Modred Pendragonnn"Un Dia Sin Nada que Hacer"

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♡ Modred Pendragon ♡


Un Dia Sin Nada Que Hacer

*días después de La invocación la joven rubia caminaba sin parar por aquellas calles que estaban demasiado pobladas para su gusto En realidad no le agradaba mucho convivir Pero a medida que el tiempo pasaba tenía que acostumbrarse nuevo entorno Así que para congeniar un poco salió a esa grande ciudad llamada Tokio con un solo propósito el poder encontrar a su padre para así poder matarlo además de comer pues era un joven que amaba ese era un Hobby heredado de su padre así que mientras buscaba un buen lugar para comer y luego ir a buscar a su padre entró a una pequeña plaza donde había mucha gente de ahí mismo e incluso extranjera Así que para poder encajar un poco sólo sonreía muy fácilmente siendo las 6 pm a qué lugar estaba lleno y para No querés matar a tantas personas sólo entre un restaurante pidió un poco de ramen y me siguió viendo la carta debido a que su Master le había dado algo de dinero mientras por su mente pensaba

"Aburrida acaso Nadien quiere Pelar por aqui"

Fue entonces cuando unos gritos de una joven mujer se escucharon por Aquel lugar al parecer le habían robado y a falta de acción la rubia sólo separo y corrió detrás de aquel Bandido para después de unos minutos atraparlo y entregar la bolsa aún así estaba aburrida Así que camino de nueva cuenta al restaurante donde se pudo encontrar a......*

Hacía tanto tiempo que él no salía al exterior, en realidad, mucho más del que podía recordar; estaba "cansado" del constante murmurar de las múltiples personas que deambulaban sin preocupaciones por unas de las plazas que tanto les gustaban. ¿Cómo era posible que se mantuvieran tan tranquilos? ¿Es que a caso no se daban cuenta que aquella paz solo era meramente efímera? De entre las muchas cosas que odiaba esa idea de estupidez por parte de los externos le parecía ridícula y como segunda opción se encontraba detestando que tuviese que salir desde su habitación personal en la academia simplemente a tratar un asunto que según él, cualquier otro profesor hubiese podido conciliar. Pero así era su vida ahora, estaba condenado a salvaguardar la vida de gente a la que a penas conocía y mucho menos le importaban. No recordaba con exactitud si en su contrato se encontraba alguna cláusula que especificara dicha intervención por su parte, más como favor personal a uno de los directivos no estaba del todo mal, quizá en un futuro pudiese aprovecharse de ello.

Su visión borrosa a causa de aquel astro rey postrado sobre los azulados tonos que cubrían gran parte del cielo le causaba a menudo un repentino asco seguido por un ligero mareo cesante al cabo de un par de minutos, como ya era acostumbrado llevaba sobre sus plateados cabellos la capucha adherida a la sudadera grisasea que a menudo solía portar. Pocas veces se le veía cambiar de atuendo y por alguna extraña razón el disfrutaba de vestirse de la misma forma todos los días. Con regularidad lo confundían con un adolescente en toda la expresión de la palabra, no solo por aquel joven rostro destinado a permanecer siempre igual, también por su mal genio y sobre todo un pésimo carácter que constantemente hería a quien se posaba frente a él. En fin, aquel atuendo no lo hacía destacar mucho entre los demás, en realidad, le hacía pasar totalmente desapercibido entre las multitudes y completamente camuflado con aquel entorno social avanzaba entre los demás dispuesto a llegar a su destino y largarse lo más pronto de aquel sitio.

Caminó por algunos minutos entre las personas y solamente se detuvo un segundo a la mitad de aquella plaza para recordar cual era el lugar al que tenía que asistir. Todo parecía tan normal como ya era costumbrado, incluso, un pequeño percance en el que una joven de aproximadamente 17 o 18 años había sido asaltada por un sujeto que portaba una máscara de tela que cubría su rostro. Era tan típico que los humanos se preocuparan por nimiedades que para el albino ya no le parecía ni lo más mínimo importante. Estaba consiente de que como académico debía aportar a terceros una ayuda, pero su trabajo supuestamente "secreto" en esos momentos le parecía más relevante que auxiliar a los demás. En todo caso, había resultado que una joven de cabellos rubios, a la que por su cierto no le parecía haber visto con anterioridad, había ido a su rescate en un acto sumamente heroico y poco convencional. En realidad, le había parecido que dicha acción había pasado como anticuada. y de no ser por la sorpresa ante sus ojos de que aún existían almas caritativas para él simplemente hubiese resultado una día más en Tokio. Sin embargo, entre el estruendo y aquellos momentos de excitación que varias personas a su al rededor tenían al ver y aplaudir a la joven por dicha acción de valentía, el peliblanco había olvidado por completo el radar interior que portaba su cerebro, aquel que le auxiliaría a identificar el problema por el que se encontraba allí. En un instante se percató de que la joven que previamente había rescatado a la damisela poseía en su interior un mínimo rastro de magia tanto residual como interior, ¿acaso ella había estado en contacto con su objetivo? Era posible, aunque a ciencia cierta resultaba imposible saberlo con exactitud. Sin más preámbulo el joven de cabellos blancos aguardó con paciencia a que la chica tomara un rumbo y este pudiese seguirla con cuidado, para así averiguar si había alguna correlación entre su objetivo y ella. Sin más a paso lento seguía la espalda de aquella rubia, que sin tener el menor tacto ni si quiera se molestaba en ocultar que le seguía. De igual manera, tarde o temprano encontraría la localización de aquel ser, estaba seguro de ello.

¿Piensas seguirme todo el rato? eso no es digno de un caballero

*decia la rubia quien se detenia y dava media vuelta viendo a aquel joven que le seguia desde no hacia mucho su chaqueta roja estaba levantada dejando ver su cintura esta solo sonrio para dar la vuelta completa ahora bajando sus brazos y poniendo sus manos en su bolsillo de su short*


¿Que es lo que quieres? Siento que no eres normal eso me agrada ya me estaba enfadado de ver tanta tranquilidad y alegría por aquí acaso quieres pelear por mi no hay problema

*decia la rubia desafiansole mientras alzaba un puño al techo depsues lo apuntaba a el*

Sus pasos se detuvieron de golpe al notar que aquella particular persona de cabellos rubios realizaba la misma acción. ¿Acaso lo habían descubierto? Era lo más probable, pues en realidad no había si quiera intentado esconderse, todo lo contrario, sus acciones carentes de todo sentido común por alguna particular razón buscaban delatarse ante aquella persona, aunque tal vez no inconscientemente, tal vez la realidad era otra. A él, y con cinismo es importante decirlo, no le importaba en lo más mínimo delatarse mucho menos fingir que no le seguía, buscaba algo y se limitaba por aquella tarea que no se limitaba a fingir la poca importancia que esta representaba. Sus orbes envueltos en un tono rojizo una vez que aquella joven que deambulaba por la plaza se dio media vuelta y le apuntó, le sometieron con inquietud, su rostro serio y carente de emociones daba a entender que no trataba con cualquier ser. Cualquiera se hubiese espantado, o tal vez inmediatamente arremetido en contra de las protestas de la chica quien apuntaba con el puño primeramente al cielo y luego al albino, más este no hizo nada, ni si quiera se inmuto ante los comentarios de la misma, todo lo contrario, continuó observándola como si de alguna forma le estuviese "escaneando".

Soltó un suspiro acompañado del cierre de sus ojos y acto seguido llevó sus manos hasta los bolsillos de la chaqueta que llevaba puesta. El gorro cubría sus cabellos como cualquier otro día, él de verdad odiaba el sol. - Te hace falta toda una vida para enfrentarte conmigo. - Comentó con arrogancia y crueldad mientras nuevamente dirigía la vista hasta la contraria. ¿Qué le pasaba a aquel sujeto? Su particular carácter denotaba cierta confianza excesiva, más eso a él no parecía interesarle en lo más mínimo al explayar aquel par de palabras en contra de su ahora oponente. ¿Acaso le atacaría? - Estoy buscando algo, así que baja esa mano de una buena vez. - Prosiguió con calma mientras su tono se volvía más sereno que la última vez que había expresado sus ideas y amenazas. - Supongo que no eres tu. - Expresó entre dientes de tal manera que quizá solo él pudiese escuchar eso último. A su al rededor, la gente se detenía unos momentos para observar a aquel par que se encontraban discutiendo a la mitad de la plaza, muchos parecían interesados pero al poco rato continuaban con su avance por la tienda. Seguramente y al parecer esos casos se daban a menudo en aquel sitio..

-Preferiría que no me siguieran eso me pone de un humor, además de que tengo un hambre que incluso podría comerte.-

Musito aquella rubia cuando se detuvo en seco, acaso aquel hombre le había hablado como igual ese acto solo hizo enfurecer a la chica que se dio media vuelta para correr con intención de atacarlo.

-Acaso no sabes quien soy para que tu un simple plebeyo me trate de esta manera esto es imperdonable di todo lo que quieras ya que dentro de unos minutos tu cabeza estará en mis manos-

Sus brazos y piernas fueron cubiertos por una armadura plateada, de ella salia varios rayos de si color carmesí esta estaba sonriendo puesto tenía tiempo sin disfrutar una pelea.