Primer Acercamiento, primera sangre. [Libre]

Ahora que su llamado al mundo mortal había sido completado y que gozaba de su presencia física gracias a la invocación de quien era su nuevo Master, Hanzo, el Hassan, tenía trabajo que hacer y preparar el camino para la ruina de Legacy. No podía calcular cuanto tiempo llevaba en los alrededores reuniendo información, memorizando la estructura, el patrón de movimiento de cada alma que por allí pasaba, horarios, lugares, turnos, todo lo que le permitiese encontrar las grietas en la defensa de aquel lugar en apariencia apacible; finalmente la tercer noche llegó y con la información obtenida, el Assassin optó por acercarse mas, era hora de incursionar aunque sea brevemente, y para ello, haría lo que era costumbre en los de su clase, medir al rival. Afortunadamente su Master no necesitaba exponerse, la versatilidad y distancia de funcionamiento le permitía estas incursiones por su propia cuenta, no le fallaría, eso implicaría morir.

El vigía del segundo turno, durante la madrugada, aquella chica de expresión firme, de rasgos bellos y angelicales, una muñeca de porcelana con la fuerza suficiente de ejercer su posición como guardia; conocía también sus patrones, sus costumbres y hábitos... y como le era común, esa noche también se distrajo mas de lo debido mirando el despejado cielo nocturno, perdiéndose en el infinito mar de estrellas. El Kunai lanzado por Hanzo cruzó los 20 metros que les separaban a él de la joven, mas para cuando ésta pudo escuchar el sonido del filo silbando contra el viento y voltear, 3/4 partes de la hoja entraron en su sien derecha; con esa misma expresión de sorpresa fue que la jovencita cayó muerta sobre su espalda; en sus ojos aún se reflejaba el firmamento cuando el ultimo destello de vida la abandonó; solo una gota de sangre manchó el piso; cualquiera que la viese, habría pensado que tomaba un descanso, holgazaneando ante la paz reinante.

El Hassan aterrizó junto al cuerpo inerte, manteniéndose unos instantes acuclillado y arrancando el Kunai de la herida, el cual limpió con su bufanda y guardó; un breve pero fuerte viento meció aquel paño protector mientras los ojos rojizos del ninja escudriñaban la zona; nadie había visto ni oído nada, ahora podía proseguir. Mezclándose con las sombras ascendió a la altura del techo escalando con habilidad y comenzó a desplazarse hacia el ala opuesta, su velocidad era constante y mantenía su cuerpo casi al ras del suelo en un movimiento virtualmente imposible para cualquier otro ser, ahora tenía que esperar, ya había plantado la semilla del caos, en cuanto encontraran el cuerpo, mas no al culpable, todo el lugar entraría en alerta, allí es donde la segunda parte de su plan entraría en marcha; de acuerdo a la naturaleza de su clase, Hattori tenía la facilidad para moverse sin ser detectado por otros espíritus heroicos, contaba con esa ventaja para seguir con su misión.

Conforme se acercaba a destino, sintió una presencia llamativa varios metros detrás, en su punto de partida, al parecer alguien había encontrado el cuerpo antes de lo previsto; Hanzo era consciente de que no tenía demasiado tiempo antes que diesen la alarma. Recorrer el ala hacia el punto opuesto solo tomó un minuto, una de las salidas de emergencia se encontraba allí, sin resguardo alguno; al parecer Legacy confiaba demasiado en el pacifico impasse que se había generado, lo cual reflejaba grietas en sus defensas.

Cruzó la puerta y ganó acceso al interior del lugar; una escalera metálica le condujo a la planta superior mas cercana, la cual se encontraba en completo silencio y oscuridad, todo el mundo dormía y hasta que diesen la alarma tendría el tiempo suficiente para ejecutar su estrategia inicial. Se quitó la larga bufanda roja que cubría sus facciones, llevándola con el y cambió su peinado, dejando que su cabello cayese lacio sobre sus ojos. Sin perder tiempo se deslizó entre las sombras hacia el sector de los cuartos estudiantiles sigiloso como un felino; tanteó la puerta abriéndola con el mismo cuidado y ganó acceso al interior.

El silencio reinante fue absoluto, interrumpido solo por el suave sonido de una armoniosa respiración; Kunai en mano, el asesino se acercó a a cama de un joven desconocido y sin mediar palabra, hundió el filo en la garganta de éste, colocando al mismo tiempo la mano libre sobre su boca. La expresión de dolor y terror de la victima fue como un poema; Hanzo se tomó el tiempo de mirarlo a los ojos durante todo el proceso hasta que las sacudidas y movimientos desesperados cesaron, hasta que la vida se escurrió de sus ojos. Una vez retirada el arma mortal, cubrió el cuerpo con las mantas y se dirigió al armario de la recamara, encontrando las ropas del joven, las cuales afortunadamente rondaban su talle.

Ahora vestido como un estudiante mas, aguardó en silencio, esperando escuchar el sonido de las alertas, el cual no dudaba, no tardaría en hacerse audible; afortunadamente en la prisa, probablemente les tomase alrededor de 24 horas encontrar el segundo cuerpo si realizaban una exhaustiva requisa.

*Nueva apariencia*

Allí estaba, el momento que definiría el exito o fracaso de su misión. En el momento en que la alarma comenzó a sonar, ocultó el cuerpo bajo la cama, luego se des haría del mismo cuando las cosas se calmaran, entonces se detuvo frente a la puerta cerrada dejando correr los segundos, comenzó a respirar rápidamente para agitarse adrede y entonces corrió hacia ella, abriéndola con fuerza para salir al pasillo, cerrandola de un golpe tras él, notó a una joven acercandose totalmente distraida y, para que luciese natural, dejó que ambos colisionaran. Dió un paso atras y no dijo nada hasta que su contraparte se disculpó por lo ocurrido, ante lo cual negó con la cabeza, adoptando preocupación en su semblante.

-Oh... descuide!, yo tampoco la vi... se encuentra bien?, no ha sido nada... mas importante, ¿que está sucediendo?, es algo como un simulacro?, he oído que en otras escuelas hacen estas cosas a diario...-

expresó el castaño; conjuntamente notó la llegada de una tercera joven ataviada con una bata de noche; inclinó la cabeza respetuosamente ante el saludo de ésta y regresó la atención a la muchacha de orejas puntiagudas, quien por su prisa parecía estar mas al tanto de su situación, probablemente era quien había dado la alarma... debía mantenerla vigilada y... ejecutarla si se convertía en un problema, igual que la recién llegada, la cual cuestionaba lo mismo.

-Si, ingresante éste año, mi nombre es Kud....-

No pudo terminar de revelar su nombre cuando un alarido se escuchó, estaba seguro que habían encontrado el segundo cuerpo, al alertar la academia, lo primero que hicieron las autoridades fue chequear al alumnado, vaya sorpresa que se llevarían!. Se carcajeó interiormente imaginandose el caos y panico reinante en cada estudiante... y como buen infiltradór que era, debía actuar acorde. Se encogió de hombros al escuchar el grito, entrecerrando los ojos; su piel se estremeció y llevó la mano izquierda al brazo derecho, frotandolo suavemente.

-Dos asesinatos en una sola noche?.... no me gusta ésto, mis padres no me trajeron a morir, que está haciendo la seguridad?. No podemos quedarnos de brazos cruzados, en éste pánico el enemigo tiene la ventaja; si perdemos los estribos caeremos como moscas!-

Fastidiado hizo un gesto a las dos chicas para que le siguiesen, aunque la albina claramente era figura de autoridad por su nivel de conocimiento de la situación, si se quedaban inmóviles sin mas, solo atraerían sospechas, debía actuar lo mas natural posible, como lo haría un joven impulsivo.

-Somos Legacy no?, debemos encontrar a esa persona a como de lugar, así deba pasar la noche en vela!.-

Tras decir eso comenzó a correr por el pasillo, entre los estudiantes atemorizados que iban y venían sin dirección, murmurando o gritando asustados; si lograba incluso perder a ambas, sería incluso mejor.; sus movimientos ágiles le permitieron esquivar cuerpos con facilidad, como una gacela, avanzando sin rumbo definido, despues de todo para eso estaba ahí, para explorar la academia y crear un plano mental para su Master.