Tiempo de vals.

La noche había llegado tan rápido como un parpadeo. En una menuda recamara de un castillo acaudalada situada CIUDAD DE YOKOHAMA, el astro nocturno se vislumbraba con su enigmático resplandor acompañado por la perfecta sincronía de las estrellas en el cielo. En ella, se encontraba una pequeña dama de cabellos dorados abrazada por polvo color oro puro, de piel blanca sus rasgos faciales y de ojos radiantes color esmeralda.


La pequeña caballero y futura Rey de trono de Bretaña estaba concentrada observando las estrellas como si fuera un libro de cuentos  —Pronto llegaran—, con una sonrisa radiante se hallaba en la puerta de entrada del gran salón de fiesta. Esperaba pacientemente sus invitados, su Yo actual de ahora se consideraba una risueña damita empedernida amante de los caballos en crear nuevas amistades, cada noche pedía a las estrellas que guiara su camino con su luz.  



—Cuando sea grande quiero llegar a ser un gran Rey, Rimuru— sus ojos, sostuvo los extremos de su vestido y empezó a bailar en la entrada  —, Quisiera que estuvieras conmigo— siguió diciendo la entusiasmada pequeña con gran sonrojos en sus mejillas.  


Escucho pasos acercarse y vio características muy similares a sus invitados, estaban llegando a la pequeña fiesta que había preparado para recibirlos.


—Bienvenidos, espero que disfruten la fiesta— mencionó esbozando una gran sonrisa.

En aquella noche se podia ver un pelirosa que parecia mas calmado de lo normal, como sienore portando su chaqueta de una manga, sus pantalones blancos que esta vez eran un poco mas largo al punto que llegaban a sus tobillos u ptro pequeño cambio fue el uso de unas botas para cubrir sus pies pues por un "accidente" quemo sus sandalias normales horas antes, como siempre su bufanda escamada se movia con el frio aire de la noche aunque para el DS no fue problema el frio pues el ser usuario de una magia de fuego mantenia su temperatura corporal siempre caliente.

- Una fiesta es lo que necesito para relajarme de tanto entrenamiento...¡Y poder ir sin el uso de los horribles transportes sin duda alguna es lo mejor de todo!

mencionaba alegre por el simple de hecho de evitar lo que el consideraba maquinas creadas por Zeref para el mal aunque sin darle mas importancia puso sus manos en su nuca y siguio su camino hacia el castillo.

Los minutos pasaron rapidamente cuando el ya se habia introducido y habia paseado por el lugar bastante curioso y tocando basicamente todo lo que podia cuando llego a una sala y vio a Arturia saludar y sonreir, gesto que el devolvio a la chica.

- Hey Arturia, buenas noches y ¡gracias por la invitacion a la fiesta!

Menciono mirando con curiosidad la decoración del lugar pero sin duda alguna sabia que venia a comer y talvez beber, eso dependia de que tan bien fuese el vino, alcohol o una bebida normal

Sus azulados ojos se dirigieron al espejo que se encontraba frente a ella, miraba su figura con confusión y de cierta manera; incomodidad, no le agradaba llevar un vestido algo apegado, aunque sabemos que Ryuko suele llevar ropa bastante reveladora, eso no era motivo para llevar ropa bastante ajustada, no era su tipo y lo demostraba con gruñidos bastantes llenos de ira y un ceño bastante fruncido.
Giró su silueta para poder mirar su espalda, notaba el estampado del vestido con curiosidad, se formaban pequeñas flores pequeñas en el inicio de este, algo bastante curioso ya que su escote iniciaba con picos, el vestido le llegaba un poco abajo de las rodillas, era era otra incomodidad por el cual preocuparse.
Con sus zapatos tuvo mayor problema, pues acostumbraba a llevar siempre tenis blancos de plataforma alta (La cual le hacían ver mas alta, pues es de una estatura algo baja), pero estos no combinaban con aquel elegante vestido que debería ocupar para aquella fiesta cual iría por mero compromiso, tal vez bebería alguna que otra cosa como entretenimiento, pero no se imaginaba a ella misma estando bastante contenta en una fiesta tan formal, esperaba no tener mucho contacto con la gente.
Al final optó por ponerse zapatos sencillos de plataforma bastante baja, eran de color azul marino; al igual que su vestido, llevaban agujetas en los tobillos con una pequeña piedra blanca al final, resaltándole y dándole un toque mas.
Su figura se veía distinta, pero de cierta manera linda y no parecía ser tan agresiva con ese atuendo, lo más resaltante fue su cambio de estatura, pero no le tomo mucha importancia.


Expresó con desagrado para ella misma, miro un poco más su reflejo durante unos minutos, hasta el momento en que escuchó caer la mitad de su tijera, se dirigió ante ella con algo de nostalgia, aunque trato de evitarla girando su cabeza con brusquedad, al acomodarla salió corriendo de su apartado, dirigiéndose hacia el hogar de la peliamarilla, lista para escuchar bastante ruido, algo agotador para ella.

     ( ··· )

Expresó para si misma con cierta sonrisa descriptiva y ceja alzada, mirando con curiosidad el lugar de arriba a abajo, dio unos paso más para continuar con el llegue a su destino y de manera esperada se encontró con alguna que otra gente, algunas conocidas al ser compañeros, las otras ni bola les paraba al no conocerlas siquiera un poco, sin mas, camino por el lugar con tranquilidad y calma, esperando lo que fuese que tenia que pasar.