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La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
2 participantes
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Isla Rokkenjima :: Extremo Opuesto de la Isla :: Playa
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La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Dos semanas después del festival de las luciérnagas. Jellal había mejorado de ánimos. Ya no se le veía tan serio, ni tampoco tan triste y solitario. ¿Qué le habría pasado? No obstante, y pese a su notable mejora de ánimos, sentía que algo estaba mal con su vida. Básicamente, era como un barco sin rumbo alguno, como si se estuviera replanteando todos sus objetivos. ¿De verdad quería dar su vida para proteger a los demás? ¿Y si no pudiera ver nunca más a sus amigos?
Jellal suspiró y arrojó otra piedrita al inmenso mar. Se quedó mirando cómo las pequeñas olas eran devoradas por otras más grandes, provocando como una especie de rugido que lo calmaba. El sol que se esta hundiendo en el horizonte matizaba de naranja y rojo las nubes y el cielo. El peliazul estaba sentado sobre una roca y lanzaba piedritas de vez en cuando. No tenía idea por qué hacía eso, pero le proporcionaba una gran paz.
— Estoy cansado... — se dijo a sí mismo mientras arrojaba la última piedrita. Inclinó su cabeza y vio sus propios pies. Tanto que habían caminado y tan prolongado el camino era que ya se había olvidado algo de sus orígenes y de las personas que había conocido.
De pronto, escuchó unos pasos acercándosele. El sonido de la arena siendo hollada era inconfundible. El joven ni siquiera se dio vuelta, pues estaba muy abstraído de sus demonios pasados. Necesitaba algo en su vida. Una luz.
- Vestimenta de Jellal:
Última edición por Jellal Fernandes el Lun Jun 04, 2018 8:09 pm, editado 1 vez
Jellal Fernandes
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Emilia era una persona que no solía olvidar a las personas, a ninguna, pero mucho menos a aquellas que le habían dejado algún recuerdo tan grato que sería imposible de borrar, aun con el paso del tiempo, que parecer ser el único que no perdona nada.
Pack-kun había sugerido salir a la playa, pues según las noticias parecía que sería un día con el clima perfecto, el justo medio de la temperatura que a ambos les gusta, así que partieron hacia la playa, Emilia llevaba todo listo para pasar un día bajo el sol y sobre la arena.
--Pack-kun, espero que esta vez logré nadar ¿Recuerdas la vez anterior que fuimos a la playa?- La albina cubrió su boca con su palma diestra y rió al recordar dicha experiencia en la que casi se ahogó, pero donde aprendió un poco a nadar.
--Pack-kun creo que debimos invitar a nuestros amigos, será aburrido estar solos- agregó Emilia mientras caminaba con el felino entre la arena, el clima tal como se había anunciado era perfecto el sol era lo suficientemente intenso como para bañar la pálida piel de ella, pero sin resultarle incómodo.
--Lia, mira allá esta el chico de cabellos azules...¿Cómo es que se llama?- preguntó el pequeño gato, con su tono de voz dulce y simpática mientras comenzó a flotar alrededor de la albina.
--Es Jelllal, así se llama, vayamos con él, lo invitamos a nadar, sirve que sinos ahogamos alguien podrá ayudarnos- Dijo entre risas Emilia mientras comenzó a caminar en dirección al peliazul, no quería desconcentrarlo, así que camino a paso suave y corto. --¡Jellaaal!- gritó sin poder contener la emoción de volverlo a ver.
Pack-kun había sugerido salir a la playa, pues según las noticias parecía que sería un día con el clima perfecto, el justo medio de la temperatura que a ambos les gusta, así que partieron hacia la playa, Emilia llevaba todo listo para pasar un día bajo el sol y sobre la arena.
--Pack-kun, espero que esta vez logré nadar ¿Recuerdas la vez anterior que fuimos a la playa?- La albina cubrió su boca con su palma diestra y rió al recordar dicha experiencia en la que casi se ahogó, pero donde aprendió un poco a nadar.
--Pack-kun creo que debimos invitar a nuestros amigos, será aburrido estar solos- agregó Emilia mientras caminaba con el felino entre la arena, el clima tal como se había anunciado era perfecto el sol era lo suficientemente intenso como para bañar la pálida piel de ella, pero sin resultarle incómodo.
--Lia, mira allá esta el chico de cabellos azules...¿Cómo es que se llama?- preguntó el pequeño gato, con su tono de voz dulce y simpática mientras comenzó a flotar alrededor de la albina.
--Es Jelllal, así se llama, vayamos con él, lo invitamos a nadar, sirve que sinos ahogamos alguien podrá ayudarnos- Dijo entre risas Emilia mientras comenzó a caminar en dirección al peliazul, no quería desconcentrarlo, así que camino a paso suave y corto. --¡Jellaaal!- gritó sin poder contener la emoción de volverlo a ver.
Emilia
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Algo lo sacó de esa vorágine de pensamientos. ¿Uh? El peliazul se volteó para ver y era la elfa. Sonrió de solo verla por esta playa — Emilia, — mencionó levántandose de la piedra en la cual estaba sentado. Miró a esa especie de gato — Qué bonito compañero tienes. Parece muy leal... por cierto ¿Qué haces a las seis de la tarde acá en la playa? — preguntó el joven mientras se volteaba a ver el sol hundiéndose en el horizonte. Ver esa puesta de sol le era hipnotizante, como si a través del mar diluyera sus preocupaciones y su pasado.
— Un día unos compañeros me dijeron que siempre estoy alejado del resto, pero... aun en compañía de varios me siento solo, — comentó con ambas manos en los bolsillos. Cerró sus ojos por un momento. El rugido del mar le traía una calma sin igual. Pese a que había perdido a muchos amigos y trataba de lidiar con la idea de que ellos estarían en su corazón, algo había algo dentro de él que no sanaba. Era una especie de telaraña que envolvía a su alma. — No es la típica soledad de gente o amigos. Es algo más, pero no sé qué... — una brisa algo helada sopló sus cabellos azules.
— ¿También tienes problemas que sales a caminar por acá? Creo tenemos una prueba de magia el próximo lunes, — movió sus brazos en círculos y éstos crujieron. Miró a los ojos de Emilia por un segundo, y luego desvió su mirada. Necesitaba en el fondo hablarle a alguien como Emilia, que le proporcionaba una voz dulce en momentos de turbulencia emocional. Sí, todos necesitamos una especie de consejero.
— Un día unos compañeros me dijeron que siempre estoy alejado del resto, pero... aun en compañía de varios me siento solo, — comentó con ambas manos en los bolsillos. Cerró sus ojos por un momento. El rugido del mar le traía una calma sin igual. Pese a que había perdido a muchos amigos y trataba de lidiar con la idea de que ellos estarían en su corazón, algo había algo dentro de él que no sanaba. Era una especie de telaraña que envolvía a su alma. — No es la típica soledad de gente o amigos. Es algo más, pero no sé qué... — una brisa algo helada sopló sus cabellos azules.
— ¿También tienes problemas que sales a caminar por acá? Creo tenemos una prueba de magia el próximo lunes, — movió sus brazos en círculos y éstos crujieron. Miró a los ojos de Emilia por un segundo, y luego desvió su mirada. Necesitaba en el fondo hablarle a alguien como Emilia, que le proporcionaba una voz dulce en momentos de turbulencia emocional. Sí, todos necesitamos una especie de consejero.
Jellal Fernandes
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Emilia caminó hasta llegar a aquella roca donde se encontró a quien fuera su más reciente amigo, Jellal, el cual como casi siempre estaba sólo y apartado, gracias a Pack-kun ella lo había encontrado, le recordaba con mucho cariño, pues habían tenido un encuentro lleno de sorpresas y nostaligia.
--¡Hey! Jellal ¿Cómo estas? me alegra verte de nuevo, es una maravillosa coincidencia. Y él es Pack-kun un espíritu con el que tengo contrato, no solo es leal, también es dulce y fuerte- agregó Emilia, mientras desvío su mirada para ver el atardadecer y disfrutar de esa vista .
--Me gusta venir a ver el sol ocultarse, me sirve para relajarme y reflexionar, y tú ¿Por qué tan sólo?- cuestionaría la semielfa, mientras le escuchaba hablar sobre aquel sentimiento de soledad, que invadía al mago de hielo, lo cierto era que a la albina poco le interesaba en ese momento la prueba de magia, ella quería ahondar en la vida del peliazul.
--¿A qué crees que se deba ese sentimiento de soledad? yo pienso que te hace falta dejarte llevar, no ser tan formal ¿Sabes? yo creo que puedo ayudarte, pero debes poner de tu parte- La semi elfa sonrió y extendió sus brazos y sin más se acercó rodeando su espalda y el abrazó con suavidad. --Los abrazos siempre ayudan- agregó mientras lo mantuvo así unos minutos.
--¡Hey! Jellal ¿Cómo estas? me alegra verte de nuevo, es una maravillosa coincidencia. Y él es Pack-kun un espíritu con el que tengo contrato, no solo es leal, también es dulce y fuerte- agregó Emilia, mientras desvío su mirada para ver el atardadecer y disfrutar de esa vista .
--Me gusta venir a ver el sol ocultarse, me sirve para relajarme y reflexionar, y tú ¿Por qué tan sólo?- cuestionaría la semielfa, mientras le escuchaba hablar sobre aquel sentimiento de soledad, que invadía al mago de hielo, lo cierto era que a la albina poco le interesaba en ese momento la prueba de magia, ella quería ahondar en la vida del peliazul.
--¿A qué crees que se deba ese sentimiento de soledad? yo pienso que te hace falta dejarte llevar, no ser tan formal ¿Sabes? yo creo que puedo ayudarte, pero debes poner de tu parte- La semi elfa sonrió y extendió sus brazos y sin más se acercó rodeando su espalda y el abrazó con suavidad. --Los abrazos siempre ayudan- agregó mientras lo mantuvo así unos minutos.
Emilia
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Pack no era una mascota, sino que tenía un contrato con él. Era como una especie de guardián. Poco a poco estaba conociendo más cosas sobre esta chica tan enigmática. Resultaba que venía acá a relajarse tal como lo hacía él. Le preguntó sobre su sentimiento de soledad y su origen, a lo que Jellal negó con la cabeza y frotó las manos mientras veía el horizonte — Sí, quizás soy formal, y eso me impide acercarme a las personas. Además, paso triste la mayor parte del tiempo. Sin saber qué hacer con mi vida, — suspiró.
Había algo que le pesaba en su pecho. Sin embargo, gracias a Emilia, esas cosas se iban. Era como si ella soplara y las tinieblas que lo maniataban se desavanecían poco a poco. El peliazul tosió un poco y se remangó las manos. — ¿Por qué no te bañas un rato? Puedo secarte de inmediato, — sacó una mano y de su dedo índice desprendió una intensa llama de color dorado. Una flama poderosa que no quema la piel.
— Luego de media hora de que te bañes, vamos a comer papas fritas y hamburguesas en la cafetería — le sonrió. Porque una gran tarde no podía terminar sin comida. Jellal, por lo general, disfrutaba mucho lo que eran las sopas, los huevos fritos, el tocino y también toda clase de carnes. En Legacy tenía lujos que en su vida en Earthland no tenía.
Había algo que le pesaba en su pecho. Sin embargo, gracias a Emilia, esas cosas se iban. Era como si ella soplara y las tinieblas que lo maniataban se desavanecían poco a poco. El peliazul tosió un poco y se remangó las manos. — ¿Por qué no te bañas un rato? Puedo secarte de inmediato, — sacó una mano y de su dedo índice desprendió una intensa llama de color dorado. Una flama poderosa que no quema la piel.
— Luego de media hora de que te bañes, vamos a comer papas fritas y hamburguesas en la cafetería — le sonrió. Porque una gran tarde no podía terminar sin comida. Jellal, por lo general, disfrutaba mucho lo que eran las sopas, los huevos fritos, el tocino y también toda clase de carnes. En Legacy tenía lujos que en su vida en Earthland no tenía.
Jellal Fernandes
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
La semi-elfa escuchaba atentamente a Jellal, parecía que no quería parpadear para no perder detalle alguno de sus palabras que él dedicaba, le extraño lo que decía, pues para ella era un chico que tenía todo para destacar, ser sociable e incluso un héroe, era alguien confiable y dedicado. Emilia guardó silencio unos minutos, buscando las palabras adecuadas para responder a sus peticiones y sobretodo a sus sentimientos.
--Jellal ¿Tienes algún sueño o meta? porque considero que tienes todo para tener amigos, para ser feliz, para sonreír y hacer que otros lo hagan, tal como lo hiciste conmigo el día en que nos conocimos.- La albina esbozó una cálida sonrisa, acercándose al peli-azul tomándolo de las manos para apegar su cuerpo al ajeno y así depositar un cortó beso en su frente.
--¿Sabes ? quiero ayudarte a descubrir el sentido de tu vida y a ser feliz, me daré ese baño en las celestes aguas de está playa y al salir iremos a donde dijiste y seguiremos descubriendo uno del otro-. Emilia se quitaría el pareo que llevaba, luciendo su traje de baño y camino hacia el mar, mientra Pack-kun, le sostuvo con fuerza de su pie.
--Lia, espera, recuerda que no sabes nadar bien...- El felino se mostró preocupado, sin embargo, Emilia siguió adentrándose en las aguas, su falta de experiencia y el fuerte oleaje, la fue arrastrando más y más lejos de la orilla, a una zona más profunda a donde ella dejó de mantenerse a flote.
--Ayu-da....- se alcanzaría a escuchar apenas un sonido perceptible, las pequeñas manos de Emilia extendidas haciendo señas, demostraban que se estaba ahogando, los segundos pasaban y el agua la sumergía al grado que ella perdería el conocimiento.
--Jellal, debemos ayudar a Lia- Pack-kun correría hacia el agua saltando de inmediato buscando nadar hacia ella.
--Jellal ¿Tienes algún sueño o meta? porque considero que tienes todo para tener amigos, para ser feliz, para sonreír y hacer que otros lo hagan, tal como lo hiciste conmigo el día en que nos conocimos.- La albina esbozó una cálida sonrisa, acercándose al peli-azul tomándolo de las manos para apegar su cuerpo al ajeno y así depositar un cortó beso en su frente.
--¿Sabes ? quiero ayudarte a descubrir el sentido de tu vida y a ser feliz, me daré ese baño en las celestes aguas de está playa y al salir iremos a donde dijiste y seguiremos descubriendo uno del otro-. Emilia se quitaría el pareo que llevaba, luciendo su traje de baño y camino hacia el mar, mientra Pack-kun, le sostuvo con fuerza de su pie.
--Lia, espera, recuerda que no sabes nadar bien...- El felino se mostró preocupado, sin embargo, Emilia siguió adentrándose en las aguas, su falta de experiencia y el fuerte oleaje, la fue arrastrando más y más lejos de la orilla, a una zona más profunda a donde ella dejó de mantenerse a flote.
--Ayu-da....- se alcanzaría a escuchar apenas un sonido perceptible, las pequeñas manos de Emilia extendidas haciendo señas, demostraban que se estaba ahogando, los segundos pasaban y el agua la sumergía al grado que ella perdería el conocimiento.
--Jellal, debemos ayudar a Lia- Pack-kun correría hacia el agua saltando de inmediato buscando nadar hacia ella.
Emilia
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
¿Una meta o sueño? Jellal solo deseaba acabar con el mal del mundo. Nada más que eso, pero más allá no tenía ambiciones. Cosas como el amor, la familia, los amigos, el dinero y la fama nunca habían llegado con tanta fuerza en su vida. Solo quería ver a Erza, pero ella ya no estaba. Sí, quizá tenía todo para ser feliz. El mundo era un lugar maravilloso ¿Pero por qué Jellal no sonreía nunca?
Ella se le acercó y le besó en la frente, a lo cual el peliazul se sonrojó y tartamudeó — Sí, Emilia. Gracias. En serio, colega, — desvió su mirada al lago para ver cómo las ondas se dibujaban sobre las aguas. Mientras lució su traje de baño, Jellal colocó la palma de su mano en su mejilla para no verla al tiempo que se despojaba de las prendas. No le prestó mucha atención a Pack, el cual trataba de impedir a la semielfa de que ésta se bañara. Simplemente quería ser caballero y amigo, y no verla.
Entrelazó los dedos de sus manos y vio cómo ella se adentraba en las aguas. Sí, hacía un poco de frío para el hombre de la marca, pero al menos se entretendría viéndola. Mas el oleaje estaba inclemente, y de pronto una lengua de ola la devoró. Sintió que un cuchillo perforaba su corazón. No. No podía estar pasando. Un miedo cerval se apoderó de él.
Así pues, y sin trepidar, Jellal se quita el polerón y se lanza hacia ella. El agua estaba fría, podía sentir como se le adhería en los pantalones y los calcetines. Sin embargo, el mago era muy fuerte. Extendió un brazo y llegó hasta la orilla rápidamente. Una vez sobre la arena, junta su boca con la de ella...
En ese momento, él sintió algo en su corazón. Un ardor en sus labios. Cerró sus ojos. Sopló de nuevo. ¿Emilia estaba despertando? De forma instintiva la apegó a su pecho. Ambos estaban mojados, allegados el uno al otro. Tenía una mano en la espalda de la semielfa, sentía su corazón palpitar. Hubo silencio. La respiración del mago estaba agitada y su tórax apegado al de ella. Cerró sus ojos y sonrió, abrazándola fuerte. Le besó la frente para de nuevo estrecharla en sus brazos. En sus albos cabellos se reflejaban los últimos rayos del sol, mientras se hundía en el horizonte. — Hace frío... — comentó trémulamente.
Aunque empapados estaban bien. Sentía como si esa oscuridad se estuviera despejando. Por primera vez en mucho tiempo, Jellal sonrió genuinamente. Todo estaba cobrando sentido ahora. La misteriosa epifanía de una amistad.
Ella se le acercó y le besó en la frente, a lo cual el peliazul se sonrojó y tartamudeó — Sí, Emilia. Gracias. En serio, colega, — desvió su mirada al lago para ver cómo las ondas se dibujaban sobre las aguas. Mientras lució su traje de baño, Jellal colocó la palma de su mano en su mejilla para no verla al tiempo que se despojaba de las prendas. No le prestó mucha atención a Pack, el cual trataba de impedir a la semielfa de que ésta se bañara. Simplemente quería ser caballero y amigo, y no verla.
Entrelazó los dedos de sus manos y vio cómo ella se adentraba en las aguas. Sí, hacía un poco de frío para el hombre de la marca, pero al menos se entretendría viéndola. Mas el oleaje estaba inclemente, y de pronto una lengua de ola la devoró. Sintió que un cuchillo perforaba su corazón. No. No podía estar pasando. Un miedo cerval se apoderó de él.
Así pues, y sin trepidar, Jellal se quita el polerón y se lanza hacia ella. El agua estaba fría, podía sentir como se le adhería en los pantalones y los calcetines. Sin embargo, el mago era muy fuerte. Extendió un brazo y llegó hasta la orilla rápidamente. Una vez sobre la arena, junta su boca con la de ella...
En ese momento, él sintió algo en su corazón. Un ardor en sus labios. Cerró sus ojos. Sopló de nuevo. ¿Emilia estaba despertando? De forma instintiva la apegó a su pecho. Ambos estaban mojados, allegados el uno al otro. Tenía una mano en la espalda de la semielfa, sentía su corazón palpitar. Hubo silencio. La respiración del mago estaba agitada y su tórax apegado al de ella. Cerró sus ojos y sonrió, abrazándola fuerte. Le besó la frente para de nuevo estrecharla en sus brazos. En sus albos cabellos se reflejaban los últimos rayos del sol, mientras se hundía en el horizonte. — Hace frío... — comentó trémulamente.
Aunque empapados estaban bien. Sentía como si esa oscuridad se estuviera despejando. Por primera vez en mucho tiempo, Jellal sonrió genuinamente. Todo estaba cobrando sentido ahora. La misteriosa epifanía de una amistad.
Jellal Fernandes
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Irónico era que el elemento de la semi-elfa era el agua y el hielo y justo ahora ella estaba siendo víctima de ese furioso líquido vital que abundaba en aquel mar.
Tras perder la consciencia y por intervención de Pack-Kun, Emilia fue rescatada por su amigo Jellal, el peliazul,
mostrando su desbordante fuerza y detreza nadó hasta donde ella se encontraba. Tras varios minutos ambos llegarían a la orilla, lugar en el que Jellal daría los primeros auxilios a la albina, para finalizar en un fuerte abrazo.
Emilia podía sentir la calidez del cuerpo ajeno sobre el suyo a pesar de estar mojados ambos y que el clima estuviera descendiendo, Jellal emitía calor mismo que transfería al helado cuerpo de la semielfa, que poco a poco cobraba conciencia-
--Gracias, me salvaste...- murmuró a su oído mientras veía que el rostro del mago resplandecía de manera extraña, sonreía como nunca antes había notado. Sin embargo, Emilia sintió como si una enorme piedra hubiese caído sobre su espalda, una gran pesadez se apoderó y una extraña sensación en su pecho surgió, ella habría de pensar que era producto del shock que experimentó tras casi morir ahogada. Mientras tanto Pack-kun no quitaba la mirada de Lia, sus ojos lucían especialmente preocupados, extrañados, era como si no reconociera a su ama-
Lia....- murmuró con tristeza el pequeño felino, volviendo a la joya que lucía en su cuello la albina, por ahora no podía más estar en su forma física, con dolor volvió a su forma espiritual y aunque ella aún no lo veía, su pequeño acompañante había sido testigo del inminente dolor que ensombrecería la sonrisa de ella.
Tras perder la consciencia y por intervención de Pack-Kun, Emilia fue rescatada por su amigo Jellal, el peliazul,
mostrando su desbordante fuerza y detreza nadó hasta donde ella se encontraba. Tras varios minutos ambos llegarían a la orilla, lugar en el que Jellal daría los primeros auxilios a la albina, para finalizar en un fuerte abrazo.
Emilia podía sentir la calidez del cuerpo ajeno sobre el suyo a pesar de estar mojados ambos y que el clima estuviera descendiendo, Jellal emitía calor mismo que transfería al helado cuerpo de la semielfa, que poco a poco cobraba conciencia-
--Gracias, me salvaste...- murmuró a su oído mientras veía que el rostro del mago resplandecía de manera extraña, sonreía como nunca antes había notado. Sin embargo, Emilia sintió como si una enorme piedra hubiese caído sobre su espalda, una gran pesadez se apoderó y una extraña sensación en su pecho surgió, ella habría de pensar que era producto del shock que experimentó tras casi morir ahogada. Mientras tanto Pack-kun no quitaba la mirada de Lia, sus ojos lucían especialmente preocupados, extrañados, era como si no reconociera a su ama-
Lia....- murmuró con tristeza el pequeño felino, volviendo a la joya que lucía en su cuello la albina, por ahora no podía más estar en su forma física, con dolor volvió a su forma espiritual y aunque ella aún no lo veía, su pequeño acompañante había sido testigo del inminente dolor que ensombrecería la sonrisa de ella.
Emilia
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
El cuerpo de Jellal comenzó a brillar de un dorado medianamente potente, y así unas cuántas flamas salieron de sus brazos y piernas. Esas mismas llamas cubrieron el cuerpo de la elfa. No quemaban. Era una sensación cálida que recorría ambas pieles y secaba las gotas que cada vez estilaban menos. Estuvieron alrededor de dos minutos así. El momento era sobrecogedor. Jamás pensó o se le cruzó por la mente que esto podía siquiera pasar. La humedad se estaba desvaneciendo poco a poco, y el fuego que cubría a ambos se apaga. El peliazul se pone de pie y mira hacia el horizonte.
— El sol ya bajó. Deberíamos retornar a la academia... — comentó algo trémulo. No sabía qué decir. Nunca antes le había ocurrido esto. ¿De verdad podría considerarse su primer beso? No. Eso sólo se da en dos personas que se quieren mucho. ¿Pero no que ése era el caso entre ambos? Jellal estaba hundido en este oscuro océano lleno de interrogantes, sin nadie que le diera una respuesta. Se rascó la mejilla por el nerviosismo. No quería cruzar miradas con ella. Comenzó a caminar hacia las puertas. Un alumno tocaba la guitarra acústica en los peldaños. Dentro del castillo, dos profesores conversaban sobre una posible invasión de Merak. Sin embargo, el joven mago estaba tan sumergido en sus pensamientos que no le prestó atención. — Con permiso, Emilia. Debo hacer la tarea para mañana, — sentenció para luego ir a su cuarto. Hizo sus deberes y se quedó pensando en este accidente.
// Cinco días después //
— ¿Aló, Emilia? ¿Cómo estás? — preguntó a través de su celular. Estaba de pie en su habitación, tocando el borde de la puerta y con sus ojos verdes en las estrellas. No habían tenido contacto desde ese día. Algo muy extraño estaba ocurriendo.
— El sol ya bajó. Deberíamos retornar a la academia... — comentó algo trémulo. No sabía qué decir. Nunca antes le había ocurrido esto. ¿De verdad podría considerarse su primer beso? No. Eso sólo se da en dos personas que se quieren mucho. ¿Pero no que ése era el caso entre ambos? Jellal estaba hundido en este oscuro océano lleno de interrogantes, sin nadie que le diera una respuesta. Se rascó la mejilla por el nerviosismo. No quería cruzar miradas con ella. Comenzó a caminar hacia las puertas. Un alumno tocaba la guitarra acústica en los peldaños. Dentro del castillo, dos profesores conversaban sobre una posible invasión de Merak. Sin embargo, el joven mago estaba tan sumergido en sus pensamientos que no le prestó atención. — Con permiso, Emilia. Debo hacer la tarea para mañana, — sentenció para luego ir a su cuarto. Hizo sus deberes y se quedó pensando en este accidente.
// Cinco días después //
— ¿Aló, Emilia? ¿Cómo estás? — preguntó a través de su celular. Estaba de pie en su habitación, tocando el borde de la puerta y con sus ojos verdes en las estrellas. No habían tenido contacto desde ese día. Algo muy extraño estaba ocurriendo.
Jellal Fernandes
Re: La misteriosa epifanía de una amistad (Emilia)
Esa reunión casual había desencadenado una serie de extraños eventos en la vida de Emilia, no entendía bien lo que había ocurrido, pero sabía que no todo estaba bien con ella, Pack-kun se lo había hecho saber y fue entonces que él le prometió indagar más sobre el tema, posiblemente tendría que ir a Lugunica y pedirle a Beatrice su ayuda.
Ante esos planes, Emilia aceptó y así decidieron que era momento de partir para averiguar lo que estaba pasando y de ser necesario poner un remedio antes que la situación pudiera salirse de control, debido a que Emilia aún tenía compromisos que atender, el viaje se pospuso un par de semanas.
Apenas habían transcurrido unos días y entonces recibió una llamada de Jellal, respondió mientras estaba sentada estudiando un poco, el sonido vibratorio del celular la distrajo y no tuvo más opción que responder.
--¡Jellal! me encuentro muy bien, espero que tú también, lamento no haberte llamado antes, pero saldré de viaje en unos días y he estado muy ocupada- acotó con su clásico tono alegre, sin decir o revelar los extraños eventos que le ocurrían.
Ante esos planes, Emilia aceptó y así decidieron que era momento de partir para averiguar lo que estaba pasando y de ser necesario poner un remedio antes que la situación pudiera salirse de control, debido a que Emilia aún tenía compromisos que atender, el viaje se pospuso un par de semanas.
Apenas habían transcurrido unos días y entonces recibió una llamada de Jellal, respondió mientras estaba sentada estudiando un poco, el sonido vibratorio del celular la distrajo y no tuvo más opción que responder.
--¡Jellal! me encuentro muy bien, espero que tú también, lamento no haberte llamado antes, pero saldré de viaje en unos días y he estado muy ocupada- acotó con su clásico tono alegre, sin decir o revelar los extraños eventos que le ocurrían.
Emilia
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