Infiltración — Priv. Lacus

Había escuchado el rumor que uno de sus más cercanos amigos se había infiltrado a Asgard. No se lo pudo tomar tan 'tranquilamente', cuando simplemente la persona que se había metido, era Mirajane... Aunque Jellal muchas veces le decía que,'Erza, estará bien', estaba tratando simplemente convencer a la pelirroja que no hiciera algo estúpido, algo tonto, que pudiera poner en riesgo la vida de ella, o incluso más angustiante la vida de Mirajane. Erza siempre se había caracterizado por el hecho que era muy sobreprotectora con todos de su alrededor, Lucy, Juvia, Natsu, Gray... Cada persona, era sumamente importante para la pelirroja.

— ¡Mirajane te protegeré con mi vida! — La Titania, aunque con un mucho sigilo y dificultad había entrado a las paredes de Asgard, aunque no sabía muy bien a lo que se enfrentaba, pues Jellal no era de tocar este tipo de temas con ella, aunque la pelirroja trataba de sacarle  ciertos temas, cierta información de lo que sucedía con Legacy y su 'enemigo', pero aun así Jellal buscaba que Erza estuviera protegida, como todos los demás de Legacy. — ¿Dónde estará? — La pelirroja se escabullía por esos amplios jardines después de haber pasado 'La vigilancia' que tenían a los limites y entradas de tan grandes perímetros. Todo parecía tranquilo, una noche bastante serena, lo único que le quedaba era proseguir, ya había llegado muy lejos sin la ayuda de alguien, en este caso de Jellal; cual es la persona más cercana y con mayor confianza, pero aun así no se le brindo tanta información de qué tipo de personas estaban aquí o con quiénes se iba a encontrar detrás de esos imponentes muros.

Antes que una sigilosa lluvia empezara a caer, acompañada de una fría noche. Sentía una mala espina, algo no le daba cierta buena vibra. La lluvia, una fuerte tormenta comenzó a caer, y con ello Erza entró a una de las ventanas que estuviera lejos de esa enorme entrada de Asgard; al punto que era una de las ventanas de un largo pasillo. Cuando entró teniendo cuidado de hacer el menor ruido; las puertas que estaban en ese largo corredor estaban totalmente cerrados, no obstante la pelirroja no se podía dar el lujo de andar abriendo las puertas como si nada. Erza comenzó a caminar por ese pasillo, suavemente abriendo las puertas, algunas tenían alumnos adentro, como si nada, pero antes que estos voltearan a ver por si algo sucedía, ella cerraba la puerta y continuaba con esa búsqueda. — Debería subir al segundo piso — Con la los hombros en alto, y con los sentidos tan agudos; ya que no se podría dar el lujo de bajar guardia, fue lo más rápido hacia el segundo piso, encontrándose con amplias salas.

La noche era silenciosa en el internado. Todos los miembros estaban tranquilamente atentos a sus respectivas ocupaciones entre las paredes del enorme edificio. Afuera el clima cargado de nubes y truenos amenazaba llover a cualquier instante, y nadie más que los guardianes de las puertas se encontraban en los externos.

El vampiro estaba ocupado con ciertos deberes en su computador personal, dentro de un recinto exclusivo situado en el cuarto piso, cuando una ventana automáticamente se abrió en la pantalla de su monitor


En seguida, imágenes de una cámara de seguridad escondida mostraban la grabación de la pelirroja desplazándose rápidamente por el jardín hasta llegar a la mencionada abertura y entrar al edificio.
Asgard tenía un amplo sistema de seguridad contra invasiones y amenazas aéreas o subterráneas. Las alarmas más sofisticadas se situaba más próximas o dentro de la arquitectura y servían cuando el invasor lograba pasar por la seguridad externa sin ser notado.

El vampiro normalmente ordenaría que los soldados de seguridad del internado se encargaran de buscarla y echarla y seguiría su trabajo tranquilamente, pero el color rojo vivo de los cabellos de la bella invasora le llamaban lo suficiente la atención como para no querer verla de cerca y divertirse un poco. Posiblemente debía ser legaciana.

—Jajaja, cada vez más astutos esos humanos, pero no dejan de ser una gracia. ~

Suspendió el computador y se puso de pie, caminando hacia la puerta de la sala donde estaba y en seguida dirigiéndose hacia las escaleras más cercanas, comenzando a bajar.

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—¿Buscas algo?

Preguntó al encontrarla justo donde le había delatado su sentido, tan naturalmente como si fueran viejos conocidos, posando apoyado en una de las paredes a las que Erza daba la espalda y no lo notaría llegar.

De brazos cruzados esperaba su reacción.

''¿Buscas algo?''  Esas simples palabras pusieron a la defensiva a Erza; que rápidamente se dio la vuelta, de manera tan certera, para observar que alguien ya le estaba viendo de pies a cabeza. ¿Ya se había dado cuenta de su existencia de antes? Esto es bastante ridículo, ¿Acaso tienen la mejor vigilancia? Erza había puesto esa posición de estar en defensa; sus brazos alzados a punto de estar en contacto en cualquier milésima de segundo, como sus pies con leve separaciones. — No, no ando buscando nada en específico. — Decía Erza para incorporar su cuerpo. Total sería una errónea idea si empezaban una pelea o algo incluso más peor; pues podría llegar este rumor hasta Jellal y los demás de Legacy sin problemas.

— ... — La pelirroja no podría decir que venía en busca de Mirajane, si es que aún seguía dentro de estos enormes perímetros de  Asgard; alguna excusa; aunque no sea de esto... Con tal de proteger a Mirajane. — Sólo vine por alguien, creo... Que me dijeron que estudiaba aquí, pero aparentemente no lo he visto — Decía Erza moviendo suavemente esas manos conforme hablaba; como si quisiera restarle importancia al motivo del porqué ella había decidido venir personalmente a la boca del lobo. — Pero creo que no está en esta habitación en esta habitación el chico que vine a buscar —

Erza sólo comenzó a dar suaves pasos hacia atrás; sería peligroso seguir en esto, al menos cuando no ha conseguido lo que quiere; y terminar una batalla; esto sería desagradable, no? Sus pasos fueron firmes, no le tenía que dar la espalda a ese enemigo; no obstante cuando ya supo que estaba por el otro lado de esa amplia sala, ya apunto de abrir la otra puerta. — Fue un gusto verlo en este lugar; creo que ambos deberíamos regresar en lo que estábamos, no? Así que si ve a un chico que se llama Kai, le avisa que in vine a verlo, pero aparentemente no lo encontré. — ''Clack'' se escuchó como la perilla de la puerta fue abierta.

Los ojos castaños de aquella mujer pelirroja que posiblemente era una invasora, y no una simple visitante, por fin lo encontraron cuando ella recibiera sus visiblemente inesperadas palabras. La forma como se volteó indicaba que su objetivo no era ser encontrada por cualquiera, pero estaba disimulando. Eso tornaba todo más interesante.
Siquiera se imaginaba lo que habría de estarse reprendiendo internamente, pero su sonrisa mostraba alguna satisfacción en verla, satisfacción nada bien intencionada.

Comenzó a caminar a pasos lentos hacia ella sin nada decir tan pronto Erza deshiciera la posición defensiva y afirmara haber venido en busca de alguien; un chico, en específico. Sin embargo, los pasos levemente sonoros del inmortal se detuvieron cuando iba por el centro del enorme salón vacío. Lo que detuvo al vampiro fue oírla revelar que buscaba a Kai Keller, uno de sus conocidos.

—...

Él conocía a Kai, y sabía muy bien lo que ese híbrido albino haría con Erza si de verdad la hubiera ''invitado'' a encontrarlo. Mismo sin recordar del todo sus palabras, había guardado lo principal.

''¿En serio ya lo está haciendo? Alguien incluso más sádico que yo, diría hasta que esa infeliz tenía suerte en no haberlo encontrado, aunque temo que su suerte ya acabó...''

Se jubilaba con sus adentros, viéndola en su lento y frustrado plan de darle la espalda e irse sin más.

—La salida no es por ahí.

Alertó, retomando su caminar.

—¿Por qué la prisa, cariño? Ven, siéntate. Kai me avisó que vendrías y solicitó que te recibiera e hiciera compañía mientras él no llega.

Autorizó, nuevamente con aura de simpatía;  indicando con la mano un enorme sillón que había contra la pared había tan lejos de aquella puerta. Obviamente era mentira, aunque no del todo, puesto a que Kai y Lacus tenían una alianza y en partes el vampiro estaba convicto que Kai de verdad ya le habría mandado esa humana como muestra de su veracidad.

—De cualquier forma, ya no podrás escapar de aquí.

Sentenció en seguida, un tanto amenazante, usando de su autoridad que Erza solo podría irse bajo su permiso. Al final, aquel lugar era suyo, aunque la superioridad de los vampiros ante humanos los deleita con ser autoritarios en cualquier lugar.

Pero ahora mismo, cualquier intento de escape de la pelirroja sería impedido por él. Si la humana se salvaría o no, dependería de su sangre.

Erza debía ser honesta y esto no estaba saliendo nada como lo había planeado, tampoco podía decir que andaba en busca de Mirajane, sería sabotear o hacer que de seguro sea atrapada por este bastardo o alguno peor. Las palabras de él claramente demostraba que no iba dejar ir a la pelirroja con esta tonta excusa. La Escarlata debía ser bien cuidadosa con el hecho de qué tipo de palabras debería de decir, en este momento podría meter la pata tan profundo y meter en problemas en Legacy. — ¿Ah no? Creo que simplemente me equivoqué de puerta entonces, regresare por donde vine  y listo. — Sus palabras eran cortantes, concisas y simples, no quería darle rodeos a algo que ya no está teniendo ni una pizca de sentido.

— No gracias, usted... — No sabe su nombre así que hizo una corta pausa con respecto a él. — No quiero desperdiciar el tiempo que tiene, aparte que necesito regresarme en el caso de no haber encontrado a Kai. — Decía Erza para sólo ser segura en esas palabras, para sólo comenzar a caminar con dirección a donde estaba la otra puerta. Los únicos pasos que se escuchaban era los pasos de esas zuelas de la pelirroja contra ese suelo, resonando  contra esa amplia habitación.

Sus pasos siguieron sin voltear a ver hacia atrás, ese maldito que vino arruinar este tipo de plan seguro no lo iba a dejar de una manera bastante factible, pero antes que este se acerque o intente algo contra ella, tendría la obligación de defenderse. No sería la primera vez que se encuentra en este tipo de aprietos. — Gracias por la invitación a tomar asiento, pero podría regresar otro día quizá podría ser té con pastel de fresas, sería delicioso de hecho. — Ni en aprietos olvida ese amor por los postres que involucren fresas en ellos.