Como hendir una montaña

Ya en las cercanias de las afueras de la ciudad, Ygvar se voltea hacia sus dos acompañantes. -Esto es algo embarazoso, pero necesito que uses tu teletransportacion para llevarnos a las montañas del este.- Narberal solo asiente mientras levanta su palma y se materializan circulos runicos con escrituras extrañas alrededor del trio. -ah, casi lo olvido.- Ygvar remueve una banda de oro de su cuerno derecho antes de terminar la teletransportacion. Segundos despues, son azotados por una ventisca mientras el paisaje cambia a un blanco casi uniforme y un cielo estrellado. Ygvar se coloca de nuevo la banda de oro y da unos pocos pasos antes de ver sus ropas. "seran arruinadas por el clima." aunque su closet no es para nada modesto, no significa que quiera destrozar su vestimenta, asi que frota sus manos y hace un gesto con la barbilla a la mujer para que se aleje un poco. -Esto sera algo sucio, da unos pasos atras.-

Ygvar mueve algo de nieve frente a el para medir la profundidad. "hm, no me convence esta tierra, pero tendra que servir" El demonio retrae su brazo, forma un puño y fija la vista. En menos de una decima de segundo suelta un golpe, el sonido de este parecido al de un trueno. La tierra, roca y hielo frente a el se desquebraja y abre para el. A su vez clava su mano izquierda en esta y agarra un trozo masivo de esta y lo hala para hacer una "entrada" a la cueva que acaba de hacer. -Ahora, se que hay ciertos magos que pueden invocar materiales, tambien se que hay otros que pueden invocar hasta casas y fortalezas, puedes hacer algo con esta... cueva?- Ygvar apunta al hueco frente a el, desplazo aproximadamente unos 20 metros de roca y hielo alrededor de su impacto, junto con la nieve. Supone que debio causar un gran movimiento en la montaña, pero nadie vive en las cercanias, asi que no es mucho inconveniente. -O puedes hacer algo mas pequeño por lo menos para cambiarme a algo mas apropiado para este trabajo?- dijo mientras apuntaba a sus zapatos y pantalones manchados de tierra.

Despreocupado y con poco interes era el estado actual de aquel joven Diós quien con negligencia caminaba siguiendo aquella figura demoniaca de Ygvar, quien supone ser su "Compañero" por algunos momentos en los que terminan con el objetivo que tanto su compañera Narberal y el buscaban realizar.
No era una mentira que se encontraba de una manera poco interesado en los interes de ambas personas quienes acompañaba por no tener otra opción, sin embargo, la unica cosa que no provocaba tener que dejar de acompañarlos era su compañera Narberal, quien se negaba rotundamente en dejarla sola con tal desconocido tanto por desconfianza hacia este como por el simple sentido de querer "Protegerla" cual no serviria de nada comparado el calibre que suele ser tal No-muerta.

En un parpadear de ojos estuvieron en otro lugar siendo esto causante de cierta impresión en aquel despitado Yato, puesto a que su mente se encontraba en otro "Mundo" no llego a percatarse de tal teletransportación provocado por su habilidosa compañera.
Era un poco de suerte que siempre su vestimentara constara de un chandal, ya que de lo contrario estaria "Jodiendose" de frio ante tal lugar nuevo para sus ojos.

— Mier- frio...

Menciono quejandose en voz baja así frotando sus brazos con algo de fuerza para no perder el calor que proporcionaba su chaqueta, estaba exagerando realmente puesto a que si podria soportar eso y mas.
Retrocedio ante la preparación del Demonio por lo que sea que fuera hacer por simple seguridad, observando con atención su proximo movimiento en busca de entender el motivo de tal acto.

Lo entendío al instante que vio lo que parecia ser una especie de "Cueva", y por tales palabras que había mencionado quien suponia que pedia a su compañera crear algun tipo de lugar para alojarse por algunos momentos, o al menos para cumplir el deseo de tal Demonio.

Su vista recorrio lo que yacia en su alrededor en busca de algun interes, quien esperaba encontrar alguna cosa interesante, pero fue en vano ya que lo unico que miro fue mas nieve que nieve. Su cuerpo de alguna manera llego a acostumbrarse a lo que era el frio quien de un momento a otro simplemente posiciono sus manos dentro de aquellos bolsillos de su chaqueta en busca de algo de comodidad.

— El infierno blanco ¿He?