Afano de Carteras y Otras Cosiñas: No ser pámpano [alumnos todos]

Él, Rob Cualquiera, como profesor. Cuando Jeannie se enterase, estaría orgullosa de él. Se había esforzado por no estar trompo en su primera clase... así que la noche anterior sólo había robado un poco y bebido la mitad de lo que esos hurtos merecían como celebración ¡Pardiez, si se estaba esforzando!

El aula estaba aparentemente vacía, pues el hombrecillo de 15 centímetros se hallaba escondido a los ojos de cualquiera que entrase. En la pizarra, con mala y temblorosa letra, había escrito "Rob Cualkiera: proff profess ¡Pardiez!". No es fácil escribir en una pizarra mientras cuelgas de un hilo de lana desde arriba. Por suerte, su clase no iba a incluír sesiones de Leyenda y Escribenda, eso iría a otro sitio para mejorarlo.

Él enseñaría a los jóvenes grandullones cómo robar, beber y pelearse como buenos feegle.

Nada más llegar había podido afanar dos enormes bolas de pelo de gato que nadie vigilaba para hacerse una cálida cama, también había sisado varias agujas con las que había confeccionado espadas... oh, y unos cuantos lápices más grandes que él de la sala de profesores. Ese colegio estaba lleno de pámpanos, él tenía el deber de espabilarlos.

Rob estaba preparado para hacerles una disimulada demostración, en vivo y en directo, del arte del robo. Iban a quedarse sin carteras nada más entrar... y ya se vería si las recuperaban intactas, según lo babayus que fueran.

Yer Noligma no pudo resistirse a intentar leer el cartel de aquella clase, por alguna razón era del tamaño de una pegatina.

-¿Arado de cosechas y otras cocinas? Que estúpides....

Pero valía la pena comprobar que pantomima era esta, además seguro que la clase estaba vacía.

-Permiso, que paso...

Un aula vacía como no, pestañeo y entró adentro a mirar, pero no veía nada inusual.

-Naa... ya decía yo, además... sonaba a coñazo de clase...

¡Y ahí estaba el primer babayu! Lo oyó hablar fuera del aula mientras leía el cartel de su asignatura... se le daba la leyenda peor que a mismo Rob.

Entró como si estuviera en su casa, dando por sentado que hallábase solo en el aula. Antes de que ese grandullón se diera cuenta, su cartera había volado y obraba en posesión de Rob. El feegle la dejó escondida en una rendija de la pared que había en un rincón del aula.

Volvió a su escondrijo para esperar al siguiente mamalón que entrase. No perdía de vista al primer topetiño, a ver cuánto tardaba en darse cuenta de haber perdido la cartera.

-Bienvenidos a la clase del profesor Rob-
La peliblanca aún estaba algo cansada de la noche anterior, sus parpados caían de una manera   que ni ella misma comprendía, su mente volaba como loca, pero ella entendía que su cabeza debía centrarse en ella misma, ella debía ser la mejor en cualquier cosa que hiciera de ahora en adelante sus libros pesaban demasiado.
Al entrar en el salón se veía bastante oscuro las paredes eran rusticas, los techos poco espaciosos las sillas tenían un horrible color almendra asqueroso para su gusto, además olía un poco a humedad  eso molestaba un poco a la canosa pero nada le molestaba más que la mochila en su espalda, así que tomo el último puesto  junto a la rustica ventana abierta de par en par, por la cual entraba un viento helado, pero la vista era increíble ya que se veía todo el bosque tras la academia
La chica solo se distrajo mirando a lo lejos mientras el salón se llenaba poco a poco sin dejar  ese horrible olor a humedad que ya le daba dolor de cabeza

[OFF IMPORTANTE: Adoptamos el turno normal de post: Yo-Yer-Kani. En caso de unirse alguien más, lo hará después de ella y deberá rolear conforme ya estaba en el aula y Rob le ha sisado la cartera. No hay límite de alumnos.]

La siguiente en entrar fue una rapaza, pero Rob no era sexista y también su cartera voló de la mochila.

Los alumnos iban llegando y él les sisaba los monederos y las carteras y los escondía sin ser visto. Cuando el aula acabó de llenarse y los rapaces empezaron a impacientarse por la aparente ausencia del docente. Sin embargo, cuando Rob se mostró sobre la mesa del profesor, con sus 15 cm de estatura y su cráneo de conejo a modo de casco, no parecieron ni notar su presencia.

- ¡Pardiez! ¡Dejad de mirar sin ver nada, babayus! -Les gritó. A pesar de su pequeño tamaño, la voz de Rob no era chillona-. Soy el profesor Rob Cualquiera, Gran Hombre del Clan de la Caliza y vuestro profesor.
>> En esta clase os enseñaré a ser buenos feegle, aunque seáis grandullones -¡Qué bien se le daba la Explicamienda!-. Y lo primero que aprende todo buen feegle es el Arte del Robo. Un buen feegle puede robar sin ser visto. Somos maestros del escondite y el camuflaje... y dámonos el piriño antes de ser descubiertos.
>> Revisad vuestros bolsillos y mochilas, a ver si echáis algo en falta, babayus, más que babayus.

Los pámpanos empezaron a rebuscar sus pertenencias desesperadamente y varios se encararon con el profesor. Rob sacó la espada feegle y pinchó con ella a varios alumnos que intentaron aplastarlo con las manos.

- Os ha pasado por topetiños y mamalones -sentenció Rob-. Primera lección: nada es imposible de robar para un feegle. Segunda lección: los grandullones sois unos babayus, ni siquiera me visteis cuando me planté sobre la mesa, pardiez.
>> Si al final de la clase os habéis comportado como feegles, os devolveré vuestras carteras y monederos casi intactos. Esta non es una clase de mucha leyenda y mucha escribenda, así que guardad esas libretiñas.
>> Y ahora, babayus grandullones, os pregunto: ¿Qué es lo más importante en el robo? Oh, sí, casi olvidome: cualquier falta de respeto, hacia quién sea, derivará en la desaparición de otra de vuestras cosas y non es broma.

Yer Noligma miró, extrañado a la pizarra, la cual estaba escrita de una extraña forma, y con unos piecesitos en tiza redondeando o algo.
Fue entonces cuando apareció un bichito azul en la mesa del profesor y presentándose como maestro de su asignatura, algo así como hurto.
Y les informó de que les habia robado a todos su cartera.

Noligma abrió los ojos y busco su cartera con curiosidad, no tenía sentido llevarse la cartera a clase, pero aún así le faltaba.

Varios alumnos furibundos selanzaron sobre el bicho azul de cabellera pelirroja con cráneo de algún animal.

Pero todos sin éxito, el bicho iba armado y era de armas tomar, a Yer se le antojaba como un híbrido entre los famosos pitidos, bichitos azules pacíficos, con los leprechaun, criaturas pelirrojas avaros y buenos bebedores, que solían tener rencillas con las hadas.

Ya normalmente la habría liado en clase, pero este profesor ya la liaba el solo, así que ¿Por que molestarse?
-Por fin, Legacy corrupta empieza a mostrarse ...
Academia Legacy, ese agujero de inmundicias y de oscuras intenciones, acabaría con esta si podia.
La criatura hizo una pregunta y decidió responder tranquilamente
-Yo ni le note rebuscar en mis cosas, así que... supongo que es el sigilo. La capacidad de no ser detectado.

La canosa sonrió con cierto desdén la respuesta de su compañero había sido muy buena pero no la convencida del todo
-Me parece que la esencia del robo es algo , parecida a la esencia de la ilusión –
Sonrió mirando al profesor
-cuando entramos estábamos distraídos buscándole, en mi caso si no hubiera estado distraída estoy segura de que no habría logrado robar mi cartera –
La chica miro, con más atención su alrededor y agudizo sus sentidos buscando las carteras, si él fuera algo más inteligente seguramente, no escondería las carteras en un cajón que estaba en el escritorio, o si era así lo más seguro es que llevara consigo las llaves pero en el cuerpo del profesor no se notaban así que la peli blanca pensó que tal vez su maestro tal vez había escondido las llaves en algún lugar .tal vez tendría que hacer grupo con alguien para poder recuperar su cartera y las fotos que allí conservaba .
Mirando a su alrededor la caballero pensaba en todos los lugares donde podrían haber escondido las carteras la clase avanzaba pero ella seguía suspendida en su pensamiento solo quería lograr recuperar su billetera que pensándolo bien contrastaba con su atuendo ya que era rosa con flores amarilla y un pequeño grabado de un vestido azul llena de fotos de sus amigos y cartas de D.A definitivamente era vergonzosa

- ¡Pardiez! ¡Non, rapaza! ¡Un feegle non necesita eso! -Exclamó Rob ante la respuesta de Kani-. Él estuvo más acertado: el sigilo es gran parte del hurto... pero que los grandullones seáis unos babayus también ayuda.
>> Los feegle non necesitamos grandes sistemas de camuflaje, los grandullones no encontraríais agua en el mar y basta con meterse en una de esas cosiñas para guardar otras cosiñas como galletiñas o bollos... un... un... ¡Pardiez! ¡Un tarriño!
>> ¡Y dejad de mirar a vuestro alrededor como pámpanos! ¡Si non escucháis mi Explicamienda, non devolvereos los monederos! -Les advirtió a los alumnos-. ¡Non evité celebrar anoche para non estar hoy trompo y poder dar clase, para que unos topetiños non escúchenme!

Rob se consideraba a si mismo un artista de la Explicamienda y le gustaba ser escuchado. Además, representaba que él era el profesor y que los rapaces deberían prestarle atención... ¡pero estaban más concentrados en encontrar sus pertenencias que en atender en clase!

Aprovechó un momento en que ninguno de los alumnos lo miraba para escabullirse y sisarle el teléfono a uno de ellos. Lo apagó y lo escondió tras una de las piedras de la pared que había soltado previamente.

- Ale, un aparatejo menos -declaró mientras contaba a los alumnos-. Y pueden desaparecer otros quince, a ver si empezáis a escuchar mi Explicamienda a medida que os vaya desvalijando.
>> Comu dije antes: el sigilo es la clave para que a uno non lo pillen nunca. Antes de acometer la empresa, hay que tener ideada la ruta de escape para darse el piriño en el menor tiempo posible.
>> En caso de no haber ruta, hay que buscar un escondrijo dónde esperar la oportunidad de darse el piriño. Cuánto más sucio y polvoriento, menos proclives sois los grandullones a registrarlo. ¡Además, nunca sabe uno dónde encontrará una buena pelusa de la suerte que guardar en el espog!

Rob había estado practicando la Leyenda y la Escribenda en la biblioteca y había aprendido palabriñas que sonaban muy de gonnagle. Estaba muy orgulloso de si mismo.

Tomó nota mental de que ninguno de esos grandullones llevaba ni un mísero espog... ya tenía tema para la segunda clase: ¡ningún feegle que se precie va por la vida sin su espog y su kilt! ¡Les enseñaría a hacerse un buen espog dónde guardar pelusas de la suerte!

- ¿Hay algo que non haya quedado claro, rapaces?

Noligma, normalmente se enorgullece de acertar las preguntas con facilidad... pero por una vez dudo se alegrarse de acertar una respuesta tan... Criminal?
¿debería tomar apuntes o eso seria ya muy de delincuente? bueno el profesor dijo que no usarían "Escribenda" supongo que eso ademas de las bendas se aplicaba a los cuadernos.
De pronto visto y no visto, el profesor se escabullo, tan rápido que no pudo seguirlo con la mirada ¿Donde se habrá medito?

Una victima lloraba por la desaparición del móvil.

¡Joder! hasta ahora todos los profesores de Legacy eran raros a mas no poder, pero este se lleva la palma de lo bizarro, era como un si una cabra pariera cachorritos de dalmatas de manchas rosas y de repente hubiera entre los dalmatas un chiguagua azul con malas pulgas.

Era raro que un profesor le cayera bien, por suerte Rob no le caía bien, no al menos tanto como Eva, pero desde luego estaba mejor situado que otros profesores.

-profesor... vale que yo tuviese razón, pero mi compañera tampoco estaba mal situada.

Noligma intento explicarse sin ofender al profesor, una tarea arduo difícil

-Es que ...usted es... tan rápido, tan hábil, tan... grande...? y nosotros somos torpes y lentos en comparación, a nosotros nos verían venir por mucho que nos esforcemos, y los agujeros, son pequeños para nosotros.

Solo quería saber si esta clase iba a ser "útil" o solo era útil teniendo 5cm de altura y siendo, un pitufo irlandés. Yer tuvo que contener las risas que su propio pensamiento le causaban mientras intentaba prestar atención a la respuesta del profesor.

(haber si se le da bien la "Respondibenda")

Yer Noligma se estaba divirtiendo, pero lo cierto es que la clase era un poco caótica ¿que se supone que iban a hacer? ¿robarse unos a otros? o solo iban a escuchar al profesor "lo que el creía" que era el arte del robo