El combini más peligroso de Tokio (Con Rimuru)

La "loli" había quedado, una vez más, sorprendida a causa de las acciones del extravagante azabache al que por azarosos caprichos del destino había terminado por acompañar en aquella "velada romántica" de lo más extraña, pero divertida también. El limo no podía creer que el hombre fuera a comer todo eso. "¡Es una locura! ¡El cuerpo humano no puede consumir una cantidad tan absurda de comida!" serían probablemente las frases que mejor sintetizarían los pensamientos del andrógino de cabellos celestes. Pero, por supuesto, no podía quedarse atrás. Los ojos competitivos del demonio brillaron cuando tomó su decisión, hablando con una emoción relampagueante a la camarera, diciendo:

– ¡De todo lo que él pida, quiero el doble! ¡No va a ganarme este humano!

Como aspirante a Rey Demonio, Rimuru Tempest tenía un serio complejo con el que otros pudieran hacer las cosas mejor que él. Desde cosas tan simples como la comida hasta temas tan pesados como la guerra, el Demon Lord tenía siempre una manía por demostrar que podía hacerlo todo mejor que cualquiera. Nadie podía ser superior al Rey Demonio, ¡Nadie! El soberano de la creación debía ser el más hábil en todas las áreas existentes, y eso es algo con lo que siempre cargaba. Esto se dio a relucir aún más cuando este tomó también un mando de la consola y se metió al juego, con algo de altivez y orgullo en la mirada, pero con una sonrisa radiante de alegría por lo genial que era todo en aquel momento.

– Escucha bien, viejo. ¡Mi nombre es Rimuru Tempest, y esta noche tendrás el inconmensurable honor de ser derrotado por mí como nunca antes alguien lo ha hecho!

La sensación que daba aquella oscura aura suya en contraste con su radiante apariencia y su explosiva personalidad era sin duda alguna un acto entretenido de ver. Pocas personas hay en el mundo que sean tan extravagantes como Rimuru Tempest, y pocas también son las que le han conocido y han vivido para contarlo.

(Competitividad... ¿Será alguien noble? Sea como sea, supongo que puedo seguirle la corriente)

Aquel pelinegro estaba claramente desinteresado, por así decirlo, era competitivo pero solo en algunas áreas, jamás se dejaría llevar por algo tan simple como un videojuego, pero tal como aquel hermano mayor que cumple con los caprichos del menor, Crow sostuvo con fuerza el mando.

Yo, Crow Cleansteel, aceptaré con honor cualquier derrota o prevaleceré sobre mi adversario.

Palabras muy honorables como un simple videojuego pero fue con velocidad el como la emoción de competencia creció en el, conforme pasaban las partidas empataban, o uno perdía y el otro ganaba, tanto era la igualdad que el limo solo tenía un punto a favor en contra de Crow. Pronto llegaría la comida, literalmente fue traída en masa, deliciosas pizzas, bebidas de todos los tipos, hamburguesas caseras de gran calidad, helados, papas fritas, nachos; Tanto comida casera como comida rápida estaba al rededor de los jóvenes.

Estamos apretados en este videojuego, Rimuru, reconozco tu poder.

El tiempo avanzaba sagazmente en tanto que los dos inusuales seres se encontraban en aquella enardeciada batalla por la victoria en un juego de video para niños. Las victorias para el limo fueron realmente pocas, solo equiparables a las del azabache al que acompañaba. Y es que, aún después de tantas partidas, eran pocos los resultados definitivos y demasiados los empates consecutivos. El Rey Demonio estaba sorprendido por la destreza del hombre. "¿Cómo es que un anciano como un este puede ser tan bueno en una actividad creada para la gente joven?" Recuerdo que pensó aquel, en tanto que su asombro no le permitía despegar los ojos de la pantalla, al menos hasta que hubo llegado la comida, claro.

– ¡Sugoi!

Fueron las únicas palabras que pudo exclamar el demonio ante el último comentario de Crow, mientras miraba la comida casera como quien ve a su amada llegar al altar, revestida en blancas prendas y sutilmente cubierta por un fino velo. Era un gesto de lo más infantil, y tanto era así que incluso la camarera no pudo evitar soltar una risa por lo bajo. Pero es que, en la mente del demonio, aquello no era para menos. ¡Era un festín celestial! ¡Un banquete digno de un rey! Estaba realmente feliz, aunque eso no iba a impedir que el rey demonio aprovechara la situación para reírse un poco. Por tanto, con la sonrisa más inocente que pudo, se abrazó al azabache de forma cariñosa, en tanto que exclamó con una voz conmovida:

– ¡Muchas gracias, oji-san! Te prometo que te lo compensaré; esta noche te dejaré tocarme como la última vez aunque me duela mucho, este es el mejor regalo de mi vida...

Incluso frotaba su mejilla suavemente contra el pecho del mago, buscando hacerlo quedar como el peor monstruo posible. Por supuesto, con esa apariencia de niña de primer año de secundaria, no debería resultar demasiado complicado conseguir el resultado deseado. Y claro, aunque en acto mostraba un rostro inocente y afectuoso, en su interior no podía parar de reír con una sonrisa maquiavélica.

(Esta cosa debe ser el diablo en persona)

Pensó mientras la camarera miraba la escena y después de haber reído por lo bajo ahora ya estaba mirando al hombre como un ser despreciable, como si se hubiera encontrado excremento de perro por la calle y hubiera estado por pisarlo, pero antes de poder sacar su celular y llamar a la policía o emitir palabra alguna, los ojos rojos de aquel hombre miraron directamente a los ojos de la mujer, era como si hubieran atravesado su alma, la camarera sentía que la estaban devorando parte por parte, miedo, mucho miedo pasó por su mente, los peores recuerdos de toda su vida volvieron a ella, tanto era el temor que solo volvió a su trabajo reconociendo que avisar a cualquiera o emitir una queja conllevaría a su muerte temprana.

Ay querida~ Al menos si vas a decir todo eso debes cumplirlo~

Crow no tardó en volver a bromear con la ¿Chica? Sea lo que fuera, sentía que era el nacimiento de una amistad, aunque le molestaba y podía meterlo en problemas, no tardó en seguirle el juego.

Supongo que si vas a compensarme bien, te pusiste la ropa de encaje que te dije~

Pareció seguir el juego a la perfección, esa mirada pervertida típica de cualquiera se mostró en el, aunque no lo pareciera, el de cabellos azabache tenía su experiencia en cosas realmente turbias.

– ¿Ho?

El limo levantó una ceja en gesto de sorpresa. Y es que de todas las reacciones que se le vinieron a la mente, no esperaba que aquel le siguiera el juego. Más aún, ¿Qué demonios con la empleada del restaurante? ¡La desgraciada estaba tan paralizada por el terror que no se había atrevido ni a pronunciar ni una mísera palabra! "Típico de los insectos insignificantes" pensó el demonio. "Nunca tienen el valor para demandar la injusticia aunque les pese todo el juicio en la cabeza". Sin embargo, ya había empezado con la broma. Así que si no podía hacer pasar un mal rato a su acompañante, al menos se divertiría atormentando la conciencia de la desdichada camarera. Fue de esa forma que optó por sentarse en las piernas del contrario, quedando su pequeña cabecita recargada en el pecho del hombre. Su rostro era el de un ángel sin lugar a dudas, aunque era más que claro que su corazón albergaba solo maldad.

– ¡No creas que hablo a la ligera! –Dijo de la forma más tierna que pudo, inflando las mejillas como globos– Traigo la lencería negra que tanto te gusta, así que... ¡Por favor no salgas más con las otras niñas!

Jo, si creían que esto no se podía poner peor, estaban sumamente equivocados. ¿Que qué puede ser más horrendo y abominable que violar a una niña? ¡Pues violar a muchas niñas, claro! Y como Rimuru Tempest no es de los que se tientan el corazón a la hora de hablar, comenzó a subir de tono aquel retorcido juego sin reparos. Por supuesto la forma en que se recargaba de lado en el pecho del azabache en lugar de mirarlo de frente al hablar también era obra de sus maquiavélicas intenciones, y era muy simple de entender en realidad. El objetivo era que la infortunada camarera viese el alegre e inocente rostro que el limo aparentaba con el afán de acrecentar la culpa e impotencia que la carcomía. Y de esa manera, solo por ser más cruel, el demonio se inventó una declaración tan infantil y lamentable como se le pudo ocurrir en ese instante.

– S-siempre pasas más tiempo con Kohari-chan y las otras, y te ves más feliz cuando tocas a Carol-chan o a Sinon-chan... Sé que ya he crecido más que las demás, ¡Pero sigo siendo pequeña! Yo... Puedo aprender a satisfacerte más que las otras... Así que... Por favor quédate conmigo... Prometo que no gritaré ni lloraré por más fuerte que me lo hagas ¿Si? I-incluso haré todos los juegos vergonzosos que quieras, así que... Por favor...

Si se preguntan como es que nadie ha intentado salir corriendo del sitio o siquiera han volteado a ver al limo después de todas las cosas horribles que ha dicho, la respuesta es que el Rey Demonio es capaz de elegir quién oye sus palabras y quién no, e incluso a que intensidad. Este es un proceso de su habilidad, Gran Sabio. Un proceso llamado "Sala de Chat", en el cual el usuario puede monitorear los ajustes relacionados a sus palabras. De esta forma, el limo excluyó de la conversación a los demás clientes y personal, y, además de ello, subió el volumen a la camarera para que esta los escuchara como si tuviera un altavoz al lado, con tal de aumentar su paranoia. Sí, el slime podía ser realmente retorcido cuando se lo proponía, y no era algo que le disgustase demostrar.

(Esa mujer no está haciendo nada, solo se aterra más y más... No hace nada ¿De verdad le supera el miedo? ¿No se va a atrever?)

Ah, dulzura... Supongo que podré seguir considerándote, aunque tendremos que subir el nivel mucho más.

Aunque sonreía y le seguía el juego con palabras indirectas, no podía evitar poner un rostro de asco al mirar a la camarera, pronto ese asco se volvió ira, una ira asesina como la de un perro rabioso hambriento que deseaba comerse a la mujer trozo por trozo hasta que su hambre se vea saciada, no podía evitar sentir esa ira, entonces empezó a hablar en susurros para que le escuchara solo su ¿Nueva amiga? ¿Nuevo amigo?

~Algunas veces no puedo evitar despreciar cosas como estás, tiene demasiado miedo de mi, tanto que prefiere seguir tapándose la boca... Pedazo de basura~

Mencionó ofendido, se mordió el labio y de la sangre salió, usó el hierro de esta misma para que una pequeñas figuras de metal del Slime y el hombre estuvieran justo frente a uno de sus ojos, eran tan pequeñas que solo podía verlas la mujer que las tenía enfrente, entonces esas dos figuras mostraron un acto indecente y de lo más pervertido, atormentando a la mujer y haciendo que tuviera que cerrar sus ojos de golpe

~¿Deberíamos detener su trauma?~

Dijo en susurros para su compañero de sexo dudoso.

A diferencia de su compañero el azabache, el limo no sentía ningún tipo de sentimiento negativo hacia la mujer que se empeñaba en torturar. No, la verdad es que Rimuru Tempest no entendía el sentimiento de odio. Jamás le había pasado algo como eso. Para él, todos los seres son inferiores por completo. Y como todos son inferiores, es natural que sean estúpidos y carentes de cualquier tipo de valor, significado o propósito. Por tanto, no esperaba absolutamente nada bueno de ellos. Existían excepciones, claro. Como aquella hechicera de coletas a la cual se había hecho especialmente afín en las últimas semanas. Pero, además de ella y un limitado grupo de seres vivientes, todos los demás le parecían vanos e insignificantes, por lo que no era capaz de odiarlos sino, más bien, sentir una genuina y profunda indiferencia.

Pero era por ello mismo que se divertía en gran manera observando en otros los sentimientos que este no comprendía. El temor y la desesperación de aquella acobardada camarera. El rechazo y repulsión hacia ella por parte de su compañero. La confusión de los clientes al ver a la mujer a punto del colapso sin explicación aparente. Aquello era un banquete de emociones divertidas de admirar y analizar. Pocas veces tenía la oportunidad de causar escenas de este tipo sin que nadie termine muerto, por lo que no quería desaprovecharlo. Sin embargo, las palabras del mago le hicieron volver en sí, pues recordó que había una deliciosa comida esperándoles y sería mejor comer antes de que todo se enfríe. Así que, para dejar bien cerrado su pequeño juego, se acercó al rostro del hombre, pronunciado con un pequeño susurro:

– Solo dame cinco segundos

El demonio se acercó entonces al contrario con intenciones de un beso lento y cariñoso. Sin embargo, los labios de ambos no llegaron a juntarse. Tan solo por un milímetro estuvieron separados, como si una barrera invisible impidiese que se tocasen. Por supuesto, aquella era obra del slime. Una más de sus habilidades, "Prisión Eterna", que le permitía colocar barreras en cualquier sitio con solo pensar en dónde quería que estuvieran y pronunciando a continuación el tiempo de duración de la misma. En este caso, hubo entre ambos durante cinco segundos una barrera invisible apenas del tamaño de la mica de un anteojo, que era más que suficiente para detener los pequeños labios del peliazul mientras este fingía aquel acto de amor frente a la destrozada camarera que posiblemente se suicide después del trabajo.

– Vale, con eso bastará~

Mencionó con bajo tono el limo y, solo entonces, se bajó con toda naturalidad del regazo del hombre, llendo entonces a disfrutar del espectacular festín que les había sido servido esa noche. Es cierto que la boca del demonio era pequeña, pero la velocidad a la que comía era, en resumen, sobrehumana. En un par de segundos terminaba con una hamburguesa, siempre con un gesto de profundo placer. Como había mencionado antes el propio slime, la comida era para él el más grande de todos los placeres era inevitable que se sintiera encantado echando mano de todo lo que podía. Desde las papas y los helados hasta las pizzas y las bebidas. Estaba tan embelesado con todo lo que su paladar degustaba que sería imposible para cualquiera mirar aquel rostro de ángel encantado y decir que era un demonio.

– ¡Cielos, esto es una maravilla!

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...

Lo notaba después de que el "beso" terminó, ese Slime no tenía realmente las emociones humanas típicas, carecía de ellas y de hecho parecía divertirse mucho como si fuera una especie de sádica o sádico, tomando eso en cuenta el mago pensó que ese tipo de actitudes solo pueden ser expresadas por gente enferma o entes cercanos a los dioses, y la peliazul parecía estar "sana".

Hay bastante así que no disfrútalo, creo que es agradable conocer a alguien que coma tanto, la gula es uno de los mejores pecados.

No tardó en ignorar sus pensamientos analíticos para compartir la hipercalorica comida que se estaban sirviendo, boca pequeña pero bocados rápidos, Crow resumiría así la forma en la cual podía comer el ente afeminado, si bien ya no se fijaba en la camarera, estaba muy claro que se había retirado lejos porque no se escuchaban más bajos quejidos de desesperación.

Oye, supongo que tu tienes muchos conocimientos ¿Sabes sobre algún poder de viaje interdimensional exacto? Llegué aquí por accidente, nunca quise hacerlo, he escuchado mucho sobre que en este mundo hay una especie de lucha entre dos bandos... Lo que de verdad quiero saber es si hay una posibilidad de volver a mi mundo, tengo una familia que proteger y me sentiría menos preocupado si supiera que hay una forma de... Ya sabes, verla de nuevo aunque sea momentaneamente.

Preguntaba en un tono tranquilo y amable, realmente no es como si le estuviera exigiendo una respuesta al Slime, estaba preparado para oír las mejores y peores noticias o incluso las que tengan tonos grises.

Poco a poco, la criatura peliazul y su azabache compañía iban barriendo con la enfermiza cantidad de alimentos servidos únicamente para ellos. Por supuesto, el demonio llevaba la delantera. No podía ser de otra forma, pues todo cuanto entraba por la boca de la "loli" se desintegraba apenas llegaba a su garganta, haciendo de esta una aspiradora humana, por decirlo de alguna forma. ¿Había hace dos minutos una pizza ahí? Yo solo veo la caja. ¿Y qué ha sido de los helados se allá? ¡Estaban ahí hace un instante! Cosa grande o pequeña, fría o caliente, no conseguía ralentizar u oponer resistencia a este dúo de glotones, a los cuales alimentar parecía como hechar arena en un saco roto o como añadir un litro de agua al océano.

Sin embargo, el azabache habló. Hizo una pregunta y un comentario, y eso había bastado para hacer que el limo dejase de atiborrarse como si no hubiera mañana. Y es que, por primera vez en mucho tiempo, alguien tocaba un tema serio que era realmente de su interés. Hace ya mucho que el limo lo había olvidado. Alguna vez había sido esa su prioridad, pero la comodidad de su ambiente le había hecho dejarlo de lado. Ahora sus prioridades eran otras, habían cambiado. Convertirse en el Gran Rey Demonio se había vuelto una misión mucho más factible y por eso había decidido perseguir esa ambición, pero hubo un tiempo en que el limo deseaba regresar a su dimensión cuanto antes, y era por eso que las palabras del mago hacían eco en su memoria.

– Es curioso que lo preguntes –el slime tomó entonces una servilleta y limpió su pequeño rostro antes de proceder con su explicación, de forma relajada y con amabilidad– Pues era hasta hace unos meses que yo investigaba lo mismo que tú. Verás, yo también vengo de otro mundo. Por alguna extraña razón, he sido arrastrado aquí y he perdido casi todo el poder que alguna vez poseía. Por más que investigué, no parece haber muchas formas en este mundo que te permita salir de él hacia un destino fijo, y un Santo Grial no lo compras en el mercado por ¥300.

Esto último, el demonio lo dijo con un gesto de fastidio. Era frustrante, realmente frustrante. Para alguien que quiere conseguir la total perfección y el poder absoluto, resulta aberrante admitir que hay algo que no puede conseguir. Rimuru era esa clase de persona. Queriendo destacar en todo y no soportando el fracasar en absolutamente nada. Si había algo que era posible, el demonio tenía que hacerlo y hacerlo mejor que cualquiera. Pero a continuación iría dando las noticias que sí eran buenas, pues no toda la vida era en escala de grises. La perseverancia del Demon Lord lo había llevado a una respuesta certera, por lo cual tenía conocimiento ya de una alternativa que funcionaría de conseguirse y que podía compartir sin problemas ya que no estaba tan interesado en el tema.

– Un viaje entre dimensiones no es imposible para un demonio. Pero restaurar mi Skill requiere de mucha energía mágica. Si pudiera obtener el objeto sagrado que concede cualquier deseo, usaría su poder mágico para restaurar mis habilidades y podría moverme libremente entre mundos como antaño. Usaría ese poder para volverme el gobernante supremo y corregir los errores de esta realidad imperfecta. Claro que no estoy de brazos cruzados. Necesito encontrar fuentes de maná más viables que las vidas humanas, pero de eso me sustento por ahora. He considerado consumir la ciudad entera, pero... La verdad prefiero comer cosas ricas como ahora aunque no me aporten nada en lugar de comer vidas que saben asquerosas... Así que solo cazo lo estrictamente necesario...

El santo grial...

Por un momento se quedó en blanco, la mano del hechicero se posicionó justo en su mentón como si estuviera pensando, se llenó la boca con una hamburguesa a una velocidad enorme y empezó a masticar lentamente mientras se hundía en varias ideas, recordando lo que era un santo grial en su mundo y entendiendo también que al menos por lo que parecía, ese mágico objeto tenía el mismo poder en el mundo actual.

Pues entonces creo que voy a necesitar buscar otras maneras, realmente mi familia nunca se ha visto en la necesidad de un Santo Grial por lo que para mi sigue sonando como algo prescindible... Tendré que hacer unos cuantos robos entonces, no son muy importantes, solo necesito ir a Irlanda, buscar lo que necesito, robar en el museo y luego ir por algunas otras cosas.

Mostraba que su plan era simple, pero realmente no era un plan el cual estaba buscando volver a viajar entre dimensiones, era algo más simple lo que quería hacer, tan simple que incluso podría hacer un ladrón con algo de experiencia mágica.

Voy a crear un minitransportador y un comunicador interdimensional, normalmente tendría que ser difícil pero creo que tengo todo lo necesario aunque no sé si necesite la ayuda de alguien ¿Tienes alguien de otra dimensión con quien quieras comunicarte o enviarle algo pequeño y sin mucho peso energético/mágico?

Preguntó, para luego comer algunas papas fritas, parece que ya no había tensión, para Crow su problema ya tenía solución, o quizás solo lo habría hecho más pequeño.

– ¿Ho?

El limo levantó levemente una ceja mientras escuchaba las conjeturas de su contrario. La verdad es que, aún si era algo natural en los magos y los hechiceros, no esperaba que el azabache fuera tan intelectual. No tenía pinta de serlo, ni en apariencia ni en actitud, por lo cual se sorprendió levemente al escucharlo hablar de esas cosas complicadas que el limo no entendía del todo de forma natural y que por lo general le delegaba a su Habilidad Única: Gran Sabio. La teletransportación no le parecía irracional. De hecho, era ya un objetivo cercano para el Rey Demonio. Pero... ¿Transportar objetos a otra dimensión? Eso sí sonaba como una completa locura. No podía siquiera pensarlo como algo posible sin la ayuda del grial, por lo cual se denotó interesado al instante.

– Sí, hay alguien a quien quiero contactar... Aunque no podría darle nada mío. Todo lo que guardo por más de un día termina inexplicablemente empapado de mi maná. Supongo que tendría que comprar un cuaderno, redactar una nota y enviarla, todo el mismo día... No te molestaría salir de compras conmigo en otra ocasión, o si?

Preguntó al último el slime, dando un sorbo a su malteada y comiendo una que otra rebanada de pizza como si fueran patatas fritas. Cuán curiosa forma tenían ambos de invitar a alguien a salir. Ambos asesinos inmisericordes, ambos juguetones y de alegre personalidad, y con un terriblemente oscuro sentido del humor. De verdad era como si el destino les hubiera reunido, haciéndoles una atenta invitación a formar una extraña y particular amistad. Al menos así lo consideraba el slime, quien veía en el contrario un potencial aliado y buen compañero, de esos que puedes contar con los dedos de tu mano derecha. Quién sabe, a lo mejor y se encontraban con que podrían ayudarse a cumplir sus objetivos mutuamente, solo el tiempo lo diría.

– Por cierto... Ahora que lo pienso... –Mencionó repentinamente la loli, poniendo un dedo en su mejilla– Mencionaste algo sobre robar y esas cosas... ¿Alguien como tú que puede crear dinero de la nada tiene que atracar un lugar como un museo? No juzgo tus métodos ni nada, igual y lo haces por diversión. Solo digo que en este mundo la apariencia lo es todo. Si vas por ahí cometiendo delitos, te vas a echar a Legacy encima. Todos son idiotas por separado, pero en conjunto pueden volverse un estorbo. Tienen héroes del pasado e incluso magos realmente molestos. Si puedo andar a mis anchas por el país se debe a que tengo a Asgard cubriéndome las espaldas, así que yo te recomendaría que si puedes conseguir algo de forma legal lo hagas.

-Al principio, para Crow todo lo de conocer a alguien nuevo con tantas similitudes le parecía sorprendente, no dudo en solo asentir sonriente para luego darle una mordida a una empanada de queso-

Claro que saldría de compras contigo, además... Creo que necesitaré algo de tiempo, sería complicado transportar algo a otra dimensión pero ¿Sabes lo que no es complicado? Transportarlo a NUESTRAS dimensiones ¿A que me refiero? Si encuentro lo que necesito, no serán necesarias coordenadas o algo similar, nosotros pertenecemos a un mundo lejano, nuestra naturaleza viene de ese mundo y por ello, nuestra mera presencia es de cierta manera la coordenada que necesitamos, tomando esto como un hecho "nosotros somos el portal".

-Explicaba con detenimiento, al parecer el mago no era un tonto, de hecho, considerando que un tiempo antes se le había tomado como candidato para ser uno de los maestros en la torre del reloj, Crow está más que capacitado para hacer unos experimentos tan grandes como lo puede ser una transportación entre dimensiones.

Su compañera le había metido una idea mucho más tranquila en la cabeza y lo hizo volver  a la consciencia sobre el lugar en donde estaba-

Ya veo... Bueno, puedo presionar a los del museo con el poder del dinero, es una gran idea... Además, no quiero problemas con un ejército de autodenominados "Héroes".

¿Sabes? Puede ser que realmente no necesite volver, por ello debo comunicarme con mi familia, se supone que ya estoy "libre" de mis obligaciones con la familia y ya la nueva generación puede encargarse de esos temas.