El combini más peligroso de Tokio (Con Rimuru)

Vaya, vaya... Me alegra volver a visitar Tokio...

El joven Cleansteel sonreía mientras paseaba por las calles de Tokio, tenía una calma algo extraña, pues su aura de cierta manera emanaba muerte y caos, pero esa sonrisa emanaba amabilidad sin comparación ¿Que tan extraño podía ser? Siempre ha destacado su rareza pues es extraño de por si que un asesino estuviera incluso entrando a un combini como una persona normal.

hola, hola~ Quiero esto, esto, esto y una buena cantidad de paletas... ¿Le molesta si le pago con oro?...

El empleado del lugar se sorprendió de una manera muy extrema cuando recibió el dinero en forma de una cantidad de oro que alcanzaba para comprar al menos la mitad de los productos de la tienda, por cortesía le pidió a Crow que se llevara lo que quisiera por la gran cantidad de dinero en oro, con ello el pelinegro solo alzó los hombros con una sonrisa desinteresada y se fue a recorrer el combini con una paleta en la boca, eso hasta que encontró el escaparate de mangas y novelas ligeras, entonces se puso a leer.

Demonios, que bien empieza el capítulo... ¿Eh?...

Miró hacia un lado notando una presencia casi igual a la suya, esa presencia de bestia asesina pero inofensiva a la vez.

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– Veamos... Dónde está...

En el interior de aquella tienda de autoservicio, justo en la sección de novelas ligeras, una figura femenina buscaba entre los tomos de manga con suma tranquilidad. Sus pequeños y delicados dedos de infante se iban abriendo paso a través de los ejemplares semanales, los cuales iban organizados por género y orden alfabético. Sus ojos de intenso ámbar recorrían y descartaban inmediatamente cada título que hallaban en la búsqueda del deseado, y sus tiernos y delgados labios gesticulaban un pequeño puchero conforme su búsqueda comenzaba a parecer menos esperanzadora.

– ¡Te tengo!

Los ojos de la pequeña criatura brillaron al visualizar la portada del tomo 42 del manga de "Phantom Thief Magical Karin", la cual era nada más y nada menos que su serie favorita. Sus largos cabellos de color de cielo se sacudieron suavemente al momento en que la figura dió un salto de emoción y proclamó en voz alta su victoria personal. Aquella voz tan suave y tan tierna que podría provenir solamente de un ángel era en realidad la voz del mismísimo rey demonio, Rimuru Tempest, quien se hallaba de compras para sacar la tensión tras una ardua misión en Asgard.

Su labor había consistido en robar algunos libros de hechicería de la casa de algún poderoso mago mientras este no estaba en casa. Sin embargo, el perímetro había sido tan extraordinariamente bien asegurado que entrar y salir sin ser detectado había sido prácticamente un infierno. Sin embargo, pudo salir del sitio sin un rasguño y ahora no quedaba más que relajarse... O esos fueron sus pensamientos, hasta el momento en que escuchó sonar la campana de la entrada.

Un aura de energía enfermizamente alta entró en la tienda y empezó a comprar dulces a diestra y siniestra. Su aspecto era gentil, pero su energía era la de un monstruo. Esa pinta de amabilidad plantada sobre aquel rostro que parecía haber visto la muerte... Era un mago, eso era obvio. Y uno de alto nivel. Trató de no mirarle y quedarse en el puesto de mangas hasta que el tipo se fuera, pero cuán curioso es el destino que envió al tipo a revisar la misma maldita sección en la que el slime se encontraba.

« Okay, tienes que calmarte. Tranquilo, Rimuru. ¿Cuáles son las posibilidades de que este hombre sea el mismo al cual le has robado? Y aún si así fuera, no hay forma de que sepa que el ladrón eres tú. Todo está bien, todo está bien. Mantén la calma y todo estará bien »

Los segundos pasaban y el sujeto no se largaba. ¡El maldito se puso a hojear los mangas ahí mismo! Pero eso no era del todo malo. Mientras el tipo estaba distraído, Rimuru podría alejarse lentamente y desaparecer de la escena. Fue así como, en un arranque de valor, decidió darse la vuelta e irse del sitio. Sin embargo, justo como anticipaba ya, esto llamó la atención del hombre, el cual se volteó hacia el rey demonio. Podía ver su aura demoniaca, lo sentía. Esos ojos del mago habían captado la escencia infernal del limo y él lo sabía. Lo único que pudo hacer el slime entonces fue llevar un dedo a sus labios en gesto de silencio, pagar el manga al dueño de la tienda y salir en silencio, cuidando no desatar un alboroto en el proceso.

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La tensión aumentaba a cada segundo, así era por una simple idea, los dos estaban en el mismo lugar, dos seres peligrosos que intentaban ocultar su verdadera naturaleza o al menos el lado oscuro que cubría sus almas, si es que aquel ser demoníaco pudiera tener alma primero que nada.

(Me esta haciendo una señal de que guarde silencio... Lo más lógico sería no molestarnos, pero... Se llevo la última copia del manga que quería leer... )

Una vez ya comparaba algunos mangas más, más comida y otras cosas como curiosas piezas de maquinarias pequeñas como tuercas e incluso un set de agujas, el pelinegro salió y no pudo evitar seguir de lejos al Slime, entonces solo tuvo que hacerse pasar por una especie de guardaespaldas, así la gente no le tomaría tanta atención..

Espere un momento, señorita

Dijo para detener a su objetivo

Por fin la encuentro, no se escape tanto de mi vista señorita Higashikata.

Fingió ser un guardaespaldas, el aire que emanaba había cambiado, seguramente era parte de sus talentos el poder cambiar de personalidad con facilidad, ahora que estaba cerca dijo en un susurro "No te preocupes, no busco problemas ¿Me puedes prestar el manga?" Luego de eso simplemente tomó distancia y miró a su objetivo con una clara expresión de "No te haré ningún daño".

Si me lo prestas o me dejas leerlo contigo, juro que te invito a comer donde desees ¿Si? Es que te llevaste la última copia.

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El slime comenzó a caminar por la banqueta de forma rápida, intentando esfumarse del sitio cuanto antes con la intención de perder al contrario, quien seguía en la tienda. Si el tipo se quedaba ahí, todo serían paranoias suyas por andar tomando lo que no le pertenece. Si, por el contrario, le seguía, eso significaban problemas. Sin embargo, los temores del demonio se encarnaron al momento de escuchar a sus espaldas la voz del hombre, quien buscaba detenerle. El demonio cesó su andar y adoptó una pose tensa, mientras que desde bajo la falda tomaba un mechero y se preparaba para abrirlo.

Pero aunque el Rey Demonio estaba dispuesto a pelear a muerte en ese mismo momento, el guión supremo tendría otros planes para estos individuos, pues sucedió que el azabache hizo mención del manga que Rimuru llevaba. Este último no estaba seguro si aquello era un engaño para seguirle o si de verdad un viejo podría estar interesado en su adorada idol de ficción. Pero hasta estar seguro tendría que mantener distancia, por lo que simplemente suspiró y volvió a guardar el encendedor bajo su falda roja, sabrá Dios en que sitio exactamente (?)

– Hm. Así que era eso.

El slime llevó nuevamente la mano bajo la falda. Sin embargo, esta ocasión extrajo el propio tomo de manga y una buena cantidad de papel. Pero si esto parecía ya inusual, atentos entonces a lo que sucedería a continuación. Una mesa de cristal, quizá de hielo o diamante, no se podría decir con certeza, se formó frente al peliazul. Una mesa pequeña, redonda y muy simple, pero con un pentagrama dibujado a lo largo de esta. El Rey Demonio puso del lado izquierdo el manga y del lado derecho el papel en blanco. A continuación simplemente tocó el tomo y después repitió la acción con el papel. Apenas su palma tocó el conjunto de páginas en blanco, estas brillaron con un tono azulado antes de transformarse en una réplica exacta del manga que el slime había comprado.

– Aquí tienes, viejo.

Tan pronto como el limo quitó ambos objetos de la mesa, esta se calló al suelo en forma de un charco, dejando en claro que estaba hecha de agua. Entonces entregó la copia al mago que le había seguido de forma tan sospechosa y guardó el libro original de vuelta en su falda de profundidad indefinida.

– No dejaré que le pongas una mano encima a ninguna pieza de mi colección. Sin embargo, creo fielmente que la literatura debería estar al alcance de todos.

Sorpresa tras sorpresa, acción tras acción, todo indicaba que esa mujer era de todo menos una humana ¿Una mesa? Literalmente había sacado una mesa de la nada, como si la hubiera invocado y era peor si lo pensaba demas, pero lo más increíble era tener una técnica de magia tan similar a la de el (Si es que era magia).

(Me tiene algo extrañado la forma en la cual se lo mete todo por debajo de la falda... Es como si fuera un videojuego donde los personajes tienen un inventario gigante y sin lógica se sacan todo del... No sé, ¿Del culo?)

Es un gusto conocer a alguien que pueda hacer algo parecido a lo que hago yo, de todas formas, gracias.

Con una sonrisa agradable tomó la réplica y en solo segundos tenía una réplica exacta de la réplica exacta ¿Era acaso eso un juego? Como si nada estuviera pasando guardó en una de sus bolsas ambos mangas y entonces buscó por uno de los bolsillos interiores de su gabardina. se sintió el como se uso mana nuevamente, un gran lingote de oro puro fue entregado a la joven, quizás tendría que ver como nuevamente se guardaba aquel "item" debajo de la falda, como se había dicho antes, pensar demasiado en ello no haría más que lastimar la mente de alguien que piensa en lo imposible y en lo lógico a la vez, ya tenía que enseñarle a una joven maga el como usar la magia ignorando ciertos aspectos de la ciencia.

Me llamo Crow Cleansteel por cierto, no tenías que tener miedo, soy nuevo en este mundo y realmente casi no sé nada, necesito volver a casa o replantearme una nueva misión... Como sea, nos vemos luego supongo, la oferta de la comida sigue en pie, chica de la falda infinita.

Un apodo largo y tonto, parecía que realmente aquel hombre no era un viejo ni nada, tenía una actitud viril y experimentada pero también divertida y amable como la de un joven en los 20 y siempre.

El rey demonio se quedó mirando con un semblante frío al contrario mientras aquel parloteaba sin cesar y le entregaba aquel lingote de oro, al cual miró con desprecio. ¿Qué demonios era aquello? ¿Y qué hay de esa actitud arrogante y despreocupada? Aún para un mago, aquella actitud era molesta si venía de una raza inferior como la humana. Pero lo que más le molestaba era el injusto intercambio a ojos del demonio. Sí, completamente injusto, es así como lo veía. No pudo, pues, evitar correr hasta donde el otro tipo iba caminando ya y tomarle del brazo con enfado.

– ¡Oe oe!

Aún si el slime emitía una potente aura demoniaca, no se podía ignorar el hecho de que a la vista era solamente una loli haciendo puchero y sujetando suavemente al adulto que rebasaba su altura en gran manera (pues Rimuru mide la prodigiosa altura de 149 centímetros). Tiró, pues, el oro al suelo cuando consiguió la atención del contrario y le puso un gesto de enfado que, a decir verdad, era ciertamente adorable.

– ¡Esto es injusto! ¡Pensaba regalártelo, pero esto es un insulto! ¡Tu estúpido oro hecho con milagros no vale nada en comparación con mi manga creado con un intercambio equivalente!

Cruzó el demonio sus brazos y dirigió su avergonzado rostro en otra dirección. ¡Era un gesto totalmente tsundere! Para completar el cliché solamente faltaba que dijese una frase. Una que no era propia de un rey demonio. Pero definitivamente no lo haría... O sí?

– Baka baka baka, todos los humanos son iguales, creen que el dinero lo es todo en esta vida... Lo justo es que me des algo que te cueste de verdad, algo que no puedas conseguir simplemente usando magia ¡Y comprarme comida con dinero que no te has ganado tampoco cuenta!

Su sorpresa fue grande, todo parecía terminar en un simple encuentro pero la situación cambió a un cliché de tsundere escandalosa, aún más considerando que la chica era una loli técnicamente. Crow guardó un silencio algo perturbante mientras escuchaba atento cada palabra y puchero.

Ya veo, supongo que tuvo que ser un insulto para ti... Lo siento, lo siento~

Era como un padre tratando con una hija caprichosa, de cierta manera siempre el mago tenía esa aura extraña muy paternal a la hora de tratar con personas, incluso si esa persona era un rey demonio o el monstruo más aterrador del universo.

Así que debe ser un intercambio equivalente que represente mi esfuerzo, algo más que mi magia, que debo mostrar más... Ah... Supongo que no hay de otra.

Mencionó emitiendo un pequeño suspiro, la barra de oro comenzó a flotar hasta llegar a las manos de Crow y este en un movimiento rápido la guardó en los bolsillos interiores de su gabardina, nuevamente se sintió el uso de su magia y sacó del bolsillo un nuevo objeto, una simple cuchilla de oro.

Te daré algo de igual valor, lo siento si es algo grotesco lo que estoy por hacer.

Sonrió mientras sus ojos se tiñeron de un intenso rojo y se quitó levemente uno de sus guantes, lo suficiente para que se mostrará su muñeca y parte de su palma, en ese momento solo bastó un ligero movimiento para que realizará un profundo corte en su muñeca, la sangre empezó a salir como una especie de leve cascada mientras se veía como habían ligeros brillos coloridos, después de unos segundos selló con acero el corte y una pequeña estatua de metal de la loli fue entregada a esta última.

Solía usar esto como un método de tortura psicológica, siempre es grotesco y perturbador ver a tu torturador mostrando su capacidad de ser frío y mantener una sonrisa al herirse a si mismo, así, el torturado se da cuenta de que no le temes a lastimarte en extremo lo cual significa que menos miedo le vas a tener a hacerlo gritar a llorar de las peores maneras posibles...

Dicho eso guardó la cuchilla y se ajustó el guante nuevamente.

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– ¿Hm?

De la misma forma que la sorpresa había invadido el rostro del mago al ser víctima del inusual comportamiento del rey demonio, éste último puso el mismo gesto para con el contrario al verlo cortar su propia mano con tal de darle algo significativo. En lo absoluto es lo que el demonio tenía en mente, quien quizá esperaba un sándwich preparado a mano o algo así de simple. Pero no detuvo al contrario en medio de su acto medieval. Más bien, sólo le miraba con sorpresa hasta el momento en que recibió aquella estatuilla, la cual inspeccionó por todos lados con suma curiosidad, mirando cada fino detalle y cada cuidado en la proporción antes de mostrar una sonrisa como la que pondría una colegiala al recibir un regalo de su senpai.

– ¿De verdad usaste el hierro de tu sangre para crear un objeto de hierro sólido? ¡Increíble! ¿Los magos también hacen alquimia? Me encantaría que me enseñases, pero... –Mostró entonces su mano al contrario, mientras hacía que se viese acuosa y de un color azul celeste, muy similar a su cabello– Como podrás ver, no tengo sangre.

Volvió entonces el andrógino su mano a la normalidad, haciendo que esta tomase un color más sólido y humano. No le importaba realmente que las personas se enterasen de que era un slime. A fin y al cabo, disfrutaba serlo. Un cuerpo tan conveniente era digno de presumir, y si no lo mostraba todo el tiempo es porque los limos no pueden usar ropa, y Rimuru Tempest disfruta usando atuendos lindos. Así pues, el peliazul miraba con ilusión al azabache, a la para que un par de preguntas comenzaba a maquinar en su mente y a mencionar con infantil entusiasmo, a la voz de una niña de secundaria.

– Siento tus circuitos, sé que eres un mago pero ¿Y esa aura tan siniestra? ¿Acaso eres un demonio también? Tienes la mirada de alguien que está acostumbrado a la muerte ¿Tienes familia? ¿Siguen vivos? ¿Fueron asesinados? ¿Cierras los ojos cuando matas a alguien?

Parecía que el slime preguntaba inmediatamente lo primero que se le pasaba por la cabeza. Era sobre todo su extraña emoción y la forma pícara en la que se expresaba al hacer preguntas tan oscuras. ¿Sería acaso que quería tomarle el pelo al contrario? ¿O es que realmente su personalidad era así de siniestra? Aquella no dió explicación alguna durante su sesión de preguntas únicamente continuó con la misma naturalidad de hace unos segundos y, en esta ocasión, arrojó una pregunta con más detenimiento que el resto, como indicando que esa era la única pregunta que realmente le importaba que fuese respondida, mientras se acercaba más y más al mago, al punto de invadir por completo su espacio personal.

– Se nota que tienes un excelente manejo del metal ¿Estás interesado en dar clases? No tengo nada qué ofrecer a un creador de milagros, pero puedes echar un vistazo a mi colección de mangas si aceptas. Además, ¡Tengo dulces!

La escena junto a la reacción de la contraria era como ver a una chica inocente, a una Kouhai, realmente Crow no tenía ninguna experiencia como esa pero imaginaba que era lindo debido a la ternura de las expresiones, eso no dejaba de lado que pudiera reconocer la verdadera naturaleza siniestra que podrían guardar seres como ella.

Hm... Así que eres... ¿Una forma acuosa? ¿Como gelatina?

Preguntaba sin sorprenderse mucho, curiosamente tenía esa expresión amable en todo momento mientras tenía que organizar sus ideas, una tormenta de preguntas y comentarios arrasó con su cabeza al punto que solo pudo quedarse con esa sonrisa agradable pensando por dentro "...¿Que dijo?...". Crow guardó silencio por lo que serían unos 5 segundos poniendo parte de su mano en su barbilla, estaba organizando la manera de responder todo sin que suene incoherente, luego tomó un poco de aire y empezó a hablar mientras hacía varios gestos con las manos en busca de explicar mejor el asunto.

Mi sangre tiene una gran producción de hierro de forma involuntaria además de mi habilidad de réplica y demás capacidades me permiten hacer ese tipo de estatuilla, espero que te haya gustado. Tengo conocimientos alquímicos como mago ya que es una rama de la hechicería, lo llaman taumaturgias a este tipo de cosas como la alquimia o la necromancia.

Al menos ya había respondido a lo primero, todavía le faltaba por responder así que se acomodo un poco la corbata.

Quizás no tengas sangre pero podrías usar la sangre de alguien más para hacer ese tipo de magia, con gusto te enseñaría aunque siempre sería algo difícil dejar de lado la lógica de la magia actual. Tengo un aura siniestra por varias razones, pertenezco a una rama maldita de mi familia así que parte de mis circuitos, sangre, cuerpo, alma y cualquier cosa que pueda formar parte de mi "ser" posee la esencia de un ente que no tenemos muy en claro que es.

Era una conversación oscura la que se libraba y aún así en ese dialogo parecían solo dos amigos hablando alegremente de como fue su día por lo animados y sonrientes que estaban.

Estoy muy acostumbrado a la muerte, acertaste, te daría una estrella pero no las traigo encima ahora mismo. Tengo familia y la quiero mucho, la mayoría están vivos muchas veces gracias a que tengo que matar personas y torturarlas o hacerlas sufrir para poder mantener la seguridad de mi querida familia. Desde que tengo 8 años jamás he cerrado los ojos al matar a alguien o hacerlo sufrir, de hecho, me encanta poder mirarlos en sus últimos alientos, lástima que mi manera de asesinar es silenciosa y normalmente no puedo quedarme a ver.

Tomó un respiro largo para luego escuchar la última pregunta, entonces acarició la cabeza de la demonio sin pensarlo, asintiendo con su cabeza.

Todos merecen aprender magia, señorita... Por ello no me molestaría enseñarte todo lo que quisieras y claro, siempre y cuando esté dentro de mis capacidades porque hago milagros pero desde que aparecí en este mundo no tengo la misma habilidad que antes, sin embargo tengo mis recuerdos, puedo enseñarte el como funciona el magnetismo, la metalurgia, la alquimia, las runas, la tortura, el asesinato sorpresa o sigiloso y como usa tus encantos a tu favor, si hablas de combate, lamento decirte que yo juego muy sucio a la hora de pelear por lo que suelen rechazar que enseñe mis habilidades en combate.

El demonio escuchaba con una traviesa sonrisa las palabras del mago, quien tal parecía no tenía reparos en hablar de temas que para cualquier otra persona serían anormales o, cuanto menos, sumamente personales. Se le veía confiado y alegre, tal como el propio slime, con la diferencia de que este era un tanto más paternal. Sin embargo, Rimuru sabía cuidarse bien las espaldas. Aún escuchando con singular alegría todas las palabras del hombre, tenía en cuenta que todo aquello podría o no ser mentira, y que aún si se dejaba instruir, debería de tener cuidado con las acciones del que probablemente sería su maestro a partir de ese momento.

– Interesante. Un hombre dispuesto a cualquier cosa con tal de proteger a los que ama. Me agradas –Mencionó mientras daba vueltas al rededor del sujeto lentamente, inspeccionando su aspecto como quien mira una estatua o una pintura famosa– Creo que puedo aprender una o dos cosas de ti. No soy de usar trucos sucios en combate, me gusta pisar a mis enemigos como los insectos rastreros que son, con toda mi fuerza y de frente. Sin embargo, una o dos tácticas para sacar ventaja en situaciones adversas no suena como una mala idea~

Para el rey demonio, la estrategia era una parte fundamental del combate. Saber cómo anticipar los movimientos de tu adversario es la clave de la victoria. Al menos es así como este veía las cosas. Sin embargo, siempre ha gustado de demostrar cuán capaz es de demostrar lo que se propone, incluyendo hacer pedazos a quien sea que se oponga en sus planes. Un día sería el amo y señor del universo, esa es la meta que se había marcado y haría cualquier cosa con tal de alcanzarla. Por ello no tendía a perder el tiempo con lo que consideraba juegos de niños, tal como torturar a sus víctimas o algo similar. Pero, si aquella información podía resultarle útil en algún momento, no veía inconveniente en aprender de ello.

– So... ¿Comenzamos ahora mismo? O tal vez prefieras que vayamos a comer primero, ahora sí te acepto esa comida. Una cena romántica y una noche de hotel no suenan mal ¿No crees, darling?~

A estas alturas, el limo ya había quedado frente a frente con el contrario, procediendo a acariciar su pecho lentamente y, a la vez que se apegaba más a él, mirarle con picardía. Sin embargo, pocos segundos pasaron antes de que no pudiera contener más la risa y sonase una fuerte carcajada que se escucharía por toda la calle.

– Gomene, gomene, no pude evitarlo. Es que desde que te vi sentí que tenías rostro de lolicón. Además, te gusta Phantom Thief Magical Karin, ¿no? Seguro a tu edad y con esos gustos has de tener pensamientos impuros recurrentemente jajaja.

Si aquella criatura pudiese soltar lágrimas, seguro que habría llorado de la risa en ese momento. No tenía remedio. Estaba en su demoniaca naturaleza jugar con ese tipo de cosas y burlarse así de sus allegados. Sin embargo, no es que realmente le interesasen los asuntos de índole erótica. Después de todo, era un slime sin género. Incapaz de llevar a cabo el acto sexual para empezar, por lo que aprovechaba su falta de deseo para molestar a otros.

Gabardina, peinado corto, apariencia de profesor y un gusto por llevar paletas o dulces en general para todos lados, suavemente reflexionaba aquello en una confusión cuando sintió tal cercanía con la limo.

Ahora que lo pienso si tengo pinta de lolicón... ¿Crees que ya estén llamando a la policía?

Era ¿Inocente? No parecía muy interesado en tener cualquier tipo de relación amorosa ¿Acaso era un santo? Lastimosamente Crow era de todo menos un hombre puro, casto e inmaculado; Parte del entrenamiento como miembro de la rama maldita de su familia incluía grandes torturas y una combinación con la experiencia del placer, eso llevo a que Crow tuviera relaciones desde bastante joven, incluso obligándolo a cometer violaciones, todo con tal de satisfacer el placer para generar un equilibrio con el dolor. Aún con esos antecedentes el pelinegro nunca había experimentado lo que era estar enamorado.

Pues la verdad el manga me parece tierno, digamos que después de pasar todo un día "limpiando" es mejor tomar un reposo y ver algo lindo para "darle más virtud al alma", pero como te dije, tengo pinta de lolicón o de pervertido... Vamos, vamos~ ¿No quieres una paleta? Te llevaré a mi auto y jugaremos un rato~

Dijo fingiendo ser un violador incluso haciendo una sonrisa bastante macabra acercando una paleta que había sacado de su bolsillo al rostro del Rey demonio.

¡Jajaja! Mejor vamos a comer algo... Oh, espera ¿No eres un Slime o algo así? ¿Comes por necesidad o porque simplemente te gusta el sabor?

La "loli" no pudo evitar soltar una ligera risa ante las palabras del contrario. La verdad es que tenía más humor del que aparentaba, lo cual siempre le parecía agradable en una persona. Por supuesto, a pesar de las connotaciones oscuras que sugería aquel mago, el slime no dudó en arrebatar el caramelo directo de su mano para entonces llevarlo a su boca. Ni siquiera se molestó en retirar la envoltura, pero eso no tendría importancia. El plástico se desintegró apenas tocó la saliva del demonio, mas el caramelo se mantuvo intacto y fue degustado poco a poco.

– Ara ara~ La mirada es aterradora, pero los dulces convencen. Sí tienes bien ensayadas tus mañas –Mencionó junto con una burlona risa, antes de proceder a responder al mago– Pues teóricamente podría comer por necesidad, pero es que la concentración de energía mágica en este mundo es tan alta que no necesito comer para vivir. Aún así, desde que puedo probar sabores me he enamorado de la comida. Al diablo con el sexo; no existe mayor placer en este mundo que una hamburguesa.

Para Rimuru Tempest, la comida era algo simplemente sagrado. No recordaba realmente que alguna vez no hubiera podido comer o beber o sentir el sabor de las cosas. Sin embargo, había en su alma una sensación extraña como de nostalgia que le decía que sus sentidos no siempre habían sido suyos. Que su vista y su oído, su olfato y su gusto, que nada de eso era prescindible. Que eran un regalo de alguien más y que debía valorarlos como a su propia vida. Aún si no sabía quién era esa persona, aún si todo eran sombras borrosas en su memoria que su mente no lograba dislumbrar, el sentimiento siempre estaba presente y no podía ignorarlo.

– Bueno, y a qué estamos esperando? O tal vez prefieras que se haga de día primero para que la policía no te arreste por salir con una niña a mitad de la noche –Dijo con su típico tono pícaro y juguetón, mientras esperaba que el sujeto comenzara a caminar para poder seguirle– Aunque seguro que con lo bien que se te da crear oro podrías tomar mi primera vez enfrente de ellos y se harían de la vista gorda. Es algo que odio de los humanos; son codiciosos, pero se venden por cualquier basura. Son como animales lamiendo las migajas del suelo.

Hmm... ¿El sexo...? ¿O la comida?...

Se quedó pensando mientras ya estaba caminando junto a la ¿Jovencita? Que linda noche como para que pensara que fuera un violador incluso considerando que había dicho eso en voz alta, al menos las calles estaban vacías, los japoneses en general son personas sin una vida nocturna donde podrías verlos deambulando por las calles, los únicos lugares que serían buenos para una comida sería un restaurante bastante especial que atiende 24 horas al día, este restaurante lo conocía por ser un lugar de buena comida y dar una buena oportunidad de emborracharse, y si, Crow era alguien bastante pegado al vicio.

Si, definitivamente la comida, osea... El sexo es delicioso, créeme, pero si tengo enfrente una hamburguesa como la que venden en este lugar al que te llevo prefiero mil veces la hamburguesa, vamos, te encantará.

Sin más después de una espera no desesperante pero lo suficientemente larga como para despertar las ansias de cualquiera, entraron al restaurante nocturno, era un restobar con tematica de videojuegos donde podías ordenar algo de comer o beber que te lo traerían a una mesa donde podrías disfrutar de jugar comodamente.

¿Que te parece? ¿No es genial? Todo en este lugar es comodidad y buena comida, perfecto para una noche romántica~

Bromeaba un poco con aquel Rey demonio, no parecía ni distante, lo trataba como si fuera su amiga de toda la vida.

– ¿En serio te lo has pensado dos veces? Cielos, eres un pervertido sin remedio

Mencionó el Rey Demonio con un tono bromista, riendo suavemente mientras avanzaba al lado del contrario. La verdad es que parecía agradarle la actitud del hombre al cual acompañaba a través de las oscuras y deshabitadas calles del país del sol naciente. Después de todo, no era fácil encontrar con quién hacer bromas de tono oscuro, ya que, al ser su imagen la de una tierna e inocente niña de secundaria, tenía que guardar las apariencias para poder sacarle provecho al asunto. Sin embargo, este tipo no parecía ser de los que se dejan guiar fácilmente por la portada del libro, así que en parte resultaba bastante conveniente.

Por lo demás, realmente no tomó mucho tiempo llegar al lugar elegido por el mago. La fachada retro hizo que el slime levantase una ceja cuando se le invitó a pasar, pero finalmente entró confiando en las afirmaciones del azabache. Y es que cuando un hombre te dice que la comida es mil veces mejor que el sexo, no hay forma de dudar que aquello tiene que estar buenísimo o aquel tiene que estar mintiendo con todas las letras.

Sin embargo, tras cruzar la puerta y ver todas las consolas y la temática "gamer" del sitio, el peliazul no pudo evitar ahora sí gritar con emoción y echar una carrera corta por el sitio para verlo más de cerca. ¿Comida y videojuegos? ¿De verdad existía un sitio que combinase dos de sus grandes amores? Las mesas con decorados, los pósters y los cuadros en las paredes, el irreal mobiliario e incluso el menú lleno de referencias, todo era una locura, como un sueño hecho realidad.

– ¡Oh por Dios, oh por Dios! ¡Viejo, esto es increíble!

Poco le faltaba al demonio para saltar a los brazos del contrario por la emoción, pero bien puedo calmarse a tiempo y contener sus acciones. Ahora sí que parecía nada más que una cría eufórica queriendo jugar. Incluso, aún habiéndose controlado, tomó al azabache por el brazo y le arrastró hasta una de las mesas con tal de hacerle sentarse cuanto antes, para a continuación sentarse frente a él.

– ¡Esto es lo más increíble que he visto en mi vida! ¿Cómo es que no sabía nada de un sitio como este? ¡Cuando domine el mundo, lo primero que haré será poner uno de estos en cada esquina!

Las palabras del slime eran ya más alegres y relajadas. Podría decirse que hasta infantiles. Parece que finalmente había puesto la desconfianza en segundo plano, posiblemente al haber dejado en el pasado el tema del libro. Casi parecía otra persona al estar en un lugar como aquel, luciendo incluso adorable a la hora de que sus pequeñas manos tomasen el menú para acercarlo al rostro de la criatura, la cual lo miraba con detenimiento y consideraba seriamente qué pedir...

– Joo... Todas parecen tan buenas opciones... ¿Qué me recomiendas tú?

En aquellas dos figuras había una buena relación forjándose, el pelinegro dejó que la pequeña invitada se paseara fascinada mientras miraba a parte del equipo de trabajo del local con un claro gesto divertido de "es la primera vez", aunque otros u otras se quedaban pendrados por la hermosa apariencia de la limo.

Bueno, bueno~

Solo dijo aquello para sentarse en un buen lugar y encender la consola, tomo uno de los múltiples controles y sin mostrar rodeos empezó a jugar un juego mientras escuchaba a la indecisa.

No importa la comida... Lo que importa es comer, observe.

Llamó la atención de una de las jóvenes que atendía como camarera, esta con un tono dulce habló, preguntaba por lo que iban a ordenar pero Crow mencionó que quería todo lo que hay en el menú, al instante la camarera se sorprendió pero no dudo en anotar la orden para entonces abrir los ojos como platos, el pelinegro preguntaba a aquella pequeña androgina "¿Que vas a querer tú?" señalando que aquel hombre había ordenado toda esa comida para el solo.