Un nuevo comienzo.

Había sido invitado, una carta "especial" fue aquella que de imprevisto asaltó su residencia notificándole su invitación a una academia del cuál nada nunca habría sabido de no ser por ella. Misma que, escrita a mano, ponía sus palabras sobre fuego con el riesgo de quemarse para tan sólo asegurarle que aquella academia lo haría ascender a un más en su carrera a ser el héroe más fuerte de todos.
Razón suficiente para aventurarse, razón suficiente para destacar incluso en un lugar más.

Recién llegado, en un viaje tan incomoda como la expresión que lo acompañaba, Bakugo Katsuki hizo su aparición en aquel lugar del que tanto la dicha carta habló. Un castillo a lo lejos y un ambiente tan distinto que hacía resonar su corazón de la emoción, curvar sus labios en una sonrisa cargada de alegría y temblar sus manos con la fina idea de que habría gente, cosas nuevas que superar, momentos en el cuál poder superarse cada vez más.

Se aventuró. Con sus equipajes, con su traje de héroe y una estima tan alta como sus expectativas, caminó hacia aquel castillo siguiendo las indicaciones de aquella carta que por el viento, se movía sin parar o quizá, temblaba de miedo por estar tan cerca de la posibilidad que era desaparecer en una explosión.

El calor del sol recorriendo por todo su cuerpo no se comparaba al interés que hacía feliz a todo su cuerpo, la sencilla idea de poder explotar aún más sus capacidades en un lugar nuevo regocijaba con gran ilusión su ya de por si explosiva actitud.
Más sin embargo, no esperaba una bienvenida o quizá alguien a lo lejos yacía quieto con una mirada más que fija en su tan formado cuerpo. Curioso.

•—— ¿Ah? —–• Era extraña la sensación, pero su aburrida actitud no se hizo esperar y fue la primera que se hizo notar, sobre su sonrisa, sobre su posterior alegría. Borrando todo rastro de emoción y reemplazándolo en sencillas ganas de explosión.

No titubeó pues continuó caminando, pero la misma mirada, fija y a la vez conjunta a una inesperada reacción, la correspondió sin siquiera parpadear. Retaba aquel ser que fuera, lo tentaba a hacer lo que quisiera con él. Que se atreviera, sería el primero en probar el suelo.