Sentimientos. (Privado)

La albina se encontraba en medio de la lluvia, seguía perturbada por todo lo que estaba sucediendo, su corazón estaba demasiado dañado, no entendía que estaba pasando, ella había renunciado a aquellos sentimientos, pero al volverlo a ver estos regresaron y al mismo tiempo aquella barrera que había hecho en su corazón se había roto completamente, quería terminar con aquellos sentimientos, no podía más, no podía seguir siendo aquella niña esperando a el príncipe azul inexistente, pero no podía evitar sentirse rota, no podía evitar llorar, era solo una humana.

El agua que caía del cielo formó la imagen de aquel que tanto le lastiman, de aquel que tanto amaba, sabía que jamás podría enfrentarlo y decirle todo lo que sentía, por esa razón solía usar su poder para formar aquello y así liberarse un poco de todo, miró fijamente aquella figura mientras un nudo se formaba en su garganta.

—Y-yo no sé que hice para ganarme tu odio

Diría mientras se acercaba a aquella figura formada por ella, encajó sus uñas en su vestido para no empezar a llorar, recordó aquellas hirientes palabras, pateó la arena bajo sus pies y observó enojada la figura.

—AMARTE DE LA FORMA EN LA QUE LO HAGO DUELE ¿SABES?

Se aseguró nuevamente de que nadie estuviera cerca, ciertamente le daba algo de vergüenza demostrar toda su frustración, después de todo nunca se le dió completa libertad de mostrar todos sus sentimientos, su interior era una montaña de nudos de sentimientos encontrados que le afectaban todos los días, volvió a enfocarse en la figura, su mirada bajó a la arena soltando un suave suspiro.

—No soy de piedra, me dolió demasiado ¿No pudiste no decir nada? ¿De verdad me odias tanto como para romper mi corazón otra vez?

No podía evitar llorar al recordar todos aquellos momentos felices que vivió con él, no podía evitar no sentir nada, secó sus lágrimas mientras la lluvia era casa vez más fuerte, comenzaba a descontrolarse poco a poco.

—Sabes que no suelo llorar, pero tus palabras cortan muy profundo...

Sus manos temblaron ligeramente al igual que sus labios, estaba completamente rota, no sabía cómo iba a recuperarse de eso, había tardado años en convencerse así misma de que si nunca le buscó era por qué estaba muerto.

— Todo lo que me queda por hacer es mirar como me desprecias, quema, duele mucho.

Golpeó aquella figura de agua mientras lloraba, cerró los ojos mientras sus lágrimas caían como cántaros de agua, recordaba las pequeñas promesas que ambos sabían que jamás se cumplirían, eran unos niños así que no lo culpaba si no lo hacía, solo le seguía doliendo.

—¿De verdad era un por siempre?

Murmuró mientras se cubría el rostro con sus heladas manos, deshizo aquella figura de agua von sus golpes, comenzó a caminar hacía el mar mientras miraba la arena, se sentía deprimida.

—Soy tan patética...

Y dicho esto comenzó a nadar para nuevamente intentar olvidarse de todo o para tan siquiera tranquilizarse.