De como aprender a amar

El pelirrosa sonríe ampliamente ante la afirmativa de la castaña al ir de paseo por la ciudad, tomo la mano ajena y la beso cálidamente.

─Entonces esta hecho, después de comer iremos por toda la ciudad de ser necesario, y veremos el atardecer juntos~

Tan pronto como termino la frase, la pequeña mesera llego al lugar, mirándolos algo confundida por la repentina apariencia de ambos, era linda cuando menos, sin duda estaba tan perpleja que lo único que podía hacer era dejar la comida en la mesa y retirarse lentamente.

─Pobre chica, debió estar en shock al vernos.

Se mostraba algo preocupado pero a la vez sonreía algo divertido, mostrando un lado juguetón en ese aspecto, si, Ayana, o en este caso Dayan, disfrutaba mucho de confundir a la gente para ver cómo reacciona, incluso en la misma cita lo había hecho y vaya que se sorprendió con el resultado.

Miro los platillos, babeando por lo bien logrado que estaba cada postre, sin duda estaba para comérselo al instante, incluso aquella hada se abalanzó sobre su platillo, devorándolo casi al instante.

Rio por lo baje ante esa acción tan adorable de la compañera del ángel y observo detenidamente a su familiar.

─Vamos, deja la cámara y toma tu pay, que, si no lo comes tú, lo haré yo~

Tomó un tenedor para tomar un bocado del pay, estaba a punto de ponerlo en sus labios cuando el azabache lo tomo en el último momento, arrebatándoselo de sus labios como si intentara darle un beso de manera inesperada.

El pelirrosa se sorprendió ante tal arrebato de postre, especialmente porque fue frente a su cita, si aquella chica fuera una fujoshi sin duda sangraría por la nariz ante tal escena sugerente.
Río levemente y lo tomo de su cadena antes de que el azabache se alejara lo suficiente de él.

─Vaya, que osadía la tuya, vienes acercándote a mí y casi me robas un beso, pero no lo has hecho, te haré pagar por ello~

La actitud del dragón era desafiante y juguetona a la vez, la actitud dominante y su relación amo-sirviente se notaba a mas no poder, siendo aquel imponente hombre dominado por aquel delicado joven de cabellos rosados.

─…¿E-Enserio vas a hacer una escena así frente a tu cita? Depravado…

─Ah~ Pero si a ti te gusta que te dominen, ¿no? Debo demostrarte quien manda en esta relación que tenemos~ Ahora, si me vas a arrebatar otro pedazo de pastel de ese modo, más te vale que sea por un beso…

Miraba de reojo a la castaña, guiñándole el ojo, como si estuviera dándole una indirecta muy directa al respecto.

─…¿Me estas usando como excusa para que ella haga lo mismo para besarte?

─Eres listo mi peludo amigo~ por cierto, tienes una mancha en la mejilla.

Se acercó a la mejilla del azabache y de una lamida le quito el merengue de sus labios, haciendo que el azabache reaccionara ante ese acto, ruborizado y molesto, aquel le da un zape al pelirrosado para evitar que pase a mayores.

─¡Estúpido, tu cita, Idiota!

─Ja~ Me lo debías, además, ni siquiera te bese, solo use un truco de ilusión, pero bien que te gusto~ ─Dijo tras sobarse el golpe.

─Judai… cuídate de ese idiota, en verdad es arrogante cuando es un chico…

─Tehe~ No soy tan malo, seguro ella se derretiría si le hago lo mismo.

─V-Vuelve a ser una chica, ¡YA!

La joven castaña comenzó en primera instancia a comer su postre, a paso lento, dando pequeños bocados que apenas y reducían la porción de helado que sepultaba a los waffles de chocolate. Y mientras la porción de postre se iba reduciendo poco a poco, los ojos de la ángel miraban a los dos chicos, con algo de curiosidad, viendo cómo se peleaban por aquel pay de fresas.

Judai nunca ha tenido tendencia a shippear a alguien, y esta no sería la primera vez. A sus ojos, el familiar y el master simplemente estaban jugando de alguna forma que no alcanzaba a comprender. Por su mente pasaba que la dragona había mencionado alguna vez que los besos no significaban nada para ello, debido a que eran algo que hacía recurrentemente con fines no románticos, cosa que naturalmente le llevó a no darle mucha importancia, contrario a lo que pudiera esperarse.

Pero en cambio, la Weltkelch Fee (¡Aleluya, al fin el escritor le dio nombre propio a la raza de Lee!), publicaría aquello en wattpad de tan solo tener una laptop a la mano. Para nadie que la conozca es un secreto que Lee puede ser un tanto pervertida si se le da la oportunidad, por lo que no es de extrañarse que aquella escena de lo más sugerente pintara una sonrisa pícara y un leve rubor en su rostro.

En esto estaban, cada chica en lo suyo, hasta que el pelirrosa lanzó aquella indirecta que llamó la atención de la inocente y confundida castaña. Los guiños le eran algo completamente ajeno; no era capaz de comprender el sarcasmo ni las indirectas a menos que alguien se las explicara. Pero para su suerte, probablemente porque el oscuro familiar ya había previsto su idiotez (?), mencionó directamente la verdadera intención del dragón, haciendo ahora sí que la chica se ruborizara por completo, mirando tímida en todas direcciones, como sintiéndose atrapada.

« Ara ara, parece que alguien se encuentra emocionada al respecto~ »

« ¿Q-qué estás diciendo? »

La pequeña cerúlea notó al instante la reacción de su ama y decidió ir a molestar inmediatamente, como para no perder la costumbre. Su voz comenzó a resonar en la cabeza de Judai, demostrando una vez más que la telepatía era una habilidad en extremo útil para sus oscuros propósitos. La chica celestial, por su lado, sabía que no podía ocultar sus pensamientos: estaba a merced de su familiar. Lo único que podía hacer era aceptar la realidad con descaro, esperando que Lee se aburra de ello. Sin embargo, en aquella ocasión, esa decisión no pudo ser menos inteligente.

« ¿Y-y qué si así es? Es una cita a fin y al cabo... Nada de malo tiene querer un beso de la persona que amas... »

« ¡Oh, claro que no, claro que no! Es más, creo que recuerdo una escena de un galge que sería perfecto que aplicaras~ »

« ¿D-de verdad? »

« Por supuesto, Kuri-chan~! Te aseguro que es algo que le hará saltar el corazón, es algo que le encantaría a cualquier chico »

Persuasiva e inteligente como un demonio, cumpliendo siempre su contrato de no decir una sola mentira a su amo, aquella pequeña hada le explicó paso a paso a la ángel lo que habría de hacer. Y claro, como esta última es más inocente que... Vamos, que un ángel, cayó en la trampa de la feérica criatura sin problema alguno.

Fue así como la castaña, una vez el maestro y su umbrío compañero terminaron de discutir, tomó una pequeña cucharada de helado, para luego inclinarse hacia el dragón, abriendo la boca y entrecerrando los ojos en un gesto que solo podría haber salido de algún contenido para adultos. Y mientras la malvada hada se aguantaba la risa por la fuerza, la inocente chica simplemente se acercaba a su cita, con un intenso rubor en las mejillas a la hora de preguntar con voz apenada:



- ¿A-alguna vez has probado un beso de ángel? -

Realmente disfrutaba de molestar a su familiar a mas no poder, aquel azabache incluso se había ruborizado, pocas veces llegaba a ponerse así, quizás por el hecho de que estaba frente a alguien que podría Shippearlos (Me refiero a ti Lee).

De igual modo, aquel dragón miraba de reojo a su amada, quien parecía estar tan ruborizada tras entender sus palabras, que bueno que su familiar explico la situación para que esta captara, no obstante, una extraña charla entre las chicas le causo una sensación de peligro.

─¿Por qué siento que algo va a salir mal? ─Musito a su familiar mientras observaba la situación de complicidad de ambas chicas.

─Conociendo a ese bicho, seguramente algo estúpido ─Comentó el azabache mientras se apartaba del pelirrosa.

Ambos vieron que la castaña tomo algo de helado, colocándolo en sus labios y boca, se acercó al dragón para luego poner una expresión demasiado sugerente, el azabache capto la idea de forma instantánea, incluso parecía estar rezando debido a lo diabólica que pudo ser aquella hada para convencer a un ángel de hacer semejante acto erótico.

─Maldición, Lee, Esta vez te has pasado de la línea, profanar a tu propia ama…

Realmente estaba nervioso, ¿Qué clase de cosas podría pasar a continuación? Y lo que es peor aún, ¿que pensara hacer su amo? Lo miró de reojo, esperando ver que no se estuviera muriendo de vergüenza o que hiciera aprovecharse de la situación, pero olvida por un momento que su amo es igual de idiota que el ángel.

─¿Beso…de ángel? ─Ladeaba su cabeza un tanto confundido─ Debo admitir que no he probado ese postre, seguro sabe delicioso.

Sonríe con inocencia mientras tomaba un pañuelo blanco de la mesa y así, ir limpiando el helado que se desbordaba de los labios de la castaña.

─Por cierto, deberías tener cuidado al comer helado, podrías mancharte.

Y efectivamente aquel dragón era tan idiota como se esperaba, incapaz de captar el doble sentido de las cosas, simplemente se dispuso a limpiar el rostro ajeno.

─…no sé si sentirme aliviado y darle un zape por pendejo…

Ante el comentario de aquel azabache, la pigmea azulada no hizo sino soltar una ligera risilla, traviesa, llena de maldad como solamente ella. Definitivamente lo había disfrutado. Aquel gesto tan pervertido siendo ejecutado por un ser tan puro como su propia ama... Por demás está decir que la pequeña familiar brillaba con tonos colorados en el rostro luego de haber provocado aquel gesto. Y por supuesto, siendo tan cínica como siempre es, no demoró en dar contestación al amagok, en un tono burlón, por supuesto.

- Admite que fue divertido, niño~ Y podría ponerse mejor, quién sabe~ -

Por la mente del hada, sin embargo, no pasaba el permitir que algo fuera a sucederle a Judai. Si aquel chico intentaba aprovecharse de la situación más de la cuenta, no le sería difícil proteger a su master con una barrera psíquica y aprovechar para ponerlo en evidencia. Era un plan simple y bastante divertido de realizar. Ese era realmente el pensamiento de la Weltkelch Fee. Sin embargo, y qué impredecible es la vida, lo que sucedería a continuación no podría haberlo predicho la oscura mente de la lumínica hada ni por un segundo.

- ¿E-eh...? -

Aconsejada por su súper extremadamente confiable familiar (?) la joven ángel había realizado aquel gesto que consideraba un tanto vergonzoso, en busca de atraer al chico para que le diera un beso. Sin embargo, no esperaba que el contrario fuera a ignorar la acción por completo, únicamente limpiándole el rostro con una servilleta.

Su mente comenzó inmediatamente a llenarse de inseguridades al notar que aquel no se había mostrado ni poquito interesado. ¿Acaso había hecho algo mal? ¿No le había gustado a él? ¿O es que no le parecía atractiva? Poco a poco, su rostro comenzó a apagarse hasta el punto del llanto. Sus ojos comenzaron a cristalizarse debido a las lágrimas que en poco tiempo comenzaron a resbalar por sus mejillas. Sus mejillas perdieron el color lentamente. Lo que antes era un rostro lleno de alegría, ahora se caía a pedazos en cuestión de segundos.

- ¿K-Ku-Kuri Sama...? -

- D-dijiste... Que le... Gustaría... -

Una frase bastó para herir a la pequeña cerúlea en lo más profundo. Sabía que era su culpa. Estaba consciente de que aquella tontería suya le había costado uno de los mejores momentos de su ama. Tenía que hacer algo, y hacerlo rápido. Su respiración agitada por los nervios se convirtió en palabras llenas de preocupación que se dirigieron primeramente a su ama y más tarde al pelirrosa que frente a ella se encontraba. Era la primera vez que el Hada del Cáliz Mundial suplicaba, al borde del llanto, suplicaba ayuda para arreglar su propia estupidez.

- T-tranquila... Y-yo no te mentí, te lo juro... Sabes que jamás lo haría... E-era, era... ¡Una broma! ¡Si, una broma! Es obvio que a tu chico le encantó el gesto... ¿Verdad? ¿Verdad que te parece adorable? ¿No deseabas besarla en ese momento con esa carita tan linda? -

El pelirrosa no comprendía la situación, ¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué de un momento a otro aquella castaña empezaba a llorar? ¿quiso algo malo? ¿le faltó al respeto? Aquel solo miraba la triste expresión de la castaña para luego escuchar a la pequeña hada, quizás en un intento de pulir las cosas para que no fuera tan áspera.

─¿He? ¿Esa era su intención?

─De mala manera, el hada le aconsejo hacer un gesto pervertido para que tu la besaras.

─…Ah…

realmente no se esperaba eso, aunque el gesto de la chica le parecía curiosa, no podía siquiera captar que era una expresión digno de un hentai.

─Bueno… lamento decirlo, pero no pienso besarla ahora…

Comentó algo indiferente aquel dragón, cosa que sorprendió al azabache, ¿Por qué tan de repente actuaba así de frio? Ni el propio familiar le haría eso a una chica a sabiendas de sus emociones.

─¿Qué estás diciendo? Acaso… ¿la rechazas?

─N-No es eso… yo…realmente tenía pensado una velada romántica para esta cita… y…quería llegar al atardecer para darle un beso…y-ya que… dicen que, si los amantes se dan un beso justo en el crepúsculo, su amor dudaría por siempre…

era tan inocente como siempre era, tenía la intención más romántica para besar a la ángel y no quería arruinarlo con una broma o por impulsos impuros.
Acaricio el rostro de la chica para luego acercarse a su oído.

─Por que… es nuestra primera cita, ¿no? Yo… quería que nuestro primer beso fuera especial…

Se ruborizaba con algo de pena, realmente era tierno y dulce.

- ¿¡Es que estás de broma!? -

La reacción de la pequeña familiar no era para menos, pues acababa de escuchar a aquel pelirrosa que era la cita de su ama, que había llegado ya hasta aquí y cuya relación con esta última parecía tan prometedora, rechazar el beso de la castaña sin más. El hada simplemente no podía aceptar tan estúpida forma de actuar. Y en realidad estuvo a punto de reprocharle. Un discurso estaba por ser vertido sobre el dragón, de no ser porque aquel dio a tiempo sus explicaciones, calmando así, al menos un poco, la ira de la feérica familiar, misma que se dedicó a soltar un suspiro de resignación.

- ... Ya veo... A-así que era eso... -

Las lágrimas de la castaña seguían corriendo apresuradamente desde sus mejillas hasta su mentón, donde finalmente caían al vacío. Su voz, sin embargo, poco a poco dejó de ser tristes sollozos de lamento, para pasar a convertirse en una suave y angelical voz. Ella se acercó entonces al chico, rodeándole suavemente en un tierno abrazo, terminando así con su mentón apoyado en el hombro del contrario, con sus ojos cerrados, y con una leve sonrisa pintada cuidadosamente en su rostro.

- Es un alivio escucharlo... De verdad tenía miedo de haber hecho algo para no agradarte... No me perdonaría si tú me odiaras... -

Se aferró entonces la ángel al dragón, sin decir nada más, disfrutando únicamente de la compañía del contrario en ese que consideraba ya no un momento triste, sino uno de los más bellos y dulces de toda su vida. Ya hasta estaba prácticamente acostada sobre la mesa con tal de alcanzar a abrazar a su cita. La pequeña hada, en cambio, suspiró con alivio al ver a su ama tranquila otra vez. Hizo entonces al chico un ademán de corazón con ambas manos, como agradeciendo el gesto para con su master, y en seguida dejó de lado la situación, disponiéndose a terminar de comer su postre antes de que se derrita.

- Oigan oigan, si se quedan ahí todo el día el tiempo no les va a alcanzar para el resto de la cita, terminen de comer al menos -

Para cuando dijo eso la familiar, había terminado ya con exactamente la mitad del postre, como si alguien lo hubiera cortado de forma vertical exactamente por en medio con algún afilado cuchillo y una precisión perfecta. ¿Cómo lo habrá logrado sin la ayuda de utensilios? Ese es un secreto que no voy a contarles~ Pero lo que si voy a contarles, nomás para que lo sepan, es que la pequeña camarera seguía mirando desde la cocina, con el rostro colorado como rubí y húmedo por las lágrimas de emotividad que la escena le había causado.

« ¡Kawaii! ¡No puedo creer que esto esté pasando en mi cafetería! »

Era cierto, debían proseguir si querían aprovechar al máximo aquella cita, asi que el dragón se dispuso a terminar su comida para ya después irse de la cafetería.
Pero no podía evitar sentir que alguien los observara.

─O-Oigan… ¿es cosa mía o alguien está mirándonos?

─Bueno, esta esa enana de antes que los había atendido, mirando desde la cocina cual espectadora emocionada.

─…M-Me lo suponía…

Aquel se cubría el rostro todo avergonzado, toda esa escena tan privada e íntima de amor puro y duro, había sido presenciado por aquella pequeña camarera.
Debido a la vergüenza que sentía, perdió la concentración total de su propio hechizo, haciendo que su apariencia vuelva a ser femenina nuevamente.

Quizás eso asustaría a la pequeña al ver que el pelirrosado se había vuelto una mujer, la misma que había entrado en un principio, pero quizás eso aclararía sus dudas (???)

─Oh, bienvenida Ayana, es bueno verte de nuevo por aquí ─Dijo con cierto tono burlón al verla nuevamente.

─C-Cállate… Perdí el control…s-solo eso…  

─Ya dile que solo usaste una ilusión y que en realidad no puedes cambiar de género, babosa.

─¡No reveles mis trucos, Colt! ─Dijo tras cubrirse el rostro.