Leyendas inacabadas. (Kurumi)[Privado]

¡Qué mierda es esto! -exclamó la azabache al saltar  de los gusanos para evitar la explosión que el ataque de ambas había generado, pero por fin nuestro esfuerzo conjunto había dado resultados, la piedra había caído.

¿Qué función tenía aquella joya? no estaba segura pero me di cuenta que Tyrande la tomó y hecho eso los gusanos disminuyeron dramáticamente su tamaño, haciéndose pequeñas como cualquier gusano.-

Tyrande ¿Qué rayos hiciste? -cuestioné a la elfa tras ver que al tocar la piedra generó esos efectos, por mi mente pasó que podría ser  algún poder de ella, aunque sino lo era, entonces la situación podría ser mucho más intrigante y peligrosa tal vez.-

Debemos salir ahora que están en ese tamaño, es nuestra oportunidad - musité, esperando la respuesta de las nuevas criaturas formadas.-

-La elfa había recogido la piedra, esa cosa llena de misterio que uno de los gusano tenía en su frente, parecía ser la culpable de tal atrocidad. Jamás olvidaría lo asqueroso que lucian esas criaturas.

Escuché cada palabra de la elfa, sin duda ella tenía razón esa joya podría ser mágica, la sola idea de que tuviera vida me provocaba escalofríos y curiosidad.

Negué con la cabeza a su última pregunta...- No conozco nada de este lugar, viene a curiosear esa es la verdad, pero tienes razón, estamos rodeadas de magia, me permites ver esa piedra me recuerda a una que me parece he visto con anterioridad.

-Comenté ante la curiosidad que dicho objeto provocaba mientras, mis clones me ayudaban a escalar para intentar salir, esperaba poder tocarla y comprender su naturaleza, pues la muestra de poder que habíamos observado la hacían dignas de estudiar.-

Tyrande escuchó lo que Kurumi le decía, miró durante unos segundos la piedra y se la pasó, lo hizo con un ligero toque de amargura, pero no pensaba luchar con ella, no tenía ninguna gana. Observó como la piedra tocaba la mano de la joven y sonrió, miró hacia el lugar donde se encontraban y suspiró.

La magia del lugar era muy potente y eso le hacía sentirse incómoda, no entendía como podía haber tanta magia en aquel lugar y como era posible que nadie supiese de ese sitio, al menos no como se conocía.

-Deberíamos buscar algo raro en este lugar.-soltó mientras pensaba que debían hacer.-Esa piedra parece ser poderosa.-comentó mientras miraba la piedra.

Tras eso dio una patada a una piedra, el objeto golpeó la pared haciendo que todo el lugar se envolviese de eco.

-¿Qué crees que pasara?-pronunció a medida que escuchaba el eco del lugar.-Siento que algo nos vigila, pero no los gusanos de antes.

- Tomé la piedra y la guarde en una bolsa que traía ceñida a mi cintura, con la intención de llevármela para su posterior estudio, así esbocé una sonrisa en agradecimiento por el noble gesto de la elfa, es decir, por no haber opuesto resistencia alguna para entregarla-.

Sabes yo creo que tienes razón este lugar parece albergar mucha magia, y no de cualquier tipo, de las más poderosas, por eso mismo es mejor quedarnos y ver que más averiguamos, además de que me ha quedado claro que débil no eres.

-Comenté con seguridad, pues después de verla actuar en asociación conmigo ambas demostramos hacer un buen equipo a pesar de la rivalidad que entre nosotras existía-

Es necesario averiguar  más Tyrande,  pienso que si esto cae en las manos equivocadas puede llegar a representar un gran riesgo para todos, sé que somos enemigas, pero no me interesa lidiar con otro frente además de los ya de por sí odiosos legacianos.

Dime ¿Seguimos investigando?  - pregunté con seguridad y entusiasmo pensando que ella daría un sí por respuesta-

*Sin duda la elfa era una mujer inteligente y gran guerrera se había ganado mi respeto, era hábil y sabía cuando hacer alianzas, no sólo eso parecía gustarle el peligro cosa que también me gustaba, así que sonreí ante sus palabras, al parecer la aventura seguiría*.

Jo...eres algo engreída, me agrada eso, y bueno ante todo la conveniencia ¿no? al final no somos tan distintas joven elfa * dije burlona al ver que sus comentarios eran algo con doble intención y sin duda me parecía que al final los legacianos solo era un grupo de hipócritas que decían mantener ciertos valores, pero lo hacían de manera selectiva, lo que los hacía tan nefastos como cualquier miembro de Merak.*

Bueno, bueno, dejemos la charla y veamos que otras cosas interesantes encontramos por aquí. *dije mientras observaba que al fondo de la cueva unas sombras se movían rápidamente, cosa que pude percibir por un suave rayo de luz que daba en esa dirección* dime algo ¿Puedes ver tu esas sombras al fondo?

*Kurumi sentía odio por todas las personas en especial los legacianos, pero también era una mujer que sabía que en ocasiones la vida se había hecho para disfrutar, breves momentos para poder intercambiar, sin mayor caos, con personas o criaturas, que le podían hacer olvidar su pasado, sus sueños más oscuros.

Las palabras de la elfa y sus nítidos intentos por bromear conmigo, arrebataron una sonora carcajada, al llamarme la reina de las engreídas*. JAJAJAJ estoy de acuerdo contigo Tyrande, y es que en realidad todo lo hago bien, hasta ser engreída, por eso tengo ese honorífico. *Sería esa mi réplica llena de sarcasmo, pero en realidad si me había provocado gracia la manera en que ella me hablaba y la forma en que todo se desenvolvía*.

Tsk...en brazos jajaj vaya eres buena contando chistes, cuando salgamos de aquí quizás te lleve como mi bufón personal, la palabra miedo no existe en mi vocabulario querida elfa *de pronto unos ruidos captarían mi atención, sin duda se podía sentir una presencia en el lugar, así saque mis dos mosquetes y me dispuse a caminar, observando que también la elfa se había puesto en guardia*.

Veamos que sorpresa nos reserva este lugar...será divertido *musité con una gran sonrisa dibujada en mi rostro* Tyrande abre bien los ojos porque no pienso defenderte.