Encuentro fortuito (Priv. Con Sakura)

La mañana había transcurrido con una serenidad inigualable para las 9 de la mañana. El cielo se encontraba nublado, no soplaba casi nada de viento y se oía el canto de algunas aves. Las hojas de los árboles y el pasto brillaban con un singular tono verdoso y el rocío que les recubría.

Para Nathan, el día comenzaba desde las 5AM a diario. En su dedicación ocupaba las primeras dos horas para vestirse y meditar un largo rato; mientras que, las próxima dos, para comenzar con su entrenamiento frecuente, principalmente consistente en ejercicio. Siempre que no tuviera alguna misión que demandase varios de sus días, está solía ser la única rutina que seguía antes se regresar a la academia a buscar algún trabajo disponible.

El chico comenzaba puliendo sus reflejos al lanzar objetos y atacarlos, siguiendo con un maratón que rondaba por toda la arboleda para si velocidad. Ahora mismo, se encontraba sobre los árboles, saltando y colgándose en ellos. Así decidió quedarse durante un rato.

Durante los últimos días había una figura recorriendo su mente. No le conocía y únicamente distinguía una singular cabellera blanca ¿De quién se trataría? Se preguntaba. Durante la meditación buscaba no desconcentrarse, así que fue ahí, colgado de cabeza de una rama que se puso a pensar sobre el asunto mientras perdía su vista hacia el pasto.

Todo va de una manera normal, nada nuevo en su rutina la cual consistía en estudiar, practicar y de vez en cuando hacer de sus fechorías.
Sakura está decidida a lograr su propósito de mejorar sus habilidades y llegar a la par de su hermana Rin, al fin al cabo, ella es la líder de la familia Matou, tenia que ser fuerte para que sus enemigos y futuros aliados la consideren una digna maga.


Luego de las clases de la mañana, prosigue a ir al bosque, con pasos silenciosos para no llamar la atención aunque nadie lo hacía. No tenía amigos , aparte de su Rin, pero la mayor parte la pasaba sola imaginando su mundo de fantasía donde baila y come ricos dulces ... comer ... el hambre y el deseo por comer y devorar. Pero esa tarde no estaba ahi para eso, su circuito mágico había cambiado al elemento agua cuando comenzó el entramiento con los Matou, nunca pudo dominar lo a la perfección y quería de una vez por todas hacerlo, por lo que en ese pequeño arroyo se pondría a intentarlo. Comenzando con algo simple con formar en sus manos una esfera pequeña de agua sin derramar una gota, dias y dias en este entrenamiento ya estaba casi saliendo fructífero, solo, teniendo que pulir un poco más.

Pero sabe que hay alguien cerca, ¿Quién es? Su sombra se dispersa un poco para intentar encontrar al intruso y saber si es alguien de que debe preocuparse.

El joven cerró los ojos mientras seguía colgado, cruzó los brazos y respiró hondo. De inmediato comenzó a levantarse en una serie de flexiones hasta tocar sus rodillas con sus codos. Aprovechó lo sintonizados que se encontraban sus pensamientos para poner su cuerpo en acción de una forma constante y ejercitarse.

Fue unos minutos después, cuando empezó a sentir el ardor abdominal del ejercicio, que abrió sus ojos acompañados por un suspiro y notó un movimiento extraño en las sombras de los árboles. Se quedó colgado nuevamente mientras observaba aquellas que, sin duda, se estaban moviendo sin sintonía con el sol.

Su reflejo fue subir a la rama de árbol para apoyarse ahí. Normalmente no cargaba mucho equipo cuando salía a entrenar, así que optó por correr sobre la rama para saltar a otro; luego a otro sucesivamente. Comenzó a desplazarse entre hojas y ramas mientras seguía el sombrío rastro, en el suelo, desde los árboles. Sabía que alguien más se encontraba por aquellos lares, solo le quedaba preguntarse de quien se trataba y no bajar la guardia en ningún momento.

La esfera con la que entrena se deshace y todo su cuerpo entra en un estado de alerta, alguien avanza a donde se localiza, temiendo que sea algún enemigo. La sombra que conforma su vestido se expande ; todo árbol, flor y hasta insecto que se encontré en su camino perece al instante, aquel círculo de muerte listo para sumergir a otra de sus víctimas.

Cinco enorme látigos se elevan, revoloteando en el aire con la clara intención de servir de ataque . Decide caminar, arrastrando la sombra a donde se dirige y aniquilando con todo lo que se topa.
La adrenalina cubre su alma, hace tiempo que no prueba un bocadillo y la cresta de su familia pulsa lugares exactos de su circuito mágico para alentará más. Deseando divertirse decide dar el primer aviso.

- No es bueno estar espiando, supongo que tienes malos modales . Oh, tendré que darte una pequeña lección, mejor sal y muéstrate. Su magia aumenta, claro indicio de que desea que la encuentre y ver quien es el valiente que ha llegado a ese lugar.

Se encontraba en pleno aterrizaje sobre una rama cuando ésta se rompió ante la repentina defunción del árbol. Si reflejo fue inmediato, dio una patada a los restos del tronco para impulsarse nuevamente. Ahora rondaba la zona en círculos.

Fue entonces que vio una especie de tentáculos sombríos partir desde un claro. Preguntas le surgieron, inmediatamente, sobre qué podría ser aquella silueta extrañar. Fue entonces que escuchó una voz suave, aparentemente haciendo una oferta "pacífica". Su sorpresa no se hizo esperar.

—¡Espera! ¡No ataques!— Exclamó mostrando una mano abierta desde un tronco, mirando hacia la extraña figura.

Bajó de su base con una voltereta que le dejó a escasos metros del usuario de aquella magia. Mostraba un semblante sereno e hizo una leve reverencia como saludo.

—Mi nombre es Nathan Haider, un gusto en conocerte.