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Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
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Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
Reglas de la Clase:
1-. Se seguirá el orden de posteo.
2-. En caso de más de tres días de no postear podremos saltar el turno (eso me incluye también a mi).
3-. En caso de ausencia en la clase no dudéis en avisarme por mp.
4-. Si alguien quiere incorporarse en la clase por favor avísame igual por mp.
5-. Al finalizar la clase se les otorgarán el cristal, en fin diviértanse.
6-. La clase durará un mes de nuestro tiempo real, pero si vemos que llegado el tiempo límite la cosa está interesante, lo alargaremos hasta el máximo permitido que son dos meses.
Tras varios días de descanso, decidí que era el momento de dedicarme a impartir una nueva clase con mis alumnos. Según tenía entendido, la clase sería bastante tranquila, pues no serían muchos alumnos. Cosa que me hacía sentirme bastante tranquila. Era cierto que desde que había llegado a la Academia tiempo atrás las cosas habían cambiado para mí, había aprendido a valorar más a los alumnos y futuras promesas de aquel mundo de locos, pero, francamente, seguía prefiriendo no tener que tener a tanta gente a mi cargo… por lo menos en las clases, pues siendo la jefa de seguridad del castillo… ya sabemos…
Aquel día, tenía en mente hacer algo un poco diferente: llevaría a mis alumnos al bosque, por la noche, y totalmente desarmados, solo con sus habilidades y su destreza. Serían, más o menos, las siete de la tarde, el sol estaba todavía en el cielo, pero no hacía demasiado calor, unas pocas nubes negras empezaban a aparecer por la lejanía, dando a entender que en unas pocas horas empezaría a llover, dándole a la pequeña excursión mucha más emoción. El sobrevivir en el bosque por la noche, no era algo sencillo para quien no estaba acostumbrado a ello y si, para colmo, llovía también, las cosas podían ponerse chungas. Me encontraba cerca de un árbol, pero no bajo la sombra, la luz ya no tenía importancia, a mi lado, había unos bultos para mis alumnos.
-Espero que no tarden… -murmuré cruzada de brazos mirando hacia la puerta principal del castillo.
Última edición por Sylvanas el Lun Oct 10, 2016 7:13 pm, editado 4 veces
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
*Shirou se limitaba a llevar su atuendo ordinario aunque encima de este vestía una chaqueta con cremallera pues regularmente las noches eran algo frías así que solamente se estaba preparando. Era algo extraño que la clase fuera en la tarde tan cercana de la noche así que quizás la clase iba a ser "especial", no podía saber que traía en manos la profesora pues a decir verdad no ha convivido con ella como para catalogarla pero la única vez que estuvo con ella que fue en la anterior clase parecía amable lo cual no daba un gran combinación con su rostro pues este era algo serio; se basaba en que era amable por el hecho de que regularmente un profesor no se tomaría tantos problemas como para conseguir los medios o los materiales necesarios para que los alumnos realizaran las actividades con respecto a la clase pero ella no fue de esa manera.*
-Bueno, es hora aunque debo pedir disculpas por llegar 10 minutos tarde a la hora acordada. *Sin más el pelinaranjo salió de su dormitorio dirigiéndose al lugar indicado, claro este no estaba caminando pues esto haría que llegará más tarde a la clase por ende se encontraba corriendo de pasillo en pasillo hasta poder dar llegar a dicho destino donde se notaba su cansancio por unas pequeñas gotas de sudor que caían de su rostro al suelo. Como una manera de calmar su agitada respiración y calmar su ritmo cardíaco este apoyo sus manos en las rodillas mientras sus piernas se flexionaban un poco con la mirada hacia abajo; al mismo tiempo intentaba respirar profundamente para poder recuperarse. A los pocos segundos este alzo su rostro para así poder dar con su maestra donde le saludo con su mano izquierda.* -Lamento haber llegado tarde, sensei. Sinceramente es como la otra vez, no tengo excusa así que sí tiene un castigo lo aceptaré para no volver a cometer esos errores de nuevo...
*El estudiante observó aquellos bultos pensando que ella les diría para que servirían estos así que solamente se entretuvo observando el cielo que a su misma percepción no tendría buena pinta; no era porque odiaría la lluvia pero si esto iba a ser un obstáculo si iban ir a un lugar donde existiera tierra. Realmente decidió por silenciar sus pensamientos para voltear a ver a la maestra Sylvanas con una pequeña sonrisa.* -Parece que lloverá, ¿verdad, sensei? Por cierto ¿Cuántos alumnos faltan por llegar?
-Bueno, es hora aunque debo pedir disculpas por llegar 10 minutos tarde a la hora acordada. *Sin más el pelinaranjo salió de su dormitorio dirigiéndose al lugar indicado, claro este no estaba caminando pues esto haría que llegará más tarde a la clase por ende se encontraba corriendo de pasillo en pasillo hasta poder dar llegar a dicho destino donde se notaba su cansancio por unas pequeñas gotas de sudor que caían de su rostro al suelo. Como una manera de calmar su agitada respiración y calmar su ritmo cardíaco este apoyo sus manos en las rodillas mientras sus piernas se flexionaban un poco con la mirada hacia abajo; al mismo tiempo intentaba respirar profundamente para poder recuperarse. A los pocos segundos este alzo su rostro para así poder dar con su maestra donde le saludo con su mano izquierda.* -Lamento haber llegado tarde, sensei. Sinceramente es como la otra vez, no tengo excusa así que sí tiene un castigo lo aceptaré para no volver a cometer esos errores de nuevo...
*El estudiante observó aquellos bultos pensando que ella les diría para que servirían estos así que solamente se entretuvo observando el cielo que a su misma percepción no tendría buena pinta; no era porque odiaría la lluvia pero si esto iba a ser un obstáculo si iban ir a un lugar donde existiera tierra. Realmente decidió por silenciar sus pensamientos para voltear a ver a la maestra Sylvanas con una pequeña sonrisa.* -Parece que lloverá, ¿verdad, sensei? Por cierto ¿Cuántos alumnos faltan por llegar?
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
El miraba por su ventana apartando la vista de su celular, había estado jugando pokemon en un emulador y el pelirrojo sentía que algo estaba mal, que olvidaba algo. Decidió restarle importancia y siguió jugando -vamos Arcanine, confío en ti!- no tenía ganas de salir, para nada, desde que había llegado a la Academia demostró lo perezoso que podia llegar a ser.
-mugre de vida...- se revolcó en su cama tratando de recordar que debía hacer, miró a Pobo, su osito de peluche, lo tiene desde su quinto cumpleaños, le sonrió al mirarlo y recordar su vida. Una lluvia se avecinaban
~-papá?- la lluvia azotaba los limites de la cueva -Papá está bien, de seguro esa es sangre de la bestia esa!-~
Esos pensamientos azotaron su vida como si de un camión se tratase, agitó su cabeza para quitar esos recuerdos de su mente, mientras que sonó una alarma, la cual le recordó que tenía que ir a clases.
Se vistió poniendose unas zapatillas algo más resistentes, para la lluvia que al parecer se avecinaba. Unos jeans, una playera, camisa, campera y chaqueta, junto a su gorro y salió comenzando a caminar hacia el bosque, y vio a su profesora -buen dia! Ryan Warwick presente- sonrió alegre y se acomodó el gorro -lo siento por llegar tarde, es mi primera clase- su sonrisa era infantil, y aunque te hablaba a ti sus ojos paseaban por todas partes, en eso vio una fogata que estaba a lo lejos -hay presión baja, el humo en vez de ir hacia arriba, da vueltas y desciende, va a llover, y falta muy poco-sabía bastante de naturaleza, había vivido los primeros cinco años de su vida en una cueva, hasta que el incidente con su padre ocurrió
-mugre de vida...- se revolcó en su cama tratando de recordar que debía hacer, miró a Pobo, su osito de peluche, lo tiene desde su quinto cumpleaños, le sonrió al mirarlo y recordar su vida. Una lluvia se avecinaban
~-papá?- la lluvia azotaba los limites de la cueva -Papá está bien, de seguro esa es sangre de la bestia esa!-~
Esos pensamientos azotaron su vida como si de un camión se tratase, agitó su cabeza para quitar esos recuerdos de su mente, mientras que sonó una alarma, la cual le recordó que tenía que ir a clases.
Se vistió poniendose unas zapatillas algo más resistentes, para la lluvia que al parecer se avecinaba. Unos jeans, una playera, camisa, campera y chaqueta, junto a su gorro y salió comenzando a caminar hacia el bosque, y vio a su profesora -buen dia! Ryan Warwick presente- sonrió alegre y se acomodó el gorro -lo siento por llegar tarde, es mi primera clase- su sonrisa era infantil, y aunque te hablaba a ti sus ojos paseaban por todas partes, en eso vio una fogata que estaba a lo lejos -hay presión baja, el humo en vez de ir hacia arriba, da vueltas y desciende, va a llover, y falta muy poco-sabía bastante de naturaleza, había vivido los primeros cinco años de su vida en una cueva, hasta que el incidente con su padre ocurrió
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
Me encontraba allí de pie esperando a que mis alumnos aparecieran por algún lugar. No me gustaba esperar, ni hacer esperar, pero los alumnos tenían la terrible manía de llegar tarde a todos lados. Eso me frustraba y me enfadaba, pero tampoco la pagaría con ellos, no a modo de castigo, ya se me ocurriría algo. Miré al cielo un instante para ver que la tormenta seguía acercándose y eso me gustaba.
No mucho más tarde, pude ver al señor Shirou acercarse a mí. Venía corriendo y podía notar que estaba agotado por la carrera que se había pegado para llegar. El chico se puse cerca de mí y me saludó disculpándose.
-No se preocupe, señor Shirou -le dije tranquilamente-, mientras no lo tome por hábito el llegar tarde a mis clases, no habrá ningún castigo -lo miré fijamente y sonreí con levedad para que se tranquilizase. Estaba relajada mirando a la puerta cuando me volvió a hablar-. Sí, lloverá y no creo que tarde mucho… -lo miré cuando me lanzó la segunda pregunta-. En principio solo están dos personas… -fue todo lo que dije.
No mucho más tarde, llegó otro chico. Era curioso que ambos alumnos fueran pelirrojos, pero bueno. Este segundo chico no era humano, podía olerlo y lo oía también, pues su corazón latía de una manera totalmente diferente al de Shirou. En chico se presentó.
-Como le he dicho al señor, Shirou -dije tranquilamente-, no tengo problemas mientras no lo tomen como algo habitual -iba a seguir hablando cuando él nos dio una clase meteorológica-. Gracias por demostrarnos sus conocimientos, señor Warwick -dije algo fríamente-. Sé que va a llover en poco rato y esa es parte de la tarea de hoy -me acerqué a los bultos y los agarré para lanzarle uno a cada uno-. En esas mochilas llevan el kit de supervivencia básico y algo de comida -expliqué-, pero sin armas -sonreí con cierta maldad-. Lo que van a hacer esta noche es sobrevivir en el bosque a lo que la naturaleza les pueda deparar y la lluvia es uno de los inconvenientes que pueden encontrarse en la naturaleza que puede hacer las cosas más difíciles -me di la vuelta para quedarme en la linde del bosque-. Quiero que hagan lo que tengan que hacer para sobrevivir siempre y cuando trabajen en equipo y no tratéis de apuñalar al otro por la espalda -los miré fijamente a los ojos-. No quiero nada de magia señor Shirou, ni nada de armas, como ya he dicho. Solo quiero que utilicen su ingenio para sobrevivir -me giré nuevamente y saqué el arco para apuntarles con una flecha-. Solo piensen que su pesadilla seré yo… -bajé el arma y les sonreí-. Les daré una ventaja de media hora -miré al cielo-. Tiempo suficiente para que caiga el sol del todo -me puse entre los dos y les puse las manos sobre los hombros-. Tómenlo como un juego de supervivencia y cooperación y piensen que solo "atacaré" si veo que uno de los dos está solo o no cumple con mis indicaciones… -me giré y les di la espalda-. La media hora empieza a partir de ahora -me quedé allí parada esperando a que se fueran y que cayera la noche, entonces empezaría mi cacería.
En ese momento empezó a tronar con fuerza y las primeras gotas de lluvia cayeron sobre nosotros.
No mucho más tarde, pude ver al señor Shirou acercarse a mí. Venía corriendo y podía notar que estaba agotado por la carrera que se había pegado para llegar. El chico se puse cerca de mí y me saludó disculpándose.
-No se preocupe, señor Shirou -le dije tranquilamente-, mientras no lo tome por hábito el llegar tarde a mis clases, no habrá ningún castigo -lo miré fijamente y sonreí con levedad para que se tranquilizase. Estaba relajada mirando a la puerta cuando me volvió a hablar-. Sí, lloverá y no creo que tarde mucho… -lo miré cuando me lanzó la segunda pregunta-. En principio solo están dos personas… -fue todo lo que dije.
No mucho más tarde, llegó otro chico. Era curioso que ambos alumnos fueran pelirrojos, pero bueno. Este segundo chico no era humano, podía olerlo y lo oía también, pues su corazón latía de una manera totalmente diferente al de Shirou. En chico se presentó.
-Como le he dicho al señor, Shirou -dije tranquilamente-, no tengo problemas mientras no lo tomen como algo habitual -iba a seguir hablando cuando él nos dio una clase meteorológica-. Gracias por demostrarnos sus conocimientos, señor Warwick -dije algo fríamente-. Sé que va a llover en poco rato y esa es parte de la tarea de hoy -me acerqué a los bultos y los agarré para lanzarle uno a cada uno-. En esas mochilas llevan el kit de supervivencia básico y algo de comida -expliqué-, pero sin armas -sonreí con cierta maldad-. Lo que van a hacer esta noche es sobrevivir en el bosque a lo que la naturaleza les pueda deparar y la lluvia es uno de los inconvenientes que pueden encontrarse en la naturaleza que puede hacer las cosas más difíciles -me di la vuelta para quedarme en la linde del bosque-. Quiero que hagan lo que tengan que hacer para sobrevivir siempre y cuando trabajen en equipo y no tratéis de apuñalar al otro por la espalda -los miré fijamente a los ojos-. No quiero nada de magia señor Shirou, ni nada de armas, como ya he dicho. Solo quiero que utilicen su ingenio para sobrevivir -me giré nuevamente y saqué el arco para apuntarles con una flecha-. Solo piensen que su pesadilla seré yo… -bajé el arma y les sonreí-. Les daré una ventaja de media hora -miré al cielo-. Tiempo suficiente para que caiga el sol del todo -me puse entre los dos y les puse las manos sobre los hombros-. Tómenlo como un juego de supervivencia y cooperación y piensen que solo "atacaré" si veo que uno de los dos está solo o no cumple con mis indicaciones… -me giré y les di la espalda-. La media hora empieza a partir de ahora -me quedé allí parada esperando a que se fueran y que cayera la noche, entonces empezaría mi cacería.
En ese momento empezó a tronar con fuerza y las primeras gotas de lluvia cayeron sobre nosotros.
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
*Al menos las indicaciones eran fáciles de seguir aunque no estaba seguro de que su desempeño fuera bueno a lo largo de la clase debido a que no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones. Sin embargo eso no quería decir que su conocimiento o experiencia estando cerca de la muerte sea escaso. Cuando se le hicieron entrega de la mochila que contenía un kit de supervivencia este soltó un leve suspiro colgándola en sus hombros pensando que estas actividades lo hacían aquellos clubs de scouts.* -Será un gusto trabajar contigo, Ryan ¿verdad?. Soy Emiya Shirou... Supongo que por ahora nos adentramos al bosque y antes de que anochezca revisamos nuestros materiales aunque para saber el tiempo necesitaré ayuda de tu conocimiento para eso.
*Realmente no tenía que pensar en mucho por ahora así que el muchacho sin decir otra palabra se adentró al bosque con una leve sonrisa mientras se escuchaba aquel sonido donde las gotas de agua impactaban con las hojas del árbol al igual con el suelo. Todavía faltaba para que la clase comenzará y esto comenzaba a tornarse de un color más obscuro por ende creía que era la oportunidad para revisar con que herramientas contaban. Así que se paro en seco para hacer caer la mochila y abrirla separando cada objeto que tenía este: Un silbato, un poco de alumbre, algo de cuerda, cinta adhesiva, una linterna, brújula, bengalas, mechero, una aguja, hilo dental, unas cuantas tiritas para las heridas, vendas, comida enlatada y una cantimplora llena de agua; realmente era como si fueran a irse unos cuantos días a conocer la naturaleza pero esta vez solo era por una noche; quizás era para darle más realismo a las cosas. Lo que realmente le era algo extraño es que faltaba el cuchillo o un bisturí; algo filoso para crear armas pero a decir ver la profesora había comentado que este no contenía nada que pudiera ser usado como un arma.* -Nos falta algo filoso para crear armas... ¿Se te ocurre algo?
*Metiendo nuevamente todo a la mochila este soltó un leve suspiro pues estar en medio de la naturaleza no era su fuerte pero para su suerte tenía a un lado a su compañero que puede salvarlo en estas situaciones; aunque sino era así pues los estarían en apuros lo cual haría que trabajarán mejor en equipo pero por otro lado sería mejor que Ryan estuviera acostumbrado a este tipo de situaciones pues así podrían apoyarse el uno al otro aunque por el momento Shirou no ha hecho más que depender de él pero sin duda alguna en un momento tendrá que depender de él, no para alentarlo sino para no ser una molestia andante.*
*Realmente no tenía que pensar en mucho por ahora así que el muchacho sin decir otra palabra se adentró al bosque con una leve sonrisa mientras se escuchaba aquel sonido donde las gotas de agua impactaban con las hojas del árbol al igual con el suelo. Todavía faltaba para que la clase comenzará y esto comenzaba a tornarse de un color más obscuro por ende creía que era la oportunidad para revisar con que herramientas contaban. Así que se paro en seco para hacer caer la mochila y abrirla separando cada objeto que tenía este: Un silbato, un poco de alumbre, algo de cuerda, cinta adhesiva, una linterna, brújula, bengalas, mechero, una aguja, hilo dental, unas cuantas tiritas para las heridas, vendas, comida enlatada y una cantimplora llena de agua; realmente era como si fueran a irse unos cuantos días a conocer la naturaleza pero esta vez solo era por una noche; quizás era para darle más realismo a las cosas. Lo que realmente le era algo extraño es que faltaba el cuchillo o un bisturí; algo filoso para crear armas pero a decir ver la profesora había comentado que este no contenía nada que pudiera ser usado como un arma.* -Nos falta algo filoso para crear armas... ¿Se te ocurre algo?
*Metiendo nuevamente todo a la mochila este soltó un leve suspiro pues estar en medio de la naturaleza no era su fuerte pero para su suerte tenía a un lado a su compañero que puede salvarlo en estas situaciones; aunque sino era así pues los estarían en apuros lo cual haría que trabajarán mejor en equipo pero por otro lado sería mejor que Ryan estuviera acostumbrado a este tipo de situaciones pues así podrían apoyarse el uno al otro aunque por el momento Shirou no ha hecho más que depender de él pero sin duda alguna en un momento tendrá que depender de él, no para alentarlo sino para no ser una molestia andante.*
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
El gran oso iba moviendo sus pesadas patas con calma mientras caminaba por los alrededores de la academia, había sido un día relativamente calmado hasta ese punto, y Ragnar se limitaba a dejar que su forma natural alejara esos pensamientos complejos como el aburrimiento. Normalmente evitaba acercarse mucho al edificio cuando estaba en su forma de oso, ya que algunas personas solían ponerse algo raras al tenerlo cerca.
Su vista úrsida no era muy buena, pero sus oído y su olfato sí lo eran, y los puso a prueba cuando escuchó a uno cuantos metros pasos, específicamente pasos humanos, ya que tenían una forma distinta de desplazarse que el resto de las criaturas. Su olfato detectó un ligero descenso en la presión atmosférica... estaba por llover. Se agazapó lo mas que pudo y comenzó a moverse lentamente entre los arbustos, buscando no hacer más ruido que el de la típica sinfonía de los bosques. Su olfato atrapó un olor conocido, aunque mucho mías distante que el de los otros... ¿Dos? otros dos humanos parecían estar moviéndose a un lado suyo. Asomó la cabeza y vio a dos humanos jóvenes caminando en dirección contraria a la Academia, se estaban adentrando en el bosque.
Miró detrás de ellos y pudo ver una cara conocida, aquella ..."¿Cómo se llamaba su especie?" Siendo un oso no alcanzaba a recordar detalles de cosas vistas como humano, por lo que no logró recordar su especie, pero sabía que no era humana. La cicatriz circular de su pecho tomó un fulgor dorado que seguramente delató su posición... si su tamaño no lo había hecho antes. En pocos segundos el oso se transformó en un humano en traje de Adán.
A Ragnar ya le había pasado varias veces lo de cambiar de forma en público, y por alguna razón a los humanos parecía incomodarles su propia anatomía. Así que tomó el trozo grande de tela que cubría había caído al suelo al cambiar de forma, que había estado llevando sobre su lomo todo el santo día. Lo desenrolló y se calzó los pantalones de tela raídos que le habían regalado por ahí. No encontró su camisa por lo que supuso que se había caído por el camino, no le molestó mucho. Dió en paso hacia adelante y se descubrió de entre los arbustos. Levantó su brazo derecho y lo movió hacia los lados, en señal de saludo hacia la ... aún como humano no recordaba el nombre de su raza, pero por algún motivo la relacionó con algo parecido a un humano sin vida.
- Hola, bueno es verte - Su léxico no era para nada variado, es más, sonaba peor que el de un cachorro humano, pero al menos le permitía comunicarse de manera entedible. - Dirección mala - musitó refiriéndose al sentido en el que vió que estaban caminando, "Se esta alejando de su hábitat" pensó.
Luego de saludar a la "no humana no muerta" giró su cabeza hacia los dos humanos jóvenes que se adentraban en el bosque, llevaban compartimientos en sus espaldas, el ya había visto eso en los humanos, para él era un alegato de una actividad en lo natural, algo a lo que la gente se refería como "cam-ping" según había escuchado, sus ojos negros irónicamente "brillaron" ya que le llamaba mucho la atención tener la posibilidad de observar o hasta incluso formar parte de una de estas actividades humanas.
Su vista úrsida no era muy buena, pero sus oído y su olfato sí lo eran, y los puso a prueba cuando escuchó a uno cuantos metros pasos, específicamente pasos humanos, ya que tenían una forma distinta de desplazarse que el resto de las criaturas. Su olfato detectó un ligero descenso en la presión atmosférica... estaba por llover. Se agazapó lo mas que pudo y comenzó a moverse lentamente entre los arbustos, buscando no hacer más ruido que el de la típica sinfonía de los bosques. Su olfato atrapó un olor conocido, aunque mucho mías distante que el de los otros... ¿Dos? otros dos humanos parecían estar moviéndose a un lado suyo. Asomó la cabeza y vio a dos humanos jóvenes caminando en dirección contraria a la Academia, se estaban adentrando en el bosque.
Miró detrás de ellos y pudo ver una cara conocida, aquella ..."¿Cómo se llamaba su especie?" Siendo un oso no alcanzaba a recordar detalles de cosas vistas como humano, por lo que no logró recordar su especie, pero sabía que no era humana. La cicatriz circular de su pecho tomó un fulgor dorado que seguramente delató su posición... si su tamaño no lo había hecho antes. En pocos segundos el oso se transformó en un humano en traje de Adán.
A Ragnar ya le había pasado varias veces lo de cambiar de forma en público, y por alguna razón a los humanos parecía incomodarles su propia anatomía. Así que tomó el trozo grande de tela que cubría había caído al suelo al cambiar de forma, que había estado llevando sobre su lomo todo el santo día. Lo desenrolló y se calzó los pantalones de tela raídos que le habían regalado por ahí. No encontró su camisa por lo que supuso que se había caído por el camino, no le molestó mucho. Dió en paso hacia adelante y se descubrió de entre los arbustos. Levantó su brazo derecho y lo movió hacia los lados, en señal de saludo hacia la ... aún como humano no recordaba el nombre de su raza, pero por algún motivo la relacionó con algo parecido a un humano sin vida.
- Hola, bueno es verte - Su léxico no era para nada variado, es más, sonaba peor que el de un cachorro humano, pero al menos le permitía comunicarse de manera entedible. - Dirección mala - musitó refiriéndose al sentido en el que vió que estaban caminando, "Se esta alejando de su hábitat" pensó.
Luego de saludar a la "no humana no muerta" giró su cabeza hacia los dos humanos jóvenes que se adentraban en el bosque, llevaban compartimientos en sus espaldas, el ya había visto eso en los humanos, para él era un alegato de una actividad en lo natural, algo a lo que la gente se refería como "cam-ping" según había escuchado, sus ojos negros irónicamente "brillaron" ya que le llamaba mucho la atención tener la posibilidad de observar o hasta incluso formar parte de una de estas actividades humanas.
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
Los chicos se habían ido y la tormenta había empezado. Solo faltaba esperar a que cayera la noche para empezar a "acosarlos" con mi presencia. Sabía que el sentir que tenías a alguien tras de ti, oliéndote, escuchándote, acechándote, podía ser muy estresante y agobiante y, sinceramente, era lo que quería, que se agobiasen para que aprendieran a lidiar con cualquier situación.
Me quedé parada mirando al bosque, sin perder de vista a los alumnos que, para su desgracia, no se escapaban a mi mirada. La oscuridad empezaba a ser latente y la tormenta empezaba a hacerse más fuerte y persistente. No era que me importase mojarme, porque, claramente, no me preocupaba lo más mínimo ese detalle.
Todo iba tranquilamente, el tiempo pasaba con lentitud, pero algo captó mi atención. Entrecerré los ojos y pude ver que entre la maleza había algo, pero algo muy grande. En pocos segundos, tras ver una luz potente, pude ver que se trataba de Ragnar, el oso. Él se acercó a mí y me saludó cordialmente.
-Yo también me alegro de verte -dije tranquilamente mirando hacia el bosque-. No van en mala dirección -expliqué- se trata de una clase y tienen que sobrevivir en el bosque -dudaba mucho que comprendiera todo, pero sabía que con paciencia sí lo haría. No pasé por alto su mirada hacia el oscuro bosque y me acerqué a él-. Puedes unirte a ellos si quieres -le dije tranquilamente-. Nadie te dirá que no puedes hacerlo si quieres aprender.
Dicho aquello, miré al cielo y vi que había oscurecido del todo. Sin nada más que decir, me encaminé hacia un árbol y me subí en él. Rápidamente, empecé a moverme por entre las ramas, sin hacer el más mínimo ruido pero sin parar para nada. Mi cacería había comenzado, así que había que ser lo más sigilosa posible.
Me quedé parada mirando al bosque, sin perder de vista a los alumnos que, para su desgracia, no se escapaban a mi mirada. La oscuridad empezaba a ser latente y la tormenta empezaba a hacerse más fuerte y persistente. No era que me importase mojarme, porque, claramente, no me preocupaba lo más mínimo ese detalle.
Todo iba tranquilamente, el tiempo pasaba con lentitud, pero algo captó mi atención. Entrecerré los ojos y pude ver que entre la maleza había algo, pero algo muy grande. En pocos segundos, tras ver una luz potente, pude ver que se trataba de Ragnar, el oso. Él se acercó a mí y me saludó cordialmente.
-Yo también me alegro de verte -dije tranquilamente mirando hacia el bosque-. No van en mala dirección -expliqué- se trata de una clase y tienen que sobrevivir en el bosque -dudaba mucho que comprendiera todo, pero sabía que con paciencia sí lo haría. No pasé por alto su mirada hacia el oscuro bosque y me acerqué a él-. Puedes unirte a ellos si quieres -le dije tranquilamente-. Nadie te dirá que no puedes hacerlo si quieres aprender.
Dicho aquello, miré al cielo y vi que había oscurecido del todo. Sin nada más que decir, me encaminé hacia un árbol y me subí en él. Rápidamente, empecé a moverme por entre las ramas, sin hacer el más mínimo ruido pero sin parar para nada. Mi cacería había comenzado, así que había que ser lo más sigilosa posible.
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
¡Llegaba tarde a su primera clase! ¡Eso era inaudito! El tener que deshacer las maletas no le parecía a Maya siquiera una excusa mínimamente válida.
Teniendo en cuenta el tipo de clase, iba armada con sus dagas y llevaba en los bolsillos yodo para desinfectar aguas: no quería arriesgarse a morir por un ataque de una bestia salvaje o a sufrir la Maldición de Moctezuma. Iba corriendo como alma que lleva el diablo y llegó con el tiempo justo de oír la última explicación de la profesora.
- Se trata de una clase y tienen que sobrevivir en el bosque -luego le dio permiso a un chico para unirse.
No estaba segura de que hubiera visto a la centella morada que se dirigía hacia allí cruzando el campo, pues la vio empezar a trepar por los árboles. Pasó por al lado de sus, creía, compañeros y trepó al mismo árbol... pero la profesora había desaparecido. Maya frunció el ceño, odiaba no poder presentarse: hacía que se sintiera como una intrusa.
Bajó descolgándose por las ramas cuál chimpancé y miró al grupo de chicos que aguardaba abajo. Se plantó frente a ellos con la sonrisa más impoluta que pudo esgrimir.
- Buenas, soy Maya -dijo animosamente-. Espero que podamos sobrevivir mucho juntos. ¿Entramos?
Señaló el bosque y se adentró en él, caminando como quién va de picnic pero sin soltar sus dagas: disimuladamente lista para el combate. Miró a su espalda para ver si sus compañeros la seguían. Aunque le importase bien poco, las oportunidades de supervivencia augmentaban exponencialmente al ir en grupo.
Tampoco sabía cuán preparados habían acudido los muchachos. Ella llevaba las monodosis de yodo y sus dagas, sabía cómo encender una hoguera en la naturaleza y se consideraba suficientemente diestra con las dags como para capturar y despellejar unos animales que asar.
- ¿Vais a entrar o esperaréis en la linde a que amanezca? -Preguntó dirigiéndose a ellos hasta estar frente a ellos justo dentro del bosque-. No sé cómo lo veis, pero no pienso suspender por vuestra culpa. Así que moved vuestros traseros.
Teniendo en cuenta el tipo de clase, iba armada con sus dagas y llevaba en los bolsillos yodo para desinfectar aguas: no quería arriesgarse a morir por un ataque de una bestia salvaje o a sufrir la Maldición de Moctezuma. Iba corriendo como alma que lleva el diablo y llegó con el tiempo justo de oír la última explicación de la profesora.
- Se trata de una clase y tienen que sobrevivir en el bosque -luego le dio permiso a un chico para unirse.
No estaba segura de que hubiera visto a la centella morada que se dirigía hacia allí cruzando el campo, pues la vio empezar a trepar por los árboles. Pasó por al lado de sus, creía, compañeros y trepó al mismo árbol... pero la profesora había desaparecido. Maya frunció el ceño, odiaba no poder presentarse: hacía que se sintiera como una intrusa.
Bajó descolgándose por las ramas cuál chimpancé y miró al grupo de chicos que aguardaba abajo. Se plantó frente a ellos con la sonrisa más impoluta que pudo esgrimir.
- Buenas, soy Maya -dijo animosamente-. Espero que podamos sobrevivir mucho juntos. ¿Entramos?
Señaló el bosque y se adentró en él, caminando como quién va de picnic pero sin soltar sus dagas: disimuladamente lista para el combate. Miró a su espalda para ver si sus compañeros la seguían. Aunque le importase bien poco, las oportunidades de supervivencia augmentaban exponencialmente al ir en grupo.
Tampoco sabía cuán preparados habían acudido los muchachos. Ella llevaba las monodosis de yodo y sus dagas, sabía cómo encender una hoguera en la naturaleza y se consideraba suficientemente diestra con las dags como para capturar y despellejar unos animales que asar.
- ¿Vais a entrar o esperaréis en la linde a que amanezca? -Preguntó dirigiéndose a ellos hasta estar frente a ellos justo dentro del bosque-. No sé cómo lo veis, pero no pienso suspender por vuestra culpa. Así que moved vuestros traseros.
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
*Shirou al observar que se había integrado una persona más a la clase hizo que soltará un suspiro mientras observaba detenidamente la figura de la tercera integrante del equipo; realmente el cuerpo de esa persona le parecía familiar pero al final decidió dejar ese asunto de las coincidencias. Prestando atención a la presentación de la pelimorada este asintió con la cabeza mientras caminaba con un ritmo lento para mantener distancia; no porque le causará inseguridad simplemente porque a veces no es del todo favorable que el equipo vaya todo junto. A los pocos minutos transcurridos escucho la indicación de que se movieran más rápido pero en realidad no le tomo mucha importancia y le siguió a su manera.* -Ya voy, ya voy. *Mientras ellos caminaban este con su mirada inspeccionaba a la muchacha percatándose que llevaba unas dagas a lo cual este apresuro su paso para poder alcanzarle y con una suave sonrisa decirle.* - Maya, ¿verdad? Bueno tal vez no escuchaste por llegar tarde pero la profesora menciono que sobreviviéramos con nuestro ingenio y lo que hay en esta mochila; en otras palabras no podemos usar magia, ni armas. En teoría debemos de crear nuestras armas por medio de la naturaleza y creo que aquí nos quedaremos.
*El pelinaranjo se detuvo para luego dejar caer el bulto que llevaba cargando al suelo, en este venía un kit básico de supervivencia sin el cuchillo de supervivencia o cualquiera otro objeto que pueda ser usado como arma.Abriendo el bulto el joven miro a su alrededor mientras escuchaba algunos sonidos lo cuales no eran de ellos por el hecho de que estos provenían de las ramas de los árboles; como tal no se escuchaban pisadas pero si el sonido de las hojas moviéndose pero no podría ser el viento ya que el ruido que hacen las hojas al moverse sería simultaneo lo cual causaría una gran confusión pues nunca se sabría por donde vendría un enemigo.* - Así que ya comenzamos, ¿Eh? Por ahora solo hay que esquivar los ataques y pensar en una manera de crear armas. Por mi parte haré un arco y no podemos mantenernos juntos así que nos vemos en este mismo lugar cuando tengamos nuestras armas. *Emiya pensaba que su manera de hacer las cosas era la más razonable pero también le preocupaba el bienestar de su compañera aun así debía creer en la fuerza de su acompañante. Pero también tenía en cuenta que la profesora estaba observándolos, sin lugar a dudas al usar un arco debía perfeccionar el uso de este así que podría hacer ataques simultáneos por ende también debía mantener sus sentidos alerta.*
-Sino tienes una pregunta entonces hay ponernos en marcha. Recuerda bien por donde pisas y el camino que tomaste para poder volver ademas de que deben haber trampas para osos. *Al terminar de dar las precauciones este volvió a acomodarse el bulto en su espalda prosiguió con su plan. El primer paso dispersarse por el lugar para después buscar una piedra que terminará en forma de pico y una la rama de un árbol que tuviera una curva; al menos eso era lo más importante, claro también recogía ramas delgadas para que estas fueran sus flechas ademas en el kit tenía un poco de cuerda así por ahora todo marchaba bien por su parte.*
*El pelinaranjo se detuvo para luego dejar caer el bulto que llevaba cargando al suelo, en este venía un kit básico de supervivencia sin el cuchillo de supervivencia o cualquiera otro objeto que pueda ser usado como arma.Abriendo el bulto el joven miro a su alrededor mientras escuchaba algunos sonidos lo cuales no eran de ellos por el hecho de que estos provenían de las ramas de los árboles; como tal no se escuchaban pisadas pero si el sonido de las hojas moviéndose pero no podría ser el viento ya que el ruido que hacen las hojas al moverse sería simultaneo lo cual causaría una gran confusión pues nunca se sabría por donde vendría un enemigo.* - Así que ya comenzamos, ¿Eh? Por ahora solo hay que esquivar los ataques y pensar en una manera de crear armas. Por mi parte haré un arco y no podemos mantenernos juntos así que nos vemos en este mismo lugar cuando tengamos nuestras armas. *Emiya pensaba que su manera de hacer las cosas era la más razonable pero también le preocupaba el bienestar de su compañera aun así debía creer en la fuerza de su acompañante. Pero también tenía en cuenta que la profesora estaba observándolos, sin lugar a dudas al usar un arco debía perfeccionar el uso de este así que podría hacer ataques simultáneos por ende también debía mantener sus sentidos alerta.*
-Sino tienes una pregunta entonces hay ponernos en marcha. Recuerda bien por donde pisas y el camino que tomaste para poder volver ademas de que deben haber trampas para osos. *Al terminar de dar las precauciones este volvió a acomodarse el bulto en su espalda prosiguió con su plan. El primer paso dispersarse por el lugar para después buscar una piedra que terminará en forma de pico y una la rama de un árbol que tuviera una curva; al menos eso era lo más importante, claro también recogía ramas delgadas para que estas fueran sus flechas ademas en el kit tenía un poco de cuerda así por ahora todo marchaba bien por su parte.*
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
Los pasos descalzos de Ragnar hacían quebrar las finas ramas que recubrían el suelo del bosque mientras se adentraba cada vez más dentro del mismo, el clima denso y los variados sonidos que atravesaban su extensión le hacían sentir como si estuviese en casa, para él era algo muy reconfortante encontrarse de nuevo dentro de las espesuras de un buen y acogedor bosque, salvo que ahora tenía compañía, y no exactamente refiriéndose a los animales que podía escuchar y oler en las cercanías...
El joven observó detenidamente a sus dos compañeros y pudo llegar a reconocer a uno de ellos, la chica de la biblioteca con su característico olor combinado y... aunque no pudiera verlos en ese preciso momento, sus inquietantes orbes cuadrados. Por otro lado delante suya igualmente pudo observar detenidamente al primer humano que había visto en toda su estadía en la academia hasta ahora, eso le resultaba suficientemente distintivo como para obviar alguna característica física que le ayudase a identificarlo más adelante.
Si había algo en lo que pudiese relacionar a sus compañeros es que ambos hablaban... hablaban bastante y rápido, por lo que a Ragnar le costaba un esfuerzo atroz entender algo de lo que decían. Dada su situación de incomprensión el joven decidió mantenerse al margen por el momento, y tampoco le interesaba practicar sus habilidades de conversación tan súbitamente.
Una leve interrogante se cruzó por su cabeza el ver como el humano se agachaba a tomar ramas del suelo en repetidas ocaciónes... "¿Para qué usará esas cosas?" Los osos en época de hibernar suelen juntar ramas y comérselas, pero ese no parecía el caso... ni era invierno ni era un oso... Ragnar se rascó la cabeza en señal de interrogación ante las acciones de sus compañeros, ¿A caso el también debía ponerse a recoger ramas? ¿Era eso lo que se acostumbraba hacer en los cam-pings? Se limitó a tomar un puñado de ramas en cada mano y continuó la travesía que emprendían sus compañeros en la delantera, ya se enteraría para qué necesitaban tantas maderas... o de otro modo se las comería, estaba acostumbrado a ello...
El joven observó detenidamente a sus dos compañeros y pudo llegar a reconocer a uno de ellos, la chica de la biblioteca con su característico olor combinado y... aunque no pudiera verlos en ese preciso momento, sus inquietantes orbes cuadrados. Por otro lado delante suya igualmente pudo observar detenidamente al primer humano que había visto en toda su estadía en la academia hasta ahora, eso le resultaba suficientemente distintivo como para obviar alguna característica física que le ayudase a identificarlo más adelante.
Si había algo en lo que pudiese relacionar a sus compañeros es que ambos hablaban... hablaban bastante y rápido, por lo que a Ragnar le costaba un esfuerzo atroz entender algo de lo que decían. Dada su situación de incomprensión el joven decidió mantenerse al margen por el momento, y tampoco le interesaba practicar sus habilidades de conversación tan súbitamente.
Una leve interrogante se cruzó por su cabeza el ver como el humano se agachaba a tomar ramas del suelo en repetidas ocaciónes... "¿Para qué usará esas cosas?" Los osos en época de hibernar suelen juntar ramas y comérselas, pero ese no parecía el caso... ni era invierno ni era un oso... Ragnar se rascó la cabeza en señal de interrogación ante las acciones de sus compañeros, ¿A caso el también debía ponerse a recoger ramas? ¿Era eso lo que se acostumbraba hacer en los cam-pings? Se limitó a tomar un puñado de ramas en cada mano y continuó la travesía que emprendían sus compañeros en la delantera, ya se enteraría para qué necesitaban tantas maderas... o de otro modo se las comería, estaba acostumbrado a ello...
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Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
¿Dejar sus dagas? Era broma, tenía que serlo, Maya no se despegaba de sus dagas ni cuando se duchaba. Frunció el ceño, pues el chico parecía hablar muy en serio. No iba a dejarlas, pero iba a comprometerse a no utilizarlas. Se quitó la camiseta y se enrolló la cadena alrededor del cuerpo, sujetando las dagas con el pantalón. Volvió a ponerse la camiseta.
- No las utilizaré... pero no pienso abandonarlas: son una reliquia familiar y las llevo siempre conmigo -anunció, mirando al chico que le había llamado la atención-. Y sería de agradecer que te presentaras.
La abuela Baggins le hubiera curtido el lomo a ese zagal. Llamarle a alguien la atención por algo sin presentarse antes lo hubiera considerado una falta de respeto increíble y, si por algo destacaba la abuela Baggins, era por su obsesión con los modales... bueno, y por su destreza en el arte del curtimiento de lomos ajenos.
Maya miró entonces al otro muchacho que recogía ramas. Era el que había destapado a la mujer-gato en la sala de estar. Se acercó a él despacio y por delante para no alarmarle y le plantó un beso en la mejilla, como hiciera la otra vez. Le sonrió abiertamente.
- Hola, Ragnar.
Luego el primer muchacho sugirió que se dispersaran para abarcar más terreno y hacerse con armas. Maya resopló. Pocas películas de terror había visto el chico si sugería que se separasen.
- Sigo diciendo que las probabilidades de supervivencia aumentan cuando el grupo permanece unido -dijo, sin cortarse un pelo.
Como, al parecer, por llegar la última su opinión valía menos, se encogió de hombros y empezó a coger ramas de hiedra no venenosa. Cuando tuvo 5 de un largo considerable, se sentó en el suelo y las trenzó en una trenza muy prieta, como una cuerda. Ató a cada extremo una piedra y un palo que afiló en el suelo.
Esgrimió ese armatoste y realizó varios de los ataques que su abuela le había enseñado a hacer con las dagas. Frunció el ceño. A pesar del peso y de la daga improvisada, los movimientos no eran tan fluídos como con las dagas que llevaba enrolladas al cuerpo. Tendría que ajustar la potencia y los movimientos a la nueva arma... y sobre la marcha, para más inri.
Volvió al sitio en que se había separado de sus compañeros y se quedó esperándolos practicando con sus nuevas y naturales dagas encadenadas. Serían más manejables si pudiera contar con unas puntas de piedra. Suspiró y rebuscó por el suelo, probando varias piedras hasta que consiguió partir una.
El borde no era lo más afilado del mundo, no podía competir con su reliquia familiar, pero con la punta podría llegar a matar a alguna alimaña para comer. Se sentía como un homo habilis. Ató las puntas a las dagas con más hiedra y quitó los pesos. Cuando efectuó varios ataques sonrió: seguía sin ser lo mismo pero el peso estaba mejor equilibrado.
Se sentó en el suelo a observar y escuchar cuánto la rodeaba. Se levantó de nuevo y, sin dejar de prestar la debida atención, empezó a recoger madera seca para poder encender una hoguera cuando los chicos volvieran.
- No las utilizaré... pero no pienso abandonarlas: son una reliquia familiar y las llevo siempre conmigo -anunció, mirando al chico que le había llamado la atención-. Y sería de agradecer que te presentaras.
La abuela Baggins le hubiera curtido el lomo a ese zagal. Llamarle a alguien la atención por algo sin presentarse antes lo hubiera considerado una falta de respeto increíble y, si por algo destacaba la abuela Baggins, era por su obsesión con los modales... bueno, y por su destreza en el arte del curtimiento de lomos ajenos.
Maya miró entonces al otro muchacho que recogía ramas. Era el que había destapado a la mujer-gato en la sala de estar. Se acercó a él despacio y por delante para no alarmarle y le plantó un beso en la mejilla, como hiciera la otra vez. Le sonrió abiertamente.
- Hola, Ragnar.
Luego el primer muchacho sugirió que se dispersaran para abarcar más terreno y hacerse con armas. Maya resopló. Pocas películas de terror había visto el chico si sugería que se separasen.
- Sigo diciendo que las probabilidades de supervivencia aumentan cuando el grupo permanece unido -dijo, sin cortarse un pelo.
Como, al parecer, por llegar la última su opinión valía menos, se encogió de hombros y empezó a coger ramas de hiedra no venenosa. Cuando tuvo 5 de un largo considerable, se sentó en el suelo y las trenzó en una trenza muy prieta, como una cuerda. Ató a cada extremo una piedra y un palo que afiló en el suelo.
Esgrimió ese armatoste y realizó varios de los ataques que su abuela le había enseñado a hacer con las dagas. Frunció el ceño. A pesar del peso y de la daga improvisada, los movimientos no eran tan fluídos como con las dagas que llevaba enrolladas al cuerpo. Tendría que ajustar la potencia y los movimientos a la nueva arma... y sobre la marcha, para más inri.
Volvió al sitio en que se había separado de sus compañeros y se quedó esperándolos practicando con sus nuevas y naturales dagas encadenadas. Serían más manejables si pudiera contar con unas puntas de piedra. Suspiró y rebuscó por el suelo, probando varias piedras hasta que consiguió partir una.
El borde no era lo más afilado del mundo, no podía competir con su reliquia familiar, pero con la punta podría llegar a matar a alguna alimaña para comer. Se sentía como un homo habilis. Ató las puntas a las dagas con más hiedra y quitó los pesos. Cuando efectuó varios ataques sonrió: seguía sin ser lo mismo pero el peso estaba mejor equilibrado.
Se sentó en el suelo a observar y escuchar cuánto la rodeaba. Se levantó de nuevo y, sin dejar de prestar la debida atención, empezó a recoger madera seca para poder encender una hoguera cuando los chicos volvieran.
Última edición por Maya Baggins el Sáb Sep 10, 2016 6:34 am, editado 2 veces
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Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
La oscuridad era completa, la lluvia azotaba las copas de los árboles que evitaban que las gotas llegasen completamente al suelo. Me senté en una de las ramas de un árbol cercano a ellos desde donde los podía ver con total claridad. Quería ver cómo actuaban, cómo trabajaban juntos. Sin embargo, pude ver que se les había unido una chica, fruncí el ceño al ver que llevaba con ella unas armas. Agarré una hoja grande que había por allí y me clavé una flecha en la mano para poder tener con qué escribir. Cuando tuve la nota, y sin haber perdido detalles de lo que habían dicho, preparé la misma flecha y la tiré para clavarla cerca de la chica. La nota rezaba:
Ha incumplido una de las reglas, espero verla en mi despacho dentro de dos días a las 22 horas. Sylvanas.
Como era lógico, tras disparar la flecha, me cambié rápidamente de árbol para no perderles el rastro. No perdí de vista al señor Shirou, él parecía querer hacer las cosas a su manera, negué con la cabeza pues no entendía que había de raro en lo que había dicho: todos juntos y trabajando en equipo, el hecho de dispersarse, significaría que me lo pondrían más fácil para cazarles. Pero les daría cancha, por lo menos al principio. La chica no me preocupaba, no parecía ser la típica niña que se asusta de la oscuridad. Sin embargo, Ragnar sí que me preocupaba, él estaba más perdido por el hecho de no entender bien lo que sus compañeros decían, pero no dudaba en que su instinto de supervivencia sería mucho mayor que el del resto de sus compañeros.
-Interesante -murmuré sin hacer ningún ruido mirando a la chica haciendo su arma. Estaba claro que ella estaba acostumbrada a aquel tipo de armas, por lo que no le resultaría nada raro hacerse unas similares para estar cómoda.
La tormenta empezaba a ponerse más fuerte, cosa que me beneficiaba pues el ruido que pudiera producir me ayudaría a camuflar mi olor y el ruido de las pisadas si había algún pequeño error. Desde aquel árbol, pude ver que en uno no muy lejano había un panal de abejas. Cargué el arco y disparé para que cayera al suelo cerca de donde los chicos estaban hablando y discutiendo. Tras el disparo, me alejé de la zona para que no supiera dónde estaba.
Nota aclarativa: a partir de este momento Sylvanas hará acto de presencia cuando ella lo crea conveniente, es decir, que tendréis que ir posteando en orden haciendo las acciones que creáis oportunas. Cuando lo vea necesario, aparecerá para dar avisos o para atacarles rápidamente y desaparecer. En un momento concreto, que ya avisaré, ellos deberán tratar de atraparla, si lo hacen, dará la case por concluida.
Aviso importante: Ryan está fuera de la clase pues ya ni conecta. Emiya, el otro día te di el último aviso, si no cumples con los tiempos, quedarás excluido totalmente de la asignatura. Tenéis de límite para postear 3 días desde que posteó el último, siempre en orden. Si alguno tiene algún problema o alguna urgencia, se le perdonará y se le dará un poco más de tiempo, pero tendrá que avisar por mp, y no veo como problema el no tener ganas de postear o algo por el estilo, problema veo el tiempo por estudios o cosas así.
Un saludo.
Invitado- Invitado
Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
*Shirou siendo un humano comenzaba a tener serios problemas para adaptarse a la situación. Primero por la lluvia; este factor hacía que los sonidos pudiesen diferenciarse con claridad por ende no sabría por donde vendría una criatura o la profesora. Como segunda instancia la obscuridad pues esto llegaba a disminuir su campo de visión hasta un radio de 1.5 metros cuando lo normal son 2.5 metros. Sin duda era un ambiente con varias dificultades como consecuencia hacía que fuese el menos apto del grupo para estar en solo en la naturaleza pero esto causo que en su rostro se mostrará una pequeña sonrisa pero esta no reflejaba confianza quizás miedo pero al final no importaba que significará esa sonrisa por el hecho de que el cazador siempre iría por la presa menor al menos para que esta le serviría de calentamiento e ir por el premio más gordo o al menos eso pensaba que haría la profesora Sylvanas, lo cual de cierta manera le entusiasmaba pues por fin tendría una pequeña oportunidad de enseñar sus habilidades como arquero; por supuesto que no lo hacía con la intención de demostrar que es mejor que ella por dos razones: Solo demostraría pura ignorancia y por algo a ella se le otorgó el título de "Profesora". En otras palabras solo quería saber si algún podría llegar a perfeccionar el uso del arco como ella, sin duda alguna si alguien debía ser su ejemplo a seguir en cuanto al combate de distancia no tendría que pensarlo dos veces; si sería Sylvanas.*
-Bueno con esto podré hacer algo... *Pudiendo conseguir una rama con una curva natural este empezó a hacer su arco con su kitt aunque al principio pensó hacer el arco con la cuerda mejor decidió por usar el hilo dental aunque para su desagracia tuvo que gastarse todo para así darle características similares al de una cuerda. Como último empezó a poner en práctica su arma y al ver que se había acostumbrado a este hizo sus flechas lo cual era lo más fácil pues con la roca en pico empezó a sacar filo a aquellas ramas delgadas y finalmente haber hecho su arco con sus respectivas municiones aunque estas municiones las mantenía en su mano derecha para estar preparado.* -Solo tengo 12 disparos... No podré defenderme con eso... No creía que esto fuese lo suficiente por ende también busco algunos troncos gruesos como de unos 15 cm de radio, resistentes y grandes (60 cm) aunque estos ya estaban en el suelo por diferentes razones es decir que no hubo necesidad de cortar árboles para eso; después sacarle punta con la piedra y poder guardar estas en el bulto aun a pesar de eso estas causaron agujeros sobresaliendo un poco de la mochila pero sería más fácil para poder sacarla más rápido.* -Creo que con esas 3 serán suficientes... *Pudiendo conseguir lo que deseaba este comenzó a caminar en dirección a donde estaba el grupo; realmente le gustaría que la profesora le diera un pequeño aviso.*
-Bueno con esto podré hacer algo... *Pudiendo conseguir una rama con una curva natural este empezó a hacer su arco con su kitt aunque al principio pensó hacer el arco con la cuerda mejor decidió por usar el hilo dental aunque para su desagracia tuvo que gastarse todo para así darle características similares al de una cuerda. Como último empezó a poner en práctica su arma y al ver que se había acostumbrado a este hizo sus flechas lo cual era lo más fácil pues con la roca en pico empezó a sacar filo a aquellas ramas delgadas y finalmente haber hecho su arco con sus respectivas municiones aunque estas municiones las mantenía en su mano derecha para estar preparado.* -Solo tengo 12 disparos... No podré defenderme con eso... No creía que esto fuese lo suficiente por ende también busco algunos troncos gruesos como de unos 15 cm de radio, resistentes y grandes (60 cm) aunque estos ya estaban en el suelo por diferentes razones es decir que no hubo necesidad de cortar árboles para eso; después sacarle punta con la piedra y poder guardar estas en el bulto aun a pesar de eso estas causaron agujeros sobresaliendo un poco de la mochila pero sería más fácil para poder sacarla más rápido.* -Creo que con esas 3 serán suficientes... *Pudiendo conseguir lo que deseaba este comenzó a caminar en dirección a donde estaba el grupo; realmente le gustaría que la profesora le diera un pequeño aviso.*
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Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
Ragnar soltó los puñados de ramas en un punto que eligió como "El sitio para dejar las ramas", apenas alzó la mirada sus ojos divisaron a alguien caminando hacia él, un olor familiar recorrió levemente su nariz en lo que una sonrisa cordial se formaba en su cara, uno de sus compañeros era la chica de la librería... ¿Cómo era su nombre? ¿Pupilas cuadradas? ¿Cabello rosa? Ragnar no alcanzó a pensar lo suficientemente rápido y de sus labios salió un pequeño - Ho-la... hola - en lo que su compañera le daba un beso en la mejilla ¿La otra vez no habían sido dos? ¿A caso solo son dos al primer encuentro? ¿Sería descortés que el la bese dos veces en vez de una? Se limitó a imitar el beso en la mejilla de la chica y a sonreírle cordialmente.
Luego de el saludo el joven miró a su alrededor... realmente le hacía sentir como en casa el hecho de estar afuera, pero había algo diferente, estaba en un cam-ping con seres humanoides, no con una manada de osos con los que sabría relacionarse mejor. Observó a sus compañeros "Piensa Ragnar ¿Qué necesitan los humanoides para vivir en la intemperie?" Casi justo al mismo tiempo en el que esa pregunta se formuló en su cabeza su estómago comenzó a gruñir levemente... y por levemente se podría decir que se asemejó al rugido de un perro.
- Ca... Carne... - Esa palabra provocó una respuesta estimulante en su estómago, debía buscar alimento para él y sus compañeros. Sin dudarlo comenzó a correr, corrió entre la espesura del bosque como si fuera el pasillo de su casa. El bosque era enorme pero Ragnar sabía lo que estaba buscando... el sonido del agua en movimiento resonó en sus orejas de cazador en pocos segundos, ya no se le hacía tan complicado correr como un humano, aunque sabía que sería más rápido transformarse en oso, pero eso le haría gastar más energía en este momento. Sus pies de humano se detuvieron y se enterraron levemente en el fango que trazaba el contorno del lago, sentir su piel contra el lodo le hacía recordar cuando era un pequeño osezno que jugaba a embarrarse en los arroyos.
Dejó sus pensamientos infantiles de lado apenas escuchó movimiento en el agua... sus ojos negros se clavaron en los múltiples brillos del agua... las escamas de los peces eran su gran desventaja contra el cazador... sin pensarlo dos veces se arrojó al gran lago con una voracidad digna de un verdadero oso, y en un sonoro choque contra el agua sus dientes atraparon el lomo de un salmón, hundiéndose con fuerza en su columna y terminando con la vida de su presa. Ragnar se puso de pie aún con el pez entre los dientes, la lluvia caía sobre su cabeza empapada mientras la sangre del pez hacía lo mismo por su mandíbula humana de colmillos sobrenaturales.
Durante unos reconfortantes y divertidos veinte minutos el joven devoró a su presa y atrapó a diez más, sosteniendo a tres de sus colas con sus dientes y a los otros repartidos en sus manos, también agarrados por sus colas. Dando un leve bufido de satisfacción salió del lago caminando y se encaminó hacia el punto de encuentro con sus compañeros, si algo realmente no le fallaba era el sentido de la orientación. Al cabo de unos pocos minutos se encontraba nuevamente en el claro donde se encontraban sus compañeros.
La tormenta se estaba poniendo cada vez más fuerte cuando de repente Ragnar pudo escuchar como algo cortó el aire, acto seguido un gran panal de abejas cayó justo frente a ellos. El joven no podía creerlo... ¿Cómo podían tener semejante suerte? ¿Qué era mejor que un buen pedazo de cera de panal y miel? Sin esperar mucho se lanzó hacia el mismo dejando los pescados en el suelo, obviando el hecho de que ahora sus brazos se encontraban cubiertos de abejas...
Luego de el saludo el joven miró a su alrededor... realmente le hacía sentir como en casa el hecho de estar afuera, pero había algo diferente, estaba en un cam-ping con seres humanoides, no con una manada de osos con los que sabría relacionarse mejor. Observó a sus compañeros "Piensa Ragnar ¿Qué necesitan los humanoides para vivir en la intemperie?" Casi justo al mismo tiempo en el que esa pregunta se formuló en su cabeza su estómago comenzó a gruñir levemente... y por levemente se podría decir que se asemejó al rugido de un perro.
- Ca... Carne... - Esa palabra provocó una respuesta estimulante en su estómago, debía buscar alimento para él y sus compañeros. Sin dudarlo comenzó a correr, corrió entre la espesura del bosque como si fuera el pasillo de su casa. El bosque era enorme pero Ragnar sabía lo que estaba buscando... el sonido del agua en movimiento resonó en sus orejas de cazador en pocos segundos, ya no se le hacía tan complicado correr como un humano, aunque sabía que sería más rápido transformarse en oso, pero eso le haría gastar más energía en este momento. Sus pies de humano se detuvieron y se enterraron levemente en el fango que trazaba el contorno del lago, sentir su piel contra el lodo le hacía recordar cuando era un pequeño osezno que jugaba a embarrarse en los arroyos.
Dejó sus pensamientos infantiles de lado apenas escuchó movimiento en el agua... sus ojos negros se clavaron en los múltiples brillos del agua... las escamas de los peces eran su gran desventaja contra el cazador... sin pensarlo dos veces se arrojó al gran lago con una voracidad digna de un verdadero oso, y en un sonoro choque contra el agua sus dientes atraparon el lomo de un salmón, hundiéndose con fuerza en su columna y terminando con la vida de su presa. Ragnar se puso de pie aún con el pez entre los dientes, la lluvia caía sobre su cabeza empapada mientras la sangre del pez hacía lo mismo por su mandíbula humana de colmillos sobrenaturales.
Durante unos reconfortantes y divertidos veinte minutos el joven devoró a su presa y atrapó a diez más, sosteniendo a tres de sus colas con sus dientes y a los otros repartidos en sus manos, también agarrados por sus colas. Dando un leve bufido de satisfacción salió del lago caminando y se encaminó hacia el punto de encuentro con sus compañeros, si algo realmente no le fallaba era el sentido de la orientación. Al cabo de unos pocos minutos se encontraba nuevamente en el claro donde se encontraban sus compañeros.
La tormenta se estaba poniendo cada vez más fuerte cuando de repente Ragnar pudo escuchar como algo cortó el aire, acto seguido un gran panal de abejas cayó justo frente a ellos. El joven no podía creerlo... ¿Cómo podían tener semejante suerte? ¿Qué era mejor que un buen pedazo de cera de panal y miel? Sin esperar mucho se lanzó hacia el mismo dejando los pescados en el suelo, obviando el hecho de que ahora sus brazos se encontraban cubiertos de abejas...
Última edición por Ragnar Balgruuf el Miér Sep 14, 2016 11:00 am, editado 1 vez
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Re: Clase de Supervivencia: sobrevivir en el bosque [Ragnar, Maya]
Castigada por llevar sus dagas con ella, menudo jarro de agua fría... pero no iba a despegarse de ellas, ni siquiera para ir a una clase. Podría hablar con la profesora y comprometerse a no utilizarlas; si la mujer pretendía que las dejara en la habitación, no le quedaría más remedio que dejar de acudir a esa clase. Estaba dispuesta a hacer muchas cosas, no llevar las dagas consigo no era una de ellas.
Para cuando volvieron los chicos, Maya había reunido cierta cantidad de madera relativamente seca. Una hoguera los mantendría calentitos y relativamente a salvo de bestias salvajes. La muchacha de pelo morado los vio llegar y los saludó con la mano sin dejar de sonreír.
Pero dura poco la alegría en casa del pobre. Apenas llegaron los muchachos al lugar de reunión, y sin previo aviso, un panal (de rica miel) cayó a sus pies. La reacción de Maya fue instintiva e inmediata y trepó al árbol más cercano como un auténtico chimpancé. Alcanzó a ver una sombra escurrirse entre las copas de los árboles, pero no había tiempo para pensar en ello.
Hizo un lazo corredero con las dagas, lo tiró a Ragnar y lo subió al árbol haciendo uso de toda su fuerza, por mucho que el chaval se resistiera y se debatiera. Puede que no fuera muy educado por su parte, pero al otro muchacho no lo conocía y la había ignorado cuando dio su parecer sobre cómo debían proceder. Además, ella había aportado madera y Ragnar comida pero el zagal había vuelto sólo con su arco: con una mano delante y otra detrás.
Pero tampoco era una persona demasiado cruel y tras soltar al chico-bestia dejó caer una de las dagas encordadas delante del muchacho.
- ¡Trepa! -Dijo, sonando más autoritaria de lo que había pretendido.
Pasados unos minutos, las abejas se irían seguro, pero sufrir una cantidad masiva de picaduras podía ser muy problemático. De haber tenido tiempo de prender la madera, el humo que hubiera desprendido por la humedad las hubiera ahuyentado... pero el "hubiera" no existe: la situación era la que era.
Esperaba que, de ser uno de los chicos un mago, no cometiera la estupidez de prender fuego al panal: La miel puede actuar como antiséptico y protección en caso de quemadura... y estaba rica, a Maya le gustaba mucho.
[OFF: Como Syl había puesto que el panal caía dónde estábamos todos, he movido a vuestros pjs hasta el punto de reunión. Ragnar, puedes resistirte a que Maya te aúpe en el aire pero ella no dejará de tirar hasta ponerte a salvo. Emiya, en cuanto te agarres a la "cuerda" y empieces a trepar, Maya tirará también de ti.]
Para cuando volvieron los chicos, Maya había reunido cierta cantidad de madera relativamente seca. Una hoguera los mantendría calentitos y relativamente a salvo de bestias salvajes. La muchacha de pelo morado los vio llegar y los saludó con la mano sin dejar de sonreír.
Pero dura poco la alegría en casa del pobre. Apenas llegaron los muchachos al lugar de reunión, y sin previo aviso, un panal (de rica miel) cayó a sus pies. La reacción de Maya fue instintiva e inmediata y trepó al árbol más cercano como un auténtico chimpancé. Alcanzó a ver una sombra escurrirse entre las copas de los árboles, pero no había tiempo para pensar en ello.
Hizo un lazo corredero con las dagas, lo tiró a Ragnar y lo subió al árbol haciendo uso de toda su fuerza, por mucho que el chaval se resistiera y se debatiera. Puede que no fuera muy educado por su parte, pero al otro muchacho no lo conocía y la había ignorado cuando dio su parecer sobre cómo debían proceder. Además, ella había aportado madera y Ragnar comida pero el zagal había vuelto sólo con su arco: con una mano delante y otra detrás.
Pero tampoco era una persona demasiado cruel y tras soltar al chico-bestia dejó caer una de las dagas encordadas delante del muchacho.
- ¡Trepa! -Dijo, sonando más autoritaria de lo que había pretendido.
Pasados unos minutos, las abejas se irían seguro, pero sufrir una cantidad masiva de picaduras podía ser muy problemático. De haber tenido tiempo de prender la madera, el humo que hubiera desprendido por la humedad las hubiera ahuyentado... pero el "hubiera" no existe: la situación era la que era.
Esperaba que, de ser uno de los chicos un mago, no cometiera la estupidez de prender fuego al panal: La miel puede actuar como antiséptico y protección en caso de quemadura... y estaba rica, a Maya le gustaba mucho.
[OFF: Como Syl había puesto que el panal caía dónde estábamos todos, he movido a vuestros pjs hasta el punto de reunión. Ragnar, puedes resistirte a que Maya te aúpe en el aire pero ella no dejará de tirar hasta ponerte a salvo. Emiya, en cuanto te agarres a la "cuerda" y empieces a trepar, Maya tirará también de ti.]
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