El misterio de Demian

Era una noche misteriosa, una tenue neblina arropaba mis pies mientras que una brisa fría me hacía despertar del trance del que me encontraba, me encontraba en una roca lacerada por batallas anteriores, de esta un bosque espeso me dificultaba observar más allá de los primeros arboles quienes parecieran bailar al paso de una sonata macabra, la luna llena al despejarse poco a poco permitiéndome ver mucho mejor mi al rededor.

Como demonios llegue a este sitio... Estaba dormido, todo parecía un sueño... De... Mian... ¿Quién eres y porque solo recuerdo ese nombre...?

Estando desconcertado veía por todos lados, no entendía que pasaba, al estar más tranquilo comencé a caminar pero al poco tiempo una voz aguda resonó en mi cabeza, haciendo que pierda el equilibrio y me desespere !!AUXILIO, NO TE VAYAS... SÁLVAME...!!

Ante aquella voz un desespero recubrió mi cuerpo, haciendo que se me erizara la piel y por instinto agarre mi revolver para estar alerta a lo que pudiera llegar a pasar. D-Demian... ¿Eres tu...? ¿Quién eres...? ¿Dónde estás...? Comenzaría a correr buscando a la persona que necesitaba de mi ayuda, sentía una presencia maligna muy fuerte en una dirección, me dirigía al lugar cuando otra voz muy grave resonó en mi mente nuevamente Te acercas a mi amo y... Te matare... Tal presencia se hacía cada vez más fuerte y cada rincón de mi cuerpo de pedía huir pero mucho más delante estaba alguien clamando ayuda... No le abandonare...

➪Lexuz

•Aquel joven vampiro se encontraba explorando una de las islas cercanas a la isla Rokkenjima, si bien amaba las aventuras y los nuevos lugares, ese simplemente había sido un pretexto para poder apartarse un poco de la academia y el castillo, no le molestaba en absoluto la presencia de otras personas pero había momentos específicos en los que quería estar solo con el simple propósito de relajarse, bueno, ese era uno de esos momentos

Cualquiera se preguntaría qué rayos estaría haciendo alguien “relajándose” a tal hora de la noche y en un bosque aparentemente aterrador, y ese cualquiera tendría razón en cuestionarlo, pero también era cierto que el joven albino no era alguien con una mentalidad común, ademas era un vampiro ¿Cómo no habría de disfrutar la noche?

Daba pasos lentos con las manos dentro de sus bolsillos y una casi imperceptible sonrisa en sus labios, pero esa tranquilidad que sentía desapareció en un instante…

Frunció un poco el ceño y sus ojos rojos comenzaron a brillar, esto era señal de que estaba alerta; sintió como un escalofrío recorrió su espalda y un fuerte viento chocó contra el

¿De donde venía eso? Una aura maligna se había apoderado de aquel lugar y por más que miraba a su alrededor no lograba ver nada, solamente los árboles mecerse al compás de el viento el cual soplaba con fuerza

Asta ese momento se dio cuenta de él grave error que había cometido al no llevar una arma para defenderse, quizá sus poderes serían suficientes, quizás no, incluso aún había la posibilidad de que todo lo que estaba sucediendo simplemente fuera producto de su imaginación, de todas esas opciones la que más anhelaba que fuese correcta era la última•

En una noche gélida, a mediados del azotador invierno de una época cuyo año exacto resulta irrelevante mencionar, el atronador ruido de las ramas secas atravesó violentamente el silencio, que antes solo había sido ocupado por los gemidos de algunos animales y el canto de los búhos en una noche inusual.




Pequeñas pisadas sobre hojas secas y ramas crujientes al ser pisadas dejaba rastro apenas visible por la luz de la luna, la lúgubre noche irrumpida en la tranquilidad del lugar, dibujando una pequeña silueta femenina que, por la hora de la noche, era imposible de identificar; y aunque hubiese sido posible igualmente nadie le habría prestado atención menos en lugar como ese. Pasó tan desapercibida como aquellas filtraciones que permitían que el viento se llevara cualquier ruido y descendiera, formado visibilidad en el polvoriento camino abandonado.


La misteriosa individua llevaba puesto un albornoz que le abrigaba hasta los tobillos y una capucha que le cubría lo suficiente como para no dejar ninguno de sus rasgos faciales a la vista; aunque hubiera alguien más aquel solitario lugar creía nadie la reconocería y que menos fijara su atención en ella. Se adentró en lo más profundo del aquel lugar cuyo nombre era La Roca De Los Suicidios,  aun paso tranquilo sin embargo su postura era completamente recta, como si estuviese alerta pero al mismo tiempo no desease estarlo, dejando tras de sí huellas empolvadas sobre el largo camino.


¿Pero qué hacía en aquel lugar y sola?


En el transcurso del camino ‘’imagino’’ que había alguien más rondado el sitio cuya presencia era descocida, un ruido sordo resonó en sus oídos se escuchó más delante de donde se encontraba parada observando en una dirección contraria, no dudó entonces antes continuar su camino, elevándolo un poco la capucha que cubría casi todo su rostro hasta la altura de sus labios. Aspiró el fuerte olor sobre el aire extraño acompañada de una neblina, cerrando los ojos y percibiendo claramente que algo andaba mal.



Entre tanto silencio se mantuvo alerta volviendo a escuchar las pisadas de alguien estar en peligro, rápidamente se apresuró a llegar donde provenía aquel sonido, con cada palabra que escuchaba de las voces graves más nerviosa se ponía, era capaz de sentir como cada vello de su cuerpo se erizaba conforme ella más se exaltaba y se acercaba, sin apenas percatarse de ello, se detuvo secamente visualizado la figura de un hombre alto que apuntaba con su arma.


-T-tranquilo no soy el enemigo, baja esa arma-

Me encontraba en un barco de regreso a la Academia junto a unos pescadores, pues llevaba tiempo alejado y venía siendo tiempo de volver y ser puntual con mis responsabilidades. Disfrutando de bebidas y el paisaje se lograba a ver a la distancia una isla, similar a una que he oído en rumores, ¿"Isla... Rocaencima", "Isla... Rojoclima"? poco importaba si era o no, solo quería pasar de largo. Súbitamente miles de nubes empezaron a oscurecerse y a posarse por encima de mi volviendo el claro día a uno oscuro, como si se tornase de noche en un pestañeo, y las olas agresivamente golpeaban mi barco, como si estando poseídas intentasen tumbarme y ahogarme en lo profundo del mar, por si fuese poco varias rocas puntiagudas salían de la nada con el tambaleo de las aguas. Tomé mis cosas rápidamente y me coloqué el abrigo para luego sujetarme a cualquier baranda con la cual pueda soportar el balanceo y la fuerza con la que era empujado.

-- ¡Genial!... ¿Ahora qué? Un poder maligno me intenta arruinar las vacaciones, que original. -- dije al aire sarcásticamente.

El capitán del barco y los pescadores tomaban posiciones para resguardarse y sobrevivir de cualquier forma, pero sin darnos cuenta el barco fue lanzado en dirección a varias rocas puntiagudas, por lo que deteniendo el tiempo usando "Quicksilver" arrancaría la radio junto a unas baterías y tomaría en mis brazos los dos pescadores que nos acompañaban y al capitán para saltar por encima de las rocas hasta la orilla. Ya a salvos el tiempo reanuda su curso. El barco se destroza como papel por el choque contra las rocas, pero fuera de nuestro alcance.

-- Bueno, aquí tienen una radio y algo para que funcione, quédense aquí, estos arboles parecen ser de frutas, así que tienen para alimentarse, yo investigaré la isla para encontrar ayuda, no me esperen. -- dije antes de marcharme de la playa.

Adentrándome en el bosque notaba presencias oscuras en todos lados, y tal vez una amenaza la cual deba enfrentarme o cosas por el estilo.

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La chica demonio de los Cabellos Negros con naranja se encontraba Caminando como de costumbre en aquel lugar

Sus pasos eran lentos ya que quería explorar hasta el más Retórico Rincón de aquel sitio que le parecía sumamente extraño pero intrigante, era normal que cuando salía se ponía alerta de todo lo que pasaba al rededor

Llegó un punto dónde no Sabía dónde más ir, Así que dió media vuelta dispuesta a irse a casa sin embargo algo Hizo que sintiera escalofríos, No era cualquier cosa di no que era un aura Maligna

Era algo extraño sin embargo Tenía que mirar que era lo que estaba pasando después de todo la Curiosidad mato al gato

— Bien Aquí vamos...

Si bien no estaba del todo segura era su deber, se dió media vuelta dispuesta a investigar

Aquel lugar era Cada vez más Intrigante

Del frió penetrante y desconsuelo del sentimiento impotente del momento una mirada aun mas helada que del bosque era bandera en mi, mirada inexpresiva y seria, molesto por el dolor de cabeza que tenia y este escalofrió que provocaba hizo que sin pensarlo empuñara mi arma a lo primero que percibí en movimiento, una figura femenina que desconocía totalmente, alzando la voz y apuntándole directamente a la cabeza comencé a temblar un poco.

Quien eres, tu, tu sabes que hago aquí, ¿cierto? D-déjame ver tu rostro... No creo ser el único que no escucho ese ser pedir que me alejara, ¿t-tu le escuchaste también?

Llevaba un albornoz que y capucha que no me dejaba poder ver su rostro, pero era todo una casualidad muy conveniente, al escucharla fui lentamente bajando mi arma pero no del todo, lo suficiente que estaría dispuesto a escuchar, apuntándole a su pierna izquierda, tomando una postura mas firme sin dejar de apuntarle, al ser mas alto que ella pude verme mas amenazante, no entendía ni si quiera donde estaba.

No bajare mi arma así de fácil, quien eres chica del albornoz, déjame ver tu rostro, ¿sabes que hago aquí? ¿Donde me encuentro?

No sentí ningún sentimiento hostil por parte de ella, pero lo que si percibí es algo enorme acechando desde lo lejos, observando cada uno de nuestros movimientos y podía sentir como alguien mas se acercaba desde lo lejos, unos mas lentos que otros, esto se tornaba algo interesante a la par que de incomodo, pero no iba a dejar a aquella persona sola.

Al observar de momentos a los lados, busco en uno de mis bolsillos mis lentes amarillo que me permitían tener una visión mas clara y no permitían ver directamente mis ojos.

➪Lexuz

•Normalmente aquel vampiro era difícil de perturbar, siempre estaba tranquilo y muy rara vez sentía miedo  y/o nervios, pero en ese momento aquel aura de obscuridad lo hacía sentirse inquieto

Hasta ese momento se dió cuenta de que los poderes sobrenaturales de un vampiro de su nivel no serían suficientes ni en un mínimo para vencer a aquel ser que lo acechaba

Lo analizó un poco y solo había dos posibilidades, seguir su camino y escapar de allí o seguir su camino y encontrarse con lo que sea que lo tenia tan intranquilo y tener que enfrentarlo, de las cuales la segunda era más probable de que sucediera

Al saber que lo más probable era tener que enfrentarse a aquella aura maligna decidió estar mas tranquilo, era más fácil no preocuparse y aceptar su destino ¿Cierto? Bueno, en realidad era una forma extraña de pensar pero al menos para él tenía bastante sentido

Sin más que pensar, comenzó a caminar con un paso tranquilo, pero a pesar de eso estaba alerta de cualquier cosa que escuchara o mirara a su alrededor, a pesar de que tomó la decisión de no preocuparse por lo que llegará a suceder, era imposible estar tranquilo en un momento como ese, y más tomando en cuenta de que se sentía acechado por algo, sentía como si en cualquier momento sería atacado

Pasaron varios minutos y el joven albino seguía caminando, pero en un momento se detuvo de forma repentina ¿Acaso estaba escuchando voces? Imposible, era muy poco probable que alguien estuviera allí, pero el sonido era muy claro, por lo que decidió inspeccionar

Camino lentamente a el lugar de donde provenía el sonido, estaba oculto detrás de un gran árbol, ademas la obscuridad de el lugar ya era suficiente para ocultarlo, después miró un poco a su alrededor y logro encontrar con su vista a los dueños de aquellas voces, era un chico y una chica a los cuales no reconocía, en ese momento olvido que estaba tratando de escapar de allí y decidió divertirse un poco, ambos se veían nerviosos por lo que sería gracioso verlos espantarse, lo pensó por un momento ya que el chico tenía una arma en mano, pero las decisiones de aquel vampiro nunca fueron las mejores y optó por darles un pequeño susto a ambos ¿Que era lo peor que podía pasar?

Una pequeña sonrisa astuta se formó en sus labios mostrando sus afilados colmillos, luego movió un poco  la hierba la cual estaba cerca de él para causar sonido, pero apenas estaba comenzando, solo tenia que esperar a que los chicos se acercaran, si es que lo hacían•

¿Dice que la muerte es solo el principio?



Es ahora cuando me daba cuenta de que los vivos están rodeados de sonidos, múltiples y variados sonidos, de su propio cuerpo, pero están tan acostumbrados a ellos que aprenden a ignorarlos. Tal vez por eso al inicio no se percató de las muchas presencias que empezaba a rodear tal lugar solitario de la civilización.


En ese preciso momento entonces, lo único que sabía buscaba algo en dicho sitio y que ahora mismo no recordaba lo que era, porque no recordaba, hace unos momentos sabía perfectamente a lo que venía, tenía la información que le había sido entregada, era la única que podía hacer algo y por desgracia había habido muchas desapariciones de personas y muertos. Cualquier humano común sin habilidades alguna era presa fácil.



—¿Qué? No se cómo hayas llegado, pero no deberías estar aquí. Este es un lugar peligroso para cualquier humano…no eres cualquier humano, escuche la voz de alguien por eso vení ayudar—


La noche estaba lúgubre mientras el infinito cielo se llenaba de nubes oscuras, como si una tormenta no demorara en ocasionarse frente a sus ojos. Mire detrás de mí claramente algo se había movido y ocasionado el ruido entre las hierbas secas y las ramas de los árboles. Sabía que al caer no habría vuelta atrás...justo lo que buscaba, no volver hasta resolver lo que estaba presenciando. Se encontraba tan emergida en sus pensamientos tratando recuperar lo que no podía recordar.



Se tomó una pequeña pausa para responder a sus preguntas y revelarle su rostro. —Pendragon Arturia soy un caballero, puedes bajar tu arma no soy el enemigo aquí, creo que también lo percibes no es así ? en el lugar que te encuentras tiene el nombre Roca de los Suicidios.  —Finalmente se había quitado la capucha dejando a la vista sus cabellos dorados atado a una coleta, lo que más descastaba era sus ojos azules esmeraldas profundos que observaba hacia a un lado atenta—

El aura emanada de los arboles creaban un ambiente pesado filoso, sintiendo como el aire podría cortarte cuando menos te lo esperas. Varios metros caminaba y continuaba sin ver nada interesante, solo escucho a los animales y criaturas que parecen habitar en ese peligroso bosque, aunque me pregunto si hay un castillo o una mansión. En fin, mi misión es descubrir que cunde en este lugar y luego encontrar un modo de regresar a mi ciudad, me gustaría descansar unos días de todo esta cacería de objetos demoníacos.

-- ¿Que puede hacer un hombre como yo para tener un descanso? Esto nunca acaba tan fácil. -- suspiré y estiré los brazos para seguir mi camino con cada paso hacía lo más profundo del bosque.

Escuché crujidos de ramas detrás mio, y una presencia asesina mirándome fijamente como si desease abalanzarse sobre mi, giré para ver detrás y desde el suelo salían unas criaturas deformes con brazos afilados caminando hacía mi despacio. Tomé mis pistolas y disparé en sus ojos, cayendo cada uno rápidamente pero apareciendo desde el aire uno con forma reptil, tomando mi espada me cubro de su ataque, forcejeando para romper su guardia.

-- Ooh, ¿maté a tus feos amigos? Seguro no los extrañarás, pero ahora te toca a ti, pejelagarto. -- sonreí para luego empujarlo y apuntar con mi espada al cara verde con garras.

Quede en blanco por instantes, su aura tan tranquila me dio la seguridad de las palabras que escuchaba, pude tranquilizarme, levantándome y viéndola mejor, sonreía un poco avergonzado por mis anteriores acciones, sin guardar mi arma observe a los alrededores, haciendo mención de como llegue al sitio y los pocos recuerdos que tuve, lo que sentí al despertar, le explique todo brevemente, acotando

Señorita Pendragon, no soy humano, así que por esa parte puede ignorar mi presencia, tengo algo que hacer en este lugar no espero que entienda mis intenciones con este paraje, pero si gusta me acompaña, ademas, una bella dama como usted no la puedo dejar vagar por estos lugares sola, y por cierto, en este lugar, pasaran cosas muy malas e intento evitarlas...

Terminando de hablar escucho unas ramas secas y moverse un arbusto cerca de nosotros, pude percibir la presencia del ser que hizo tal acción haciendo una pequeña maroma con el arma, disparo sin previo aviso hacia el lugar de donde vino el sonido, con una mirada totalmente fría sin remordimiento alguna por mis acciones.

Gracias por ayudarme querida, pero como dijiste, este lugar no es para un humano cualquie-

Volviendo los dolores de cabeza y perdiendo el equilibrio un poco, caigo arrodillado, agarrándome la cabeza suelto mi arma y le escucho nuevamente E-estoy muriendo, no me queda mucho, necesito ayuda, corren gran peligro, ya casi no pue- Súbitamente fue detenido y se escucho la otra voz grave que escucharle tan tranquilo hacia que mi sangre hirviera y un frió penetrara hasta mis huesos Vaya... Mi amo, muere, es por su culpa, se donde estas, se donde están TODOS... Lamento no poder decirte que te ira bien, pues ahora, somos tu y yo, por cierto, vuestro hermano os envía un saludo, nadie puede ayudarle, solo él puede, necesito acabar contigo... Y CON TODOS LOS QUE TE RODEAN

Desde muy lejos se escucho una muy fuerte detonación, de este unos arboles saliendo volado junto con sus raíces y tierra caía como si fuese una leve llovizna Creo que es mejor que te vayas le digo a la jovencita del albornoz, levantándome torpemente, con una expresión muy seria, le veria por encima de mis lentes y acomodándolos le daría la espalda lentamente Que lastima, tenemos bonitos colores de ojos

Sacando mi arma la alejaría un poco de mi, y de esta sale volando la parte superior, dejando ver claramente que dentro del arma había un núcleo, del que parecía ser muy volátil y peligroso, de este al final estaba el cañón del arma y esta se agrietaba, donde estaba el cargador del revolver se fusiono, dejándose ver una unión negra que daba la leve impresión de que esta respiraba.

Se acerca, lo siento, pero es peligroso, y esa cosa que esta en los arbustos parece estar interesada en ti, ten cuidado, no estamos solos en esta extraña isla, vete mientras puedas, señorita de ojos bellos