Un trío en un lío (Uraraka y Todoroki)

Era un día soleado, y hacía bastante calor, mucha más de la habitual. Eran las 2pm y la gente como hormigas cruzaban los pasos de cebra de un lado a otro, ansiosa por comprar ropa y las maravillas de la tecnología. Yokohama es una ciudad vibrante durante todo el día y la noche. En Japón la gente no descansaba jamás. Y allí estaba Jellal, un mago y alumno de la Academia Legacy, aspirante a profesor.

Estaba con una polera de color amarillo y pantalones cortos azules. Había quedado con dos nuevos alumnos para recorrer la ciudad. Aunque no era japonés, Jellal ya se manejaba muy bien en esta jungla de concreto y neón. Estaba de pie y con los brazos cruzados en una esquina, viendo la multitud pasar de un lado a otro.

Era un sector de tiendas y moda, así que a veces se topaba con estrafalarios atuendos y varios otakus, oshares, eroguros y otras castas urbanas más. Entonces a lo lejos, divisa una figura familiar. Sí, ya había hablado con ellos en redes sociales y se quedaron de conocer en persona en esta misma esquina.

El día mostraba un sol bastante radiante, probablemente si no te echaste bloqueador antes de salir a la calle puede que vuelvas a casa hecha carne asada, y por esta razón la joven Uraraka se había hechado bastante bloqueador en su rostro, sus brazos y en su cuello pues estos lugares estaban más expuestos al sol.

Vestía con una polera blanca sin mangas en el cual tenía escrito "Love", mas unos pantalones los cuales eran bastantes apretados y por precaución llevaba un corta viento amarrado a su cintura pues no esta muy segura a que hora pueda volver a la casa y si es que se hace bastante tarde tendrá su corta viento listo para la acción. También algo importante de decir sobre su apariencia es que tenía el pelo amarrado pero dejando dos mechones en su cara algo que hacía que se viera bastante redonda, ella no es gorda pero por su cara se ve que sí, en realidad ella tiene un buen cuerpo, unas curvas perfectas.

Mientras caminaba para encontrarse con las personas que había acordado trataba de ver bien hacia el frente pues el sol pegaba tan fuerte que incluso hacia que evitará ver bien el camino, la chica lamentaba no haber traído unos lentes de sol para poder ver, no dejaba de chocar con gente desconocida y decir "Disculpe" aunque en realidad algunos chocaban contra ella por diversión, o incluso algunos tocaban su trasero pero ella no sabía si era por accidente o no, de todos modos no se daba cuenta de quien lo hacía, prefería avanzar rápido para encontrase con el chico.

(...)

Con el celular en la mano junto a una respiración agitada hablo.

— Tú. . . — Tomo aire para poder terminar la oración. — ¿Eres Jellal? ¿No es así?

Estaba bastante cansada pues había estado corriendo, y con toda la confianza esperaba de que él dijera que sí, que él era Jellal, sería una vergüenza hablarle a la persona equivocada. Sus mejillas por su familia de un color rosados pero esta vez se veían más rojos de lo normal y no solo sus mejillas si no que todo su rostro. Mientras se tiraba aire con su mano en vano pudo ver que estaban parados en un sector de moda, probablemente vendan unos lentes de sol y. . . No, ella no estaba aquí por eso, seria genial comprar lentes pero no, no ahora. Volviendo a lo que si importa, ¿él será el tal "Jellal"? Esperaba que sí, y tratatando de arreglar su apariencia le dio una pequeña y dulce sonrisa aquel chico.

-El sol, la gente, los ruidos.
Todo hacia la situación muy bochornosa para el bicolor quien debía asistir a su cita con un nuevo “compañero” si es que podía llamarlo así, por su imaginen muchos pasaban de él, y no era por ir mal vestido, era más bien por el hecho de llevar un rostro tan serio. Pero ya era algo natural en el.
No lo tomaba a mal, era más cómodo caminar así, sin tener que tropezar con nadie más.
En su mano izquierda llevaba empuñado su celular pues usaba la foto del tal Jellal para identificarlo, sería fácil por el color Tan llamativo de su cabello.
Y en caso de no verlo, seguro que el propio bicolor resaltaba del lugar.
Su ropa no era la mejor, solo vestía de la forma más cómoda para el.
Llevado una playera azul un poco grande para él y solo un short.
Era muy poco habitual verlo con ropa casual, solo las usaba en situaciones “únicas” por como el mismo las llamaba.-

— Uraraka es demasiado pequeña como para poder verla entre tantas personas.
Pero el otro.. debería poder verlo.

-Dijo para el mismo mientras continuaba avanzando entre la inmensa marea de personas.
Buscaba por todos lados con la mirada y no conseguía nada, pensaba enviar un mensaje cancelando de último momento pero de forma “mágica” pudo divisar al chico de cabello azul, estaba a escasos metros de él así que solo avanzó para postrarse frente a él.-

— ¿Eres tu quien nos cito?
¿Jellal?

— Sí, soy yo: Jellal, — musitó el chico con un leve sonrojo para luego indicar su dirección. Casi nunca se acostumbraba a estas situaciones sociales. A decir verdad, le generaban algo de ansiedad. No obstante, ya había tratado con tantos chicos que poco a poco esos instintos de miedo se reducían. El peliazul había cambiado mucho desde su matriculación a la Academia Legacy. Tantas alegrías y penas, ya moldeaban el fuero interno del mago, y lo hacían cada vez más social. Sabía muy bien que las garras del mal no se podrían detener en solitario.

Finalmente, y del colosal mar de personas, emergieron dos muchachos: una chica de cabello castaño y mejillas rosadas, y el otro era un joven con heterocromía y una quemadura. Se preguntó por qué historias habían pasado, y qué los llevaba a esta academia.

— Buenos días, — saludó algo nervioso, se llevó la mano a la mejilla para rascarla levemente— soy Jellal Fernandes, alumno de Legacy, y posiblemente futuro profesor. Soy un mago de cuerpos celestiales. Puedo hacer magia con meteoritos, gravedad, y los elementos. Ustedes deben ser Ochako Uraraka y Shoto Todoroki. Mucho gusto, — hizo una leve reverencia. De dos años de haber vivido en Japón ya adquirió sus curiosas costumbres. Era una tierra extraña al principio, mas tantas aventuras había recorrido su piel, y había dejado aquí su sangre tantas veces que ya Legacy era parte de él y viceversa.

— Tengan. Les compré refrescos, — así el mago sacó dos botellas: una de limonada y el otro de bebida cola. Por su parte, eligió la de Ginger Ale, y le dio un buen sorbo. El calor era aplastante, como si el mismo sol se convirtiera en una manta y los soterrara bajo su incandescencia. — ¿Vamos al bus de turismo? — preguntó de manera amable, y los encaminó a un vehículo de dos pisos completamente vacío.

El conductor... bueno, quizá era complicado verlo así de frente. Tenía una cabeza de cabra. Era un aspecto bastante grotesco, pero no había nada que temer. Eran los mayordomos de la Academia Legacy que tenían cabeza de macho cabrío. Apenas Jellal subió, el conductor se quitó la gorra e hizo una reverencia. — Buenos días, — correspondió el mago, y se sentó en el primer asiento a la mano derecha. Luego esperó a que Uraraka y Todoroki se subieran.

Era un viaje rutinario para alumnos nuevos de la academia. Sin embargo, los problemas no tardarían en llegar a esa ciudad. Y se conocerían mucho más que en palabras.

Al saber que no se había equivocado de persona fue un gran alivio pero verlo a la cara era difícil, se puede decir que él mide al rededor un 1.83, cosa que para poder verlo tenía que levantar su mirada hacia arriba de otro modo le quedaría mirando entre el pecho y el estómago, grandiosa vista ¿no?.

En fin, pudo notar que también habia llegado un amigo de ella, o al menos ella lo consideraba parte de sus amigos; no era nada mas ni nada menos que el mismo Todoroki. La castaña se quedó mirando aquel chico, hacia un tiempo que no se veían y tampoco es que antes hablaban mucho, también sería una gran oportunidad de conocer a su amigo, pero al parecer este se percató de que ella lo estaba mirando así que Uraraka solo se limito a darle una gran y dulce sonrisa para luego volver a mirar al peliazul quien empezó hablar de si mismo haciendo una breve presentación de si mismo. Cuando terminó de hablar, la chica pensaba responderle algo como  “El gusto es mío” luego alabar sus ventajas de ser mago, tales como que puede hacer magia con meteoritos, gravedad y los elementos, aunque el rostro de Uraraka expresaba perfectamente lo sorprendida que estaba, pero antes de que ella dijero algo este les ofreció refresco distintos, difícil decisión para la castaña.

Ya decidida termino por elegir la limonada, tan solo pensar en su sabor se le hizo agua la boca pues era una combinación de lo ácido y lo dulce, a cualquiera se le haría agua pensar en el ácido del limón, mientras es aplastado y cae su jugo. En fin al tener aquel refresco en sus manos empezó a tomar bastantes sorbos algo rápido, pues queria sentirse mas fresca pero la acidez no le hizo tan bien a la garganta así que al darse cuenta de eso por accidente se atraganto con un poco de limonada, solo se dio vuelta y empezó a tocer un poco para luego volver a mirar a Jellal.

— ¡Muchas gracias por la bebida, Jellal!. — Dijo muy agredecida, pues aunque la acidez la hizo sentir rara no fue culpa de él, si no que de ella por haber tomado tanto y tan rápido. — ¡Vamos al bus!. — Estaba bastante emocionada, le divertía la idea de conocer mejor el sitio, su corazón gritaba de emoción, su sonrisa nadie se la podía quitar o al menos eso creía.

Cuando entró al bus lo primero que llamó su atención fue el conductor quien tenía una una cabeza de cabra, algo que era normal para ella pues en su casa se topaba con mucha gente con cabeza de algún animal.

Un gusto, señor. — Había visto que el chico peliazul había saludado cordialmente al conductor con un "Buenos días", entonces a ella no le pareció mal decirle algo al conductor.

Ahora tenía que elegir donde sentarse, de una forma obvia no podía sentarse lejos de Todoroki o Jellal, tenía que hacer una elección rápida, así que sento un asiento atrás de pelo azul. Ahora que lo pensaba, ambos chicos tienen una marca en su rostro, ambos son de color rojo y Uraraka moría de la curiosidad pero tal vez los haga sentir incómodos pedirle la razón de sus marcas pues podria ser un tema muy delicado, así que solo se le ocurrió hacer otro comentario esperando a que no fuera tan ofensivo para ellos.

— Oigan, que coincidencia que ambos tengan una marca en sus rostros, ¿no?. — Dijo al nerviosa pero por alguna razón su sonrisa seguía allí, pues quien sabe que le responderían a Uraraka, ¿o que tal si solo la ignoran? Sí, ahora la chica se arrepentia por completo de haber hablado.

-Cualquier persona se sentiría aliviada después de encontrar a algún compañero entre la enorme multitud de personas, caso que era aplicado en el propio bicolor, un muy ligero suspiro de alivio escapó de sus labios en cuanto pudo estar junto a aquel imponente chico y la tierna Ochako.
Aquel muchacho de ojos tan llamativos escuchó con atención toda la introducción que Jellal había dado, hasta parecía una muy breve biografía pero igual prestó atención.
Sin duda lo mejor fue cuando aquellas bebidas se menearon frente a sus ojos, para ser honesto tenía hartas ganas de tomar la limonada, pero por cortesía dejó que la chica tomara primero, y justamente fue la que quería.
¿Que podía hacer? Solo aceptar eso y tomar la gaseosa.-

— Gracias, tampoco tenías que tomarte tantas molestias.

-Fue lo único que pudo agregar el bicolor ante la noble acción de Jellal, de verdad estaba muy agradecido pues había sido muy buena atención.
Aunque no tenía tanto deseo de la gaseosa igual tomo unos cuantos sorbos de ella pues la sed que sentía era enorme.
Apenas habían descansado y de nuevo habían comenzado a avanzar, pero no puso gesto de desagrado y únicamente lo siguió, después de todo el peli azul era su guía.

Así fue como todos llegaran a aquel autobús, de nuevo no sucedió lo que deseaba, tenía hartas ansias de viajar en el segundo piso pero su guía había tomado el primero, así que solo avanzó detrás de él.
No fue tomado por sorpresa con la cabeza del conductor, era extraña pero tan sólo recordar que su antiguo director era una combinación de animales lo dejaba capacitado para situación como ella.
Por alguna extraña razón decidió tomar asiento junto a Ochako, lo sintió más correcto que cualquier otra elección.-

— ¿Incluso alquilaron un bus para nosotros?
Todo es demasiado, también podríamos solo caminar hasta el lugar.

-Todo marchaba bien a su parecer, pero la pregunta realizada por la castaña sacó todo de balance, no lo había notado así que en cuanto escucho lanzó su mirada en contra del peli azul, y ahora que miraba con detalle todo tenía razón.
El también contaba con una marca, solo similares en color más no en forma.
Pero no quitaba curiosidad.-

Ambos se sentaron juntos, y es que al parecer ya estaban en otra academia juntos. Y ahora los dos estaban en Legacy. Jellal tenía ganas de conocerlos, y entablar amistades. Uraraka sacó a luz el hecho de que tanto Todoroki como el peliazul tenían marcas en sus rostros. — Es un tatuaje que lo tengo de niño. Yo era un esclavo, y luego una maga llamada Ultear corrompió mi mente, — aseveró el mago con una mirada clavada al piso del bus, mientras el conductor comenzó la marcha y el panorama urbano pasaba por los cristales.

— No la culpo. Ella era una villana. Yo también lo fui. Soy un criminal. No soy un héroe como ustedes, no merezco estar con gente tan buena, — comentó el joven Fernandes. Debido a que su mente fue corrompida, Jellal hizo muchas barbaridades. Aunque no era del todo así, porque en ese entonces estaba siendo poseído.

— ¿Ustedes vienen de la misma academia? — preguntó con una sonrisa, girándose y abrazando el respaldo de su asiento. Sentía curiosidad. Al parecer ellos no eran seres mágicos, pero sí tenían superpoderes como en los personajes que salen en los cómics y todo eso. Nunca se imaginó que podría haber guerreros tan competentes sin usar magia. El universo sí que era grande.

Mientras conversaban de la vida, el bus pasaba al lado de un frondoso parque, y también el centro comercial atestado de cosplayers, bandas de rock y artistas callejeros. Un hombre en zancos maquillado como mimo y un rídiculo y colorido sombrero de copa se acerca a la ventana, en donde Uraraka estaba sentada, y le planta un beso al cristal. Luego se aleja y empieza a hacer malabares para los niños. Un bello día usual en Yokohama.

Al escuchar la respuesta de Jellal no pudo evitar tratar saliva algo nerviosa pues la verdad pudo sentirse mal por el chico pero por alguna razón sentía de que él lo menos que quería dar seria pena, aparte puede que antes haya sido alguien malo pero ahora es una persona realmente amable y bondadosa, o al menos eso aparentaba para Uraraka.

— ¡Lo adivinaste!. — Dijo bastante animada para cambiar un poco la atmósfera. — Todoroki y yo venimos de la misma academia, mantenemos una buena relación.

Al menos eso creía la castaña, no sabía si su compañero pensara lo mismo. Después de quedar unos momentos de silencio pudo notar como un lado de ellos la vista era realmente muy bonita, todos tenían una sonrisa en sus rostros, habían unos cuantos cosplayers, tan distraída mirando aquellas personas le causa un susto cuando vio un hombre de zancos quien tenía su cara pintada de blanco y negro más su sombrero de bastantes colores, era muy atractivo y llamativo para todos los niños que se encontraban allí. Cuando este tiro un beso a dirección a Uraraka no pudo evitar reírse.

— Mi primer beso. — Hablo en broma mientras puso sus ambas manos sobre su corazón para luego reírse un poco. — Este lugar es bastante lindo, ¿hace cuanto tiempo llevas aquí, Jellal?. Siento que me podría adaptar rápido acá ¿y tú, Todoroki, que opinas?.

Solo se limito a mirar hacia ambos chicos con una gran y dulce sonrisa que parece que siempre va con ella.

-Parecía ser que el bicolor no era el único con una marca que le recordará un pasado tan trágico.
Hablar sobre ello mostraba la madurez con la que aquel chico contaba pues el propio bicolor tenía problemas para tocar el tema.
Por su parte no tenía ni pensado hablar sobre su marca, no era momento para hacerlo, tenía la gran libertad de ver por las ventanas del autobús tan alegre paisaje.
Podía escuchar risas y cantos de ave, era un lugar demasiado sano.
No quería opinar sobre su marca pero tampoco ofrecer un descortés silencio, afortunadamente para él mientras pensaba en algo para comentar una nueva cuestión salió a flote, cuestión que si podía responder.-

— Si, venimos de la misma preparatoria.
Es genial, ¿no? Es más fácil acostumbrarse a nuevos lugares cuando algunos conocidos te acompañan.

-De no ser por el peli azul, Todoroki sería el único individuo en el lugar con un rostro tan serio.
La castaña la pasaba muy bien, cuando logró mirarla de reojo las mejillas de la chica estaban adornadas con ese color carmesí, además de estar todo el tiempo tan risueña.
Quedo un poco extrañado al ver aquel sujeto acercarse y robar un beso sobre el cristal del bus, beso que incluso dejó una mancha sobre el, no río pero si quedo un poco extrañado, era algo que no había visto jamás.-

— Todo aquí es demasiado.. demasiado genial. Desde el primer día me dieron un grato recibimiento.

Música del rol:

Era un paseo de maravilla. Jellal dibujó en sus labios una pequeña sonrisa, mientras que el bus pasaba por el carnaval. El pasado podía ser un nido de problemas, angustias y otras cosas imborrables, pero no vivimos en el pasado. El presente es todo lo que tenemos, y nos juntamos y conectamos, esperando a que esas voces del pasado se ahoguen en el mar del amor y la amistad. Eso es todo lo que necesitamos.

Un siervo cabra entró y repartió en una bandeja de plata chocolates, galletas y también botellas de jugo y gaseosas. El mago sacó unas cuantas galletas, agradeciendo al mayordomo, y luego llevando su vista al sol del  horizonte. El cielo estaba encendido de un naranjo brillante que de forma matizada se volvía fucsia, con llamas encendidas colosales como nubes que flotaban en lo más alto, volando libres con el viento.

— ¿Puede detenerse? — le pidió Jellal al conductor para apreciar ese sol que cada vez se hundía más en el bosque de edificios. Así eran las tardes en Japón. Y otro día le decía adiós a esta parte del mundo. — A veces el futuro me da miedo, — comentó el joven mientras veía el panorama, — Es tan incierto, y cualquier cosa puede suceder, — replicó, y bebió algo de su botella de jugo. El conductor apagó el motor y dirigió su mirada también al horizonte.

Entonces, creyó ver a alguien que ya conocía caminar por esa parte. Jellal se bajó del bus con un "espérenme".

Uraraka estaba bastante distraída mirando por la ventanilla, todo era hermoso en el lugar, con un lugar así ella saldría todos los días a la calle. En muchas ocasiones llamaba la atención de su compañero de al lado solo para decirle "Hey, Todoroki, mira eso!" o "¡Mira aquello también!", la castaña llegaba a parecer una niña pequeña de cinco años asombrada por todo lo que ve.

De repente todo lo que estaba afuera fue opacado por unos pasos que se escucharon allí adentro, con la gran curiosidad que tiene esta miro para ver quien era, pero simplemente era alguien que vino repartir unas cosas para atender si alguno de ellos tenía hambre o sed. Como elección la castaña eligió sacar unos cuantos chocolates, ya que aún le quedaba un poco de refresco de antes por si le da sed.

Mientras comía sus chocolates miraba sus al rededores, y aunque a un lado de ella no podía ver del todo bien por que su compañero estaba tapando un poco de su vista pudo entrenerse de un modo, levantó su dedo pulgar y como Todoroki estaba en una posición perfecta, Uraraka cerró su ojo izquierdo para mirar con el derecho, luego levanta su dedo pulgar y lo pone al frente de ella, tapando un lado de la cara de Todoroki dejando así ver como seria si solo tuviese el pelo blanco, o aveces cambiaba su dedo de posición y podía ver como era si lo tenia solo de rojo.

(. . .)

Era obvio que después de unos pocos minutos se iba aburrir de hacer lo mismo, pero por suerte de esta Jellal había pedido detener el bus, ahora puso toda su atención en él, empezó a decir unas palabras que para Ochako era como si tratase de enseñarle una lección de vida a los chicos. Tal vez para ella ahora no tendrán mucho sentido aquellas palabras, pero presentía que pronto iba a entender a lo que él se refería. Mientras ponía en su boca el último pedazo de chocolate que le quedaba, admiraba la vista que se le estaba dando al frente de ellos, la mejor parte del día era esta, de algún modo le daba algo de tranquilidad y nostalgia, estas son las horas que nada puede salir mal, ¿cierto?.

— Oye, Todoroki. — Hablaba en susurro pero fuerte haciendo que no fuese neceserio que esta estuviese en su oído para que él la escuche. — ¿Que crees que fue hacer Jellal allí abajo?. — Pues hace unos segundos el peliazul había bajado del bus, se fue con un solo "espérenme", dejando bastante curiosidad en el ambiente. — Quisiera ir a investigar pero me da nervios y creo que estaría muy mal. — Hizo una pausa para luego poner una sonrisa algo nerviosa mientras lo miraba. — Y. . . ¿Te queda algo de comer? ¿Algunas galletas?. — Dijo mientras jugaba con sus manos, se le notaban los nervios que tenía en esos momentos, pero los nervios no eran por que el chico sepa que ella quiere comer unas galletas, nada de eso, era por el hecho de que no quería que su compañero pensara mal de ella por querer ir investigar a Jellal sabiendo que eso no estaría bien.

La rubia de ojos hermoso esmeralda-azulado no imaginase que vería aquel joven peli azulado en ese preciso lugar alejado de la academia, un par de veces había tenido la oportunidad de conocerlo y tener una charla fluida mago su mirada se encontró con la ajena se quedaba con una expresión en su rostro un tanto desconcertada de verlo al momento que bajo de aquel autobús rápidamente para tenerlo unos cuantos pasos de ella quedando frente a frente le sonrió ligeramente. Portaba un conjunto poco habitual casual de color azul, dorado y negro su larga melena dorada atada con una liga en una coleta alta lleva una linda gorra de color azul profundo usaba una chaqueta muy linda con franjas doradas en las mangas tal como en su pecho alrededor de su cuello una larga bufanda del mismo color lleva un short negro adecuado le facilitaba mayor movilidad. Le veía directamente a los ojos el silencio incomodo se hacía presente por lo cual se atrevió hablarle primeramente.


–Inesperadamente nos volvemos a encontrar?


Comentaba girándose así poder ver hacia las ventanas notando apenas dos jóvenes sentados en mismo lugar sin expresión alguna en su rostro soltaba un corto suspiro entrecerrando sus ojos mantenía sus manos dentro de sus bolsillos el resplandor cálido de los rayos de sol alumbraba el hermoso lugar simple vista se podía apreciar la increíble vista que le ofrecía el lugar , la brisa era relajante y fresca azotaba con suavidad sus cabellos moviéndolo de un lado a otro.


–Nuevos compañeros ?

-Para el bicolor todo resultaba llamativo, ver la alegría de las personas fuera, lo colorido de las calles, todo lo que estuviese fuera de su rutina habitual para él era agradable.
Pero aún sobre esto no regalaba ni una ligera sonrisa, seguía viéndose tan serio como siempre.
El autobús avanzaba con una velocidad moderada si no es que lenta permitiéndole al chico poder observar como más detalles todo por lo que pasaban, algunas llamaban más su atención que otras.
Como lo eran sitios de comida o similares.
Era tan extraño viajar en un colectivo que era solo para ellos, sin nadie más que los acompañara en el viaje.
Cuando más paz se respiraba estando el bus en completo silencio una nueva criatura extraña se acercó hacia ellos, llevando entre sus manos una larga bandeja que en ciertos puntos reflejaba la luz del sol.
Sobre ella unas considerables opciones de bocadillos posaba, todo lucia exquisito y tal como en el inicio el bicolor aguardó y dejó que tanto su “guía” como su compañera tomarán primero.
Ahora si no corría riesgo de quedarse sin lo que le gustara pues de todo había cantidad.-

— Muchas gracias, ¿Señor?

-Fue extraño para el llamar “señor” a tal ser, pero igual lo hizo.
Al final se decidió igual que Ochako y solo tomó unos chocolates, mismo que fue comiendo durante el camino.
El chico era tan calmado que aún cuando se encontraba solo y en silencio no podía aburrirse, pero en esa ocasión menos lo haría pues Uraraka se encargaba de no darle ni un respiro.
Y no le molestaba pues de alguna forma eso daba más confianza al chico para hablar.
Cada que la castaña le señalaba algo el joven rápido volteaba y observaba con asombro, algunas cosas si eran sorprendentes, en otras solo dejaba escapar algunos suspiro.
Aquella castaña era tan divertida que quien pasara un rato junto a ella seguro querría pasar más y más.
Pues en cierto punto del viaje dejo de enseñarle lugares y solo se centró en jugar ella sola, y para cuando miro de reojo vio que con un solo dedo y guiños podría divertirse, ¡sorprendente!
Iba a preguntar que era exactamente loqueo hacía pues sentía curiosidad pero algo le impidió hacerlo, lo único que pudo alcanzar con claridad fue ese blando “espérenme” que dejo tanta intriga en ambos estudiantes.
Quizá no hacerlo pero le resultó imposible así que vencido por sus impulsos ladeó un poco la cabeza para poder ver sobre la ventana.
Más allá del hermoso paisaje no entendía porque el peli azul se había detenido.
El bicolor muchas veces había salido a ver el paisaje, los atardeceres y demás.
Los conocía a la perfección y no dejaban de encantarle, esa vista junto a las palabras del joven Fernández llenaban cada vez más al bicolor.
Respiraba paz estando estático viendo hacia el cielo, su respiración calmada y su mirada serena, por un momento se atrevió a cerrar sus ojos y soltar un ligero suspiro.

El llamado de la castaña había sido audible para él con perfección, por eso rápido abrió sus ojos y volteó hacia ella, tal parecía que ambos se hacían exactamente la misma pregunta.-

— No tengo ni la menor idea.
Tal vez y quiere pasar al baño, o solo va a comprar algo.
También quisiera saber.

-De nuevo era “Ochako siendo Ochako” pues cuando había preguntado en un tono tan serio rápido había logrado desviar el tema.
El bicolor no tuvo más opciones que soltar un ligero suspiro y ceder los pocos chocolates que le restaban a la castaña.-

— Es todo lo que tengo, lo demás me lo comí durante el camino.
Pero toma estos.

— Arturia — la miró a los ojos con una sonrisa. Ella había vuelto a Yokohama. Un silencio incómodo se formó, y el viento sopló los cabellos de ambos. Hace mucho tiempo ella se había ido, pero ahora había vuelto por fin. Cuando un querido se va, incluso un día podría volverse toda una eternidad. Sin embargo, el reencuentro entre dos amigos hacía que el tiempo se detuviese.

Jellal abrazó la rubia y luego le tomó de la muñeca. — Arturia. Vuelve a la Academia. Te estamos esperando, — señaló el peliazul. Ella debía volver a sus clases en la Academia Legacy, y debía de nuevo compartir con todos. Es malo ser una isla en un mar de buena gente, pero aunque solo fueran dos personas más estaría bien.

Se subió al bus con ella, tomándole de la muñeca, y les presenta a los nuevos compañeros. — Ochako. Shouto. Ella es Arturia Pendragón, una alumna de la Academia que ha vuelto, — era increíble ver cómo había llegado. Esperó a que ella se sentara en el bus, y entonces Jellal se sentó al lado suyo. El conductor echó de nuevo en marcha el bus.

— Nos vamos a casa. Agárrense, — y el bus comenzó a temblar y a brillar de un extraño color dorado mientras iba cada vez más y más rápido en dirección al muelle. ¿Pero qué locura pasaba? ¡El bus caería directo al mar! ¡Pero no! ¡Comenzó a flotar sobre el mar! El bus volaba en dirección a la Academia Legacy, un instituto en una isla a un kilómetro de la costa de Yokohama.

Se veía imponente y grande; y sería el hogar de los cuatro estudiantes.

Por suerte los chocolates que su compañero les dio no estaban derritodos o algo así, Uraraka empezó a comerlos uno por uno mientras seguía mirando hacia al frente, y sin darse cuenta se comió todos los chocolates que tenía en la palma de su mano, ni siquiera le había dado gracias o le ofreció alguno a su compañero, aveces la castaña suele ser muy distraída y torpe.

— Muchas gracias por chocolates. — Hablaba bastante agredecida por ello pero luego bajó la mirada algo apenada. — Aunque lamento mucho no haberte ofrecido alguno.

Subió su mirada para ver la cara de este y su reacción, pero de forma inmediata se escucho la voz de Jellal, este presentaba una chica la cual se llamaba Arturia, para Ochako era alguien muy hermosa de apariencia y los mas probable que no solo ella piense eso sobre la rubia.

— ¡Espero que podamos llevarnos bien!. — Dijo bastante animada y feliz, nada fuera de lo normal en Uraraka, siempre es así.

Luego de ello quedó pensando en la forma como ambos llegaron, lo más probable es que se conozcan y sean amigos desde antes, o tal vez algo mas. No pudo evitar que una sonrisa picarona se formará en el rostro de esta, se acerco lo suficientemente a Todoroki para susurrar algo y solo escuchara él, nadie mas que él.

— Todoroki, ¿Crees que sean solo amigos? Miralos, se ven bien juntos. — Tal vez la castaña solo estaba exagerando con esas cosas, pues lo mas probable es que sean solo amigos pero nunca esta mal sospechar algún tipo de cosa, uno nunca sabe, y la verdad es que le da un poco de nervios preguntarle a Jellal sobre su relación con Arturia pues no quería incomodar a nadie pero si quería saber la verdad tenía que hacerlo.

Casi de la nada el bus empezó a temblar y a brillar, la situación se ponía rara para Ochako, incluso por reacción se puso a la defensiva pues pensó que los iban atacar o algo así, también empezó ir hacia el muelle, iban hacia el agua, la joven no podía reaccionar, todo pasaba muy rapido.

Cuando por fin ella reaccionó ya estaban flotando sobre el mar, dio un suspiro de alivio.

— Pensé que iba a morir. — Se dijo a si misma aún algo asustada por lo que había pasado, suponía que tendría que acostumbrarse a ese tipos de cosas desde ahora.

Tratando de calmarse a si misma miraba a los chicos, no se veían como ella, al parecer solo la castaña se había dado un gran susto. Cuando se sintió lo suficiente relajada como para tener una de esas simples sonrisas que siempre tiene, miro en dirección hacia el peliazul y la rubia para hacer la pregunta que se le había venido hace un rato.

— ¿Y ustedes solo son amigos? ¿O. . . — Hizo una pausa algo corta para luego continuar. — Algo más?.

Con esta pregunta tal vez ponga en peligro el ambiente del lugar, a ella sí le importaba eso, ahora se arrepintió de hacer una pregunta así, miro a Todoroki sin expresión alguna.

— Ayuudaa. — Dijo en voz baja, la verdad es que se veía algo chistoso con su rostro inexpresivo diciendo eso pero se entendía el propósito de por que ella había pedido la ayuda, era por el simple hecho de que si incomodaba el lugar o salía algo mal quería que su compañero le brindará su ayuda, no quería arruinar la cosas. Ahora todo dependía de las reacciones de Jellal y Arturia.

Aunque podía ver un lugar bastante grande y algo borroso por lo lejos, esta podía suponer que ahí es donde deberían quedarse, quería cambiar el tema rápidamente preguntando sobre ello pero por alguna razón no le salía ninguna sola palabra al respecto, es como si estuviese pasando por una parálisis o algo por el estilo.