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L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
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Suigintou
Lowell
Judai W.Kuriboh Alighieri
Jellal Fernandes
Momo vale
Ayana Shade
Juvia Lockser Patsy
Narrador fantasma
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Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
- Suplico sea usted quien me perdone. He sido yo quien ha intervenido a media conversación sin presentarse. Lo mismo para ti, Colt San. He sido algo impertinente y ni siquiera os he saludado -
Judai llevó entonces una mano a su nuca y soltó una pequeña risa llena de pena. Cuando se trataba de cordialidad, pocos había como el joven ángel. Ser siervo de un Dios tan estricto como aquel al que este servía no era algo que se tomase a la ligera, y cinco mil años dan muucho tiempo para pulir las habilidades sociales y el sentido del respeto. Así pues, el castaño inmediatamente realizó una reverencia a los presentes antes de proceder a la presentación que tan acostumbrado estaba a dar al lado de su feerica amiga.
- Mi nombre es Judai, Judai W. Kuriboh Alighieri. Si lo prefiere, Judai o Kuri está bien. Y esta de aquí es Lee, mi compañera de vida -
El hada se limitó a mostrar una dulce sonrisa y saludar en lenguaje de señas. Y es que bien sabido era por todo el que la conocía que ella era algo tímida cuando se trataba de gente nueva. Por si fuera poco, también estaba bastante ocupada maniobrando con el maná de su amo, y no era buena idea distraerse con algo tan delicado como la energía vital de un ser divino.
- No lo digo como excusa para mis malos modales, pero ver a Ayana con tan pesada aura luego de tan trágicos sucesos me preocupó bastante, así que no pude evitar acercarme cuanto antes -
- Parece que el gorro te aprieta la cabeza, Kuri ¿Y ese vocabulario tan formal de repente? -
El hada ahora si no pudo evitar echarse a reír. Siendo honestos, no recuerdo una sola vez que la pequeña cerúlea haya desperdiciado una oportunidad de burlarse de su maestro. Incluso rióse esta con tal intensidad, que se descuidó de su tarea un ínfimo instante. Pero con ese ínfimo instante era más que suficiente para diezmar el maná del castaño más rápido de lo normal, haciéndolo caer al suelo agotado al instante. La buena noticia es que al menos Ayana tendría energía de sobra por un buen rato (?)
- ¡¡Kuri Sama!! -
Apenas hubo terminado la transferencia de energía magica, el hada se acercó a su maestro, el cual yacía en el suelo extremadamente agotado, pero aún consiente por lo menos. Voló hasta el hombro del ángel inmediatamente, con el rostro bañado en preocupación y en pena por lo ocurrido.
- ¡Lo siento lo siento lo siento! Juro que no fue intencional... Sabes que no lo haría... -
- Jeje. Me las vas a pagar, enana. Pero tranquila, que sólo estoy cansado. Si de verdad lo sientes entonces traeme un pan en compensación -
El chico mostró una cálida sonrisa a su compañera y solo así esta pudo calmarse. Devolvió la sonrisa y tras hacer una reverencia salió corriendo a buscar algún bocadillo para su maestro. Entonces y sólo entonces, cuando húbose alejado lo suficiente la preocupada criatura, terminó de desmoronarse en el suelo el enviado de Dios, jadeando agitadamente y sudando frío. De hecho, cualquiera que lo viese, podría decir que estaba al borde del desmayo.
- Je... Espero que se tarde buscando... A-auch... -
Judai llevó entonces una mano a su nuca y soltó una pequeña risa llena de pena. Cuando se trataba de cordialidad, pocos había como el joven ángel. Ser siervo de un Dios tan estricto como aquel al que este servía no era algo que se tomase a la ligera, y cinco mil años dan muucho tiempo para pulir las habilidades sociales y el sentido del respeto. Así pues, el castaño inmediatamente realizó una reverencia a los presentes antes de proceder a la presentación que tan acostumbrado estaba a dar al lado de su feerica amiga.
- Mi nombre es Judai, Judai W. Kuriboh Alighieri. Si lo prefiere, Judai o Kuri está bien. Y esta de aquí es Lee, mi compañera de vida -
El hada se limitó a mostrar una dulce sonrisa y saludar en lenguaje de señas. Y es que bien sabido era por todo el que la conocía que ella era algo tímida cuando se trataba de gente nueva. Por si fuera poco, también estaba bastante ocupada maniobrando con el maná de su amo, y no era buena idea distraerse con algo tan delicado como la energía vital de un ser divino.
- No lo digo como excusa para mis malos modales, pero ver a Ayana con tan pesada aura luego de tan trágicos sucesos me preocupó bastante, así que no pude evitar acercarme cuanto antes -
- Parece que el gorro te aprieta la cabeza, Kuri ¿Y ese vocabulario tan formal de repente? -
El hada ahora si no pudo evitar echarse a reír. Siendo honestos, no recuerdo una sola vez que la pequeña cerúlea haya desperdiciado una oportunidad de burlarse de su maestro. Incluso rióse esta con tal intensidad, que se descuidó de su tarea un ínfimo instante. Pero con ese ínfimo instante era más que suficiente para diezmar el maná del castaño más rápido de lo normal, haciéndolo caer al suelo agotado al instante. La buena noticia es que al menos Ayana tendría energía de sobra por un buen rato (?)
- ¡¡Kuri Sama!! -
Apenas hubo terminado la transferencia de energía magica, el hada se acercó a su maestro, el cual yacía en el suelo extremadamente agotado, pero aún consiente por lo menos. Voló hasta el hombro del ángel inmediatamente, con el rostro bañado en preocupación y en pena por lo ocurrido.
- ¡Lo siento lo siento lo siento! Juro que no fue intencional... Sabes que no lo haría... -
- Jeje. Me las vas a pagar, enana. Pero tranquila, que sólo estoy cansado. Si de verdad lo sientes entonces traeme un pan en compensación -
El chico mostró una cálida sonrisa a su compañera y solo así esta pudo calmarse. Devolvió la sonrisa y tras hacer una reverencia salió corriendo a buscar algún bocadillo para su maestro. Entonces y sólo entonces, cuando húbose alejado lo suficiente la preocupada criatura, terminó de desmoronarse en el suelo el enviado de Dios, jadeando agitadamente y sudando frío. De hecho, cualquiera que lo viese, podría decir que estaba al borde del desmayo.
- Je... Espero que se tarde buscando... A-auch... -
Judai W.Kuriboh Alighieri
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Tras los fuertes eventos ocurridos hasta hace unas semanas atrás, finalmente Legacy y sus alumnos decidieron por festejar a grandes rasgos la llamada "victoria" ¿Realmente lo era?. Ciertamente, La azabache y muchos de sus compañeros lucharon y arriesgaron sus vidas para así derrotar a la vil mujer que tenía bajo su poder a una de las profesoras, Ayana Shade, controlada con sus sucios trucos y poderes. Gracias a las fuerzad de todos, al sudor, a las gotas de sangre derramadas, al esfuerzo físico, pudieron rescatarla y así cumplir con el objetivo de su misión. Esa sería la historia de un héroe, claro que así sería. Pero, ¿Qué ocurría, en detalles?. Yuno, quién brindó ayuda a todos decidió por acabar con su vida, con tal de ganar la batalla. No era algo simple, una persona había desaparecido para siempre de la faz de la tierra. Si bien la azabache no contaba con la información suficiente sobre Merak y sus estudiantes, si que sabía sobre su aporte en la batalla, y tal cuál, lo que sucedió luego de aquel acontecimiento que marcó a muchos. Merak quedó completamente destruido, hecho ruinas, mientras que su gente se encontraba con lesiones tanto leves como graves. Aquella aspirante a heroína nunca podría descansar en paz teniendo en cuenta las consecuencias de la batalla. Jamás. Para su suerte, en ella no quedaron heridas grandes más que unos rasguños y cortadas en diferentes zonas de su cuerpo pero, ¿Qué iba a suceder con los de Merak?.
11:30PM
Tras un largo día de gran preparación y duda, finalmente decidió por asistir a dicha fiesta de gala en la cuál asistiría la gente de Legacy. Luego de la guerra, Momo no pudo pegar una pestaña durante dos noches, sintiendo una culpa inexplicable hacía su persona, cómo si ella hubiese sido la responsable de los heridos. Incluso llegó al punto de tener pesadillas con el tema, siendo que la realidad pintaba todo lo opuesto, la pelinegra de ojos almendrados ya se había convertido en una heroína, ya había estado en pelea, ya había recibido ataques y había sido presa del pánico y la adrenalina. Completamente sola en su habitación, yacía la azabache de pie frente a un espejo de cuerpo completo que la reflejaba, que reflejaba su hermoso rostro, brillante y tranquilo cómo siempre. Ya estaba completamente lista para la ocasión, su liso cabello se encontraba tomado en un rodete, en la parte inferior de su cabeza, peinado de una forma perfecta, sin ningún cabello sobrando más que el típico mechón que deja caer sobre el costado de su rostro. No menos importante, su vestido era de color carmesí y negro, con tonos rojizos pero más oscuros. La forma del mismo era cómo los de las epocas medievales, en dónde lástima mujeres usaban corsés para resaltar sus curvas y pechos, así levantando estos mismos. Las fina tela era demasiado cómoda, cubriendo su cuerpo y haciéndola ver como una dama.
Finalmente en sus pies calzó unos zapatos elegantes que eran de color negro con una plataforma de aproximadamente unos 8 centímetros, realmente no necesitaba verse tan alta ya que por naturaleza lo era. Ya estaba completamente disponible para marcharse y presentarse en la fiesta, un poco tarde, se extraña de ella pero pensó mucho sobre si realmente debía asistir. Así fue cómo procedió a tomar su cartera de mano que combinaba con su vestido, para hablar un poco consigo misma e irse.
[ . . . ]
Sus tacos resonaban contra las lustradas y brillantes baldosas del lugar, se veían a meseros caminando de aquí para allá, a gente interactuando, otras que no hacían nada más que sentarse a descansar un rato, todos estaban en lo suyo. Le extrañaba el hecho de que dichos meseros ya mencionados, eran las mismas criaturas con quiénes se habia dado batalla antes, ¿Qué hacían ahí?, no tenía ni la menor idea pero, ahí estaban. Algo incómoda y nerviosa por no divisar alguna figura conocida, decidió por caminar a un sitio más despejado, más tranquilo, lejos del constante sonido. Soltó un suspiro pesado, así liberando toda la tensión, muy necesario ya que podía sentir sus labios apretados gracias a los nervios. Una vez que se encontró con una paz completa, pudo sentarse sobre una banca de madera barnizada, sola. Sin mucho que hacer, se dignó a mirar a sus alrededores mientras tocaba la fina y suave tela de sus prendas, de alguna forma era reconfortante.
《¿Por qué aún no veo a nadie conocido? ¿Habré entrado por una puerta equivocada?》.
11:30PM
Tras un largo día de gran preparación y duda, finalmente decidió por asistir a dicha fiesta de gala en la cuál asistiría la gente de Legacy. Luego de la guerra, Momo no pudo pegar una pestaña durante dos noches, sintiendo una culpa inexplicable hacía su persona, cómo si ella hubiese sido la responsable de los heridos. Incluso llegó al punto de tener pesadillas con el tema, siendo que la realidad pintaba todo lo opuesto, la pelinegra de ojos almendrados ya se había convertido en una heroína, ya había estado en pelea, ya había recibido ataques y había sido presa del pánico y la adrenalina. Completamente sola en su habitación, yacía la azabache de pie frente a un espejo de cuerpo completo que la reflejaba, que reflejaba su hermoso rostro, brillante y tranquilo cómo siempre. Ya estaba completamente lista para la ocasión, su liso cabello se encontraba tomado en un rodete, en la parte inferior de su cabeza, peinado de una forma perfecta, sin ningún cabello sobrando más que el típico mechón que deja caer sobre el costado de su rostro. No menos importante, su vestido era de color carmesí y negro, con tonos rojizos pero más oscuros. La forma del mismo era cómo los de las epocas medievales, en dónde lástima mujeres usaban corsés para resaltar sus curvas y pechos, así levantando estos mismos. Las fina tela era demasiado cómoda, cubriendo su cuerpo y haciéndola ver como una dama.
Finalmente en sus pies calzó unos zapatos elegantes que eran de color negro con una plataforma de aproximadamente unos 8 centímetros, realmente no necesitaba verse tan alta ya que por naturaleza lo era. Ya estaba completamente disponible para marcharse y presentarse en la fiesta, un poco tarde, se extraña de ella pero pensó mucho sobre si realmente debía asistir. Así fue cómo procedió a tomar su cartera de mano que combinaba con su vestido, para hablar un poco consigo misma e irse.
[ . . . ]
Sus tacos resonaban contra las lustradas y brillantes baldosas del lugar, se veían a meseros caminando de aquí para allá, a gente interactuando, otras que no hacían nada más que sentarse a descansar un rato, todos estaban en lo suyo. Le extrañaba el hecho de que dichos meseros ya mencionados, eran las mismas criaturas con quiénes se habia dado batalla antes, ¿Qué hacían ahí?, no tenía ni la menor idea pero, ahí estaban. Algo incómoda y nerviosa por no divisar alguna figura conocida, decidió por caminar a un sitio más despejado, más tranquilo, lejos del constante sonido. Soltó un suspiro pesado, así liberando toda la tensión, muy necesario ya que podía sentir sus labios apretados gracias a los nervios. Una vez que se encontró con una paz completa, pudo sentarse sobre una banca de madera barnizada, sola. Sin mucho que hacer, se dignó a mirar a sus alrededores mientras tocaba la fina y suave tela de sus prendas, de alguna forma era reconfortante.
《¿Por qué aún no veo a nadie conocido? ¿Habré entrado por una puerta equivocada?》.
Momo vale
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Era algo trágico aquellas palabras por partes de sus compañeros era muy cierto lo que comentaba la rubia se limitó hablarles o detenerlos Lágrimas cayendo por una mejilla, sonrisas ahogadas, promesas rotas, sueños destruidos, y palabras... palabras como puñales clavados en el corazón. Era como se sentía realmente esas emociones, sentimientos le confundía que era lo que le sucedía había cambiado su manera de ¿pensar? Se había vuelto alguien más como si fuese una chica normal y corriente un ser humano que sentía podía tener sentimientos humanos como Una farola a medio apagarse ilumina el rostro joven de la rubia de cabello dorado, su rostro mostraba ¿tristeza?. Un dolor que salía de sus ojos de color del mar tormentoso, era tal su tristeza que ni la luz más bella podría con ello. Cerró sus ojos llevando aquella copa de cristal a su boca tomándola sin dejar ni una sola gota. La rubia pensaba irse por su cuenta esta fue detenida por aquellas palabras de aquel joven desconocido que no había visto antes nunca se le quedaba viéndolo directamente no sería descortés con el nuevo alumno como lo hicieron sus demás compañero caballerosamente correspondía a su saludo después de todo fue el único capaz de acercársele.
—Es un gusto ? Soy Arturia…..Arturia Pendragon
Musito relajando sus hombros le pesaba de alguna manera no se encontraba muy cómoda el ambiente pesado recaí sobre Yokohama sobre todo los alumnos ninguno saldría libre tan fácilmente por aquello que se acercaba cada vez más durante pasaba las horas.
—buen comportamiento, cooperativa e intento entender y ayudar a la gente que la rodea, te ha molestado las palabras de aquella alumna en cierto modo la entiendo…. No confío en nadie, pues todos en el mundo son hipócritas y no muestran su verdadero "yo" por miedo a ser rechazados por la sociedad, pero no puedo criticar ya que yo tampoco muestro mi verdadera forma de ser, aunque yo en el fondo sé y siento que me ahogo en mis propias dudas...
—Es un gusto ? Soy Arturia…..Arturia Pendragon
Musito relajando sus hombros le pesaba de alguna manera no se encontraba muy cómoda el ambiente pesado recaí sobre Yokohama sobre todo los alumnos ninguno saldría libre tan fácilmente por aquello que se acercaba cada vez más durante pasaba las horas.
—buen comportamiento, cooperativa e intento entender y ayudar a la gente que la rodea, te ha molestado las palabras de aquella alumna en cierto modo la entiendo…. No confío en nadie, pues todos en el mundo son hipócritas y no muestran su verdadero "yo" por miedo a ser rechazados por la sociedad, pero no puedo criticar ya que yo tampoco muestro mi verdadera forma de ser, aunque yo en el fondo sé y siento que me ahogo en mis propias dudas...
Arturia Pendragon
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Se sentía cálida y protegida en los brazos de Erik, que no le guardara rencor la dejaba tranquila y asintió debido a que fue incapaz de pronunciar alguna palabra por sus sollozos, tenía un nudo en la garganta, abrazó con firmeza a su contrario, anhelaba estar junto a él otra vez, pero sobre todo, estaba feliz de que estuviese a salvo.
Parpadea sorprendida por la respuesta. — ¿Realmente no está molesto con Juvia? — secó sus lágrimas con el dorso de su mano. — Juvia también está desconcertada, Legacy ha sido cruel… por primera vez fuimos aliados, capaces de trabajar juntos, de pelear por un mismo objetivo. En verdad, Juvia lo siente… — agachó la cabeza pero Erik tomó su mentón, se miraron unos segundos, el semblante de Juvia era de culpa, aunque ella no tuvo mucho que ver en eso.
Fue poco después cuando sus labios hicieron contacto en un beso, por fin pudo sentir esos labios que tanto deseaba, no le importaba que alguien los viera, no le importaba si era de Merak, lo amaba y él era lo más especial para ella.
Se separó poco después, esbozó una sonrisa y acarició la mejilla de Erik, su piel estaba fría.
— Vayamos a un sitio más cálido. — tomó la mano del pelirrojo y le invitaba a que la siguiera.
Pasaron por los jardines de la Academia hasta una de las puertas que era la entrada a la reunión, no la principal, pero si daba a la fiesta. Su piel comenzaba a reaccionar al frio, tembló ligeramente, al menos podían resguardarse detrás de aquella puerta.
Apretó con firmeza la mano de su amado. No sabría que pasaría si alguien se diera cuenta de la presencia del Merakino, pero que mas daba, no tenían derecho de ponerse hostiles con él, y si alguien lo hacía, ella lo defendería.
Parpadea sorprendida por la respuesta. — ¿Realmente no está molesto con Juvia? — secó sus lágrimas con el dorso de su mano. — Juvia también está desconcertada, Legacy ha sido cruel… por primera vez fuimos aliados, capaces de trabajar juntos, de pelear por un mismo objetivo. En verdad, Juvia lo siente… — agachó la cabeza pero Erik tomó su mentón, se miraron unos segundos, el semblante de Juvia era de culpa, aunque ella no tuvo mucho que ver en eso.
Fue poco después cuando sus labios hicieron contacto en un beso, por fin pudo sentir esos labios que tanto deseaba, no le importaba que alguien los viera, no le importaba si era de Merak, lo amaba y él era lo más especial para ella.
Se separó poco después, esbozó una sonrisa y acarició la mejilla de Erik, su piel estaba fría.
— Vayamos a un sitio más cálido. — tomó la mano del pelirrojo y le invitaba a que la siguiera.
Pasaron por los jardines de la Academia hasta una de las puertas que era la entrada a la reunión, no la principal, pero si daba a la fiesta. Su piel comenzaba a reaccionar al frio, tembló ligeramente, al menos podían resguardarse detrás de aquella puerta.
Apretó con firmeza la mano de su amado. No sabría que pasaría si alguien se diera cuenta de la presencia del Merakino, pero que mas daba, no tenían derecho de ponerse hostiles con él, y si alguien lo hacía, ella lo defendería.
Juvia Lockser Patsy
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
— ¿En serio tenemos que regañar a los que están felices de vivir un día más? — Jellal irrumpió en el ambiente, vestido de un terno azul y una corbata negra. Se acercó lentamente a Momo y cubrió con uno de sus brazos. Acto seguido, miró hacia arriba y se encontró con una enorme aurora boreal que serpenteaba tétricamente sobre la academia. Habían algunos, y los otros quién sabe. Había sido un día muy duro para todos.
— He visto cómo los de Merak masacraban a las pobres personas. Ayudarles significará hacerlos volver a sus fechorías. He intentado redimir a algunos y es imposible, — comentó mientras se acercaba a la parte central. Su voz era calmada pero había un dejo triste en cada vocal que resonaba de sus labios. Ciertamente, Jellal era un hombre que ya había visto demasiado. — Los de Merak volverán a cometer sus crímenes. Aunque terminaron salvando el mundo, ellos lucharon para salvar su propio pellejo. No era una lucha de bien versus mal. Siempre fue una lucha de mal versus mal, y nosotros debemos velar por la gente. Nosotros debemos ayudar a los humanos, — comentó y caminó lentamente hacia Ayana que estaba en una posición algo rara y en trance. ¿Qué será lo que estaba haciendo?
— Comprendo que quieran ayudar a los de Merak por salvar el mundo. Estoy de acuerdo con ustedes en que no hay nada que celebrar... — carraspeó y prosiguió con su discurso. En su mente surgieron un remolino de pensamientos en los que Erza fallecía y era aplastada por ese maldito gigante. — Pero si vamos a ayudar a alguien que sea a la pobre gente de Yokohama. No es momento para apuntar con el dedo... todos tenemos nuestros pecados. Lo importante ahora es permanecer unidos, — señaló y tosió de nuevo. Aunque sus heridas se habían sanado, le dolían bastante el hecho y tenía una tos brutal. Se acercó a Arturia y le acarició su hombro.
Contó a los espectadores: Judai, Ayana, Colt, un tipo que seguramente debía ser su servant, Erik, Momo, Juvia, Arturia y alguien más que no reconocía. Ahora quedaba a un metro en donde estaba Ayana la cual proyectaba un halo al cenit. Se acercó más a Judai abrazó tanto a él como Arturia formando un semicírculo. Eran familia. La familia siempre debe permanecer unida.
— He visto cómo los de Merak masacraban a las pobres personas. Ayudarles significará hacerlos volver a sus fechorías. He intentado redimir a algunos y es imposible, — comentó mientras se acercaba a la parte central. Su voz era calmada pero había un dejo triste en cada vocal que resonaba de sus labios. Ciertamente, Jellal era un hombre que ya había visto demasiado. — Los de Merak volverán a cometer sus crímenes. Aunque terminaron salvando el mundo, ellos lucharon para salvar su propio pellejo. No era una lucha de bien versus mal. Siempre fue una lucha de mal versus mal, y nosotros debemos velar por la gente. Nosotros debemos ayudar a los humanos, — comentó y caminó lentamente hacia Ayana que estaba en una posición algo rara y en trance. ¿Qué será lo que estaba haciendo?
— Comprendo que quieran ayudar a los de Merak por salvar el mundo. Estoy de acuerdo con ustedes en que no hay nada que celebrar... — carraspeó y prosiguió con su discurso. En su mente surgieron un remolino de pensamientos en los que Erza fallecía y era aplastada por ese maldito gigante. — Pero si vamos a ayudar a alguien que sea a la pobre gente de Yokohama. No es momento para apuntar con el dedo... todos tenemos nuestros pecados. Lo importante ahora es permanecer unidos, — señaló y tosió de nuevo. Aunque sus heridas se habían sanado, le dolían bastante el hecho y tenía una tos brutal. Se acercó a Arturia y le acarició su hombro.
Contó a los espectadores: Judai, Ayana, Colt, un tipo que seguramente debía ser su servant, Erik, Momo, Juvia, Arturia y alguien más que no reconocía. Ahora quedaba a un metro en donde estaba Ayana la cual proyectaba un halo al cenit. Se acercó más a Judai abrazó tanto a él como Arturia formando un semicírculo. Eran familia. La familia siempre debe permanecer unida.
Jellal Fernandes
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
— ¿Fiesta? — Comentó para sí misma, saber que había una celebración después de la batalla ardua que entre muchos trataron de dar todo y lo que cada uno tenía quizás era una de esas formas para que las personas evitarán el pensar cosas negativas, en este caso el desastre, los daños, que esa batalla había dejado, aunque algunos tenían bastas heridas en sus cuerpos, en este caso la pelirroja sólo obtuvo un par de rasguños, nada graves, pero ella estaba consciente que hubieron algunos de los cuales pasaron días o noches en la enfermería para atenciones. — Es un buen método de distracción para todos, supongo. — Comentó la pelirroja, para cuando caminaba hacia esas inmensas puertas de la Academia ya totalmente vestida.
Rumores andaban por la Academia, que legacy dio la espalda en la batalla a Merak, no se sabe cuán cierto puede ser, pero quizás fue algo terrible que parte de Legacy hubiera tomado esas medidas. — Hum... — Un pequeño suspiro salió de los labios de la pelirroja. — No es momento de pensar en esas cosas... — Dijo agitando un poco su rostro de lado a lado, para cuando subió las gradas y sintió esa luz cegadora del Interior, poco a poco notó las siluetas de muchos compañeros. Ayana, Arturia, Juvia, Jellal y Judai, aunque habían muchos que no se había percatado de su existencia.
— Buenas a todos — Dijo con el suficiente tono de voz, mejor saludar en todos en grupo, pero pronto algo robó la mirada de la escarlata, era el hecho de una mesa repleta de diferentes y deliciosos postres, atractivos a la vista. — Uff — Una sonrisa se había dibujado un tanto inconsciente en el rostro de la pelirroja. Con tranquilidad, y entre pequeños pasos entre sus compañeros se abrió camino hasta ese lugar y comenzar a tomar un pequeño platillo de pastel de fresas, de los cuales se veía tan apetitoso. — Es Jellal? — A lo lejos se percató de la voz masculina que fácilmente se reconocía. ¿Un discurso? Tal vez. Esto resolvía de gran manera todas las dudas y rumores que por toda Legacy andaba, después de la batalla. Él tenía gran razón, Legacy está para cuidar a los indefensos, y como Legacy nos tenemos unos a los otros, somos pilares de cada uno de los demás. Así en silencio, sólo se percataba de las palabras del joven, y con serenidad se acercó a un costado de Arturia.
Rumores andaban por la Academia, que legacy dio la espalda en la batalla a Merak, no se sabe cuán cierto puede ser, pero quizás fue algo terrible que parte de Legacy hubiera tomado esas medidas. — Hum... — Un pequeño suspiro salió de los labios de la pelirroja. — No es momento de pensar en esas cosas... — Dijo agitando un poco su rostro de lado a lado, para cuando subió las gradas y sintió esa luz cegadora del Interior, poco a poco notó las siluetas de muchos compañeros. Ayana, Arturia, Juvia, Jellal y Judai, aunque habían muchos que no se había percatado de su existencia.
— Buenas a todos — Dijo con el suficiente tono de voz, mejor saludar en todos en grupo, pero pronto algo robó la mirada de la escarlata, era el hecho de una mesa repleta de diferentes y deliciosos postres, atractivos a la vista. — Uff — Una sonrisa se había dibujado un tanto inconsciente en el rostro de la pelirroja. Con tranquilidad, y entre pequeños pasos entre sus compañeros se abrió camino hasta ese lugar y comenzar a tomar un pequeño platillo de pastel de fresas, de los cuales se veía tan apetitoso. — Es Jellal? — A lo lejos se percató de la voz masculina que fácilmente se reconocía. ¿Un discurso? Tal vez. Esto resolvía de gran manera todas las dudas y rumores que por toda Legacy andaba, después de la batalla. Él tenía gran razón, Legacy está para cuidar a los indefensos, y como Legacy nos tenemos unos a los otros, somos pilares de cada uno de los demás. Así en silencio, sólo se percataba de las palabras del joven, y con serenidad se acercó a un costado de Arturia.
Última edición por Erza Scarlet el Vie Mar 22, 2019 9:19 pm, editado 2 veces
Invitado- Invitado
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Estuvo abrazado a su amada peliazul ppr varios minutos disfrutando de aquella paz que ella le otorgaba, pero algo lo altero aun mas y fue el discurso de Jellal.
Se separo de aquel abrazo besando suavemente su frente para acto seguido dirigirse a la puerta de entrada de aquella academia del "bien", al momento de entrar en la fiesta noto las miradas de los Legacianos hacia el, despues de todo el era de Merak.
En sus pensamientos estaban en sus recuerdos de Jellal tomando el control de la torre del cielo y luego decir que no recordaba nada, cerro sus puños algo fuerte para luego susurrar de forma leve sin que se llegara a escuchar.
- Los de Merak dañan a las personas.....¿y el es inocente?.....el no mato a nadie pero siguio con la esclavitud de la torre del cielo -
Levanto su mirada demostrando una frialdad e indiferencia total, no iba a hacer un pleito en ese lugar solo se dio la vuelta volviendo hacia los jardines donde estaba con Juvia, a este paso su mentalidad estaba en tampoco unirse a aquella academia de la "paz".
Se separo de aquel abrazo besando suavemente su frente para acto seguido dirigirse a la puerta de entrada de aquella academia del "bien", al momento de entrar en la fiesta noto las miradas de los Legacianos hacia el, despues de todo el era de Merak.
En sus pensamientos estaban en sus recuerdos de Jellal tomando el control de la torre del cielo y luego decir que no recordaba nada, cerro sus puños algo fuerte para luego susurrar de forma leve sin que se llegara a escuchar.
- Los de Merak dañan a las personas.....¿y el es inocente?.....el no mato a nadie pero siguio con la esclavitud de la torre del cielo -
Levanto su mirada demostrando una frialdad e indiferencia total, no iba a hacer un pleito en ese lugar solo se dio la vuelta volviendo hacia los jardines donde estaba con Juvia, a este paso su mentalidad estaba en tampoco unirse a aquella academia de la "paz".
Kai Keller
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
El azabache se sorprendió al ver el acto del ángel en proporcionarle maná a su ama, era algo que no cualquiera daría sin arriesgar su vida, de este modo, el sombrío ser sonrió levemente mientras miraba con atención.
─Que interesante…
Fue lo único que comento mientras permanecía al lado de Ayana, pero no esperaba el extraño comportamiento del ángel al presentarse de una manera…peculiar.
Incluso la feérica compañera del mismo se burlaba por dicho acto, haciendo que su concentración se rompiera, arriesgando la vida del ángel.
“Oh mierda, espero no se muera ese bastardo” Pensó tras verlo caer al suelo, parecía en verdad que estaba al borde de la muerte, pero este solo sonreía levemente para calmar a su amiga feérica, pidiéndole que le trajera pan y así deshacerse de ella para desplomarse en paz.
─Este chico esta demente…pero agradezco e sacrificio, te ganaste mi respeto Judai.
Dijo esto para acercarse al castaño y despeinar su cabello, esto solo para demostrarle su aprecio.
Poco después pudo notar la presencia de Jellal, aquel compañero de su ama quien solía tener reuniones para practicar magia o proponer clases para los estudiantes, después de todo, también era un profesor.
─Jellal…
Su voz era fría y siniestra, no parecía tenerle buena estima, de hecho era raro que le agradase alguien, el ángel es apenas uno de los afortunados que recibían una muestra de aprecio por su parte.
─Cuando ella vuelva, no la vayas a fastidiar, no estoy seguro si estará bien o no…
No quería explicarle mucho sobre la técnica, seguramente el peliazul al enterarse de las acciones de su ama, quizás la tome como traidora o crea un conflicto con ella.
Por su parte, la pelirrosa empezaba a temblar levemente, su cuerpo empezaba a resentir su técnica y alguna que otra flor azul brotaba de su pálida piel.
El azabache, quien mantenía ardua atención en ella, se preocupó levemente, quizás ella estaría utilizando su poder de más y ahora estaría sufriendo las consecuencias, o quizás la presencia que estuviera apreciando en el otro lado no era grata y le causara problemas.
─Que interesante…
Fue lo único que comento mientras permanecía al lado de Ayana, pero no esperaba el extraño comportamiento del ángel al presentarse de una manera…peculiar.
Incluso la feérica compañera del mismo se burlaba por dicho acto, haciendo que su concentración se rompiera, arriesgando la vida del ángel.
“Oh mierda, espero no se muera ese bastardo” Pensó tras verlo caer al suelo, parecía en verdad que estaba al borde de la muerte, pero este solo sonreía levemente para calmar a su amiga feérica, pidiéndole que le trajera pan y así deshacerse de ella para desplomarse en paz.
─Este chico esta demente…pero agradezco e sacrificio, te ganaste mi respeto Judai.
Dijo esto para acercarse al castaño y despeinar su cabello, esto solo para demostrarle su aprecio.
Poco después pudo notar la presencia de Jellal, aquel compañero de su ama quien solía tener reuniones para practicar magia o proponer clases para los estudiantes, después de todo, también era un profesor.
─Jellal…
Su voz era fría y siniestra, no parecía tenerle buena estima, de hecho era raro que le agradase alguien, el ángel es apenas uno de los afortunados que recibían una muestra de aprecio por su parte.
─Cuando ella vuelva, no la vayas a fastidiar, no estoy seguro si estará bien o no…
No quería explicarle mucho sobre la técnica, seguramente el peliazul al enterarse de las acciones de su ama, quizás la tome como traidora o crea un conflicto con ella.
Por su parte, la pelirrosa empezaba a temblar levemente, su cuerpo empezaba a resentir su técnica y alguna que otra flor azul brotaba de su pálida piel.
El azabache, quien mantenía ardua atención en ella, se preocupó levemente, quizás ella estaría utilizando su poder de más y ahora estaría sufriendo las consecuencias, o quizás la presencia que estuviera apreciando en el otro lado no era grata y le causara problemas.
Ayana Shade
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Carraspeó.
Si hubiese estado genuinamente disfrutando el mitín, comiendo y bebiendo a sus anchas, este hubiese sido el momento donde hubiese expulsado el vino por la boca.
O más bien, por la nariz.
No, por suerte no había sido provocado por la presentación del muchacho, Judai -Buen prospecto, por cierto. Agradable y prometedor- sino por las palabras de la muchacha en la que había puesto ojo anteriormente. Recordáis que había mencionado que encontraba "algo desagradable" en ella? Pues ahora se confirmaba.
"Arturia Pendragon".
No había que nacer ayer para no saber lo que significaba ese nombre. Sin ir más lejos, el apellido Bonaparte por sí sólo ya decía cosas. Pero no, el Emperador no vio en primer lugar a una mujer firme y poderosa, reina de los caballeros. Sino... A un Británico. Un sucio y maloliente y pestilente y molesto Británico.
Bonaparte y la Isla Esmeralda nunca fueron amigos. Era la isla inexpugnable, esa piedra en el zapato que siempre le incomodó desde el nacimiento del Imperio Napoleónico. Los tratados firmados con esas pestes nunca condecían algo concreto, las paces con Inglaterra eran simuladas, y las riñas extra-oficiales entre ellos y el continente bajo el estandarte tricolor parecían más peleas de niños odiosos que justas de naciones nobles. Trafalgar le traía tantas pesadillas como Waterloo, al punto que en ese tiempo tuvo que sacarse el sombrero a regañadientes ante la estrategia que el almirante Nelson había usado para humillar a la poderosa armada naval Franca.
En fin. Napoleón Bonaparte siempre se lo pensaría varias veces antes de tomar armas al lado de un Bretón. No eran buenas gentes para él.
- Oh. Judai, entonces. O Compagnon, ya que estamos ligados a la misma persona... Tsk. No estoy acostumbrado a tutear. Quizá el ser un Emperador me ha quitado un poco la afectividad. Hahaha! O quizá no, depende del punto de vista. -
Sonrió con fiereza mientras cruzaba sus brazos sobre el pecho. Por ahora era mejor olvidar a quién había pasado de ser un Servant relevante a "esa británica de ahí" y concentrarse en afianzar el nexo más cercano que tenía en ese momento, que era el joven castaño y su hada.
- Apenas vengo conociendo a Mâitre, quizá la conozco mucho menos que tú, pero de entrada se ve del tipo de persona que no se enoja sin una buena razón. Y por lo que has dicho, tiene que ver con el general a cargo. He oído de lo poco honrosa de la victoria, y del despropósito que representó para ella. -
Mirando al frente, pudo visualizar rostros nuevos. Un hombre de tez oscurecida vestido similar a él, la persona que acompañaba a "la británica de ahí", una mujer joven de cabello negro cuyo atuendo le recordaba mucho a su época -Y atraía su mirada en más de una ocasión-, la mujer -hechicera, por la cantidad de mana que porta- peliazul colgada al hombre oscuro, y una pareja, también de hechiceros, uno de cabeza azul -Que se le hacía familiar, lo había visto en otro lado- Y otra mujer de cabello rojo y aspecto temible. Era el penúltimo el que se acercaba mientras Judai caía al suelo. Casi de inmediato pudo sentir el vaciado de energía en él.
- Quizá deberías comer un poco. Los bocadillos se van a enfriar, y aunque entiendo que nadie quiera celebrar... Tú sí te vez como que necesitas recuperar energía, Compagnon. -
El hombre palmeó el hombro del castaño, a ver si aún seguía vivo. Aunque eso no le importó al peliazul para abrazarle como si nada, justo frente a él y con ello... Trajo a "la británica de ahí". El Emperador decidió mantener una honorable distancia en ese momento, acercándose al Général Colt, el cual parecía hablar de Judai. Su "sacrificio". Quizá por eso se había derrumbado hace un rato.
- Estás bastante más críptico que de costumbre, Général Colt. Y eso es decir bastante. Me pregunto si es respecto a alguno de los que se ha acercado. No preguntes, solía ser muy despierto en la academia de artilleros... -
Junto al azabache se mantuvo, mirando al dicho "Jellal" de reojo. Por qué parecía que el aire había cambiado con su sola presencia? Era una persona de importancia, quizá?... Tal vez sería prudente el averiguarlo. Aunque el hecho de que la pelirroja intimidante se acercaba -También a la bretona designada-, prefirió mantener en alto su parecer de pensamiento y acción.
Si hubiese estado genuinamente disfrutando el mitín, comiendo y bebiendo a sus anchas, este hubiese sido el momento donde hubiese expulsado el vino por la boca.
O más bien, por la nariz.
No, por suerte no había sido provocado por la presentación del muchacho, Judai -Buen prospecto, por cierto. Agradable y prometedor- sino por las palabras de la muchacha en la que había puesto ojo anteriormente. Recordáis que había mencionado que encontraba "algo desagradable" en ella? Pues ahora se confirmaba.
"Arturia Pendragon".
No había que nacer ayer para no saber lo que significaba ese nombre. Sin ir más lejos, el apellido Bonaparte por sí sólo ya decía cosas. Pero no, el Emperador no vio en primer lugar a una mujer firme y poderosa, reina de los caballeros. Sino... A un Británico. Un sucio y maloliente y pestilente y molesto Británico.
Bonaparte y la Isla Esmeralda nunca fueron amigos. Era la isla inexpugnable, esa piedra en el zapato que siempre le incomodó desde el nacimiento del Imperio Napoleónico. Los tratados firmados con esas pestes nunca condecían algo concreto, las paces con Inglaterra eran simuladas, y las riñas extra-oficiales entre ellos y el continente bajo el estandarte tricolor parecían más peleas de niños odiosos que justas de naciones nobles. Trafalgar le traía tantas pesadillas como Waterloo, al punto que en ese tiempo tuvo que sacarse el sombrero a regañadientes ante la estrategia que el almirante Nelson había usado para humillar a la poderosa armada naval Franca.
En fin. Napoleón Bonaparte siempre se lo pensaría varias veces antes de tomar armas al lado de un Bretón. No eran buenas gentes para él.
- Oh. Judai, entonces. O Compagnon, ya que estamos ligados a la misma persona... Tsk. No estoy acostumbrado a tutear. Quizá el ser un Emperador me ha quitado un poco la afectividad. Hahaha! O quizá no, depende del punto de vista. -
Sonrió con fiereza mientras cruzaba sus brazos sobre el pecho. Por ahora era mejor olvidar a quién había pasado de ser un Servant relevante a "esa británica de ahí" y concentrarse en afianzar el nexo más cercano que tenía en ese momento, que era el joven castaño y su hada.
- Apenas vengo conociendo a Mâitre, quizá la conozco mucho menos que tú, pero de entrada se ve del tipo de persona que no se enoja sin una buena razón. Y por lo que has dicho, tiene que ver con el general a cargo. He oído de lo poco honrosa de la victoria, y del despropósito que representó para ella. -
Mirando al frente, pudo visualizar rostros nuevos. Un hombre de tez oscurecida vestido similar a él, la persona que acompañaba a "la británica de ahí", una mujer joven de cabello negro cuyo atuendo le recordaba mucho a su época -Y atraía su mirada en más de una ocasión-, la mujer -hechicera, por la cantidad de mana que porta- peliazul colgada al hombre oscuro, y una pareja, también de hechiceros, uno de cabeza azul -Que se le hacía familiar, lo había visto en otro lado- Y otra mujer de cabello rojo y aspecto temible. Era el penúltimo el que se acercaba mientras Judai caía al suelo. Casi de inmediato pudo sentir el vaciado de energía en él.
- Quizá deberías comer un poco. Los bocadillos se van a enfriar, y aunque entiendo que nadie quiera celebrar... Tú sí te vez como que necesitas recuperar energía, Compagnon. -
El hombre palmeó el hombro del castaño, a ver si aún seguía vivo. Aunque eso no le importó al peliazul para abrazarle como si nada, justo frente a él y con ello... Trajo a "la británica de ahí". El Emperador decidió mantener una honorable distancia en ese momento, acercándose al Général Colt, el cual parecía hablar de Judai. Su "sacrificio". Quizá por eso se había derrumbado hace un rato.
- Estás bastante más críptico que de costumbre, Général Colt. Y eso es decir bastante. Me pregunto si es respecto a alguno de los que se ha acercado. No preguntes, solía ser muy despierto en la academia de artilleros... -
Junto al azabache se mantuvo, mirando al dicho "Jellal" de reojo. Por qué parecía que el aire había cambiado con su sola presencia? Era una persona de importancia, quizá?... Tal vez sería prudente el averiguarlo. Aunque el hecho de que la pelirroja intimidante se acercaba -También a la bretona designada-, prefirió mantener en alto su parecer de pensamiento y acción.
Última edición por Napoleón Bonaparte el Vie Mar 22, 2019 10:28 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Aún estaba débil el castaño por lo sucedido hace unos minutos tan solo, cuando volvióse oyente de tan tremenda declaración que aquel joven arrojaba ante todos los presentes. Judai reconocía al peliazul pese a jamás haber hablado con él. No estaba seguro de su nombre siquiera. "Pero algo tenía que ver con la gelatina" pensó para sí. En realidad, la razón por cual lo identificaba era meramente que lo había visto durante la guerra contra María.
El instinto deductivo que Judai había tenido que aprender a desarrollar desde que llegó a Legacy para evitar ser tan confiado, se activó en el mismo instante en que empezó a escuchar las afirmaciones de ese Jelalal o como fuera, de quien notó una moral tipo soldado imperial. Es decir, que luchaba por los ideales de la ley y las normas, que se apegaba a los parámetros y desde esa posición daba todo por defender a los débiles y necesitados.
Como ángel, como buen cristiano y como defensor de la palabra de Dios, a Kuri le parecía aceptable el punto de vista del peliazul. Era obvio que Jelly peleaba por una causa justa. Sin embargo, como el ángel del Señor, como defensor de la humanidad y sobre todo como alguien que se ponía en los zapatos de los demás, Judai no podía dar crédito a lo que oía.
Judai concordaba en los datos y hechos que anunciaba aquel sujeto. Merak estaba lleno de gente que había cometido atrocidades, es cierto. Judai en persona habiase enfrentado con alguno de ellos. Las personas de Yokohama y los propios aliados también estaban heridos y eran importantes, es cierto. Los humanos eran la principal preocupación del ángel, y no podía evitarlo. Para ellos había sido creado, y era su naturaleza ponerlos por delante de lo demás.
Sin embargo, había algo que no le parecía. Reducir la importancia de los heridos de Merak era imperdonable. No importa por qué ideales pelearon. En el fondo todos defendieron el planeta en el que viven ellos y sus seres amados. Esa era la realidad y estaba bien. Lo imperdonable no era la actitud del pasado de Merak contra Legacy y contra el mundo en general, sino la presente de la propia academia contra los que habían hecho tregua. La traición es algo que ardía en rabia al castaño. No soportaba que alguien apuñalase por la espalda a quien le ofreció la mano, aún si era sólo por ayudarse a si mismo
Así que habló finalmente el chico, aún mientras estaba débil y era abrazado con tanta fraternidad. No quería peleas, así que habló con tono amable y sincero, con voz débil pero cálida, pero sobre todo con el corazón, diciendo:
- Es verdad, etto... Amigo -
El ángel mostró una sonrisa amable para disimular el hecho de que no recordaba el nombre del peliazul.
- Debemos ayudar a los habitantes de Yokohama por sobre todas las cosas. A los que no pueden defenderse y ninguna culpa tienen de lo ocurrido. Pero en ese grupo entran también los Merakianos que lucharon con todas sus fuerzas para salvar este mundo, igual que nosotros. Aún si en el futuro se levantasen de nuevo contra nosotros, no podemos abandonarlos. Eso sería aún más frívolo y cruel que cualquier acto que ellos hayan podido cometer. Además, si les demostramos que en realidad no es guerra lo que queremos, tal vez no todos, pero si diez, o cinco o uno sólo nos escuche y abandone su ira contra nosotros y contra el mundo. Y creo con mi corazón una vida es tan importante como un millón de ellas -
El instinto deductivo que Judai había tenido que aprender a desarrollar desde que llegó a Legacy para evitar ser tan confiado, se activó en el mismo instante en que empezó a escuchar las afirmaciones de ese Jelalal o como fuera, de quien notó una moral tipo soldado imperial. Es decir, que luchaba por los ideales de la ley y las normas, que se apegaba a los parámetros y desde esa posición daba todo por defender a los débiles y necesitados.
Como ángel, como buen cristiano y como defensor de la palabra de Dios, a Kuri le parecía aceptable el punto de vista del peliazul. Era obvio que Jelly peleaba por una causa justa. Sin embargo, como el ángel del Señor, como defensor de la humanidad y sobre todo como alguien que se ponía en los zapatos de los demás, Judai no podía dar crédito a lo que oía.
Judai concordaba en los datos y hechos que anunciaba aquel sujeto. Merak estaba lleno de gente que había cometido atrocidades, es cierto. Judai en persona habiase enfrentado con alguno de ellos. Las personas de Yokohama y los propios aliados también estaban heridos y eran importantes, es cierto. Los humanos eran la principal preocupación del ángel, y no podía evitarlo. Para ellos había sido creado, y era su naturaleza ponerlos por delante de lo demás.
Sin embargo, había algo que no le parecía. Reducir la importancia de los heridos de Merak era imperdonable. No importa por qué ideales pelearon. En el fondo todos defendieron el planeta en el que viven ellos y sus seres amados. Esa era la realidad y estaba bien. Lo imperdonable no era la actitud del pasado de Merak contra Legacy y contra el mundo en general, sino la presente de la propia academia contra los que habían hecho tregua. La traición es algo que ardía en rabia al castaño. No soportaba que alguien apuñalase por la espalda a quien le ofreció la mano, aún si era sólo por ayudarse a si mismo
Así que habló finalmente el chico, aún mientras estaba débil y era abrazado con tanta fraternidad. No quería peleas, así que habló con tono amable y sincero, con voz débil pero cálida, pero sobre todo con el corazón, diciendo:
- Es verdad, etto... Amigo -
El ángel mostró una sonrisa amable para disimular el hecho de que no recordaba el nombre del peliazul.
- Debemos ayudar a los habitantes de Yokohama por sobre todas las cosas. A los que no pueden defenderse y ninguna culpa tienen de lo ocurrido. Pero en ese grupo entran también los Merakianos que lucharon con todas sus fuerzas para salvar este mundo, igual que nosotros. Aún si en el futuro se levantasen de nuevo contra nosotros, no podemos abandonarlos. Eso sería aún más frívolo y cruel que cualquier acto que ellos hayan podido cometer. Además, si les demostramos que en realidad no es guerra lo que queremos, tal vez no todos, pero si diez, o cinco o uno sólo nos escuche y abandone su ira contra nosotros y contra el mundo. Y creo con mi corazón una vida es tan importante como un millón de ellas -
Judai W.Kuriboh Alighieri
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Una de las tantas típica discusiones, monótona e interminable velada había demasiado tensión en el ambiente Arturia sabia no importaba el número de guerras... No importaba a cuántos héroes , villanos había sido sacrificados durante la lucha contra Maria... El cansancio mental en la joven ya había llegado a su tope, como una copa llenándose hasta derramar todo su contenido...es irónico si se piensa de esa forma, porque eso sucedía con el cáliz sagrado cada vez que la guerra llegaba a su final, sonrió de forma leve ante aquel pensamiento , se encontraba rodeada de compañeros extraordinarios que mantenía su fuerza de voluntad siempre en lo alto. Se había mantenido en silencio hasta ahora analizando las palabras de aquellas personas en admiraba en silenció le disgustaba que estuviesen hablándose de esa manera no los llevaría nada bueno no se encontraba de parte de nadie , se atacaba entre si sin ponerse a pensar en el bienestar de los demas estaban siendo egoistas.
— “Hemos pasados por las misma situaciones’’, después de todo, las razones para ir a la guerra no importan. Religión, ideologías, recursos, tierras, rencor, amor. No importa si las razones son patéticas, son suficientes para comenzar una lucha más. La guerra nunca acabará, razones sobran para sostener este hecho. La naturaleza humana busca el conflicto. Ustedes mismo busca volver empezar una lucha mas No debería importar quien está bien y quien está mal…. Si no buscar una manera de poner fin de una vez por toda esta desafortunado Hecho.
"De alguna forma esto le recordaba..."
Camlann, aquel escenario llegó a su mente una vez más, un recuerdo que la quemaba como el fuego y que llenaba su corazón de sufrimiento, ¿Y cómo podria siquiera olvidarlo?, si fue en ese lugar donde ella se dió cuenta de que todo por lo que había luchado por mantener en pie habia quedado desplomado en el suelo como si nada, como si de un castillo de arena se tratase, ahora si había diferencia entre aquella colina y esta es que en esta no se encontraba tan repleta de cadáveres como la anterior y de que el olor a sangre y acero no era tan intenso como en aquel lugar, a cambio de esto era reemplazado por el olor a fuego y a madera quemada, de algunas casas o de árboles. Tan solo recordarlo le daba una rabia y una tristeza que la carcomía solo esperaba que la Academia Legacy no llegara hasta ese punto en convertirse en algo mucho peor.El conflicto , las indiferencias y las peleas entre los mismo compañeros arturia se separaba de peliazulado con la mirada en alto demostrando una frialdad e indiferencia total aquella personas que no buscaba una mejor manera de resolver todo lo sucedido Merak había caído el odio era aún más grande hacia Legacy por las malas decisiones que había sido tomadas. Todo hubeira sido perfecto si ambas Academias finalmente se hubieran unido ya no habría más revalidad , odio y desprecio entre si. No era nada justo haber dejado desamparados a los Merakianos , se limitó a ver aquel hombre francés que le veía con cierto rencor.
—Se cometieron muchos errores que no perdonaría… Miro a mi alrededor y lo único que puedo ver son personas con máscaras, que intentan ocultar lo que realmente piensan, por temor a ser juzgados por sus "amigos" en Busca de la ‘’Verdadera justicia’’
— “Hemos pasados por las misma situaciones’’, después de todo, las razones para ir a la guerra no importan. Religión, ideologías, recursos, tierras, rencor, amor. No importa si las razones son patéticas, son suficientes para comenzar una lucha más. La guerra nunca acabará, razones sobran para sostener este hecho. La naturaleza humana busca el conflicto. Ustedes mismo busca volver empezar una lucha mas No debería importar quien está bien y quien está mal…. Si no buscar una manera de poner fin de una vez por toda esta desafortunado Hecho.
"De alguna forma esto le recordaba..."
Camlann, aquel escenario llegó a su mente una vez más, un recuerdo que la quemaba como el fuego y que llenaba su corazón de sufrimiento, ¿Y cómo podria siquiera olvidarlo?, si fue en ese lugar donde ella se dió cuenta de que todo por lo que había luchado por mantener en pie habia quedado desplomado en el suelo como si nada, como si de un castillo de arena se tratase, ahora si había diferencia entre aquella colina y esta es que en esta no se encontraba tan repleta de cadáveres como la anterior y de que el olor a sangre y acero no era tan intenso como en aquel lugar, a cambio de esto era reemplazado por el olor a fuego y a madera quemada, de algunas casas o de árboles. Tan solo recordarlo le daba una rabia y una tristeza que la carcomía solo esperaba que la Academia Legacy no llegara hasta ese punto en convertirse en algo mucho peor.El conflicto , las indiferencias y las peleas entre los mismo compañeros arturia se separaba de peliazulado con la mirada en alto demostrando una frialdad e indiferencia total aquella personas que no buscaba una mejor manera de resolver todo lo sucedido Merak había caído el odio era aún más grande hacia Legacy por las malas decisiones que había sido tomadas. Todo hubeira sido perfecto si ambas Academias finalmente se hubieran unido ya no habría más revalidad , odio y desprecio entre si. No era nada justo haber dejado desamparados a los Merakianos , se limitó a ver aquel hombre francés que le veía con cierto rencor.
—Se cometieron muchos errores que no perdonaría… Miro a mi alrededor y lo único que puedo ver son personas con máscaras, que intentan ocultar lo que realmente piensan, por temor a ser juzgados por sus "amigos" en Busca de la ‘’Verdadera justicia’’
Arturia Pendragon
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Dark girl is back.
Suigintou, la antigua profesora de poesía, una bella muñeca demonia de cabellos blancos y ojos rojos, baja por las escaleras lentamente y ve a todos sus alumnos. Sonríe de forma ladina y se los queda observando mientras se acerca. — ¿Ayudar a Merak? No esta noche. Todavía es muy peligroso. Además prefiero capturarlos primero, y luego ayudarles. — Tomó el guardapelo en donde estaba su querido hijo adoptivo, lo cerró y lo puso en su bolsillo. — Buenas noches jóvenes. Me llamo Suigintou, y seré la nueva directora... siempre quise decir eso — dio una risita farfullando su logro. Era una de las primeras profesoras que llegaron a la isla de oro. Academia Legacy. Tanta nostalgia.
Y entonces, de las mismas paredes de la Academia Legacy salían melodías, unas bastante animadas, rítmicas con una percusión fuerte. Una voz de mujer cantaba. Un sirviente cabra le sirve vodka en su copa, bebe un poco y comienza a cantar. Su voz no era mala ni tampoco era desafinada, pero tenía algo de ronquera, — I'm gonna sing from the chandelier here. From the chandelier here. ¿Conocen Sia? ¿No la conocen? Entonces se irán castigados — queda frente a Jellal, suelta una risa, — Era broma. Vamos. Todos a bailar. El que no baila es huevo podrido — toma una sola mano de ese castaño de por ahí y con la otra bebe su copa de vodka.
Suigintou ahora era directora. Siempre quiso serlo. ¿Qué hará ahora?
Beber todos los días y noches. Escuchar toda la música que ella quiere. Dejar que los alumnos de Legacy hagan lo que quieran. Y obligar a los alumnos a tener fiestas por lo menos sábado y domingo. ¿Revisar papeles? ¿Hacer clases? Suigintou era demasiado holgazana para eso. Just a party girl, baby.
— ¿Por qué no hacemos ésta una fiesta de disfraces? — la albina de mirada maliciosa chasquea sus dedos, y los cuerpos de todos comenzaron a brillar de un tono naranja. Y de un instante a otro, todos tenían disfraces. La vestimenta de Judai se cambió al príncipe de las tinieblas; la de Juvia se transformó a Cleopatra -una tenida de faraona egipcia-, y la de Erik en Marco Antonio -un guapo romano-; la vestimenta de Lowell era azul, con un bastón y unos lentes, sí ahora era un policía; Arturia en cambio tenía un disfraz de leona con una melena como capucha; ahora Ayana tenía un disfraz de fresa y Colt era un conejo gigante; Napoleón ahora vestía como un elegante torero español; Momo ahora tenía un disfraz de esqueleto; mientras que Jellal vestía de vaquero y Erza de una india americana. Lucían todos cool.
Suigintou, la antigua profesora de poesía, una bella muñeca demonia de cabellos blancos y ojos rojos, baja por las escaleras lentamente y ve a todos sus alumnos. Sonríe de forma ladina y se los queda observando mientras se acerca. — ¿Ayudar a Merak? No esta noche. Todavía es muy peligroso. Además prefiero capturarlos primero, y luego ayudarles. — Tomó el guardapelo en donde estaba su querido hijo adoptivo, lo cerró y lo puso en su bolsillo. — Buenas noches jóvenes. Me llamo Suigintou, y seré la nueva directora... siempre quise decir eso — dio una risita farfullando su logro. Era una de las primeras profesoras que llegaron a la isla de oro. Academia Legacy. Tanta nostalgia.
Y entonces, de las mismas paredes de la Academia Legacy salían melodías, unas bastante animadas, rítmicas con una percusión fuerte. Una voz de mujer cantaba. Un sirviente cabra le sirve vodka en su copa, bebe un poco y comienza a cantar. Su voz no era mala ni tampoco era desafinada, pero tenía algo de ronquera, — I'm gonna sing from the chandelier here. From the chandelier here. ¿Conocen Sia? ¿No la conocen? Entonces se irán castigados — queda frente a Jellal, suelta una risa, — Era broma. Vamos. Todos a bailar. El que no baila es huevo podrido — toma una sola mano de ese castaño de por ahí y con la otra bebe su copa de vodka.
Suigintou ahora era directora. Siempre quiso serlo. ¿Qué hará ahora?
Beber todos los días y noches. Escuchar toda la música que ella quiere. Dejar que los alumnos de Legacy hagan lo que quieran. Y obligar a los alumnos a tener fiestas por lo menos sábado y domingo. ¿Revisar papeles? ¿Hacer clases? Suigintou era demasiado holgazana para eso. Just a party girl, baby.
— ¿Por qué no hacemos ésta una fiesta de disfraces? — la albina de mirada maliciosa chasquea sus dedos, y los cuerpos de todos comenzaron a brillar de un tono naranja. Y de un instante a otro, todos tenían disfraces. La vestimenta de Judai se cambió al príncipe de las tinieblas; la de Juvia se transformó a Cleopatra -una tenida de faraona egipcia-, y la de Erik en Marco Antonio -un guapo romano-; la vestimenta de Lowell era azul, con un bastón y unos lentes, sí ahora era un policía; Arturia en cambio tenía un disfraz de leona con una melena como capucha; ahora Ayana tenía un disfraz de fresa y Colt era un conejo gigante; Napoleón ahora vestía como un elegante torero español; Momo ahora tenía un disfraz de esqueleto; mientras que Jellal vestía de vaquero y Erza de una india americana. Lucían todos cool.
Suigintou
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
La pelirrosa había pasado varios minutos en trance, cosa que provocaba la preocupación de su familiar, al poder sentir las emociones que su ama emanaba.
Tras esperar lo suficiente, la sacerdotisa empezaba a dar señales de regreso, su cuerpo empezó a manifestar una energía singular al igual que la aparición de los rasgos que la caracterizaban como una dragona, varias escamas decoraban su pálida piel, sus orejas se alargaban y un par de cuernos empezó a surgir en su cabeza, sus alas empezaron a aparecer en su espalda, estirándose al grado de apartar a todo aquel que estuviera cerca.
La energía fue expandiéndose por todo el lugar para después adentrarse nuevamente en la pelirrosa.
─A-Aaahh… ─Dijo como reacción al llegar a su cuerpo─ …¿Do…Dónde estoy?
Su visión era borrosa, difícilmente podía distinguir algo, como si su ceguera volviera con más fuerza, escuchaba varias voces distintas y no podía detectar con eficacia el aura de los presentes, ¿Había llegado a Legacy o continuaba en Merak?
Empezó a frotar sus ojos con un movimiento débil, se había agotado al hacer aquella técnica y posiblemente perdería la conciencia en cualquier momento.
Cuando abrió los ojos, poco a poco recuperaba la visión, alzo su mirada a uno de los presentes, notando a un joven de cabello azulado y una extraña marca en el rostro.
─¡¡KYAAAA ESTAS AQUÍ!! ─Se apartó tan rápido como pudo, tomando su zapatilla y tirándosela en la cara─ ¡¡NO ME VAYAS A MATAR, DEJA QUE ME RECUPERE Y QUE SEA UNA PELEA DIGNA!!
Apuntó con su dedo al joven de cabellos azulados sin percatarse de que en realidad era Jellal.
─A-Ayana, ¿Qué te ocurre? ¿Qué ha pasado, ¿Qué viste?
El azabache cuestionó a su ama rápidamente mientras se ponía frente a ella y colocaba ambas manos sobre sus hombros.
─Estas muy alterada, respira profundo, cálmate y responde mis preguntas…
─¡¡P-P-Pero ese es el enemigo!! –Apuntó con su dedo a Jellal.
─Ese es tu amigo, Jellal, ¿no lo reconoces?
─…¿Jellal? ¿E-Enserio es él? ─Soltó un suspiro de alivio─ Santo cielo…pensé que me había seguido y que intentaría matarme…
─¿Quién te iba a matar? Ayana, responde…
La pelirrosa solo asintió mientras intentaba recordar los eventos que presencio.
─Primero que nada, había ido a Merak, quería saber si habían sobrevivientes, solo encontré a Lacus, Zeldris y Rider, no sé si había alguien más, fueron los únicos que logre encontrar… había un chico de apariencia afeminada que llego de la nada, nunca lo había visto antes pero… había un hombre con la misma apariencia que Jellal… s-se llamaba Siegrain, provenia de Asgard y vino a merak para convencer a los demás de luchar a su lado, de lo que pude descubrir de él… llego a nuestro mundo por el poder del medallón de mara, quiere esclavizar a la humanidad y robar nuestros recursos…
El azabache quedo impactado por las cosas que su ama había mencionado, apenas habían salido de un enfrentamiento para adentrarse a otro nuevamente, y por la alteración de la pelirrosada tras ver a Jellal supuso que era alguien de temer.
─¿Ha pasado algo más? ¿Algún otro enemigo?
─Que viniera con Siegrain, no… pero es alguien muy poderoso, eso lo pude percibir, tenía una actitud atrayente que podría convencer a cualquiera… Colt, si ese hombre consigue más poder… esta realidad desaparecerá…
─…Ya veo… ─Menciono carente de emoción─ Debo admitir que tu actitud siempre tiene un porque, el hecho de que necesitaras ir allá era simplemente para verlo, ¿no es así? Eres una sacerdotisa que debe proteger esta línea temporal, sin importar que debas dar tu vida en ello, ahora dime, ¿Qué harás ahora?
El sombrío familiar tenía razón, Ayana solía hacer acciones aparentemente sin pensar, pero esa su instinto actuando por ella, debía estar en Merak para saber sobre la nueva amenaza que desafiaría su mundo y su realidad, como sacerdotisa, debía darlo todo por proteger a todos los seres de su línea temporal, evitando que se extinguieran por las alteraciones temporales que provocaban otros seres.
─Yo…Tendré que ir al templo…El riesgo es demasiado alto y si no logro vencerlo… todo lo que conozco, percibo y veo desaparecerá… Tendré que entregar mi vida por los demás.
─No vayas a los extremos, no estás sola, tienes a tus compañeros y amigos, seguro no todos en Merak están de acuerdo, ¿o sí?
─Había alguien que me apoyaba, pero no sé quién era, ni siquiera podía leerlo con claridad, solo sé que es una criatura que nunca había visto por aquí… Pero, no importa si uno de ellos intenta matarme, debo protegerlos de él, de…bo…
Finalmente la pelirrosa perdió la conciencia, había dado información valiosa y arriesgado su vida en ello, el azabache la tomo en brazos para mirar a Napoleón y los presentes.
─Ella estará bien, no se preocupen… despertará pronto, o eso espero. Napoleón, ven conmigo.
Tras esperar lo suficiente, la sacerdotisa empezaba a dar señales de regreso, su cuerpo empezó a manifestar una energía singular al igual que la aparición de los rasgos que la caracterizaban como una dragona, varias escamas decoraban su pálida piel, sus orejas se alargaban y un par de cuernos empezó a surgir en su cabeza, sus alas empezaron a aparecer en su espalda, estirándose al grado de apartar a todo aquel que estuviera cerca.
La energía fue expandiéndose por todo el lugar para después adentrarse nuevamente en la pelirrosa.
─A-Aaahh… ─Dijo como reacción al llegar a su cuerpo─ …¿Do…Dónde estoy?
Su visión era borrosa, difícilmente podía distinguir algo, como si su ceguera volviera con más fuerza, escuchaba varias voces distintas y no podía detectar con eficacia el aura de los presentes, ¿Había llegado a Legacy o continuaba en Merak?
Empezó a frotar sus ojos con un movimiento débil, se había agotado al hacer aquella técnica y posiblemente perdería la conciencia en cualquier momento.
Cuando abrió los ojos, poco a poco recuperaba la visión, alzo su mirada a uno de los presentes, notando a un joven de cabello azulado y una extraña marca en el rostro.
─¡¡KYAAAA ESTAS AQUÍ!! ─Se apartó tan rápido como pudo, tomando su zapatilla y tirándosela en la cara─ ¡¡NO ME VAYAS A MATAR, DEJA QUE ME RECUPERE Y QUE SEA UNA PELEA DIGNA!!
Apuntó con su dedo al joven de cabellos azulados sin percatarse de que en realidad era Jellal.
─A-Ayana, ¿Qué te ocurre? ¿Qué ha pasado, ¿Qué viste?
El azabache cuestionó a su ama rápidamente mientras se ponía frente a ella y colocaba ambas manos sobre sus hombros.
─Estas muy alterada, respira profundo, cálmate y responde mis preguntas…
─¡¡P-P-Pero ese es el enemigo!! –Apuntó con su dedo a Jellal.
─Ese es tu amigo, Jellal, ¿no lo reconoces?
─…¿Jellal? ¿E-Enserio es él? ─Soltó un suspiro de alivio─ Santo cielo…pensé que me había seguido y que intentaría matarme…
─¿Quién te iba a matar? Ayana, responde…
La pelirrosa solo asintió mientras intentaba recordar los eventos que presencio.
─Primero que nada, había ido a Merak, quería saber si habían sobrevivientes, solo encontré a Lacus, Zeldris y Rider, no sé si había alguien más, fueron los únicos que logre encontrar… había un chico de apariencia afeminada que llego de la nada, nunca lo había visto antes pero… había un hombre con la misma apariencia que Jellal… s-se llamaba Siegrain, provenia de Asgard y vino a merak para convencer a los demás de luchar a su lado, de lo que pude descubrir de él… llego a nuestro mundo por el poder del medallón de mara, quiere esclavizar a la humanidad y robar nuestros recursos…
El azabache quedo impactado por las cosas que su ama había mencionado, apenas habían salido de un enfrentamiento para adentrarse a otro nuevamente, y por la alteración de la pelirrosada tras ver a Jellal supuso que era alguien de temer.
─¿Ha pasado algo más? ¿Algún otro enemigo?
─Que viniera con Siegrain, no… pero es alguien muy poderoso, eso lo pude percibir, tenía una actitud atrayente que podría convencer a cualquiera… Colt, si ese hombre consigue más poder… esta realidad desaparecerá…
─…Ya veo… ─Menciono carente de emoción─ Debo admitir que tu actitud siempre tiene un porque, el hecho de que necesitaras ir allá era simplemente para verlo, ¿no es así? Eres una sacerdotisa que debe proteger esta línea temporal, sin importar que debas dar tu vida en ello, ahora dime, ¿Qué harás ahora?
El sombrío familiar tenía razón, Ayana solía hacer acciones aparentemente sin pensar, pero esa su instinto actuando por ella, debía estar en Merak para saber sobre la nueva amenaza que desafiaría su mundo y su realidad, como sacerdotisa, debía darlo todo por proteger a todos los seres de su línea temporal, evitando que se extinguieran por las alteraciones temporales que provocaban otros seres.
─Yo…Tendré que ir al templo…El riesgo es demasiado alto y si no logro vencerlo… todo lo que conozco, percibo y veo desaparecerá… Tendré que entregar mi vida por los demás.
─No vayas a los extremos, no estás sola, tienes a tus compañeros y amigos, seguro no todos en Merak están de acuerdo, ¿o sí?
─Había alguien que me apoyaba, pero no sé quién era, ni siquiera podía leerlo con claridad, solo sé que es una criatura que nunca había visto por aquí… Pero, no importa si uno de ellos intenta matarme, debo protegerlos de él, de…bo…
Finalmente la pelirrosa perdió la conciencia, había dado información valiosa y arriesgado su vida en ello, el azabache la tomo en brazos para mirar a Napoleón y los presentes.
─Ella estará bien, no se preocupen… despertará pronto, o eso espero. Napoleón, ven conmigo.
Ayana Shade
Re: L1 - Noche de gala en Japón (EVENTO)
Mientras esperaba a que Colt o Judai le devolvieran la palabra, el hombre observó a su alrededor. Más específicamente a Jellal.
Un justiciero en toda regla. Un hombre que se llenaba la boca de palabras tales como el exterminar al mal, como si Merak -Si, Merak como un individuo- hubiese asesinado a su familia, o algo por el estilo. O más sencillo, alguien que hablaba de "destruir al mal porque es el mal". El emperador no podía ver planos mas profundos, porque no estaba totalmente enterado del asunto. Pero sí había algo que podía inferir, y era que aunque sus motivos eran parecidos, no podían congeniar.
A Jellal le faltaba algo que le falta a la gente que se dice un "justiciero", y eso era Ambición.
Un deseo que es propio por hacer o conseguir algo. Ayana le agradaba porque no carecía de esta cualidad. Una ambición, el afán desesperado de incluso arriesgar su integridad o su vida -Como hacía ahora mismo proyectándose ante los miembros supervivientes de Merak- por una utopía que cualquiera diría irrealizable. Incluso él sabía que para unir a los pueblos había que someterlos, por lo que la idea de "Unir a Merak y Legacy sin provocar muertes" era hasta en sus propios pensamientos como un disparate de alguien quién había perdido el juicio.
Pero no. Él juraba ver en Ayana un deseo. Un deseo más allá del ser la sacerdotiza del equilibrio. Algo que encuentra la validación para concretar su deseo que está más allá del deber o del ideal justiciero. Un deseo, en pocas palabras. Un acto de ambición, tal como el de un emperador como él. Porque, por mucho que él mismo creyó en vida en la idea de los pueblos unidos bajo una bandera, nadie era capaz de concebirlo sin el derramamiento de sangre. Gente como los Británicos o los Prusos o incluso el sector Girondino de su propia nación nunca aceptaron su ideal. Y la forma más rápida de "convencerlos" era la idea de que "la letra con sangre entra". Ellos alistarían a sus ejércitos, y en esa instancia era anticiparse a ellos o dejar que te destruyan. Así es la guerra.
Pero Ayana era diferente, en un mundo donde nadie puede creer en las utopías. Por eso le era tan interesante. Pero Jellal... Simplemente parecía no tener profundidad. El "matar al malo porque es el malo" carecía de ambición, o siquiera una mira posterior a la victoria. Derrotar a Merak. ¿Y luego qué? El mundo no era tan sencillo como el simplemente vencer al mal y no responsabilizarse por lo que viene. Por el desorden que queda luego de que cumples el objetivo.
Esa muchacha rubia, la encarnación del Alto Rey Arthur -Que ahora le miraba con tal insistencia que le ponía incómodo- debía entenderlo perfectamente. Luego de todo, ella había pasado por un momento similar al suyo. Por varios. Camlann era su Waterloo. El punto donde el destino, la espada del pueblo, era hendida en sus corazones con la razón del por qué nadie había conquistado al mundo ni derrotado totalmente al mal.
Porque siempre habrá alguien que piense diferente.
Y mientras eso ocurra, el "mal" personal de Jellal, Merak, siempre prevalecería.
Pero su Master creía tan fervientemente en la posibilidad de la comunión, eso en lo que no creería nadie, que quizá sería... Divertido darle una oportunidad. Hasta donde podía llegar con sus medios.
En ese instante, los gritos de Ayana le devolvieron la mente a tierra, sólo para volver a ser elevada sin control por nuevos disparates.
¿Asgard? ¿La Asgard olvidada de los dioses de la alta Escandinavia, un planeta lejano? ¿Asgard, la que él había visitado y tratado de defender, en aquella singularidad histórica, junto con Sigmund y las Valkyrias- ... Se detuvo. Parece que estaba recordando algo que no tenía derecho de recordar. Del Jontun de Fuego y un sacrificio. De su Master anterior y los siete enemigos del hombre. Sacudió la cabeza y continuó. En fin.
- ¿Asgard un planeta? Qué es lo próximo. ¿Thor es un Superhéroe y vuela como las aves? Y... Siento que me estoy perdiendo de algo cuando hablan de ese Medallón. -
No pudo evitar burlarse. Es que sus memorias perdidas le indicaban que eso era imposible. A pesar de que bueno, Napoleón Bonaparte había sido llamado bajo el concepto del "Hombre que hace posible lo imposible". Aparte, hablaban de Mara, que hasta donde él sabía, era un demonio con un aspecto demasiado indecoroso como para hacerle alusión en voz alta frente a su master.
De todas formas, Ayana se había robado casi de inmediato la atención con las alarmas y los anuncios cataclísmicos. A tal punto que ni siquiera se había percatado de que ahora iba disfrazada de frutilla. Que Colt había sido vuelto un conejo enorme. Que habían dejado deliberadamente a Judai como alguien común y corriente entre una fiesta de disfraces repentina. ¿Él? A él no le importaba. El *Traje de luces* de las ceremonias tradicionales de Hispania le quedaba perfecto. Se veía más emperador de lo que ya era. Hasta le sentaba mejor que el traje de gala.
- ... Tiene buen gusto. Très bien. -
Comentó con agrado hacia la aparecida. Una mujer de aspecto oscuro muy extraño (Nota del autor de que Napoleón no ha enfrentado al estilo gótico ni el victoriano hasta ese entonces) que hablaba el anglosajón pero no parecía ser un británico. Esa cara de muñeca no podía ser de un británico. Se presentó como la nueva directora de Legacy, y mucho menos díscola de lo que prometía ser, llegó entre risas y bromas a un escenario cuyo aire se podía cortar con un cuchillo. Su atrevimiento le atrajo, tal como su actitud.
Lástima que parecía ser el único que había notado su presencia y que tendría que dejar de hacerlo, coaccionado por el colapso de su Master y la llamada del Général Colt.
- ... Oui, Compagnon Noir. Esperaba sacar información de este mitín, pero creo que me entero de menos mientras más permanezco aquí. Permíteme agasajarme con una interrogatorio... Y por favor, entiendo que estamos en una urgencia, pero lo de mi nombre en voz alta es un poco... -
Dicho esto, el fornido acompañó al azabache con rumbo desconocido. Quizá la enfermería, a juzgar por el contexto de la situación.
De pasada, notó a la elegante joven de cabello negro, que aunque llevaba estática por bastante tiempo, lo horrible de su traje ceñido de calaca se ajustaba armoniosamente a su figura femenina, y redireccionaba la atención a la luz de su cuidado rostro, a sus ojos negros y brillantes como farolas reflejadas en las aguas del Sena melancólico.
Sacudió la cabeza antes de seguir pareciendo un idiota y se fue tras de Colt.
La salud de su Master era primero, y el enterarse de todo lo que iba ocurriendo, lo segundo.
Un justiciero en toda regla. Un hombre que se llenaba la boca de palabras tales como el exterminar al mal, como si Merak -Si, Merak como un individuo- hubiese asesinado a su familia, o algo por el estilo. O más sencillo, alguien que hablaba de "destruir al mal porque es el mal". El emperador no podía ver planos mas profundos, porque no estaba totalmente enterado del asunto. Pero sí había algo que podía inferir, y era que aunque sus motivos eran parecidos, no podían congeniar.
A Jellal le faltaba algo que le falta a la gente que se dice un "justiciero", y eso era Ambición.
Un deseo que es propio por hacer o conseguir algo. Ayana le agradaba porque no carecía de esta cualidad. Una ambición, el afán desesperado de incluso arriesgar su integridad o su vida -Como hacía ahora mismo proyectándose ante los miembros supervivientes de Merak- por una utopía que cualquiera diría irrealizable. Incluso él sabía que para unir a los pueblos había que someterlos, por lo que la idea de "Unir a Merak y Legacy sin provocar muertes" era hasta en sus propios pensamientos como un disparate de alguien quién había perdido el juicio.
Pero no. Él juraba ver en Ayana un deseo. Un deseo más allá del ser la sacerdotiza del equilibrio. Algo que encuentra la validación para concretar su deseo que está más allá del deber o del ideal justiciero. Un deseo, en pocas palabras. Un acto de ambición, tal como el de un emperador como él. Porque, por mucho que él mismo creyó en vida en la idea de los pueblos unidos bajo una bandera, nadie era capaz de concebirlo sin el derramamiento de sangre. Gente como los Británicos o los Prusos o incluso el sector Girondino de su propia nación nunca aceptaron su ideal. Y la forma más rápida de "convencerlos" era la idea de que "la letra con sangre entra". Ellos alistarían a sus ejércitos, y en esa instancia era anticiparse a ellos o dejar que te destruyan. Así es la guerra.
Pero Ayana era diferente, en un mundo donde nadie puede creer en las utopías. Por eso le era tan interesante. Pero Jellal... Simplemente parecía no tener profundidad. El "matar al malo porque es el malo" carecía de ambición, o siquiera una mira posterior a la victoria. Derrotar a Merak. ¿Y luego qué? El mundo no era tan sencillo como el simplemente vencer al mal y no responsabilizarse por lo que viene. Por el desorden que queda luego de que cumples el objetivo.
Esa muchacha rubia, la encarnación del Alto Rey Arthur -Que ahora le miraba con tal insistencia que le ponía incómodo- debía entenderlo perfectamente. Luego de todo, ella había pasado por un momento similar al suyo. Por varios. Camlann era su Waterloo. El punto donde el destino, la espada del pueblo, era hendida en sus corazones con la razón del por qué nadie había conquistado al mundo ni derrotado totalmente al mal.
Porque siempre habrá alguien que piense diferente.
Y mientras eso ocurra, el "mal" personal de Jellal, Merak, siempre prevalecería.
Pero su Master creía tan fervientemente en la posibilidad de la comunión, eso en lo que no creería nadie, que quizá sería... Divertido darle una oportunidad. Hasta donde podía llegar con sus medios.
En ese instante, los gritos de Ayana le devolvieron la mente a tierra, sólo para volver a ser elevada sin control por nuevos disparates.
¿Asgard? ¿La Asgard olvidada de los dioses de la alta Escandinavia, un planeta lejano? ¿Asgard, la que él había visitado y tratado de defender, en aquella singularidad histórica, junto con Sigmund y las Valkyrias- ... Se detuvo. Parece que estaba recordando algo que no tenía derecho de recordar. Del Jontun de Fuego y un sacrificio. De su Master anterior y los siete enemigos del hombre. Sacudió la cabeza y continuó. En fin.
- ¿Asgard un planeta? Qué es lo próximo. ¿Thor es un Superhéroe y vuela como las aves? Y... Siento que me estoy perdiendo de algo cuando hablan de ese Medallón. -
No pudo evitar burlarse. Es que sus memorias perdidas le indicaban que eso era imposible. A pesar de que bueno, Napoleón Bonaparte había sido llamado bajo el concepto del "Hombre que hace posible lo imposible". Aparte, hablaban de Mara, que hasta donde él sabía, era un demonio con un aspecto demasiado indecoroso como para hacerle alusión en voz alta frente a su master.
De todas formas, Ayana se había robado casi de inmediato la atención con las alarmas y los anuncios cataclísmicos. A tal punto que ni siquiera se había percatado de que ahora iba disfrazada de frutilla. Que Colt había sido vuelto un conejo enorme. Que habían dejado deliberadamente a Judai como alguien común y corriente entre una fiesta de disfraces repentina. ¿Él? A él no le importaba. El *Traje de luces* de las ceremonias tradicionales de Hispania le quedaba perfecto. Se veía más emperador de lo que ya era. Hasta le sentaba mejor que el traje de gala.
- ... Tiene buen gusto. Très bien. -
Comentó con agrado hacia la aparecida. Una mujer de aspecto oscuro muy extraño (Nota del autor de que Napoleón no ha enfrentado al estilo gótico ni el victoriano hasta ese entonces) que hablaba el anglosajón pero no parecía ser un británico. Esa cara de muñeca no podía ser de un británico. Se presentó como la nueva directora de Legacy, y mucho menos díscola de lo que prometía ser, llegó entre risas y bromas a un escenario cuyo aire se podía cortar con un cuchillo. Su atrevimiento le atrajo, tal como su actitud.
Lástima que parecía ser el único que había notado su presencia y que tendría que dejar de hacerlo, coaccionado por el colapso de su Master y la llamada del Général Colt.
- ... Oui, Compagnon Noir. Esperaba sacar información de este mitín, pero creo que me entero de menos mientras más permanezco aquí. Permíteme agasajarme con una interrogatorio... Y por favor, entiendo que estamos en una urgencia, pero lo de mi nombre en voz alta es un poco... -
Dicho esto, el fornido acompañó al azabache con rumbo desconocido. Quizá la enfermería, a juzgar por el contexto de la situación.
De pasada, notó a la elegante joven de cabello negro, que aunque llevaba estática por bastante tiempo, lo horrible de su traje ceñido de calaca se ajustaba armoniosamente a su figura femenina, y redireccionaba la atención a la luz de su cuidado rostro, a sus ojos negros y brillantes como farolas reflejadas en las aguas del Sena melancólico.
Sacudió la cabeza antes de seguir pareciendo un idiota y se fue tras de Colt.
La salud de su Master era primero, y el enterarse de todo lo que iba ocurriendo, lo segundo.
Invitado- Invitado
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