Muerte desde Arriba

Luego de escuchar a la pelirroja, puse mi mano sobre su hombro, -- Dime... que tan humano puede parecer un demonio? -- la empujé apartándola un poco, y en lo que termino de sacar una de mis pistolas, repentinamente unos demonios saltan sobre mi, pero los esquivo mientras les disparaba a quema ropa. Saque mi otra pistola y llamé la atención un poco lejos de Rias, para evitar que pudieran herirla, -- Por que... según parece no soy el único que puede aparentar ser un humano... -- , varios demonios a mis espaldas se lanzaron sobre mi, pero agarré mi espada y de un corte los maté, -- claro, poniendo en cuenta que el demonio haya nacido como tal y no por alguien con poder -- dije observando a Rias; luego se acerca un demonio, un poco exagerado en la apariencia, pero fuerte a simple vista, -- Veamos que tienes para darme -- me acerco velozmente para atacar al demonio con una estocada, pero este lo esquiva, por lo que uso mis pistolas para dispararle. Ya una vez acabado con todos los demonios guardo mis pistolas y espada.

Por un momento cuando había sentido que sobre mi hombro se había posado la mano de él, solo me causo un poco de nervios que comenzó a recorrer todo mi cuerpo hasta que solo escuche ese sonido como sí algo saliera de los arbustos para caer por encima de Dante, cosa que me llamo la atención que quizás seguían a él, pues siempre aparentaba que era un imán para todo demonio que merodeaba por donde él estuviera.

Escuchaba atenta a todo lo que me preguntaba aunque él estuviera en lo que era una "Pequeña pelea" solo me mantuve a distancia, poniéndome de pie , pues tampoco podía interrumpir la pelea que él tenía , aunque por lo que mis ojos podían apreciar era como sí aveces él tomara una ventaja de estas peleas pues, parecía muy cómodo como si todo esto fuera normal — a...ah bueno, de los demonios — solo redundaba un poco en esa palabra, mientras pensaba que era lo que le podía responder. para solo esperar a que él terminara.

Al ver como él ya había terminado de hacer un poco de su trabajo me acerque a donde ya estaba, para tomarlo de la mano y comenzar a caminar mejor, me inquietaba un poco permanecer sentada, más cuando cualquier persona podría seguirnos — eres demasiado curioso con los demonios — decía la pelirroja con un simple comentario, para solo seguir junto a él — pues, en pocas palabras lo que son transformados a demonios son más peligrosos, pues antes eran humanos, al ser transformados a demonios, sus cuerpos no suelen resistir, hay inestabilidad en ellos, que los lleva a atacar a los demás por necesidad de hacerse más fuerte —

Ya con las dudas respuestas, gracias a Rias, ya me sentía mejor, pero seguía confuso, no quería espantarla dándole miedo o que huyese de mi, no podría aceptar que fuese un demonio de los malos, aunque por algo se debe a esa belleza... no?. Podía sentir que el día se sentía mejor a su lado, y me encantaría aprovechar estos días... por siempre.

Mientras caminábamos no podía dejar de verla de reojo, me provocaba felicidad estar con ella. -- Rias... -- quedé en un pequeño silencio, -- no querrás... ir por helados? -- dije un poco nervioso, y aunque podría aprovechar que no suelo hacer casi nada los días, siendo libre de horarios o compromisos más allá de cazar demonios, invitar a Rias por un helado como un día normal sería una buena inversión en mi dinero.

Quizás aun no quería preguntarle sobre lo que ella es realmente, aunque me tenía la curiosidad más intensa a cada momento, pero debía estar tranquilo, paciente y calculador... por un rato.

A la pelirroja le causaba un poco de curiosidad el hecho que él se encontraba interrogando, aunque era sospechoso por que una parte de la chica decía que él tenía algo en la mente, debido a que se encontraba nervioso desde el momento que me había acercado cuando él estaba en la banca en el parque, hasta ahora que lo tenía justo a la par se podía presencia que él estaba intrigado quizás por el simple hecho que la chica que debía matar. Un suave suspiro salió de los labios de la  pelirroja dejando esos pensamientos de lado para solo mirar hacia adelante.

— ¿Hum? — escuchó por un momento la masculina voz del albino que dudosamente se dedico a pronunciar el nombre de la rojiza. Esos ojos turquíes que ella poseía se dedicaron para alzar la mirada y ver la silueta del rostro de su acompañante aunque del  mismo modo una sonrisa se apareció por las rosadas comisuras de ella — oh un helado, está bien me encantaría ir, vamos — con un poco más de confianza se dedico a tomarle la mano, sintiéndose una calidez mutua.

Al momento que solo se dedico a tomarle con más confianza la mano para tirarlo hacia donde ella estaba, y así caminar como una pareja, aunque de momentos la pelirroja tenía un poco de curiosidad de preguntarle ¿Qué era lo qué pensaba de los demonios? pues, creía que aveces lo que solo vivía se podía derrumbar de la noche a la mañana y no quería que eso llegará a pasar en nosotros. De pronto un leve agiteó de la cabeza de la pelirroja al momento en que todas esas ideas se le vinieron en la cabeza. — no es momento que pienses en esto Rías — decía murmurando para sí misma.

Ya en camino a alguna heladería apreté un poco la mano de Rias, me hacia sentir bien y el día se volvía más cálido, el viento soplaba frescamente en todas direcciones y se sentía mejor su presencia, fuese lo que fuese Rias, la aceptaría sin importar lo que fuera. Ya al llegar a la tienda, le abrí la puerta caballerosamente a Rias y le cedí el paso;  -- ¿Que tipo de helado quieres?, hay de barquillas, paletas, vasos, y copas... yo quiero una copa de fresas con crema, elige lo que quieras --  este lugar siempre ha sido el cual frecuento, quizás por el sabor, de alguna manera estos helados dan una sensación espectacular a cualquiera que los pruebe, es una maravilla.

Tomé asiento ya una vez me dieron mi helado, aunque esperé a que Rias se sentara para empezar junto a ella. Pocas veces me he preguntado si usará maquillaje para verse bonita, o si será natural... en cualquier caso parece que ni llevase ni el mas pequeño detalle de maquillaje, parece algo sorprendente,  -- Rias, me he estado preguntando, usas maquillaje para verte bonita? --  quizás en este momento una conversación luego de haber matado algunos demonios no sea lo más casual de la vida, como tampoco comer helado después de eso, pero no importa realmente, me provocó un helado y helado comeré.

Pensé en despreocuparme de aquel trabajo que me encargaron, acepté hacerlo, más no cumplirlo, lo cual podría abandonarlo, pero... de alguna manera me hace sentir intrigado sobre todo el asunto, de igual forma el cliente tendrá que ser paciente si es que quiere que acabe con el encargo, esos millones no son fáciles de abandonar.

Sentir como la mano de él solo apretaba un poco la de la chica, era confortante sentir la calidez mutua mientras solo se encontrara caminando junto a él, siendo como sí todo lo del alrededor desapareciera y solo quedaran ellos dos, los únicos que caminaban por esta acera. El perfume que él estaba usando lo podía la pelirroja sentir con claridad quizás por la cercanía que ya tenían, solo soltó de sus labios un pequeño suspiro complacida a este sentimiento. — Oh gracias. — un poco sorprendida. La pelirroja no se había dado ni la mínima cuenta de que ya habían llegado a la tienda, donde por cortesía decidió pasar adelante, para solo esperar del brazo al albino.

Esos turquíes ojos de la pelirroja que con entusiasmo observaban lo que era el menú y las muestras de helado que tenía, sinceramente no hallaba cuál sabor elegir pues, le agradaba sentir en su paladar la crema del helado de fresas, aunque también prefería el dulce sabor del chocolate, más solo se detuvo para llevar una de sus manos por debajo de su mentón pensativa. — ¿Hum? vemos, creo que prefiero una banana split de tres bolas de helado. — Mencionó con un tono de alegría en su voz, podía parecer mucho pero, para los postres sabía que tendría más que espacio además esta especialidad estaba en oferta por el día que era. Cuando terminó de pedir el helado camino donde el chico estaba para tomar asiento enfrente de él.

En sus manos llevando ese delicioso helado, solo tomando asiento, más llevando una de las servilletas a un costado de su mano y con la otra poder tomar una de las cucharas, hasta que de pronto escuchó la pregunta del chico, que solo se quedo un poco pensativa quizás su rostro aparentaba usar maquillaje aunque no fuese así. — Eh no, no uso, creo que lo más que he llegado a usar es un simple brillo para los labios para que no se lleguen a resecar por los vientos ¿Por qué? mi rosto aparenta usar maquillaje? — Decía curiosa llevando ambas manos a sus mejillas más del todo avergonzada por haberle dicho un lindo comentario acerca de lo bonita que llegaba verse. — G-gracias. —

-- Es que eres guapa a simple vista, incluso a distancia, es una de las maravillas del mundo, totalmente -- dije respondiendo su pregunta, -- Hasta una mujer creería que tienes algún secreto para eso, pero cualquiera tiene secretos de todo tipo, por lo menos yo mi secreto es lo que oculto en esta pequeña caja -- le muestro una pequeña caja de metal
-- podría considerarse un secreto normal, el tamaño podría hacer pensar que es algo insignificante, pero alguien con imaginación podría creer otra cosa... algo más peligroso o incluso algo importante, es solo cosa de apariencias, y por muy bueno que se vea no deja de lado su propósito como secreto -- luego de haber dicho esto procedí a tomar la cuchara y a probar un poco de mi helado, por lo que decidí darle un poco a Rias, amablemente.

El día se hacía mas tranquilo, aunque desde aquí a unos cuantos kilómetros podía observar a algunas personas viendo los cuerpos de aquellos demonios de la plaza y algunos policías alrededor. -- Entonces, que tienes pensado para mas tarde? -- curiosamente le pregunté, yo en mi caso no tengo nada que hacer, estoy completamente libre, aveces resulta aburrido, pero me podría adaptar a cualquier cosa en la que me invitaran.

Cada comentario que el albino hacía provocaba que la pelirroja se ruborizara quizás lo hacía él intencionalmente o quizás solo estaba siendo sincero pero, lo estaba logrando cada parte de la joven se ponía nerviosa, por las acciones de él  mientras solo desviaba la mirada a una dirección contraria de la de él. — Dante, sabes que siempre que estoy cerca de ti haces que no pueda controlarme. — Decía con un pequeño tono avergonzada mientras que una de sus manos había tomado la cuchara, pero todo cambio incluso su comportamiento hasta que mencionó una cajita donde guardaba su secreto, que ante los turquíes orbes de la chica era una curiosidad. — ¿Qué es eso? —

Fue silenciada con la cuchara de helado que él le ofreció, más no se podía negar a nada con él, así abrió la boca para poder aceptarlo, ya parecían una hermosa pareja ante los demás así ella misma tomo un poco del helado para llevarlo a la boca de él con mucha tranquilidad. — Di aahh~ — Mantuvo una sonrisa en sus labios, hasta que solo volvió a comer de su helado,  mientras solo se dedicaba la pelirroja a comer la deliciosa banana split que había pedido, hasta que escuchó el comentario de su pareja, quizás podrían hacer algo esta tarde, o lo que resta de ella.

— Veamos, estaba pensando quizás ir a la playa pues hace mucho tiempo que no he ido tal vez me vendría muy bien distraerme un poco con las olas.  —  Dijo de una manera improvisada, así solo espero que él comentara acerca de algo quizás podrían ir juntos  a la playa, quizás a caminar por la húmeda arena, beber un par de cocos o incluso tomar un baño de sol. — ¿Quieres acompañarme a ir? — Mencionó tomando una de las manos del chico, para poder entrelazar sus delicados y delgados dedos con los de él.

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'Dados normales' :

Me sonrojé un poco al comentario de la Pelirroja al decir lo que sentía estando cerca de mi, me sentí feliz por lo que me logró sacar una sonrisa alegre, -- Para esto tengo planeado una sorpresa, claro, ya veré si se da o no -- dije respondiendo su pregunta, el ambiente cada vez se nublaba, haciendo que solo pudiese ver a Rias, y una extraña sensación me llegaba en el corazón, aunque cuando miraba a los lados todo era normal, no me estaba quedando ciego ni nada por el estilo... supongo. Volví a dar otra probada de mi helado, saboreandolo cada vez más lento.

Abrí la boca para que Rias pudiese meter el delicioso helado que tenía para poder saborearlo, claramente era delicioso, puesto a que un banana split rara vez tienen mal sabor. -- Ir a la playa? yo... -- me detuve al momento en que sostuvo mi mano y entrelazó nuestros dedos, por lo que apreté un poco para sentirla más al grado en que le dí un beso caballeroso como si se tratase de una damisela y un noble cazador, jejeje, al menos eso pienso, -- Por supuesto, tengo tiempo que no voy -- accedí a la idea de una ida a la playa, ver a la pelirroja en traje de baño... uff, -- podríamos ir en mi coche, así ahorramos dinero, e iríamos solos tú y yo -- ya empecé a preparar todo para ir a la playa, aunque me preocupa que los otros hombres que fuesen a estar en ese lugar tendieran a observar mucho a Rias, no los dejaría obviamente.

Terminando de comerme mi helado coloqué la cuchara en la copa de helado, tenía un poco de crema por los labios aunque no me daba cuenta; me afinqué un poco sobre la mesa, -- Entonces, sabes jugar voleibol de playa?, tengo tiempo que no lo hago, aunque no es que tenga a alguien con quien jugar... y quisiera intentarlo contigo -- quizás podría tomarse como una propuesta de juego, no era usual que lo hiciera, normalmente lo hacia en juegos de Poker, al Billar o incluso la vida en ciertas ocasiones, pero dejaré esos temas para otra ocasión, en este momento me concentraré en ir con Rias a divertirnos un rato y pasarla bien.

— ¿V-volleyball? — Mencionó un poco confusa la pelirroja, a ser sincera habían pasado muchos años en el que no se había dedicado a practicar algún deporte en particular, aunque tampoco se podría decir que era difícil, y con gusto aceptaría formar parte de su juego, tal vez sería divertido y al fin podrían practicar algo los dos juntos.— Sí, me encantaría intentar jugar volleyball, aunque recuerdo que cuando estaba mas joven jugaba lo que era tennis.—

De pronto los turquíes ojos de Rías se pusieron sobre el rostro de su acompañante, al observar que había quedado por su labios un poco de helado del que estaba comiendo momentos antes, quizás si estuvieran solos se hubiera atrevido a limpiarlo con su boca, quizás en un fugaz beso, pero en este momento habían muchas personas en el lugar, más le avergonzaría llegar a tener miradas ajenas sobre ellos. — Tienes algo aquí. ~ — Mencionó, tomando en sus manos una de las servilletas y poder limpiarlo con tranquilidad.

— Listo, entonces, ¿gustas qué nos vayamos ya? — Ya había terminado su delicioso y cremoso helado, dejando sobre la copa la cuchara de ella, y así ponerse se pie, lo del traje de mano y demás cosas podían comprarlo en los puestos de venta que habían alrededor de la playa como era de costumbre que muchos visitantes llegaran tanto como nacionales e internacionales.

-- Cuando eras joven?... pero si todavía eres joven, no entiendo --  en esta etapa de la vida realmente no me impresionaba el hecho de que alguien de edad pareciera algo joven, pero claramente se le notaría en la voz y la forma de ser, bueno, no le daría vueltas a ese asuntos y seguiría todo normal, acto seguido sería levantarme para luego salir junto a Rias del establecimiento,  --Crees que sea buena idea ir a otro lado, o que quisieras hacer?... --  un poco a distancia pude ver a Morrison llamarme desde el otro lado de la calle,  -- Espera un momento aquí, ya regreso --  crucé la calle,  -- Ya terminaste el trabajo, Dante? --  dice Morrison,  -- La verdad creo que sabes como terminará este trabajo, no Morrison? --  le dije con un tono sarcásticamente,  -- Siempre que te consigo trabajos donde puedes terminar lleno de dinero, entonces que piensas hacer, Dante? --  pregunta Morrison,  -- Esperaré a que algo suceda, luego después te avisaré de todo, vale? --  dije,  -- Esta bien, Dante, entonces nos veremos otro momento, cuídate --  se despide Morrison y se va. Regreso con Rias.

-- Bueno, sigamos --  tomé la mano de Rias para dar un paseo mientras tanto, y aprovechar mientras el sol se pone y aparece la Luna,  -- Entonces... cuando iríamos a la playa? mientras no reciba llamadas a mi trabajo yo estaré libre, tú decides --  dije ya que realmente no tenía nada que hacer. Empezó a hacer algo de frío, pues el sol solo daba brillo a las nubes y la oscuridad ya era notable, por lo que decidí acercarme un poco a Rias para mantener el calor, aunque de verdad quería estar cerca de ella por una cosa, algo que podría motivar a sucesos donde la privacidad se haría necesaria.

— Oh bueno, a mi parecer aun no estoy tan joven como antes, jejeje pero gracias por tu comentario Dante. — Menciono la pelirroja, mientras acomodo sus ropas a la helada brisa que recorrió su cuerpo de momento, parecía que en la noche habrá una tormenta, sería agradable dormir con el sonido de la lluvia de fondo. La pelirroja deslizó una de sus manos por su rojo cabello apartando esos rojos mechones del frente, hasta que esos turquíes ojos se posaron por el hombre del otro lado de la calle, al parecer era como si siempre estuvo ahí.

— ¿H-hum? — El comentario de él la sorprendió un poco, fueron pocas veces que vi a ese hombre que Dante conocía, aunque a los ojos de la chica parecía muy sospechoso algunas veces, al punto en que no podía confiar en él.— Está bien Dante ve. — afirmó, aunque en ningún momento la pelirroja alzó la mirada para tener algún contacto visual con el albino, mas solo llevo sus blancas manos por dentro de su chaqueta, dando la vuelta al par de hombres, a modo que no pensaran que era algún tipo de acosadora, o que sospechaba de ellos.

Al poco tiempo, la pelirroja solo se dedicó a ver la luna, minutos habían pasado cuando el acompañante regreso.— Oh vaya.— Una sonrisa se esbozo de los labios de ella, y comenzó a caminar junto a él sintiendo ese acercamiento para mantener el calor entre ellos. — Te parece que vayamos mañana? En la tarde. — Menciono, mientras observaba su adelante, viendo que el cielo se había oscurecido más solo siendo iluminado por las luces de las calles y autos al pasar, la gran luna plateada que salía.— Dante... — La pelirroja lo jaló de la roja chaqueta de él, para comenzar a darle un beso.

Ya con un poco de frío en la zona, la oscuridad era más notable a cada momento, por lo que apreté un poco más la mano de la pelirroja para al menos sentir que la puedo proteger en este momento, -- Mañana?, claro, por supuesto, no hay problema, pero entonces... -- dimos un pasos para cuando me doy cuenta de que Rias dice mi nombre y me detiene tomándome por mi gabardina, y sorpresivamente sentir los suaves labios de la pelirroja, teniendo un sabor suave haciéndome sentir como si el tiempo parase por un rato largo, por lo que correspondo al beso a lo cual la abrazo en medio de la ya notable noche, teniendo la iluminación de los postes de luz, los carros, y los locales y sitios abiertos. Mi mente cambió por completo... algunas cosas, y realmente no veía razón como para terminar la misión que me habían encargado, no sé que clase de alma retorcida podría querer ver muerta a alguien como Rias. -- R-Rias... yo... quiero pasar esta noche junto a ti -- solté un suspiro, sentía como no podía identificar lo que sentía, aunque pobremente se notaba, estaba lleno de felicidad en este momento, y miré los claros ojos de Rias.

Tomé a la pelirroja por los brazos, estando en frente de ella sentía el lugar más cálido pese al frío que hacía alrededor, y más luminoso como si la luna brillara más. Ya me imagino como se sentirá Morrison al enterarse de esto... quizás hasta Patty me felicite, puede que se alegre... quizás no, pero bueno, eso lo se sabrá otro día, por ahora lo que importa es Rias, podría dejar todo y seguirla por siempre, pero la electricidad no se pagará sola, mucho menos el agua... ni hablar de la pizzas.

Ahora creo que debería sonar lo menos absurdo en este momento, arruinar el ambiente... sería un clásico, pero no lo que yo quisiera, la verdad incluso con solo verla a la cara quedo hipnotizado, contemplando su belleza, su cabello, sus ojos, y pensar que me besó sonaría absurdo para cualquiera que lo oyese, pero yo no entro entre esas personas, ella es alguien especial para mi, y la cuidaría por siempre.

Se sentía fantástico, los labios de la pelirroja y del cazador se habían hecho uno, más también la mujer podía tener ese deseo de besarlo, deslizar cada centímetro de la mano, dedos sobre la blanca piel del chico, un pequeño rocé de los labios, quizás porque estaban en público no se hizo intenso, aunque sentimientos fugaces para hacerlo no faltaban. Las manos de Rías instintivamente se deslizaron desde el pecho hasta rozar suavemente por los hombros, y abrazarlo tras el cuello, poniéndose un poco de puntillas, para poder llegar mejor a la altura del mayor. Ese apasionado beso se hizo un poco largo, hasta que por falta de aire se separaron.— Me encantó mucho. —

Una sonrisa se esbozo en los labios de la pelirroja, aunque saber que la mirada de él, esos azules ojos estaban sobre ella, quizás a él le sorprendió este acto pero no le llegó a molestar e de pensar que a él le agradó también sentir un apasionado beso. — ¿A-ah? — La declaración de él, ¿Era en serio? No es una broma, ¿Quería pasar la noche con la pelirroja? Eso lo tomó como sorpresa, pensarlo que estarían juntos, por un momento ninguna palabra salió de la boca de ella, sus pensamientos andaban dispersos por todos lados. — Sí, me gustaría pasar contigo la noche también Dante.—

Al mencionar eso, la mirada de ella se ubicó a otro lado, no quería que él la viera con el rubor en sus mejillas, ese sonrojo que él había provocado, así solo lo tomó de la manga de su chaleco y comenzó a caminar, pero ella iba unos pasos más adelante que él. Ese corazón de la pelirroja, latía tan rápido que pensaba que llegaría un punto que saldría de su pecho. El joven cazador, había logrado que ella sintiera diversos sentimientos que por un momento nunca pensó que los tendría. Solo despidió un suspiro, ya solo tranquilizandose mientras sus pasos iban por delante de él.