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Bloodlust (Juvia)
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Bloodlust (Juvia)
No pasaban de las 22h de aquella noche fresca y agradable de sábado. A 60km/h se desplazaba por la calle un Aston Martin One-77 hacia el Norte de aquella ciudad. Sentado ante el volante del suntuoso vehículo, el vampiro lo manejaba, vistiendo un sofisticado esmoquin negro.
Mientras conducía, hizo la radio repetir incontables veces la misma canción. La melodía y el lirismo de la voz femenina que cantaba le provocaban un efecto similar a la adicción, aunque por otro lado ya estuviera harto. No estaba solamente vagueando sin rumbo, por ello había cuidado de saciar su sed antes de conducir. Su destino y dever era un caso en particular, desde que nada se interpusiera en su camino. Sin embargo, la noche no procedió en favor de eso.
Minutos después de haber pasado por el centro de la ciudad, más adelante, avistó una joven de cabellos azules caminando sola por la vereda, en sentido Norte. Aún desde atrás se veía atractiva, de alguna forma parecía ser una buena fuente de nutriente para él, la cual debido a eso no pensaba perder de vista, ni de oportunidad. No pensó dos veces, pisó el acelerador y condujo hasta adelantarse y en seguida subir el auto hacia la vereda para interponerlo en su camino.
En solo unos cortos segundos desembarcó y la abordó por adelante, impidiendo cualquier escape por donde fuera al sujetarla de la cintura con el brazo, y su otra mano en la cabeza de la joven, para luego enseguida hincar sin piedad sus dos colmillos en el cuello ajeno con el fin de extraer suficiente sangre hasta hacer que se desmayara, considerando el peso y estatura de la víctima. La escena, para quien viera de lejos, engañosamente parecía romántica en vez de trágica.
Luego de unos cuantos tragos de sangre, lo bastante para sentir cómo desvanecía, se separó y la tomó en sus brazos, procediendo a secuestrarla, acomodada en el banco trasero del carro.
———————
Algún tiempo después:
—¿Por fin despiertas? Estaba esperando ~
La verdad y a diferencia de lo que las leyendas decían, los vampiros no tenían costumbre de bañarse en sangre. La piel de esos seres era eternamente joven incondicionalmente, sin depender de lo que ellos hicieran o dejaran de hacer. Pero en el presente momento, quería experimentar esa sensación, la sensación que aquella joven le despertara tan espontáneamente.
Se las había engendrado para suspenderla firme y bocabajo en el techo de aquel lugar secreto, espacioso y poco iluminado con luces blancas que le pertenecía, y ahora, la veía desde abajo. Él estaba recostado completamente desnudo, portando solamente un collar, dentro de una bañera exactamente debajo del punto donde Juvia estaba colgada verticalmente con las manos encadenadas hacia atrás, los pies unidos también por cadenas y firmemente enganchados al techo, a 4m de altura del suelo.
—Podía ya haber cortado tu cuello y permitido que tu sangre se derramara completamente sobre mí, pero no tendría gracia si no te veo agonizar mientras mueres, mas... que bien que ya me darás ese privilegio, sweety...
Afirmaba, con naturalidad y maldad a la vez, haciendo notable el conteo regresivo que le quedaba a la peliazul. Justo después, con un preciso movimiento de su brazo derecho como si de una propia espada se tratase, hizo emergir una energia cortante y veloz hacia el cuello de la víctima, capaz de realizar su deseo momentáneo.
Mientras conducía, hizo la radio repetir incontables veces la misma canción. La melodía y el lirismo de la voz femenina que cantaba le provocaban un efecto similar a la adicción, aunque por otro lado ya estuviera harto. No estaba solamente vagueando sin rumbo, por ello había cuidado de saciar su sed antes de conducir. Su destino y dever era un caso en particular, desde que nada se interpusiera en su camino. Sin embargo, la noche no procedió en favor de eso.
Minutos después de haber pasado por el centro de la ciudad, más adelante, avistó una joven de cabellos azules caminando sola por la vereda, en sentido Norte. Aún desde atrás se veía atractiva, de alguna forma parecía ser una buena fuente de nutriente para él, la cual debido a eso no pensaba perder de vista, ni de oportunidad. No pensó dos veces, pisó el acelerador y condujo hasta adelantarse y en seguida subir el auto hacia la vereda para interponerlo en su camino.
En solo unos cortos segundos desembarcó y la abordó por adelante, impidiendo cualquier escape por donde fuera al sujetarla de la cintura con el brazo, y su otra mano en la cabeza de la joven, para luego enseguida hincar sin piedad sus dos colmillos en el cuello ajeno con el fin de extraer suficiente sangre hasta hacer que se desmayara, considerando el peso y estatura de la víctima. La escena, para quien viera de lejos, engañosamente parecía romántica en vez de trágica.
Luego de unos cuantos tragos de sangre, lo bastante para sentir cómo desvanecía, se separó y la tomó en sus brazos, procediendo a secuestrarla, acomodada en el banco trasero del carro.
———————
Algún tiempo después:
—¿Por fin despiertas? Estaba esperando ~
La verdad y a diferencia de lo que las leyendas decían, los vampiros no tenían costumbre de bañarse en sangre. La piel de esos seres era eternamente joven incondicionalmente, sin depender de lo que ellos hicieran o dejaran de hacer. Pero en el presente momento, quería experimentar esa sensación, la sensación que aquella joven le despertara tan espontáneamente.
Se las había engendrado para suspenderla firme y bocabajo en el techo de aquel lugar secreto, espacioso y poco iluminado con luces blancas que le pertenecía, y ahora, la veía desde abajo. Él estaba recostado completamente desnudo, portando solamente un collar, dentro de una bañera exactamente debajo del punto donde Juvia estaba colgada verticalmente con las manos encadenadas hacia atrás, los pies unidos también por cadenas y firmemente enganchados al techo, a 4m de altura del suelo.
—Podía ya haber cortado tu cuello y permitido que tu sangre se derramara completamente sobre mí, pero no tendría gracia si no te veo agonizar mientras mueres, mas... que bien que ya me darás ese privilegio, sweety...
Afirmaba, con naturalidad y maldad a la vez, haciendo notable el conteo regresivo que le quedaba a la peliazul. Justo después, con un preciso movimiento de su brazo derecho como si de una propia espada se tratase, hizo emergir una energia cortante y veloz hacia el cuello de la víctima, capaz de realizar su deseo momentáneo.
Lacus Welt
Re: Bloodlust (Juvia)
Ya era algo tarde, la peliazul había salido a dar un paseo, no quiso desaprovechar la noche tan bonita. La luna resplandecía, estaba tan radiante, hace mucho que no presenciaba una vista como esa, no desde la última vez, aquella noche que compartió con el hombre que tanto amaba.
— ¡Aah!~ — llevó ambas manos a sus mejillas ruborizadas y movía la cabeza de un lado a otro, recordando aquel momento.
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Distraída y fantaseando, siguió su camino, cuando de pronto los luminosos faros de un auto se posaron sobre la silueta de la joven. El vehículo le impidió dar un paso al frente, de el salió un hombre de cabello morado, vestido de forma elegante, que rápidamente se apoderó de ella, tomándola bruscamente de la cintura, intentó zafarse del agarre, de forma violenta pataleó, pero fue inútil. Cuando intentó gritar, el contrario ya había incrustado sus afilados colmillos en la pálida piel de la joven, succionando su sangre, acción con la cual poco a poco se debilitaba, la vista se le nubló y cayó inconsciente, sin saber lo que ocurriría con ella.
Fue retomando el conocimiento, seguía aturdida, habían pasado... ¿Algunas horas? No estaba segura. Aquella postura le resultaba incómoda. ¿Qué había pasado? No sólo su vista estaba nublada, también su mente. Estaba completamente vulnerable, atada de manos y pies, con unas frías y pesadas cadenas que lastimaban su fina piel. Observó a su alrededor, al menos lo que podía, se percató de una voz que provenía de abajo, era un joven, recostado en una bañera, totalmente desnudo...
Sus recuerdos volvieron de golpe, era el mismo hombre de cabellos morados, de traje elegante que la tomó por la fuerza, sólo que esta vez estaba desnudo.
— ¡¡¡KYAAAA!!! UN PERVERTIDO. ¡¡¡AUXILIO!!! — gritó, sacudiendo bruscamente su cuerpo, intentando escapar de esas cadenas, lo cual fue imposible, no tenía escapatoria.
— ¿Q-qué dice? .-N-No puede hablar en serio. —
¿Había escuchado bien? Ese hombre era un sádico, fue lo que pensó. La escena era tal cual una película de terror, esas en las que el asesino disfruta torturar a las victimas, derramando sangre por doquier.
— ¡¡N-no!! ¡¡Deje ir a Juvia!! — exclamó fuerte, sintió un vuelco en el corazón cuando el pelimorado dijo esas palabras, rápidamente su pecho se agitó y estremeció. — ¡¡¡AY!!! — gritó al sentir un corte en su cuello, fue algo profundo, las gotas de sangre empezaban a caer justo donde estaba el vampiro.
Desesperada, atónita y muerta de miedo, sus ojos se tornaron humedos, de uno de ellos escurrió una fina lágrima, que cayó al mismo tiempo que su sangre.
¿Cómo había llegado hasta esa situación? Era algo desesperante.
— ¡Aah!~ — llevó ambas manos a sus mejillas ruborizadas y movía la cabeza de un lado a otro, recordando aquel momento.
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Distraída y fantaseando, siguió su camino, cuando de pronto los luminosos faros de un auto se posaron sobre la silueta de la joven. El vehículo le impidió dar un paso al frente, de el salió un hombre de cabello morado, vestido de forma elegante, que rápidamente se apoderó de ella, tomándola bruscamente de la cintura, intentó zafarse del agarre, de forma violenta pataleó, pero fue inútil. Cuando intentó gritar, el contrario ya había incrustado sus afilados colmillos en la pálida piel de la joven, succionando su sangre, acción con la cual poco a poco se debilitaba, la vista se le nubló y cayó inconsciente, sin saber lo que ocurriría con ella.
Fue retomando el conocimiento, seguía aturdida, habían pasado... ¿Algunas horas? No estaba segura. Aquella postura le resultaba incómoda. ¿Qué había pasado? No sólo su vista estaba nublada, también su mente. Estaba completamente vulnerable, atada de manos y pies, con unas frías y pesadas cadenas que lastimaban su fina piel. Observó a su alrededor, al menos lo que podía, se percató de una voz que provenía de abajo, era un joven, recostado en una bañera, totalmente desnudo...
Sus recuerdos volvieron de golpe, era el mismo hombre de cabellos morados, de traje elegante que la tomó por la fuerza, sólo que esta vez estaba desnudo.
— ¡¡¡KYAAAA!!! UN PERVERTIDO. ¡¡¡AUXILIO!!! — gritó, sacudiendo bruscamente su cuerpo, intentando escapar de esas cadenas, lo cual fue imposible, no tenía escapatoria.
— ¿Q-qué dice? .-N-No puede hablar en serio. —
¿Había escuchado bien? Ese hombre era un sádico, fue lo que pensó. La escena era tal cual una película de terror, esas en las que el asesino disfruta torturar a las victimas, derramando sangre por doquier.
— ¡¡N-no!! ¡¡Deje ir a Juvia!! — exclamó fuerte, sintió un vuelco en el corazón cuando el pelimorado dijo esas palabras, rápidamente su pecho se agitó y estremeció. — ¡¡¡AY!!! — gritó al sentir un corte en su cuello, fue algo profundo, las gotas de sangre empezaban a caer justo donde estaba el vampiro.
Desesperada, atónita y muerta de miedo, sus ojos se tornaron humedos, de uno de ellos escurrió una fina lágrima, que cayó al mismo tiempo que su sangre.
¿Cómo había llegado hasta esa situación? Era algo desesperante.
Juvia Lockser Patsy
Re: Bloodlust (Juvia)
La vista que tuvo desde abajo fue un privilegio excitante. El terror estampado en el rostro de Juvia a los últimos segundos, y en seguida el rojo de la sangre que rapidamente vio expandirse desde la apertura en el cuello para volcarse sobre su cuerpo junto a una lágrima desapercebida incrementaban una sensación más fuerte dejada ha tiempos al descaso, aunque sería efímera.
En su existencia no se hacía llamar sádico ni le daba importancia al término. La verdadera definición de aquel vampiro, efectivamente, sería inhumano, por obvias razones: su humanidad estaba muerta ha siglos. Tener a la raza inferior, la humana, bajo su poder y apreciar cómo necesitaban sentir dolor para que él diera rienda suelta a sus deseos y antojos mediante la sangre era la mejor satisfacción a sentir, y superlativamente lo fue con aquella humana de cabello azul, se veía tan inocente; hasta mismo en medio a su agonía pidiera en tercera persona que la dejara ir. Que gracia. El grito de la chica había sonado como una deliciosa melodia, mejor que aquella canción que lo traía adicto y tanto repitiera mientras conducía el auto ha pocas horas.
El derramamiento fue pintando al vampiro de rojo, tornando su imagen digna de los fetiches más excéntricos y perversos. En pocos segundos su sexy cuerpo ya lucía cubierto con sangre, que iba escurriendo hacia abajo por la esbelta anatomía. La mayor cantidad cayera sobre su torso, salpicando algunas gotas hacia su rostro, sus piernas flexionadas y a los costados de la bañera, incluyendo sus brazos apoyados en las bordas.
—Muy bien, te has portado hasta mejor de lo que esperaba.
Le halagó de manera amable, sin preocuparse por ser escuchado o no. A los pocos el chorro disminuía y la humana dejaba de sangrar en él. El inmortal deslizaba lentamente su propia mano por su cuerpo mojado de sangre, resbalando su dedo índice desde el abdomen hasta su propia boca y pasando a lamer sus dedos y entre ellos, limpiando parcialmente la sangre que embarraba su mano.
Había pasado unos 7 minutos deleitándose con aquel baño de sangre tibia, hasta que volvió a abrir sus ojos y contemplar de nuevo la imagen de la peliazul que parecía estar muerta. Se levantó de la tina, saliendo tranquilamente de esta. Sus pies sangrientos marcaron de rojo el suelo, dejando huellas carmesí por donde pisaran, cada una más escasa a cada paso que daba. Se dirigió hasta el fin de la cadena que estaba firme en un gancho del suelo y tomó la punta, haciendo que Juvia descendiera hasta estar suspensa a una poca altura en que su rostro quedaría precisamente de frente al suyo.
Sin soltar la cadena ni moverla más, volvió a acercarse a la humana, fijándose en aquel rostro inexpresivo de vuelta cabeza justo delante de sus ojos.
En su existencia no se hacía llamar sádico ni le daba importancia al término. La verdadera definición de aquel vampiro, efectivamente, sería inhumano, por obvias razones: su humanidad estaba muerta ha siglos. Tener a la raza inferior, la humana, bajo su poder y apreciar cómo necesitaban sentir dolor para que él diera rienda suelta a sus deseos y antojos mediante la sangre era la mejor satisfacción a sentir, y superlativamente lo fue con aquella humana de cabello azul, se veía tan inocente; hasta mismo en medio a su agonía pidiera en tercera persona que la dejara ir. Que gracia. El grito de la chica había sonado como una deliciosa melodia, mejor que aquella canción que lo traía adicto y tanto repitiera mientras conducía el auto ha pocas horas.
El derramamiento fue pintando al vampiro de rojo, tornando su imagen digna de los fetiches más excéntricos y perversos. En pocos segundos su sexy cuerpo ya lucía cubierto con sangre, que iba escurriendo hacia abajo por la esbelta anatomía. La mayor cantidad cayera sobre su torso, salpicando algunas gotas hacia su rostro, sus piernas flexionadas y a los costados de la bañera, incluyendo sus brazos apoyados en las bordas.
—Muy bien, te has portado hasta mejor de lo que esperaba.
Le halagó de manera amable, sin preocuparse por ser escuchado o no. A los pocos el chorro disminuía y la humana dejaba de sangrar en él. El inmortal deslizaba lentamente su propia mano por su cuerpo mojado de sangre, resbalando su dedo índice desde el abdomen hasta su propia boca y pasando a lamer sus dedos y entre ellos, limpiando parcialmente la sangre que embarraba su mano.
Había pasado unos 7 minutos deleitándose con aquel baño de sangre tibia, hasta que volvió a abrir sus ojos y contemplar de nuevo la imagen de la peliazul que parecía estar muerta. Se levantó de la tina, saliendo tranquilamente de esta. Sus pies sangrientos marcaron de rojo el suelo, dejando huellas carmesí por donde pisaran, cada una más escasa a cada paso que daba. Se dirigió hasta el fin de la cadena que estaba firme en un gancho del suelo y tomó la punta, haciendo que Juvia descendiera hasta estar suspensa a una poca altura en que su rostro quedaría precisamente de frente al suyo.
Sin soltar la cadena ni moverla más, volvió a acercarse a la humana, fijándose en aquel rostro inexpresivo de vuelta cabeza justo delante de sus ojos.
Lacus Welt
Re: Bloodlust (Juvia)
No podía estar al tanto de lo que ocurría ahí abajo, pero el joven desnudo parecía disfrutar su fechoría, la sangre caía sobre él. La hemorragia se detuvo al cabo de unos segundos y dado que su presión arterial disminuyó a causa de la pérdida de sangre por aquella herida, la peliazul se sentía mareada. Estaba a punto de perder de nuevo el conocimiento, cerró sus ojos, sus labios estaban entreabiertos y su cabello desordenado. El vampiro la hizo descender desde el punto más alto en el que se encontraba, hasta la altura de su rostro, casi podía sentir la respiración de aquel hombre golpear su frente.
« ¿Juvia… morirá…? hmm~ ojalá pudiera ver una vez más a Erik-sama… Ahh~ perdone Erik-sama, Juvia morirá a manos de un pervertido, disculpe si en los periódicos aparece el título “Mujer de Legacy conocida como Juvia muere en casa de un hombre desnudo” n-no piense que Juvia le fue infiel. Ahh~ Erik-sama.~ » pensó mientras sus ojos continuaban cerrados y su cuerpo inmóvil, recordando al moreno pelirrojo que alborotaba sus sentimientos. ¿Realmente moriría? Era una pregunta que resonaba en su mente, después de hacerse la boba con aquellas imaginaciones desorbitadas y exageradas, pensó en sus compañeros de Legacy y una vez mas en el pelirrojo de Merak, adquiriendo más fuerza y confianza.
« No… Juvia no quiere morir ¡¡¡NO!!! » Gritó en su mente, abrió los ojos, volviendo en si y recobrando algo de su fuerza. Como era una experta en el control del agua, acumuló una gran cantidad en sus manos, que a pesar de que estaban atadas, aun podía tener un poco de control de sus habilidades, una vez que tenía la suficiente presión, la dirigió hacia arriba, golpeando las cadenas. El ataque de Juvia fue lo suficientemente fuerte para romper aquel gancho que sujetaba la cadena en sus pies, debido al impacto, el cuerpo de la peliazul cayó al suelo, la cadena en sus pies había recibido daño también, lo que le fue más sencillo quitarla. Sin embargo, sus manos seguían atadas y las cadenas intactas.
Juvia se levantó del suelo, un poco adolorida por la caída.
—¡Detenga esto ya! — exclamó con voz alta, con su pie derecho lanzó hacia el vampiro las cadenas que había destruido con su “golpe de agua”. El semblante de la mujer de cabello azul se mantuvo serio, firme y decidido, mirando fijamente los ojos del hombre que estaba a poca distancia de ella.
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« ¿Juvia… morirá…? hmm~ ojalá pudiera ver una vez más a Erik-sama… Ahh~ perdone Erik-sama, Juvia morirá a manos de un pervertido, disculpe si en los periódicos aparece el título “Mujer de Legacy conocida como Juvia muere en casa de un hombre desnudo” n-no piense que Juvia le fue infiel. Ahh~ Erik-sama.~ » pensó mientras sus ojos continuaban cerrados y su cuerpo inmóvil, recordando al moreno pelirrojo que alborotaba sus sentimientos. ¿Realmente moriría? Era una pregunta que resonaba en su mente, después de hacerse la boba con aquellas imaginaciones desorbitadas y exageradas, pensó en sus compañeros de Legacy y una vez mas en el pelirrojo de Merak, adquiriendo más fuerza y confianza.
« No… Juvia no quiere morir ¡¡¡NO!!! » Gritó en su mente, abrió los ojos, volviendo en si y recobrando algo de su fuerza. Como era una experta en el control del agua, acumuló una gran cantidad en sus manos, que a pesar de que estaban atadas, aun podía tener un poco de control de sus habilidades, una vez que tenía la suficiente presión, la dirigió hacia arriba, golpeando las cadenas. El ataque de Juvia fue lo suficientemente fuerte para romper aquel gancho que sujetaba la cadena en sus pies, debido al impacto, el cuerpo de la peliazul cayó al suelo, la cadena en sus pies había recibido daño también, lo que le fue más sencillo quitarla. Sin embargo, sus manos seguían atadas y las cadenas intactas.
Juvia se levantó del suelo, un poco adolorida por la caída.
—¡Detenga esto ya! — exclamó con voz alta, con su pie derecho lanzó hacia el vampiro las cadenas que había destruido con su “golpe de agua”. El semblante de la mujer de cabello azul se mantuvo serio, firme y decidido, mirando fijamente los ojos del hombre que estaba a poca distancia de ella.
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Juvia Lockser Patsy
Re: Bloodlust (Juvia)
Cuando menos esperaba, aquellos ojos azules se abrieron repentinamente delante de él como si eso fuera justo lo que faltaba suceder. La sonrisa malvada del vampiro fue sustituída por una mirada seria de incredulidad y desagrado al visualizar a Juvia recobrar su vida.
La escena que sucedió en seguida fue digna de un cámara lenta, cuando una película llega a un momento decisivo de acción o revuelo. Lacus alzara la vista junto con el chorro de agua producido misteriosamente por la humana hacia el gancho del techo encima de su cabeza y una fracción de segundos antes que el agua tocara la atadura, el vampiro soltó bruscamente la cadena que sujetaba, a la vez que se distanciaba de ella dando un paso atrás. La corriente onduló de abajo a arriba, agitada por el repentino movimiento que el vampiro provocara al soltarla antes de que Juvia comenzara a caer al suelo y llevar la cadena junto con ella.
El agua rapidamente impactó contra el techo, provocando una violenta ruptura y la caída de la victima del vampiro.
¿Qué era ella? Y cómo podía seguir viva y consciente trás haber tenido comprometida su corriente sanguínea en el cerebro?
Eran preguntas que pasaban por su mente en el momento. Ahora él estaba pocos metros alejado de la bañera, de pie en postura normal, mientras veía a Juvia levantarse exaltada y atacarlo con la cadena que todavía envolvía su pie pero ya se había soltado a causa del golpe de agua. Logró tomar el objeto con la mano tan solo lo alcanzara, y rapidamente extendió ese brazo hacia un lado, con fuerza suficiente para desviar la ida de la cadena hacia un lado suyo e impedir que siquiera lo tocase, sin dejar de observar seriamente a Juvia en ni un momento. La cadena fue detenida en el aire extendida atrás de él, conectada a su mano, parte de esta cayendo ruidosamente al suelo en seguida. Luego, el vampiro bajó el brazo, provocando más ruido de fierro proveniente del objeto, que acabó como una larga serpiente muerta colgada en su mano.
Aún no entendía cómo lograra sobrevivir.
—¿Qué demonios? ¿Cómo sigues viva? Ni un humano debía resistir a toda la pérdida de sangre a la que te sometí.
Le dijo con naturalidad.
Mientras eso, la sangre no dejara de escurrir lentamente hacia abajo por su cuerpo, sensación que le continuaba dando cierto placer.
—Humm...Parece que tendré que divertirme contigo de otra manera.
Afirmó, mostrando una sonrisa malvada. Nada más, levantó el brazo con el que llevaba aquella cadena y con ella azotó a Juvia en el rostro con una fuerza violenta. En seguida comenzó a caminar hacia adelante, acercándose a Juvia una vez más.
La escena que sucedió en seguida fue digna de un cámara lenta, cuando una película llega a un momento decisivo de acción o revuelo. Lacus alzara la vista junto con el chorro de agua producido misteriosamente por la humana hacia el gancho del techo encima de su cabeza y una fracción de segundos antes que el agua tocara la atadura, el vampiro soltó bruscamente la cadena que sujetaba, a la vez que se distanciaba de ella dando un paso atrás. La corriente onduló de abajo a arriba, agitada por el repentino movimiento que el vampiro provocara al soltarla antes de que Juvia comenzara a caer al suelo y llevar la cadena junto con ella.
El agua rapidamente impactó contra el techo, provocando una violenta ruptura y la caída de la victima del vampiro.
¿Qué era ella? Y cómo podía seguir viva y consciente trás haber tenido comprometida su corriente sanguínea en el cerebro?
Eran preguntas que pasaban por su mente en el momento. Ahora él estaba pocos metros alejado de la bañera, de pie en postura normal, mientras veía a Juvia levantarse exaltada y atacarlo con la cadena que todavía envolvía su pie pero ya se había soltado a causa del golpe de agua. Logró tomar el objeto con la mano tan solo lo alcanzara, y rapidamente extendió ese brazo hacia un lado, con fuerza suficiente para desviar la ida de la cadena hacia un lado suyo e impedir que siquiera lo tocase, sin dejar de observar seriamente a Juvia en ni un momento. La cadena fue detenida en el aire extendida atrás de él, conectada a su mano, parte de esta cayendo ruidosamente al suelo en seguida. Luego, el vampiro bajó el brazo, provocando más ruido de fierro proveniente del objeto, que acabó como una larga serpiente muerta colgada en su mano.
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Aún no entendía cómo lograra sobrevivir.
—¿Qué demonios? ¿Cómo sigues viva? Ni un humano debía resistir a toda la pérdida de sangre a la que te sometí.
Le dijo con naturalidad.
Mientras eso, la sangre no dejara de escurrir lentamente hacia abajo por su cuerpo, sensación que le continuaba dando cierto placer.
—Humm...Parece que tendré que divertirme contigo de otra manera.
Afirmó, mostrando una sonrisa malvada. Nada más, levantó el brazo con el que llevaba aquella cadena y con ella azotó a Juvia en el rostro con una fuerza violenta. En seguida comenzó a caminar hacia adelante, acercándose a Juvia una vez más.
Lacus Welt
Re: Bloodlust (Juvia)
El semblante de Lacus había cambiado por unos instantes, asombrado por las hazañas de Juvia, no podía creer como podía seguir de pie, hasta la maga de agua estaba un poco sorprendida, era como si algo le hubiera dado fuerza y valor. ¿Sera esto lo que significa “vivir por tus compañeros”?
Bueno, no iba a cuestionarse ahora, no era el momento adecuado, las cadenas que fueron arrojadas hacia el vampiro provocaron un ruido intenso, muy molesto para la condición de Juvia que estaba casi exhausta. Como era de esperarse, el hombre detuvo el ataque.
Frente a ella y viéndola fijamente, seguía desnudo.
—Que depravado. — masculló la mujer de agua. — ¡¡Al menos vístase!!— dijo en voz alta, refiriéndose al vampiro, este levanto el brazo, Juvia se distrajo, cambio su expresión a una más cómica, como de sorpresa, cubrió sus ojos para no ver el cuerpo en movimiento de aquel hombre. —¡¡No es justo!! Juvia no puede pelear así, Juvia no le será infiel a Erik-sa… ¡¡¡AAAHH!!! — No le dio tiempo de terminar la frase, un grito desgarrador escapó de ella, para su mala suerte, recibió un ataque en el rostro, causado por una de las cadenas que anteriormente había usado contra Lacus, arrojando el cuerpo de Juvia hacia atrás a una velocidad increíble.
La velocidad con la que retrocedía en el aire, disminuyó su intensidad cuando su espalda chocó contra la pared, un poco de sangre salió de su boca, apretó los ojos con fuerza por el dolor. Su espalda resbaló sobre la pared, cayendo finalmente al suelo. Sus manos temblorosas intentaron tomar fuerza para levantarse, acción que fue inútil, pues cayó nuevamente al piso boca abajo, su cabeza daba vueltas, sus oídos captaban cada paso que el pelimorado avanzaba. Cada pisada era más y más fuerte, acercándose a ella.
— ¿Tan divertido es herir a los demás? — preguntó, levantándose con dificultad, sus brazos temblorosos sostenían su cuerpo mientras este seguía en el suelo de rodillas, miraba con cierto enfado al vampiro que se aproximaba hacia la peliazul.
Bueno, no iba a cuestionarse ahora, no era el momento adecuado, las cadenas que fueron arrojadas hacia el vampiro provocaron un ruido intenso, muy molesto para la condición de Juvia que estaba casi exhausta. Como era de esperarse, el hombre detuvo el ataque.
Frente a ella y viéndola fijamente, seguía desnudo.
—Que depravado. — masculló la mujer de agua. — ¡¡Al menos vístase!!— dijo en voz alta, refiriéndose al vampiro, este levanto el brazo, Juvia se distrajo, cambio su expresión a una más cómica, como de sorpresa, cubrió sus ojos para no ver el cuerpo en movimiento de aquel hombre. —¡¡No es justo!! Juvia no puede pelear así, Juvia no le será infiel a Erik-sa… ¡¡¡AAAHH!!! — No le dio tiempo de terminar la frase, un grito desgarrador escapó de ella, para su mala suerte, recibió un ataque en el rostro, causado por una de las cadenas que anteriormente había usado contra Lacus, arrojando el cuerpo de Juvia hacia atrás a una velocidad increíble.
La velocidad con la que retrocedía en el aire, disminuyó su intensidad cuando su espalda chocó contra la pared, un poco de sangre salió de su boca, apretó los ojos con fuerza por el dolor. Su espalda resbaló sobre la pared, cayendo finalmente al suelo. Sus manos temblorosas intentaron tomar fuerza para levantarse, acción que fue inútil, pues cayó nuevamente al piso boca abajo, su cabeza daba vueltas, sus oídos captaban cada paso que el pelimorado avanzaba. Cada pisada era más y más fuerte, acercándose a ella.
— ¿Tan divertido es herir a los demás? — preguntó, levantándose con dificultad, sus brazos temblorosos sostenían su cuerpo mientras este seguía en el suelo de rodillas, miraba con cierto enfado al vampiro que se aproximaba hacia la peliazul.
Juvia Lockser Patsy
Re: Bloodlust (Juvia)
Las protestas y clamores de Juvia lo hacían regodearse cada vez más de aquella escena que armara con ella, aunque no fuera su plan inicial mas tuviera mejores resultados de lo que esperaba. No evitó reír ante el constreñimento de la joven por el hecho de estar viéndolo desnudo. Sabía que ser visto sin ni una vestimenta intimidaba a cualquier mujer, pero eso no le molestaba. Una de las particularidades de su raza era la incapacidad de sentir vergüenza por ser visto enteramente expuesto incluso mismo por criaturas de su sexo opuesto o por una multitud. Naturalmente, muchos sentimientos propios de humanos se morían junto con la humanidad de quienes eran renacidos como vampiros.
El latigazo que azotara en el rostro ajeno con la cadena sonó de manera violenta, y desde entonces el vampiro acompañó el retroceso de Juvia hasta impactarse contra La pared. Era delicioso verla sufriendo y cayendo torpemente al suelo como un ser indefenso y vulnerable, lista para vivir su único posible fin.
Se relamió los labios al ver cómo temblaba, anhelaba por verla en ese estado por varios minutos más. La sangre que escurría de la boca de su víctima e iba ensuciando su delicado rostro adornaba la vista mas digna de excéntricos fetiches que tenía desde aquella distancia.
—Hahah, oraaa... ¿Acaso no te estás divirtiendo?
Replicó, hablando suave y de manera sarcástica, mientras continuaba caminando con suaves pasos hacia ella, arrastrando consigo la cadena y sonando cada paso contra el agua que estaba derramada en el suelo y ya se había desparramado hasta aquel rincón.
—No estarías en esta situación si ya hubieras muerto. Por eso los humanos debían dejar de ser tan tercos.
Relata. Entretanto, fue detenido por el vibrar del pequeño reloj de pulso que llevaba en el brazo derecho, provocado por una señal enviada desde lejos. El vampiro había olvidado hacia donde debía ir por distraerse con Juvia más tiempo que lo necesario; como era típico de él, nunca vacilaba en realizar cualquier deseo que tuviera, aunque tampoco dejaba de cumplir a sus obligaciones. Flexionó el brazo, sin soltar la cadena, de modo que visualizó la señal recibida en la pantalla del pequeño objeto dorado al rededor de su pulso.
—Ah, me llaman, que problema... Parece que no podré verte agonizar hasta la muerte.
Afirmó, con un aire de falso descontento, arrojando la cadena al suelo en seguida, poco detrás suyo.
—No importa, humana. De cualquier forma morirás tarde o temprano.
Dicho eso, el vampiro bañado en sangre dio media vuelta y comenzó a marcharse tranquilamente
hacia donde había dejado su traje, para agarrarlo y salir de aquel lugar en su lujoso automóvil dejando a Juvia olvidada en aquel rincón frío.
Pasados pocos minutos, el auto del vampiro ya iba por la carretera de nuevo, conducido calmamente por él.
El latigazo que azotara en el rostro ajeno con la cadena sonó de manera violenta, y desde entonces el vampiro acompañó el retroceso de Juvia hasta impactarse contra La pared. Era delicioso verla sufriendo y cayendo torpemente al suelo como un ser indefenso y vulnerable, lista para vivir su único posible fin.
Se relamió los labios al ver cómo temblaba, anhelaba por verla en ese estado por varios minutos más. La sangre que escurría de la boca de su víctima e iba ensuciando su delicado rostro adornaba la vista mas digna de excéntricos fetiches que tenía desde aquella distancia.
—Hahah, oraaa... ¿Acaso no te estás divirtiendo?
Replicó, hablando suave y de manera sarcástica, mientras continuaba caminando con suaves pasos hacia ella, arrastrando consigo la cadena y sonando cada paso contra el agua que estaba derramada en el suelo y ya se había desparramado hasta aquel rincón.
—No estarías en esta situación si ya hubieras muerto. Por eso los humanos debían dejar de ser tan tercos.
Relata. Entretanto, fue detenido por el vibrar del pequeño reloj de pulso que llevaba en el brazo derecho, provocado por una señal enviada desde lejos. El vampiro había olvidado hacia donde debía ir por distraerse con Juvia más tiempo que lo necesario; como era típico de él, nunca vacilaba en realizar cualquier deseo que tuviera, aunque tampoco dejaba de cumplir a sus obligaciones. Flexionó el brazo, sin soltar la cadena, de modo que visualizó la señal recibida en la pantalla del pequeño objeto dorado al rededor de su pulso.
—Ah, me llaman, que problema... Parece que no podré verte agonizar hasta la muerte.
Afirmó, con un aire de falso descontento, arrojando la cadena al suelo en seguida, poco detrás suyo.
—No importa, humana. De cualquier forma morirás tarde o temprano.
Dicho eso, el vampiro bañado en sangre dio media vuelta y comenzó a marcharse tranquilamente
hacia donde había dejado su traje, para agarrarlo y salir de aquel lugar en su lujoso automóvil dejando a Juvia olvidada en aquel rincón frío.
Pasados pocos minutos, el auto del vampiro ya iba por la carretera de nuevo, conducido calmamente por él.
Lacus Welt
Re: Bloodlust (Juvia)
~Ha pasado un breve tiempo desde que Hawk se integró a Legacy, el joven de cabellos morados no era muy social, realmente era algo que llamaba la atención a las personas, sin embargo entre las pocas personas que conocía el joven guerrero se encontraba Juvia, la amable chica que le dio la bienvenida amablemente a la academia, aquel solitario joven vivía su día a día entrenando, sin embargo aquel día mientras se encontraba en las afueras de la academia luchando contra algunos Goblins de gran tamaño como entrenamiento cotidiano recibe una señal de parte de uno de los superiores de la Academia, al parecer Juvia, aquella que por ahora era la única amiga se encontraba en peligro, las coordenadas fueron enviadas a Hawk mediante un artefacto similar a un reloj, una maquina creada por el peli morado gracias a su inteligencia y habilidades como humano modificado, según sus cálculos llegaría a tiempo para salvar a su buena amiga, el guerrero detuvo sus entrenamientos dirigiéndose a la academia, donde preparo todo, tomo uno de sus trajes más elegantes, no por gusto, sino también con ciertas modificaciones paras las posibles circunstancias que pudieran afectarle a él o su compañera.
…
¡No sé quién o que sea lo que tiene en peligro a esa chica pero mi deber como justiciero es protegerla y evitar que su vida, ya en el pasado deje que alguien muriese y esta vez no habrá errores!
~Al pronunciar estas palabras en su cuarto el guerrero peli morado se dirigió a las instalaciones armamentistas de la academia donde un gran Jet le esperaría, rápidamente la poderosa nave de batalla se elevaría por los cielos siguiendo las coordenadas donde Juvia estaría, en el camino Hawk comenzó a afilar sus armas y rogaba dentro de sí que no fuera tan tarde al momento de llegar al lugar, aunque ciertamente la fortuna no sería tan amable con el joven justiciero puesto, ya que al momento de llegar a la ciudad de Tokio, en la metrópolis las coordenadas se descontrolarían.
¡Rayos, parece que al llegar a este lugar algo ha fallado, bien no importa, bajare de inmediato, tu retorna a Legacy que yo me encargo de Juvia!
~Fueron las palabras de Hawk al saltar del Jet, usando un paracaídas, sin embargo su llegada a aquella ciudad no sería bien recibida, pues en el pasado Hawk lucho contra algunos hombres de gran peso en las mafias, por lo cual su elegante y llamativa vestimenta haría que las personas de la zona pusieran su mirada en el joven que cayó desde el cielo, esto provoco que rápidamente mafias orientales llamaran a sus hombres con armas de todo tipo, dispuesto a matar al hombre que porta el emblema de la justicia y que lleva en su forma de luchar todo lo que es bueno para la humanidad. Era claro que todo esto era una molestia, el guerrero no venía con intenciones de luchar, sus deseos habían sido reducidos a solo el rescate, por lo cual este mientras escapaba como forma de evitar una lucha absurda llego a una zona recóndita, donde la presencia de Juvia era sentida de manera cercana, y habían vestigios de un aura oscura, aquello hizo entender que su amiga había estado en una ardua pelea o en un ataque enemigo, este no dejo de correr hasta llegar a la zona donde prácticamente inconsciente se encontraba la chica de cabellos azules, la sangre se encontraba esparcida en el ambiente, a lo cual al ver aquella escena la ira del guerrero fue manifestada, apretando sus puños y sintiendo frustración por lo ocurrido, más aquello no llevaría a nada, por lo cual se acerca al cuerpo de la chica, las pisadas del joven parecían pesadas, su rostro poco a poco se iba desfigurando por la ira e impotencia que sentía al no llegar lo suficientemente a tiempo, este cae de rodillas tomando la cabeza de la chica para apoyarla en sus piernas , con calma y para no entrar en desesperación toma un antiguo regalo que se le obsequio en uno de sus viajes, una botella con un poderoso elixir, que con una sola gota puede curar y revitalizar a cualquier tipo de vida, aunque se encuentre en el borde de la muerte, era un tesoro que paso de generación a generación a hombres de gran poder, pero que gracias al destino se encontraba en manos de un hombre de buen corazón, en ello el joven abrió el frasco colocando una gota en uno de sus dedos, con suavidad abrió la boca de la chica dejando que la gota cayera en la boca de la chica, ayudándole a que pudiera tragarla, de tal manera que la magia conocida como “Resurgimiento” comenzara a hacer efecto, aquello haría que en cuestión de segundos la chica de pelos azules comenzara a recuperar fuerzas , aunque era claro que estaría débil por cuestiones lógicas, más con esto su vida había sido salvada. Mientras esto del rostro de Hawk caían lágrimas, su ser temblaba por la situación ocurrida a su amiga. ¿De qué entrenar si no pudo salvar a la chica con la que este desea seguir adelante? ¿De qué sirve ser fuerte si no puedes salvar a una amiga? Estas fueron las preguntas formuladas en la mente del peli morado, quien solo esperaría a la recuperación de su amiga para luego poder retornar, sin embargo en ello el joven poco a poco seca sus lágrimas, la mirada de tristeza y dolor son tornadas a una más seria.
! Juvia juro que te vengare!
~Con estas palabras dicha en voz baja el joven solo quedo allí, esperando el milagro de la vida para que pronto su compañera volviera a ser la misma de antes, por ahora su misión estaba completa.
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Hawk
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