L2 - Noche de derrota en Corea del Sur (EVENTO)

Tomó delicadamente con sus dedos la copa que le extendiera, acercándosela a la nariz para apreciar la esencia aromática tan dulce y exquisita que exhalaba de su contenido, dejando por algunos segundos de ponerle atención a Jellal, o mejor, a Siegrain, para apreciarla.  

Le regresó su atención cuando llegó a la parte de la historia que respondía sus preguntas. Era un relato complejo del cual no entendió todo al principio, pero sonara lo suficientemente cautivadora para él.

—Suenas demasiado listo, pero debo rectificar tu ''ser cazados por los perros de Legacy y morir'', primero porque no soy un simple mortal, y segundo, no se atreverían a intentar cazarme. No creo que quieran darme el gusto de matarlos.

Mostraba total confianza en su propio poder, asegurando que Legacy no era quien para matarlo cuando ni el Ejército Demoníaco Imperial Japonés lograra tal cosa, y Lacus reconocía que el equipo de Guren Ichinose había desarrollado poder suficiente para exterminarlo desde que ellos acabaran con la ciudad de Sanguinem, aunque lo que nunca supo era que el desquiciado de Ferid Bathory les facilitara todo a los humanos. En el fondo, así eran las cosas, las únicas derrotas que sufriera en su vida fueran de farsas, por medio de trampas o auxilios muy especiales regalados a sus enemigos, nunca por ellos en sí.

Entonces, era indiscutible el hecho de que la raza vampírica siempre era muy honorable en cuanto a fuerza y poder, y también en su performance en guerras, incluso cuando no salían victoriosos.

El mundo ahora estaba completamente abierto para él, nuevamente, sin ni un propósito. Su unión a Merak había sido únicamente por buscar diversión y ahora el internado ya no existía. El vampiro podía perfectamente irse y seguir cualquier rumbo independiente que quisiera, una vez no estando afiliado a nada más.

Pero no. Vivir eternamente era aún más tedioso cuando no se vive por nada, cuando ni siquiera podía buscar una nueva motivación ni una nueva vida. Su vida sería siempre la misma, él sería siempre lo mismo.
Trás todas las palabras del espectro de Ayana, algo inexplicable afectó su memoria, mostrando pensamientos de los que apenas tenía recuerdos, incluso mismo visualizó la memoria del momento en que fue convertido a vampiro, lo que sintiera al pensar que viviría toda la eternidad bebiendo sangre, en fin, memorias de las más antiguas, pues después de eso su vida había sido una completa monotonía durante más de 400 años. Lo último que vio fue lo más reciente, a María ser derrotada por Yuno.

El efecto no tardó en pasar, haciéndolo regresar normalmente a la situación actual. Creyó tratarse de algún intento de Ayana de leer mentes, mas para ese entonces, el espectro ya estaba desapareciendo de su vista, tras lo que pareció un ligero momento de romance que llegó a verla tenido con el peliazul.

—Haha, yo realmente no desearía estar en tu lugar ahora mismo, Siegrain. Creo que te quedas con el poder de líder.

Habló después de todo, de manera notablemente bromista cuanto a lo recién visto entre Ayana y él; y haciendo poco caso de la situación, dejó la copa a un lado sobre una de las rocas destrozadas del internado y procedió a marcharse. Ahora sí, encontraría su pieza en el subterráneo de Merak y cambiaría su ropa, para después regresar.

Su corazón dio un gran vuelco cuando Zeldris apareció por fin, una suave sonrisa preocupada apareció en su rostro y lo abrazo suavemente.

- Que bien que estás aquí, Te extrañe Zeldris-sama, estaba preocupada de que te hubiera pasado algo y no pudieras curarte- Dijo dándole un suave beso en la comisura de los labios y finalmente lo dejo de abrazar parándose totalmente recta, observando cómo la sacerdotisa besaba o ¿rosaba? Los labios de el peliazul.

Estaba cansada, necesitaba alimentarse von la sangre de alguna persona.


Aquella hermosa gorgona no hizo nada cuando Siegrain puso su mano sobre du hombre y siguio hablando, aun no confiaba en este y no es que lo fuera a hacer, es mas con ello ¿Que ganaba ella? ¿Quien dice que realmente no los traicionara?

- No tengo intenciones de ayudar a alguien que apenas acabo de ver, es más ¿Que ganare? No gracias- Dijo finalmente la gornona después de estar callada todo el tiempo.- De cualquier forma, no tengo energía-

Dijo finalmente, dándose media vuelta viendo hacia el castillo de Legacy, sería buena idea usar su Bellerophon en el castillo para absorber las energías de todo aquel que estuviera adentro.

Seria una gran oportunidad...

Limitabase Rimuru a ser espectador del entorno que lo rodeaba. Escuchó que se le interrogó, pero no dio respuesta. Después de todo, no veía necesario que un posible enemigo le tuviera en vista por el momento.

Sucedió que en cierto punto, por obra de la pelirrosa, el hermafrodita fue capaz de observar un montón de visiones que parecían ser de su pasado. Una gran ciudad liderada por él, recuerdos de enemigos siendo aplastados por él, algunos hechizos básicos que alcanzó a observar, y la escena de un hombre siendo asesinado.

Rimuru miró con atención y guardó toda la información que pudo. Era extremadamente importante para el slime, puesto que no recordaba nada de su pasado salvo por lo que acababa de observar. Recuperar sus memorias era ahora una prioridad, estaba confirmado. Sin embargo...

Escuchó el slime como aquel vampiro arrogante hablaba con inteligencia, casi con sabiduría, cada vez que dirigía palabra alguna al hechicero que frente a todos se había colocado a fin de ser escuchado. El hemófago dejaba en claro su decisión y a la vez que sus adversarios eran menos que nada en comparación con él. ¡Así tenía que sonar un verdadero Rey Demonio!

- Informe de Análisis por favor -

《 Resultados: En base a los comentarios anteriores, el nombre del sujeto es Lacus. Apellido desconocido aún. A juzgar por su comportamiento ante la sangre y su aspecto físico se deduce que es un vampiro. Posee una espada, por lo que debe ser un espadachin. Presenta un psycho-pass oscuro, por lo que el sujeto puede llegar a ser sarcástico, violento, agresivo, egocéntrico, ambicioso, premeditador, cínico, cruel y demás comportamientos asociados. 》

- Wow... Tengo que aprender de él. Supongo que irme o quedarme dependerá por completo de la decisión de aquel. De mis recuerdos me ocuparé en cualquier lugar, lo más importante ahora es actuar como quien debo ser -


~ Notas ~

[ abc ] = Sistema
《 abc 》= Pensamientos/Habilidad: Gran sabio
Psycho-Pass: Referencia a una serie del mismo nombre. El psycho-pass es el índice de criminalidad de una persona en base a su estado neurológico. Se mide en escala de grises partiendo de blanco a negro. Mientras más oscuro sea el psycho-pass de alguien, más propenso es este a cometer crímenes por deseo propio.

Se cruzó de brazos y mostró una actitud de desdén hacia esa pelirrosa. Sabía lo que era, pero jamás estaría de acuerdo con Siegrain. Mejor ni se molestaba por incluirla en Asgard, así que decidió ignorarla, hasta que de un momento a otro aparecen memorias no tan buenas. Inseguridades. Miedos. Traumas. Un pasado tormentoso. Se veía a Jellal llorando por su amada Erza. Se veía a Emilia tendida en los brazos de Jellal. Se veía un Legacy destrozado. ¿Qué clase de magia es esta? Siegrain levantó ambas cejas por el asombro.

Pero no eran sus recuerdos. Siegrain era otra persona. Siegrain era un misterio.

— ¿Quieres intimidarme mostrándome cosas horribles? No eres mala, Ayana, pero tampoco eres un ángel, — sonrió maliciosamente, hasta que de pronto... el mismo... se... ralentizaba. Y vio a esa enana del demonio cerca. Muy cerca. Dio un paso atrás, y los orbes del peliazul se abrieron de par en par, y esa sacerdotisa del tiempo le deposita un suave beso, y ésta termina por desaparecer. Un leve rubor en sus mejillas aparece. Empuña sus manos, y un grito desaforado sale de sus pulmones. Un halo verde cubre su cuerpo, y el mismo suelo se resquebraja de un terremoto mediano de diez segundos.

— Ghkkkkk. Maldita, — escupe, — ¿Cómo osas... ? —escupe de nuevo y se limpia la boca, pero entonces se gira, mira a los merakianos cubriéndose la boca con su antebrazo. Sonríe gentilmente. — ¿Qué? Ese ataque nunca me lo había imaginado. A la próxima vez, yo mismo la mataré. Sí, sí... esa enana es tan tonta. Me las va a pagar... — y luego de su momento de furia, comienza a tranquilizarse. Se rasca la cabeza y se sienta por allí. Suspira. — Disculpen, muchachos. Eeeen fiiin. Éste será nuestro trato: quiero que pateen unos cuantos traseros por mí, y yo les daré lo que me pidan, — sacó de su bolsillo una tira de chicles y se los llevaba uno y otro a la boca, los masticó vehementemente y escupió esa bola.

— Si no quieres venir está bien, Rider. Respeto tus decisiones personales, pero si te pillo en Legacy, yo mismo te cortaré la cabeza y la usaré para crear estatuas, — negó con la cabeza. Diablos. Se había perdido a una buena aliada. — Para los demás: finjan que soy Santa Claus, y yo les daré lo que quieran. Puede ser un nuevo poder, riquezas, esclavos, soldados, castillos, recuerdos, secretos del universo, armas, de lo que sea... — empezó a masticar otros chicles más. Una vez llegase al Internado, probablemente estaría usando Listerine por horas y horas. Y ese beso, físicamente le afectó. Sintió por un segundo que le estaban poniendo un hierro caliente en la boca. ¿Será ese un punto débil?

Una inundación de recuerdos invadían sus pensamientos, no pudo evitar sentir tristeza, una mezcla de emociones muy extraño, ¿Acaso este era el poder que Ayana guardaba? Sin duda parecía un adversario digno de temer incluso más que el peliazul quien parecía ser amable en la situación, una manera perspicaz de convencer a todos sin embargo Zeldris no caería en los juegos de ese desconocido, el pelinegro ya de por sí era un demonio, sus habilidades eran superiores a las de cualquier otro ser viviente y su mandamiento lo hacía casi Intocable, ¿Qué podría funcionar contra el mismísimo hijo del rey demonio? Tema aparte lo importante es cuando volvió a la realidad después de esa inmensa mezcla de emociones que lo dejaron impresionado más de eso no ocurrió nada.

Calmado se quedaba cuando vio perplejo el beso entre los enemigos, ¿De qué se trataba esto? Parecía un mal juego de niños, demasiado tonto e inmaduro.

Zeldris no tendría intención alguna de participar en los enredos de Siegrain, al parecer Rider lo cual parecía aún mejor, el pelimorado desconocido ya había desaparecido además de la pelirosada y con ellos una presencia desconocida, todo este alboroto le causaba una confusión.

¿Qué fue peor aún? Para endulzar la noche en donde perdió su estancia, muchos murieron y otros tantos terminaron politraumatizados sin embargo la cereza del pastel y lo que irritó por completo las emociones de Zeldris fue escuchar la amenaza del peliazul frente a su pareja, ¿Quién se creía? Nadie le diría eso a alguien importante para Zeldris y mucho menos la propia pareja, estaba furioso, podría explotar en ese mismo instante, incluso el temblor que sintió segundos antes no fue nada, la furia de Zeldris incremento, su poder de la misma forma y todo con el fin de sepultar las palabras de Siegrain en el olvido y poner fin a tal juego de niños pequeños.

— No negaré que tu oferta me interesa pero veo que no nos conoces bien Siegrain, puedo tener el poder que quiera, los soldados que quiera, los esclavos que quiera, un nuevo castillo e incluso el mundo entero, pero no por eso soy un idiota alardeando de mis poderes, si pones un dedo, una partícula, un átomo de tu persona sobre Rider pagarás muy caro, y créeme, perderas todo lo importante para ti, el internado Asgard terminará en cenizas así como tú cadáver después de terminar contigo no habrá ni un rastro de historia, ni algún documento, algo que verifique que algún día estuviste vivo, tus siguientes generaciones terminaran lamentando su existencia porque yo soy eternidad misma, yo sería tu jefe, sería tu Dios inclusive pero prefiero evitar que los seres con tan poco coeficiente como tú me recen.

Era notorio en verdad su ira descontrolada, las marcas de una maldición llenaban todo su cuerpo como si fuera un enorme tatuaje, sus ojos sin brillo terminaron pareciendo la mirada de un ser sádico sin sentimientos, su rostro esbozaba una sonrisa temerosa, con tanta confianza en sí mismo.

El inmortal dejaba atrás, con una sutil sonrisa en sus labios, a la explosión de furia de Siegrain, la cual pasó por alto como si se tratara del final del espectáculo.

Sus ojos contemplaban el arruinado escenario bajo las atenuantes luces de la aurora, que sustituía lo que anteriormente fuera el ostentoso internado. Trazó mentalmente la distancia y ubicación que debía estar situada su pieza individual para proseguir su camino.

Llegando según sus cálculos al punto indicado, desenvainó su espada de clase noble y con un movimiento abrió una enorme grieta que atravesó el suelo, suficiente para permitirle ingresar a la majestosa habitación subterránea construida solo para él, y por ahí entró.

Nada a parte de mínimas alteraciones y rupturas en la apariencia del recinto resultaron de la explosión, manteniéndose casi todo impecable como antes. Caminó hacia el ropero y al encontrarlo, procedió a buscar lo que vestir, eligiendo unos pantalones sociales negros y una camisa blanca de botones. Quitó su traje arruinado por la batalla y vistió las ropas que apartara, terminando por abotonar la camisa y dejarla suelta. En seguida peinó su cabello y volvió a amarrarlo en media cola como siempre suele llevarlo, y al final, calzó zapatos sociales negros. No importa la situación, los vampiros estiman lucir bellos y bien vestidos siempre.

Pasados ~10 minutos estaba listo. Volvió a la superficie para caminar de regreso nuevamente hacia los miembros sobrevivientes del fin de Merak y los que recién aparecían. Desde lejos podía notar a Siegrain ya calmado pero esta vez Zeldris era el que tenía una aura amenazadora. ¿Qué clase de lío habrán hecho en su ausencia?

En fin, lo que fuera. El ideal de esclavizar la humanidad era lo que mantenía al vampiro atraído a los planes del peliazul, por mientras, deseaba oír más de él que buscar otro rumbo.

—Hey ustedes, no inicien los planes sin mí. ¿Qué decían?

Preguntó al llegar, desviando la tensión del momento con tal sarcasmo, pues ya notara desde lejos que había algún fuerte desacuerdo entre el demonio y el extraterrestre de Asgard.

Soltó una risa ante tal amenaza de el peliazul mientras de sus cabellos púrpuras se formaba una pequeña serpiente mostrando su molestia, y lo miro de reojo, algo que esta no toleraba era que la considerarán inferior, o incluso subestimaran su poder.

Estaba por responder cuando sintió el cambio de aura de su amado, ahora sonrió suavemente sintiéndose protegida, se paro junto a Zeldris y tomo la mano de este.

- Es suficiente Zeldris-sama, gracias- Dijo esta con voz suave, pasando desapercibida de que Lacus se habia ido y vuelto.- Como sea, si Zeldris esta de acuerdo y participará yo también- Dijo volviendo a su expresión seria de antes.

Aunque dejando en claro, que, solo aceptaba porque Zeldris estaría. Igualmente cayendo en cuenta que aún sostenía la mano de este ligeramente sonrosada.

Cuando aquel Pelipurpura hablo se dio media vuelta hacia el mismo y respondió suavemente.

- No era nada importante, solo un pequeño cambio de tema, en fin, Siegrain, alardeas mucho sobre esclavitud, bla bla, al menos ¿tienes un plan?- Dijo viéndolo detenidamente, y directo a los ojos.

Esperando respuesta de cualquiera de los presentes intento localizar a aquel Slime que estaba escondido a sus alrededores, también de alguna víctima aquel aperitivo que le había dado Ayana le había abierto sinceramente el hambre.

La luz de la luna y de la aurora caía sobre ellos, dando un ligero toque siniestro, esta sonrió suavemente y volteo a ver hacia el castillo, con sus armas en mano como si tramase algo.

El andrógino observaba atentamente al vampiro mientras este se alejaba. Al no tener signo alguno de vida, lo más probable es que el chupasangre no lo notase si el primero decidiera seguirlo con el suficiente sigilo. Sin embargo, también le interesaba lo que estuviera pasando donde el resto se hallaba. Aprender lo más posible de las personas que lo rodeaban era una de sus prioridades después de todo.

- Jo... Seguir al vampiro o quedarme a ver el desenlace... -

《 Consejo: "Percepción Magica" es una habilidad que permite la lectura de magículas en el ambiente en un radio de diez metros multiplicado por el nivel del usuario. Tu nivel actual es 151 》

- Woah... Kilómetro y medio es un excelente radio... -

[ ¿Deseas activar "Habilidad: Percepción Magica"? ]

- ¿Bromeas? O-bvia-men-te -

Así pues, el chico... chica... esa cosa pues, se escondió detrás de un árbol ahora que nadie lo miraba y se derritió en el suelo. Así, tal cual. Como cuando pones un hielo en una superficie de metal caliente y el primero comienza a fundirse y se convierte en un simple charco, así exactamente, de la misma manera el hemafrodita pasó de humano a slime.

Una vez en ello, la Percepción Magica, habilidad especial del Ultimate Demon Slime, entró en función, este se aventuró en seguir al vampiro para ver qué planeaba. Vaya sorpresa que se llevaría al únicamente verlo cambiarse de vestimenta y regresar. Sin embargo, no era del todo una pérdida de tiempo. Acababa de aprender que el hemófago gustaba de estar presentable sin importar la situación. ¿Quién sabe? Podría ser información útil en un futuro.

Sea como fuere, el slime se las arregló para regresar a su posición original en tiempo récord, incluso volviendo a su forma humana sin que nadie notarse su ausencia. Él por otra parte, ni un segundo de discusión se había perdido pese a no estar presente. Esa habilidad comenzaba a mostrar su efectividad.

Sin embargo, parecía comenzar a ser tiempo de expresar si encajaría en el proyecto o no, y ya que aquel de quien más le interesaba la respuesta había dado su veredicto con esa sencillez casi cínica que tanto deseaba el slime conocer, no hubo más qué pensar. Rimuru Tempest sería parte del nuevo equipo.

- Ahora que la dama lo menciona, sería bueno escuchar el plan. Digo, ya que aplastar Legacy no parece ser uno de los primeros pasos, supongo que algo divertido ha de estar de por medio -

Intentaba hablar aquel con voz gruesa y seria para sonar masculino, pero la verdad es que alguien tendría que ser muy estúpido para no notar que esa era la voz de una señorita. Y es que aquella apariencia de finos rasgos y largos cabellos tampoco le ayudaba mucho a mantener la fachada que deseaba. Incluso lucía un tanto adorable... pobre Rimuru, eso de demostrar ser el Great Demon Lord no le iba a ser nada fácil.

~ Notas ~

[ abc ] = Sistema
《 abc 》= pensamientos / habilidad Gran Sabio
Magiculas = referencia a Tensei Shitara Slime Datta Ken. Dícese de partículas mágicas presentes en todo lo que existe, las cuales definen la esencia de la materia en torno de su color e intensidad. La lectura de magiculas es la única forma en que Rimuru puede "ver" cuando es un slime

— Yuki... — mencionó.

Yuno se arrastraba como una serpiente por las ruinas del Internado pensando en que los mismos dioses la habían engañado. Se dio cuenta que destruir a Legacy no iba a salvar al mundo de la destrucción, ni jamás le devolvería a su amado novio. Todo lo que había hecho la pelirrosa había sido en vano.

— Chicos. Perdónenme por no salvar el Internado... pero al menos están vivos y eso me hace feliz — sonrió con lágrimas brotándole por sus ojos.

Su cuerpo estaba lleno de heridas, y tenía hilos de sangre saliendo de su boca y su nariz. Había sobrevivido a la explosión. Había salvado el mundo que había intentado conquistar, pero todavía quedaba una cosa más que decirles a los merakianos. No le importaba la presencia de ese Siegrain. Solo quería salvar al mundo otra vez.

— La Aca... demia Le... gacy... tiene a Yuki, a mi novio en el sótano... — no podía hablar bien, pues la sangre brotaba de su boca. — Me arrepiento de todo lo... que... he... cometido, —pensó en todas las veces que había guerreado en contra de ellos. El Legacy actual no tenía la culpa de nada.

— Liberen a Yuki. Solo él sabe lo que pasó... cuiden el futuro —estira la mano hacia el grupo. En su mano había un teléfono móvil. Uno con información vital de Legacy.

— Hombre, vamos. Es solo un caso hipótetico, — sonrió al ver a ese demonio tan enojado. — ¿Para qué yo querría provocar la furia del gran Zeldris? Aunque para ser sincero, creía que eras más alto, — llevó la palma de su mano a la cara negando con la cabeza. Siegrain sabía muy bien que no le convenía luchar contra sus posibles aliados, porque un buen maestro cuidaba a sus herramientas. — Oh, eres tú, Lacus. ¿Le puedes conseguir a Zeldris un terapeuta para la ira? Diablos, Chelito. Tan enojón que saliste, — se lo ocurrió al instante ese apodo cariñoso para designar a Zeldris. Había que tener muchas agallas para amenazar así a un semidios del vacío.

— Miren, éste es el plan, — sacó un chicle y se lo metió a la boca. Esa maldita enana se la iba a pagar. — Legacy nació en el 2009 cerca de Mónaco, y llegó a Yokohama el 2014. Mi idea es ir al año 1989 en donde todavía no existía la Academia, y conquistar el mundo de ese entonces. No te la pueden ganar si no hay ninguna rata legaciana cerca, — soltó una risa. Mientras un extraño artefacto en su muñeca proyectaba imágenes de los años 80 en Japón. La moda era distinta, y también había otro aire.

— Además. Qué bellas épocas eran los 80 y los 90, — de la nada apareció un peluche de Pikachu, se acercó lentamente a Rider con una sonrisa gentil, tal cual lo haría ese sujeto llamado "Jellal". — Pikachu! — imitó la voz de ese querido monstruo y le pasó ese mismo peluche a Rider.

Pero entonces... escucha esa voz... esa molesta voz...

Siegrain levanta la ceja, y ve a Yuno arrastrándose y quejándose, llena de sangre y llorando. El peliazul soltó una carcajada bien grotesca y se acercó a la pelirrosa paso a paso. Con el mismo pie, aplasta su celular y lo reduce a un montón de basura. Luego, la levanta como si fuera una amiga. — Presidenta del Consejo, pero qué agradable sorpresa. ¿No gusta pasar a una tacita de café? — la envuelve con un solo brazo, intentando poner de pie a la moribunda Yuno y luego le tapa la boca, — No digas más. ¿Por qué no te despides de tus amigos? — le agarra de la cabeza para que intente mirar al resto.

— ¿Qué? ¿No quieres despedirte?  ¡ENTONCES DEJA DE INTERRUMPIRME CUANDO LE HABLO A MI INTERNADO! — le grita furioso, la arroja al suelo y comienza a pisotear su cabeza montones de veces, deformando ligeramente el cráneo de ésta y derramando una gran cantidad de sangre.  Extiende la palma de su mano, y una luz verde refulge el lugar entero. Los cuerpos de los merakianos comenzaron a vibrar por las enormes cantidades de energía que había liberado el nuevo líder.

Siegrain le dispara ese rayo y en el lugar donde estaba Yuno ocurre una explosión que deja un forado. Ahora sí Yuno había muerto.

—Hah, que paja. La idea de estar viajando en el tiempo y vivir todo de nuevo no es nada atractiva.

Demostró la ignavia que le despertaba pensar en realizar otro viaje temporal, aunque de igual manera lo haría si la misión lo requería.
Dos cosas: la eternidad, y la eternidad regresando al pasado cada vez que se desea cambiar algo. De ser así, la existencia misma sería un completo caos sin sentido y eso volvería loco a cualquiera, además, para nadie existiría un propósito. ¿Habrá un límite de veces que se puede cambiar algún evento que se supone ya haber sucedido?
Entretanto, sus cuestionamentos internos fueron interrumpidos por la voz de Yuno, que intentaba moverse de manera lamentable para llegar hacia ellos y decía palabras dignas de una miserable humana arrepentida.

—¿Yuno?

Preguntó tras las primeras palabras de la pelirosa, mostrando sorpresa en verla viva, y a la vez desprecio por verla actuar así. ¿A quién le interesaba su novio idiota?. Sin embargo, sus últimas palabras sonaron más dignas de ser tomadas en cuenta, aunque Siegrain no vaciló en callarle la boca. El vampiro visualizó con indiferencia el rostro lloroso y herido de Yuno en sus últimos momentos de pie y bajo la mano amenazadora de Siegrain, hasta que este la volcó al suelo para comenzar a acabar con ella, provocando en el chupasangre otra sonrisa de satisfacción y aprobación.

—Ara, le destrozaste el cráneo, ¡Jajajaja!

Se rió, divertido con la situación, continuando a observar cómo la asesinaba con cierta clase de magia. Si supiera que Yuno era tan friable, la habría asesinado desde antes, pero eso ya no venía al caso.

Escuchaba atentamente el slime acerca de aquello que el villano peliazul tanto hablaba. Eso de viajar en el tiempo definitivamente era atractivo al andrógino, quien tenía en mente que sería más fácil conseguir sus objetivos si aquella academia que había optado por considerar enemiga simplemente no existía. Sin embargo, terminó haciendo una mueca de leve disgusto. Su nuevo y aún no proclamado sensei no se veía en absoluto atraído por el planteamiento, lo cual puso a Rimuru en una encrucijada.

《 ¿Acaso no es emocionante la idea de viajar en el tiempo? ¿No deben ser esas ambiciones para un rey demonio? 》

Pobre Rimuru. Tan confundido. Tan lleno de dudas y tan desinformado de lo que sucede a su alrededor. Aún le faltaba mucho para convertirse en quien realmente sería en el futuro y que ya había sido en el pasado. Por ahora su personalidad era aún suave y su moral alta, lo cual le impedía ver las cosas de forma tan cruda como, posiblemente, el resto de los merakianos.

Prueba de ello fue su reacción al ver a la dichosa líder del internado Merak, quien tanta polémica había generado en el bando contrario a causa de sus acciones. Aquel inmediatamente sintió pena por la criatura moribunda que por el piso se arrastraba, diciendo un montón de cosas que daban lástima. No compasión, lástima. Rimuru tenía grandes estándares de lo correcto y lo incorrecto, pero una muerte no es algo que lo afectara realmente. Después de todo, ni la conocía. Y después de todo, no era humano de verdad como para compadecerse de los demás humanos.

Pero es que esa expresión de quien realmente está arrepentido de la vida que llevó y está al borde de la muerte, le recordaron cierta escena en su vida que le causaba inquietud: su propia muerte. Y bueno, no hace falta decir que no le encantó ver cómo el nuevo líder machacaba a la anterior como si de uvas para vino se tratase. Sin embargo, al ver a su modelo a seguir tan entusiasmado en ello, supuso que ningún mal haría tomarlo con naturalidad.

《 Después de todo, solamente es una persona más, una vida menos... 》

Así que limitóse el slime a contemplar, con un rostro completamente serio e incluso casi aburrido, el retorcido espectáculo, a limpiarse del rostro con un dedo la poca sangre que le llegaba a salpicar, y por supuesto, a consumir los restos del celular destrozado. De forma sigilosa y discreta, escurriendo una porción de sus prendas creadas a partir de slime también para tomar hasta la última parte de aquel dispositivo.

[ ¿Deseas analizar el objeto recolectado? ]

- Hai -

El andrógino estaba seguro de que algo importante se ocultaba en aquello que el líder destruyó tan oportunamente. Sólo sería cuestión de tiempo para que "Gran Sabio" analizara y reconstruyera el objeto, en un par de horas tal vez, y así el slime podría tener acceso a aquella baratija. Sin embargo, esa no era una prioridad ahora, salvo que le ayudase a ser un mejor Demon Lord o le hiciera más fácil obtener más poder o más recuerdos de su pasado.

Así pues, el rey demonio procedió a emitir su opinión nuevamente, tras la masacre presenciada y una vez hubo recopilado toda la información posible, hablando con un tono divertido, como si se le invitara a jugar videojuegos en casa de un amigo. Incluso se le salió la voz de niña por un momento

- No suena a mala idea~ Por lo menos habrá música de los Beatles de fondo mientras tomamos el mundo -

~ Notas ~

[ abc ] = Sistema
《 abc 》= pensamientos / habilidad Gran Sabio

Aquella hermosa gornona no pudo evitar sonrojarse cuando el peliazul le entrego el peluche.

Estaba totalmente encantada con el mismo que ni siquiera noto que el mismo destrozo la cabeza de Yuno, si no hasta después de oler la sangre lo cual le provocó más hambre.

- ¿Y quién era ella?- Preguntó sorprendida abrazando el peluche con una mano. Estaba un tanto artudida a la falta de maná su cabeza daba vueltas como si estuviese algo ebria.


Al escuchar que iban a viajar en el tiempo para detener la existencia de Legacy la hizo dudar un poco.

- Gmm~ No es por llevar la contraria, pero si alteramos el pasado puede que haya algunas fisuras y seria peligroso es mas, creo que sin Legacy ninguno de nosotros estuviéramos aqui, sin siquiera la existencia de Merak, si intentamos cambiar el pasado por inde cambiaremos el presente y el futuro, podria ser totalmente contradictorio y podría haber problemas a menos de que hayas pensado en algo para llenar aquel espacio vacío.- Dijo un tanto preocupada materializando sus lentes, para seguidamente limpiarlos un poco y colocarse los mismos.


- No seria mejor dejar la existencia de legacy, regresar solo un poco el tiempo atrás, supongo que ahora ya saben quien es la nueva directora de Legacy, podemos raptarla y que alguien se apodere de Legacy para gobernarlos o mejor dicho apricionarles obligándolos a hacer lo que se nos plazca amenazandoles con su vida, esas tipos de ratas siempre son cobardes y harían lo que fuese con tal de salvar sus vidas- dijo poniendo una mano en su mentón sin soltar aquel peluche al cual empezaba a tenerle un tanto de afecto.