Paseo de bienvenida [Momo Yaoyorozu ]

Se sorprendió un poco por la reacción del chico en cuánto le mencionó que se sentía algo hambrienta. Le pareció tierno ya que se vió algo preocupado por eso, algo bastante detallista de su parte, a pesar de que fuese un paseo normal. Por un momento, algo que fue simplemente un dato pensó en el porqué los colores de cabello del bicolor eran tan opuestos, haciendo que por un lado se vea bastante pacífico, tranquilo y reservado. Mientras el otro daba a entender la furia, la determinación y la fortaleza. Era algo contradictorio pero lo hacia especial e interesante, al menos para la azabache. Ahora se avergonzaba un poco de mirarlo ya que hace un rato le había preguntado el porqué de sus miradas. El leve rubor en las mejillas seguía ya qué, no era algo que pasara de un rato para otro y aparte de eso, era un día caluroso. Lo que no ayudaba del todo.

— Me parece que sería genial. ¿Tú no tienes hambre?. La verdad es qué no tomé desayuno antes de venir, me preocupé más de otras cosas que de comer algo. Que distraída. —

Soltó un par de carcajadas luego de admitir que el día de hoy se encontraba algo fuera de su lugar. Para luego hacer del ambiente más alegre con un pequeño comentario.

— ¡Camino a la cafetería!. —

Iba a tomar del brazo al joven que estaba a su lado pero antes de hacer nada recordó que no conocía el lugar y qué básicamente lo llevaría a quién sabe dónde, Otro planeta quizá. A éstas alturas del día era cuándo los rayos de sol más fuerte se hacían, llegando a ser ligeramente molestos. Notó que los pasos del chico se hacían un poco más rápidos. De forma que al igual que Todoroki, aceleró su paso. No hablaban mucho por lo cuál sus pasos resonaban por el lugar. La azabache deseaba entablar algún tipo de conversación pero simplemente no sabía sobre qué hablar. Soltó un leve suspiro de frustración, no quería que pensarán que era aburrida. Sin darse cuenta, ambos se encontraban caminando ya en un lugar distinto. Era más grande y transmitía paz. Todo era tan sofisticado que dejó a la azabache boquiabierta, mientras observaba con mucha atención sus alrededores. Estaba acostumbrada a lo elegante pero aquello era demasiado. La expresión que llevaba causaba algo de gracia puesto que la mayor parte del tiempo se le veía tranquila, seria o emocionada por algo puntual.

— Yo creo qué para pasar un rato tranquilo, estar con amigos o con alguien que sea agradable. ¡Oh! Entonces me siento muy afortunada de tener un paseo de bienvenida. Muchas gracias, Todoroki. Haces de todo esto más agradable. Sí tuviera que elegir a alguien para pasar un buen rato aquí, sería a tí, ¡Sin duda alguna!. —

Para finalizar su diálogo en su rostro se dibujó una sonrisa la cual iba completamente dedicada para el chico bicolor. Era sincera con sus palabras. Ambos disfrutaban de una buena charla en paz y armonía, ¿Por qué no pasar el tiempo juntos?. Tenían un montón de cosas en común y eso los hacía más cercanos, aparte de que confían entre sí.

- A pesar de la hermosura con la que el lugar estaba adornada no había mucho por hacer, estaba vacío y nadie cerca podría responder sus dudas.
De alguna forma se sentía un mal guía al no tener suficiente información para llevar un excelente recorrido, lo llevaba a su forma.
Aburrido y sereno a su parecer, aunque con la lluvia de cumplidos que lanzaba la azabache sus ánimos no caían del todo.
Tímidamente el bicolor dejó escapar un muy ligero bostezo, recordado la noche anterior haberse dormido demasiado tarde por pensar tanto las cosas.-

— A decir verdad también siento un poco de hambre. Pero no creo que sea más que la tuya.

-Le costaba admitir que el verdadero muerto de hambre fuera el.
Como sea debía continuar pues de lo hacerlo sería demasiado vergonzoso que le escucharan manifestando ese hambre con algunos extraños ruidos del estómago.
El problema era cómo motivar a la azabache a seguir sin mostrarse tan apurado, antes la había obligado a llevar un paso demasiado rápido, casi corriendo.
Y ahora que la observaba de reojo, la azabache no dejaba de contemplar el lugar.
Aún debía mostrarle un par de cosas fuera, como el campo de flores, el vivero, el río y demás cosas con la que el enorme lugar contaba.
Pero Justo en ese momento no buscaba forma amable de que continuaran avanzando.
Al final tomó suficiente valor y sin siquiera comentar continuó avanzando estando más pronto a la ansiada comida, y por fortuna la azabache parecía no haberlo tomado a mal teniendo ese entusiasmo y sobre todo ese rubor que junto a los ligeros rayos de sol que impactaban sobre ella daban una imagen simplemente hermosa.
A pesar del intenso sol que había fuera el clima parecía ser agradable, viendo como algunas hojas sobre los árboles se agitaban ante las frescas brisas que recorrían todos los espacios.-

— Puede que digas eso por ahora, ya que, básicamente soy el único que conoces.
Pero me causa cierta alegría.
Igual mientras estés conmigo al menos con el clima estarás cómoda.

-Era poco de él pero intentó hacer esa pequeña broma con afán de divertirla, la azabache era muy sofisticada y alegre, él siendo tan serio conseguía dar pocas risas a los demás.-

Al escuchar su respuesta ante el primer comentario que le había hecho hace un rato, se sintió algo confundida, por lo cuál inconsciente inclinó la cabeza levemente hacia la izquierda. Sí, se sentía con la necesidad de comer algo pero no tan así. Lo necesitaba mas por el hecho de que ya comenzaba a sentirse algo mareada y acalorada, que es lo que le suele suceder cuándo no come algo en la mañana y luego requiere de energías para pasar el día. Su rostro estaba un poco más pálido de lo normal pero podía aguantar. Hace un tiempo que no le sucedía pero sabía de antemano que solía ocurrir cuándo no desayunaba ni tomaba una taza de su té preferido. Además, la noche anterior tampoco había comido algo ya que suele no comer en las noches, sólo tomar agua.

Planeaba tomar asiento en alguna banca o lugar bajo, pero notó qué el bicolor continuaba por lo cual intentó sacar fuerzas de flaqueza y siguió a paso lento detrás de él. Aún se le veía entusiasta por el recorrido pero si en su rostro se le veía un pequeño malestar. Una suave brisa hizo que su cabello tapara parte de su cara, dejándola incapaz de ver por unos segundos, lo cual le causó gracia y a su vez, le ayudó a refrescarse ya que sentía mucha calor, el cual se debía a aquel pequeño malestar que amenazaba a la azabache. Se vió en la obligación de quitarse su saco de uniforme para poder continuar caminando sin sentir mareos y calor, así quedando solamente con una camisa blanca y corbata negra. Sintió algo de decepción al escuchar la respuesta a lo que ella le había dicho, pero también algo de alegría, era una combinación rara.

《Pero siempre que estés conmigo voy a sentirme bien, y más que eso.》

— Sí, eres al único que conozco pero tal como dices, contigo me siento cómoda y bueno, si lo digo es porque es en serio. —

Dijo en un tono algo firme y serio, se le comenzaba a nublar la vista y hacersele un poco más difícil seguirle el paso al bicolor. ¿Cuánto faltaba para llegar?. Se preguntaba.

-Era exagerado lo que debían recorrer para poder tomar un almuerzo, el camino parecía eterno tendiendo en cuenta lo que habían ha avanzado, en alguna emergencia las distancias jugarían en contra.
Pero prefería no pensar en ello, mejor continuo avanzando.
Aunque ahora algo había llamado su atención, la respuesta que había dado la azabache había sonado muy diferente, esto fue lo que robó su atención.
Para ser de ella la respuesta había sonado muy apagada, así en un ligero giro miró por encima de su rostro buscando verla de reojo.
Ahora si que era extraña, verla sin el saco, con una cara larga y además sudorosa, era evidente que algo no estaba bien.-

— ¿Que te sucede?
¿Estas bien? Podemos tomar una pausa.

-En ese mismo instante se detuvo y se clavó frente a ella, mirándola fijamente y analizando más a detalle.
También recordó un pequeño hábito que tenía su madre cuando era pequeño, mismo que él aplicó.
Bajo un poco la cabeza para quedar a su altura al ser más alto y dejó que ambas frentes se pegaran con suavidad.
Únicamente quería sentir su temperatura.-

— No te muevas.
¿Te duele algo?

-Estaba muy preocupado por ella, por lo mismo actuaba así, además estando tan cerca ya podría notar más a detalle como se encontraba , teniendo pocos ánimos y hasta la mirada apagada.-

Su respiración se volvía cada vez más lenta, al igual que su paso. Se sentía avergonzada por su condición y esperaba que el chico que iba delante suyo no la notara, aunque era demasiado obvio que sentía algún tipo de malestar. Ya no soportaba el calor que sentía por lo cuál soltó un poco su corbata para así desabrochar los dos primeros botones de su camisa, que tapaban su cuello y parte de su pecho. Mientras caminaba intentaba recibir un poco más de aire para refrescarse, por lo cuál constantemente movía su mano para hacerlo. Soltó un leve suspiro e intento olvidar un poco el cómo se sentía para así continuar. Necesitaba algo de agua y algo de comer. Fue entonces cuándo de sus pensamientos la sacó el preocupado tono del bicolor, haciendo que la chica de ojos almendrados le dirigiese la mirada fijamente.

— Estoy bien, sólo estoy algo mareada y tengo calor, nada muy importante.—

Dijo con la intención de calmar su preocupación, sabía que nada malo le sucedería ya que era tan sólo un mareo que le dificultaba un poco el caminar y eso era molesto. O al menos, quería quitarle importancia ya que no deseaba ser una carga o algo parecido. Suponía que tomar una pausa no sería lo indicado ya que para cuándo volviese a levantarse para seguir el camino, seguramente estaria débil y cansada, con sueño. Prefiria continuar, ¿Qué podría pasarle?. Entreabrió un par de centímetros sus labios para únicamente soltar un suspiro pero se vió interrumpida por el chico que tenía como acompañante, sintiendo su suave y cálida piel sobre su frente. Lo cuál hizo que inmediatamente la sangre subiera a sus mejillas, haciéndola sonrojar de manera que fuese muy notorio. Quería evitarlo a toda costa pero en busca de que hacer sus ojos se encontraron con los de su contrario, haciéndola quedarse quieta y tranquila por un rato. Lo veía un poco borroso y se lamentaba eso.

《¿Q-que hago?. . .》


— Y-yo, no me siento bien en realidad. T-todoroki. —

Dijo para luego ver cómo todo daba vueltas debido a la vergüenza y la molestia de como se sentía, se veía algo cómica y tierna con las mejillas tan sonrosadas, ya que hasta hace tan solo un rato estaba pálida. Al terminar de hablar no pudo aguantar más y perdió el control completo de su cuerpo, dejándose caer pero aún estando consciente.

-No importaba como la peli negra le respondiera, todo era muy irracional.
Para nada podía aceptar esas respuestas positivas cuando veía como su cuerpo se desmoronaba, sin embargo asumía que no era tan grave teniendo en cuenta que seguía de pie.
Los primeros segundos pegado a ella sentía su piel fresca, un poco sudada pero manteniendo la temperatura regular.
Pero de un segundo a otro pudo sentir un cambio en su temperatura, de nuevo había robado su atención y por eso mismo como impulso alzó su mirada para poder verla de nuevo a detalle.
Ahora había todo cambiado, sus mejillas estaban con un ligero color rosa llegando incluso a verse rojo.
Había comprobado cómo andaba en cuento temperatura pero no se separaba de ella, se suponía que debía hacerlo pero no hacía nada de distancia entre ambos.
Por el contrario continuaba aprovechando esa cercanía para ver cada detalle sobre su rostro.
Esas mejillas con un toque tierno, su piel blanca y tan suave a la vista.
Sus ojos negros en los que por cierto termino perdiéndose, en cuanto ligo su mirada con la de ella termino hipnotizado.-

— No, no estás bien..
estas actuando un poco raro.

-Y era tan cierto su comentario, incluso ahora la azabache comenzaba a titubear sin parar, cosa que demostraba lo nerviosa que estaba.
¿La estaba incomodando tanto? No tenía ni idea, pero él ya disfrutaba de la vista que tenía, incluso solo por curiosidad bajo un poco su mirada para poder observar los labios ajenos, con ese ligero color carne, también llegando a verse rosado, pero estando un poco secos no quitaban lo llamativos que eran.
Esa paz acabó en cuanto sintió como el cuerpo ajeno perdió equilibrio, dejándolo un poco en desconcierto.-

— ¡Hey!
¿Qué sucede? No estás bien, nada bien...

-Podía continuar regañandola pero cayó en cuenta que el cuerpo de la chica había quedado sin energías, verdaderamente comenzó a desplomarse por eso en un solo y ágil movimiento buscó la forma de tomar su cadera evitando que cayera.
Incluso ese golpe podía lastimarla.
Después de haberla sujetado firmemente se quedó unos segundos ahí de pie, sin hacer más que esperar a que reaccionara.-

— ¿Sientes que aún podrías caminar hasta la cafetería?
O prefieres que te cargue hasta allí.

La cercanía que hasta hace unos segundos tenía con el bicolor la hacía volverse loca. A pesar de que ella estaba en malas condiciones, podía oler el refrescante olor del joven que tenía en frente, aquel olor propio de él que cualquier persona tenía. Inclusive podía sentir su respiración sobre su nariz, cosa que no le ayudaba mucho para poder recobrar la compostura. Cerró los párpados durante un pequeño intevalo de tiempo antes de caer, sintiendo cómo los fuertes y masculinos brazos de su contrario la sostuvieron justo antes de caer de un golpe en seco al piso, algo que habría dolido bastante, a decir verdad. El mundo le daba vueltas y todo a su alrededor era algo borroso y saturado, inclusive el rostro de su salvador. El saco que era parte de su uniforme había caído al suelo, haciendo un muy ligero sonido al momento de quedar en la superficie de material sólido.

Tardó tan solo unos milisegundos para poder recobrar la conciencia y verse en aquella posición, con él chico sosteniendola por las caderas. Se quedó observándolo fijamente, quedándose pérdida en su mirada por segundos que parecían eternos. Justo en ese instante una suave brisa provocó que sus cabellos rojos y blancos se movieran a su son, viéndose como si fuese de película. Aún sus mejillas conservaban el rubor de hace unos momentos, en especial por aquel encuentro de miradas que estaba ocurriendo. Al darse cuenta de eso desvió la mirada e intentó levantarse pero sus piernas tiritaban, aquel malestar físico en general la irritaban. Hacían que se diese cuenta de lo importante que es la energía al empezar el día, tales como los carbohidratos y vitaminas.

— Perdón Todoroki~kun, no quiero ser una carga. Hoy no comí nada al iniciar el día y esto suele pasarme cuándo no tengo energías. Fuí una descuidada.—


Admitió que fue un error suyo, bajando un poco la mirada. Soltó un leve suspiro y luego relamió sus labios para así humedecerlos, ya que los sentía agrietados y eso le causaba un ligero dolor, inclusive pequeñas heridas que sangraban. No llevaba bálsamo labial por lo cuál se vió en la obligación de remojarlos con su lengua de forma rápida, para que nadie lo notara. Comenzaba a sentirse un poco mejor pero aún así no podía caminar bien sin que sus piernas tiritasen un poco, aparte de eso, aún sentía su cuerpo caliente. Se avergonzaba bastante por su condición por lo cual sus mejillas amenazaban con permanecer sonrosadas durante un largo rato. Se soltó del agarre del bicolor con mucha delicadeza y luego recogió su saco. Intento permanecer en pie sin demostrar algún problema pero sus piernas amenazaban con no cumplir su función la cuál era caminar.

— Me avergüenza decir esto pero seré sincera. Siento las piernas raras y me cuesta caminar un poco, estan casi adormecidas. No quiero molestarte, Todoroki~kun. Pero supongo que no estaría mal si me cargaras.—

Dijo con completa sinceridad, desviando la mirada mientras sacudía los restos de polvo que quedaron en su saco, se sentía bastante penosa y débil, odiaba la sensación pero no le quedaba de otra. No quería armar otra escena como esa por segunda vez, sobre exigiéndole a su cuerpo por propio descuido suyo.

-Los colores sobre el rostro de la azabache lo tenían un tanto preocupado.
Aún no entendía porque sobre sus mejillas había aquel color rosa tan brilloso y llamativo, él pensaba que se trataba de la debilidad de su cuerpo, de alguna deshidratación o algo así.
Por su parte no soltaba ni un poco las caderas de la frágil chica pues aún la notaba un poco fuera de balance, se mantenía firme y esperando respuesta.
Muchas cosas extrañas pasaban en ese justo momento, como lo era el hecho de no poder quitar sus ojos de sobre los labios de la azabache, eran muy llamativos, pero también se veían muy lastimados.
La sangre era ligera, y cuando ella los relamía era eliminada, pero al menos por segundos logró verla sangrar.-

— Me parece que ya habíamos hablado sobre esto de ser una “carga” ¿no?
No siento ninguna carga contigo.

-Apostó todo por usar estas palabras, y es que esa pequeña mujer era un tanto insegura en momento como esos, debía trabajar un poco su autoestima.
Sus brazos fueron soltando “el amarre” que había sobre ella por propia petición, aunque seguía al margen.
Observaba con detalle casi como en todo momento lo que realizará.
Aún veía como sus piernas tambaleaban, la debilidad era evidente pero también era un tanto necia bajando para tomar su saco.
Si necesitaba la ayuda sólo debía pedirla.
Ahora bien era cierto que el hombre lo estaba matando, y si era estratégico era más rápido llegar a su habitación que a la propia cafetería.
Nada de lo que hacía iba en doble sentido, únicamente estaba viendo por el bien de la azabache.
Pensaba que al final de cuenta ella continuaría por su propio mérito, y a punto estuvo de dar la espalda cuando de nuevo la escuchó hablar quedándose de pie sobre ella.
Tras terminar de escuchar hasta la última sílaba un suspiro salió de él, pero no uno de pesadez, más bien uno que demostraba un poco más relajado en la situación.-

— Voy a cargarte entonces, esta bien si necesitas la ayuda.
Después de todo aspiro a ser el héroe número uno.
—————————————————
Entonces ven, coopera.

-Agregó como final a medida que se acercaba a ella, en primera imagino en llevarla en la típica “montura de caballo” pero notando su debilidad, lo mejor estaba en cargarla totalmente y así lo hizo.
Cuando la azabache estuvo preparada el bicolor tomó tanto sus piernas como parte de su espalda hasta llegar al hombro para cargarla de forma cómoda.-

—Como ultima alternativa podríamos ir a mi recámara, aunque no creo que haya algo tan fresco y nutritivo.

Recibió el pequeño regaño del bicolor con una leve sonrisa que se formó en sus labios luego de escucharlo, era bastante atento de su parte el preocuparse tanto por ella. Le parecía adorable de su parte, a pesar de la actitud que caracterizaba al joven que en esos momentos la cuidaba. Había notado hace un rato la forma en que ambos cruzaron miradas, pero en especial el como él observaba sus delicados labios. Se alarmó por un momento, de seguro había notado el daño que tenían. Más avergonzada se sintió, aunque en ese mismo instante, era absurdo preocuparse por algo tan mínimo. Por lo cuál, inevitablemente llevo su mano hasta su boca para así rozar sus labios con la yema de su dedo índice y medio simplemente para comprobar su estado. No estaba tan mal, se sentían suaves pero ardían un poco.

— Sí lo dices tú Todoroki~kun, está bien. No estaba en mis planes que esto sucediera. Ya siento ganas de darme una ducha de agua fría luego de comer. —

Suspiró al terminar de hablar, se sentía algo incómoda pero estaba al tanto que de su cuerpo sólo desprendía aquel suave y agradable olor dulce a flores con el cuál había perfumado sus ropas en esa misma mañana soleada. Ya el sol no era tan fuerte, para su suerte, y la temperatura de su cuerpo comenzaba a bajar, las cosas marchaban bien de nuevo. Luego de declarar que aún no estaba del todo bien, continuaba sintiéndose un poco mal físicamente después de todo. Intentó no mirar a los ojos al bicolor debido a que en realidad le avergonzaba mucho. Si fuese en una situación tal como, relacionada con el tema de héroes, era obvio que no se avergonzaría ya que en momentos así esas cosas no podían ocurrir, la determinación y el bienestar de los ciudadanos era lo más importante.

Escuchó el suspiro por parte de su contrario, que al parecer denotaba alivio, provocando que la azabache le dirigiese la mirada y seguido de ello, escuchar sus palabras. En todo momento para ella, el chico era admirable. Lo recordó tras escuchar que aspiraba a ser el héroe número uno, recordando así a Bakugou y Midoriya. Los tres chicos eran bastante fuertes y admirables, pero sin duda la pelinegra ponía toda su fé en Shoto. Sin dudarlo, siguió órdenes y acortó la distancia que tenía con el ya mencionado, para luego verse sorprendida ya que pensaba que la cargaría sobre su espalda, pero sin embargo no fue así. La llevaba cómo a una princesa, tomándola por sus piernas y espalda.

— G-gracias, Todoroki~kun. Y la verdad, si tú recámara esta más cerca que la cafetería, preferiría ir allí, sólo supongo que necesito algo de agua y lo que sea para comer. —

Al inicio del diálogo en su voz se notaba la timidez, pero ya al finalizar se volvió más suave y delicada. Luego simplemente se quedó en silencio y apoyó su cabeza en el pecho del joven, su aroma se sentía desde mucho más cerca, algo que le traía paz y tranquilidad. Su rostro sólo expresaba calidez, aún más con aquella sonrisa que apareció en su rostro sin avisar y el rubor en sus mejillas. Por alguna razón, el famoso aroma de su contrario la hacía felíz, por el simple hecho de pertenecer sólo a él. En sus manos llevaba la dicha prenda que cubria su camisa, siendo fuertemente aferrada hacía ella. Su rostro sólo estaba para transmitir la tranquilidad que sentía en esos momentos, deseaba que fuese eterno.

-Por propia comodidad de la azabache el bicolor prefirió desviar la mirada y mejor tan solo mirar al frente, además de que si pasaba todo el rato mirando hacia la tierna chica terminarían tropezando y cayendo, además de vergonzoso causaría daño, así que era mejor evitarlo.
Después de haber escuchado todo lo que su contraria comentaba guardó silencio y continuó así durante el camino.
Muchas personas veían los silencios como un momento incómodo, pero el solo buscaba darle un poco de paz a la chica, quien ya la pasaba mal desde minutos atrás.
En ese silencio pudo caer en cuenta que el también estaba algo caliente, y aunque sus mejillas no estaban sonrojadas sus latidos si estaban un poco más acelerados de lo normal, sobre todo cuando la azabache busco un lugar sobre su pecho, eso fue el detonante para dejar sus pulsaciones aceleradas.

En ese momento pasó saliva de forma forzosa y apretó un poco los dientes, comenzaba a sentirse un poco extraño con tal cercanía.-

— Definitivamente mi habitación es mucho más cercana a la cafetería.
Y podría incluso prestarte la ducha, son solo sugerencias.

-Al menos debió pensar un poco más sus palabras antes de hablar, sentía que se había tomado demasiadas libertades, pero igual para nada sus palabras llevaban doble intención. Ahora el mismo estaba preso en sus pensamientos, demostrándose cuando sus mejillas ahora si fueron tintadas por el ligero color carmesí.
A como fuera lo había dicho y ahora solo lo sostendría, durante todas estas acciones habían recorrido los pasillos necesarios para llegar hasta la habitación del bicolor marcada con el número 9.
Era una puerta considerablemente grande, pintada por un color café parecido al chocolate, y el número llevaba un color plateado.
Esto era solo por fuera, aún faltaba por descubrir toda la habitación por dentro.-

— Llegamos ~ ¿Cómo sigues?
¿Aún te sientes demasiado débil?

-Por necesidad tuvo que bajar con lentitud a la azabache para poder tomar sus llaves del bolsillo.
Pero no la soltó del todo pues como cuando estuvo por caer la tomaba por las caderas, era solo una medida de prevención.
Con la zurda tomó el juego de llaves y la introdujo para remover el seguro.
Así con la palma desplazó la puerta para poder dejarla pasar.-

— Ven, entra. Puedes ponerte cómoda.