Dos sospechosos (Morgan, Corinne, libre)

Los faroles blancos que circundaban por el parque de diversiones se encendían poco a poco, haciendo que el parque de diversiones se encendiera cómo un enjmabre de luciérnagas. Luces diseminadas en la carpa del circo, en la casa de los espejos, en los carruseles, las montañas rusas provocaban este paisaje de cielo púrpura y nubes flamígeras y puntos destellantes.

Un panorama inefable. Sin embargo, lo que más destacaba era la rueda de la fortuna. El castaño se estaba en una de las cabinas y mientras bajaba se dio cuenta que en la cabina del frente había un par de chicos. Uno era albino y la otra pelifucsia, ambos sentados y hablando sobre algo. Le picaba la curiosidad.

— Oigan, ustedes los que están al frente. ¿Ustedes son novios o qué? Anda díganme, no sean malos, — exclamó a todo pulmón con ambas palmas a los costados de sus mejillas. ¿Quiénes eran ellos? Eso era lo que se preguntaba, pero su cabeza no rememoraba nada. No había ninguna pizca de información en su cerebro de ellos.

— ¿Ustedes son de Ossor? — entonces, los adolescentes que estaban mirando desde el suelo extendieron su cabeza al cielo y huyeron propulsados por el miedo. Nadie quería a los de Ossor. Los humanos sobre todo.