la chica,



-Te daré un fragmento de esta, la podrás usar como una gran fuente de energía para tus conjuros y tal vez puedas investigarla para crear nuevos hechizos, dicen que también es una buena fuente de alimento para familiares... Entonces... ¿Me ayudaras?- Los ojos del rubio brillaban como la sangre, clavando en la chica una determinación enorme que hacía parecer que estuviese hablando 100% enserio, aquel giro de eventos cambiarían bastante la forma de ver aquella situación como un día normal tomando café a un día raro con una oferta muy sospechosa y con motivos ocultos.

Aquella chica simplemente se limitó a escuchar al rubio, cerrando los ojos mientras memorizaba cada palabra, sus dedos jugueteaban con la cadena de su reloj mientras ella tarareaba levemente, la tensión en el lugar se pudo sentir más que nunca, como si ella usara sus habilidades de control temporal para ralentizar el tiempo, pero esta ocasión era diferente, las palabras del rubio parecían ser serias, pero había algo que le llamo la atención a la joven chica.

─Ummmm Curioso…

Comentó la chica mientras abría los ojos, teniendo la mirada fija en la ventana mientras escuchaba la propuesta del joven, inclusive el extraño objeto que había traído con magia.
Aquella pelirrosada solo se quedó en silencio, meditando sobre la situación, más bien parecía estar calculando las posibilidades de éxito y los riesgos sugeridos.

“Te dije que él no era de fiar” La voz de su familiar resonó en su mente mientras ella mostraba completa calma.

La tensión en el momento prácticamente paso a segundo término, dado que el tiempo había parado completamente para todos aquellos que estaban alrededor de la joven, todos menos al rubio.

─Dices que me habías visto en la academia… ¿pero sabes? Yo nunca olvidaría a un par de ojos rojos…

Ella chasqueo los dedos y de su sombra salieron unas garras que sujetaron firmemente al contrario, detrás del rubio se podía notar a un hombre azabache de ojos rojos.

─Sera mejor que el canario cante… o será comido por el lobo…

─No lo lastimes aun, Colt.

─El planeaba hacerte daño…

─Eso lo sé, no es novedad.

Ella empezó a manipular la oscuridad para crear una extensión de su brazo y agarrar el objeto que el rubio le trajo como regalo.
Sus ojos habían cambiado tras la manipulación de la oscuridad, miraba detenidamente el objeto para luego mirar al rubio.



─ ¿Qué es lo que quieres exactamente? ¿Sabes siquiera las consecuencias que podría causarte? ¿o a los demás?

Su expresión era más de preocupación que de molestia, su mirada hacia el rubio parecía estar llena de lastima.

─Vaya… y pensar que por un momento creí que serias diferente…

No explico bien a lo que se refería con diferente. Solo se apartó un poco mientras varias flores se formaban en su cuerpo, arranco una de ellas causando que ella sangrara, el aroma de la sangre era dulce, se podía detectar el olor a hierbas como menta y hierbabuena, pero también de otras plantas venenosas.
Aquella chica coloco la flor azul en la palma de su mano.

─Por favor…si de casualidad del destino me llegas a ver en alguna parte de la ciudad, no sabrás quien soy ni entenderás el sentimiento de pérdida…solo…aléjate y sigue tu vida…por favor…

La voz de la joven parecía estar lleno de tristeza mientras soplaba levemente a la flor, los pétalos azules empezaron a flotar en dirección al contrario para luego chocar con el rostro del rubio.
Un brillo tenue se hizo presente dando a entender que el hechizo del olvido se ha realizado.

Los efectos de este hechizo harán que cualquier ser no sepa de la existencia de Ayana, y si llegase a verla, no sabrán quien es o que fue para ellos. Este hechizo lo realiza para evitar un encuentro con alguien que podría dañarla o que ella misma podría dañar.
Hacer que la gente la olvide era como morir, pero era lo mejor.

Una vez que realizo el hechizo se encamino a la salida de la cafetería, una vez que estuviera en la puerta chasqueo los dedos para hacer que el familiar soltara al rubio y a su vez que el tiempo avance.
Solo esperaba no volver a encontrarse con él, aunque un sentimiento de culpa la estuviera inundando.

En aquel momento cuando el familiar de Ayana se había desplegado furiosamente desde su sombra, el rubio simplemente no se sorprendió ya que este había sentido su presencia cuando se encontró con la chica, lo cual el chico de ojos rojos se digno a mirarlo como si fuera lo de menos, como si fuera un ser inferior que no sería capaz ni siquiera de provocarle daño alguno, pero este solamente se dejo llevar por la situación sin provocar algún tipo de agresión por un motivo como para varias, era algo muy bien planeado y misterioso por parte de King.

Las miradas se cruzaron entre el rubio y la pelirrosada por un momento, el plan de King había fallado pero aún se podía sentir que algo tramaba este, justo antes de que Ayana lanzase aquel polvo mágico King soltó una pequeña carcajada -De verdad ustedes son muy interesantes, pero esta no sera la ultima vez que nos encontremos... Algún día nos volveremos a ver y espero que en ese entonces puedan salvarme de mi mismo, ¡Heroes!- los ojos rojos parecían hervirle al rubio al momento de decirles eso, como si el demonio que estuviese dentro del cuerpo del rubio estuviese satisfecho con el encuentro.

El polvo rodeo a King que luego de inhalarlo su cabeza cayo como si hubiera caído en un sueño por un momento, su cabello mojado cayo sobre el rostro de este tapando sus ojos, este había caído en el hechizo de la pelirrosada que luego se había retirado con el fin de no volver a verlo jamas. Pasaron unos segundos y todo volvió a fluir normalmente alrededor, nadie del local se había percatado de aquella escena debido al extraño quiebre en el tiempo que había sucedido hace un momento, y justo cuando el mesero llegó con un par de capuccinos y croissants el rubio despertó algo perdido, con una mirada totalmente diferente, sus ojos se tornaron azules y parecía que toda su persona había cambiado, en ese entonces ya no era King si no William, que algo confundido no lograba entender que hacía en aquel local, este simplemente se quedo mirando el capuccino frente a el con unos ojos algo somnolientos, intentado recordar que pasó, pero lo único que lograba encontrar en su mente era una imagen, como si fuese una fotografía borrosa de una persona bastante extraña que no lograba recordar, aquel día fue totalmente algo extraño para el rubió que luego se había ido del local con una extraña sensación.

Tras caminar en círculos por varios minutos, la mente de la chica parecía ser un desastre, realmente la curiosidad la estaba matando, ¿Qué clase de poder es para intentar engañarla y usarla? ¿Sera algo peligroso dicho poder? ¿Podría ella usar ese poder para un bien mayor?
No lo sabía y pensar en las posibilidades la hacían tener un dolor de cabeza.

Se recostó contra la pared mientras miraba su reflejo en uno de los charcos cercanos a ella.
Solo se miraba a sí misma, con aquellos ojos que nunca suele mostrar a nadie, sin duda, aquel rubio fue el primero en verlos.
Suspiro pesadamente mientras colocaba una mano en su rostro, cubriendo sus ojos.

─Deja de pensar por un momento, no vayas a hacer una locura.

Comentó el familiar tras mostrarse en su sombra como un lobo, la voz del mismo solo sería escuchado por ella.

─Lo se…pero… ¿Por qué a mí? No tengo las capacidades necesarias para purificar algo de un gran poder mágico, ¿y si es algo en verdad peligroso?

─Mira Ayana, te mintió, él no sabe nada de ti, solo dijo cosas para atraparte en su engaño, él dijo que eres una hechicera, pero tú eres una sacerdotisa. Además de decirte que te había visto en la academia, mentira que supiste identificar con facilidad, entonces dime ¿Realmente crees que existe tal artefacto mágico? Puede que te quería en un lugar apartado de la sociedad para matarte. ¿No lo habías pensado?

─. . .

Ella solo quedo en silencio, quizás tenía razón y no existía dicho artefacto. ¿Sera algún enviado del reino de Solaría? No lo sabía y no pensaba averiguarlo.
Sujetó el collar para luego abrirlo suavemente y mirar la hora. Habían pasado alrededor 2 horas o incluso más desde que dejo sus negativos en la tienda de fotografía, quizás ya estarían listas y solo debía regresar.

Se levantó del suelo, piso el charco y siguió su camino mientras mantenía la mirada baja, sus ojos aun no eran los usuales y no quería causar miedo a aquellos que la llegaran a ver.
Cruzó por varias cuadras, paso de calle en calle hasta finalmente encontrar la ya mencionada tienda. Era un milagro que no se perdiera de paso, se acercó a la puerta para así entrar al local.
Su cuerpo estaba humedecido por la lluvia y la temperatura de la tienda era diferente al exterior, Solo esperaba no resfriarse al final del día.

Se acercó al mostrador para tocar la campanilla y esperar al dueño.
Varios minutos pasaron y finalmente aquella chica recibió sus fotografías, estaba feliz de tenerlas en sus manos y alegremente sale de la tienda.
No obstante, tras no tener la atención en su alrededor nuevamente choca contra alguien, irónicamente para su desgracia, era aquel rubio de antes, solo que había algo diferente en él.
No solo era su mirada confundida y desorientada, sino también sus ojos, eran azules en lugar de rojos, la pelirrosada se preguntaba si era algún hermano suyo, pero las casualidades no son aceptadas.

─Ummm perdone, no me fije.

Dijo con una voz un tanto frívola, raro en ella, pero no quería verle de nuevo, especialmente por lo de antes, sin embargo, alguna de las fotografías que tenía a la mano se habían caído al suelo, varias de ellas eran del parque de cerezos, los jardines de la academia y una mansión abandonada.
Ella se inclinó para recoger algunas fotografías.

La noche había caído y la lluvia no paraba de caer, al parecer los pronósticos decían que no pararía la intensa llovizna hasta temprano en la mañana y a esa misma hora de la noche las calles estaban inundadas por las luces de los autos y postes de luz, que en la oscuridad entre la multitud se notaba la silueta de un rubio que desde su encuentro en la cafetería estaba totalmente desorientado y confundido por lo que había pasado, no recordaba por que estaba ahí y tenía una extraña sensación con solo pensar en eso.

En una esquina que extrañamente le parecía conocida, mientras caminaba este chocó con una chica que no había visto, una pelirrosada que también le parecía bastante conocida que juraba haberla visto en algún lado, pero este no lograba recordarla. A la chica se le habían caído un par de fotos pero este no logró ver de que eran ya que la oscuridad y la lluvia le impedían ver una imagen nítida en ese momento, el rubio rápidamente ayudó a la chica y le entregó aquellas fotos en sus manos con una sonrisa gentil -Perdón, no logré verte con esta multitud- le respondió con una voz amable, sus ojos azules parecían brillarle por las luces de los automóviles que pasaban a un lado de la calle, aquel rubio de ojos azulados antes de que la chica respondiera, este simplemente se fue desapareciendo entre la multitud de aquel día lluvioso dejando una extraña sensación en ese momento.



//Ultimo post y cierro el tema.//

La actitud de aquel chico era diferente a la persona que alguna vez conoció en la cafetería, era sin duda una persona diferente… ¿Sera el mismo o lo confunde con alguien más?
En el segundo antes de que este se fuera de su lado, aquella chica levanto la mano para detener el tiempo, para él y los demás solo sería un segundo, solo quería verlo detenidamente.
Las dudas empezaron a invadirla, ¿Quién es esta persona realmente? ¿Sera el mismo? ¿Sera algún hermano suyo? ¿Doble personalidad o un cuerpo compartido?
Aquel chico despertaba más su curiosidad que cualquier cosa en el mundo.
Sintiéndose atraída por el misterio del joven, aquella chica decide sacar su cámara fotográfica y colocar la lente frente a él, sacando una fotografía de su rostro, su sonrisa amable y aquella mirada llena de gentileza era el perfecto contraste de lo que alguna vez conoció como King.

Aún tenía sus dudas respecto al rubio que caminaba hacia la multitud, pero no era el momento para averiguarlo, guardo su cámara en su estuche, se colocó en el mismo sitio antes del congelamiento y…el tiempo fluye nuevamente.
Aquel joven se perdió entre la multitud…

─Colt… ¿Crees que sea el mismo?

Susurro la pelirrosada mientras caminaba en dirección contraria del joven “desconocido”.

─Puedo olfatear que es el mismo… pero emite una energía distinta, nada oscura, dudaría que fuera el mismo.

─Ya veo…

“King…que magnifica criatura… eres de los pocos que han conseguido mi atención…”

─Ayana… Sabes que es un ser peligroso, ¿no? Si lo vuelves a ver no podre protegerte…

─Eso es verdad…las posibilidades de volverlo a ver son más altas de lo que puedo deducir… Quizás sea el último día que pueda ver esos ojos rojos de nuevo.

─…¿estas aceptando tu propia muerte?

─Ante un ser de ojos rojos, se debe aceptar las consecuencias… ¿no es así? Tu casi me matas la primera vez que te vi.

─Casi…pero él puede matarte. No vayas a las Ruinas Arcanas, te lo pido.

─Lamento decepcionarte…

Sin duda alguna, aquella dragona había firmado su propia sentencia de muerte tras intentar zacear su sed de curiosidad. ¿Podrá aquella chica sobrevivir a lo que viene?