Suicidio [Maria, Dya, Orión]

Suspiró, andando por los verdes campos, siguiendo a Maria y Dya, las cuales sabían bastante mejor que el donde estaba cada cosa en esa isla -- ¿Y exactamente, por que tenemos que ir a buscar esa carta? Ya se que he sido yo quien ha accedido a venir, pero... Sigo sin saber el porque la buscamos -- Al fondo se podía distinguir ligeramente la punta del nombrado faro. Solo tuvieron que andar un poco más, antes de poder observar el faro en todo su esplendor, a lo lejos. Era enorme, y completamente blanco. No daba la impresión de que fuera un lugar tan horrible, al fin y al cabo.

Bajaron por la colina, acercándose a unas casas construidas cerca del faro -- Podriamos preguntar... ...¿Ahí? -- Rápidamente reiteró eso, pues al acercarse lo suficiente se pudo ver que todo eso estaba abandonado -- Entonces, ¿El faro también está abandonado? Que desperdicio... -- La verdad es que ahora si se sentia un poco más incómodo. Todo alrededor estaba desértico, pero no conseguia relacionar eso con el nombre de La roca de los Suicidios...

Se fue acercando al precipicio, para mirar abajo, mareándose algo y tirando para atrás. Ahora creía que lo entendía -- Esto está altísimo... -- No era solo eso. Las puntiagudas rocas en el fondo de este precipicio no le daban buenas vibraciones, ahora alcanzaba a comprender el nombre que se le habia dado al lugar. Estaba bastante seguro de que no queria darle uso ni ver darle uso en su vida. Miró alrededor, intentando despejar la mente -- Bueno, chicas... ¿Que tal si empezamos a buscar? ¿Alguna idea de por donde empezar? -- Dijo con mala cara, intentando desviar su atención del precipicio

//Perdon por la pequeña tardanza U_ U

Era un día bastante claro, el sol y las nubes se asomaban por el cielo, la mayoría de los estudiantes de la academia se encontraban en clases o vagando tranquilamente por la ciudad, pero ese día no era común. Una chica de corazón roto e ilusiones destrozadas había desparecido y su familia aun esperaba que regresara. Solo había una evidencia del destino fatídico de esa joven y esa era una carta, un papel olvidado en algún lugar de la isla, era el testimonio de la joven en el que escribió el porque deseaba desaparecer de este mundo, era su ultima confesion. Pero tanto esa carta como esa joven eran mas importantes de lo que parecían, unas extrañas personas comenzaron buscar esa carta en la isla, gente que intentaba pasar desapercibida pero no podía, eran militares. Y una pequeña niña castaña podía sentir la extraña tensión en el ambiente, podía observar a su alrededor a esas extrañas personas que intentaban preguntar disimuladamente cosas sobre la chica desaparecida, era demasiado evidente que solo intentaban reunir información con respecto a esa chica. Pero ¿Porque esas extrañas personas buscan información acerca de esa chica? Era algo que no podía dejar de preguntarse la pequeña castaña. Pero había los fuertes rumores de que esa chica se suicido, incluso había gente que decía haber oído sus llantos y lamentos cerca de la mismísima roca de los suicidios.

Aquel misterio le resultaba bastante extraño a la pequeña niña, pero lo que la aterraba era esa sensación de que algo malo podría pasar, tambien esos indicios de que el rumor de que esa chica se habia suicidado podrían ser verdad. Así que por eso se decidió a investigar ese extraño suceso, sin duda alguna estaba dispuesta a averiguar si en verdad esa chica se habia suicidado y el porque habia gente extraña preguntando por ella en toda la isla. Si Maria quiere recuperar el sueño, Maria debe de saber que paso . Y el mejor lugar para comenzar la investigacion era la tan nombrada roca de los suicidos. Aunque aquel era un lugar al cual era dificil acceder, pues tan solo nombrar ese lugar en una conversacion cotidiana producia cierto escalofrio, solo los aventureros y los mismos suicidas se atrevian a ir a ese lugar, el camino estaba bastante abandonado y la maleza creciendo lo hacia casi inaccesible, la pequeña castaña no podia aventurarse sola hacia ese lugar, debia de buscar ayuda. Y solo un par de personas se ofrecieron a ir a esa expedicion, un extraño ratoncito pelirrojo en el que no confiaba mucho y Orion, un extraño chico rubio. ¿ Porque decidieron unirsele en esa investigacion? La pequeña castaña no lo sabia, quiza ellos tambien tuvieran esa mala sensacion, quiza simplemente buscaban aventuras, eso la pequeña nunca lo sabria. Pero habia que empezar por algo, habia que empezar por averiguar el motivo por el que la chica se habia suicidado, habia que hayar su carta de suicidio y el unico lugar preciso que existia para intentar buscarla era la enorme roca de los suicidios.

Asi que, en un atardecer, los tres comenzaron su camino hacia el extraño lugar, el camino era sumamente dificil y la caminata era bastante larga, al parecer, el molesto raton pelirrojo parecia estar tan decidido como la pequeña castaña, pero Orion parecia cansado, y quiza solo se habia unido a la busqueda por curiosidad.-Uu uu, Algo malo pasara si esa carta es hayada por la gente extraña, algo siniestro uu uu- le respondio a Orion en tono frio y pausado, aquellas personas extrañas rondando por la isla no debian averiguar nada sobre esa chica, o si no quiza algo malo podria pasar. Pero, despues , fue solo una cuestion de minutos hasta llegar al faro en la roca, un extraño faro viejo y abandonado. Y, asintiendo ante la indicacion de Orion y sin entender su extraño chiste contesto. -Uu uu Maria buscara ahi, ustedes deben de buscar por el bosque, uu uu. indico en tono frio, aquel faro parecia no estar deshabitado del todo, sus viejas ventanas aun hacian ruido, pero de algo estaba segura la pequeña niña. Hay algo extraño dentro de ese faro.

Nada como una buena siesta para recuperar las energías perdidas tras haber estado practicando hasta el cansancio con su tan amado arco, sin embargo en el instante en que aquel peli-rojo estaba a punto de cerrar sus ojos para poder descansar un vagante pensamiento lo dejó con una terrible sensación en el pecho, si se pudiera describir mejor sería aquel sentimiento de "Muerte" que desde hacía tiempo  no había experimentado, pero ¿porque se sentía de tal manera? y ¿que lo ocasionaba? eran las preguntas que se repetía una y otra vez mientras observaba el techo de su habitación. Ciertamente aquel molesto y frío sentir que lo recorría estaba conectado a los rumores sobre la chica que aparentemente se había suicidado y con la dichosa carta que era la única pista para saber que había acontecido con ella. Si bien la curiosidad recorría cada parte de su ser y por lo mismo no paraba de rodar en su cama, aún tenía sus respectivas dudas si de verdad todo aquello era cierto y en ese caso tenía el presentimiento de que -en cierta manera- le correspondía el descubrir el "porqué" de todo ese tan misterioso asunto.

Tras haberse arreglado para salir en busca de la carta salió de su habitación con la mirada un tanto perdida, sus pasos eran pesados y lentos -como si estuviera sin vida- , sus manos en los bolsillos y con parte de su cabello cubriendo su ojo derecho daba la impresión de que llevaba consigo un estado de ánimo depresivo, cosa que no era nada normal en él. Al paso de tiempo ya se encontraba cerca del dichoso lugar conocido como "La Roca de los Suicidios" , aquella área donde varias personas optaban por quitarse la vida y con eso liberarse de los problemas que como personas tenían. Aquel mismo sitio , con todo y su nombre, no hacía mas que molestar al peli-rojo pues ¿como era posible que existiera un lugar como ese?, ¿donde habían quedado las personas dispuestas a encarar la muerte con tal de proteger a sus seres queridos? , ¿donde estaban aquellos seres que se desgradaban de cometer el "suicidio"? , tales preguntas merodeaban por la mente del mismo chico. Siendo que desde el momento en que falleció hasta este punto nunca había escuchado de personas que se suicidaran como si nada mas fuera a pasar y ahí fuera a terminar, el que ahora lo hicieran era como si se preguntara el porque había regresado, pero al final los tiempos no eran los mismos y el motivo de su aparición ahí no era mas que para dar punto final al asunto.

Ahora que se encontraba en la tan aclamada "Roca de los Suicidios" ,- lugar que solo le daba cierto repudio  -, en conjunto de María, aquella niña que había conocido cuando fueron tenidos como sospechosos del incidente del bar y que solo complicó mas las cosas, y Orión un chico que de plano no conocía ni siquiera de vista, fue que su una gran sonrisa apareció en su rostro pues aparte de que no haría esta búsqueda solo estaba mas que seguro que todo sería algo digno de recordar, ya que no solo ellos buscaban la carta sino también los militares. Motivo por el cual estaba mas que preparado por si tenían que golpear uno que otro metiche encubierto. + Bueno...aquí estoy, a punto de buscar algo que bien podría ser falso o verdadero, pero que mas da solo espero que haya algo de acción. + Susurró antes de ponerse a la par de Orión, claro que teniendo ciertas dudas sobre el comportamiento del mismo decidió el mantenerlo vigilado, aunque no parecía ser de los que causaban problemas ...o eso aparentaba.

Al cabo que ni quería llevarse bien con Orión no solo por lo extraño que le resultaba sino también por que desde que lo vi cierto disgusto se le presentó, aunque también eso podía ser resultado del ánimo tan apático que tenía pero si algo lo hizo enojarse -hasta cierto punto- fue el que lo llamaran "chica" ¿es que acaso no sabía diferenciar entre un chico o una chica? o solo era fue expresión, también podía ser resultado de una confusión con el nombre que él portaba, sin embargo esa no era razón para no respingar sobre el asunto. + ¡¿Chicas?!, espera un momento, yo no soy ninguna chica y si te confundiste por mi nombre espero no me vuelvas a decir así . + Primero exclamó con gran fuerza y luego un pesado suspiro soltó, aunque su cabello también había mostrado indicios de enojo pues -casi como una pistola-  el mismo había tronado formando como resultado su tan distinguido tulipán; tras eso se puso a caminar a la par de María en un intento de mantener distancia con Orión. Mientras caminaba no pronunció palabra alguna hasta el momento en que le fue dicho que revisara el bosque, cosa que tendría que hacer con aquel chico y aunque al principio quería decir alguna objeción terminó permaneciendo en silencio pues nunca se sabe que tipo de persona es uno hasta que trata con la misma. + ¡Claro! , revisaré el bosque junto con ...hmm...este chico cuyo nombre desconozco pero ¿de verdad quieres revisar el faro sola? + Preguntó mientras miraba a María , no lo notaba pero se preocupaba por la decisión que había tomado, después de todo no le deseaba el mal a nadie.

Miró a Dya y se rascó la cabeza -- P-Perdona, tienes un nombre bastante unisex... Creo que no lo arreglo... bueno, mejor dejemos el tema y pongámonos a buscar, este sitio me pone nervioso -- Además, si había soldados buscando la misma carta que ellos buscaban, estaba claro que no podía venir como alguien que solo es "curioso". Seguramente tendrían que acabar luchando... se puso serio, y miró a María -- Si te soy sincero, me da la impresión de que María sabe cuidarse sola... -- tampoco lo dijo en voz alta, pero esa pequeña bruja no le daba buenas vibraciones. Por ahora, se tenía que concentrar en encontrar la carta. ¿Algún hechizo de increíble poder? no creía que lo fuera a dejar como despedida de suicidio. Quizás algunas indicaciones... ¿Un mapa? ¿Algún secreto de la academia? De repente se impacientó. Quería saber lo que había allí dentro, aunque eso le costase dar unas cuantas palizas.

Miró a Dya. ¿Por que quería acompañarlo? Seguramente no se fiaba de el. La verdad es que hasta ahora no se había comportado de forma fiable, en cierto modo lo comprendía, así que no se quejó. Una vez María se dirigió al faro, miró el bosque y frunció ligeramente el ceño -- Oye... ¿Tienes alguna idea de lo que puede haber en esa carta? -- Empezó a andar hacia el bosque. Notaba que había bastantes militares. Las multitudes le ponían de los nervios, no podía esperar a acabar esto e irse. O a repartir engranajazos. Lo que fuera más rápido. En cierta forma, el paisaje no estaba nada mal. Era todo bastante bonito, pero el ambiente estaba muerto. Era una mezcla de nerviosismo y comodidad. Curioso... Miró el faro a lo lejos. ¿Como debía funcionar? Seguramente luego lo iría a comprobar, no estaría nada mal poder contemplar una maquinaria como la que se escondía allí...

Se adentró en el bosque. Realmente era mas espeso de lo que parecía en un inicio. Se podían escuchar rudios distantes. ¿Animales salvajes o soldados? Poco importaba -- Bueno, la idea de buscar por el bosque no esta nada mal, pero... ¿Exactamente, por donde empezamos? Hay mucho terreno que cubrir, si no tenemos ninguna referencia será casi imposible orientarse bien -- ¿Acaso había alguna edificación cerca? ¿Un Árbol diferente?

A la pequeña castaña no le interesaba la probable pelea que tendrian esos dos sujetos, estaba enfocada en encontrar aquel  testimonio escrito de la muerte de la joven,  el porque se seguía escuchando su voz cerca de la roca, el porque era perseguida por aquellos seres extraños que habían llegado a la isla. Asi que, con lentitud, subio  por las viejas escaleras del faro, que no podian  evitar hacer un leve ruido en cuanto eran precionadas por los pies de la pequeña,  no pudo evitar ensuciarse con polvosas y sucias telarañas a cada paso que daba, el faro parecía bastante antiguo. En la parte principal del faro  habia una gran ventana y una enorme lampara empolvada. Maria  podra ver todo desde aqui.  asi que, limpiándola con cuidado,  pudo ver el bosque y   a sus dos acompañantes adentrarse en el.  Incluso podia ver aquella solitaria roca,  el lugar donde todas aquellas almas desamparadas descidian terminar con sus vidas, dandole un ultimo adios a este mundo. Un lugar mas siniestro de lo que su inofensiva apariencia daba a relucir, pero no lograba ver  señales de la olvidada carta  ni de su joven escritora. Quiza Maria solo deba de esperar Asi que, se sento en un pequeño banco que se encontraba junto a la polvosa lampara, observando al horizonte, esperando a que aquel desdichado fantasma apareciera, t aunque tenia el presentimiento de que, en cualquier momento, algo extraño pasaria.

Paso el tiempo, la tarde comenzo a convertirse en noche y, sin los rumores eran ciertos, aquel desdichado ser aparecería en cualquier momento, pero no daba señales de aparecer en ningun momento, todo parecia demasiado pacifico y la pequeña niña castaña comenzaba a dudar de que sus presentimientos fueran mentira por primera vez en su vida.  Pero solo fue cuestion de segundos para que el destino cumpliera los extraños presentimientos de la pequeña niña y aquella desdichada joven comenzara aparecer, se comenzaron a oir murmullos de lamento y arrepentimiento en el enorme bosque y el viento comenzó a aumentar cada vez mas, a un punto en el que  viejo faro de madera se agitaba estremecido, parecia que la vieja construcción hiba a derrumbarse en cualquier momento. -Uu uu esos rumores son ciertos, Maria esperara uu uu-   dijo sin siquiera levantarse del pequeño banco, aquel faro le daba una  ventajosa vista y no la perdería en ningún momento.     - Uu uu Maria  debe de esperar, Maria no puede irse de aqui  uu uu. - Murmuro con un tono frio,  no le importaba si el faro de derrumbaba de pronto, por alguna razon su miedo a morir se habia esfumado desde hace bastante tiempo, aunque no sabia como la estarian pasando aquellos chicos   que se encontraban metidos en el bosque. Solo podia ver al horizonte y agarrarse fuertemente del banco,  mientras el viento atacaba con todas sus fuerzas el viejo faro.

Explorar el bosque, ¿porque no?, de seguro que solo habría uno que otro animal raro o normal; también era posible que se toparan con los militares que buscaban la nota de suicidio, al final todo podía pasar cuando Legacy y personas normales se encontraban. Su compañero era nada mas y nada menos que Orión, aquel joven que no le daba muy buena espina, pero las suposiciones que el peli-rojo tenía normalmente eran erróneas por lo que tampoco quiso juzgar al joven sin siquiera conocerlo. Unos pasos dio hacia el bosque mientras escuchaba cada palabra que salía de la boca de su acompañante y ninguna de ellas parecía ser de interés alguno; su mirada alzó hacia el cielo conforme guardaba sus manos en los bolsillos, pese a eso tenía que responder a lo que le era preguntado para no dar una mala primera impresión, si es que no lo habia hecho todavía. + ¿En la carta?, según es el motivo por lo que la chica se suicidó pero no me sorprendería si terminara siendo un secreto de grandes magnitudes, como lo fue la existencia de seres diferentes a los humanos, jeje después de todo estamos en Legacy, un lugar nada normal. + Musitó en un tono aburrido y pesado para luego voltear y ver a la persona que le acompañaba; su mirada expresaba que estaba aburrido y su posición solo re-afirmaba lo que mostraba mediante sus ojos, después de todo no había ocurrido nada que fuera interesante.

Con el tiempo él se fue adentrando mas en el espeso y gran bosque  hasta el punto en que no recordaba por donde había venido ni para donde tenía que ir, nuevamente se había distraído y como consecuencia no sabía para donde dirigirse. Su cabeza agachó y luego suspiró pesadamente. De verdad que el caminar por un largo tiempo y no tener nada mas que hacer aparte de ver hojas, ramas, arbustos y demás cosas que tenía un bosque, en definitiva era aburrido. +  Tienes razón buscar aquí es una buena idea, pero a todo esto he de preguntar: ¿Eres un mago o algo así? , de ser así, ¿podrías usar algun hechizo de reconocimiento para encontrar alguna pista? + Preguntó en un tono curioso, si no podía hacer algo divertido por lo menos intentaría conocer mas a aquel desconocido. Esperó a que su pregunta fuera respondida entre tanto mostraba una gran sonrisa hacia su compañero, no quería causar una mala imagen de como sería su comportamiento, por lo que de seguro sería mejor comportarse con normalidad y pasar por alto las extrañas corazonadas que empezaba a tener sobre aquel lugar.

Sus brazos estiró hacia el cielo y luego un gran bostezo salió de su boca; sueño tenía y negarlo era imposible, pues sus ojos mostraban con facilidad el cansancio que llevaba consigo. Tras unos minutos se recostó debajo de un árbol frondoso y lleno de manzanas; se acomodó de tal manera que pudiera sentirse cómodo y se dispuso a esperar para ver si su compañero era capaz de realizar algún hechizo o siquiera hacer algo que pudiera ser de utilizad, porque siendo él un arquero no tenía muchas opciones para poder ser de ayuda.

Se quedó un momento pensativo -- También podría ser posible, que fuera la hija de alguien importante, en ese caso... no tendría mucho sentido que fueran militares. ¿Un arma? ¿Un artefacto de gran poder? -- Le gustaba fantasear en las posibilidades, eran muchas. Además, si no hacia esto se aburría como un muerto. De repente empezó a soplar un viento que le puso los pelos de punta ¿El reloj lo estaba avisando de algo? Su intuición le decía que ahora mismo corrían peligro, los dos. Pero para saber de donde venía, tendría que sacar el bastón... Se fijó en que el otro parecía aburrido, tampoco le extrañaba. Tampoco había pasado nada que les llamara la atención... Hasta ahora

Estaba algo absorto en sus pensamientos, esa sensación no se iba, y ya había pasado un largo rato... no veía la luna por la espesura, y eso aún lo ponía mas nervioso. Se giró hacia Dya -- ¿Eh? -- En ese momento entendió la pregunta -- Oh, ¡claro! Déjame hacer algo -- Sacó el reloj de su bolsillo. No le gustaba montar este tipo de espectáculos, pero... Cerró los ojos, musitando algo. Tendió la mano y el reloj se quedó flotando en ella. De la zona inferior del reloj empezó a aparecer una varilla de metal que se alargaba. El cristal se rompió, y la cadenilla se fundió. La carcasa del reloj, junto a la esfera, se empezaba a astillar, mientras los engranajes empezaban a crecer, junto con las brocas. Cerró la mano en el bastón y un destello azulado acabó el conjuro. En su mano, tenía una enorme vara, con grandes engranajes en la punta y dos brocas de reloj que giraban sin control alguno, como los engranajes. Abrió los ojos y suspiró -- A ver que podemos hacer aquí... -- Hizo girar el bastón de Chronos encima de su cabeza, dando un fuerte golpe en el suelo con la parte de los engranajes, y sus ojos brillaron. Veía todo lo que había en el bosque... Hizo un mapa mental, se encontraban cerca del centro. Ahora su pregunta era... -- ¿Alguien sabía que en el medio del bosque hay un mausoleo? -- Se incorporó. En los mausoleos se reunía una importante cantidad de magia de los recuerdos y oscura. Un palacio para los que practican nigromancia. Esto no pintaba nada bien.

Miró a Dya, y a pesar de sus horribles presentimientos, decidió que deberían ir a buscar ahí -- Será mejor que investiguemos un poco, ¿no crees? -- Empezaron a andar hacia el mausoleo, pero al poco, sonó una alarma en el reloj, como si fuera un despertador -- ¿Que diablos le pasa a este trasto... ¡VIGILA! -- Hizo un rápido movimiento y embistió a Dya, cayendo los dos al suelo y pasando un enorme árbol por encima de sus cabezas, estrellándose contra una roca y haciéndose astillas. Se levantó, sacudiéndose el polvo, y ayudó a Dya a levantarse -- Sabes, me da la impresión de que no estamos aquí solamente por una carta -- Aunque a estas alturas, era bastante evidente

La pequeña niña se esforzaba por sostenerse en aquel faro tambaleante, parece que la estructura entera se encontraba rodeada de un remolino inmenso, pero a pesar de eso, el faro aun se mantenía en pie. Haciendo un esfuerzo por levantarse del pequeño banco, la pequeña castaña decidió que debía de comenzar a buscar cualquier pista posible antes de que el faro quedara hecho escombros. Ahí había algo que había notado su presencia, algo que posiblemente intentaría borrar toda pista que se encontrara cerca del lugar. Y, sin duda, ese algo extraño iría al bosque pronto. Aunque cada vez le quedaba menos tiempo, así que, caminando torpemente bajo por las
escaleras, mientras las paredes se tambaleaban y pedazos eran arrancados por el fuerte viento. Y, antes de poder seguir avanzando en la escalera, dos escalones se rompieron y la destrucción comenzó. Las pequeña, con cierta dificultad, corrió lo mas rápido por las escaleras, necesitaba salir de ahí o no podría resolver el misterio de la carta y, esos extraños sujetos seguirían buscando esa carta y,si la encontraban algo bastante malo pasaría. Hay secretos que deben de permanecer ocultos de la vista de los ojos ambiciosos que no puedan comprender los.

Al poder salir del faro, corrió sin mirar atrás hacia el bosque, no se pudo percatar que el viento que ataco el faro se detuvo en cuanto ella salio de ahí. Debía de buscar a los dos chicos del bosque, quizá ellos ya hayan encontrado algo, pero se daba cuenta de que no podía volver a meterse en el faro sola, aunque sabia que en ese lugar existía alguna pista del misterio de la carta. Aunque, al adentrarse cada vez mas y mas en el bosque, aunque no quisiera admitirlo después, sentía cada vez mas y mas miedo. Una sensación de malestar aumentaba en ella, sus pasos torpes le hacían tropezarse en los arbustos. Y, después de un rato, se termino tropezando y cayendo enfrente de ambos chicos . -Uu uu problemas en el faro uu- dijo mientras se levantaba y se sacudía el polvo de su ropa.

El peli-rojo al ver las acciones que su compañero mostraba, mostró una enorme sonrisa, después de todo no parecía que fuera alguien de quién desconfiar, es más aquel sentimiento que antes sentía se había desvanecido. Pero su emoción se terminó cuando le fue preguntado si sería bueno investigar aquel lugar. Sin duda aquello que buscaban estaría ahí pero ¿a que se debía que hubiera tanta sensación negativa? No lo sabía y por eso mismo decidió acompañar a Orión; se levantó de su lugar y con pasos lentos lo siguió.
El lugar parecía muerto, como si todo hubiera sido preparado de tal manera que no hubiera inconvenientes, cosa que al principio molesto al peli-rojo, ¿de verdad eran capaces de destruir el medio-ambiente para sus fines y encontrar la carta?, tal parecía que eran capaces de eso y más. De la nada una alarma sonó cosa que espantó al chico teniendo como consecuencia que saltara para atrás y se le erizara la piel. Pero eso no acabo ahí pues Orión lo embistió y ambos empezaron a caer colina abajo, lastimándose y quedando mas lejos de donde deberían estar. Para cuando ya estaban en el suelo ya no se podía levantar, y tampoco es como que quisiera hacerlo, es más deseaba quedarse ahí acostado y dormir. + Hem...eso dolió por lo menos me hubieras avisado que nos íbamos a tirar jeje. + Se aferró a la mano de Orión y con una sonrisa se levantó.

Sin embargo ruidos se empezaban a escuchar como si alguien estuviera a punto de aparecer y atacarlos, podría ser algún animal hambriento o los mismos militares que atacarían para que su secreto no fuera revelado, en cualquier caso no correría el riesgo de ser atacados y salir heridos. Su mano levantó al cielo y en la misma apareció un  arco, con el cual apuntó al punto donde se podía escuchar que venía aquel objeto o persona misteriosa. Entesando el hilo del arma y apareciendo una flecha capaz de matar a animales y humanos se dispuso a esperar a su objetivo. Listo ya estaba solo era cuestión de ver que cosa era, y para su sorpresa era María, la cual estaba polvorienta y hasta parecía lastimada. + Aaaaah un mons...digo es María. + Una pequeña risa se escuchó por parte del peli-rojo, estaba a punto de decirle "monstruo" , lo que de seguro causaría disgusto en ella; y aunque fuera algo extraña la forma en que ella apareció, le alegraba ver que no le había pasado nada a excepción del polvo que llevaba encima.

Ahora que se encontraban los 3 juntos era hora de planear algo y así recuperar la carta o por lo menos salir del lugar ilesos; el problema es que él nunca había sido bueno para hacer un plan y por eso mismo esperaba que  Orión le hiciera de líder -teniendo en cuenta que es el mas grande.- + Bueno hay que regresar a la cima. + Señaló con su dedo índice el lugar de donde había caído, también una sonrisa victoriosa se podía ver en su rostro y su ánimo parecía haber vuelto a la "vida." + Bueno...supongo que alguno de ustedes tiene un plan , ¿no? + Dirigió su mirada hacia los otros dos esperando que tuvieran alguna idea.

Se sonrojó algo -- Perdona, solo era para esquivar el árbol -- A la velocidad que iba esa cosa, los podría haber matado al impacto. Miró a María cuando apareció -- ¿Problemas en el faro? ¿De que se trata? ¿Los soldados te han atacado? -- A saber porque, pero se sentía responsable de lo que le pasara a ese grupo. Al fin y al cabo, estaba bastante seguro de que los doblaba o triplicaba en edad... ¿No era eso lo que hacía la gente mayor? A saber, nunca tuvo educación...

Miró hacia arriba -- Como volver... Hm... -- Se miró la vara -- Yo podría subir, pero no creo que aguante el peso de los tres, así que esto queda descartado. Si no me equivoco, por lo que he visto antes, por aquí hay un camino que lleva directo al mausoleo. Tendríamos que seguirlo -- Empezó a andar por ese camino. La clarividencia ahí era de lo más útil. Siguió andando en esa dirección, hasta que llegaron a un desvío -- De acuerdo. El camino que baja, nos lleva directamente a la parte profunda de la roca de los suicidios. Ahí seguro que hay muertos, y muy probablemente, el cuerpo de la chica. Hacia arriba está el mausoleo, donde seguramente están los soldados. Yo aconsejaría que nos separásemos, para poder verlo todo más rápido, aunque tampoco lo tengo muy claro, tengo un mal presentimiento desde que entré en el bosque. Quizás no nos debamos separar por seguridad... -- Miró a María -- O también, podríamos volver al faro todos juntos, e investigar que es lo que pasó y que hay ahí -- Clavó la vara al suelo y se apoyó a ella, cruzando las piernas, mirándoles -- ¿Que queréis hacer? ¿Buscamos el cadáver, investigamos el mausoleo, o volvemos al faro? -- Esperó la respuesta de ellos dos. Tenía un plan para cada una de las ocasiones.

-- Si bajamos a buscar el cadáver, quizás encontremos el cadáver de la chica, y quizás haya alguna pista en lo que lleve de lo que podría contener la carta o donde podría estar escondida -- Cogió aire -- Si vamos al mausoleo, probablemente encontremos la razón y el que de que algo nos esté intentando echar o matar. Quizás es el propio espíritu de la chica, que no quiere que encontremos lo que sea que estemos buscando -- ¿Una carta? Si hombre. Después de todo esto, lo que había allí no era una simple carta -- Si vamos al faro, seguramente encontraremos pistas sobre lo que pasa aquí. Aunque esta claro que lo que le pasa a este sitio es que está encantado por los fantasmas de los suicidas, los espíritus errantes no acostumbran a ser tan ofensivos -- Miró al suelo -- Os aviso ya, ir a cualquiera de los tres sitios es muy peligroso. Vayamos a donde vayamos no nos salvaremos de los peligros --

Mientras la pequeña niña castaña se quitaba el polvo de encima , no pudo evitar sacarle la lengua al pelirrojo que de pronto la llamo "monstruo" . No sabia como responder al rubio, no podía explicar el extraño remolino que se habia producido al rededor del faro y ni siquiera sabia si la vieja construcción aun se encontraba en pie. Solo se pudo limitar a mirar a los dos chicos fijamente mientras intentaba pensar en una respuesta que sirviera. Y, al parecer había un mausoleo cerca y seguramente los soldados lo estarian vigilando e inspeccionando profundamente. Solo existían tres alternativas, o regresar al faro, ir al mausoleo o inspeccionar aquella tenebrosa parte de la roca de los sacrificios en la que caían todos los cuerpos de aquellos desdichados que decidian desaparecer voluntariamente de este mundo. -Uu uu vamos a buscar el cadáver uu uu- dijo en voz baja la pequeña niña, realmente sentia miedo de regresar a la vieja construcción y no estaba de animo para enfrentarse a una orda de soldados que tenian un fin misterioso para estar buscando lo que sea que pudo haber dejado una chica. Solo esperaba que el pelirrojo no estuviera con animos de combatir y convenciera al rubio de que ir al faro era la mejor opcion.

Aunque quiza los soldados ya los hubieran detectado, por lo cual deberian apresurarse a esconderse antes de que llegaran, pero no se oian pasos cercanos, el ambiente estaba demasiado tranquilo. Pero no debian confiarse, estaban en terreno peligroso y la pequeña niña tenia un mal presentimiento. Ruidos de pisadas se comenzaron a oir a lo lejos, y varios puntos rojos aparecieron sobre la pequeña niña castaña y los dos chicos, -Uu uu- alguien los vigilaba de lejos y estaba apunto de atacarlos. Aunque, con una sonrisa, la pequeña niña recordo las armas de sus queridas chiesters. -Uu uu Seria buena una idea en este momento uu uu- dijo en voz baja. Pero, ¿Que clase de soldados amenazan a una pequeña niña castaña y a un par de chicos aparentemente inofensivos? Sin duda alguna, ellos sabian bien que algunos jovenes de la isla no son lo que parecen. Y, con una sonrisa, la pequeña niña
aparecio su baculo y, moviendolo rápidamente, una rafaga de viento salio hacia los militares que les estaban apuntado, eso debia de servir de distracción. En ese momento, la pequeña niña corrio para ocultarse, solo esperaba que sus acompañantes hicieran caso y tambien buscaran un escondite.

[ Perdonen la tardanza uwu)/ ]

Los comentarios que venían por parte de Orión parecían sugerir las ideas de  ir a buscar el cadáver o dirigirse al mausoleo. Así que pensando en cada opción, decidió que lo mejor era ir a buscar el cuerpo, aunque verlo en estado de putrefacción no era algo antojable. Por otra parte si iban al dichoso mausoleo los militares no dudarían en atacarlos, pero de esa manera por lo menos harían algo entretenido, peligroso tal vez, pero no sería tan "apestoso" como ver varios cadáveres destrozados, malolientes , así como sus respectivos huesos. El camino era difícil de atravesar, había piedras, ramas y uno que otra que otra vez caían rocas del cielo; sin embargo al llegar a la desviación y escuchar cual camino dirigía hacia el cadáver sentía la necesidad de decir algo al respecto. + Bueno...no quiero pelear , además de que da flojera, así que vamos por el cadáver, solo pido que si esta apestoso y putrefacto usen magia para revisarlo. +  Y con un gran suspiro dejó de hablar, si en verdad lograban encontrar a la chica, y ésta estaba de ese modo, en ninguna manera se acercaría a ella.

Todavía podía sentir el cansancio en su cuerpo, por lo que estirando sus brazos hacia arriba soltó un largo y pesado bostezo. De esos que uno suele dar cuando apenas se levanta de dormir después de haberse desvelado. Su mirada estaba puesta hacia el camino que los llevaría hacia los cuerpos, pero algo hizo que despertara y se pusiera alerta como si le hubieran echado un tambo de agua fría. Y es que estaba siendo apuntando por puntos rojos, si bien podían ser lamparitas, también le venían a la mente las armas de fuego con mira láser, que tanto le encantaban cuando jugaba un shooter realista. Un gran susto tuvo cuando la posibilidad de que estaban siendo apuntados con rifles pasó por su mente, por un lado le era interesante ver varios puntos rojos que se movían hacia donde se suponía estaba el corazón. La única salida que en ese momento se le ocurría era salir corriendo lo más rápido que pudiera, o así pensaba hasta que María , con ayuda de su báculo, lanzó una ráfaga de viento.

En ese momento sus ojos cerró, y concentrándose se "tele-transporto" arriba de un árbol. Por lo menos ninguna persona coherente pensaría en buscar ahí, siendo que nadie es capaz de trepar tan alto. El único problema era cerciorarse de que Orión también hubiera tenido la oportunidad de escapar, y de no ser así , ayudarlo era mas que importante.

Sonrió al ver que todos estaban de acuerdo -- Bien, vamos de camino entonces empezó a bajar por el camino, justo cuando un presentimiento peor que el de antes le recorrió la espalda, y se dio la vuelta en ese instante. María usó una ráfaga de viento y corrió a esconderse, y Dya subió a un árbol de un salto. En su caso, no necesitaba esconderse. Frunció el ceño y se quedó parado. El primer disparo, y de un movimiento, la bala le pasó a unos milímetros. Y era así con todo lo que le disparaban, hasta que chasqueó la lengua -- ¡BASTARDOS! -- sus ojos brillaron de color azul -- SLOWWwww... --La palabra resonó como un poderoso eco alrededor, extendió el bastón y este se paró de golpe, y todo lo que había alrededor, incluso las balas que iban hacia el. Andó lentamente hacia los soldados -- No tendríais que haber hecho esto... -- Empezó a darles golpes con el bastón, pero ninguno de ellos se movía. Andó hacia donde estaba antes -- ¡Advance! -- El reloj de su bastón volvió a encenderse, el tiempo se reanudó, y se oyeron los gritos de dolor de los tres soldados, los cuales habían quedado inconscientes al acto -- Podéis bajar, ya ha pasado el peligro -- Estaba muy molesto, ahora mismo. Ahora solo tenía una motivación, encontrar la carta para que esos malditos militares no la consiguieran

Volvieron a reanudar el camino, y pudo notar las miradas de María y Dya. Quizás se había pasado un poco con su demostración de fuerza... No tenía ni idea. Eventualmente, el camino se acabó, y llegaron a una zona rocosa y muy húmeda. Tragó fuerte, ese sitio tenía tantas malas vibraciones como el mausoleo -- Vamos a buscar... -- se adelantó, con la intención de inspeccionar las rocas, y al notar un crujido debajo su pie, le dio un escalofrio -- ... -- Miró abajo y vio que había destrozado una calavera. El esfuerzo para contener el grito fue monumental

La tensión se sentía en el ambiente, los soldados al fondo estaban atentos a cada movimiento que hacía el joven rubio que tenían en la mira. Ya habían perdido de vista tanto a la pequeña niña como al joven pelirrojo, que se encontraban con el. Solo había bastado una repentina briza de viento para que eso pasara, sabían que si fallaban tendrían que armarse de valor ante lo que sus superiores decidieran hacer con ellos. Pero no les sirvieron de nada su entrenamiento o sus armas, ya que sintieron un dolor repentino que los dejo inconscientes por un buen rato y, al despertar, no sabían cuanto tiempo habían pasado ahí, pero sabían lo que debían hacer, así que tomaron su comunicador por radio e avisaron a sus superiores de que había gente investigando el caso de la carta de la joven. Pero después, resignados a las consecuencias de sus fallas, se dispusieron a ir a ver a sus superiores.

Y, durante el tiempo que los soldados estuvieron inconscientes debido a los golpes de Orion, el trió siguió su camino hacia el fondo de la roca de los suicidios. Aunque la pequeña niña sonrió ante la respuesta de una interrogante sobre el chico rubio, debía de descubrir exactamente que clase de poderes tenia, pero sabia que eso debía de dejarlo para otra ocasión, primero había que descubrir el misterio acerca de la carta de la joven que se había suicidado. Quizá alguno de ellos conoció a esa joven o sabe algo mas de ella. Maria no la conoció, solo escucho de ella en cuanto los rumores comenzaron a crecer Y, con una expresión seria, se dispuso a preguntares a sus dos acompañantes. -Uu uu ¿Que saben la chica que se suicido? Maria no la conoció, Maria jamas la vio en la academia Uu uu- Cosa que era cierta, solo sabia su apariencia por fotografías en los carteles que la reportaban como desaparecida, y esos carteles desaparecieron de un día para otro. La mayoría de la gente pensó que fueron los padres de esa chica que ordenaron que fueran quitados, pero desde ese tiempo, a la pequeña niña castaña le pareció bastante sospechoso ese hecho. ¿Y si no fueron los padres de esa chica? no podía evitar preguntarse a si misma.

El camino cada vez se llenaba de pequeños, pero molestos, obstáculos. La pequeña niña castaña no podía evitar tropezarse a cada pocos pasos que daba, y no siempre podía librarse de caer al suelo. - Uu uu- murmuraba a cada tropiezo que daba. Aunque sabia que entre mas se acercaran a descifrar en secreto, con mas soldados y peligros se encontrarían, ese pequeño grupo de soldados solo había sido el principio. ¿Que pasaría cuando llegaran hasta el lugar donde caían los cadáveres de esos seres que decidían desparecer del mundo? Eso la pequeña niña no lo sabia.