Menudo ascazo... Pero al menos el eco es divertido (libre)

por Invitado Dom Jun 05, 2016 12:50 pm

- And if you like - the way - you look that much, oh baby - you should go and love yourself...

Un canturreo calmado era todo lo que uno podría escuchar en aquella apartada zona, su orígen difícil de hallar. Después de todo, y a pesar de que aquel antiguo alcantarillado estaba conformado con tan sólo una pétrega senda sin techo, y al estar seca uno podría caminar por el centro, era largo y varios edificios lo cruzaban por encima.

- Durududu duru du... -La voz se escuchó de nuevo, sonando con eco al proceder de más allá de la entrada al túnel que formaba el primer edificio-. My mama don't like you, and she likes everyone...

Hacía un buen día: el sol estaba en alto, los gorriones piaban de vez en cuando en la lejanía, y los hierbajos alineándose a cada lado del antiguo alcantarillado no lucían tan feos hoy. Si uno pasaba por debajo del primer túnel, podía descubrir que al otro lado se encontraban apartamentos viejos de piedra, con sus respectivas escalerillas de metal para llegar a sus respectivas puertas de entrada.
Hoy día ya no era necesaria esa precaución: el agua ya no pasaba por ahí.

- And I didn't wanna write a song... 'Cause I didn't want anyone thinking I still care - I don't, but, you still hit my phone up... -Ahora la voz sonaba más cercana, y a medida que uno iba acercándose al final del tercer túnel podía empezar a ver algo al final.

Unos pequeños grifos se cernían encima de una larga base de metal, y tras diversas columnas se podía comprender que se trataba de un lugar en el que las amas de casa de la antiguedad lavaban la ropa a mano. Se podía acceder a dicho lugar tras subir un peldaño, dejando atrás el antiguo alcantarillado, el cual ahora era más bien un seco río improvisado a un lado.

- And I've been so caught up in my job - Didn't see what's going on, and now I know - I'm better sleeping on my own... -Insistió la voz, la cual ahora ya no sonaba con tanto eco y, si la buscabas con la mirada, la encontrarías en una pierna balanceándose del borde del toldo metálico que cubría el antiguo lavadero. Era un hombre, como ya uno habría podido suponer al escuchar su grave voz en la lejanía, y desde abajo no se podía ver qué estaba haciendo.

Uno sólo vería su pierna, moviéndose lentamente de un lado al otro al ritmo de la canción que seguía cantando, como únicos instrumentos la gentil brisa y los intermitentes pájaros.

Sé que sientes curiosidad:

por Invitado Jue Jun 16, 2016 11:17 pm

Irisviel una joven de pelo plateado conducía su gran auto que había sido regalado por Kiritsugu, sin saber de los límites de la velocidad que se encontraban en la ciudad ella manejaba sin preocupación ninguna, aun así la muchacha parecía divertirse mientras su cabellera blanca se balanceaba al compás del movimiento que hacia el auto, este brillaba con el grandioso sol –Vamos, ¿Qué podría visitar de este lugar? Se preguntó con un tono de emoción, siendo alguien que carecía de sentimientos estaba llena de dudas sobre todo y quería mantenerse al tanto.

La primera decisión que había tomado fue estacionar el auto en una calle cualquiera, guiándose que estaba frente a un gran restaurante de lujo, había unas personas que hablaban mirándola sobre su extraño manejo con el auto a lo que esta reacciono con una sonrisa, parecía estar sin nada interesante aquella ciudad. Observo a su alrededor como buscando un lugar al que pudiera llamar su atención, pero sin rastro alguno fue caminando hasta que se encontró un túnel que cruzaba por varios edificios.

-Pla pla pla ¿Qué habrá en este lugar? Pregunto en voz alta mientras seguía caminando por el túnel -¡Que aburrido! ¿Por qué habrán construido esto? No entiendo- seguía con su voz alta, al parecer no había mucho allí tampoco, siguió caminando observando su alrededor pero mucho no le divertía estar allí.

Había llegado a un tercer túnel, la única idea que le quedaba es a ver si hacía eco en ese lugar tomando aire de sus pulmones para poder tomar más fuerza para el grito-¡¿Hay alguien acá?!- Grito con mayor esfuerzo haciéndose resonar por todas partes, Irisviel contaba con dos grandes pulmones para un grito grandote.

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