Una situación incómoda [Mirajane]

Ya había pasado tiempo desde la última acción de Gray en Legacy; al regresar, se dio cuenta de que Yuno había sido derrotada, pero ahora había un nuevo enemigo incluso más peligroso.
Él sabía que sus compañeros estaban en problemas, y debía hacer algo para ayudarlos, sin embargo, debía actuar solo... No podía pedirle a los Legacianos que le acompañen, ya que no conoce los planes de Asgard, y si algo llega a salir mal, podría ser letal para sus aliados, por lo que prefería correr el riesgo sólo.
Con ese pensamiento en mente, el peli-negro se dirigió a uno de los territorios de Asgard: El Metropolis de Tokio.

Un lugar amplio el cual era del total dominio de ellos, por lo que todo Legaciano tenía prohibido poner un pie en este lugar; pero Gray estaba allí, debía investigar sus planes para idear alguna forma de detenerlos, de ese modo podría ayudar para que Legacy gane la guerra.
Tenía entendido que actualmente, estaban buscando el nuevo planeta de Asgard, y quizás si encontraba un acceso de información, podría hallar la ubicación; era una apuesta, ya que no estaba totalmente seguro, pero debía intentarlo.

No se estaba ocultando, estaba yendo directamente hacía la boca del lobo; sabía que era imposible entrar mediante el sigilo, Asgard tenía demasiados integrantes, por lo que tendría que hacer lo mejor su gremio Fairy Tail sabe hacer: Crear un alboroto; aunque quizás lo lograría aunque no fuera su intención, ya que era de noche y por ende todo estaba a oscuras, exceptuando algunas partes que eran iluminadas al ser una ciudad.
Pero, si lograba entrar sin necesidad de pelear, sería mejor... Y si tenía mucha suerte, podría llegar a ver un aliado, la verdad es que un poco de ayuda no le vendría mal.

— Bien... Parece que no hay nadie — Murmuró.
Aunque no había buen clima, podían escucharse los estruendos en el cielo y verse aquellas grisáceas nubes tapando la luna, dando advertencia de que se avecinaba una tormenta.
El fuerte viento provocó movimiento en su bata azulada y causó que su cabello negro bailase; no escogió el mejor momento para salir, pero una tormenta no iba a detenerle.

— Si no mal recuerdo, este era el camino... Un poco más y debería llegar a la antigua ubicación de Asgard — Dijo para si mismo.
Mientras tenía el ojo cerrado, avanzaba con un brazo hacía el frente cubriendo su rostro debido a la arena; pero era capaz de ver el camino que debía seguir... si iba derecho, llegaría a su destino, solo debía caminar un poco más, y por lo visto tendría la suerte de que nadie iba a interponerse.

Habían pasado muchas cosas, hace mucho que no ve a ninguno de sus conocidos, tanto los Legacianos como los de Fairy Tail, pero aún así... se sentiría bien si lograba hacer algo por ellos, así que haría esta misión a como de lugar.

Ya tenía un tiempo desde que ingresó a Legacy, seguido del suceso en el que logró infiltrarse en Asgard, como si fuera una estudiante más. Con la ayuda de su fama antes de llegar a Fairy Tail, se le fue más fácil. Con ayuda de fuentes, pudo ocultar todo sobre ella, debía estar segura que ningún tipo de magia afectara su infiltración. Le iba a garantizar la seguridad a sus hermanos pequeños, ellos no debían involucrarse en esa batalla.

Desde que se decidió unirse a Asgard, había adoptado la apariencia y forma de vestir de cuando era niña, llevando siempre ropa negra con toques morados. Por otro lado, sólo podía aparentar una personalidad donde no se vieran sus verdaderos sentimientos, puesto a que nadie debía verla débil, de ningún sentido.

Aquel día, estaba simplemente dibujando algo en su habitación, encerrada. No era la mejor dibujante, pero se esforzaba en mejorar. En ese momento, fue interrumpida por una señal, la cual indicaba que alguien había entrado en territorio de Asgard. Ella inmediatamente salió ofreciendose para irse a encargar de esa persona, sabía que si otro iba, no tendrían piedad con quien sea que haya osado entrar. Y ella, solamente lo noquearia y sacaría de territorio, nada más.

Cuando llegó al lugar, caminó por las calles, y fue sólo cuestión de segundos para que cruzará una esquina, revelandose ante aquella persona. Un nudo en su garganta se formó, e inevitablemente, un pequeño temblor en su brazo derecho. Ahí estaba él, y ojalá no lo hubiera estado. Tragó saliva y miró nerviosa a ambos costados, y retrocedió unos pocos pasos, y nuevamente observó al chico.

- Gray... ¿Qué haces aquí? Debes irte, no puedes estar aquí... -

Suspiró hondo, probablemente podían estar observandola. Claramente la personalidad que estaba mostrando se vio afectada, logró encontrar a un miembro del gremio, y por cosas del destino, había llegado justamente a ella. No podía dejar que todo se le cayera encima.
Rápidamente se puso en posición de defensa, su mirada era determinaba, pero sus cejas fruncidas y sus labios temblorosos decían otra cosa. No quería pelear con uno de sus amigos, y claro, estaba la posibilidad de que él se fuera y evitara pelear con ella, pero sabía lo testarudo que era Gray, y no todo sería tan fácil.

Cerró por un momento sus ojos, soltó un largo suspiro, y cuando abrió de golpe nuevamente sus ojos, su magia había sido activada, dejando visible un pentagrama sobre ella, el cual radeaba una oscura luz. Su cuerpo se iluminó y cuando la luz desapareció, dejó ver la transformación de Mirajane, Satan Soul. Quitando toda debilidad en su expresión.

- Gray... Vete, por favor. -

Decidió irse por el lado facil, no quería hacerle daño a su amigo, quería que él entendiera la situación y dejara el territorio de Asgard lo más pronto posible, y que, aparentara que nada había sucedido. En poco tiempo daría un reporte anónimo a Legacy, y podría disculparse con él.

Ya sentía que se estaba acercando, pero en medio de su avance comenzó a notar una silueta delante de él; aún no podía ver de quien se trataba pero seguramente era alguien de Asgard, por lo que tendría que enfrentarle; con algo de suerte, no se trataría de alguien fuerte.

— Parece que tendré que pele... — Se interrumpió.
Cuando una de las luces apagadas se encendió, logró ver claramente de quien se trataba, una persona que ya conocía y quería, pero a la vez temía: Mirajane.
Expresaba mucho asombro, mantenía los ojos muy abiertos mientras una gota de sudor recorría su mejilla; no podía creerlo… ¿Desde cuándo Mirajane había llegado a Legacy y que hacía en un lugar como este que pertenece a Asgard?

— ¡¿MIRA?! — Exclamó confundido.
Realmente no sabía como reaccionar, pero esto debía ser una buena noticia, si Mirajane estaba aquí entonces podría ayudarle con su objetivo, conocía muy bien a la contraría y sabía lo fuerte que era, pues es de las más poderosas de su gremio, incluso por encima de Gray.
Teniendo en cuenta ello, se le facilitaría bastante las cosas con su ayuda; por lo que cambió aquella expresión de sorpresa por una sonrisa luego de suspirar.

— No sé qué haces aquí pero no sabes cuan feliz estoy de verte… Creí que estabas en Magnolia junto al resto del gremio, es bueno saber que viniste, me vendría muy bien tu ayuda. —
Diría con sinceridad; antes pensaba que era peligroso estar allí él solo, pero con aquella, ahora se sentía seguro, cualquiera lo estaría conociendo el poder que aquella posee.

Iba a dar algunos pasos para acercarse, pero se detuvo cuando escuchó lo que dijo aquella sobre irse; Gray negó con la cabeza, sabía que Mirajane se preocupaba por él pero estaba seguro de que podría manejar esto.
— Estoy aquí para ayudar a detener a Asgard… Debemos encontrar su planeta, Siegrain está causando mucho desastre y a este paso, todos moriremos. Estuve un tiempo aquí, conozco algunas rutas, necesito ir hacía allá para encontrar información; eso me resultó la última vez, quizás funcione de nuevo… No podía arrastrar a nadie conmigo, es peligroso, por eso vine sólo. Pero ahora que estás aquí… ¡Estoy seguro de que lo conseguiremos! — Lo último lo dijo animado.

Habló como si fuera un libro abierto, pues no tenía problema en contarle todo lo que tenía planeado, ya que se trataba de su compañera de gremio, la conocía bien, era alguien de fiar.
Nuevamente emprendería su caminata, pero volvió a detenerse esta vez con una cara de sorpresa… ¿Mirajane había adoptado una posición defensiva?

— ¿Qué… qué sucede, Mira? —
Miró a ambos lados y detrás de él, pero no veía a nadie más, solo estaban ellos dos.
Observaba con confusión, no dejaba de sentir que algo estaba mal… Mirajane estaba actuando raro, y además, apenas se estaba percatando del ropaje que ella estaba usando; normalmente aquella utiliza un vestido, pero en esta ocasión tenía ropa negra la cual le recordaba a cuando era niña, lo extraño es que ella había dejado de usar ese tipo de ropa desde que creció.
No estaba seguro de que tenía en mente su compañera, pero realmente no parecía ella... quizás existía alguna confusión.

— Escucha Mira, no sé qué está ocurriendo pero… —
Antes de continuar, el cuerpo de aquella se iluminó, y de repente ahora estaba adoptando su forma demoniaca: Satán Soul.
Eso hizo que Gray retrocediera un paso, estaba atónito… Sus ojos volvieron a abrirse mucho de la impresión al igual que mantenía la boca semi-abierta.
Varias gotas de sudor comenzaron a recorrer su rostro, y no era por el calor ya que no había; la causa eran los nervios.
¿Era cierto lo que estaba viendo? ¿Sus ojos o mente no lo engañaban? Mira estaba a la defensiva y en su forma demonio frente a él, como si fueran a luchar… La simple idea de pelear contra Mira era aterradora; si tuviera la obligación de hacerlo, lo haría si ella está muy cansada, pero estando en buenas condiciones…

— Mira, ¿qué demonios sucede contigo? ¡Estoy de tu lado! ¡Vine a detener a Asgard! ¡No sé qué te habrán dicho esos idiotas pero te aseguro que todo debe ser falso! Te conozco y sé que nunca estarías a favor de gente así. Ellos están en contra de todo lo que cree Fairy Tail, quieren acabar con nosotros, ¡¿Acaso no lo ves?! ¡¿Te lavaron el cerebro?!— Gritó alterado.

Estaba respirando muy agitado… estaba seguro de que todo era un mal entendido, Mirajane no podía estar de lado de ellos, era imposible… Se repetía eso en su mente una y otra vez.
No quería enfrentarse a ella, era parte de su gremio, y a Gray le dolería golpear a sus amigos; además de eso, la idea de enfrentarse a “Mirajane La Demonio” en todo su esplendor lo atemorizaba; conociendo su poder, sabía que estando de su lado era alguien confiable, pero en contra…
Escuchó lo que repitió sobre que se fuera, pese a la advertencia que ella indirectamente le estaba dando, Gray negó con la cabeza; no podía irse por ningún motivo, tenía que cumplir su misión, y ahora que sabía que Mirajane estaba aquí, menos podría marcharse.

— Sabes que no puedo irme, debo hacer esto, tú lo entenderías mejor que nadie, Mira… Y ahora qué sé que estás aquí, no soy capaz de marcharme y dejarte, tú tampoco deberías estar aquí, no perteneces  a este lugar, debes estar con nosotros… Necesito tu ayuda Mira, no creo poder hacer esto sólo, pero sé que juntos podremos —

Hablaba con tranquilidad y una expresión más seria, pero en el fondo sentía algo de miedo y nervios, además de que su corazón latía más rápido de lo normal.
Sin embargo, se acercaría nuevamente a ella, esta vez se detendría cuando estuviera a una muy corta distancia, la suficiente para extender su brazo hacía ella con la intención de que aquella tomara su mano; en su rostro se dibujó una sonrisa a la par que vociferaba unas sinceras palabras.

— Vamos, vayamos juntos… ¡Detengamos a Asgard, somos Fairy Tail, unidos no hay nada que pueda vencernos! —
Diría dichas palabras; estaba completamente con la guardia baja, ya que una parte de él le decía que Mirajane no le haría daño, tenía fe en ello. Es por eso que estaba esperando que ella tomara su mano para indicarle que todo estaba bien, y que trabajarían juntos para derrotar a Asgard de una vez por todas.

La luna se ocultaba detras de las nubes oscuras, lamentandose por haber sido testigo del momento en el que Mirajane se unió a su mayor enemigo. Las estrellas no brillaban, todo lo que iluminaba el lugar eran luces artificiales. Su corazón latía con fuerza y cada vez más rápido, empezando a que empezara a  transpirar. Cada vez perdía la voz de la razón, repitiéndose a sí misma que ella podría con eso, que nadie iba a detenerla, que podría lograr su objetivo y brindarle paz a sus amigos. Pero... No todo era lo que parecía.

Siempre terminaba con sus "víctimas" de la manera más sencilla posible, dándole un golpe en la nuca y dejando que quedaran inconsistentes, logrando su cometido sin tener que usar todo su poder para lastimar personas. Porque, la magia era para brindar ayuda, no para lastimar a otros. Y aunque su magia no aparente eso, y que llegue a atemorizar a muchos, ella jamás usaría su poder para el mal, siempre se contenía.

Mirajane, reacciona.

Agitó su cabeza de lado a lado, recuperando la razón en sí misma. Volviendo a la realidad, la realidad que había puesto a una de las personas que no quería que vieran, uno de sus compañeros de Fairy Tail, pero sobre todo, su amigo. Le vió crecer junto a ella y otros chicos, pero la cruel realidad los había separado, y la misma los volvió a unir, no en la mejor situación, por desgracia.

Era obvio que su personalidad se veía afectada por el uso de su magia, por su transformación. Sin embargo, se podía observar el miedo que está tenía y expresaba por sus ojos, sí, estaba asustada. Le temia el hecho de tener que pelear con él, con su amigo. No sería fácil y no podría noquearlo tan fácil, no tenía más opción, o todo lo que hizo para ingresar a Asgard habría sido un desperdicio, y pondría en riegos a sus hermanos.

Apretó ambos puños y los mantuvo apuntando al suelo, con la mirada baja, y un quejido saliendo de sus labios. Toda palabra que salía de Gray la lastimaba más, cada palabra era una estocada directa a su corazón, a su deseo, y a lo que creía. Sus ojos se cerraron con fuerza y bajó la guardia, dejando aquella posición defensiva. Estaba consciente de lo que planeaban en Asgard, y como disfrutaban desviarse de su objetivo para hacer sufrir a toda persona que tuviera la desgracia de encontrarse con algún miembro de Asgard, aunque, no podía negar que algunas partes estaban fuera del rango de conocimiento de ella.

- Gray, calla, por favor... Yo- no puedo ayudarte, no está vez, no hoy, no de está manera. -

Hizo ciertas pausas en el transcurso de la oración, dejando ver como su fuerte voz se fue rompiendo cada vez que algo salía de su boca. Y por primera vez desde que bajó la mirada ante Gray, tuvo el valor para levantarla y mirarle directamente a los ojos.

- ¡Créeme que lo sé, sé como son estas personas, lo que quieren y como piensan conseguirlo! Yo sé que ellos están dispuestos a pisotear la vida de otros para conseguir su objetivo... Pero Gray, yo... Yo necesito estar aquí, debo estarlo. ¡Fue lo que decidí para ser de utilidad! No quiero que mis amigos se vean afectados por está guerra, y por eso estoy aquí... -

Poco a poco el volumen de su voz fue bajando, terminando en simples y sencillos susurros. Tenía la esperanza de que él la entendiera y se marchara sin insistir o pedir alguna explicación más específica de la que dió, pero, lastimosamente no fue así, él se quedó y negó nuevamente la advertencia que le daba, al parecer, no pensaba irse sin su objetivo, siempre tan terco... Gracias a ello, pudo esbozar una sonrisa a respuesta de ello, y con nostalgia, tristeza y arrepentimiento, dejó que se acercara a ella...

No fue hasta que las últimas palabras dichas por el chico llegaron a afectarle realmente. Ella amaba su gremio, y se podía ver que lo estaba traicionando, cuando solamente buscaba lo mejor para ellos... No se resistió y dejo que pocas lágrimas salieran de sus ojos y bajarán por sus mejillas, como si de un rocío se tratarán. Observó la mano ofrecida por Gray, y dirigió la suya hacia está. Iba a abandonar todo lo que había logrado hasta ese momento.

¡No! No puedes hacerlo, no puedes abandonarlo todo.

Fue ahí cuando su mano se detuvo antes de tomar la ajena, y devolvió el recorrido de esta, dejando que volviera a su lugar. Dejó salir un largo suspiro, no tenía más opción.

- Lo lamento, Gray. Pero yo no puedo hacerlo...-

Esa vez no dió ninguna advertencia, sino todo lo contrario, fue directamente hacia lo que tenía planeado. Era entendido que su fuerza y velocidad aumentaban en su transformación, así que no le costó mucho realizar aquel movimiento. Levantó y flexionó ligeramente su pierna izquierda, dejando todo su peso en su pierna contrario. Rápidamente su pierna de dirigió a la costilla de Gray, planeando darle aquel golpe en ese punto. Debió irse cuando se lo pidió.

Podía ver como aquella pose defensiva poco a poco se iba desvaneciendo... Él estaba seguro de que Mirajane entendería, podía apostar todo lo que tenía a que su amiga entendería lo que está diciendo y pelearían juntos contra Asgard; no sabía porque o para qué ella estaba aquí, pero de lo que si estaba seguro, es que se irían juntos.
A medida que ella bajaba la guardia, Gray comenzaba a sentirse feliz; Fairy Tail es un lazo muy fuerte que los une, no importa cuanto tiempo hayan estado sin verse, siempre estarán atados al destino, y siempre serán compañeros... Gray nunca los abandonaría, y sabía que ellos no lo harían tampoco.

— Hemos estado mucho tiempo separados, y seguramente has estado sola desde que llegaste, debió ser algo difícil, yo nunca dejé de pensar en ti y los demás, pero... ya no estás sola, Mira. Ya no tienes que cargar con todo esto, pase lo que pase, lo enfrentaremos juntos.
Todo... todo estará bien ahora... — Sinceró.
Esbozaba una sonrisa, mientras que continuaba ofreciendo su mano; aunque Gray fuera un mago de hielo, y Mira estuviera en su modo demonio, estaba esperando poder sentir una gran calidez cuando ella tomase su mano...

A pesar de lo que ella dijo después, no cambió su expresión; sabía que eso no era lo que ella quería, Mirajane no deseaba estar con ellos... sentía que deseaba protegerles, pero quería mostrarle que esa no era la forma; ahora que estaba él aquí, ya nunca volvería a tener que cargar con toda esa responsabilidad...

— Somos amigos, Mira, y los amigos nunca se abandonan.
Estoy aquí, frente a ti. Esto no es lo que quieres realmente, puedo sentirlo... No es necesario que estés aquí para ser de utilidad, sé que quieres protegernos, pero... ¿Crees que yo podría vivir como si nada si algo llegara a sucederte? Te necesitamos, Mira, yo te necesito... No puedo permitir que cargues con esto sola —

Cerró los ojos un momento y luego los abrió; denotaba un poco de tristeza pero a la vez felicidad... ver a Mira luego de tanto tiempo, lo alegraba más de lo que ella pudiera imaginar.
Notando la sonrisa de Mira, sabía que ya todo estaría bien... regresarían juntos y resolverían todo esto.

Sin embargo, el sonido de una gota cayendo al suelo causó un cambio total en su expresión, desapareciendo aquella sonrisa y mostrando preocupación.
— ....¿Mira?.... —
Ella... ella estaba llorando...
No... no soportaba a Mirajane llorar, ¿acaso había dicho algo malo? no sabía la razón, pero sea cual fuera, Gray sintió como si algo se hubiera roto dentro de él.
Verla de ese modo, lo destrozaba; tenía un nudo en la garganta, pero aún así hizo lo posible para hablar y tratar de solucionar las cosas.

— L-lo siento mucho, Mira... N-no era mi intención, por favor no llores.... — Pidió muy apenado tartamudeando.
Gray ahora mismo estaba muy nervioso y triste, odiaba hacer llorar a las mujeres, especialmente a Mira... ella era alguien muy importante para él.
Quería detener las lagrimas, cada gota que caía hacía que le doliera más y más, y se sentía bastante culpable.
Pese a ello, pudo ver como ella acercaba su mano a la de él, a punto de tomarla...

Ella... volvería...
Todo estará bien ahora...
Ya no estás sola...
Siente la calidez...
Y recuerda por qué somos Fairy Tail

Acercaría su mano tratando de sujetarla; un gesto se presentó en su rostro, expresando felicidad, a la par que estaba a punto de reforzar aquel lazo de amistad que tenían.
Pero... la mueca que había adoptado desapareció al ver como Mirajane regresó su mano...

— ¿......? —
Se quedó en silencio y levantó la vista para ver directo a los ojos de Mirajane, lo que vio... le aterró; lo dejó perplejo, y desechó toda esperanza que tenía...

Esos ojos...
Ese gesto...
Esa aura...
Eran las de un demonio...

Ella... ¿Es Mirajane?
....


Gray, manteniendo los ojos muy abiertos, bajaría la mano lentamente... ¿Ella era Mirajane? ¿La misma? En ocasiones la ha visto en su forma demonio, pero esta vez era diferente, esa mirada... era como si ella estuviera viendo a un enemigo.
Su cuerpo temblaba; tener contacto visual con ella, en lugar de agradarle, le estaba aterrando.
Gota tras gota, el sudor caía al suelo... su corazón latía con mucha rapidez, no lograba moverse o reaccionar, solo a decir unas cortas y para él; dolorosas palabras.

— ... ¿En verdad tú eres... Mira? —  
Antes de poder decir siquiera algo más, sus ojos se abrieron como platos al momento en que sintió un fuerte dolor en la costilla; al mismo tiempo, dio un grito ahogado y escupió saliva; no se escuchó nada...
En ese instante, su cuerpo fue disparado hacía su lado izquierdo, rodando varios metros hasta finalmente chocar con una ventana de uno de los negocios cercanos; la misma se rompió y se podría escuchar vidrio tras otros cayendo en pedazos; varios de ellos cayeron encima de él, causándole cortes superficiales.

Gray, se mantuvo en el suelo boca abajo; Mira... ¿lo había atacado?
Aquel golpe, casi le rompía las costillas... sabía que era fuerte pero, ¿tanto? Además, le dio a entender que estaba yendo en serio... de haber sido una persona común y corriente, lo habría matado.

Pasarían segundos sin que él dijera nada, pero luego comenzaría a levantarse, estando cabiz baja con la sombra de su cabello cubriendo sus iris.
Una de las luces comenzó a parpadear, encendiendo y apagándose una y otra vez... él comenzó a caminar mirando hacía abajo, pero acercándose a aquella.
Se detendría a quince metros, aún sin decir ni una palabra.

Sentía mucha tristeza...
¿En verdad esto estaba ocurriendo?
¿No era una pesadilla?
Podía sentir una conexión entre ellos
Débil pero... existente...
Aún así... ya había pasado mucho tiempo
Y tal vez, ella ya no era la Mirajane que alguna vez conoció
Se lamentaba... no haber estado allí para ella...

— Lo lamento... Mira... —Expresó con dolor y tristeza.
Aún si no podía vencer a Mira en batalla... tendría que pelear con ella, y era bastante doloroso saber que tendría que lastimarla, pero tal parecía que no tenía opción.
Se mordió el labio y apretó ambos puños... No dejaba de culparse, si hubiera llegado antes... quizás...
Ahora tendría que hacerse responsable, debe resolver esto...

En verdad lo siento
Ese era su corazón y alma hablando...

Juntó ambas manos, manteniendolas juntas mientras extendía los brazos; pese al fuerte dolor en sus costillas y la sangre de las cortadas recorriendo su cuerpo, podía y DEBÍA luchar...
Entonces, con el dolor de su alma, pronunció aquellas palabras que darían comienzo a su ataque contra su querida EX-COMPAÑERA

— Ice Make: Impact —
Fue cuando entonces, una especie de martillo de hielo de gran tamaño y peso, se crearía encima de aquella, y el mismo caería con fuerza hacía abajo, tratando de aplastarla.
Iría con todo, sabía que no podía matar a Mirajane con eso, es más, dudaba mucho que tuviese oportunidad alguna de ganarle, pero tristemente.... tendría que atacar como si su vida dependiera de ello, porque...

No había diferencia, estaba enfrentando a alguien de Asgard