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Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
2 participantes
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Ciudad de Yokohama :: Centro de la Ciudad :: Parque de Cerezos
Página 1 de 1.
Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
[Domingo]
12:40AM
La azabache se encontraba sentada en una banca, esperando bajo un gran árbol de hojas color rosa y flores del mismo color pero de un tono más pastel. Vestía una playera de color azul marino completamente ceñida a su torso, mientras que una larga falda con pliegues de color blanco cubría sus piernas. Para sus pies, unos zapatos negros con una plataforma de 3 centímetros. Normalmente, al ser de una alta estatura todo lo que fuese cómo faldas largas iban bien con su físico. Llevaba aquella típica coleta cómo peinado. Sentía que era una ocasión especial por lo que humectó sus labios con bálsamo labial que tenía escarcha, no se notaba mucho pero desde cerca, sus labios de veían suaves, consideraba eso como maquillaje, pero realmente era algo mínimo. Muchos se preguntarán, ¿Qué hacía ahí a tan tempranas horas del día?.
[Mismo día, por la mañana.]
09:35AM
Ya estaba en pie, saliendo del baño tras darse una ducha refrescante, era el último día de la semana y tenía una "cita" con Shoto Todoroki a las 01:00PM, por lo que realmente quería dar una buena impresión. Quizá era algo atrevido de su parte, ya qué ella había organizado dicha cita, a la vez que lo invitó por su cuenta luego de que el joven de ojos heterocromaticos le diese un paseo por la academia en la cuál estudiaría por un tiempo. Ciertamente, ella le había propuesto salir ese día domingo en forma de agradecimiento por su cortesía y gentileza, pero sus intenciones también eran pasar un tiempo de descanso junto a él, ya que gozaba demasiado de su presencia. Por lo cuál, ¿Qué mejor que un parque de cerezos, en dónde la tranquilidad de la cuál tanto disfrutan ambos reina?. Sin duda era una buena opción. Una vez que la pelinegra ya vestía sus prendas, desayunó unas tostadas y un jugo de naranja como bebestible. Finalmente, cepilló sus dientes por segunda vez y tomó una pequeña cartera de mano en la cuál sólo llevaba su aparato móvil y billetera. Ya estaba completamente lista pero debía salir de su hogar con cautela, puesto que justamente aquel día, era un completo caos.
[ . . . ]
Continuaba con su espera, atenta a ver un joven de alta estatura, cabello blanco y rojo apareciese, quiso pensar un poco y darle vueltas a un tema que la tenía algo intranquila. Su madre y su padre celebrarían su aniversario número 10, por lo que habría una gran fiesta en su hogar y era obligación presentarse. El problema no era ese, si no que la madre de la azabache le había puesto una regla; debía llegar con un chico a la fiesta. ¿Por qué?, fácil, es una mujer muy preocupada por dar buenas impresiones, y un joven cómo acompañante para su hija sería básicamente la última pieza del rompecabezas para parecer una familia perfecta. El segundo problema era que no podía ser un chico cualquiera, debía ser alguien que a primera vista provoque buenos comentarios. En el pálido rostro de la joven de ojos almendrados se reflejaba la preocupación, para intentar relajarse inhaló y exhaló un par de veces. Pensaba que la única persona que podría ayudarla era el joven con quién iba a encontrarse aquel día. A decir verdad, le apenaba demasiado pedirle un favor así a Todoroki, puesto que él era el único candidato que sería ideal para la petición de su madre. Era una fiesta de gala, por lo cuál la elegancia era escencial, algo que iba con el bicolor. Tampoco quería que éste pensara que ese día el objetivo de la reunión era ese, para nada. Su mayor anhelo era disfrutar de un lindo día junto a Shoto. Sin duda lo que su madre le había pedido era algo repentino, sin anticipación alguna.
《 ¿Qué debería hacer?. 》
Repentinamente, escuchó un maullido que la sacó de sus pensamientos, un gatito bastante pequeño se encontraba pidiendo un poco de cariño justo en el lugar que estaba al lado de ella, en la banca. Inmediatamente todo se fue al olvido, decidió que iba a pasar un buen día y ya en la tarde le preguntaría a su acompañante si podía concederle tal favor. En fin, observó al felino con ternura y comenzó a acariciar su pequeña cabeza con delicadeza. Sin haberlo notado, una sonrisa se hallaba dibujada en su rostro. Gracias a aquella pequeña criatura, había vuelto a relajarse.
12:40AM
La azabache se encontraba sentada en una banca, esperando bajo un gran árbol de hojas color rosa y flores del mismo color pero de un tono más pastel. Vestía una playera de color azul marino completamente ceñida a su torso, mientras que una larga falda con pliegues de color blanco cubría sus piernas. Para sus pies, unos zapatos negros con una plataforma de 3 centímetros. Normalmente, al ser de una alta estatura todo lo que fuese cómo faldas largas iban bien con su físico. Llevaba aquella típica coleta cómo peinado. Sentía que era una ocasión especial por lo que humectó sus labios con bálsamo labial que tenía escarcha, no se notaba mucho pero desde cerca, sus labios de veían suaves, consideraba eso como maquillaje, pero realmente era algo mínimo. Muchos se preguntarán, ¿Qué hacía ahí a tan tempranas horas del día?.
[Mismo día, por la mañana.]
09:35AM
Ya estaba en pie, saliendo del baño tras darse una ducha refrescante, era el último día de la semana y tenía una "cita" con Shoto Todoroki a las 01:00PM, por lo que realmente quería dar una buena impresión. Quizá era algo atrevido de su parte, ya qué ella había organizado dicha cita, a la vez que lo invitó por su cuenta luego de que el joven de ojos heterocromaticos le diese un paseo por la academia en la cuál estudiaría por un tiempo. Ciertamente, ella le había propuesto salir ese día domingo en forma de agradecimiento por su cortesía y gentileza, pero sus intenciones también eran pasar un tiempo de descanso junto a él, ya que gozaba demasiado de su presencia. Por lo cuál, ¿Qué mejor que un parque de cerezos, en dónde la tranquilidad de la cuál tanto disfrutan ambos reina?. Sin duda era una buena opción. Una vez que la pelinegra ya vestía sus prendas, desayunó unas tostadas y un jugo de naranja como bebestible. Finalmente, cepilló sus dientes por segunda vez y tomó una pequeña cartera de mano en la cuál sólo llevaba su aparato móvil y billetera. Ya estaba completamente lista pero debía salir de su hogar con cautela, puesto que justamente aquel día, era un completo caos.
[ . . . ]
Continuaba con su espera, atenta a ver un joven de alta estatura, cabello blanco y rojo apareciese, quiso pensar un poco y darle vueltas a un tema que la tenía algo intranquila. Su madre y su padre celebrarían su aniversario número 10, por lo que habría una gran fiesta en su hogar y era obligación presentarse. El problema no era ese, si no que la madre de la azabache le había puesto una regla; debía llegar con un chico a la fiesta. ¿Por qué?, fácil, es una mujer muy preocupada por dar buenas impresiones, y un joven cómo acompañante para su hija sería básicamente la última pieza del rompecabezas para parecer una familia perfecta. El segundo problema era que no podía ser un chico cualquiera, debía ser alguien que a primera vista provoque buenos comentarios. En el pálido rostro de la joven de ojos almendrados se reflejaba la preocupación, para intentar relajarse inhaló y exhaló un par de veces. Pensaba que la única persona que podría ayudarla era el joven con quién iba a encontrarse aquel día. A decir verdad, le apenaba demasiado pedirle un favor así a Todoroki, puesto que él era el único candidato que sería ideal para la petición de su madre. Era una fiesta de gala, por lo cuál la elegancia era escencial, algo que iba con el bicolor. Tampoco quería que éste pensara que ese día el objetivo de la reunión era ese, para nada. Su mayor anhelo era disfrutar de un lindo día junto a Shoto. Sin duda lo que su madre le había pedido era algo repentino, sin anticipación alguna.
《 ¿Qué debería hacer?. 》
Repentinamente, escuchó un maullido que la sacó de sus pensamientos, un gatito bastante pequeño se encontraba pidiendo un poco de cariño justo en el lugar que estaba al lado de ella, en la banca. Inmediatamente todo se fue al olvido, decidió que iba a pasar un buen día y ya en la tarde le preguntaría a su acompañante si podía concederle tal favor. En fin, observó al felino con ternura y comenzó a acariciar su pequeña cabeza con delicadeza. Sin haberlo notado, una sonrisa se hallaba dibujada en su rostro. Gracias a aquella pequeña criatura, había vuelto a relajarse.
Momo vale
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
|| Domingo ||
~> 5:57 am
-Para el bicolor el día comenzaba justo a esa hora, el primer ruido que logró oír al despertar fue el del molesto despertador que no paraba de sonar hasta ser desactivado. Era tan molesto pero a la vez era tan benefactor, ironía.
Tal y como era ya una rutina el joven de mirada inexpresiva al levantar de cama hizo lo de cada mañana, claro que antes de comenzar con lo de cada mañana primero tuvo que frotarse aproximadamente unas 20 veces los ojos y bostezar en varias ocasiones, era normal para alguien que recién despertaba.
Al abrir las persianas de su ventana tan pronto los rayos de sol que entraron al instante dejaron cegado por unos segundos al chico, debía acostumbrarse primero a la luz después de haber pasado tanto en oscuras.
Nuevamente tuvo que parpadear en varias ocasiones e ir abriendo sus ojos de a poco hasta lograr acostumbrarse.
Desde ese momento hasta aproximadamente dos horas el joven solo se dedicó a su aseo (cosas como ducharse, cepillarse, peinarse y demás)
Cada que realizaba alguna tarea miraba hacia el reloj que estaba empotrado sobre la pared, no quería ser impuntual en lo que podría llamar “su primera cita”.-
[Pequeño recuerdo],
— Ni siquiera se como llegar..
¿Qué ponerme?
-Era el propio bicolor pero horas antes del amanecer, para ser exactos el reloj marcaba la 1:17 am, la noche entera había sido de actividades para el chico que por si fuera poco se había dado la tarea de investigar un sobre las “citas” pues era poco lo que sabía sobre ellas, para ser honesto no recordaba haber tenido una anteriormente.
Así la noche entera paso leyendo sobre el término y algunos consejos en concreto, una noche entera viendo con detalle que podía y no hacer.-
|| Presente ||
~> 8:57 am
-Mientras más lo pensara más pronta estaba la hora para reunirse junto a la azabache.
¿Ella también la estaría pasando igual?
No lo sabía, pero era evidente que estaba algo emocionado.
Y para dar una buena impresión contaba con varios atuendos tendidos a lo largo de la cama, algunos más formales que otros.
Se detuvo a pensar un poco antes de elegir, llevando consigo una playera azul, un azul cristalino y un short blanco, tanto pensar para llevar un conjunto sencillo pero para ser francos el calor no le daba tantas opciones para elegir.
El pensó que en esa elección había llevado solo segundo pero cuando miró hacia el reloj quedó sorprendido, marcaba las 11:46 AM, llevo demasiado tiempo solo arreglándose y eso era exagerado, pero bueno, era una primera cita y mal no podría salir.
Tomó su móvil y revisó una vez más la dirección que habían acordado únicamente para asegurar, un muy largo suspiro salió de entre los labios del chico pues ahora si comenzaría el verdadero reto, de nuevo podía sonar exagerado pero para alguien tan poco sociable llevar una cita fuera de cualquier ámbito profesional ya era algo nuevo y complejo.
Para su buena fortuna en cuanto cerró los cerrojos de su casa un buen colectivo pasaba que lo dejaría justo en donde necesitaba.
Llevaba una imagen presentable, al menos en lo estuvo nada fallaba, apenas hubo subido pensó durante todo el camino como podría desempeñarse su cita y también algunas posibles alternativas, planeaba un poco la cosas pues el bicolor lo que menos quería era arruinarlo.-
~> 5:57 am
-Para el bicolor el día comenzaba justo a esa hora, el primer ruido que logró oír al despertar fue el del molesto despertador que no paraba de sonar hasta ser desactivado. Era tan molesto pero a la vez era tan benefactor, ironía.
Tal y como era ya una rutina el joven de mirada inexpresiva al levantar de cama hizo lo de cada mañana, claro que antes de comenzar con lo de cada mañana primero tuvo que frotarse aproximadamente unas 20 veces los ojos y bostezar en varias ocasiones, era normal para alguien que recién despertaba.
Al abrir las persianas de su ventana tan pronto los rayos de sol que entraron al instante dejaron cegado por unos segundos al chico, debía acostumbrarse primero a la luz después de haber pasado tanto en oscuras.
Nuevamente tuvo que parpadear en varias ocasiones e ir abriendo sus ojos de a poco hasta lograr acostumbrarse.
Desde ese momento hasta aproximadamente dos horas el joven solo se dedicó a su aseo (cosas como ducharse, cepillarse, peinarse y demás)
Cada que realizaba alguna tarea miraba hacia el reloj que estaba empotrado sobre la pared, no quería ser impuntual en lo que podría llamar “su primera cita”.-
[Pequeño recuerdo],
— Ni siquiera se como llegar..
¿Qué ponerme?
-Era el propio bicolor pero horas antes del amanecer, para ser exactos el reloj marcaba la 1:17 am, la noche entera había sido de actividades para el chico que por si fuera poco se había dado la tarea de investigar un sobre las “citas” pues era poco lo que sabía sobre ellas, para ser honesto no recordaba haber tenido una anteriormente.
Así la noche entera paso leyendo sobre el término y algunos consejos en concreto, una noche entera viendo con detalle que podía y no hacer.-
|| Presente ||
~> 8:57 am
-Mientras más lo pensara más pronta estaba la hora para reunirse junto a la azabache.
¿Ella también la estaría pasando igual?
No lo sabía, pero era evidente que estaba algo emocionado.
Y para dar una buena impresión contaba con varios atuendos tendidos a lo largo de la cama, algunos más formales que otros.
Se detuvo a pensar un poco antes de elegir, llevando consigo una playera azul, un azul cristalino y un short blanco, tanto pensar para llevar un conjunto sencillo pero para ser francos el calor no le daba tantas opciones para elegir.
El pensó que en esa elección había llevado solo segundo pero cuando miró hacia el reloj quedó sorprendido, marcaba las 11:46 AM, llevo demasiado tiempo solo arreglándose y eso era exagerado, pero bueno, era una primera cita y mal no podría salir.
Tomó su móvil y revisó una vez más la dirección que habían acordado únicamente para asegurar, un muy largo suspiro salió de entre los labios del chico pues ahora si comenzaría el verdadero reto, de nuevo podía sonar exagerado pero para alguien tan poco sociable llevar una cita fuera de cualquier ámbito profesional ya era algo nuevo y complejo.
Para su buena fortuna en cuanto cerró los cerrojos de su casa un buen colectivo pasaba que lo dejaría justo en donde necesitaba.
Llevaba una imagen presentable, al menos en lo estuvo nada fallaba, apenas hubo subido pensó durante todo el camino como podría desempeñarse su cita y también algunas posibles alternativas, planeaba un poco la cosas pues el bicolor lo que menos quería era arruinarlo.-
Daniel Todoroki
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
Mientras acariciaba el suave pelaje del felino color blanco con manchas negras distribuidas al azar por su cuerpo, comenzó a pensar en lo que seguiría al encontrarse con el joven de ojos heterocromaticos. Tan sólo imaginarlo le provocaba cosquillas y ansias, realmente estaba nerviosa por lo que podría suceder. ¿Y si algún comentario tonto se le escapaba? ¿Y sí hacía incomodar al chico?. Inevitablemente un corto suspiro se escapó de sus labios, no estaba exagerando, debía velar para que todo saliera bien, de alguna forma simplemente quería hacer felíz a Shoto en ese día que era especial por el simple hecho de que sería su primer encuentro con él fuera de clases.
Apartó su mano del cuerpo del animal para tocar su pecho, repentinamente su pulso había comenzado a acelerarse tras pensar en todo. Las personas que transitaban por el parque en su mayoría eran parejas jovenes, casi todos se le quedaban viendo ya que desde hace un rato que estaba sentada en aquella banca que se encontraba a la entrada de dichoso parque, de seguro pensaban que había tomado muchas precauciones al estar allí desde tan temprano, pobre chica. Al notar cómo sucedía eso, sus mejillas comenzaron a tomar un tono levemente rojizo.
《 ¿Por qué estás personas se me quedan mirando? Que vergüenza. . . ¿Tendré algo en el rostro?. 》
Desvío la mirada en dirección al pequeño gatito pero hasta ahora, recién había caído en la cuenta de que se había marchado. Acomodó un mechon de cabello que le incomodaba y decidió por abandonar la banca, levantándose así y buscando una zona en especial para poder esperar de pie al bicolor. Divisó uno de los muchos árboles de pétalos color rosa pastel a tan solo unos pasos de ella y decidió por caminar hasta dónde se encontraba. Bajo dicho árbol habían muchas flores que cayeron por culpa de la brisa que corría, la cuál era cálida debido a qué el clima era soleado, a la azabache le fascinaban los días así, le transmitian felicidad, de alguna forma. Para finalizar, apoyó su cuerpo en en tronco y decidió esperar ahí, de pie con una pequeña sonrisa. Sus mejillas aún se mantenían ruborizadas, sólo la hacían ver más hermosa de lo que ya era.
Apartó su mano del cuerpo del animal para tocar su pecho, repentinamente su pulso había comenzado a acelerarse tras pensar en todo. Las personas que transitaban por el parque en su mayoría eran parejas jovenes, casi todos se le quedaban viendo ya que desde hace un rato que estaba sentada en aquella banca que se encontraba a la entrada de dichoso parque, de seguro pensaban que había tomado muchas precauciones al estar allí desde tan temprano, pobre chica. Al notar cómo sucedía eso, sus mejillas comenzaron a tomar un tono levemente rojizo.
《 ¿Por qué estás personas se me quedan mirando? Que vergüenza. . . ¿Tendré algo en el rostro?. 》
Desvío la mirada en dirección al pequeño gatito pero hasta ahora, recién había caído en la cuenta de que se había marchado. Acomodó un mechon de cabello que le incomodaba y decidió por abandonar la banca, levantándose así y buscando una zona en especial para poder esperar de pie al bicolor. Divisó uno de los muchos árboles de pétalos color rosa pastel a tan solo unos pasos de ella y decidió por caminar hasta dónde se encontraba. Bajo dicho árbol habían muchas flores que cayeron por culpa de la brisa que corría, la cuál era cálida debido a qué el clima era soleado, a la azabache le fascinaban los días así, le transmitian felicidad, de alguna forma. Para finalizar, apoyó su cuerpo en en tronco y decidió esperar ahí, de pie con una pequeña sonrisa. Sus mejillas aún se mantenían ruborizadas, sólo la hacían ver más hermosa de lo que ya era.
Momo vale
Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
-Después de pensar tanto y tanto el camino había terminado siendo demasiado corto.
Por segundos se descuidó del tiempo y solo se centró en pensarlo todo.
A como fuera había llegado a su destino y ya solo le quedaba ver a la azabache.
El lugar tenía un tumulto de personas por donde lo vieras, sobre las aceras tomándose tomándose fotos o cerca de los fuentes dialogando entre ellas.
Era difícil poder ver a a la pequeña Momo entre tantas personas.
Por más que conocía a perfección como era ella, su físico en contrato no lograba verla por ningún lado, eso le fastidiaba un poco.
Y estando de pie mirando a todos lados no lograría verla.-
— ¿Donde puedes estar?
Debimos ser más específicos cuando acordamos vernos aquí.
Voy a ..
-Resignado a encontrarla de forma fácil avanzó hacia los hermosos árboles de cerezos que adoraban todo el recorrido buscando un poco de sombra y tomó su móvil para buscar el número telefónico de la azabache, pensaba llamarla pues no imaginaba como encontrarla de otra forma.
El reloj ya marcaba las 12:30 PM, si continuaba perdiendo tiempo solo ganaría llegar tarde a la cita, y eso si sería un mal punto para el.
Estuvo a nada de marcar pero la ironía llegaba de nuevo al bicolor pues cuando más se esforzó por encontrarla solo no lo logró, más cuando pensaba mejor llamarle diviso a cierta distancia una silueta muy similar a la de la azabache.
Lo más seguro es que fuera ella así que antes de perderla de vista guardó su móvil y mejor camino hacia ella.
Caminaba con prisas pues quería llegar muy pronto a ella, estaba a nada de poder tocarla pero había caído en cuenta sobre algo.
Estaba llegando con las manos vacías, y según lo que había leído la noche anterior llegar con un presente a las citas sumaba demasiados puntos.
Afortunadamente para él estaba llegando a espaldas de la chica y para nada había logrado verlo.
En ese momento volteó para ambos lados buscando alternativas de obsequios.
Pero cerca no había más que turistas del lugar, vendedores de alimentos y.. ¡flores!
Eso sería magnífico para regalar, ahora se encaminó hacia quien llevaba un sin fin de ramos y buscó entre ellos uno que destacara.
En ese momento lo que más recordaba de la azabache más que sus ojos o sonrisa fueron sus labios, por eso terminó comprando unas rosas que le recordaban mucho el color de estos.
¡Ahora si que estaba muy listo! Tan solo dio unos arreglos a su ropa y fue directo a ella, ahora si sin nada que lo detuviera.
Se la jugó por una típica broma tocando el hombro izquierdo de la delgada chica y terminando por asomar en la derecha.
Después de haber tocado solo para distraer guardó ambas manos detrás de él, por tanto el hermoso ramo quedaba escondido a sus espaldas.-
— ¿Llevas mucho esperando?
Por segundos se descuidó del tiempo y solo se centró en pensarlo todo.
A como fuera había llegado a su destino y ya solo le quedaba ver a la azabache.
El lugar tenía un tumulto de personas por donde lo vieras, sobre las aceras tomándose tomándose fotos o cerca de los fuentes dialogando entre ellas.
Era difícil poder ver a a la pequeña Momo entre tantas personas.
Por más que conocía a perfección como era ella, su físico en contrato no lograba verla por ningún lado, eso le fastidiaba un poco.
Y estando de pie mirando a todos lados no lograría verla.-
— ¿Donde puedes estar?
Debimos ser más específicos cuando acordamos vernos aquí.
Voy a ..
-Resignado a encontrarla de forma fácil avanzó hacia los hermosos árboles de cerezos que adoraban todo el recorrido buscando un poco de sombra y tomó su móvil para buscar el número telefónico de la azabache, pensaba llamarla pues no imaginaba como encontrarla de otra forma.
El reloj ya marcaba las 12:30 PM, si continuaba perdiendo tiempo solo ganaría llegar tarde a la cita, y eso si sería un mal punto para el.
Estuvo a nada de marcar pero la ironía llegaba de nuevo al bicolor pues cuando más se esforzó por encontrarla solo no lo logró, más cuando pensaba mejor llamarle diviso a cierta distancia una silueta muy similar a la de la azabache.
Lo más seguro es que fuera ella así que antes de perderla de vista guardó su móvil y mejor camino hacia ella.
Caminaba con prisas pues quería llegar muy pronto a ella, estaba a nada de poder tocarla pero había caído en cuenta sobre algo.
Estaba llegando con las manos vacías, y según lo que había leído la noche anterior llegar con un presente a las citas sumaba demasiados puntos.
Afortunadamente para él estaba llegando a espaldas de la chica y para nada había logrado verlo.
En ese momento volteó para ambos lados buscando alternativas de obsequios.
Pero cerca no había más que turistas del lugar, vendedores de alimentos y.. ¡flores!
Eso sería magnífico para regalar, ahora se encaminó hacia quien llevaba un sin fin de ramos y buscó entre ellos uno que destacara.
En ese momento lo que más recordaba de la azabache más que sus ojos o sonrisa fueron sus labios, por eso terminó comprando unas rosas que le recordaban mucho el color de estos.
¡Ahora si que estaba muy listo! Tan solo dio unos arreglos a su ropa y fue directo a ella, ahora si sin nada que lo detuviera.
Se la jugó por una típica broma tocando el hombro izquierdo de la delgada chica y terminando por asomar en la derecha.
Después de haber tocado solo para distraer guardó ambas manos detrás de él, por tanto el hermoso ramo quedaba escondido a sus espaldas.-
— ¿Llevas mucho esperando?
Daniel Todoroki
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
La brisa cada vez era más constante y cálida, para su suerte no era fuerte y por eso mismo transmitía mucha paz. Además de que en el ambiente se respiraba el hipnotizante aroma de las flores que provenían de todos los cerezos que habían, estaba repleto. Consigo también el aire tenia partículas de polen, por lo que de la nada a la inocente azabache comenzó a darle picazón en la nariz, provocando que diese un pequeño estornudo, similar al de un gatito. Sacudió la cabeza y repentinamente sintió un suave tacto en su hombro izquierdo, se giró para observar quién era pero no había nadie. De seguro era una broma. Pero ahí mismo, sorpresivamente escuchó una voz masculina que le era familiar, al mirar en la dirección que provenía pudo ver a la persona que esperaba; Shoto Todoroki. Soltó un par de carcajadas al caer en la cuenta de que fue presa de su pequeña broma y luego esbozó una gran sonrisa. Por alguna razón que desconocía sentía cómo si un millón de hormigas recorriesen su abdomen.
— ¡Hola Todoroki!.
Ah, no, no llevo mucho esperando~ . Quizá llegué algo temprano. —
Dió un paso adelante para verlo desde más cerca, hasta ahora no había notado que llevaba algo en las manos pero lo ocultaba, la curiosidad la invadió por lo qué no apartó la mirada de cierto objeto que tanto ocultaba el bicolor.
— ¿Uh? ¿Qué llevas ahí? —
Al hacer la pregunta inclinó levemente la cabeza hacía la izquierda mientras tocaba su mentón. ¿Era un obsequio para ella?, quizá se hacía muchas ilusiones pero de tan sólo imaginarlo sentía cómo su corazón comenzaba a latir con más rápidez. Miró a su alrededor y divisó unos cuántos carritos con comida y otros con flores a los costados del largo sendero que llevaba al final del parque. Era lo más vistoso del sitio, lo más visitado por parejas y familias. A todos los presentes se les veía muy felices, a tal punto de sólo escucharse risas por el lugar. De esa forma, era imposible mantener una expresión neutra sin tener una sonrisa dibujada en el rostro. Puede que parezca una tonta pero simplemente no podía dejar de sonreír. Al igual que todos los que se encontraban ahí, estaba felíz. Sintió cómo dentro de la cartera de mano que llevaba su celular vibraba por una notificación. Lo sacó para revisar y tenía un mensaje de su madre.
"Momo, recuerda lo de hoy a la noche. Tu padre está emocionado."
Soltó un leve suspiro de cansancio y dejó el aparato móvil en dónde estaba. Lo había olvidado por completo al ver que el joven había llegado. No respondió al mensaje y volvió a dirigirle toda su atención a Todoroki. En espera de saber que era lo que llevaba en sus manos.
— ¡Hola Todoroki!.
Ah, no, no llevo mucho esperando~ . Quizá llegué algo temprano. —
Dió un paso adelante para verlo desde más cerca, hasta ahora no había notado que llevaba algo en las manos pero lo ocultaba, la curiosidad la invadió por lo qué no apartó la mirada de cierto objeto que tanto ocultaba el bicolor.
— ¿Uh? ¿Qué llevas ahí? —
Al hacer la pregunta inclinó levemente la cabeza hacía la izquierda mientras tocaba su mentón. ¿Era un obsequio para ella?, quizá se hacía muchas ilusiones pero de tan sólo imaginarlo sentía cómo su corazón comenzaba a latir con más rápidez. Miró a su alrededor y divisó unos cuántos carritos con comida y otros con flores a los costados del largo sendero que llevaba al final del parque. Era lo más vistoso del sitio, lo más visitado por parejas y familias. A todos los presentes se les veía muy felices, a tal punto de sólo escucharse risas por el lugar. De esa forma, era imposible mantener una expresión neutra sin tener una sonrisa dibujada en el rostro. Puede que parezca una tonta pero simplemente no podía dejar de sonreír. Al igual que todos los que se encontraban ahí, estaba felíz. Sintió cómo dentro de la cartera de mano que llevaba su celular vibraba por una notificación. Lo sacó para revisar y tenía un mensaje de su madre.
"Momo, recuerda lo de hoy a la noche. Tu padre está emocionado."
Soltó un leve suspiro de cansancio y dejó el aparato móvil en dónde estaba. Lo había olvidado por completo al ver que el joven había llegado. No respondió al mensaje y volvió a dirigirle toda su atención a Todoroki. En espera de saber que era lo que llevaba en sus manos.
Momo vale
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
-Esa sonrisa por parte de la azabache significó mucho de comienzo para Shoto, pues con ese gesto sabía que “era un buen comienzo”.
De camino al lugar todo era presión para el bicolor, dudas de solo haría bien o no, pero solo bastó con tener a la chica frente a él y verla sonreír para que todas esas dudas se disiparan.
Cuando la propia chica avanzó hacia él su cuerpo sintió ese cosquilleo característico de cuando ella estaba junto a él, pudo sentir el dulce aroma de la azabache, pudo distinguirlo aún con el polen y además olores que circulaban por el lugar.
Tan dulce y envolvente, adictivo en todo sentido.
No sonreía pero sí que estaba muy cómodo junto a ella.
No olvidaba para nada lo del ramo, pero esperaba un poco para mostrárselo.
Lo escondía de la mejor forma detrás de él solo para darle más ansiedad a la azabache.
Todos a su alrededor la pasaban tan bien como ellos dos, pues se podían escuchar fuertes risas de fondo, ya sea por parejas felices o solo por niños jugando entre ellos.-
— ¿Todo está bien?
Créeme que es relajante saber que al menos llegues tiempo, es bueno. ¿No?
-¿Por qué había planteado la propuesta mera pregunta? Bueno, pues fue porque mientras aún se saludaban al parecer Momo había recibido algún mensaje, y ese suspiro daba mucho de que hablar.
No podía preguntar tan de lleno sobre el tema por eso pregunto e intento desviar el tema a la vez, pensó que posiblemente no era nada que le incumbiera.
A como fuera solo imploro que no fuera asunto grave y solo continuo con lo suyo.-
— Traje conmigo un obsequio.
No es algo enorme pero... me recordaron a ti.
-Fue hasta en ese instante que el hermoso ramo de flores salió de detrás de él.
Un aroma tan fresco, su color rosado que las hacía lucir tan dulces.
No era el mejor regalo pero las rosas eran sumamente hermosas, el albino no lo diría.
Pero si que pensó que eran tan hermosas como la propia Momo.
No era mucha la distancia así que solo tuvo que levantarlo un poco para acercarlo a ella y poderlo entregar.
No se había percatado, pero al parecer todas estas acciones habían llamado la atención de quienes caminaban cerca de ambos.
Los miraban con enormes sonrisas, sonrisas que hasta parecía de nostalgia.
Lo que más desconcertó a Shoto fue un susurro de entre tantas personas, susurró que en solo segundos puso las mejillas del bicolor con un ligero tono carmesí.-
~ “Seguro que le hizo una propuesta romántica”
De camino al lugar todo era presión para el bicolor, dudas de solo haría bien o no, pero solo bastó con tener a la chica frente a él y verla sonreír para que todas esas dudas se disiparan.
Cuando la propia chica avanzó hacia él su cuerpo sintió ese cosquilleo característico de cuando ella estaba junto a él, pudo sentir el dulce aroma de la azabache, pudo distinguirlo aún con el polen y además olores que circulaban por el lugar.
Tan dulce y envolvente, adictivo en todo sentido.
No sonreía pero sí que estaba muy cómodo junto a ella.
No olvidaba para nada lo del ramo, pero esperaba un poco para mostrárselo.
Lo escondía de la mejor forma detrás de él solo para darle más ansiedad a la azabache.
Todos a su alrededor la pasaban tan bien como ellos dos, pues se podían escuchar fuertes risas de fondo, ya sea por parejas felices o solo por niños jugando entre ellos.-
— ¿Todo está bien?
Créeme que es relajante saber que al menos llegues tiempo, es bueno. ¿No?
-¿Por qué había planteado la propuesta mera pregunta? Bueno, pues fue porque mientras aún se saludaban al parecer Momo había recibido algún mensaje, y ese suspiro daba mucho de que hablar.
No podía preguntar tan de lleno sobre el tema por eso pregunto e intento desviar el tema a la vez, pensó que posiblemente no era nada que le incumbiera.
A como fuera solo imploro que no fuera asunto grave y solo continuo con lo suyo.-
— Traje conmigo un obsequio.
No es algo enorme pero... me recordaron a ti.
-Fue hasta en ese instante que el hermoso ramo de flores salió de detrás de él.
Un aroma tan fresco, su color rosado que las hacía lucir tan dulces.
No era el mejor regalo pero las rosas eran sumamente hermosas, el albino no lo diría.
Pero si que pensó que eran tan hermosas como la propia Momo.
No era mucha la distancia así que solo tuvo que levantarlo un poco para acercarlo a ella y poderlo entregar.
No se había percatado, pero al parecer todas estas acciones habían llamado la atención de quienes caminaban cerca de ambos.
Los miraban con enormes sonrisas, sonrisas que hasta parecía de nostalgia.
Lo que más desconcertó a Shoto fue un susurro de entre tantas personas, susurró que en solo segundos puso las mejillas del bicolor con un ligero tono carmesí.-
~ “Seguro que le hizo una propuesta romántica”
Daniel Todoroki
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
Asintió ante su pregunta, agradeció la preocupación, a pesar de ser un joven que constantemente se le veía serio, inexpresivo, con ella era muy atento. No sabía si sería así con todo el mundo pero una parte de la azabache deseaba que fuese un trato especial que sólo le brinadaba a ella, un poco egoísta pero era sólo un mero deseo. Hace un tiempo que la chica de ojos almendrados había notado que sentía algún tipo de afecto por el joven que tenía en frente, uno que iba mucho más allá de ser compañeros de clase, conocidos. No temía sentir "cosas" para nada, no le daba miedo, pero si le costaba un poco reconocer que tipo de sentimientos invadían su ser. Por esto mismo pensó demasiado acerca del día de hoy, pensaba en si fue imprudente, en si no iba con ella el invitar a citas y demás. Normalmente era muy crítica y cuidadosa con sus palabras, acciones, etc. A pesar de todo, aquella salida que había planeado fue con el motivo principal de agradecer al bicolor el paseo y la cálida bienvenida que se le había sido brindada cuándo era nueva por la academia. Siendo esto cierto, a Momo se le había olvidado, ella estaba ahí únicamente para disfrutar y compartir más con Shoto. Para hacerse más cercanos y así poder olvidar el evento que le deparaba esa misma noche.
— Sí, no pasa nada. Y claro, si tenemos otra cita lo más probable es que llegue temprano como en esta ocasión, soy algo exagerada, supongo. —
Soltó una suave carcajada al terminar de hablar, esperaba repetir la salida en alguna otra instancia, quizá ir a un parque de diversiones, la playa o lugares en los cuales puedes descansar. No fue hasta que escuchó nuevamente la masculina voz de su contrario qué su expresión se volvió neutra, tenía los labios levemente abiertos por curiosidad ya que al fin el bicolor iba a mostrar que era lo que llevaba escondido en sus manos. Observó cada movimiento de sus manos, de su rostro, sus labios gesticulando las palabras, absolutamente todo. Quedó demasiado sorprendida, conmovida por el obsequio que yacía frente a ella, de las manos de Todoroki. Se veían alzadas unas hermosas flores de color rosado, exactamente rosas las cuáles desprendían un aroma dulce al punto de ser embriagadoras. Sin decir absolutamente nada, la azabache tapó su boca de la impresión, sus ojos negros brillaban y sus mejillas se habían vuelto de un tono un poco más rojizo del que ya eran normalmente. Una vez ya tuvo las flores entre sus brazos, sonrió ante el chico de ojos heterocromaticos, no sabía muy bien cómo podía agradecerle el gesto, su corazón latía con mucha rápidez y se sentía en las nubes. ¡Tierra llamando a Momo!
— T-Todoroki-san, muchas gracias, esto es bellísimo, no debiste molestarte. —
Estrechaba contra su pecho aquel regalo que se le había dado, ese rebosante ramo de flores ya se había convertido en un tesoro para Momo, deseaba mantenerlas en el mismo estado en el que se encontraban ahora para siempre, haría lo posible por darles el mejor trato y así cuidarlas por siempre. No podía despegar su mirada de las rosas, eran las más lindas que había visto en su vida. Pero para cuándo le dirigió su atención al joven que tenía en frente, notó que un pequeño rubor aparecía en sus mejillas mientras observaba sus alrededores, lo que llevo a la pelinegra a hacer lo mismo y ahí fue cuándo notó cómo las familias y parejas que pasaban a su lado los quedaban mirando con sonrisas en el rostro, murmurando entre sí comentarios como "Qué linda pareja, se ven tan tiernos", "Qué chico más dulce", etc.
《¿U-uh?. Oh, creen que somos pareja. . .》
Al instante su rostro se volvió rojo tal cuál tómate, estaba tan concentrada en el obsequio que no notó que claramente se veían como dos enamorados. Para no incomodar a Shoto con las constantes miradas y comentarios de las personas, decidió tomar su mano con mucha delicadeza y así llevarlo por el sendero, para comenzar con el recorrido. Sin duda alguna era un maravilloso día. Aquella sonrisa que llevaba la pelinegra en el rostro, difícilmente desaparecería.
— Los cerezos me traen mucha paz, ¿No lo crees así?, es el lugar perfecto para despejar los pensamientos y preocupaciones, por eso te cité acá. Creí que te gustaría. —
Su voz era muy suave y tranquila, al igual que su paso, qué era lento y calmado al lado del bicolor. Seguía sin soltar su mano, era cálida y realmente no quería dejar de sentir su tacto. Esperaba no incomodarlo pero tampoco sabía muy bien de dónde sacó la valentía de llevarlo de esa forma. Pero ¿Para que pensar en eso? Sólo había que dejar pasar todo. ¡Sería un grandioso día!.
— Sí, no pasa nada. Y claro, si tenemos otra cita lo más probable es que llegue temprano como en esta ocasión, soy algo exagerada, supongo. —
Soltó una suave carcajada al terminar de hablar, esperaba repetir la salida en alguna otra instancia, quizá ir a un parque de diversiones, la playa o lugares en los cuales puedes descansar. No fue hasta que escuchó nuevamente la masculina voz de su contrario qué su expresión se volvió neutra, tenía los labios levemente abiertos por curiosidad ya que al fin el bicolor iba a mostrar que era lo que llevaba escondido en sus manos. Observó cada movimiento de sus manos, de su rostro, sus labios gesticulando las palabras, absolutamente todo. Quedó demasiado sorprendida, conmovida por el obsequio que yacía frente a ella, de las manos de Todoroki. Se veían alzadas unas hermosas flores de color rosado, exactamente rosas las cuáles desprendían un aroma dulce al punto de ser embriagadoras. Sin decir absolutamente nada, la azabache tapó su boca de la impresión, sus ojos negros brillaban y sus mejillas se habían vuelto de un tono un poco más rojizo del que ya eran normalmente. Una vez ya tuvo las flores entre sus brazos, sonrió ante el chico de ojos heterocromaticos, no sabía muy bien cómo podía agradecerle el gesto, su corazón latía con mucha rápidez y se sentía en las nubes. ¡Tierra llamando a Momo!
— T-Todoroki-san, muchas gracias, esto es bellísimo, no debiste molestarte. —
Estrechaba contra su pecho aquel regalo que se le había dado, ese rebosante ramo de flores ya se había convertido en un tesoro para Momo, deseaba mantenerlas en el mismo estado en el que se encontraban ahora para siempre, haría lo posible por darles el mejor trato y así cuidarlas por siempre. No podía despegar su mirada de las rosas, eran las más lindas que había visto en su vida. Pero para cuándo le dirigió su atención al joven que tenía en frente, notó que un pequeño rubor aparecía en sus mejillas mientras observaba sus alrededores, lo que llevo a la pelinegra a hacer lo mismo y ahí fue cuándo notó cómo las familias y parejas que pasaban a su lado los quedaban mirando con sonrisas en el rostro, murmurando entre sí comentarios como "Qué linda pareja, se ven tan tiernos", "Qué chico más dulce", etc.
《¿U-uh?. Oh, creen que somos pareja. . .》
Al instante su rostro se volvió rojo tal cuál tómate, estaba tan concentrada en el obsequio que no notó que claramente se veían como dos enamorados. Para no incomodar a Shoto con las constantes miradas y comentarios de las personas, decidió tomar su mano con mucha delicadeza y así llevarlo por el sendero, para comenzar con el recorrido. Sin duda alguna era un maravilloso día. Aquella sonrisa que llevaba la pelinegra en el rostro, difícilmente desaparecería.
— Los cerezos me traen mucha paz, ¿No lo crees así?, es el lugar perfecto para despejar los pensamientos y preocupaciones, por eso te cité acá. Creí que te gustaría. —
Su voz era muy suave y tranquila, al igual que su paso, qué era lento y calmado al lado del bicolor. Seguía sin soltar su mano, era cálida y realmente no quería dejar de sentir su tacto. Esperaba no incomodarlo pero tampoco sabía muy bien de dónde sacó la valentía de llevarlo de esa forma. Pero ¿Para que pensar en eso? Sólo había que dejar pasar todo. ¡Sería un grandioso día!.
Momo vale
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
-Las rosas eran hermosas, el propio chico lo admitía, era increíble cuento lograban recordarle a quien tenía frente a él, casi igual de hermosas, claro estaba que Momo seguía siendo mejor.
Pero esto eran solo pensamientos inconscientes que para nada diría a ella, sonarían muy atrevidos y lo peor que podría hacer era incomodarla.
Los gestos que la azabache regalaban solo inspiraban ternura en todos los del alrededor, el ramo sobre sus manos, los cerezos, su dulce sonrisa todo esto en combinación tenía encantado tanto al bicolor como a quienes estaban sobre la cercanía.
No era nuevo el que el chico tuviera tantos problemas para socializar, así que cuando los susurros y miradas comenzaron a centrarse en ambos algo de incomodad llegó a él, no sabia exactamente qué hacer para librarse.
Miraba de reojo hacia sus alrededores, todo el lugar estaba rodeado de parejas, niños, familias y muchos de ellos estaban encantados con los jóvenes, pero no era igual para Shoto quien no sentía esas miradas cómodas.
Para bien del joven la azabache había encontrado una solución muy sencilla, pues en cuento tomó la mano del bicolor el mismo tan solo se dejó guiar, no importaba donde le bastaba con estar lejos de todas esas miradas.
— En el lugar se respira mucha paz, un así...
¿No te sientes extraña cuando tantas personas te ven?
Quiero ser un héroe, se que muchas personas me verán también.. pero no deja de ser un poco extraño...
-Para cuando menos lo noto Shoto había sentido ya mucha tranquilidad estando así con la azabache, su dedos ya se habían entrelazado con los de ella, ya caminaban tranquilamente tomados de la mano, como si fueran una dulce pareja.
Ya no habían miradas que lo molestaran, solo ellos dos.-
— {Caminar así es demasiado relajado ahora que lo pienso, ¿Por qué no lo había hecho antes?}
-No necesitaba seguir el plan que había pensado durante todo el camino, no debía caer en el mismo error que había cometido cuando la bienvenida, ahora solo dejaría que las cosas avanzaran naturalmente, así todo lo disfrutaría más.
De entre todo lo que había en el lugar algo llamó la atención de Shoto, parecía ser una plaza o algo similar, era llamativa y posiblemente sería el primer lugar que visitarían.
Así, aún teniendo firmemente tomada la mano de la azabache camino en dirección hacia ella, su mano era suave y delicada, también algo más pequeña a la de él así que encajaban a la perfección.-
— Ven, sígueme... este parece ser un buen lugar.
¿Te gustan los peluches?
Pero esto eran solo pensamientos inconscientes que para nada diría a ella, sonarían muy atrevidos y lo peor que podría hacer era incomodarla.
Los gestos que la azabache regalaban solo inspiraban ternura en todos los del alrededor, el ramo sobre sus manos, los cerezos, su dulce sonrisa todo esto en combinación tenía encantado tanto al bicolor como a quienes estaban sobre la cercanía.
No era nuevo el que el chico tuviera tantos problemas para socializar, así que cuando los susurros y miradas comenzaron a centrarse en ambos algo de incomodad llegó a él, no sabia exactamente qué hacer para librarse.
Miraba de reojo hacia sus alrededores, todo el lugar estaba rodeado de parejas, niños, familias y muchos de ellos estaban encantados con los jóvenes, pero no era igual para Shoto quien no sentía esas miradas cómodas.
Para bien del joven la azabache había encontrado una solución muy sencilla, pues en cuento tomó la mano del bicolor el mismo tan solo se dejó guiar, no importaba donde le bastaba con estar lejos de todas esas miradas.
— En el lugar se respira mucha paz, un así...
¿No te sientes extraña cuando tantas personas te ven?
Quiero ser un héroe, se que muchas personas me verán también.. pero no deja de ser un poco extraño...
-Para cuando menos lo noto Shoto había sentido ya mucha tranquilidad estando así con la azabache, su dedos ya se habían entrelazado con los de ella, ya caminaban tranquilamente tomados de la mano, como si fueran una dulce pareja.
Ya no habían miradas que lo molestaran, solo ellos dos.-
— {Caminar así es demasiado relajado ahora que lo pienso, ¿Por qué no lo había hecho antes?}
-No necesitaba seguir el plan que había pensado durante todo el camino, no debía caer en el mismo error que había cometido cuando la bienvenida, ahora solo dejaría que las cosas avanzaran naturalmente, así todo lo disfrutaría más.
De entre todo lo que había en el lugar algo llamó la atención de Shoto, parecía ser una plaza o algo similar, era llamativa y posiblemente sería el primer lugar que visitarían.
Así, aún teniendo firmemente tomada la mano de la azabache camino en dirección hacia ella, su mano era suave y delicada, también algo más pequeña a la de él así que encajaban a la perfección.-
— Ven, sígueme... este parece ser un buen lugar.
¿Te gustan los peluches?
Daniel Todoroki
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
Muchas veces se había preguntado sí ella era especial para Todoroki, inclusive sus amigas se lo repetían todo el tiempo pero la azabache, quién era presa de la inseguridad con muchísima facilidad, no quería creerlo. Pensaba que reconsiderarlo que sea, le llevaría muchos problemas. Hacerse ilusiones era lo peor que una persona podría hacer. Días antes de la cita, la misma pelinegra había tenido una conversación con una de sus amigas: Kyoka Jiro. Ya que para su desgracia no podían verse tan a menudo, debían contactarse mediante redes sociales. De esta forma, a través de mensajes mantuvieron una conversación sobre el tema. Lo importante es que Kyoka, en un punto de la conversación mencionó algo que a la azabache jamás se me olvidaría.
"Todoroki jamás aceptaría salir con otra chica. Sólo piénsalo, habla solamente contigo".
¿Realmente era así? Nunca lo pensó, pero podría ser cierto. De todas formas, imaginar una posibilidad de qué eso fuese cierto le provocaba cosquillas a Momo, tal y como si un ejército de hormigas hiciese un acuerdo para pasearse por su abdomen y hacerle cosquillas. Una sensación de calidez la invadió en cuánto recordó el comentario de su amiga. Quizá, podía ser posible. Incluso, ahora mismo se encontraba caminando con mucha calma al costado del mismísimo Shoto, y encima tomando su mano. Realmente parecían un par de tortolitos, en especial con Momo con las mejillas sonrosadas y un ramo de flores siendo estrechado con delicadeza contra su pecho. ¡Se veían cómo novios!. El silencio que existía entre ambos se vió interrumpido por el bicolor, quién hablaba en un tono muy pacífico.
— Claro, sólo que me da algo de miedo cometer un error y que luego las personas me juzguen por eso. Es decir, seremos héroes y se supone que debemos actuar bien, sin equivocaciones, para infundir confianza en las personas. —
Soltó un leve suspiro ante tal confesión, siendo una chica tan exigente consigo misma para ser perfecta, eso era una gran preocupación que de vez en cuándo se plasmaba en su mente por grandes intervalos de tiempo. Sin embargo, por esto mismo es qué llegaba a una sola conclusión: debía confiar en si misma. Es más, justo a su lado tenía al chico quién en una ocasión la ayudó con eso mismo, confió en ella y en su plan para poder ganarle a EraserHead, o también dicho, el profesor Aizawa. Fue en un exámen, en dónde Todoroki era su pareja para pasar éste. Desde ese momento fue que una admiración por el mismo nació en Momo, hasta que poco a poco fue convirtiéndose en afecto. Personalmente, pensaba que el chico que estaba a su lado era demasiado genial, tenía habilidad, seguridad de si mismo, era inteligente y fuerte. En definitiva confiaba plenamente en que se convertiría en el héroe número 1. Para cuándo terminó de hablar le dirigió la mirada a sus manos. No había notado el momento en el que sus dedos se habían entrelazado, parecía como un rompecabezas, sus manos encajaban a la perfección. El rubor de sus mejillas aumentó ligeramente, ¿Acaso era un sueño?. Era como sí todo acompañara la ocasión, el perfume del joven, los pétalos de color rosa cayendo sobre ellos al ritmo del viento, su lento caminar, era un escenario maravilloso. Sentía cómo si las personas que los rodeaban no existiesen, eran sólo Todoroki y Momo.
— Me gusta mucho pasar tiempo contigo, no recuerdo si ya lo mencioné, pero siento cómo sí todas mis preocupaciones desaparecieran, ¿Me hiciste un hechizo, Todoroki-san?. —
Rió con suavidad luego de hacer la pregunta, para así prestarle atención al bicolor quién al parecer tenía algo que decir. Es más, se le veía observando una especie de plaza, bastante linda, a decir verdad.
— ¿Uh?, Sí, ¡Me encantan los peluches!. —
"Todoroki jamás aceptaría salir con otra chica. Sólo piénsalo, habla solamente contigo".
¿Realmente era así? Nunca lo pensó, pero podría ser cierto. De todas formas, imaginar una posibilidad de qué eso fuese cierto le provocaba cosquillas a Momo, tal y como si un ejército de hormigas hiciese un acuerdo para pasearse por su abdomen y hacerle cosquillas. Una sensación de calidez la invadió en cuánto recordó el comentario de su amiga. Quizá, podía ser posible. Incluso, ahora mismo se encontraba caminando con mucha calma al costado del mismísimo Shoto, y encima tomando su mano. Realmente parecían un par de tortolitos, en especial con Momo con las mejillas sonrosadas y un ramo de flores siendo estrechado con delicadeza contra su pecho. ¡Se veían cómo novios!. El silencio que existía entre ambos se vió interrumpido por el bicolor, quién hablaba en un tono muy pacífico.
— Claro, sólo que me da algo de miedo cometer un error y que luego las personas me juzguen por eso. Es decir, seremos héroes y se supone que debemos actuar bien, sin equivocaciones, para infundir confianza en las personas. —
Soltó un leve suspiro ante tal confesión, siendo una chica tan exigente consigo misma para ser perfecta, eso era una gran preocupación que de vez en cuándo se plasmaba en su mente por grandes intervalos de tiempo. Sin embargo, por esto mismo es qué llegaba a una sola conclusión: debía confiar en si misma. Es más, justo a su lado tenía al chico quién en una ocasión la ayudó con eso mismo, confió en ella y en su plan para poder ganarle a EraserHead, o también dicho, el profesor Aizawa. Fue en un exámen, en dónde Todoroki era su pareja para pasar éste. Desde ese momento fue que una admiración por el mismo nació en Momo, hasta que poco a poco fue convirtiéndose en afecto. Personalmente, pensaba que el chico que estaba a su lado era demasiado genial, tenía habilidad, seguridad de si mismo, era inteligente y fuerte. En definitiva confiaba plenamente en que se convertiría en el héroe número 1. Para cuándo terminó de hablar le dirigió la mirada a sus manos. No había notado el momento en el que sus dedos se habían entrelazado, parecía como un rompecabezas, sus manos encajaban a la perfección. El rubor de sus mejillas aumentó ligeramente, ¿Acaso era un sueño?. Era como sí todo acompañara la ocasión, el perfume del joven, los pétalos de color rosa cayendo sobre ellos al ritmo del viento, su lento caminar, era un escenario maravilloso. Sentía cómo si las personas que los rodeaban no existiesen, eran sólo Todoroki y Momo.
— Me gusta mucho pasar tiempo contigo, no recuerdo si ya lo mencioné, pero siento cómo sí todas mis preocupaciones desaparecieran, ¿Me hiciste un hechizo, Todoroki-san?. —
Rió con suavidad luego de hacer la pregunta, para así prestarle atención al bicolor quién al parecer tenía algo que decir. Es más, se le veía observando una especie de plaza, bastante linda, a decir verdad.
— ¿Uh?, Sí, ¡Me encantan los peluches!. —
Momo vale
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
-Desde siempre esos problemas de seguridad habían existido en Momo, y aunque en sus momento el propio Shoto le había ayudado a superarlos parecía ser que aún conservaba algo de ese sentimiento en ella, a como fuera buscaría ayudarla a superarlos, pero tendría que buscar otro momento pues justo en ese el bicolor buscaba darle lindos momentos antes de algún regaño o simple llamada de atención.-
— Momo, tranquila.
Lo harás muy bien como héroe, no te equivocaras, y aún cuando lo hagas seguimos siendo humanos.
Solo esfuérzate sin preocupaciones, ¿si?
Te ganaras seguro su respeto y confianza, eres muy genial y como héroe lo serás más.
Anímate, deja de preocuparte tanto.
-Solo por ese momento con mucha suavidad Shoto soltó el “nudo” que había entre las manos de ambos chicos y subió la palma de su mano hasta la cabeza de Momo.
Suaves palmadas cayeron sobre ella, además de muy dóciles caricias para intentar relajarla.
Aún no era momento para ponerse denso, para ganarse el respeto y confianza de los demás antes debía tenerse confianza en uno mismo, por eso Shoto buscó la forma de calmar a Momo y que solo disfrutaran juntos del momento por el que pasaban.
Frente a ellos, esa enorme plaza que antes el bicolor había señalado contaba con algunas máquinas con variedad de regalos, entre ellos hermosos peluches, juguetes, anillos y aunque todo era claramente para jugar no dejaban de ser lindos para algún detalle.
Era gracioso pues Shoto estaba por prometer antes de siquiera saber si podría ganar algo, a como sea lo intentaría y con suerte podría conseguir lo que se propusiera, además no parecía ser tan difícil.-
— De todo lo que está ahí
¿Qué te gustaría tener?
Intentaré conseguirlo para ti, y no necesitas sentir pena. Solo dime que prefieres.
-La había parecido curioso una de las últimas frases dichas por la azabache, Shoto lanzando un hechizo a ella misma.
Por donde lo vieras eso no le cuadraba.
El único hechizo verdadero era la propia chica, quien tenía encantado al bicolor sin ningún esfuerzo.-
— Momo, tranquila.
Lo harás muy bien como héroe, no te equivocaras, y aún cuando lo hagas seguimos siendo humanos.
Solo esfuérzate sin preocupaciones, ¿si?
Te ganaras seguro su respeto y confianza, eres muy genial y como héroe lo serás más.
Anímate, deja de preocuparte tanto.
-Solo por ese momento con mucha suavidad Shoto soltó el “nudo” que había entre las manos de ambos chicos y subió la palma de su mano hasta la cabeza de Momo.
Suaves palmadas cayeron sobre ella, además de muy dóciles caricias para intentar relajarla.
Aún no era momento para ponerse denso, para ganarse el respeto y confianza de los demás antes debía tenerse confianza en uno mismo, por eso Shoto buscó la forma de calmar a Momo y que solo disfrutaran juntos del momento por el que pasaban.
Frente a ellos, esa enorme plaza que antes el bicolor había señalado contaba con algunas máquinas con variedad de regalos, entre ellos hermosos peluches, juguetes, anillos y aunque todo era claramente para jugar no dejaban de ser lindos para algún detalle.
Era gracioso pues Shoto estaba por prometer antes de siquiera saber si podría ganar algo, a como sea lo intentaría y con suerte podría conseguir lo que se propusiera, además no parecía ser tan difícil.-
— De todo lo que está ahí
¿Qué te gustaría tener?
Intentaré conseguirlo para ti, y no necesitas sentir pena. Solo dime que prefieres.
-La había parecido curioso una de las últimas frases dichas por la azabache, Shoto lanzando un hechizo a ella misma.
Por donde lo vieras eso no le cuadraba.
El único hechizo verdadero era la propia chica, quien tenía encantado al bicolor sin ningún esfuerzo.-
Daniel Todoroki
Re: Atardecer Rosáceo [Shoto Todoroki]
Toda su atención se posó en la expresión del bicolor mientras hablaba, parecía simplemente perfecto a los ojos de la azabache, su forma de mover los labios, el color de sus ojos, su brillante cabello que lo caracterizaba al ser de dos colores, y por último y no menos importante, su expresión tan serena que siempre llevaba consigo. ¿Qué le sucedía? Sin previo aviso fue que su corazón comenzó a acelerar su pulso, ¿Por qué?, ni siquiera había hecho algún esfuerzo físico. Parecía cómo si incluso su rostro estuviese más caliente, en especial la zona de sus mejillas, lo que indicaba que seguramente estaba sonrojada. ¡No entendía que pasaba!. Si ciertamente estaba pendiente de lo que era el rostro de su contrario, más importante era lo que decía, sus palabras las cuáles eran completamente motivadoras para la pelinegra. Recibir un consejo y a la vez elogio por parte de una persona a la cuál admiras era sin duda una de las mayores dichas del mundo. Momo, quién en esos momentos sentía cómo si su interior fuese llenado poco a poco palabra tras palabra, creía estar realmente más felíz de lo que ha estado en toda su vida. La misma chica, quién lleva la mayor parte del tiempo un semblante serio, ahora mismo era pura alegría y sonrisas. ¿Realmente era Momo Yaoyorozu la mujer que estaba ahí?. Una vez que los labios del chico se cerraron para así finalizar el pequeño discurso, fue que la azabache asintió con mucha emoción, jamás olvidaría esas palabras. Sin duda alguna se convertiría en una heroína admirable que recibiera elogios por los ciudadanos en el día a día, estaría orgullosa de su trabajo y de salvar personas. ¡Se esforzará mucho!.
— ¡Sí, me esforzaré mucho!, prometo convertirme en una heroína querida por los demás, sólo debo ser yo misma y esforzarme al máximo. Muchas gracias, Todoroki-san.—
Sin haberlo predecido, repentinamente sus cabellos tan negros cómo sus orbes, fueron acariciados con suavidad por Shoto. En ese momento se sintió cómo una niña, y a decir verdad no le era incómodo, al contrario. Deseaba tener la sensación que vivía en esos momentos en repetidas ocasiones, realmente era reconfortante. Una vez que volvieron a la posición anterior, fue que cambiaron de tema. A tan sólo unos pasos habían máquinas con peluches, comida, juguetes y variedad de objetos de ese estilo, incluso una que podía tomar caramelos pero, parecía inestable, había una trampa seguramente en cada una de ellas. De todas formas, a pesar de ser variado el contenido de las máquinas, en su mayoría se caracterizaban por tener peluches de distinto diseño y formas dentro, todos muy graciosos y tiernos. Si bien Momo no era muy fan de las cosas tiernas y los peluches, en ese momento anhelaba uno, uno que fuese el recuerdo físico de lo que vivió ese día. Un peluche que se pareciera o simbolizara en cierto modo a Todoroki no estaría mal, en realidad era emocionante la idea.
— Me gustaría un peluche que me recuerde a este día, busquemos uno que se parezca a tí, Todoroki-san. —
Soltó una suave carcajada una vez que terminó de hablar. Al pensar en algo que se pareciera al bicolor sólo podía atinar a un objeto que posea algo caliente y frío, o algo que fuese de dos colores, De todas formas, estaba segura de que encontraría algo ahí, habían muchas cosas.
— ¡Sí, me esforzaré mucho!, prometo convertirme en una heroína querida por los demás, sólo debo ser yo misma y esforzarme al máximo. Muchas gracias, Todoroki-san.—
Sin haberlo predecido, repentinamente sus cabellos tan negros cómo sus orbes, fueron acariciados con suavidad por Shoto. En ese momento se sintió cómo una niña, y a decir verdad no le era incómodo, al contrario. Deseaba tener la sensación que vivía en esos momentos en repetidas ocasiones, realmente era reconfortante. Una vez que volvieron a la posición anterior, fue que cambiaron de tema. A tan sólo unos pasos habían máquinas con peluches, comida, juguetes y variedad de objetos de ese estilo, incluso una que podía tomar caramelos pero, parecía inestable, había una trampa seguramente en cada una de ellas. De todas formas, a pesar de ser variado el contenido de las máquinas, en su mayoría se caracterizaban por tener peluches de distinto diseño y formas dentro, todos muy graciosos y tiernos. Si bien Momo no era muy fan de las cosas tiernas y los peluches, en ese momento anhelaba uno, uno que fuese el recuerdo físico de lo que vivió ese día. Un peluche que se pareciera o simbolizara en cierto modo a Todoroki no estaría mal, en realidad era emocionante la idea.
— Me gustaría un peluche que me recuerde a este día, busquemos uno que se parezca a tí, Todoroki-san. —
Soltó una suave carcajada una vez que terminó de hablar. Al pensar en algo que se pareciera al bicolor sólo podía atinar a un objeto que posea algo caliente y frío, o algo que fuese de dos colores, De todas formas, estaba segura de que encontraría algo ahí, habían muchas cosas.
Momo vale
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