El susurro de las estrellas: Parte I (Mona)

Música del rol:

— Qué hermosa luna, — luego de una tarde junto con Mona en el Viñedo del Atardecer pudo apreciar un poco más las coasa en este mundo tan desatado de locura y de tragedias. Pudo olvidar un poco más a la Orden de Favonius, y dejar de pensar en la muerte de Crepus, su padre. ¿y para qué decir lo de Kaeya? Asuntos desgarradores que le costaban noches sin dormir.

Mona vino a visitarlo, pues las estrellas parecían presagiar algo para él, tanto bueno como malo, mas trascendente en la vida del pelirrojo. Habían bebido jugo de uva bajo una parra y habían conversado toda la tarde. — Señorita Megistus, le doy las gracias por venir, y que sepa que le estoy eternamente agradecido, — puso su mano sobre su hombro y se inclino ligeramente. Echó su cola hacia atrás y siguió contemplando esa imponente luna que hacía descender sus rayos argénteos sobre el viñedo y los bosques circundantes.

La acompañó hasta la puerta de entrada. Las visiones que le contó le producían inquietud. Ante tantas calamidades, Diluc no podía evitar pensar en cosas que podrían hacerlo sucumbir. Entonces, pasó lo siguiente.

— ¡Eh! — accidentalmente roza su mano con la de Mona. El pelirrojo no pudo evitar un ligero rubor. Diablos, qué incómodo. — Disculpe, señorita — comentó mientras avanzaban y un viento cálido y generoso soplaba en contra de ellos. Se la quedó mirando de reojo esperando a que no haya molestado a la astróloga.