EVENTO - El otro extremo

El helicoptero de doble helice quebraba el silencio de las ciudades al pasar por el cielo a una velocidad de 280km/h. Su destino era uno de los puentes en donde ocurriría otro de los intentos ridículos de Legacy de intentar derrotarlos. Dentro del vehículo, el vampiro lo manejaba con su inherente entusiasmo, desacompañado de cualquier otro ser vivo y portando lo necesario para cumplir su objetivo.
Suficiente tiempo tedioso de viaje después, la vista de ambos puentes se muestra completamente limpia delante suyo. Como era típico en él, no esperaría nada para entrar en acción nada más llegase. Dirigia la máquina hacia el puente que juzgó más atractivo de manera random, llevando consigo algunos explosivos desactivados de alta potencia y su enorme guadaña indestructible.

Se dirige hacia el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Arma:

La ciudad estaba desolada. Yacía completamente desierta, pues la población había sido evacuada. Era un páramo. Los dioses la habían transportado a ese lugar. No estaba muy lejos de los dos puentes que los patéticos legacianos protegían. Era hora de que sientan la temible ira de la Presidenta del Consejo. Tenía su rostro lleno de furia. Con un cuchillo brillante en sus manos.

Vio al helicóptero descender, y de allí salió el vampiro. Yuno frunció el ceño, pues todavía eran muy pocos los de Merak para ganar. Por mientras, ella estaría esperando en la retaguardia. Si uno de los legacianos se atrevía a interferir en su plan, lo quitaría del medio y sin el más mínimo sentido de misericordia.

Un aura roja emergía de su cuerpo, de su arma y de sus ojos inyectados en furia. Esta pelea iba a ser la más cruel de todas.

Así que el otro extremo era el lugar de reunión. Jellal frunció el ceño apretando los dientes y empuñando su mano. Maldición. Esto no podía ser verdad. ¿Gilgamesh destruiría el mundo? No se lo creía del todo, pero si la misma Yuno lo había citado, quizás ella podría decirle las cosas claras. O bien podría aprovechar la oportunidad para matarla. Esta guerra se acabaría pronto y los del Internado Merak no tendrán más chance que ser perseguidos como ratas. No obstante, algo había de raro en esta reunión.

Usando su meteor, llegó con rapidez y se quedó atrás de la pelirrosa. Se quedó de brazos cruzados. — Entonces, si destruyo esos portales ¿Habrá la oportunidad de salvar la Tierra? — le preguntó. ¿Por qué un ente maléfico iba a salvar el mundo? Pero luego pensó que no todos los villanos quieren destruirlo todo. Algunos quieren poder, pero para mantener ese poder intacto, tendría que tener súbditos. Si Gilgamesh destruía el mundo ya no habría ni poder que mantener.

— ¡Responde! ¿Debo detener a mis propios compañeros si quiero salvar a todos? — de nuevo disparó mientras se acercaba a ella.

-Jellal se traslada al Puente 2-

— Ya te lo dije. Todo lo que está en la verdad roja será una verdad incuestionable, — su mirada estaba seria. Yuno no estaba bromeando. Definitivamente ésa era una verdad total. Gilgamesh iba a destruir el mundo si no se le detenía. ¿Qué podría hacer Jellal contra eso? No mucho. La pelirrosa avanzó y avanzó en dirección al primer puente. Era hora de actuar contra las ratas de Legacy. No obstante, miró hacia Jellal y se cruzó de brazos.

¿Acaso el mago planeaba atacarla por las espaldas? No tendría mucho sentido si la Tierra se destruiría. No le convenía al hombre de la marca luchar por Legacy en estos momentos. — Destruye el portal si quieres salvar a tus amigos — avanzó cada vez más hacia el puente número uno. Vio cómo todos estaban batallando. Esta batalla iba a ser muy difícil. Se preguntó si el vampiro estaba bien solo, realmente le molestaba que los otros no se presentasen. Ya les daría su castigo.

—Menuda tardanza la que tuve, pero finalmente estoy aquí...sin importar si temen o no, es momento de que avancemos y ataquemos a nuestro enemigo

El castaño se apareció en escena haciendo uso de una teletransportación mas experimentada pero que aun tenia ciertas revisiones. Sin embargo no tendría problemas si la usaba solo para moverse grandes distancias debido al enfriamiento como era en el caso de llegar al punto de encuentro que había estado acordado entre sus compañeros y directora.

Pero las cosas no acababan aquí, pues el chico se apareció empuñando su espada y portando las partes que poseía de la armadura blanca para darse un impulso extra en el combate que estaba por librar contra fuerzas legacianas. Y así sin mas tiempo que perder se dispuso a emprender el vuelo a baja altura gracias a sus poderes de viento para aproximarse a su destino de batalla.

-Se dirige al puente 1-

-Sobre la superficie de los cielos podia verse una anomalia, una especie de "borron negro" surcaba a gran velocidad aquel firmamento, aquello que se podia observar se trataba de una especie de Jet el cual tenia sobre sus alas unos simbolos tachados con dos enormes "X" rojas haciendo notar que alguien lo habia ultrajado. Dentro de la cabina de aquel vehiculo podia notarse que algo o alguien lo manejaba. Cabellos negros como la noche, un traje compuesto por una gabardina y pantalones del mismo color negro y dos profundos ojos con iris rojiza como la sangre misma, se trataba de uno de los estudiantes de Merak, Arael aliado de Kurumi quien se habia unido al ataque en orden de debilitar las fuerzas de la tan patetica academia.-

Vamos....

-Menciono para si mismo esbozando una sonrisa mirando hacia el frente, tenia claro su objetivo, el segundo puente seria su zona de ataque ahora.-

SE DIRIGE AL PUENTE 2

Evento cerrado

Ganador: Legacy.

¡Mierda! ¡No, no, no! No podría llegar acá. ¡Era muy peligroso para el director! Este Gilgamesh no iba a destruir el mundo. De pronto, sintió como sus heridas piernas eran enredadas por una cadena. Diantres, Jellal en ningún momento ha estado apoyando al Internado Merak. Solo quería que Gilgamesh no se teletransportara hasta acá.

— Fire magic! — llevó su mano hasta las cadenas, y se liberó gracias a su magia de fuego. ¡Yuno no debería escapar ahora! Se alejó de Gilgamesh con toda la velocidad que pudieron sus pobres piernas, y tomó a Yuno Gasai por los brazos, dejándola quieta para un blanco seguro de un arma.

— ¡Ayana, ahora! ¡Dispárale a Yuno! ¡Quítale el arma a Emilia! — exclamó a todo pulmón mientras agarraba a la pelirrosa. Tenía que actuar ahora o sería el fin.

Había estado escondida todo ese tiempo, utilizando las habilidades de ilusión combinadas con la manipulación de la luz y oscuridad, fue al grado de que nadie de los presentes sabia de si presencia, excepto aquel mago de cabellos azulados, quien sabía que estaba presente.

Escuchó su grito, dándole la señal para actuar y rápidamente salió de su escondite.
Era aquella chica de cabello magenta cuyo traje de neopreno negro ayudaba en su camuflaje, se abalanzó en dirección a la albina con tal de quitarle el arma.

─¡¡Emi-chan!! ¡no quiero lastimarte! Así que…

Antes de que la semi elfa pudiera hacer un movimiento defensivo contra ella, aquella dragón dio uso de sus poderes de control de flujo temporal, congelándola por al menos un minuto, tiempo suficiente para quitarle el arma y apuntar en dirección a Yuno.

─Lo lamento…

Con las cejas encorvadas hacia arriba, mostrando profunda pena ante sus propias acciones, aquella pelirrosada disparo a su objetivo, pero…

Click Click

El arma no disparo, no estaba cargado de ningún tipo de monición, ¿Qué había pasado? Rápidamente se percató que el tiempo de pausa se había acabado, se giró cubriéndose de un posible ataque, esperando lo peor.

Emilia había permanecido tranquila y silenciosa tras su aparición, un único ataque había hecho y después parecía que estaba ausente. Lo cierto era que había permanecido enun extraño mutismo, esperando el momento adecuado para triunfar. Había suficientes agentes en el campo para frenar a Merak y al confuso Jellal.

Tras varios intentos, finalmente Gilgamesh apareció entregando a la semi elfa, aquella arma legendaria, con la que se supone habría de terminar con la vida de la despiadada Yuno Gasai. Ayana su mejor amiga, había intentado robarla, con un hechizo la albina había logrado confundir a la pelirrosa, entregándole una copia de dicha arma.

Entonces la albina sacó la verdadera arma, pero su vista se dirigió a Gilgamesh, sus manos empuñaron aquella legendaria arma y apuntaron directamente al pecho del rubio, dando un certero disparo, con la intención de atravesar su corazón.

--Muere..-- fue lo único que Emilia balbuceo tras aquel descabellado y traicionero acto.