『Un nuevo comienzo, Una nueva aventura』(Morgiana)

Era una fría noche a las afueras del castillo, la baja temperatura le resultaba agradable en gran manera. Con su vista en el cielo despejado, las estrellas iluminaban el campo de flores brindandole de un aspecto único y mágico.



Aquella vista de un panorama pacífico no se podía encontrar en muchos lugares, este se había convertido de hecho en uno de sus sitios preferidos en la academia. Sin más dejó escapar el aliento, el blanco del mismo se perdía entre la oscuridad.
Su único deseo era disfrutar de ese descanso, considerado por él como algo necesario y apropiado.

──Espero que todos los días sean así de ahora en adelante.──Pensaría el joven fotógrafo, los días desde su llegada habían estado llenos de trabajos y movidas de un lado a otro. Sin tener por su parte el tiempo para recuperarse de toda la fátiga y cansancio acumulado.──Pero esto se siente bien.

Desde sus espaldas escuchaba el sónido de las pequeñas ramas y hojas secas sobre las que pisadas se veían vigentes, de entre el árbusto una pequeña figura salto y se apegó a su hombro. Se trataba nada más y menos que de su compañero, el mono parecía al igual que él, tranquilo e incomovible con la hermosa vista.  



Los faroles servían como iluminación para los caminos de piedra que cruzaban a través de extensas alineaciones de flores conformadas de distintos colores. Bancas de madera y una cúpula más adelante eran el principal objetivo de las parejas que circulaban por aquella área, tranquila tanto que podría describirse como un lugar adecuado para llevar a cabo una cita. Lo que más le sorprendía era el hecho de poseer una gran fuente en su centro cuyas decoraciones consistían en pequeñas luces que difuminaban el espectro transparente del agua descendente que caía desde la punta, todo lo restante le daba un toque vivo y vibrante.

──Ahora, ¿qué deberiamos hacer?

Miraba a su alrededor, todos los restantes de la zona contaban con algún tipo de compañía, así mismo como Leo. Mas todo ello lo encontraba un tanto vacío, ser el único solitario que contemplase la luna plata entre el silencio.

──¿Huh?──Sorpresa e impresión surgieron al realizar que no se encontraba del todo solo en medio de aquel lugar, la figura femenina a pocos metros de él, le miraba atentamente lo que llevó al miembro de Libra a considerar si alguna de sus acciones o palabras habían interrumpido su prolongado descanso.

──D-Disculpa, no era mi intención molestarte.

Exclamó Leonardo, sus manos se juntaron frente a su rostro, así mismo había cerrado sus ojos, en una forma de disculpa. Totalmente apenado alzó su rostro y le observó en silencio, no parecía reprenderle nada, es más; esos orbes de color carmesí demostraban gentilidad y una profunda amabilidad por su ser. Pero incluso la expresión en su rostro llegaba a reflejar su tristeza, razón por la cual decidió acercarse a ella.

──¿Sucede algo?──No mencionó de que se trataba, siguió así a través del sendero hasta que sus pasos lo llevaron a ubicarse frente a frente.──Lamento lo de antes, yo soy Leonardo Watch, puedes llamarme Leo y este pequeño travieso de aquí es mi compañero Sonic.


Saludó amenanemente a su contraria con una gran sonrisa en el rostro. Dejando las presentaciones de por medio, el mono escaló hasta saltar del otro lado y colocarse en el hombro de la joven sin mayor preocupación, su fin era brindarle compañía.

──Tú, ¿cómo te llamas?